11: 45 p.m:
Después de una larga platica que fue conformada por argumentos sin sentido, Jairo y Abel lograron que los dejaran ir al antro esa noche, ambos queria un lugar en el cual puedieran conversar agarrados de la mano donde poder besarsecon toda tranquilidad, y sobre todo, donde nadie supiera que ambos compartían la misma sangre.
- Es la primera vez qu vienes a un antro?- le preguntó Jairo bastante entretenido a su primo.
- Si es la primera vez que vengo a uno, me lo imaginaba... "Diferente"-.
- En que sentido?-.
- Enverdad, no lo se-.
- Bueno lo importante es que alfin podemos hacer este tipo de "cosas"- le susurró seductoramente en el oído a Abel haciendo que templara ligeramente y diera paso a lamer su cuello.
Abel se perdió en ese arcoiris de senciónes que lo invadían al sentir el húmedo tacto de la lengua de Jairo, resvalar por su níveo cuello. Agarró delicadaménte la cabeza de Jairo y posó los labios de el sobre los suyos, recorriendo con sus lenguas la boca del otro experimentado sentimientos que ninguno de los dos creyerón posibles.
01: 00 a.m:
Jairo se encontraba solo en la pequeña mesa del antro que comapartía con su primo. Abel había ido al baño y le había dicho que no tardaba, pero para Jairo cada segundo sin importan que tan corto fuera el tiempo de espera, para el era una eternidad.
Jairo estaba tan perdido en sus pensamientos que apenas y alcanso a darse cuenta cuando un sujeto se sentó en la silla que ocupaba anteriormente Abel, aquel sujeto se le quedó viendo de forma divertida a Jairo esperando a que le dirigiera la palabra.
- Y tu que quieres?- le preguntó alfin Jairo después de unos segundos de analizar a la persona enfrente suyó.
- No me reconoces?- le preguntó el sujeto acomodandose mas en la silla.
- No, no realmente-.
- Estas mas ciego de lo que pense, admite de una vez que necesitas lentes!-.
Al escuchar esas palabras Jairo observo fijamente a ese sujeto hasta que al fin con un poco de esfuerzo tanto de vista, debidó a la escases de luz, y un pequeño esfuerzo de memoria, logro reconocerlo y sonrió ampliamente.
- Joseph, que te traí por aqui?- le preguntó Jairo con un pequeño tonó de apresió en su voz.
- Negocios mi querido amigo-.
- Debe de irte muy bien con el dinero-.
- No te imaginas, es más, incluso podría pagarte una cita con el oculista, no lo deseeas?-.
- No necesito lentes...-.
- Di lo que quieras, luego en clase no te vuelvas a quejar de que no alcansas a leer lo que hay en el pizarrón, oh! Y cambiando de tema, me llegó una nueva droga experimental, muchos me han preguntadó por ella pero siendo tu mi amigo, decidí guardarte para ver que tal te parecía-.
- Experimental? Por lo menos estas seguró de que esa madre es segura?-.
- Absolutamente, yo ya la probé y no hay ningun riesgo-.
Joseph el amigo de Jairo, sacó de su bolsillo unas extrañas pastillas de las cuales, partió la mitad de una y se la metió a la boca rapidamente. Jairo las observó pensativo sin saber muy bien que hacer, no podía dejar que Abel lo viera consumiendo esas cosas.
Con una gran fuerza de voluntad, hizo con su mano a un lado la pastillas y volteándo la mirada hacia otro sitió.
- Que que te pasa?! Ya te dije que son seguras, tu tomalas con confianza- le dijo Joseph mirandolo con extrañeza total.
- Pienso dejar las drogas...-.
Solo terminó de decir eso y se escuchó una gran risa por parte de Joseph que se detuvó despues de unos segundos.
- Y que ha hecho que mi mejor cliente quiera cambiar su camino?-.
- Que te importa...-.
- Sera acasó que el muchacho que te acompañaba hace unos momentos es la razón?-.
- Que?!- el rostro de Jairo se tornó de un color carmesí realmente hermoso poniendo en evidencía todo lo que estaba sucediendo.
- Valla, valla- aplaudió ligeramente Joseph con un tonó de total sarcasmó- el devora culos del pueblo esta enamorado, enverdad nunca me lo espere de ti Jairo-.
- Callate-.
- Pero es verdad cierto... Tú estas enamorado?-.
