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¿Un simple amor de verano...? por SorarioOmoe

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Notas del capitulo:

No tienen idea de lo que me ha costado escribir este capítulo D':! Se me hizo tan pesado y tan ¡Aaaaah! Mi mente se seca, como una flor sin agua y sin sol </3...

 

Bueno, xD... Este capítulo es la continuación del otro :D! (¡¿Nah?! x'D) Bueno, me refiero a que se supone que este y el anterior iban a ser uno solo :B Pero no.

 

Lamento la tardanza, de verdad ¡Ahora! El ritmo es algo lento, traté meterle toda la acción que pude D: Jairo es un imbécil xD Leean y sabrán porque... Joseph hubiera sido un hermoso papá TnT... Abel y Alex... Pues, son un amor y todos ñoños xD <3

 

x___x! De verdad me hizo sufrir este capítulo, ojalá no haya quedado mal D': Acepto tomatasos con resignación.

A la mañana siguiente a Jairo le dolía la cabeza y los ojos de tanto haber llorado, pero pues podía decirse que ya se sentía mejor. Alado de él estaba Joseph, pensó unos segundos en despertarlo pero después de la noche en hospital decidió que sería mejor dejarlo descansar aún más.

Algo indeciso se levanto de su cama y fue hacia la puerta, la verdad es que ya estaba empezando a tener hambre, llevaba dos días sin comer nada, más que media bolsa de frituras, ¿Pero eso como iba a ser suficiente? En el camino hacia las escaleras se detuvo enfrente de la recamara de su abuela, estuvo tentado a abrirla pero mejor se detuvo y siguió su camino a la cocina.

Se sobresalto un poco al ver que ahí estaba Abel y vio como este pareció sobresaltarse también al verle en el marco de la puerta.

- Buenos días,- lo saludo Abel con una pequeña sonrisa.

- Hola,- lo saludo también con una sonrisa y llendo hacia el refrigerador.

Solo había huevos, pan, algunas, muy pocas, verduras crudas, volteó hacia la puerta del refrigerador y vio que había una bolsita con jamón, así que la tomó y empezó a comerce de forma desvergonzada el jamón que había dentro.

- No seas asqueroso toma un plato al menos,- lo regaño Abel mirándolo con una leve expresión de asco.

- Cálla, llevo dos días sin comer prácticamente nada,- Jairo empezó a darse cuenta de que la casa estaba demasiado silenciosa como para el número de personas que se suponía debería de haber,- ¿Y los demás?- Le pregunto con algo de curiosidad.

- Alex esta arriba dandose una ducha, y mis padres pues,- titubeo un poco Abel antes de decir lo último,- están organizando lo del funeral-.

- Oh,- contesto simplemente Jairo arqueando la ceja, la verdad es que no había pensado en esas cosas de funerales, o más bien no quería pensar en eso.

Antes de poder deprimirse en sus pensamientos ese irritante ruído volvió a sus oídos, Janeiro había empezado a llorar. Vio como Abel dejo lo que hacia de lado para salir un poco apresurado a la sala, una vez que se quito de la estufa pudo comprobar que como creía le estaba preparando un biberón.

- Ya tranquila,-.

Escucho detrás de él Jairo, pero siguió comiendo jamón sin importarle una mierda lo que pasara a su al rededor. Procuró no voltear a ver a Janeiro, y es que la pobre no tenía la culpa de nada, pero simplemente le resultaba irritante tenerla serca. En cuestión de máximo dos minutos ya no había más jamón en la bolsa así que fue y se lavo las manos, en ese transcurso al parecer el biberón termino de prepararse.

- ¿Podrías sostenerla mientras le sirvo la leche?- Le pregunto Abel un poco tímido y dandose cuenta de que sería la primera vez que de verdad Jairo la "conociera".

- No soy bueno son los bebés,- trato de safarse de aquella situación Jairo con un gesto disgustado.

- Sera solo un minuto, no te vas a destrozar,- le sonrió Abel convenciéndolo con su sonrisa .

Jairo giró los ojos y le extendió los brazos para que le "depositara ese bulto". Al momento de cargarla, que por alguna razón no le fue tan difícil, Janeiro empezó a llorar desesperando a Jairo.

- ¿Cómo la cayo?- Le dijo Jairo a Abel.

