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Deja de llorar por Yais

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Notas del capitulo:

U___U este capítulo no me gusta mucho que digamos pero espero que a ustedes si ^^U.

Capítulo 3

 

Cuando despertó descubrió que la cabeza le dolía bastante y abrir los ojos le supuso un esfuerzo tremendo pues sentía los párpados pesados. Su visión estaba borrosa, así que pasaron algunos segundos antes de que se diera cuenta de que acababa de despertar en la cama de su habitación, y al incorporarse pudo ver y sentir como el paño que cubría su frente cayó en su regazo. Estaba desorientado y tenía una sed espantosa.

Alguien abrió la puerta de la habitación y cuando reconoció a Lee como el recién llegado, se olvidó de su dolor de cabeza. Recordó todo y arrugó las sábanas entre sus dedos.

 

Lee se quedó parado unos segundos en el rellano de la puerta, dividido entre el sentimiento de alegría que le producía ver a su esposo despertar y tristeza por la inconfundible mirada de odio que le dedicó. Agachó la cabeza y aunque las manos le temblaron, apretó los dientes y con paso firme llegó hasta donde estaba el mayor.

 

Gaara lo observó acercarse en cámara lenta y soltó las sábanas dándose cuenta, por fin, dónde estaba. En su cuarto, en su cama, en aquella cama. La bilis inundó su boca y se paró tan rápido como pudo, le daba asco el sólo pensar en quedarse tendido un segundo más.

Al erguirse el mundo le dio vueltas y Lee corrió a socorrerlo para evitar que cayera, aunque él lo rechazó. – ¡No me toques! – le ordenó tratando de alejarlo al tiempo que apoyaba una mano sobre la cama.

–Pero debes recostarte – Lee insistió intentando volverlo a la cama –tuviste una fiebre muy alta y no es…

–¡Que no me toques! – ya estabilizado no tuvo problemas en empujar a su esposo para deshacerse de él –no te atrevas a tocarme, a hablarme o siquiera a mirarme – lo odiaba y le quemaba la garganta sólo mirarlo.

Lee se petrificó unos instantes, jamás pensó recibir aquel gesto de su pareja –Gaara san – volvió a susurrar con la misma tristeza con la que había pronunciado su nombre durante toda la noche –sobre eso, Kankuro san se estaba des…

Pero Gaara no lo dejó continuar –no me interesa saber nada más de lo que ya vi.

Lee se atragantó pero negó, determinado –es que no fue como crees.

–Él te estaba besando y tú se lo permitiste. ¿Fue eso lo que estaban haciendo? – a causa de su pregunta un escalofrió recorrió el cuerpo del pelinegro –¡¿fue eso?! – volvió a preguntar con tono enfadado y entonces Lee cerró los ojos y asintió muy lentamente.

–Sí – contestó con un susurro casi inaudible.

Fue eso. Gaara sintió que se congelaba en su mismo lugar. Él estúpidamente había guardado la esperanza de que Lee negara aquello, que se inventara algún tipo de excusa que le ayudara a perdonarlo. Incluso hubiese creído que Kankuro, su hermano, lo había obligado. Lo que fuese.

–Me… me equivoqué – la voz quebrada de Lee inundó su alma –lo siento.

¿Se equivocó? y ¡¿creía que un “lo siento” lo solucionaría?! O en realidad Lee sí era muy ingenuo o lo tenía a él por un estúpido. Una equivocación que ¿cuántas veces se había dado antes de que él apareciera?, ¿hasta dónde habrían llegado?

Le dio un empujón y después una cachetada que lo hizo perder el equilibrio e ir a parar a la pared. Lee lanzó un quejido y cuando encontraron sus miradas, las lagrimillas saliendo de los ojos del pelinegro hicieron muy poco para lograr que el corazón de Gaara se conmoviera.

–No te atrevas a llorar – casi siseó –no vas a lograr algo con eso –. Dio un par de pasos y Lee, quien lo miraba entre dolido y desconcertado, sólo atinó a cubrirse. Entonces lo observó unos segundos antes de detener cualquier movimiento –¿lo entiendes? – preguntó con voz grave.

