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Deja de llorar por Yais

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Notas del capitulo:

De entrada quiero disculparme si encuentran errores, son las 2:30 am y la razón por la que estoy publicando es porque quise hacer algo bueno con mi insomnio.

Mañana por la noche espero darle una leída a la historia y arreglar cualquier cosa que se me hubiera pasado... pero publico ahora porque creo que está aceptable.

Capítulo 7

 


Ninguno de ellos habló hasta que Naruto y el resto de su familia llegó a la hacienda. Lee los recibió con una enorme sonrisa y a pesar de que Sasuke se mostraba más serio que de costumbre y Uzumaki sostenía una sonrisa nerviosa, ambos saludaron cordiales. Baki bajó el equipaje del coche de los recién llegados y junto con la nana de Shion, Karin, llevaron las cosas al cuarto que habían dispuesto para ellos.


–¿Gustan café? – preguntó Lee emocionado en cuanto pasaron a la sala. Naruto asintió mientras se tiraba en un sillón para descansar y Sasuke, sentado propiamente, también aceptó la invitación.


–¿Gaara sa..– Se dio cuenta de que su esposo no contestaba y se dirigió a él para preguntarle, pero se cortó justo cuando notó su mirada de advertencia.


–Claro que sí Lee – Lo interrumpió tomándolo de la mano y el mencionado no pudo hacer otra cosa más que sonrojarse. Gaara le había dirigido un tono bastante suave, no romántico o empalagoso, sino familiar; que hacía mucho no le dirigía.


En cuanto llegó a la cocina se tomó la mano y la observó, confundido – Gaara – susurró y luego sonrío. Sabía que aquel gesto fue un intento por parte de su esposo para mantener una fachada frente a Naruto y Sasuke, pero no pudo evitar sentirse feliz pues tenía una oportunidad. Otra vez, una esperanza.


Gaara en la sala escuchaba como Naruto se quejaba del viaje, del clima, de los animales, de todo, pero no estaba prestándole atención. No quería que alguien se enterara de la fallida relación que sostenía con su esposo y, en consecuencia, había actuado. Pero ahora no podía dejar de pensar en la agradable sensación que calentaba sus manos, producto de haber hecho contacto con Lee en una situación tan cotidiana como aquella.


Cuando Lee llegó con la bandeja y las tazas de café. Él le indicó con un imperceptible movimiento de cabeza que se sentara a su lado y Lee obedeció al instante, sonriendo ampliamente. Se preguntó si el menor había entendido su intención y también estaba fingiendo felicidad o si realmente disfrutaba que estuviesen tan cerca. A pesar de que se tensó en cuanto Lee recargó la cabeza sobre su hombro, pasados unos minutos se relajó y no se dio cuenta de en qué momento le pasó un brazo alrededor de la cintura.


 


Tenían aproximadamente una hora platicando cuando Shion, que había estado en los brazos de Sasuke todo el tiempodespertó. En ese momento el bebé estaba pegado de los cabellos negros de su padre y tiraba de ellos por ocio, era muy pequeño todavía pero se le notaba el carácter hiperactivo de Naruto y Lee se enfrascó en mirarlo pues sólo lo había visto una vez antes de partir de Konoha.


–Voy a llevarlo a la habitación – anunció Sasuke parándose y Lee se ofreció enseguida acompañarlo, dejándolo solos Gaara y Naruto.


–¿Cómo estás? – preguntó el rubio segundos después y cómo respuesta Gaara le soltó un escueto bien –Kakashi sensei me dijo que no debía venir porque tú y Lee no tienen mucho de casados, pero no te molesta, ¿verdad? – esbozó una sonrisa despreocupada.


Gaara negó con la cabeza –me alegra que vinieras.


–No pretendía quedarme tanto tiempo, sólo venía a resolver un asunto y volvía a Konoha, pero Sasuke insistió en acompañarme – formó un gesto derrotado.


–Sigue sin dejarte solo ni un segundo.


–Sí – Naruto siguió sin cambiar el gesto – creía que lo podía manejar porque la verdad es que no me importa que me acompañe, me encanta que lo haga. Lo que me molesta es el motivo, sé que no confía en mí.


–Uchiha no es de confiar en las personas, lo sabes.


Naruto suspiró –lo sé, tuvimos una pequeña pelea antes de salir de Konoha y creo que debo hablar con él. Pero…– lloriqueó – Gaara, le tengo miedo.


