Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SOUNDTRACK por Keny-chan

[Reviews - 46]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Sé que me van a querer matar por lo que va a pasar en este capítulo, sólo pido clemencia y paciencia, aún no me maten, quiero terminar esta historia.

 

Aunque espero que me perdonen con la parte de las fans, espero les guste este capítulo, todavía me voy a tardar un poquito para usar las siguientes canciones, pero no desesperen. Ojalá me dejen sus amados revs.

 

Para las personas que quieran las canciones, me dejan sus correor, para pasarselas. Hikimo-chan, Yais, ya se las mandé, espero las disfruten.

 

Bien, hora de leer.

 

Capítulo 3. Novia/Fans.

 

 -¡¡Wolf!! –gritó una dulce chica, colgándose del cuello del rubio, que la recibió cariñosamente -¡Estuviste fantástico, sublime, hermoso, magnífico!

 

 -Yuuki, le arrancarás la cabeza al pobre si sigues abrazándolo de esa forma –le regañó otra chica que apareció por detrás con otras dos muchachas acompañándola.

 

 -Es verdad. Lo siento –se disculpó la que respondía al nombre de Yuuki.

 

  -No hay ningún problema Yuuki-chan –dijo el rubio, acariciándole el cabello.

 

 

Yuuri frunció el seño. Observó a la chica con cuidado. Era bastante más bajita que Wolfram, delgadita, de cabello negro, corto hasta los hombros y ojos color… ¿violetas? “Han de ser lentillas” pensó Yuuri y sabía una cosa: no le agradaba esa chiquilla.

Las otras tres chicas se acercaron y la que había regañado a Yuuki, volvió a hablar.

 

 -¿No piensas presentarnos Wolf?

 

 -¡Es verdad! Ella –señaló a la que acababa de hablar –es Takahashi Kyoko; mi mejor amiga. La conocí en la escuela de música. Kyoko ellos son Conrad y Gwendal, mis hermanos; él es mi tío Günter, a Shouri ya lo conoces, y ellos dos son Ken y Yuuri, dos amigos míos –finalizó el rubio.

 

 -Mucho gusto –exclamó Kyoko –Cantas hermoso Conrad –dijo acercándose a él.

 

 -Muchas gracias, pero no creo que sea para tanto.

 

 -Bueno, bueno, termino de presentarlos. Ella es Nagomi Yukari, es amiga de Kyoko y de Yuuki. Asiste con nosotros a la escuela de música, le gusta componer –comentó señalando a una chica de cabello largo, castaño claro y piel blanca.

 

 -Es un placer –saludó la muchacha con mucha cortesía.

 

 -Igualmente –respondió Murata coquetamente.

 

 -Ella es Naoko van Wyngarden, otra amiga de Kyoko, y también va con nosotros a la escuela de música, estudia arte y su padre es de origen Holandés –señaló a la ultima chica, de cabello negro y piel blanca. –Todas son amigas de Yuuki.

 

 -¡Hola! Yo soy Yuuki –dijo la chica que se había colgado de Wolfram.

 

 

Yuuri sólo pudo fruncir más el ceño.

 

 

 -Yuuki es mi novia –soltó inesperadamente el rubio.

 

 

La cara de los presentes, en especial la de un rey morenito, eran todo un poema.

 

¿Wolfram tenía una novia? La noticia azotó la mente de Yuuri con gran magnitud, no sabía cómo reaccionar, quería gritar, eso seguro, pero no debía dejarse llevar por los celos, no de nuevo. Además ya era un joven maduro, o eso quería creer.

 

 -¿Esta jovencita… es tu novia Wolfram? –preguntó un incrédulo y sorprendido Gwendal.

 

 -Así es hermano. Nos conocimos hace alrededor de 2 años y llevamos saliendo apenas seis meses –respondió dándole una cálida mirada a la muchacha.

 

 

Yuuki miró el reloj que traía en la muñeca, obsequio de Wolfram y se sobresaltó al notar la hora que era.

 

 -¡Por Kami-sama! Se nos hace tarde, debemos irnos. Fue un placer conocerlos, espero nos veamos pronto –exclamó la pelinegra para regalarle una reverencia a todos –Nos vemos Wolf.

 

 -Vayan con cuidado. Te llamo cuando llegue –musitó con una voz dulce.

 

 -¡Por supuesto! –cuando la chica estaba por irse, una mano la detuvo.

 

 -¿Adónde crees que vas sin despedirte? –le reclamó el rubio.

 

 -Pero… -Yuuki se sonrojó.