- Háblale o algo-.

- Hola Janeiro, hoy no es mi día pequeño monstruo-.

- ¿Qué cosas le dices?- Le replicó algo molesto Abel mientras tomaba un embudo y vaceaba la leche en el biberón.

- No te ofendas, que ella ni entiende lo que digo, ¿Verdad que no pequeña tonta? ¿Verdad que no sabes ni que estupideces digo?- Aquello último lo dijo con un tono un poco consentido levantándola y poniéndola enfrente de su rostro, de ese tono que usa la gente al hablar con bebés, por alguna mística razón pareció causarle gracia a la pobre bebé,- mira que hasta se a reído,- sonrió Jairo divertido pensando en todas las cosas que le dijo.

- Si se ha reido de algo habra sido de ti,- sonrió un poco divertido Abel.

- Janeiro,- "le dijo" a la bebé aún levantándola a la altura de su rostro,- ¿A que desnaturalizados padres se les ocurre ponerte ese nombre?,- La sacudio un poco provocando que riera de nuevo,- yo se de alguien de quien se burlaran en el colegio por su nombre,- siguió molestándola Jairo con sus tonterías en tono "bebé" provocando que su "sobrina" solo riera.

- Ya, mejor dámela antes de que la traumes,- se la quito de los brazos Abel con una sonrisa divertida,- ¿Te lleno el jamón?-.

- Me he saltado seis comidas, una bolsa de jamón feo no me llena,- se quejo Jairo.

- Si quieres cuando le termine de dar de comer a ella te preparo algo a ti-.

- De verdad te lo agradecería, nunca aprendí a cocinar,- sonrió Jairo.

- O podrías darle de comer tu y yo mientras hago algo de comer,- sonrió Abel un poco burlón.

- Como jodes con eso,- frunció el ceño Jairo volteando hacia Janeiro,- esta bien damela, solo porque tengo hambre-.

Abel puso de nuevo a Janeiro entre los brazos de Jairo y le entrego el biberón, Abel se tranquilizo demasiado al ver que al parecer Joseph no le había dicho nada sobre Janeiro a Jairo.__________________________________________________________________________________

Joseph no tardo mucho en despertarse y volteó hacia el reloj, las 11:36 a.m. Con una flojera descomunal y aún con un poco de dolor en el cuerpo se levantó de su cama y fue a buscar a Jairo, en el camino a las escaleras se encontró a Alex con el cabello mojado y con ropa limpia y se sintió un poco avergonzado al seguir el en pijama.

- Oye, necesito hablar contigo,- le dijo Alex a Joseph en cuanto lo vio.

- Buenos días,- le sonrió Joseph.

- Lo siento, pero es que es urgente-.

- Si es sobre las mentiras de Abel y tuyas no quiero escuchar nada-.

Alex guardo silencio y escucho lo que Joseph iba a decir.

- En primer lugar si le hubieran dicho a Jairo desde el principio estas cosas no pasarían-.

- Hasta tu sabes que fue lo mejor para todos esa desición-.

- Fue lo mejor para ustedes dos, no para todos-.

- ¿Me dirás que no fue bueno para ti también?- Alex se sintió un poco mal a haber dicho eso, pero la seguridad de su familia dependía de si Joseph le contaba la verdad a Jairo.

- ¡¿Y en que parte de la historia entras tu?!-.

Alex solo se quedo observándolo un rato hasta que Joseph entro al baño. Al cerrar la puerta Joseph se dejo caer en el suelo y se cubrió el rostro con sus manos, encendio la regadera y se metió a bañar.

Alex prefirió no pensar en eso y bajo a la cocina donde debía de estar Abel, conforme se fue acercando pudo escuchar la voz de alguien más a parte de Abel, pero eso no lo detuvo para entrar a la cocina, la verdad y no iba a mentir, le desagrado un poco, o no sabía muy bien cual era aquella sensación, quiza celos al ver que Jairo sostenía a Janeiro y le daba de comer.

- Hola,- lo saludo Alex un poco seco.

- Hola,- le contestó Jairo mientras seguía dandole el biberón a Janeiro.

- Joseph despertó hace rato, si quieres yo me encargo de Janeiro-.