El mencionado esbozó una ligera sonrisa. La idea de Naruto asustado de Sasuke era bastante posible e hilarante.


Uzumaki arrugó la nariz –no te burles. No sabes lo malvado que el Teme puede llegar a ser.


–Claro – Gaara sabía perfectamente que Sasuke era la personificación del demonio cuando se lo proponía. Aunque con Naruto siempre era un dulce – nunca te abandonaría.


Naruto negó –lo sé, sólo me va a ahogar mientras duermo – lo tomó de la camisa con ojos llorosos – o peor aún, me va a tener en abstinencia.


El pelirrojo parpadeó. Las prioridades de su amigo estaban muy mal clasificadas.


 


En el segundo piso Lee le mostró a Sasuke la habitación y se sentó en la cama mientras con una sonrisa observaba a Karin preparar las mamilas de Shion y a su amigo hacerle un cambio de ropa a su hijo.


–Sasuke kun – llamó aun sin levantarse de la cama –¿cómo están las cosas en Konoha?, ¿cómo están todos?


El mayor se encogió de hombros –Bien.


–Mi padre dice que están arreglando la plaza y que el diseño de Deidara san es espectacular.


Sasuke resopló –no es gran cosa.


–Pues me gustaría verlo, admiro el trabajo de Deidara san. Creo que mi padre describió algo de estilo victoriano, pero no sé qué es eso.


–No me sorprendes – soltó Sasuke mirándolo de reojo y Lee agachó la cabeza. Siempre había sido así. Neji decía que estaba enfermo por decir que Sasuke era su amigo, pues siempre lo estaba molestando de esa manera, pero Lee sabía que eso era sólo la fachada exterior en la forma de ser del mayor. Muy en el fondo Sasuke era una buena persona.


Recordaba que cuando niños, antes de que Sasuke abandonara Konoha y volviera con esas ideas revolucionarias e individualistas, solían pasar el tiempo juntos. El menor de los Uchiha se sentaba a la sombra de un árbol y leía novelas históricas mientras él revoloteaba a su lado intentando convencerlo para que jugasen. En aquel tiempo aún no era amigo de Tenten y no podía pasar el tiempo con los chicos porque no era correcto. Así que lo único que podía hacer era aburrirse mientras era ignorado por Sasuke.


Aun así a Lee le agradaba Uchiha pues había momentos, cuando quería que se callara, que le contaba algo sobre lo que había leído. Comentaba sus opiniones sobre la política o le relataba sobre ese mundo fantástico fuera de Konoha y sus alrededores que él pensaba visitar.


Muchas veces Sasuke había mentido por él y lo animó, a su manera, cuando el resto le decían que lo único que podía hacer era aspirar a casarse con alguien que lo soportara. Había una gran cantidad de pequeños y grandes detalles que lo hacían admirar y querer retar a Sasuke, siempre quiso ser un poco como él.


Entonces escuchó un gruñido y vio como el mayor le tendía un pequeño sobre a la altura de su rostro – Toma. Hyuuga me pidió que te entregara esto.


– ¿Neji? –  preguntó inseguro y Sasuke le dirigió una mirada pesada que tenía impreso un “¿Tú quién crees?”. Los ojos de Lee se llenaron de emoción. Neji le había escrito, después de esos 3 meses su amigo se comunicaba con él. – ¡Gracias! Sasuke kun – gritó y lo abrazó.


El mayor se removió incomodo en el abrazo y Lee lo soltó recordando que detestaba que lo tocasen. Rió levemente – lo siento, es que me hace muy feliz que Neji me escriba por fin. Creí que seguía enfadado conmigo.


Sasuke lo observó fijamente –sería bueno que la leyeras.


Lee, quien seguía sonriendo, asintió con efusividad – ¡Sí!, y le mandaré una respuesta cuanto antes… aunque – llevó una mano a su barbilla – me pregunto ¿por qué la envió con Sasuke kun?, nunca se han llevado muy bien. Bueno, supongo que aprovechó que venían de visita  – resolvió.


El mencionado frunció el entrecejo, repentinamente enfadado –¿no tienes que ir a leerla?


– ¡Ah sí claro!, gracias Sasuke kun – lo reverenció y salió corriendo de la habitación aún siendo mirado críticamente por el mayor.