 

 -Ven aquí –Wolfram la atrajo hacía el, plantando un beso muy cerca de sus labios, pero sin tocarlos.

 

 

Todos se asombraron, Yuuri estaba más que molesto, pero no diría nada, no aún. No iba a arruinar las cosas que tenía planeadas. Wolfram la dejó ir y ella se marchó en compañía de sus amigas.

 

 -¡¡Qué suerte tiene Lord Bielefeld!! –exclamó Ken muy divertido por la expresión de su amigo Yuuri, a quien ya le había dado un tic en uno de sus lindos ojos azabaches.

 

 -Sí, bastante –comentó con una tierna sonrisa.

 

 -No me habías dicho que tenías novia Wolf –le recriminó el hermano mayor Shibuya.

 

 -Disculpa quería decirte, pero nunca se me daba la oportunidad –respondió Wolfram, apenado.

 

Yuuri apenas se había dado cuenta… ¿desde cuándo Wolfram y Shouri se llevaban tan bien? ¿Qué demonios había pasado con el rubio en esos tres años?

 

Una voz extremadamente familiar lo sacó de sus cavilaciones.

 

 -¿Estás bien Yuuri? –preguntó un rubio, con rostro preocupado, que lo miraba de cerca.

 

 -Estoy bien Wolf, no te preocupes. Vamos a casa de mi madre a cenar ¿te parece? –lo invitó tratando de sonar tranquilo y alegre como siempre.

 

 -No lo sé. Aún tengo muchas cosas que hacer.

 

 -¡Vamos Wolf, puedes hacerlo otro día! –insistió el joven rey, necesitaba hablar con él.

 

 -Está bien –suspiró resignado.

 

 

Estaban listos para marcharse cuando un grupo de chicas… y chicos se acercó presurosamente al rubio.

 

 -Wolfram… emm… ¿podrías darme un autógrafo? –dijo una de las muchachas extendido un cuaderno y una pluma.

 

 -Con mucho gusto, ¿para quién? –preguntó tomando el cuaderno  y la pluma.

 

 -AmOrrtenttia, bueno así me dicen mis amigas –contestó apenada por tenerlo tan cerca.

 

 -Lindo apodo –firmó la hoja con una hermosa caligrafía y le devolvió el cuaderno acompañado de una sonrisa sexy –Aquí tienes.

 

 -¡Mu-muchas gracias! ¡Cantas hermoso Wolfram! –no pudo contenerse, y Wolfram río complacido y en agradecimiento.

 

 -¡A mí también por favor! –exclamaron otras tres chicas, imitando a su amiga.

 

 -Con muchísimo gusto, díganme sus nombres lindas –dijo sin borrar su sonrisa.

 

 

Yuuri veía sorprendido, a su lado, la cantidad de fans de Wolf.

 

 -Mi nombre es Himiko-chan –respondió nerviosa.

 

 -Me gusta tu nombre. Para Himiko-chan, con cariño Wolfram –recitó al mismo tiempo que firmaba el papel –Toma.

 

 -¡Gracias!

 

 -Yo soy Yais –mencionó la tercera chica dándole también su cuaderno.

 

 

Mientras Wolfram plasmaba su firma en la hoja, Yais miró accidentalmente al moreno junto al cantante, éste le dedicó una sonrisa suave y dulce, que hizo enrojecer a la chica.

 

 -Qué guapo –soltó por lo bajo, pero el rubio alcanzó a escucharla.

 

 -Él es Yuuri, un buen amigo mío, ¿quieres saludarlo? –le preguntó a la chica, haciéndole entrega del cuaderno.

 

 -¿Puedo?

 

 -Adelante. Yuuri saluda a mi  amiga Yais –pidió dándole un codazo al costado, para que atendiera al pedido.

 

 -Hola Yais-chan –saludó el chico, dándole la mano y obedeciendo al rubio.

 

 -Si… -fue lo único que ella pudo decir.

 

 -Soy Neko, me gusta mucho cómo cantas Wolfram –explicó la chica perdiéndose en los ojos del cantante.

 

 -Muchas gracias, aquí tienes Neko-chan –entregó la libretita y le sonrió radiantemente.

 

De repente una chica más apareció, al parecer la había costado mucho trabajo llegar al lado de sus amigas, agitada le habló al rubio.

 

-Perdón Wolfram, ¿me puedes dar tu autógrafo? Me encantaría tenerlo- explicó al mismo tiempo que te entragaba un CD y un plumón.