Como respuesta Lee bajó los brazos poco a poco y se quedó estático.

Gaara acentuó el gesto de enfado y se agachó con intención de zarandearlo y golpearlo de nueva cuenta, pero el menor se hizo hacia atrás desafiándolo pues no estaba dispuesto a dejarse lastimar. Sin embargo su temple duró poco pues tan pronto Gaara estrelló su puño contra la pared, a unos centímetros de su cabeza, él se encogió y comenzó a temblar.

– ¿Lo entiendes? – volvió a preguntar en un murmullo amenazante.

Lee asintió. Aguantando las ganas de llorar y abrazarse a su esposo para pedir perdón una y mil veces si era necesario, pero no podía. Gaara estaba bastante lejos de su alcance, tanto física como emocionalmente.

 

Gaara abandonó a Lee en su cuarto y mientras bajaba llamó a todos aquellos que trabajaban dentro de la hacienda con un grito. Eran 5 criadas las que sostenían aquella casona y sólo le bastó mirarlas un segundo para darse cuenta que todas sabían lo que había ocurrido la noche anterior y que cualquiera hubiera intentado detenerlo para cubrir a Lee.

–Fuera de mi casa – les ordenó y aunque las mujeres quedaron impactadas e incluso una sollozó, las ignoró. Pasó de largo buscando a Baki –Kankuro – le dijo en cuanto lo encontró –si lo ven dentro de mis tierras denle un tiro –. El hombre lo miró desconcertado, sin embargo no tuvo valor para replicar.

–¿Qué esperan?, largo – al volver Gaara se encontró con que 2 de las mujeres aún estaban paradas en el recibidor y subió las escaleras de vuelta a su habitación. No le importó que pretendieran decirle algo.

 

Al volver a la habitación se encontró a Lee sentado en la orilla de la cama, acariciándose con un gesto ausente la mejilla donde lo había golpeado. Sus ojos estaban acuosos pero como él le había ordenado no lloraba. Cerró la puerta pero esta vez se quedó dentro. El día anterior lo abandonó porque no quería que se diera cuenta de cuánto lo había lastimado, pero ahora le iba a enseñar que nadie se burlaba de él. Una vez que lo tuviera, ambos aprenderían una lección muy importante.

Cuando Gaara llegó hasta donde estaba Lee lo tomó de la barbilla para obligarlo a encontrar sus ojos con los suyos. La primera cosa de la cual debía convencerse era que los ojos de Lee no eran encantadores, no brillaban con su luz interior y mucho menos reflejaban su inocencia. Después bajó la vista hacia sus labios. Todo ese tiempo había deseado tocarlos, añoró sus sonrisas y palabras; pero Lee sólo los usó para mentirle.

Se inclinó y al momento de besarlo recordó a Kankuro. Así que lo mordió y empujó sobre la cama. A pesar de que Lee no se resistió cerró una mano alrededor de su cuello y con la otra tironeó sus cabellos para tenderlo por completo. Su pareja se quejó levemente, pero como aún se besaban el sonido salió ahogado.

Gaara rasguñó la piel de Lee y la succionó centímetro a centímetro con rudeza. Lo que sentía en ese momento no se comparaba en absoluto al amor anhelante con el que lo acarició la primera vez. Ahora deseaba reclamar lo que era suyo. Lee lanzó varios quejidos, pero ninguno formó una palabra, parecía que su método para calmarse era cerrar los ojos. Lamentablemente ahora esa acción no era suficiente y tenía que morder sus labios y aferrarse a las sábanas para combatir las sensaciones de miedo y dolor.

–No te perdonaré – susurró Gaara a la altura de su oído. Tenía la intención de tomar aquello que por derecho le correspondía.

Lee ahogó un sollozo como respuesta. Su piel estaba llena de cirios y no podía parar de temblar, así como tampoco pudo evitar gritar de dolor y dejar fluir sus lágrimas cuando Gaara entró en él. Se retorció y aunque intentó alejarse, le fue imposible pues su esposo lo agarró de la cadera y enterró las uñas y yemas de sus dedos ahí para evitar que se le escapara.