–Sasuke sama – Karin se acercó al pelinegro y le entregó a Shion en cuanto estuvieron solos – Neji Hyuuga san tenía razón ¿verdad?


–Sí – contestó parco.


–¿Se lo va a decir a Lee san? – cuestionó la nana acomodando sus lentes.


Sasuke negó levemente –ya cumplí con lo que le prometí a Hyuuga– acarició la cabeza de su bebé –no quiero pensar en eso hasta que volvamos a Konoha. Además ahora me debo ocupar del Dobe.


 


Lee entró a su habitación aun sonriendo. Se sentó en el alfeizar de la ventana y con dedos ansiosos se dispuso a abrir la carta. Sólo era una hoja, muy poco para todo el tiempo que Neji y él no se veían, pero no le importó. Se sentía inmensamente feliz y no pudo evitar ampliar la sonrisa en cuanto reconoció la pulcra letra de su amigo.


 


Querido Lee


Es para mí muy difícil iniciar esta carta pues, a pesar de que tengo mil cosas que contarte, no creo que sea adecuado contactarte por este medio. Esperaba que vinieses de visita a Konoha, pero creo que ya no puedo dejar pasar más tiempo.


Si estás leyendo esto quiere decir que Uchiha cumplió con su palabra, así que, si has perdonado mi actitud, te pido envíes respuesta con él. Aunque te entenderé si decides no hacerlo.


Aún pienso en la última vez que nos vimos, he estado reflexionando sobre ello todos los días y el recuerdo de tu expresión me ha mantenido en vela por las noches. Después de todo lo que vivimos juntos sé que cometí un error al marcharme en ese momento y dejarte ir, ahora comprendo que estaba siendo irracional.


Aún te amo y lo siento. Sé que no debo.


Me arrepiento de la actitud que tomé cuando me dista la noticia de tu boda, no debí haberme expresado de aquella manera.  Me exalté. Después de todos los días, escapadas nocturnas,  las tantas cosas que me mostraste o el que siempre fueras la primera persona en todo lo que hacía, no me costó  pensar  e imaginarme cosas. En verdad creí que viviríamos juntos y podríamos tener todos esos hijos que decías querer.


Esas fantasías e ilusiones fueron mi culpa. Discúlpame por no haberme presentado a tu boda, sé que debí haber estado ahí, sobre todo porque eres la persona más importante en mi vida. Ahora entiendo que hay cosas que están fuera de tu control y que no estaba en tu voluntad permanecer a mi lado.


Sé que así como yo no puedo mandar en mis sentimientos, tú no puedes mandar en los tuyos y que debí comprenderte, apoyarte, como los amigos que somos, como al hermanito escandaloso que eres.


Lee sé que te será tan difícil leer esto como para mi escribirlo pero era algo que debía decir. Te estaré esperando en Konoha, charlaremos y, esta vez, todo será diferente. Conoceré a tus hijos y deberás dejar que sea el padrino de uno de ellos. Me lo debes, así como yo te debo aquel duelo que te prometí, pero no te ilusiones porque, como siempre, te venceré sin problemas.


Nos veremos pronto  


Neji


 


Lee sostuvo la carta entre sus manos y cerró los ojos. No se había dado cuenta que tanto era el peso que cargaba encima hasta que terminó de leer. Neji no debía disculparse, era él quien debía agradecerle que fuese un amigo tan bueno. Un hermano, su rival.


Entonces comenzó a buscar un papel. Necesitaba responder en ese instante, escribir todo lo que sentía y tener lista aquella respuesta cuanto antes. No entendía por qué Neji le pedía responder con Sasuke cuando era más sencillo enviarla con Baki al pueblo y de ahí a la oficina postal. No creía que pudiera esperar a que  Sasuke y Naruto regresasen a Konoha. Se sentó frente a su escritorio, en cuanto tuvo pluma y papel a la mano, y entonces se dio cuenta de que aquello que había escrito Neji era verdad “Era difícil iniciar aquella carta”.


Querido Neji… – comenzó, pero pronto paró.


No podía iniciar diciéndole querido. Eran ese tipo de cosas las que habían llevado a su amigo a pensar que le correspondería, aunque no estaba seguro de que debiera cambiar la forma en que se escribían cartas. Siempre habían iniciado así. Suspiró, pues era complicado. Así que dejó la hoja de lado y volvió a tomar la carta, la puso a la altura de sus ojos y con una sonrisa melancólica volvió a leer. No, Neji no lo vencería y él, definitivamente, se disculparía por ser un torpe despistado.


