-Reikakuna Pessimist…-
Y… ahí estaba yo, el gran Mana-sama, el Rey del Gótico, el Señor de la Oscuridad, como un niño de 15 años, llorando, sufriendo, sin saber que hacer… si… que idiota soy, todo esto es un castigo por ser como soy…no… la fama no lo es todo. Pero aquí no, ya me he decidido que hacer, sin embargo…
-¡Aaaah!~ -el grito de una mujer a la que acabo de empujar.
Salí corriendo con la cabeza abajo, dando largas zancadas, lágrimas negras resbalaban por mis mejillas, ya no habría nadie que me detuviera. Atravesé la puerta principal, los paparazis estaban ahí, ¿Acaso me habían estado esperando todo este tiempo? Trate de empujar con mis manos y cuerpo esos hombres vestidos de negro, venían de los Estados Unidos, pude reconocerlo inmediatamente.
-¡Ahhh!~ -un gemido fuerte de dolor, me golpearon esos idiotas con una de las cámaras. Sin darme cuenta estaba rodeado de ellos, sin duda era muchos mas de lo que había visto anteriormente, me tenían acorralado como a un vil perro, las luces brillantes y fuertes me molestaban. Pose el dorso de mi mano en los ojos y con la mano libre comencé a empujar los equipos que amenazaban con golpearme de tan cerca que los tenía.
-¡Mana-sama! ¿Como la esta pasando en su día? ¿Y por que estaba llorando? –dijo en voz alta la entrevistadora.
-¡¡¡Mana!!! ¿¡Por que o por quien llorabas!? ¿A quien le dedicas tus lágrimas? –pregunto otro mas.
-A… el… -musite demasiado bajo como para que me escucharan.
-¡Mana! ¡La pregunta más importante! ¿Cual es la verdadera razón de que Tetsu, Gackt, Klaha y Juka se fueran de tu lado? –añadió desesperado un fotógrafo de mas o menos 25 a 30 años.
Una vez mas, la misma punzada, pero con mas dolor; dieron en el clavo, la preguntas más cruel de todas sin embargo, siguieron preguntando cosas como estas, mas al ver que no respondían se desesperaban, llore, estaba fastidiado y harto de esto; hasta aquí llego mi nivel de tolerancia y entonces:
-¡N-no!... ¡Dejen eso ya! ¡¡¡Déjenme en paz!!! –ahora empeoraron las cosas y me acorralaron mas de lo que estaba. –¡¡¡DETENGAN ESTO!!!
Me estaban grabando, esto se colaría en todos los canales y los sitios de Internet, y… habría más de uno, sin oficio que editara el video y mostrara como 100 veces mi voz y mis labios curveándose al hablar.
Corrí, recibí bastantes golpes con las cámaras y cuerpos de los dueños de estas. Un fino hilo de color rojo oscuro paso por mi frente. Llegue a mi casa, les ordene a los mayordomos y mucamas que se fueran, estos al verme comenzaron a preguntar el por que estaba así y que me había pasado, pero mas duro mi insistencia de que se fueran que ellos abandonando la casa por hoy. No lo hicieron por tener la noche libre, sino por que ellos saben que cuando ordeno algo es para que me obedezcan, por que saben que el castigo les puede salir más caro que el sueldo. Los apreciaba pero necesitaba estar solo, así que, subí a mi habitación a cambiarme, colocándome solo un blusón blanco y las plataformas con el cierre abajo; coloque mi cabello suelto ondulándolo con mis dedos semejando la era de Tetsu. Baje hasta la sala donde componía y estaban los instrumentos y me dirigí a un espejo de cuerpo completo que se hallaba en una de las largas paredes:
-Tetsu… no tienes ni las más remota idea de lo que era Malice Mizer, así que si quieres te vas… -reí aniñadamente y moviendo mi cuerpo de un lado a otro como si quisiera ver lo delgado que era este. Subí de nuevo a la habitación y sujete mi cabello con dos coletas, sonreí y baje de nuevo a la sala.
-Sala de Música; 5:32 pm-
-Gackt, tu voz empeoro desde que te enamoraste de mi… -estaba hablando frente al espejo. –así que te advertí, de que o mejorabas o te iras… ¡Y te fuiste! –volví a reír. Fui a mi habitación y esta vez regrese con una peluca de cabello negro y liso, la de Beast of Blood y me detuve frente al espejo.
-Klaha, ¡Mi hermoso vampiro! Eras lo que buscaba hasta que me enamore de ti y terminaste yéndote tú también. –por última vez me dirigí a mi habitación y busque laca y un peine; logrando hacer el semejante al álbum Dix Infernal:
-Juka, Juka, Juka; estoy consciente del daño que te hice, pero es por que eras muy joven y no sabias lo que hacías y… obviamente, yo descargue toda mi ira en ti. Te fuiste por que no te creías lo suficientemente bueno… -sonreí y acaricie mi cabello. –pero yo creo que la verdadera razón fue que te cansaste de mi. –mi expresión cambio totalmente y se dibujo en ella una lagrima cayendo lentamente por mi mejilla.
