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¿Un simple amor de verano...? por SorarioOmoe

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Notas del capitulo:

Dato curioso (inútil) del fic: Los personajes principales tienen la misma inicial del nombre que sus mejores amigos, Jairo, Joseph, Alex, Abel... Yo apenas hace unos días me di cuenta o-o Se que no podías vivir sin saberlo LOL

 

Me tarde en actualizar because... El peso de la escuela sha se siente, no tenía inspiración y ps nosee, tenía mucha flojera LOL pero aquí estoy y escribí este capítulo con todo mi amorsh.

 

Por cada mes de embarazo habrá un capítulo, excepto en los capítulos cuando llegue la ansiada Navidad ;D

 

Jairo llegó a su casa y no se sorprendió de ver que su abuela aún dormía tranquilamente, lo cual le alegro bastante. Se acerco hacia ella y miro el reloj en la mesa, “7:37 a.m.”, tenía 23 minutos para prepararle el desayuno, darle su medicamento, bañarse para ir al colegio, vestirse, esperar el camión, el transcurso a la escuela, y un par de metros caminando desde la parada hacia su salón. Resulta casi sorprendente la forma de algunas personas para medir el tiempo.

- Abuela, es ahora de despertarse- le dijo levemente abriendo las cortinas de su cuarto para que el sol entrara en la habitación consiguiendo despertar a su abuela- ¿Cómo amaneciste?-.

- Oh, Jairo, tuve una noche de lo más rara, me hablaron tus tíos diciendo que Abel estaba embarazado, al principio me hicieron creer que era una broma, pero vaya, al parecer no pude tener nietos normales, dijeron que tu ya sabías, pero cuando te hable ya estabas dormido-.

Jairo se le hizo un nudo en la garganta y trago fuertemente saliva, sintiendo ese extraño dolor al querer evitar el llanto.

- Me dijeron ayer en la noche, a mí también me pareció una broma al principio, una de muy mal gusto-.

- Y que lo digas, pero bueno, no me queda más opción que alegrarme al saber que seré bisabuela-.

Jairo contempló la sonrisa de su abuela mientras buscaba entre los cajones las medicinas, era una mala forma de empezar la mañana. Sin importarle el tiempo bajo y preparó un pequeño desayuno para él y su abuela, le sirvió su comida y se metió a bañar. Durante el transcurso de las gotas recorriendo su cuerpo no pudo evitar querer soltar pequeñas lágrimas ante los hirientes recuerdos, pero no sedería, no podía llorar hasta que el dolor pasara, eso solo sería aumentar el sufrimiento.

Termino de bañarse y se dirigió a su cuarto desnudo solo con una toalla rodeando su cintura descubriendo su perfecto abdomen. No tardo mucho en ponerse el uniforme y cuando estaba ya recogiendo su mochila hizo una pequeña pausa como de quien olvida algo importante, solo que él no había olvidado nada. Con pasos un poco indecisos se dirigió hacia su desordenado tocador y abrió el cajón inferior, entre cosas inútiles y un pequeño montón de condones gratuitos, se encontraba un pequeño estuche negro que tomó entre sus manos y lo abrió indiferentemente. Ahí estaban, ese artefacto del demonio 3X de aumento en el cristal. Se colocó sus lentes y se volteó a ver al espejo, la última vez que los había usado fue el día de las madres hace tres años, en el Joseph había ido a comer a su casa, y su abuela lo obligo a ponerse los lentes para leerle un poema.

Se contemplo en el espejo, esos lentes hacían ver sus ojos un poco más grandes y le daban un indeseable aspecto a un nerd, mientras se observaba recordó la risa de Joseph al verlo con lentes. Con resignación y sabiendo que era tiempo de un cambio, se despidió de su abuela y salió a la calle por primera vez en 4 años con lentes.