- Oh, gracias,- sonrió Jairo safándose de Janeiro que lloro un poco al separarse de los brazos de Jairo hasta que le volvieron a colocar el biberon en la boca.

- ¡Hey! ¿Y tu desayuno?,- le grito Abel cuando Jairo ya iba subiendo las escaleras.

- Si, no tardo,- le contestó Jairo sin dejar de subir las escaleras.

Abel dio un pequeño suspiro y volteó hacia Alex que tomo asiento en una de las sillas de la cocina.

- Hable con Joseph antes de bajar,- le dijo a Abel.

- ¿Y que dijo?,- se apresuró a preguntarle Abel.

- No me ha dicho si le dirá o no-.

Abel se tenso demasiado al escuchar eso y deseaba simplemente irse ya de esa casa.

Jairo por su parte al subir las escaleras se asomó a su habitación, estaba vacía, fue hacia la puerta del baño y se alegró de que estuviera abierta. Con tan solo abrirla un poco ya fue evidente el sonido del agua callendo y entró con total confianza sentándose en el lavabo.

- ¿Eres tu Jairo?- Le pregunto Joseph al escuchar como alguien entraba.

- Si, soy yo, el titan ese me dijo que ya te habías despertado-.

Joseph río un poco, aunque no se alcansaba a ver por la cortina de la regadera.

- Ya, tampoco es tan alto,- Joseph se quedo un rato en silencio algo serio hasta que una pregunta inevitable salió de sus labios,- ¿Ya conociste a tu linda sobrina?- Trató de sonar lo más posible normal al hacerle esa pregunta.

- Es una bebé molesta igual a todas las demás, aunque si es algo linda,- gruño lo último Jairo, y es que de verdad la pobre bebé no tenía la culpa de todo lo que había pasado entre el y Abel.

Joseph sonrió melancólicamente y siguió bañándose.

- O, por cierto, al parecer hoy en la noche es el funeral de mi abuela,- le dijo Jairo sabiendo que Joseph al fin y al cabo debía de enterarse, aunque le era difícil hablar sobre cualquier cosa relacionada con su abuela.

- ¿Quienes irán a parte de todos nosotros?-.

- No lo se, familiares lejanos que le tenían aprecio, sus amigas del bingo, de cualquier forma juntando esos dos grupos de personas máximo asistirán otras 6 personas al funeral, sin contarnos a nosotros-.

La platica concluyo ahí y unos segundos después la regadera dejo de sonar y de los labios de Jairo escapó una traviesa sonrisa. Antes de que Joseph pudiera alcanzar su toalla Jairo la tomó y la escondió detrás de él.

- Ya, deja de hacer el imbécil y dame mi toalla,- le reclamó Joseph sin mucha paciencia.

- Si la quieres ven por ella-.

Joseph algo fastidiado por ese juego salió de la regadera desnudo encontrándose con Jairo que lo miraba de arriba abajo.

- Ya dámela-.

Después de un rato de estar persiguiendo su toalla que iba y venía en los brazos de Jairo, Joseph logró arrebatársela y la colocó al rededor de su citura.

- ¿Te has enojado?- Le pregunto Jairo a Joseph sonriendo de forma alegre y burlona.

Joseph no le contesto, solo sonrió de lado y se acerco a darle un beso en los labios rodeandolo por el cuello. A los pocos segundos se separo y se dirigió hacia la puerta.

- Ya bañate,- le dijo simplemente antes de abrirla.

- Hubiera sido mejor si tu me hubieras acompañado,- le reclamo Jairo empezando a quitarse la ropa.

- Hay visitas, indecente,- rió un poco Joseph y se dirigió a su habitación para ponerse ropa.
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Mientras aquellos dos andaban en lo suyo, Abel y Alex nadaban en un rollo algo más tierno. Alex dándole de comer a Janeiro y Abel sentado en la mesa algo malhumorado porque Jairo no regresaba para tomar su desayuno.

- ¿Como te sientes con todo esto de que Jairo conviva con su hija?- Le pregunto Alex a Abel en tono discreto para no ser escuchados.

- Si me causa cierto nerviosismo, pero Janeiro es tu hija y no de él,- le dijo Abel con una sonrisa notando que Alex se ponía un poco celoso.

- Se lo que piensas y no me importa en realidad lo que el tenga que ver,- sonrió Alex volteando a ver como Janeiro agarraba su biberón con las manos en un intento meramente inútil y tierno.