–¡Lo siento! – gritó rompiendo el mutismo y por fin abrió los ojos. Gaara lo observaba con odio, disfrutando verlo llorar, sangrar y saberlo herido por su causa. Algo en el interior de ambos se quebró.

El vaivén fue casi eterno. Cada intrusión removió el interior de Lee y lo quemó, prodigando a su cuerpo punzadas de dolor que no cesaron. Jamás sintió placer. Cuando se separaron el frío también invadió al mayor. Notó todas las marcas que había dejado en su pareja y antes de permitirse desarrollar cualquier tipo de sentimiento empático, se vistió y salió del lugar.

Lee se llevó una mano al rostro para cubrir sus lágrimas mientras con la otra se abrazó al tiempo que se hacía un ovillo – …Neji – susurró recordando a su amigo y sus últimas palabras. Lo necesitaba.

 

Fuera Gaara rasguñó la puerta. Porque aún dolía, incluso después de intentar convencerse de que Lee no era especial. Su piel, el calor y la manera en como su interior lo abrazaba. Estaba seguro de que nada de aquello era diferente a lo que tenía cualquier persona.

Lee había jugado al inocente y él le creyó. Pero ¿por qué no lo vio antes? Estuvo tan feliz e idiotizado que no se dio cuenta de que la segunda vez que se encontró con Lee, él se veía a escondidas con Hyuuga. ¿En qué mundo vivía?, creer que acabó con una relación de años en tan sólo unos meses, ingenuo. Todo apuntaba a que era un idiota y entonces recordó que Sasuke ya se lo había dicho.

 

(…)

 

– ¡¿Te comprometiste?! – Naruto saltó levemente en el sillón de su sala y al hacerlo el café que bebía salió de su taza y quemó sus dedos –ahh itte – se quejó por lo bajo depositando aquel instrumento de tortura sobre la mesilla de centro.

Gaara asintió.

–Y ¿con Rock Lee? – el rubio lo miró con un gesto sorprendido, siendo incapaz de imaginarse a sus amigos juntos.

–Nos casaremos el próximo mes.

–¡¿QUÉ?! – esta vez lo miró con descaro y asombro – Gaara ¿te estas burlando de mí? – el mencionado negó y Naruto se permitió hacer un gesto contrariado –pero, pero si lo acabas de conocer –.  Se quedaron callados unos instantes y luego el rubio negó al tiempo que comenzaba a reír –¡ya! estas bromeando, no sabía que tenías sentido del humor… aunque es un tanto extraño.

Gaara hizo un gesto irritado –¿y por qué no me crees?

–Bueno porque… – Naruto le dio un sorbo a su café para darse importancia –no eres su tipo de persona.

–¿Cómo? – Gaara expulsó aquella pregunta con enfado. ¿En qué mundo él no era el tipo de persona para Lee?

Naruto se rascó la cabeza en cuanto se dio cuenta de que Gaara hablaba enserio – etto… ¿de verdad te vas a casar con Lee? – comenzó a mirar a todos lados, como esperando que alguien llegase a salvarlo del problema en el que se había metido y como caído del cielo llegó Sasuke.

–Dobe ¿puedes callarte?, tus gritos se escuchan hasta el jardín – Sasuke cruzó la puerta de la sala con un pequeño bulto en brazos y Gaara pudo ver al tan mencionado hijo de la pareja, Shion. Tenía apenas un mes de nacido.

El rubio caminó hasta donde estaba su esposo y agachó la cabeza a modo de disculpa –lo siento. ¿Está durmiendo? – preguntó refiriéndose al pequeño y cuando intentó tocarlo Sasuke se hizo hacia atrás para que ni lo pensara.

–Sí – dijo molesto –tardé mucho en lograr que lo hiciera, así que cierra la boca – miró a Gaara y le lanzó un gesto despectivo. Sasuke era una persona bastante celosa y así como no permitía que ni su padre tocara a su bebé, también odiaba a todo aquel que pasara tiempo excesivo con su esposo, especialmente a Gaara. –Y el Dobe no te cree porque todos en Konoha sabemos que Rock Lee y Hyuuga Neji están juntos.

