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Mi vida sin ti por lyra

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Notas del fanfic:

Bueno...tenia este fic muy avanzado pero no terminado, hoy me puse con el y ya segun iba escribiendo veia que en unos 4 capitulos lo podia terminar asi que me decidi a empezar a subirlo y mientras termino este y otro par que tengo a medias.



Dedicado a una fiel lectora de aquí, Ritsuka Kaoru. Gracias por comentar, por darme siempre tu sincera opinión y por animarme. Con gente así, una siente que su trabajo vale la pena.



Y bueno, aclaro que aunque el titulo lo saqué de una canción de La oreja de Van Gogh, no me baso en ella.

Esta es mi parte favorita:



"Quiero vivir mi vida sin ti
no quiero escuchar consuelos de nadie"

Un día largo de trabajo que se terminaba. Tom Kaulitz no podía estar más orgulloso del resultado obtenido. El nuevo grupo del que se encargaba había dado el último concierto de la gira y todo había salido maravilloso. Los fans gritaban emocionadas mientras que Clarisse, cantante de la banda los saludaba sonriendo ampliamente.

La observaba desde el backstage, suspirando al recordar los viejos tiempos cuando él formaba parte de un grupo cuya fama creció como la espuma los 10 años que duró. Cumplidos los 21 el grupo se disolvió poco a poco. Primero fueron él y su hermano, se mudaron a Los Ángeles con su productor David Jost, Georg y Gustav se quedaron en Alemania donde cada uno se dedicó a sus estudios y proyectos mientras que ellos dos volvían a sus orígenes, como rezaba el tatuaje que su hermano se hizo en el costado.

Volvían a ser ellos dos, siguieron con el mismo nombre de entonces y Devilish resurgió de sus cenizas. Pero un año después volvió a ellas cuando vieron que el éxito obtenido no era el esperado. Con 22 años ya se sentían viejos y decidieron romper como dúo musical, jamás como hermanos.

Pero sus caminos se separaron. Mientras que Bill se quedó en Los Ángeles despegando su carrera de modelo a tiempo completo, él regresó a Alemania con David, quien le consiguió un puesto de trabajo en la discográfica. Empezó llevando pequeños grupos hasta que su pericia le hizo ascender y en esos momentos se dedicaba a una cantante en exclusiva, y no solo por motivos de trabajo.

No, él y Clarisse llevaban juntos más de 4 meses y la cosa iba en serio. Esa misma noche tras el concierto cogerían un avión e irían a Alemania. Hacía varios meses que no veía a sus padres y los echaba mucho de menos. A su hermano empezó llamándolo una vez a la semana, pero siempre estaba trabajando y al final las llamadas se convirtieron en e_mails que no le contestaba…

Sacaría tiempo de donde fuera, iría también a visitarlo y lograría convencerle de que se tomara un respiro y pasara con él unos días. Como en los viejos tiempos, cuando se escapaban a la playa a disfrutar de los días libres que les daban.



-¿Qué tal he estado?

La voz de Clarisse le hizo salir de sus pensamientos. Sonrió y abriendo los brazos la recibió en ellos, apoderándose de sus labios con un profundo beso.

-Eso será un muy bien-musitó Clarisse contra sus labios.

-Esta noche te contesto-dijo Tom riendo.

Clarisse suspiró al escucharlo, no sabía si tendrías fuerzas para estar a su altura. Tom siempre estaba dispuesto, la palabra cansancio no entraba en su vocabulario.

-Lo aplazamos para mañana-dijo Tom adoptando su papel de productor-No tenemos tiempo, el vuelo sale en una hora y aunque las maletas ya están facturadas tenemos que irnos para el aeropuerto en cuanto te despidas de tus fans de nuevo.

Siempre era igual, terminar un concierto y esperar a la salida del local donde se había celebrado mientras que Clarisse firmaba autógrafos y se fotografiaba. Esa noche había algo de prisa, así que solo la dejó 10 minutos mientras él la observaba sonriendo a una cierta distancia. Contaban con la presencia de un guardaespaldas por si acaso había un fan demasiado fogoso, pero él jamás dejaba de vigilarla. Era su novia, su media mitad… ¿su alma gemela?

Mucho se temía que ese puesto estaba ocupado desde el día que nació. Su hermano pequeño… ¿qué estaría haciendo?




Tuvo 5 largas horas para pensar en ello. Una vez en el avión, Clarisse cayó dormida sobre su hombro y él se puso su mp4 donde llevaba la música que más le gustaba, incluyendo esas baladas tan hermosas que su hermano cantaba. Escogió la que compuso para los dos hacía ya muchos años. In die nacth empezó a sonar en sus oídos y cerró los ojos suspirando.