Esa vez no hubo respuesta de parte de Jairo, solo una mayor profundidad en el tonó rojo de sus mejillas, después de pensarlo un rato se metió la otra mitad de la pastilla y sigió hablando con Joseph. Y mientras tantó, Abel volvía del baño, se dirigía tranquilamente hacia su mesa cuando se encontró a un sujeto desconocido sentado en su lugar, retrocedió unos pasos y se quedo detras de un pilar ovserbando lo que pasaba en la mesa.
- Y bien, que hizó tu principe para enamorarte?- le preguntó Joseph a Jairo mientras encendía un cigarro de marihuana y se lo pasaba a Jairo después de haber fumado un poco.
- En realidad no tengo idea, lo amo desde hace mucho, mas de lo que puedo recordar-.
- Sabes nose si tu te habrás dado cuenta antes pero a mi tu siempre me has parecido muy atractivó-.
- Sabes creo que ya te esta afectando un poco...-.
- No enverdad tu siempre me has atraído mucho- al terminar de decir esto se acercó aún mas a Jairo, poniendose a pocos centimétros de el, cosa que Abel no paso por alto, y prestó mas atención a lo que pasaba.
- La verdad, tu tampoco estas tan mal que digamos-.
- Y entonces que carajo tiene tu principe que te enamoro? Que yo alla visto no es muy atratactivo...-.
Abel no alcasaba a oír las palabras que decían debidó al sonido de la música, pero la corta distancia que había entre ellos le empezaba a angustíar, y de la angustia paso a un enojo y celos totales al ver que Joseph se sentabá en las piernas de Jairo sin reclamos de parte de este.
- Lo que sientó por el va más alla del atractivó fisicó- se limitó a contestarle Jairo aspirando de nuevo, un poco del cigarro de marihuana.
- Pero deseguró preferirías un beso mío antes que uno de el...- terminó de decir eso y posó sus labios sobre los de Jairo y empezando a meter su lengua dentro de la cavidad bucal de Jairo.
Abel observó esa ecena completamente horrorisado y llenó de tristeza, no tanto como por el hecho de que aquel sujeto besara a Jairo, mas bien porque este no oponía resistencía.
Jairo, que hasta hace unos segundos estaba realemente concentradó en el beso que le proporcionaba su amigo, abrió los ojos y se quitó de encima a Joseph realmente sorprendidó por lo que acababa de pasar.
Instintivamente volteó hacia su derecha y se encontró a Abel con una mirada profunda de enojo y tristesa en sus ojos y luego se fue corriendo de aquel lugar, siendo seguido rapidamente por Jairo.
1:30 a.m:
Abel corría rapidamente por las calles siendo seguido de cerca por su primo. No se detubó ni miro atras, apesar de los gritos de Jairo, hasta que llegó al hotel y subió a toda velocidad las escaleras.
Al llegar a la puerta de la habitación, Abel sacó la tarjeta rapidamente de su bolsillo, estaba apunto de pasarla por el identificador, cuando unos atractivos brazos lo rodearon completamente impidiendole hacer algun movimiento.
- Idiota dejame entrar!- le gritó Abel a Jairo trantando de quitarselo de encíma.
- Por favor dejame explicarte todo lo que paso...-.
- No necesito explicasiones de ningun tipo-.
- El era solo un amigo mío-.
- Si, los dos eran bastante amistosos entre los dos al parecer-.
- Por favor, solo dame una oportunidad para explicarte-.
- No, no quiero, eres un ímbecil, confie en ti y me haces esto apesar de que yo te...- su voz hizo una larga pausa sin poder pronunciar las últimas palabras de su oración.
- Yo no te engañe, todo es un mal entendido-.
- Y encíma de todo estabas drogandote... No quiero que dormir en la misma habitación que tu nunca mas!-.
Jairo decidió soltarlo y Abel entró a su habitación cerrando la puerta de un portasó, dejando a Jairo en la frialdad del pasillo.
10:05 a.m:
Después de un horrible e incómoda noche, Jairo despertó recostado en frío suelo un poco adolorido de la espalda.
Se dirigió hacia la puerta de su habitación a la cual toco varias veces sin que nadie le respondiéra, sigió insistiendo hasta que la puerta se abrió rapidamente y casi le golpea el rostro.
Contemplo a Abel con su rostro muy enojado, pero también relfejando una gran tristesa, se miraron por unos eternos segundos hasta que uno de los dos rompió el silencio.