- Yo y Janeiro te amamos a ti, y te lo digo porque te conozco y eres un celoso y dramático,- después de decir eso Abel se levantó de su asiento llendo a besar a su novio, que a diferencia de muchas veces no tuvo que pararse de puntitas o algo ya que Alex estaba sentando y era el en esta ocasión quien miraba hacia arriba al besarlo, la idea hizo que soltara una pequeña risita.
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Llevaban poco de haberse separado de aquel beso y volver cada uno a su mundo cuando escucharon la puerta de la casa abrirse y entraron sus padres a la cocina.

- ¿Ya desperto Jairo?- Le preguntó su mamá a Abel y el solo asintió con la cabeza.

- Que bien, necesito hablar con él lo antes posible-.

No dijo más y se fue hacia la sala y de nuevo se quedo solo con Alex ya que su padre fue detrás de ella.

Pasaron los minutos y Joseph y Jairo bajaron juntos las escaleras hablando sobre alguna cosa sin importancia. Una ves abajo Jairo y Joseph fueron directo hacia la cocina, Jairo hizo una mueca de disgusto al ver que su desayuno estaba frío y la verdad ya ni hambre tenía.

- Más te vale que te lo comas,- le regaño Abel al ver que le hacía malos gestos al plato de comida.

- Será al rato,- le respondió de mala gana volteando a ver de reojo a Janeiro en los brazos de Alex.

- Por cierto mi papás ya volvieron, dicen que quieren hablar contigo-.

- Blaaah,- balbuceo Jairo demasiado exhausto por tantas tonterías, o bueno, más bien aún no asimilaba muy bien toda esa situación,- ¿Estan en la sala?- Le preguntó al fin Jairo tomando su plato dispuesto a llevarselo.

- Si,- le dijo simplemente Abel girando los ojos.

Jairo se fue a la sala y dejo a Joseph solo, en realidad hubiera preferido que lo llevara con él. Joseph, Abel y Alex intercambiaron rápidas miradas con los balbuseos llenos de baba de la pequeña Janeiro. Joseph termino por sonreír y volteó a ver a su pequeña sobrina-haijastra lo que fuera.

- ¿Puedo terminar de darle su biberón?- Le pregunto Joseph a Alex.

Mientras Jairo se dirigía a la sala algo incómodo, pero en fin, abrio la puerta y vio a sus tíos platicando cada uno sentado en un sillón.

- Hola cariño,- lo saludo su tía dando su mejor intento de sonrisa,- ¿Podemos hablar contigo unos minutos?-.

- Seguro,- le respondió Jairo llendo a desparramarse en un sillón mientras comía el desayuno que le había preparado Abel.

- Queremos que vayan a vivir con nosotros,- soltó su tía en cuanto lo vio acomodarse en el sillón.

- Sería en lo que acaban sus estudios y consiguen un trabajo-.

- No suena a un periodo de tiempo corto,- río Jairo ligeramente mientras seguía dando bocados a su desayuno,- Joseph y yo ya hemos terminado nuetros estudios y ni el ni yo planeamos tener una carrera, el y yo planeabamos conseguir algún trabajo y seguir de mantenidos un rato en casa de mi abuela,- Jairo volvió a reír y algo muy extraño le impedía levantar la vista hacia sus tíos.

- Bueno, tu ya tienes la mayoría de edad podrías mantenerte sin problemas, pero Joseph aún no, y creó que les convendría vivir con nostros al menos un tiempo,- trato de convenserlo su tía.

- Bueno, si me dieras tu permiso,- hablo Jairo sintiéndose algo descarado por lo que diría,- la casa ahora es mia, y quería ponerla en renta para irme a vivir a una casa más pequeña, en lo que consigo a alguien que la quiera ¿Podría vivir con ustedes?-.

- Eres mi sobrino, y estoy dispuesta a ayudarte en lo que sea después de todo esto-.

- Gracias,- le sonrió de forma cálida.

- Por cierto el funeral sera...-.

- ¿Es hoy en la noche?-.

- Si-.

- Bueno, será mejor que me vaya preparando, nos vemos-.