-¿Por qué, ah? si les di todo, fama, gloria, éxito, carrera musical… ¿Acaso es por que siempre les exigía mas? ¿Por que siempre quería que todo fuera perfecto?... por favor… en serio… ¿soy un ser odioso, masoquista, frívolo, incomprensible que no tiene sentimientos?
Ahora estaba en el suelo, confundido y llorando, de música de fondo solo me pudo venir “Last Temptation”… ¿Qué había pasado conmigo? Solamente, por el simple hecho de que un día estuve en un centro comercial, camuflajeado y escuchando una conversación que técnicamente, me podía garantizar que todas las preguntas que me había hecho antes, fueran un completo SI.
*Flash Back*
-Centro Comercial; 19:12 pm-
-Hija, ¿tanto te gusta ese cantante pop? –decía una señora de aproximadamente 40 años.
-Si mama, canta muy bien y es muy buena persona… -contesto una chica a su lado de 13 años, pude calcularlo.
Estaban en un centro comercial, caminando y atrás de ellas venia yo, encubierto por unas gafas de sol grandes y vestía muy deportivo ese día. Las seguí, por que deseaba saber que tanto opinaban de Camui, es que enserio, los humanos somos curiosos, aunque yo no sea uno. Cuando ya habíamos caminado un poco, llegamos a la salida, supuse que ya se irían así que me di media vuelta y me dispuse a dirigirme a los sanitarios pero, vi como la señora le pregunto una ultima cosa a su hija, pues sin darnos cuenta, estábamos frente a un cartel enorme con mi imagen; portaba un vestido azul y me dije para mi: “que sexy te ves”, no pude evitar un leve sonrojo seguido de una risita, que narcisista, pero mis oídos se centraron en la nueva conversación de esas mujeres a las que acosaba.
-¿No te gustan ellos? –pregunto la señora con cara de confundida.
-¿¡Que!? Para nada, solo mírales, parecen travestis. –reí para mis adentros, si supiera la verdad de por que me visto así. Igual no me afecto su comentario.
-Además, como me va a poder gustar una chica…-
-¡Estoy acostumbrado! -pensé
-Que despidió a mí querido Gackt de la bandita esa VK…-
-Tuve mis razones…-añadí en voz alta.
-Ese tal Mana…-
-No se te olvide el “sama”, niñata. –musite en voz baja.
-No habla, que estupidez tan grande, es mas odioso y perfeccionista, prefiero estar mil veces al lado de mil leones hambrientos que cinco segundos con el.
-¡No seas tan dura! Además, el chico se ve bastante famoso… -añadió la señora, al menos me defendió algo.
-Pues ni parece tan “chico” ella. –coloco cara de vomito.
Alce mi vista y ahí estaba el cartel, “Moi dix Mois, new álbum, 13 songs, D+SECT, 15 de Diciembre 2010”. Que orgulloso me sentí de mi trabajo y, aquella niña, las cosas no se quedarían así.
-Mana-sama, poco importa el corazón en estos tiempos, sino la buena música y la fama, que es lo que en verdad, uno se debe fijar… -le dije dirigiéndome a ella, esta volteo y bufo, me quite los lentes dejando ver mi perfecto maquillaje en mi cara de porcelana. –y no me he ganado el “sama” por inercia, así que infórmate bien primero y después juzgas, niñata. –lo ultimo lo hice irónicamente.
No pude evitar reírme cuando me di media vuelta y me dispuse a marcharme, colocándome los lentes mientras mis guardaespaldas me seguían, dejando a esa “Dear” anonada y sorprendida. Había hecho cara a una niñita que ni siquiera valía la pena que escuchara mis palabras, había cometido una inmadurez si, pero hasta mis guardaespaldas se les dibujo una sonrisa en su rostro.
*Fin Flash Back*
-Ahora lo entiendo, a la final si soy todo eso que tanto rumorean de mi, ¿Es un poco decepcionante no creen? No entiendo por que me afecta todo esto justamente hoy, aunque creo que es por culpa de el. –pensé.
Me encontraba en posición fetal, pensando que, ¿Por que todo esto le tiene que pasar a alguien como yo? Mis padres siempre quisieron una niña y a causa de eso, me vestía de mujer, por que así ellos serian felices, y en vez de eso más bien me insultaron y no me dejan ni entrar a su casa. En el fino trayecto de felicidad, todo se derrumba ¿eh? Y así pensando me levante y me dirigí a la cocina, saque una inyectadora de un cajón y no lo dude más:
-¿¡POR QUE, AH!? –grite esto, mientras violentamente baje la inyectadora y la clave en una de mis venas, no gemí de dolor ni nada, por que ya el dolor se había ido con las lagrimas.