Querido Neji… – repasó la línea y sopesó las palabras, mejor sería comenzar de otra forma.


 


 


Naruto lanzó un bostezo. Aún era temprano, pero ya estaba cansado – Creo que voy a dormir hasta mañana. Me siento muy pesado.


–Descansa entonces.


–Sí – el rubio volvió a bostezar –pero mañana debemos ir a desayunar a la nueva posada, quiero que Sasuke la conozca.


A Gaara no le agradó mucho la idea. Se daba cuenta de que fingir que Lee y él eran una pareja de recién casados normal era más sencillo de lo que creía y no le gustaban los sentimientos que estaba experimentando.


–No, es mejor que salgas a solas con Sasuke. Tengo mucho trabajo.


Naruto gruñó –pero, Gaara. Tienes que venir, te prometo dejar que pases todo el tiempo que quieras con Lee después, no los molestaremos, pero aún no quiero estar a solas con Sasuke.


Gaara negó manteniéndose firme.


–Por favor. Tengo la cita de negocios hasta pasado mañana, si Lee y tú no están cerca vamos a comenzar con los problemas. Quiero estar bien el mayor tiempo posible, así logro que Sasuke se tranquilice antes de volver a hablar del tema.


Aquello interesó a Gaara. Por un momento imaginó que si Sasuke y Naruto peleaban tendrían que volver a Konoha más pronto, aunque la verdad era que no deseaba que su amigo tuviese problemas. Así que terminó por asentir.


–¡GRACIAS! – los ojos de Naruto brillaron – estoy seguro de que me perdona si lo llevo a pasear por el cenote.


–…que te perdone – Gaara era incapaz de entender al rubio.


–Sí – Naruto rió levemente –la pelea fue porque le dije que no podía venir. Y a pesar de que está aquí, estoy seguro de que sigue molesto. Yo – volvió a bostezar – quiero entenderlo y que me entienda – se quedó pensativo y luego le sonrió a su amigo – entonces nos vemos mañana.


Gaara se quedó sin palabras y sin moverse un largo rato. No sabía lo que pasaba por la cabeza de Naruto y mucho menos por la de Sasuke. Era evidente que su amigo amaba a Uchiha y que no tenía ojos para mirar a alguien más, tan enamorado que era una tontería pensar que por la cabeza del rubio cruzara la idea de engañar a su esposo. Sintió como si el último pensamiento le hubiera dado una patada.


Él sabía que antes de casarse su amigo era asiduo a los 3 vicios, por culpa de crecer bajo el ala del viejo Jiraiya, pero tan pronto se enamoró de Sasuke se olvidó de todo. Uchiha actuaba en el recuerdo de la fama que Naruto siempre tuvo, pero el pelinegro no sabía la suerte que tenía. Sintió un poco de envidia y justo después, la urgente necesidad de buscar a Lee. Se escudó en la idea de que tenía que informarle que mañana saldrían, pero la verdad era que quería besarlo.


Aún tenía el recuerdo de su sonrisa y el calor de su cuerpo cuando estuvo a su lado. Se sintió un idiota, pues se daba cuenta de que lo que fingía era odiarlo. ¿Era tan difícil perdonarlo?, ¿tan necesario que se torturara de esa manera? Se paró, pensando en que resolvería esas preguntas en cuanto llegara a su habitación.


 


Lee seguía leyendo la carta. No tenía idea de lo que debía escribir a Neji, era seguro que le diría que no había nada que perdonar, que seguían siendo amigos, hermanos, pero ¿Debía decirle lo que ocurría con Gaara?, No. Necesitaba un consejo, pero no creía que fuera adecuado pedírselo a Neji. No solía pensar mucho de lo que había ocurrido con Kankuro san porque sabía que había sido su culpa. Un malentendido pero, al final, su culpa. Bele san le había dicho que estaba siendo muy descuidado y él no le hizo caso.


Estaba tan absorto, pensando en lo que escribiría, que no escuchó como alguien entraba a la habitación y caminaba lentamente hasta donde él estaba. – Querido Neji  – leyó una voz que rápidamente reconoció como la de su esposo y dio un salto, asustado por la intempestiva presencia y por todo lo que sus palabras significaban. Su voz había sido inexpresiva, como siempre, pero había un deje de frialdad.