Al entrar al salón fue lo mismo de casi todos los días, el maestro empezó a gritarle hasta que… Silencio, el maestro no termino su típico sermón hacia Jairo al llegar tarde y el salón entero guardo silencio volteándolo a ver, ese incómodo silencio con Jairo mirándolos a todos con cara de “que se los folle un burro”, fue interrumpido por la escandalosa risa de Joseph y todo volvió a la normalidad, salvo pequeños murmullos ante el acontecimiento escolar.

- Hace unas horas lloriqueabas como un bebé y ahora vienes con tus lentes de abuelito a la escuela-.

- Cierra la boca Joseph, solo que ya me canse de verlo todo como censura en un video porno de televisión abierta-.

- Si te hace sentir mejor, esos lentes te dan un aire más sexy-.

- Creó que no todos piensan eso-.

- Pues yo sí – sonrió coquetamente.


El resto de la clase siguieron en silencio cada uno sumergido en su propio mundo, Jairo platicaba animadamente con sus compañeros de clases y Joseph solo se limitaba a contemplarlo tranquilamente. Aunque todos los demás lo vieran igual de alegre y al mismo tiempo con semblante serio y tranquilo, el podía ver en sus ojos un brillo indudable de tristeza, aunque Joseph sabia que el tiempo sanaba, el tiempo logro que a él ya no le doliera ver al amor de su vida llevarse chicos a la cama fiesta tras fiesta y ser él quien lo sostuviera al salir del bar cuando Jairo ya estaba demasiado ebrio como para caminar, escucharlo hablar de sus múltiples novios, verlo enamorarse por primera vez y el solo ser para Jairo un amigo, pero con el tiempo ya no le importo, el tiempo es capaz de destruir cualquier dolor, aunque desafortunadamente no el amor que tenía por Jairo.

Llegó la hora del recreo, Joseph empezó a encaminarse hacia las canchas de futbol donde por lo general se quedaban de ver con todos sus amigos hasta que Jairo se detuvo en seco en camino hacia las canchas.

- ¿Sucede algo?- le pregunto Joseph volteándose a verlo.

- Será raro- le respondió mirando a la perfección el rostro de Joseph a lo lejos gracias a los lentes.

- ¿Qué cosa?- se acerco hacia él.

- Ir con ellos, que me vean con lentes y decirles sobre Abel-.

- No tienes porque decirles, o por lo menos no todo, tus lentes de abuelito distraerán la atención- Joseph le dedicó una sonrisa a su amigo quien correspondió el gesto.


Esa sonrisa de Jairo, para Joseph no había mayor recompensa, ver su sonrisa.

Abel firmaba estableció su próxima cita al doctor para la revisión médica, firmo firmó su dada de alta del hospital, y se dirigió en camión a su casa. Sus padres le habían insistido en ir por el pero les aseguró que estaría bien, en el transcurso se mareo un poco, pero ya no eran tantas las nauseas como hace unos días lo cual le alegró un poco, aunque en realidad no habían razones en ese momento para ser feliz. Solo miraba por la ventana del auto-bus esperando su parada pensando en mil cosas haciendo que una pequeña lágrima deslizara por su mejilla y dirigió su mano a su rostro para limpiarla lentamente.

Entre las divagaciones de su mente llego a sus pensamientos su bebé, volteó con melancolía hacia su abdomen, seguía están prácticamente plano salvo una que otra lonjita común, un escalofrío recorrió su cuerpo pensando en los siguientes 8 meses. Llevaba ya un mes de estar esperando algo que nunca pudo imaginarse que pasaría y para lo que definitivamente no estaba preparado, había tomado la decisión de darlo en adopción sabiendo que estaría mucho mejor con otra familia, aunque al mismo tiempo le dolía, y su dolor aumentaba al pensar en Jairo. Lo extrañaba tanto, y ahora tal vez no podría volver a verlo y si lo veía sería como antes, esos días en los que peleaban y callaban sus sentimientos, era por el bien de Jairo y lo sabía, y por su bien, pero era demasiado el dolor, y tantas las lágrimas.

