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Deja de llorar por Yais

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Notas del capitulo:

Estoy en mi etapa: amo a Sasuke y Naruto. LOL.

Capítulo 11

 

 

 

Naruto y Sasuke tuvieron que llevar a Lee de vuelta a su casa casi cargándolo porque no parecía querer reaccionar. Durante el trayecto el menor no emitió sonido alguno y cuando lo depositaron en el sillón de la sala, simplemente se encorvó y enterró la vista en el suelo.

 

Sasuke fue a revisar cómo estaba su hijo y dejó a Naruto a cargo de Lee, esperando que lograra hacerlo reaccionar, pero cuando volvió se los encontró en la misma posición. Se cruzó de brazos e intentó pensar qué era lo que debía hacer, hasta que sintió la mano de Naruto depositarse sobre su hombro. Lo miró un par de segundos antes de apartarse. Con lo ocurrido no habían podido continuar con su discusión, pero eso no significaba que todo estaba olvidado y perdonado.

 

Naruto abrió la boca en un gesto de sorpresa y luego torció los ojos, antes de señalar en dirección a Lee y darle a entender que estaba preocupado. Sasuke también le hizo una mueca para enfatizar que el problema que tenían entre manos era evidente y no hacía falta que se lo señalara.

 

Ambos se retaron, pero Naruto fue el primero en dejar la silenciosa discusión porque ahora no tenía sentido. –Lee – llamó al tiempo que caminaba para poder hincarse frente a al mencionado – ¿estás bien?, ¿quieres que te llevemos a tu habitación?... no tienes que preocuparte por Gaara, él se va a dar cuenta de que cometió un error y vendrá a disculparse. Eso es seguro.

 

 

 

Lee se quedó quieto un largo rato antes de negar lentamente. –No se preocupen, iré solo – entonces comenzó su camino hacia la habitación. Salió de la sala y comenzó a subir las escaleras, ante la atenta mirada de sus amigos. Pero no pudo subir más de diez escalones porque las fuerzas se le fueron y tuvo que recargarse en la pared para dejarse caer lentamente al suelo. Estaba muy mareado y sentía que perdería la conciencia de un momento a otro.

 

–Lee – Naruto corrió para sujetarlo y entonces Sasuke lanzó un gruñido a la vez que le ordenaba a su esposo que cargara a Lee hasta la habitación.

 

–Esto es suficiente – Sasuke miró detenidamente a Lee mientras Naruto lo acomodaba sobre la cama –no me importa si vuelve y le pide perdón o se pone de cabeza. Mañana Lee se va con nosotros.

 

–¿Qué?, ¿cómo se te ocurre algo como eso? – Naruto intentó hacer que Sasuke no dijera ese tipo de cosas frente a Lee.

 

–¿Qué no te das cuen… no, claro que tú no te das cuenta.

 

–¿De qué?

 

–Desde un principio fue un error que alguien como Lee se casara con Gaara. Sabes cómo es…

 

–Bueno, Gaara es un poco… conservador, pero…

 

–Y Lee es un idiota. Haría todo lo que le pidiera, ¿acaso no ves que aquí no hay alguien más que le ayude?, ¿qué tienen una relación bastante extraña, tanto como para que Lee crea que le tiene que pedir perdón por estar a punto de ser violado?, lo saqué a la fuerza de aquí porque no le permite salir, Gaara controla su correspondencia y a él – señaló a Lee – todo eso le parece bien a pesar de… ¿por qué crees que se acaba de desmayar?, voy por Karin. Si eso es lo que se puede ver en los dos días que hemos estado aquí, no quiero saber qué le hace cuando no hay alguien cerca – salió de la habitación con la intención de traer a su niñera.

 

 

 

Naruto jugueteó las manos. Él sí se había dado cuenta que había algo extraño entre Lee y Gaara, pero no creyó que fuese grave. En realidad Gaara no apreciaba que se metiera en su vida pero él había planeado hacerlo en cuanto pudiera concentrarse, después de arreglar sus asuntos con Sasuke. Pero ahora se daba cuenta que los problemas de sus amigos no podían esperar. Se inclinó sobre Lee para revisar si seguía consciente pero parecía que su amigo ya no sabía lo que pasaba a su alrededor.

 

 

 

A pesar de que Karin podía pasar por una nana cualquiera, en realidad era una de las mejores enfermeras de la región, e incluso sus conocimientos podrían rivalizar con los de cualquier doctor educado en alguna de las escuelas más prestigiosas. Cobraba un sueldo bastante alto, pero Naruto y mucho menos Sasuke reparaban en gastar parte de sus ingresos en tener a la persona más competente a cargo de su bebé. Así que ella no tuvo que hacer un chequeo muy exhaustivo sobre Lee para confirmar lo que Sasuke ya imaginaba.