Jairo se levanto del sillón y fue de nuevo hacia la cocina, tendría muchas cosas de que platicar con Joseph. Al entrar en la cocina lo vio tonteando y haciendole caras a Janeiro y ella solo reía con sus tonterías.

- Deja de hacer el imbécil Joseph, tenemos que hablar,- le sacudió el cabello Jairo mientras iba a dejar su plato al fregadero.

- Estoy ocupado con esta señorita,- trato de fastidiarlo Joseph siguiendo con los gestos y cosquillas hacia Janeiro.

- Ya que es importante-.

- ¿Podría llevarmela un rato?- Le rogo con una sonrisa a Alex mientras sacudía a Janeiro entre sus brazos haciéndola reír.

- Seguro,- la verdad es que se empezaba a sentir un poco celoso de que Joseph, no la soltara y lo que menos quería por supuesto era que su hija pasara tiempo con su padre biológico, pero sería demasiado extraño y egoísta negarse a que se la llevara unos minutos.

Ya después alejados de la cocina, en la seguridad de su habitación, Jairo sentado en la silla del escritorio y Joseph recostado en la cama con Janeiro encima de su pecho.

- Te encanta fastidiar a la gente,- le dijo con una sonrisa divertida Jairo a su novio.

Llegaron a la habitación y Joseph se recostó en la cama recargando su espalda contra la pared, colocó a Janeiro encima de su pansa y siguió jugando con ella mientras Jairo se sentaba en la silla del escritorio.

- La boda se pospone,- le dijo simplemente Jairo mirándolo como jugaba con Janeiro.

- No me esperaba esto, después de todo era esta semana,- trato de convencerlo Joseph de no cancelar tal evento.

- Si, pero nos iremos a vivir a casa de mis tíos por un rato-.

Joseph comprendía muy bien todo eso, después de todo sus planes y sus vidas en el transcurso de 3 días había cambiado de forma demasiado radical.

- Se que es algo muy distinto a la vida que habíamos planeado, pero todo esto me tomo por sopresa-.

- A mi igual a todos,- Joseph había dejado de jugar con Janeiro y ella ahora solo jalaba el cabello aún un poco húmedo de Jairo y se lo llevaba a la boca.

- Solo viviremos ahí en lo que conseguimos a alguien a quien rentarle la casa, regresaremos aquí, nos mudaremos a un lugar más pequeño, conseguiremos un trabajo, todo será como habíamos planeado-.

Joseph empezó a reír al sentir que Jairo le hablaba como un niño pequeño, en realidad no puedo evitar recordarle al discurso que le dio su padre cuando los abandonó a el y a su madre.

- Comprendo todo lo que esta pasando, descuida,- le dedicó una cálida sonrisa a su novio,- si esperé 5 años para estar a tu lado, puedo esperar unas semanas para casarnos-.

- Gracias por comprenderlo,- se tranquilizo Jairo echando su peso hacia el respaldo de la silla,- el problema será avisarle a todos esos ebrios que se hacen llamar nuestros amigos que la boda se pospone-.

Joseph solo volvió a reír ligeramente y volteó su mirada hacia Janeiro, de verdad que era muy parecida a Jairo, demasiado. Abel si que era un tonto, ponerle a su hija un nombre tan similár como el de su verdadero padre, pensó Joseph.

- Tu sobrina se parece mucho a ti, ¿No crees?- Le insinuó muy diréctamente Joseph a Jairo-.

- No exactamente, eso del cabello negro y ojos grises viene de mis abuelos, Abel es el único rarito con cabello más claro-.

Joseph rió ante lo estúpido que sonaba Jairo en esos momentos para el. Volvió a girar su vista hacia Janeiro.

- ¿No te hubiera gustado tener una así de hermosa?- Le pregunto esta vez con nostalgía.

- No, los bebés son un estorbo, me alegra incluso no haber seguido con Abel-.

Después de haber escuchado eso Joseph volteó la mirada hacia Jairo, detrás de él en el marco de la puerta pudo ver como Abel se iba después de haber escuchado aquella barbarie por parte de Jairo.

Joseph prefirió cambiar el tema a algo menos deprimente, que resultaba ser deprimente para todos, menos para el ignorante de Jairo.
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- Jairo es un completo imbécil,- entro a la cocina Abel después de haberse secado un par de lágrimas.

