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SOUNDTRACK por Keny-chan

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Notas del capitulo:

¡¡¡Qué onda!!! Ya tenia listo este capítulo desde ayer, sólo que un gnomo tomó la compu y no la pude usar en todo el día. Y a parte me estaba recuperando de la cruda del domingo, ¡ah que buena fiesta! Okay ya, jajajaja. 

Tal vez me quieran matar (de nuevo), pero no importa, porque ya casi acabo esta historia. Y eso me hace feliz.

Otra cosa, para las que están leyendo "Nuovo Amore", que creo no son muchas, no podré actualizar pronto esa historia, estoy sufriendo un bloqueo muy feo. Sólo pido paciencia.

Bueno quiero saludar a dos buenas amigas mías: amOrrtenttia y himiko-chan, gracias por el apoyo niñas. Besos.

Les dejo el capitulo, ¡disfrutenlo!

Capítulo 5. Presentación/Sorpresa.

A la mañana siguiente el último en levantarse fue el joven rey. No había dormido tan bien desde que Wolfram se había marchado para cumplir su deber como soldado. Cuando bajó a desayunar le recibieron con una sonrisa. Estaban todos, menos le rubio.

Sin querer pensarlo demasiado, se sentó en la silla de siempre, su madre le sirvió el desayuno como todas las mañanas, había extrañado las atenciones de mu mamá durante aquel tiempo alejado de su otro hogar.

-Buenos días Yuu-chan

-Buenos días, ¿Wolfram ya desayunó?

-Sí, está atendiendo una llamada en el jardín, al parecer es del trabajo –respondió Miko apuntando hacia el lugar mencionado, el pelinegro pudo verlo  con el aparato pegado a su oído.

-Últimamente recibe muchas llamadas ¿no? –no ocultó se desagrado.

-Siempre es así Yuu-chan, él es un muchacho trabajador.

El moreno no dijo nada más, con calma se dedicó a ingerir sus alimentos, dejando su mente en blanco. Había estado a punto de confesarse a la persona que amaba, pero la suerte no le había sonreído. No por eso se daría por vencido, sólo era cuestión de encontrar otra oportunidad. Mientras él disfrutaba de su desayuno, los demás invitados estaban en la sala, cómodamente sentados viendo la televisión.

El timbre sonó justo en el momento en que Yuuri terminaba su jugo de naranja. El abrir y cerrar de la puerta principal se escuchó, era obvio quien era para entrar con esa confianza. Un chico de cabello oscuro y lentes apareció en la habitación muy enérgicamente.

-¡Buenos días familia! –exclamó, sonriente.

-¡Buenos días! –el mundo se había levantado de buen humor esa mañana.

-¡Buenos días Alteza! –Wolfram había aparecido repentinamente a través del marco de las puertas del jardín trasero.

-Buen día Wolfram –contestó observándolo con detenimiento, y en seguida le dedicó una mirada a Yuuri, que aún permanecía sentado a la mesa, esperó por una especie de reacción, pero nada.

-Lo siento me tengo que ir. Me necesitan en el trabajo y después tengo que recoger a Yuuki en la escuela. Pero vendré más tarde –“de eso trataba la llamada”  pensó Yuuri.

-¡Wolf-chan, tráela a cenar esta noche! –dijo Jennifer con una voz melosa, pero era claro, se lo estaba ordenando, no sugiriendo.

-Está bien. Le diré, creo que se pondrá feliz. Entonces los veo más tarde.

-Wolf, espera. Yo te llevo, me queda de paso –Shouri tomó las llaves de su auto, un abrigo e invitó al rubio a salir.

 

Ambos subieron a la camioneta, se pusieron los cinturones de seguridad y se despidieron de Miko, Shouma y Yuuri que los habían encaminado hasta la reja. Sería un largo día sin Wolfram cerca, a pesar de estar en el mismo mundo que él, su corazón se seguía sintiendo solitario. Pero podía soportarlo un poco más, debía ser así.

Murata aprovechó que la familia estaba afuera, para hablar con los mazokus que estaban en la sala.

-Es perfecto, podemos aprovechar que ella viene a cenar esta noche, así podremos estudiar la situación y qué tan fuerte es su relación con Lord Bielefeld –susurró muy bajo para que sólo ellos pudieran escucharlo.

-Y dependiendo de lo que veamos, nos dirá como proceder –completó el secretario real.

-Exactamente.

-Y si descubrimos que él realmente la quiere, ¿qué haremos? –preguntó un castaño bastante reticente.

-Buscaré la forma de volver las cosas a nuestro favor –dijo inmediatamente el estratega.

-No te preocupes. Sabes que no haría nada que lastimara a Wolfram, y tampoco te obligaría a hacerlo –le consoló su hermano mayor.

 

No pudieron continuar con la plática, puesto que Yuuri entró justo en ese momento en compañía de sus padres. Por el momento no le dirían nada al joven rey, por el momento actuarían por su cuenta, y cuando llegara el momento adecuado le echarían una mano.