- Y que tal dormiste?- le preguntó Abel a Jairo en el tonó mas frió que pudo haber usado.
- Eso es lo único que tienes que decir después de lo que pasó ayer?-.
- Para mi ya no importa lo que pasó ayer, solo dejame en paz-.
Abel emprendio su caminó dispuesto a marcharse cuando las palabras profundas de Jairo lo detubieron.
- Te amo, por favor dejame explicarte lo de ayer...-.
- Para mi ya no importa ni ayer, ni los días anteriores de estas vacasiones-.
Y sin decir nada más, se marcho Abel dejando atras a Jairo con un gran nudo de pensamientos en la cabeza sobre la noche anterior.
12:30 a.m:
Jairo completamente deprimido por lo que paso en la mañana, estaba sentado cerca de la alberca fumando un cigarro con el que se habia quedado de la noche anterior. Se arrepentía tanto de lo que había hecho, y al parecer en esa ocasión no había solución a sus problemas.
Estaba tan concentrado tratando de resolver ese conflicto con Abel, que no se dío cuenta cuando Joseph se sentó alado de el quitandole el cigarro y metiendoselo el a la boca.
- Y que tal te fue con tu chico enamorado?- le preguntó sinicamente Joseph a Jairo.
- Eres un bastardo!- no le faltaba fuerza de voluntad para partirle la cara a su amigo, pero un extraño sentimiento, talvez prudencia, lo hacia contenerse.
- Ya, ya tranquilo todo va a salir bién-.
- No es verdad, el ya no quiere saber nada de mi y me terminó hoy en la mañana, y todo esto es tu culpa!-.
- Mi culpa?!... Tu fuiste el inútil que dejo que te besara!-.
- Callate y resuelve esto- eso último, Jairo lo dijo acercandose aún mas a Joseph, un terrible error ya que en ese momento paso Abel por ahí y los vio muy cercanos, y salió corriendo.
- Eres bueno atrayendo problemas- dijo haciendo referencia a lo que acabába de pasar- dime enverdad te importa demasiado esa persona verdad?-.
- Mas de lo que te imaginas, estube esperando toda mi vida este momento para que llegaras tu y la cagaras-.
- En todos estos años de amistad nunca te había visto deprimido por cosas del amor... Te prometo que solucionare tu problema-.
12:46 a.m:
Abel se encontraba en su habitación llorando amargamente, le dolía bastante que Jairo lo estuviera "engañando", cuando por un momento enverdad pensó que podrían enverdad formar una verdadera relación amorosa.
Estaba llorando, cuando escucho que alguien tocaba la puerta, se dirigó secandose lo mejor posible sus lagrimas. Sin preguntar quien era, abrió la puerta y se encontró a Joseph, ahí de pie con una peculiar sonrrisa en sus labios.
- Que quieres?-preguntó Abel algo molesto al reconocer quien era.
- Eres mucho menos atractivo en persona...- dijo Joseph desvergonzadamente mirando de forma despectiva a Abel.
- Te vale no?!... A que carajo veniste?-.
- Enverdad, que es lo que te vio o que hiciste para conquistarlo?-.
- Ya largate!-.
Abel estaba por cerrar la puerta cuando Joseph interpuso su pie y entro desvergonzadamente en la habitación empujando a Abel también dentro de esta.
- Tu me vas a escuchar mocoso, porque lo que te voy a decir es muy importante... - le dijo Joseph ya sin la sonrrisa en su rostro.
Abel solo se quedó mirandolo esperando a que prosigiera, y Joseph al contemplar ese silencio continúo.
- Muy bién, conosco a Jairo desde hace como, 5 años, somos se podría decir buenos amigos, yo soy vendedor de droga, el es de mis mejores clientes, nuestra relación nunca ha ido mas allá de eso, aúnque si te soy sincero... Siempre me ha gustado mucho Jairo, desde el primer momento en que lo ví, es una persona bastante atractiva y creó que en eso estas deacuerdo conmigo ¿No? Pero bueno, anoche, ambos estabamos drogandonos cuando tu estabas en nose donde, y no pude resistir besarlo... Simplemente ya llevaba mucho tiémpo deseando hacerlo y el bajo los efectos de la droga correspondió, créme que si no hubiera tomado esa pastilla nunca lo habría hecho-.
- Como puedes estar tan seguro de eso?!-.