–¡Sasuke! – Naruto lo amonestó y se puso frente a él, para evitar que mantuviera contacto visual con Gaara –A… a Sasuke le gusta mucho bromear y eso Gaara.

–Como digas Dobe – Sasuke se dio la vuelta –sólo creo que es idiota el que se casa con alguien que no lo ama.

Después de eso Naruto había dicho y hecho cuanta cosa se le ocurrió para disculpar a su esposo. Pero no tenía sentido porque Gaara nunca prestaba atención a lo que Sasuke decía, siempre se estaban molestando. En ese momento creía que, a pesar de que lo presionaban los muchos negocios que él y Gai compartían, su prometido lo amaba y que Hyuuga, a diferencia de lo que todos pudieran decir, sólo era amigo de Lee. Su prometido se lo aseguró así.

 

(…)

 

Gaara volvió a entrar a la habitación y al hacerlo se topó con que Lee seguía en la cama. De sus ojos caían caminos de lágrimas y estaba cubierto parcialmente con una sábana. Se acercó para obligarlo a pararse. Lee gimió adolorido y Gaara pudo ver como apenas podía sostenerse –prepárame el baño – le ordenó pero Lee no lo atendió, estaba aterrado – ¿qué estas esperando?

Con la última pregunta Lee logró reaccionar y salió del cuarto tan rápido como el dolor se lo permitió. Gaara se quedó plantado en la habitación y no pudo evitar notar el manchón de sangre que el pelinegro había dejado sobre las sábanas. Por un momento cruzó por su cabeza la idea de que acababa de arrebatarle la virginidad a su esposo pero la desechó de inmediato. Él sabía que había miles de maneras en las que hombres y mujeres se cuidaban para que sus parejas creyeran ser las primeras.

Él no era idiota para creer aquello. Si el tal Neji no había probado antes a su ahora esposo, seguro Kankuro sí lo había hecho o, incluso, cualquiera al que Lee tuvo la complacencia de abrirle las piernas. En realidad ahora ya no tenía importancia.

Lee le preparó el baño en silencio y aunque Gaara pretendió ignorarlo no pudo evitar mirarlo de reojo. Sus expresiones y el caminillo de sangre que se escurrió por sus piernas delataban cuan adolorido estaba. El menor le preocupaba, se odiaba por darse cuenta de aquello, y sin ser consiente de que sus sentimientos de empatía y odio se entremezclaron, se acercó para tocarlo de nueva cuenta.

No alcanzó a tomarlo ni del hombro porque Lee se echó para atrás, aterrado por tenerlo cerca. Se miraron fijamente, hasta que el pelinegro desvió la mirada y salió huyendo del cuarto de baño.

Gaara quería convencerse de que no quería a Lee, pero el sólo ver la velocidad con la que huyó, le hizo pensar en un animal maltratado que buscaría cualquier oportunidad para escapar. ¿Con quién huiría Lee?, el sólo imaginarlo nuevamente en brazos de su hermano era insoportable.

No, no habría manera en que lo dejara escapar. Era su esposo y tendría que quedarse a su lado. Era suyo y así tuviera que vigilarlo todo el tiempo, nunca, nadie más lo tocaría.

 

Notas finales:

¡Oh! ¿Quién aun le tiene fe a Lee?... será mucho spoiler si les digo que ¡Yo aún se la tengo!.

Adoro a Lee, de verdad lo amo (más que a Gaara XD) así que esta capítulo se me resistía. Pero ahora que ya está escrito siento que se me botó la canica intentando darle una línea de pensamientos al pelirrojo.

En fin... supongo que ahora hay que esperar a ver que más pasa. Las menciones de Neji y Sasuke en este chap, creo ^^U, tienen una razón de ser.

Nos leemos. Como siempre gracias por leer y comentar.

 

PD: Mañana, respondo sus RR, que son las 3:00 am y estoy muy muuuy cansada.

 

 


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