 

–Es muy pronto para decirlo con seguridad, pero sí, hay una alta posibilidad de que Lee san esté embarazado. A pesar de que el desmayo podría deberse a lo que le pasó hoy, si toco por aquí – empujó en el vientre de Lee – puedo sentir un punto duro muy pequeño. Así que si estoy en lo correcto tendrá a lo mucho un tres semanas o un poco menos. No es algo que cualquiera pueda notar, menos alguien de su edad, así que posiblemente no lo sabe y es tan pequeño que es poco probable que corra algún tipo de peligro.

 

 

 

Después de eso Karin continuó haciéndole pruebas a Lee pero al final sólo les recomendó que lo dejaran descansar. No pensaba suministrarle algún tipo de medicamente hasta que él no estuviese despierto y supiera con certeza que no tenía alergias. Además, era mucho mejor para él ingerir algún té de hierbas para calmarse que un compuesto sintético.

 

 

 

 Lee despertó algunas horas más tarde. A pesar de que sus emociones lo tenían entumecido, no pudo evitar sentir que tenía la garganta muy seca y decidió bajar para beber algo. Caminó por las escaleras con mucho cuidado y antes de llegar a la cocina escuchó a Sasuke y Naruto conversar sentados a la mesa del comedor.

 

–Hablaré con Gaara tan pronto vuelva. No sé qué fue lo que le ocurrió y aun quiero escucharlo antes de seguir tu idea de llevarnos a Lee. Creo que también hay que hablar con Gai.

 

–Qué quieres escuchar, no creo que Gaara tenga una explicación para su actitud. No creo que exista algo que lo justifique para…

 

–No sé si sea una justificación, pero sí tiene una explicación – Lee entró a la habitación diciendo esas palabras y aunque sus dos amigos intentaron pararse para ir a ayudarlo, él les hizo una seña para que se quedaran donde estaban y se sentó con ellos a la mesa.

 

–No deberías estar parado. Si querías algo podrías habernos llamado – lo regañaron Sasuke y Naruto a la vez. Cosa que hizo a Lee sonreír levemente. Adoraba la relación de sus amigos.

 

–Estoy bien. Sólo quería un poco de agua – dijo al tiempo que se servía de lo que había sobre la mesa y después de refrescarse continuó hablando –no sean duros con Gaara. Mucho de esto es mi culpa.

 

Sasuke soltó un resoplido.

 

–De verdad – insistió y enterró la mirada en el vaso que sostenía entre sus manos –yo hice que Gaara dejara de amarme y que ahora quiera… quisiera que estuviera muerto.

 

A pesar de que sus amigos desearon protestar, lo escucharon porque aquella era la mejor manera de entender qué era lo que estaba ocurriendo. Así les sería más fácil decidir qué tanto podían inmiscuirse en esa relación.

 

Lee inhaló hondo y pensó que probablemente tenía una vena de masoquista. No quería que sus acompañantes siguieran pensando mal de Gaara y deseaba dejar claro que él era el único culpable –él me encontró en la cama con su hermano mayor.

 

Uchiha y Uzumaki fruncieron el ceño. No estaban seguro de haber entendido lo que Lee dijo. –Con Kankuro – susurró Naruto procesando la idea y Sasuke le dio un codazo para que no se atreviera a interrumpir.

 

–Gaara se fue de viaje y me dejó solo con él. Como su esposa e hijo acababan de morir y él estaba muy triste quise… no puede evitar desear hacerlo sentir mejor. Insistí en que pasáramos tiempo juntos y en que volviera a su terapia. Quería distraerlo y hacerlo sonreír, para mí no tenía algo de malo, aunque Bele san me dijo que no lo hiciera... pero supongo que Neji tenía razón en eso, no pienso mucho… Una noche Kankuro y yo habíamos estado platicando en la sala hasta muy tarde, no me di cuenta de qué hora era hasta que él dijo que debía irme a acostar. Me acompañó hasta la habitación y ahí me dijo que me amaba, que ese era el último día que lo vería porque no era correcto que estuviéramos bajo el mismo techo, se subió sobre mí y me besó. Entonces Gaara nos encontró– hizo una pausa para tomar aire. –Nunca rechacé a Kankuro, lo dejé tocarme sólo porque me lo pidió. Soy una persona horrible. Incluso aunque sé que no fue mi intención ni yo me puedo creer… por eso Gaara es así, no me puede perdonar. Creí que podía hacer que me volviera a querer aunque sea un poco, pero ahora me-me odia.

 

Cuando Lee terminó de explicar se dio cuenta de que tenía mucho queriendo contárselo a alguien. Tal vez así podría entender lo que ocurrió.