De repente escuche como alguien tocaba la puerta, me acorde que la había dejado cerrada pero sin seguro; temía que me encontrasen así. Subí a mi habitación, me hice dos coletas aunque algo desaliñadas y fui a la terraza y me senté en la barandilla, ahí comencé a lamentarme:
-¿¡Por que!? ¡Lo odio! –arañe mis brazos como podía provocando así rasguños rojizos con sangre. La inyectadora seguía ahí. Pero… quería lanzarme al vacio, y saborear la muerte, dispuesto a hacerlo me senté pero esta vez con las piernas y plataformas asomadas al vacio mientras me sostenía solo con mis manos.
-Nadie sabe cuanto sufro… nadie. –susurre con una sonrisa vacía, estaba por cumplir mi deseo hasta que…
-¡¡¡Mana-sama!!! –esa voz, voltee sin pensarlo, sonreí, por que solo el observaría lo que iba a hacer.
¿Qué pasa? ¿Por qué tienes una cara de desesperado? Agradece que llegaste en el mejor momento de la película, vi como entristeció mi querido al verme en este estado, pero no me importaba, ya nada parecía preocuparme, no sentía dolor ya, no sentí felicidad al verlo, me sentía como el apodo que me decía el, “muñequita de porcelana”; si así estaba yo, hermosa, delicada… pero, a la final vacía, sin corazón alguno, sin sentimientos que se puedan demostrar, solo un cuerpo que pronto yacerá y en tres días todos olvidaran.
-Ma… -pronunciaría mi nombre, pero no se lo permitiría, no sin antes expresar el último sentimiento que apresaba mi corazón.
-Te odio. –añadí rápidamente.
-¡Pero, yo no! –respondió mientras vi claramente como sus ojos comenzaron a humedecerse.
-Lo se… tu me amas, pero si eso fuera así, ¡Te hubieses acordado de mi cumpleaños! –no sabia lo que decía ya, es como si las palabras salieran de mi boca, pero sin yo pronunciarlas correctamente.
Ahora en mi cabeza resonaba “Shiroi”, mientras nuestros corazones expresaban lo que en esos momentos sentíamos, tanto rencor guardado todos estos años, que cuando por fin pudo salir a relucir acabo con mi desdichado corazón y apenas es que me vengo dando cuenta de que en verdad tenia.
-¿¡Y que crees que hago aquí!? –me grito, eso no lo toleraba.
Me baje de las barandillas que me sostenían y protegían de no ver más nunca el mundo. Camine difícilmente, me sentía mareado, agobiado y mi cuerpo estaba demasiado frágil, tanto así que sentía que si tropezaba o caía mi cuerpo se rompería en mil pedazos como una fina taza de porcelana de la mas remota antigüedad. Cuando me coloque frente suyo, le lance una bofetada, un poco fuerte pero no lo suficiente para que le quedaran los dedos marcados en su mejilla. Lo vi, esos ojos en los que sabia que me acogerían y protegerían, no pude evitarlo, que débil, lo abrace y cuando pensaba que me empujaría o algo, accedió y el también me abrazo, se sentía tan cálido, mas sin embargo, yo no duraría mucho debió al estado en el que estaba, solo alcance a susurrarle en el oído algo, y mi vista se volvió negra, hasta que caí inconsciente.
-Habitación de Manabu Satou; 8:27 pm.-
Cuando por fin desperté me di cuenta que Gackt estaba curándome. Trato de sacarme la inyectadora en instintivamente trate de detenerlo pero:
-Te amo… -susurro, me quede perplejo y sentí como mi corazón volvió a palpitar. ¿En serio había dicho eso? Sin embargo desperté del shock debido a que el retiro la fina aguja ágilmente sin dejar de mirarme con esa cara de ángel que me dejo más de una vez embelesado. Por una vez en mi vida, me sentí amado, con sus profundos ojos azules, aunque fueran de mentira, sentía como el calor de su ser llegaba hasta mi.
-Después de 3 horas-
Estaba abrazado a ese glorioso cuerpo que me brindaba su calor, aun no lo podía creer, ¿Todo esto en verdad estaba pasando? Si es real, quiero que sea así por siempre y si es un sueño, ojala nunca termine. Esa sensación de protección y el amor que emana mi Camui, es tan hermoso. Sus brazos rodeaban mi frágil cuerpo, como si fuera la última vez que me abrazaría, aunque estábamos seguros que eso no seria así. En todos estos años de éxito y sufrimiento nunca había sentido este sentimiento; miles de imágenes tristes y tantos momentos tragedicos que he vivido en mi vida, vinieron a mi mente y pasaron a segundos. A la final, todo ese sufrimiento fue recompensado con este amor destinado para siempre.
Dos vampiros, dos corazones y un solo y mismo sentimiento: ¿Amor?
-Feliz cumpleaños… Mana-sama. –susurro en mi oído la persona que me resguardaría, el príncipe que me levantaría en mis peores momentos… el vampiro que me amara por siempre.
El reloj marco la media noche y musite:
“Mayonaka ni Kawashita Yakusoku”
~Fin~