-Muy bien. No quiero a nadie en esta casa mientras hago los preparativos para la cena, eso te incluya Uma-chan –sentenció la castaña, mirándolos profundamente. “No estoy jugando” decían sus castaños ojos.

-Pero cariño…

-Madre, apenas son la diez y treinta y cinco de la mañana, ¿Qué vamos a hacer hasta entonces? –preguntó su hijo, molesto y fastidiado.

-No lo sé Yuu-chan, ingénienselas. Yo me voy en este momento a hacer las compras, cuando regrese quiero la casa libre de sus presencias. Pero recuerden estar de vuelta  a la seis en punto. La cena se servirá  a las siente treinta –no dijo nada más, tomó sus cosas y salió de la casa.

-¿Qué haremos Shibuya?

- No lo sé, pero no nos conviene permanecer aquí. ¿Irás con nosotros papá? –le preguntó al hombre que permanecía a su lado.

-No, tengo pendientes algunos asuntos del trabajo. Diviértanse hijo –se despidió de ellos y se marchó.

-Bien… nos arreglamos y nos largamos de aquí –subió a su habitación, en realidad era el único que necesitaba vestirse, sólo él estaba en pijama.

No tardó mucho, se puso sus preciados tenis y los cinco hombres huyeron de la casa.

 

*----*----*

-Gracias por traerme Shou, ve con cuidado –dijo frente a la ventana del copiloto, agitando la mano.

-No es nada. Vuelve con cuidado también. La cena es a las siente treinta, llega puntual y vestido de traje. –le indicó el pelinegro.

-¿Cómo sabes que a las siete treinta? –preguntó arqueando una ceja.

-A mi madre le encanta esa hora para empezar una cena –contestó.

-¿Y por qué de traje? No es como si fuera a presentar a mi prometida a mis padres –no necesito de respuesta, la sonrisa de Shouri le dijo todo “es como si lo fuera, conoces a mi madre”

 

Se sonrieron una última vez y Shouri arrancó el coche, en dirección a su oficina.

Wolfram entró al enorme edificio, subió al segundo piso, donde ya lo esperaban los administradores y demás altos cargos. La sala de juntas no era su lugar favorito, pero tenía que soportarlo.

-Pase por favor Wolfram-sama –le dijo el secretario, invitándolo a sentarse con los ejecutivos.

-Gracias Kyouya –tomó asiento en la otra cabecera de la mesa.

-Lamentamos llamarte en tu día libre Wolfram, pero es algo importante –dijo el hombre al otro lado de la mesa, era el director y el dueño del bar.

-No hay problema, dígame que es eso tan importante –respondió el rubio con una suave expresión.

-Queremos hacer algo de publicidad, así que se acordó en la junta mensual organizar  un concurso de canto. Algo parecido al que hicimos para contratarte –respondió el vicepresidente.

-Para la siguiente semana –respondió el director.

-Me gusta la idea, ¿pero que necesita que yo haga? Además supongo que ya tienen listas las reglas y el premio.

-Por supuesto. Y es ahí donde entras tú.

*----*----*

Miko andaba como loca comprando los ingredientes para la cena, también algunos ornamentos para la mesa. Pero debía preparar la ropa de todos también.

Tres horas le había tomado conseguir todo lo necesario. Cuando llegó a casa, efectivamente no había nadie y era momento de preparar todo, aún tenía cuatro horas para tenerlo listo.

Sin perder ni un segundo, empezó con su labor.

 

*----*----*

Dos horas después ya iba en camino a la escuela de música y arte. Y media hora después ya estaba en la entrada, esperando a Yuuki.

-¡Wolf! –una voz detrás de él lo llamó y no era otra que su novia, que se apresuró a su encuentro.

 

Kyoko, Yukari y Naoko no se acercaron, simplemente se despidieron de ellos a la distancia.

-¿Cómo te fue? –le preguntó a la pelinegra, que lo había tomado del brazo.

-Bien, la clase de hoy estuvo divertida. Aunque me volví a pelear con algunos de mis compañeros, que todo quieren arreglar a golpes. Por suerte llegó Kyoko-chan y me ayudó –contó la chica un poco perturbada.

-Ya te he dicho que no hagas cosas tan a la ligera, puede pasarte algo y yo no estoy ahí para cuidarte. Tienes suerte de que Kyoko  está en mi lugar y siempre al pendiente de ti –Yuuki agachó la cabeza apenada por ser tan irresponsable.

 

Wolfram se arrepintió por haberle hablado de esa forma. “Se parecen mucho” pensó.

-Vamos por un frappé de los que te gustan –le sonrió para que se animara, ella levantó la cara y mostró una amplia sonrisa.

-¿Y a ti cómo te fue Wolf? Venias del trabajo, ¿cierto? Te llamaron especialmente, ¿qué tenían que decirte? –soltó la ola de preguntas,

-¡Qué perspicaz eres! Querían platicarme del concurso de canto que están organizando y me pidieron que les ayudara –entraron a un café que estaba cerca de la escuela, les gustaba frecuentarlo y en realidad ya eran bastante conocidos.