 

 

 

Tras escucharlo Naruto y Sasuke permanecieron unos minutos en silencio y al final el rubio negó con la cabeza. Él creyó todas las partes del relato de Lee incluso cuando decía que no fue su intención o que no sabía por qué aceptó a Kankuro. No podía justificarlo, pero independientemente del motivo, por fin entendió a Sasuke y descubrió que en verdad no era sano que Lee y Gaara permanecieran juntos.

 

Por su parte Sasuke pensó que si él fuese Gaara habría matado a Lee… de hecho, creía que eventualmente lo haría y, aunque tal vez Gaara tendría un motivo que él consideraba aceptable, no iba a permitirlo –volverás a Konoha con nosotros –mitad anunció, mitad ordenó.

 

–Pero no…

 

–Volverás.

 

–Si lo que dices es verdad, deben hablarlo y separarse un tiempo – Naruto intervino en la conversación –tal vez así puedan digerir sus sentimientos porque de otra manera sólo se estarán haciendo daño – Naruto miró a Sasuke y éste le hizo un gesto de asentimiento como si estuvieran de acuerdo porque ambos entendían el sentimiento.

 

Lee apretó los puños. No quería dejar a su esposo, pero debía aceptar que esa idea había cruzado por su cabeza varias veces esa mañana. Sabía que lo único que estaba haciendo era dañar a Gaara. Que si desaparecía de su vista, seguramente lo olvidaría y podría seguir adelante con alguien más. Alguien que no lo hiriera o traicionara.

 

Porque sabía que a Gaara le dolía tanto como a él ver el amor y saber que ya no podría tenerlo. Fuese intencional o no, Gaara no merecía haberse sentido de esa manera. Ahora que tenía la certeza de no ser amado entendía perfectamente lo agónico que era y lo mucho que destruía su alma. Las dimensiones de lo que Gaara siempre le restregó en el rostro.

 

No, se dijo mentalmente a la vez que se paraba de la mesa con la intención de volver a su habitación. No quería volver a Konoha, porque eso aún implicaba que Gaara soportara su existencia. Su esposo merecía ser feliz y dejar de cargar con él. Podría renunciar a Gaara, por él y su felicidad, aunque no sabía qué haría con sí mismo y ese sentimiento que lo llenaba. Su amor era suyo y no había forma que permitiera que alguien, incluyendo a Gaara, lo destruyera.

 

–Lee – Naruto se paró para ir detrás de él pero recibió una sonrisa de respuesta.

 

–No te preocupes Naruto, Sasuke, gracias. Voy a regresar al cuarto. Necesito pensar, probablemente tienen razón y debo separarme de Gaara. Mañana hablaremos de eso, ustedes también tienen que descansar.

 

Naruto no se sintió bien con aquello –pero…

 

–Gracias – repitió Lee y siguió con su camino.

 

 

 

Pero cuando llegó a su habitación no pensó mucho, ya sabía lo que tenía que hacer así que se dirigió a su buró y sacó la carta que escribió a Neji en la mañana para ponerla sobre la cama. En ella le escribió a su amigo lo mucho que lo extrañaba, que era una de las personas más importantes de su vida y que le agradecía todo lo que había hecho por él. También le prometía que continuarían sus entrenamientos en donde los habían dejado tan pronto volviera.

 

 

 

Lo último era una promesa que ya no estaba seguro de poder cumplir, así que pensó en corregir la carta y despedirse por completo, pero algo en su interior se negó a hacerlo y en vez de cambiar toda el texto se conformó con agregar una nota al pie en la que se disculpaba y le pedía que le dijera a su padre y Tenten que los quería.

 

Después tomó otro trozo de papel y escribió tres líneas antes de doblarlo y escribir el nombre de Gaara al reverso. Le costó mucho trabajo pero tras varios minutos se decidió a meter la mano en su bolcillo para sacar el anillo de bodas de Gaara y ponerlo sobre el papel para que sirviera de pisapapeles.

 

Se quedó parado a mitad del cuarto otro largo rato hasta que suspiró y fue hasta la puerta para pegar la oreja y adivinar si había alguien vigilando. No solía poner mucha atención a las cosas que ocurrían a su alrededor, pero cuando se lo proponía era excepcional y en ese momento sabía que Sasuke y Naruto estarían alerta a todos los movimientos que hiciera.

 

Afortunadamente para Lee, él era un escapista nato. Huyó miles de veces de la vigilancia de su padre durante horas y volvió sin que éste lo notara. Desaparecer de la vista de sus amigos era algo bastante sencillo.

 

Tomó un abrigo, algo de dinero y una vez que se aseguró que la pareja estaba en su habitación abrió con mucho cuidado la ventana y se dispuso a salir por ella. Cuando puso un pie fuera y el frio pegó contra su piel sintió que se arrepentía de su decisión y tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no volver por el anillo de Gaara o bajar a la oficina de su esposo y buscar el suyo, pero desechó la idea en cuanto recordó sus palabras.

 

 

 

Ese anillo no era para alguien como él.