 

-Por supuesto, dime tu nombre -le contestó él, impresionado al notar que el disco llevaba algunas de sus canciones.

 

-Mi nombre es Korime. Y ese disco lo grabé yo misma, espero no te moleste que lo haya hecho -confesó un poco asustada por como fuera a reaccionan su Idolo.

 

-No me molesta para nada, al contrario, es un halago -firmó con su bella caligrafía una tierna dedicatoria y le entregó el disco, junto con una amplia sonrisa.

 

-¡Muchísimas gracias, sigue cantando igual de hermoso! -exclamó ella muy emocionada.

 

El joven cantante repartió autógrafos a las chicas y entonces cinco chicos que las acompañaban, muy guapos por cierto, se dirigieron al rubio.

 

 -Disculpa Wolfram –masculló uno de ellos, al parecer más grande que el cantante –¿Podrías tomarte una foto con nosotros? –dijo completamente rojo.

 

 -Será un placer –respondió el aludido, regalando una sonrisa seductora.

 

 

Los chicos pasaron uno por uno, abrazando a Wolfram por la cintura o los hombros, pues era más bajito que ellos. Las chicas también consiguieron su foto con el cantante y Yais, incluso consiguió una con Yuuri.

 

Los viajeros y Shouri veían divertidos la escena, si con sólo guiñar un ojo el pequeño Lord Mocoso, conquistaba a quien lo viera. Con su voz le era fácil conquistar al mundo.

 

Las fans que habían pedido sus autógrafos a Wolfram, se acercaron también a Conrad.

 

 -Etto… Conrad-san, nos preguntábamos si… nos daría su autógrafo y una fotografía- dijo apenada amOrrtenttia.

 

 -¿Yo? –exclamó incrédulo el castaño.

 

 -Por favor, es que su dueto con Wolfram fue… ¡Maravilloso! –exclamó a coro con sus amigas mientras sus ojos brillaban intensamente.

 

 -E-está bien, con mucho gusto –dijo derrotado, pero al mismo tiempo halagado.

 

 

Una vez lograron zafarse de la bola de fans, entraron al auto de Shouri, que afortunadamente era una hermosa camioneta Jeep Cherokee gris, así lograron caber.

 

Ya en marcha, Shouri puso un disco que al parecer tenia canciones de Wolfram.

 

 -¡¡Shouri!! –exclamó avergonzado por la música de ambientación.

 

 -No te enfades Wolf, sólo es para amenizar el viaje –comentó el mayor, divertido por la reacción del joven cantante.

 

 -Si lo sigo escuchando cantar, me voy a enamorar de usted Lord Bielefeld –bromeó Murata.

 

 -¡¡Alteza!! –volvió a exclamar, aún más apenado.

 

 -¡¡Cállate Murata!! –regañó Yuuri, muy molesto por el comentario de su “amigo”

 

 -Ya Shibuya, no te pongas celoso. Ya sabemos que Wolfram es sólo tuyo –cuando el chico de lentes empezaba a hablar, no había quien lo detuviera.

 

 

Yuuri sólo atinó a darle un “suave” golpe en la cara con lo primero que encontró, mientras el resto se descocía de la risa.

El resto del camino fue tranquilo. Yuuri observaba, más bien analizaba al Wolfram del asiento de enfrente, en silencio.

 

Descubrió que había crecido unos cuantos centímetros, su cabellos estaba ligeramente más largo; sin embargo sus ojos seguían igual de grandes y hermosamente verdes, pero ahora tenían un brillo diferente, más alegre y menos solitario. Notó también que Wolfram sonreía con mayor facilidad, pero al mismo tiempo no había dejado de ser un muchacho caprichoso.

 

Aunque ahora lo veía más delgado, ¿se estaría alimentando bien? Se preguntó el pelinegro.

 

 -Yuuri

 

No hubo respuesta.

 

 -¡Yuuri! – y nada.

 

 -¡ENCLENQUE! – y Yuuri reaccionó. ¿Cómo podía responder tan fácilmente con ese apodo?

 

 -¿Qué sucede? –preguntó el pelinegro, su mirada estaba distante.

 

 -Eso debería preguntarlo yo. Hace cinco minutos que llegamos y tú sigues aquí, en el auto. ¿Todo bien Yuuri? –preguntó el demonio, ahora preocupado.

 

 -Sí, no es nada –dijo automáticamente, pero después analizó la situación, estaban solos, era una oportunidad para hablar con él –Wolf….

 

Notas finales:

Jejejeje, de verdad no me maten. Espero de verdad les haya gustado.

Un beso a todas. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).