- No es novedad, ¿Pero por qué esta afirmación?-.

- Nada, Joseph prácticamente le estubo diciendo que Janeiro era su hija y el era demasiado imbécil como para no darse cuenta-.

- Bueno mejor así, al menos eso quiere decir que Joseph no esta muy convencido tampoco de decirle si no fue tan claro-.

- Yo lo único que quiero es irme ya de aquí y no tener que ver a esos dos nunca más-.

No habían pasado dos minutos del final de aquella conversación cuando Abel vio pasar a su mamá a la cocina y servirse un vaso de agua.

- No se si ya te lo habrá comentado Jairo, pero el y Joseph se quedarán en nuestra casa unos días-.

Alex abrió los ojos de la sorpresa a niveles que el no creía posibles mientras Abel hizo un esfuerzo sobre humano por no desvanecerse en el suelo. Su madre dijo algo más que no le intereso y salió de nuevo de la cocina.

Alex lo volteó a ver con una sonrisa que rosaba en lo burlón y Abel solo le contesto el gesto con un, "¡Cállate!" con el ceño fruncido.
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La noche cayo y todos se dirigieron hacia el funeral con sus mejores ropas negras. Los padres de Abel fueron hacia la parte del fondo de aquella sala, donde estaban las cenizas de su abuela. Jairo se quedo en un lugar lejos de ahí, simplemente le parecía demasiado triste ir a ver a su abuela en un frasco cuando fue feliz con ella viéndola en vida.

No supo muy cuando, ni como fue posible, quizá su débil novio hacia la piel suave de los pequeños bebés se escapo de él para ir a jugar con su sobrina. En fin, el punto es que ahora se encontraba solo, en aquel lugar viendo a gente estúpida llorar.

Después de un rato Abel se acercó a Jairo y se paró al lado de él.

- Tengo algo que decirte-.

Abel se había ganado toda la atención de Jairo, quien volteó hacia abajo para mirar alos ojos a su pequeño primo.

- Yo...- Se preparó emocionalmente Abel para lo siguiente,- me siento muy culpable-.

- ¿Por?- Le termino por preguntar Jairo al ver que Abel no continuaba.

- Yo te convencí de ir a comprar chucherías en el hospital, quisas si me hubiera callado hubieras podido al menos despedirte de la abuela-.

Jairo sonrió enternecido y sacudió el cabello de su primo que puso un gesto molesto y luego de sorpresa.

- Sufrió un paro cardiáco estando en coma Abel, no me hubiera dado tiempo de nada, solo te preocupabas por mi y lo agradezco,- le sonrió de fomra tierna al más pequeño.

Abel se tranquilizó un poco más y ambos quedaron sumidos en un cómodo silecio, hasta que Jairo recordó la razón por la cual estaba ahí solo con Abel.

- ¿Has visto a Joseph?-.

- Si, se quedo jugando con Janeiro,- sonrió Abel divertido al recordar esa escena,- de verdad que le tiene aprecio-.

- Le gustan mucho los bebés digamos-.

Abel se puso un poco triste al recordar lo que había escuchado cuando estuvo afuera de la habitación de Jairo.

- ¿No has ido a ver las cenizas?- Se atrevió a preguntarle Abel.

- Me da miedo la posibilidad de ponerme a llorar de nuevo y enfrente de un montón de gente-.

- De cualquier forma son tuyas, la verás tarde o temprano-.

- Aaah, que cutre,- Jairo se cubrió el rostro con sus manos completamente frustrado.

En esos momentos Jairo se encontraba en un alto nivel de estrés, pero pudo sentir como dos débiles brazos lo rodeaban a la altura del pecho, miro hacia abajo y vio el cabello castaño de Abel contra su hombro derecho, Jairo quitó las manos de su rostro y colocó sus brazos al rededor de Abel, duraron así un buen rato hasta que Abel se separó de su primo y le sonrió.

- Tengo que volver con Alex y Janeiro, le puedo decir a Joseph que venga-.

- Gracias, por todo-.

Ambos se sonrieron y Jairo vio como se marchaba Abel hacia el fondo de la sala. Al poco tiempo vio como ahora se acercaba Joseph y se paraba enfrente de el bostezando.

- Oye, ¿Seguro de que para ti esta bien suspender la boda?- Le preguntó Jairo después de unos segundos de silencio.