- Porque... En los 5 años que llevó de conocerlo, nunca había visto que se enamorara o que mantuviera una relación seria con alguien, y todas las personas con las que ha salido son por mucho muy diferentes a ti... Y basta con decirte que esta planenando dejar las drogas solo por tí-.
Ambos permanecieron en silencio por aproximadamente un minuto, Abel contenía sus lagrimas lo más que podía, pero ya no podría resistir por más tiempo.
- Por favor perdonalo... Todo lo que paso anoche fue mi culpa-.
- Tienes que admitir que también fue culpa de Jairo...-.
- Pero a diferencia de mi, el te ama, más que a su propia vida, el es un gran amigo y enverdad me pone triste verlo tan deprimido por alguien como tu- se dirigió a la puerta la cual abrio y dio un paso hacia afuera- porfavor piensa en las cosas que te dije-.
Con esa palabras se depidió Joseph saliendo de la habitación y dejando a Abel con sus pensamientos.
8:00 p.m:
Paso el día lenta y tortuosamente para ambos primos. Jairo se encontrába cerca de la alberca fumando bajo la muy ligera lluvia, a esas horas no había absolutamente nadie, debido a que todos se iban a bañar, vestirse y prepararse para ir a cenar.
A lo lejos pudo ver una figura familiar acercarse lenta y tímidamente hasta postrarse enfrente de el, estaba tan concentrado analizando a esa figura que no se dío cuenta cuando, esa persona levantó su mano, y de un solo manotazo, tiro su cigarro al suelo.
- Era mota?- le preguntó algo avergonzado Abel.
- Si, lo era- le contestó Jairo algo confundido por lo que estaba pasando.
- Nunca me dijiste que te drogaras-.
- Bueno es que no es un muy buen tema de conversación-.
- Idiota-.
Hubo un largo silencio en el cual Jairo miraba la ligera lluvia golpear el agua de la alberca y Abel contemplando los charcos de agua.
- También me dijo que tratabas de dejar las drogas... Por mí- volvió a retomar la conversación Abel.
- Si, así es-.
- Alguna vez antes de volver a verme se te ocurrió dejarlas?-.
- No, nunca, no veo la razón por la cual dejarlas... Hasta que llegaste tu-.
- Enverdad soy tan importante como para que hagas eso?-.
- Más de lo que te imaginas-.
La incomodidad y lo tensó del hambiente, no impidió que Abel abrazara a Jairo refugiandose en su pecho de la lluvia al borde de las lágrimas.
Jairo sin pensarlo mucho correspondió el abrazo atrayendo a Abel mas hacia el y recargando su cabeza en la de su primo.
- Por que lo besaste?- le preguntó Abel tartamudeando ligeramente debido a las lágrimas que amenazaban salir.
- Siempre he sido así, alguien sin una sola pareja que no se acuésta con quien quiere, supongo que por un momento olvide que por fín había llegado a mi vida alguien tan importante que solo me conformo con sus besos y con los de nadie más-.
- Yo enverdad confiaba en tí-.
- Losé, asi que porfavor, perdóname-.
Hubo otro prolongado silencio en el cúal el corazón de Jairo latía rapidamente esperando a que Abel dijera un "si" como respuesta y no un "no", que destrozaría su corazón como nunca antes.
Abel levantó su rostro mirando a los ojos a Jairo por primera vez en ese día, acerco su rostro lo más que pudó hasta que sus labios se unieron en un beso inocente, como los que da un niño pequeño a su primer amor.
- Eso es un "si"?- le preguntó Jairo.
- Aunque quisiera, simplemente no puedo vivir mas tiempo sin tu precencía-.
- Te amo tanto, juro no volver a besar otros labios que no seán los tuyos-.
- Yo también te amo-.
Despues de eso, siguió un beso, menos inocente, mas lujurioso, en el cual sus lenguas jugueteaban la una con la otra y sus cuerpos únidos lo más que se podría.
- Espera...- dijo Abel un poco exaltadó terminando el beso- alguien podría vernos-.
- Vallamos al cuarto...-le susurró al oído de una forma sensual y un poco insinuante.
Caminaron un poco apresurados hacia el elevador y presionaron el botón del piso numero 5. La lentitúd de elevador hacia que llegaran al bordé de la desesperación, sobre todo para Jairo.