Llego el final de su parada, se bajo tranquilamente sintiendo de nuevo un pequeño mareo pasajero y siguió caminando unas cuadras más hacia su casa. Al llegar se sintió un poco triste pues estaba completamente solo cuando en esos momentos debería estar en la escuela con Alex… ¡La escuela! Un pequeño flash invadió su mente, en unos dos meses su embarazo sería notorio y en verdad no tenía ganas de que toda la gente se enterara de su situación, quizás tendría que dejar la escuela hasta dar a luz. A cada momento las cosas se volvían peores, solo le quedaba sentarse, y esperar a que Alex llegara a su casa a visitarlo.

Durante el recreo, Jairo le platico a sus amigos sobre su ruptura con Abel omitiendo los detalles del embarazo, y aunque había hecho un muy buen trabajo evitando las lágrimas no había pasado desapercibido su dolor ante ese grupo de personas que lo conocían tan bien, y como propuesta para olvidar su sufrimiento les llego una idea a la mente, salir de fiesta esa noche para emborracharse y olvidar los problemas. Y aunque a Jairo le pareció una interesante y divertida idea, a Joseph no tanto recordando la debilidad de Jairo por la bebida y… El sexo.

- Si mal no recuerdo le prometiste a Abel alejarte de ese tipo de cosas- le dijo Joseph recostado en la cama de Jairo mientras este estaba sentado alado suyo leyendo una revista.

- Algo así, pero no me interesa, ni que siguiera con él-.

- Pero aún lo amas-.

- Y no me ayudas en nada a olvidarlo- el tono de Jairo ahora sonaba molesto y dejo su revista de lado para voltear hacia Joseph- ¿Y si estas tan en contra porque no dijiste nada cuando organizaron la salida al bar?-.

- Se hubiera visto mal de mi parte y ni siquiera me hubieran hecho caso, se que de cualquier forma irás y terminarás liándote a algún abierto del bar-.

- ¿Entonces que se supone que haga? ¿Quedarme en casa lloriqueando porque corte con el amor de mi vida? Y en todo caso, ¿Por qué te preocupa ahora las personas con las que me acuesto? Y no se dé que te quejas si tú también terminas follando con alguien en los baños-.

Joseph quedo en silencio contemplando el techo con una sonrisa sarcástica y cansada prediciendo todo lo que pasaría esa noche y como al final terminaría sacando a rastras del bar a Jairo mientras platicaba totalmente ebrio sobre el chico que se acababa de follar y al final lloriqueando de nuevo por Abel, mientras el solo pasaba a tercer plano ante los ojos de Jairo. Creía que al menos eso se habría acabado ya que estaba con Abel.

La noche llego, y Jairo después de recostar a su abuela sobre la cama y haberle dado sus medicinas se dirigió hacia el bar con Joseph, quien lo acompañaba de mala gana guiado por la esperanza de ligar a alguien esa noche, aunque a decir verdad y sin modestia, Joseph se sabía y reconocía como alguien realmente apuesto, de 1.83, solo un poco más alto que Jairo, de cabello negro intenso, y complexión delgada y atlética.

Finalmente llegaron al bar donde por el momento todo estaba tranquilo, bebían reían, pero todo empezó a cambiar cuando la bebida abundo más que las risas. Jairo se encontraba recorriendo el lugar con la mirada buscando algún posible pretendiente y ya con su sistema invadido de alcohol. Se encontraba solo en la mesa ya que sus amigos se habían retirado y Joseph se le había adelantado en encontrar pareja para esa noche. Se sentía muy desanimado, y recordaba las noches en el bar en las que nada le importaba y simplemente iba con el primer tipo que se encontraba y le parecía atractivo.

Sumergido en su mente y examinando el lugar sus ojos se detuvieron en un chico en especial, complexión normal, ni muy delgado ni gordo, solo normal, de estatura no baja, ni alta y sobre todo su cabello castaño casi negro, en cuanto lo vio a su mente llego una sola persona, Abel, ese chico que había captado su mirada no era idéntico, pero le daba un aire, y los efectos del alcohol hicieron el resto para darle un mayor parecido.