Su hermano había cambiado, ya no era ese niño que le pedía que le abrazara por las noches por miedo a una sombra que le acechaba. No, había crecido y ya nada ni nadie lo asustaba.




Llegaron a Alemania y un coche los esperaba. Dejaron las maletas en manos del guardaespaldas que los acompañaba y entraron al coche entre bostezos. Para ellos aún era de noche aunque brillaba un sol intenso. Era la hora de comer y los padres de Tom los esperaban en casa.

Cuando llegaron Tom abrazó y besó a su madre. Parecía que habían pasado años desde la última vez que se vieron. Clarisse la abrazó también, era como una hija para Simone Kaulitz que desde el primer día vio con buenos ojos la novia que su hijo mayor se había echado. Al fin sentaba la cabeza, se terminó el escuchar en las noticias todos los líos de faldas en los que se veía involucrado, ya fueran reales o inventados.

-¿Qué tal el viaje?-preguntó Gordon estrechando la mano de su hijastro.

-Largo-contestó Tom suspirando.

-Estaréis cansados y hambrientos-dijo Simone señalando la cocina-He preparado tu plato favorito.

-Lo mimas demasiado, Simone-comentó Clarisse entre risas.

Se dirigieron a la cocina, y viendo que iban los últimos Tom aprovechó para acercarse a su novia.

-Ando falta de mimos-susurró a su oído.

-Eso es mentira-se defendió Clarisse en voz baja-Te recuerdo que horas antes del concierto cuando se suponía que debería estar descansando compartimos una larga ducha y rematamos en la cama.

No tuvo más remedio que darle la razón. Clarisse era lo mejor que le había pasado, se enamoró locamente de ella desde la primera vez que la vio y la diferencia de edad no importaba. A sus 26 años tenía una novia formal de solo 19 años, pero era más madura que las chicas de su edad.

-Tom, deja respirar a Clarisse-les llamó Simone desde la cocina.

Sonrió y tras besar la mejilla de su novia se sentaron a comer mientras contaban como les había ido la gira.

-Ha sido agotador-dijo Clarisse suspirando-Cuando no era un concierto tenía una sesión de fotos o entrevista.

-Esto me recuerda cuando Bill y Tom estaban lejos de casa-comentó Simone sonriendo-Llamaba a David todos los días para asegurarme de que les dejaba tiempo libre para descansar y se alimentaban bien.

-Es el precio de la fama-apuntó Tom.

-Hablando de Bill….-empezó a decir Gordon mirando a su mujer.

-Ahora no Gordon, déjalos descansar-dijo Simone con firmeza.

-¿Qué le ha pasado a Bill?-preguntó Tom empezándose a asustar.

-No lo sabemos-contestó Gordon “ignorando” a su mujer-Tu madre lleva varios días tratando de ponerse en contacto con él y aún nada.

-Está ocupado con su trabajo, ya me llamará cuando pueda-defendió Simone a su hijo pequeño.

-A mi tampoco me devuelve los e_mails que le mando-comentó Tom-No le pasará nada por molestarse un minuto en hacer una simple llamada.

-Tal vez…si le fueras a ver…-dijo Gordon carraspeando-A ti siempre te ha hecho más caso.

-No quería pedírtelo, pero estoy muy preocupada por tu hermano-confesó Simone mirando a su hijo mayor-Sé que querías pasar estos días descansando con Clarisse, pero si te acercaras a Los Ángeles y vieras que Bill está bien, yo me quedaría más tranquila.

-Claro que iré, mamá-prometió Tom al momento-Dame dos días y Bill me tendrá ante la puerta de su casa el lunes a primera hora de la mañana.

Simone suspiró aliviada, sabía que su hijo arreglaría las cosas con su hermano. Iba a esperar a que estuviera en casa para comentárselo, como bien había dicho su marido su hijo pequeño hacía más caso a su hermano que a sus propios padres. Llevaba dos días dándole vueltas al asunto, pensando incluso en coger un avión y presentarse ella misma ante su hijo. Pero…últimamente lo había notado muy frío y distante, y fijo que nada más verla se alteraría y en vez de poder hablar como dos personas normales las cosas se saldrían de quicio. Ambos eran igual de testaduros…





Esa noche ya a solas con Clarisse, aprovechó para disculparse. Tenían pensado pasar esos días descansando en casa de sus padres, pero le había salido ese viaje inesperado y pensar en que algo iba mal en su hermano…

-Tom, lo entiendo-dijo Clarisse por enésima vez-No hace falta que te disculpes.

-Voy a abandonarte cuando te prometí pasar estos días juntos-insistió Tom a su vez.