- Te he dicho que si, descuida,- le sonrió Joseph para tranquilizarlo.

- Porque pequeño niño, me estoy aburriendo mucho de toda esta tontería y me gustaría escaparme contigo a un lugar en especial-.

Joseph lo miro un poco incrédulo confuso por no saber a que se refería.

- ¿Aceptarías escaparte conmigo esta noche? Te devolveré al amanecer,- sonreía Jairo divertido ante la expresión confusa de Joseph.

- Sorprendeme caballero,- terminó por contestarle Joseph y Jairo tomó su mano corriendo juntos hasta la salida de aquel lugar.
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Abel y su familia regresaron a la casa cerca de las 12 de la noche, Jairo y Joseph habían desaparecido sin previo aviso del funeral, pero bueno, eran ellos.

Todos se retiraron a dormir, y Janeiro estaba exhausta de haber estado ahí toda la noche sin un lugar cómodo donde dormir.

Abel y Alex se metieron en la cama del cuarto de huéspedes y se miraron frente a frente en la oscuridad, eso no tenía muhco sentido y tampoco sabían muy bien porque o hacian, solo estaban concientes de lo bien que se sentía estar tan cercanos el uno del otro. Al final ese absurdo juego de miradas en la oscuridad terminó, ambos rieron ligeramente y se besaron sin ninguna dificultad por encontrar sus labios en las penumbras.

- Y yo que no quería volver a verlos en un buen tiempo,- le dijo Abel a recordar que Joseph y Jairo se irián a vivir a la misma ciudad que ellos.

- Tranquilo, algo me dice que Joseph no le dira nada a Jairo-.

- Es solo que no puedo evitar preocuparme, tu y Janeiro son lo más importante para mi-.

Abel no termino de hablar bien cuando sintió de nuevo los labios de Alex contra los suyos, seguido de una mano deslizarse por debajo de su camisa ocasionándole una deliciosa sensación de escalofrío. Claro que esa no era la primera vez que hacia ese tipo de cosas con Alex y claro, que sabía a que tipo de cosas iban a ir a parar esas caricias nocturnas.
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Joseph y Jairo llegaron exahustos al misterioso destino que tenía planeado Jairo. A Joseph le costó un poco reconocer donde se encontraban, ahí detrás de ellos se encontraba el registro civíl.

- La verdad es que a mi si me importa posponer la boda, y no puedo esperar más,- le confeso Jairo con una sonrisa.

- Pero esta cerrado,- le contestó enternecido Joseph por todo eso.

- Nos quedaremos aquí toda la noche así cuando abran en la mañana seremos los primeros de la fila-.

- Estas loco,- rió Joseph mientras se dirigían hacia las escaleras del registro civíl y se acurrucaban en un rincón para resguardarse un poco del frío nocturno,- pero así te amo-.

- Yo también te amo,- le contesto Jairo sellando aquellas palabras con un beso.
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- Te amo,- le susurró Alex a Abel en oído ya preparados para dormir, después de haber tenido el único final feliz conocido, un orgasmo.

- Y yo a ti, te amo,- se giró Abel para besar sus labios rodeándolo con los brazos, cayendo en un profundo sueño en los brazos de su novio.
Notas finales:

Tonto, tonto Jairo x'DDD! ¡¡Janeiro es tu hija y Abel te amaba!! Conche su madre :T Y perdón si no puse lemon xDU Casi no me gusta escribir lemon, escribo hermosos lemons eso si, pero no me agrada :v pero si quieren lemon no duden en pedirmelo n_n

 

¿Les gusto el final? :DDDD Yo lo ame, ambas parejas son tan hermosas y distintas >u< Aunque yo personalmente prefiero a Jairo y Joseph :v

 

Bueno en el siguiente capítulo veremos como les va a Joseph y Jairo en casa de los papás de Abel :DD!

 

Mil gracias por leer :'3! Y nos leemos en los reviews.

 

ESTA AUTORA SE COMPROMETE A ACTUALIZAR MÁS RÁPIDO Y YA NO SER TAN PERRA CON LOS PERSONAJES.

 

Pd: Lo último no es verdad :DD!

 

Pd2: ¡El amor es un contratoooo que se firma sin leee-eeer! (8)


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