Alfin, despues de unos tortuosos segundos llegaron, abrieron el la puerta y entraron con tranquilidad. Abel estaba algo nervioso por la situación, admitía que era algo inocente, pero no tanto como para no saber lo que pasaría acontinuación.
Jairo notó lo que pasaba por la mente de Abel y lo comprendía, todos estamos nerviosos en nuestra primera vez todos nos ponemos nerviosos. Se acercó a Abel sigilosamente y lo acorraló contra la pared empezando a besarlo de una manera que espresaba toda la lujuería que sentía en esos momentos y esos besos fueron correspondidos con la misma pasión.
Jairo pasó de besar los labios de Abel a morder el cuello de su primo, tratando de no dejar marcas que los pudieran poner en envidencia.
Las cosas iban subiendo de temperatura cada vez más hasta que ambos tuvieron una muy notoría erección bajo sus pantalones. Jairo al notar la de Abel, sonrrió de una forma divertida y contemplo el rostro al extremo sonrojado de su primo.
Sin pudor alguno se inco en el suelo y desabrocho lentamente el cierre del short de Abel.
- Que haces?- le preguntó tímidamente sintiendo como se excitaba aún mas por aquella acción de su primo.
- Se que sabes con exactitud que es lo que estoy apuntó de hacer-.
Con un solo movimiento, bajo los pantalones junto con la ropa interior. Contemplo un momento el miembro de su primo, no podía decordaba cuando fue la última vez que se la había mamado a alguien. Sin pensarlo más tiempo, empezó a soplar ligeramente en la erección de Abel haciendo que su miebro se moviera ligeramente.
Jairo estaba experimentando un extraño tipo de felicidad, siempre que tenía relaciones con alguien solo sentía placer sexual y nada más, pero en esa ocasión era diferente, sentía una gran felicidad por dentro que le era difícil explicar.
Por su parte Abel, estaba de lo más nervioso y totalmente apenado por las acciónes de su primo, pero todo eso dejado de lado por el placer que le hacia sentir, y al mismo tiempo el placer era remplazado por un extraño sentimiento de miedo por ser su primera vez.
Pasarón unos segundos para que Jairo de estar soplando ligeramente su erección, pasara a lamerla como si fuera una paleta, aunque para el era algo mejor que cualquier otro dulce que pudiera probar en toda su vida. No tardo mucho para que engullera completamente el miembro de Abel en su boca, pasaba descaradamente su lengua por toda la extensión de su primo escuchandolo gemir del placer, decidió bajarse el también sus pantalones y empezar a masturbarse al ritmo en el cual sacaba y volvía a meter el miembro de Abel en su boca.
Después de aproximadamente uno minuto de seguir así, Abel se corrió enla boca de Jairo llenandolo a el y su ropa de semen.
- L-losiento- tartamudeó ligeramente debidó al placer que acababa de experimentar.
- No hay problema- dijo dedicandole la sonrrisa mas tierna que le pudó haber dado a alguien.
Le subió los pantalones a Abel para después abrocharse los suyos y le dio un ligero beso a Abel en los labios aún con un poco de semen en ellos y se retiro hacia el baño. Abel lo miró algo sorprendido debidó a que esperaba "más".
- Que ocurre?- se atrevió al preguntarle al ver que Jairo abría la llave del agua de la regadera.
- Quiero que tu primera vez, a diferencia de la mía, sea especial en un día que ambos recordemos, que no sea una simple calentura después de un mal entendido-.
- Lo lamento- le dijo Abel un poco apenado.
- Que lamentas?-.
- Que por mí esta noche no valla a pasar nada-.
- No es tu cúlpa, fue mi desición, aunque si quieres compensarlo... Podrías meterte a bañar conmigo-.
- Idiota- susurró Abel empezando a quitarse la ropa con algo de pena.
Ambos entraron a la regadera, bañandose entre caricias y besos, disfrutando del contacto de sus cuerpos húmedos bajo el agua caliente.
Despues de un relajante baño ambos se vistieron para dormir, olvidando completamente la cena, lo único que querían en esos momentos era estar solos disfrutando de la compañía de la persona que mas amaban en el mundo.
12:00 a.m:
Ambos seguían hablando entretenidamente recostados en una sola cama, además de hablar también había de vez en cuando algún beso, o momentos de silencio en los cuales se manetenían simplemente abrazados. Llegó un momento en el cúal decidieron ya apagar las luces y dormir después de compartir un "te amo".
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