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Doble Personalidad por Abyss

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En la oscura noche, solo se escuchaban los jadeos de 2 cuerpos, iluminados únicamente por la luz de la luna que se colaba por la ventana. Se notaba desde lejos como ambos cuerpos se frotaban entre sí, frenéticamente mientras se besaban muy apuradamente, cualquiera que los viera pensaría que aquello llegaría más lejos…

Pero no fue así.

Cuando menos se lo espero Keith se encontraba en el suelo, caliente, mientras Lync se había ido corriendo al baño, como todas las noches en que comenzaban a calentarse, a vomitar por quien sabe qué cosa.

Aquello sinceramente ya comenzaba a hastiar al pobre de Keith, que siempre comenzaba a excitarse o intentar preparar a Lync, este era empujado al suelo o a un lado y Lync salía despavorido al baño a vomitar.

—Son las hormonas

Le había dicho a Lync cuando finalmente se habían enfriado entre los dos y vuelto a acostarse para dormir

—Odio tus hormonas

—Para mí que mis hormonas se están vengando porque me dejaste preñado

—Cállate—Se quejo Keith mientras le tapaba los ojos para que se durmiera

—Jajá…

Solo escucho la leve risita de Lync para finalmente quedarse dormidos, serian unos largos nueve meses, y pobre de él, porque muy probablemente, demasiado probablemente le haría sufrir, para su buena suerte, la personalidad de Spectra se encontraba demasiado calmada, ya no mostraba deseos de golpear a Lync, más bien se mantenía tranquila… Quieta...

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Para Lync aquello era demasiado divertido. Que divertido ni que nada, aquello era algo que en un futuro esperaba volver a vivir –aunque no estaba seguro de vivirlo otra vez-. En primera, sus hormonas continuaban haciendo de las suyas, y el pobre de Keith estaba pensando seriamente en no dormir junto a Lync, ya que siempre que comenzaban a realmente estar calientes, terminaba con la cara estampada en el suelo y Lync terminaba en el baño vomitando lo que había en su estomago.

Lo segundo y que para Lync terminaba siendo algo realmente adorable, era que las veces que aparecía Spectra, ya no era violento, en sí, lo hacía mientras el “dormía” para posicionar una oreja en su abultado vientre, lo que obviamente lo despertaba, mas sin embargo no le importaba, puesto que Spectra como Keith, parecían felices y exageradamente cuidadosos en su estado de embarazo.

—No entiendo por qué haces esto

Cuestiono interesado mientras veía como la personalidad de Spectra, sacaba varios dulces de una bolsa, obviamente, era la época de los antojos, y para su mala suerte, Lync solo veía algo con azúcar y se le antojaba

“—Keith quiero eso, cómprame aquello, dame eso, me gustaría probar eso, eso se ve delicioso, quiero esto, esto también, cómprame eso, anda cómpralo“

Spectra y Keith se sentían a morir —y la billetera también—por todos los antojos que tenía el menor, pero a fin de cuentas no lo culpaban, mas bien, apenas estaban pagando ni la mitad de lo que le habían hecho.

—Porque si—Respondió el rubio de mala gana solo para levantarse y acostarse en otro sillón, cansado

—Pensé que me odiabas

—Si te odio… Es solo que… —miraba fijamente el abultado vientre del menor, muy abultado— No lo se

—¿Mmm?

Lync no entendió muy bien aquello, mas sin embargo no importaba mucho, mientras no le golpeara

—De todas formas no tiene importancia odiarte ahora

—Sí, tienes razón… —le respondió desganado, nunca había mantenido una conversación con él y realmente era difícil, por lo que tomo un chocolate que había en la mesa para comerlo

—De todas formas te vas a morir— le dijo finalmente con una sonrisa cruel

Aquello dejo en silencio al menor, que de todas formas mordió el chocolate, pasaron unos minutos, trago el chocolate, y cuando levanto la vista para ver a Spectra, el mayor se sorprendió al ver que el menor se encontraba sonriéndole amablemente.

—¿Si verdad?—Sonriéndole—Se que Keith no me lo quiere decir, pero es probable que no sobreviva, aunque creo que carece de importancia, porque a fin de cuentas lo más hermoso es que tendré un hijo…

Al terminar de decir eso con una sonrisa, comenzó a acariciar su vientre y continuar comiendo de su chocolate tranquilamente, ante un muy sorprendido Spectra, aquel comportamiento no era de un adolescente si no probablemente de alguien muy mayor que respetara mas la vida de una criatura que apenas iba a ver el mundo que la suya propia, aunque no haya vivido mucho.

Miro al peli rosa comer el chocolate, lo miro tranquilo, lo miro sin ninguna preocupación, y entonces…

Comenzó a llorar

Cuando menos se lo esperaba, la persona que ocupaba el cuerpo y mente era la personalidad de Keith, que de alguna forma logro escuchar lo que dijo Lync –oh Spectra le dejo escuchar- y comenzó a llorar, aquello le hacía sentir triste y feliz.

Feliz, porque lo más hermoso era ver a la persona que amaba que aceptaba darle hijos no importaba el riesgo que esto le podría ocasionar.

Triste, por varias cosas que ni siquiera sabía por cual comenzar, tal vez por la razón que obligo a Lync a madurar sin tener que hacerlo, o hacerlo sufrir con su doble personalidad, o con ahora el riesgo de que pudiera morir cuando diera a luz.

—Todo estará bien

Escucho la angelical voz de Lync a su lado, y en efecto, Lync se encontraba frente a él, dándole un beso en la frente y transmitiéndole su tranquilidad con aquella tierna sonrisa, digna de un niño de 14 años que se supone debería de ser inocente e infantil.

“—Pero Lync ya no puede ser así“

—Te amo

—Yo también

Se dijeron mutuamente mientras el rubio no podía dejar de llorar, el más pequeño tan solo se encontraba tranquilizándolo, ¿Acaso era posible que el menor fuera más maduro que él? ¿Por qué el menor podía estar tan tranquilo con la posibilidad de morir?

—Lo más hermoso es que tendré un hijo de Keith

Dijo nuevamente el de cabellos rosas, mientras miraba como el nombrado se sobresaltaba para mirarlo atentamente, ahora el pequeño también se encontraba con lagrimas en los ojos, probablemente no sentía tristeza mientras no pensaba en eso, oh probablemente las ganas de llorar fueran porque él lo hacia

—Te amo tanto… No quiero perderte

Confeso Keith mientras se levantaba para abrazar al peli rosa, que instintivamente se refugió en sus brazos, buscando aquella cálida sensación de amor, que lamentablemente no había podido sentir en su infancia.

—No me perderás, yo siempre estaré aquí, para ti, aunque no puedas verme, tocarme, oírme… No importa, mientras me tengas aquí…— La mano del menor toco el lugar donde se encontraba el corazón de Keith y sonrio— Jamás me iré… Además… Eh tenido una buena vida

—Tienes 14 casi 15 años —le regaño Keith,  tomando la mano del menor y acercándolo aun mas notando como el vientre impedía que se abrazaran demasiado.

—Dije buena… No larga— Respondió el  menor mientras sentía aquel cálido amor que Keith le brindaba totalmente y el cual le agradaba sentir.

—No te perderé

—Lo sé, tú me prometiste que nos reuniríamos todos, y sé que puedo confiar en ti, ya que nunca me mientes


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