 

 

 

Así que sacudió la cabeza y resistiéndose a llorar salió por completo de la habitación. Con la gracia de un gato brincó del alfeizar a un pequeño saliente en la pared que lo acercaba al tubo de bajada de la canaleta y se deslizó por él hasta llegar al piso.

 

Aquello no le supuso gran esfuerzo y mientras corría a la caballeriza pensó que ese era el escape más fácil en ejecución y más difícil en decisión de toda su vida. Fue hasta uno de los caballos y lo preparó con mucho cuidado para que nadie lo escuchara. No montó hasta que llegó a la reja y antes de partir le hizo una reverencia al lugar. Iba a extrañar mucho todo lo que había vivido ahí.

 

Sabía que era mucho más sensato quedarse e irse con Sasuke y Naruto, pero si deseaba hacerle saber a Gaara que ya no tenía que preocuparse por él y que ya podía avanzar sin tener que arrastrar con su insufrible presencia, lo único que debía hacer era desaparecer llevándose consigo el amor que le tenía.

 

Cuando llegó al camino principal miró las tres rutas en las que se bifurcaba. A la derecha estaba el pueblo de Suna, a la izquierda Konoha y al frente iría a un lugar completamente desconocido. Le dijo al caballo que fuera por ahí y mientras avanzaba le prometió a Gaara que jamás iba a volver a molestarlo.

 

 

 

 

 

Al principio Gaara estuvo deambulando por la calle y cuando comenzó a hacer frío rentó un cuarto en una posada, pero al momento en que el enfado y culpa no lo dejaron dormir decidió que lo mejor era volver a casa y enfrentar a Lee.

 

Estaba decidido a aceptar que había cometido un error al reaccionar como lo hizo. Que todo se debió a que se asustó y enfadó, pero Lee no tenía la culpa. Él debió haber estado mucho más atemorizado.

 

Llegó a su casa en la madrugada y se encontró con Naruto durmiendo en la sala.

 

–Gaara – el rubio se talló los ojos y a pesar que aún estaba adormilado notó que su amigo estaba muy demacrado.

 

–Naruto, ¿qué haces aquí?

 

–Si crees que es porque Sasuke no me dejó dormir con él, no es por eso – el rubio lanzó un bostezo y a todas luces se notó que mentía –yo quise estar aquí para vigilar la entrada y recibirte en cuando llegaras, porque tenemos que hablar de Lee.

 

–Sí, después todo lo que quieras. Ahora tengo que ir a verlo.

 

Gaara emprendió camino y Naruto tuvo que pararse para seguirlo –pero no vayas a alterarlo sí.

 

–No voy a hacerlo – subieron las escaleras y cuando Gaara llegó a su habitación entró sin tocar. Frunció el entrecejo en cuanto se dio cuenta de que estaba vacía. –¿Dónde está Lee? – preguntó al tiempo que entraba e iba directo al baño para ver si estaba ahí. Pero nada.

 

–Oye Gaara – Naruto se quedó viendo la carta sobre la cama y cuando Gaara dirigió la vista no le pasó desapercibido el brillo de su anillo en el buró. Fue hacía el mueble y vio su nombre escrito sobre el papel.

 

Le temblaron las manos mientras las llevaba hasta la hoja, y cuando desdobló el papel dejó de respirar.

 

 

 

Quisiera haber logrado ser para ti, lo eres tú para mi.

 

Gracias por ser lo mejor que me pudo pasar en la vida.

 

Adiós.

Notas finales:

Si creen que estamos en el climax de la historia, les diré que naaai, en realidad esto es como cinco octavos [=. Pero el chapi pasado, este y el siguiente son el jugo ;D.

Gracias a las lindas personas que me comentaron en el anterior y platicaré un poco por aquí porque siempre he tenido un problema para contestar los reviews en la page: 

  • Suggiietor, no me recuerdes lo que Kishimoto se atrevió a hacerle a Gaara, que no lo supero Y.Y (¿ya leyeron a Suggietor?, sus historias me ponen de muy buen humor, se las recomiendo).
  •  Emina2040, quien tampoco me ha perdido la fé, muchas gracias por estár aquí en cada capítulo :D.
  • Cristal, te juro que a Lee sólo le falta una cosa por salirle mal y después dejaré de meterme con él... comenzaré a fastidiar a Gaara de nuevo O.o :D.
  • ....... (simplemente adoro la manera de llenar el campo de autor XD) tú me haces muy feliz, así que no llores plis, que aún falta "lo peor" >:D. Estoy aquí actualizando y seguiré.
  • girlutena, la persona quien hizo que me remordiera la conciencia =D... muchas gracias por tus palabras. No le hagas caso a tu amiga a mi me gusta que me stalkeen XD. 

Muchas gracias por leer a todos y nos seguimos leyendo.

Besos

Yais

 


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