-Bienvenidos Wolfram-san, Yuuki-san, ¿lo mismo de siempre? –preguntó una mesera, conduciéndolos a una mesa para dos.

-Por favor, Mina-chan –la chica que los había recibido, se apresuró a traerles su pedido.

-Gracias –dijo Yuuki y la otra muchacha se retiró, dejándolos continuar con la conversación.

-Entonces te pidieron ser juez –comentó la pelinegra tomando un sorbo de su frappé.

-No, ya tienen a los jueces –contestó el rubio, tomando un poco de su pastel de fresas.

-¿Entonces?

-Seré el premio. El que gane podrá pasar un día conmigo.

-Es decir, que si gano, ¿podré tener una cita contigo donde quiera? –el brillo en los ojos de a chica aumentó al imaginarlo.

-Sí, así es –el rubio rió ante la expresión de su novia –El concurso se llevará a cabo dentro de una semana, será en el bar. Además yo me encargaré de abrir el concurso. Empezarán a repartir la convocatoria hoy mismo –agregó, quitando un poco de espuma de las mejillas de la chica, con la mano.

-Excelente, pero hay algo más que me quieres decir –sentenció, mirándolo con una sonrisa.

-A veces me asusta lo bien que me conoces. Pero acertaste, las personas que me recibieron cuando recién llegué, quieren invitarte a cenar esta noche –soltó sin tapujos.

-¿Los padres de Shouri-san? –preguntó un poco alarmada.

-Así es, ¿vienes conmigo verdad? –los ojos verdes, que suplicaban la tomaron por sorpresa.

-Claro –suspiró

-Gracias.

*----*----*

Habían logrado entretenerse durante esas ocho horas. Y se habían apresurado en volver, no era bueno incumplir las “peticiones” de Jennifer cuando se ponía en ese plan.

En ese mismo instante estaban frente a la casa, habían llegado tres minutos antes de la hora acordada. Encontrándose con Shouri y Shouma en la entrada. A las seis en punto estaban los siete hombres dentro de la casa.

-Perfecto. Llegaron a tiempo –dijo Miko, saliendo de la cocina, vistiendo un hermoso vestido rosa pálido, maquillaje discreto, zapatillas rosas y un cómodo  peinado –Uma-chan y Shou-chan ocupen los dos baños, lávense y se ponen los trajes que están sobre sus camas. ¡Ahora! –pronunció con una persuasiva sonrisa.

Ambos no dijeron nada, obedecieron y diez minutos después bajaron muy elegantes con sus trajes oscuros, color azul marino. Shouri con una camisa azul celeste muy pálido y corbata también en azul oscuro, con unas líneas más claras. Shouma llevaba puesta una camisa pálida rosa y una corbata de un tono más oscuro. Haciendo la combinación perfecta con la ropa de su mujer.

-Excelente, pasen a la sala. Ahora Gwendal-san, Günter-san y Conrad, también pasen a bañarse y se ponen los trajes que les dejé listos en sus cuartos –“pidió” con el timbre de un oficial ordenando a sus soldados.

Igualmente en diez minutos los tres hombres bajaron, perfectamente vestidos. Miko había acertado en los colores de cada uno de sus trajes. Para Gwendal un traje verde petróleo con una camisa beige. Para Günter un traje blanco y una camisa lila, la corbata combinaba perfectamente con la camisa. Y para Conrad un traje color terra. Simplemente todos lucían como príncipes.

-Yuu-chan y Ken-chan, les toca. Sólo tienen que hacer lo mismo. No tarden demasiado –en seguida desapareció en la cocina.

Treinta minutos más tarde bajaron los más jóvenes, vistiendo sus trajes negros y sus corbatas. Cuando los dos entraron al comedor todo estaba meticulosamente arreglado y adornado.

A las siete treinta en punto, el timbre sonó.

-Yo voy –dijo Shouri, éste abrió la puerta y los dejó pasar.

-Buenas noches –saludó la muchacha, que vestía un elegante vestido negro y unos tacones bajos, tomada del brazo de Wolfram, y juntos siguieron a Shouri al interior de la casa.

Entraron al comedor, tranquilamente las miradas femeninas se encontraron.

-No puede ser –susurró Jennifer con los ojos muy abiertos.

-¿Jenni? –preguntó la pelinegra acercándonos un poco hasta quedar completamente frente a ella.

-¡Yuuki-chan!

-¡¡Kyaaaaa!! ¡¡Eres tú!! –exclamaron ambas y se unieron en un abrazo.

 

Los hombres que presenciaban la escena no entendían lo que estaba pasando, excepto Shouma que al parecer había reconocido a la chica.

 

-¿Se conocen Madre? –preguntó Shouri, aún          confundido.

-¡Somos primas! –soltaron al mismo tiempo.

Notas finales:

Espero dejen rev. 

Nos leemos pronto


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