Gaara tenía la habilidad de caminar pasando desapercibido y cuando observó a Lee, sonriendo de aquella manera, no pudo evitar acercarse para saber qué era lo que le causaba esa expresión. No le gustó leer aquellas palabras escritas con la desordenada letra de su esposo, no le gustó como Lee se asustó e instintivamente escondió un pedazo de papel al tiempo que se paraba.


– Gaara san.


El pelirrojo frunció el ceño y no se tomó la molestia de preguntar, aún seguía fastidiado por las 2 palabras que acababa de leer, así que con un movimiento brusco jaló a Lee y le arrebató la carta, que intentaba esconderle.


– Espera… – Lee intentó tomarla pero él lo alejó.


Enfadándose, aún más, cuando leyó al pie de la hoja el nombre de Hyuuga y el cordial “Querido Lee” con el que comenzaba aquella carta. Justo como el que su esposo había escrito. Apenas y leyó la primera parte de la carta, ante la mirada enfadada de Lee, cuando ya sentía que estaba ardiendo en rabia. “Te amo”, esas dos palabras capturaron su vista y no le permitieron pensar.


Además Uchiha le estaba sirviendo de celestina. Desde que había ordenado a Baki que las únicas cartas que llegaran a manos de Lee fueran las de su padre no había preguntado sobre quién más le había escrito, pero debió imaginárselo. Gruñó y dobló el papel para hacerlo trizas frente a los ojos del pelinegro.


–¿Qué haces?– Lee no cabía en su asombro y súbitamente sus ojos se llenaron de coraje. ¿Por qué Gaara hacia eso?, ¿Cómo se atrevía? – ¿Por qué rompiste mi carta? – intentó controlar su voz, pero no pudo.


– ¿Qué crees que hacías tú? – Gaara lo miró fijamente, frio – respondiéndole a uno de tus estúpidos amantes.


Lee se quedó callado, procesando lo escuchado, hasta que ya no se pudo contener. Apretó los puños, dio un paso hacia él y le asestó una cachetada. El sonido del golpe inundó la habitación con un ruido  tan fuerte que no estuvo seguro si, en la otra habitación, tanto Sasuke como Naruto lo hubiesen escuchado.


Salvo lo ocurrido en la mañana, ese día había sido perfecto. Gaara lo había tratado con amor y él lo había disfrutado a pesar de saber que todo se debía a que tenían visitas. Y luego Neji le escribió. Pero era un tonto por olvidarse de su realidad. Podía soportar cumplir todos sus deberes como esposo, ser ignorado y sentirse poco amado, pero otra cosa muy diferente era que insultara a uno de sus amigos, su mejor amigo, quien no tenía nada que ver con sus problemas. Eso no lo podía perdonar.


Gaara lo miró fijamente, impactado por su reciente acción y se enfadó con mayor intensidad. Sólo había tenido que insultar al castaño para que Lee sacara a relucir la casta. El monstruo de los celos se hizo más enorme si es que se podía. –Siempre lo supe – se dijo por lo bajo y el pelinegro dio un par de pasos hacia atrás al instante, con la mano hormigueando por la reciente acción.


El mayor lo miró despectivo y salió de la habitación. Lee, por su parte, descansó los brazos a sus costados y aguantó la presión que sentía en la garganta. Ahora no lloraría. Gaara no lo merecía.

Notas finales:

Muchas gracias por sus lecturas y RR a Adid, Kaiser, Naruhi y Emina 2040. La verdad es que, hasta ahora, el capítulo anterior es el que más me ha gustado así que sus comentarios me encantaron.

 

Espero, como siempre, que les gustara este capítulo y... ya me despido.

Inentaré dormir y esperaré con ansias ver el siguiente capitulo de Rock Lee no seishun full power ninden, el día de publicación es el mejor día de mi semana. ¡Gracias Anes no Fansub!.

... ah!, y antes de que se me olvide. Lean a Kimiyu, que por fin se ha animado a escribir algo sobre Gaara/Lee y lo hace fantastico ;P.

 

PD: ^___^ tengooo insomniooooo y es culpa de la pelea que tengo con mi novio (Agradézcanle al pendejo ese porque gracias a sus idioteces estoy actualizando O,o... XD) creo que es por eso que me estoy desquitando con Sasuke y Naruto.

...naa no es verdad...ya tenía planeada la pelea de esos 2. 

Bsos

Yais


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