Después de casi un minuto observándolo, aquel chico notó la mirada de Jairo sobre él y volteó a verlo con intriga, aunque Jairo no bajo la mirada y siguió observándolo fijamente. Ese atractivo muchacho de cabellera castaña oscura empezó a caminar hacia Jairo.

- ¿Por qué me observas?- le pregunto sentándose enfrente de Jairo enfrente de Jairo en aquella mesa.

- ¿No puedo deleitar mi mirada unos segundos?- le respondió dando un trago a su cerveza.

- ¿Cuál es tu nombre?- le pregunto con una mirada coqueta.

- Jairo, ¿Y tu nombre?-.

- Antonie- se paso a al asiento alado de Jairo y apoyo sus codos en la mesa a una distancia muy corta del rostro de Jairo- Jairo, este lugar es muy ruidoso, ¿Te parecería ir a otro lado a platicar?-.

- Pues, yo pienso hacer varias cosas contigo, y entre ellas no está incluido platicar-.


Ahora como por arte de magia, a casi las 2 de la madrugada, Joseph esperaba a Jairo afuera del bar fumando un pequeño cigarro de marihuana, cuando al fin lo vio salir tambaleándose y fue a su ayuda sosteniéndolo para que pudiera mantenerse de pie.

- Fue uno de los peores polvos de mi vida, el pendejo era un marica, debí de haberlo sabido por su nombre, “Antonie”- dijo Jairo con esa extraña forma de hablar de la gente ebria y Joseph solo de dedicaba a reír por las tonterías que decía y preguntarse el “¿Por qué si se acuesta con cualquiera no lo hace conmigo?”.

Al fin después de un largo camino en taxi llegaron a casa de Jairo quien ya podía caminar mejor pero aún así para evitar un accidente Joseph siguió siendo su muleta hasta llegar a su cuarto con el silencio adecuado como para no despertar a su abuela.

Jairo se recostó exhausto sobre la cama mientras Joseph se dirigía a su armario y sacaba alguna playera que pudiera usar como pijama y otra para Jairo. Jairo aventó sus zapatos ante el disgusto de Joseph por su amor al orden y su amigo no pudo evitar soltar una débil risa al ver la expresión de disgusto de su mejor amigo.

- Levanta los brazos- lee pidió suavemente Joseph a Jairo y este obedeció y prosiguió a quitarle su camisa y ponerle la de pijama- a veces siento que te consiento demasiado-.

Joseph no recibió respuesta de Jairo pues este se encontraba sumido en sus pensamientos sin hacerle caso.

- Ese chico, al que me folle en el bar, se parecía un poco a Abel, por eso lo hice-.
- Lo sé, pequeño idiota- sonrió melancólicamente Joseph recostándose alado de Jairo dispuesto a dormir.
- Lo extraño mucho-.

Joseph volteó a su lado encontró la mirada los ojos de su mejor amigo cubiertos por lágrimas, era un doble dolor, ver a la persona que amaba llorar, y saber que no lloraba por él, no pudo hacer más que rodearlo con sus brazos y dejar que se desahogara entre sus brazos, ser su guardia esa noche y su consuelo acariciando su oscuro cabello hasta que quedara dormido entre sus brazos.
Notas finales:

Joseph también anda el la friendzone :T xD ¡Nopormucho! -voz a lo lejos- ¡¿Quien dijo eso?! D: (minispoiler:3)

 

Les seré sincera y es que me resulta difícil escribir sobre Abel en estos momentos porque tengo tocofobia :B (Miedo al embarazo) y escribir Mpreg es algo así como mi autoterapia xDU y ps además es un personaje muy niña, jaJA aún así lo amo :T pero ya en el siguiente cap escribiré mas sobre el.

 

¡Besitos sabor paleta sabor medicina! De esas paletas en forma de corazón que dan en San Valentín x'D sabor "cereza". Y gracias a todos por sus bellos reviews.


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