-No pasa nada, tu madre me hará compañía mientras visitas a Bill-murmuró entre bostezos Clarisse-La de cosas que me podrá contar de ti, cuando eras pequeño…

Se hallaban en la antigua habitación que Tom había compartido con su hermano desde que nacieron. Como casi nunca coincidían juntos en una visita a sus padres y en vista de que Tom siempre iba acompañado, habían cambiado las dos pequeñas camas por una de matrimonio más grande donde en esos momentos Clarisse y Tom descansaban.

Estaban agotados por el viaje y a pesar de ser las 9 ya se hallaban el uno en los brazos del otro.

-Puedo…puedo recompensarte…-susurró Tom empezando a moverse lentamente.

-Tom, sabes que me corto en casa de tus padres-dijo Clarisse carraspeando-Descansemos.

Tom asintió y tras dejar las manos sobre la cadera de Clarisse de nuevo cerró los ojos suspirando. Pero no lograba conciliar el sueño, la cara de su hermano flotaba ante sus ojos y no podía evitar pensar que había algo que iba mal.

-Bill estará bien-susurró Clarisse como si le hubiera leído la mente.

-No le conoces, hacía muchas locuras de pequeño-dijo Tom resoplando-Cuando empezamos con el grupo en serio se obsesionó con estar siempre radiante. Tenía que andar tras él para que comiera con regularidad y se abrigara bien. Me di por vencido para que dejara de fumar tras su operación, yo tampoco podía dejarlo y era la única manera de calmarnos cuando nos veíamos agobiados.

Clarisse le escuchaba en silencio mientras pasaba las manos por su desnuda espalda. Sentía el amor con el que hablaba de su hermano, y lo mucho que lo echaba de menos. Sabía de su vida, no obstante había sido fan de ellos y conocía ese lazo especial que los unía. Sabía que había sido muy duro tener que decidir seguir caminos separados, y con el tiempo se habían distanciado.

Conocía a Bill en persona, le había visto al menos 4 veces desde que saliera con Tom. Había sido aceptada como novia de su hermano, fue verla y mirar a su hermano asintiendo con firmeza. Les daba su bendición, y con eso Clarisse se lo había ganado. Sabía que Bill era muy especial para Tom y que para ganarse su corazón tenía que ganarse también el de su hermano.

-Tom…-llamó en voz baja.

-¿Mmmm?-murmuró Tom con los ojos cerrados.

-No esperes, vete mañana-dijo Clarisse con firmeza.

-Pero…

-Pero nada-insistió Clarisse-No puedo verte dos días muerto de preocupación por Bill. Ve mañana mismo a verle, no esperes más.

Sabía que tenía razón. Nada más saber lo que pasaba había estado aguantándose las ganas de coger un avión esa misma tarde. No podía esperar más tiempo sin volver a ver a su hermano pequeño.

-¿Sabes cuanto te quiero?-preguntó bajando la cara.

Clarisse asintió y recibió en sus labios un dulce beso…






Se levantó pronto al día siguiente y tras poner al corriente a sus padres de sus planes, hizo una pequeña maleta con ayuda de Clarisse. Metió solo lo imprescindible, un par de mudas limpias, pantalones y camisetas. Planeaba quedar un par de días, pero si la cosa se alargaba se quedaría el tiempo que hiciera falta.

Había llamado al aeropuerto y conseguido un billete en el primer vuelo que salía para Los Ángeles en 3 horas. Tenía tiempo suficiente para estar con Clarisse y prometerla recompensarla tras eso.

Su madre les miraba sintiéndose muy culpable porque tuviera que marcharse, pero no pensaba posponer más esa visita a su hermano.

Se pasó todo el vuelo mirando al frente, pensando qué podía haber pasado para que él y su hermano se hubieran distanciado. Siempre prometieron estar juntos y en esos momentos llevaban 4 años cada uno por su lado.

Tenía que cambiar las cosas, no dejar pasar más tiempo sin hablar con su hermano y volver a ser los de antes.

Con esa idea en mente pasó el resto del vuelo. Cuando llegó a Los Ángeles cogió un taxi y le dio la dirección del edificio donde vivía su hermano. Era el mismo piso que se compraron cuando decidieron emprender su carrera musical en solitario. Lo compraron entre los dos, pero cuando él regresó a Alemania le regaló su parte a su hermano.

Media hora después se hallaba en el ascensor que le llevaría a la última planta. El apartamento estaba en el ático y contaba con unas vistas estupendas de la ciudad de Los Ángeles.

El ascensor llegó a su destino y las puertas se abrieron. Ante él había un largo pasillo y lo recorrió con paso lento. Estaba llegando al apartamento de su hermano, pero a medio camino vio que las puertas se abrían y salían dos chicos.

Se paró de golpe, no se esperaba encontrarse así a su hermano. Se le veía recién levantado, llevando solo unos boxers negros y alborotado el pelo. El otro chico iba del todo vestido, y no se cortó un pelo en coger de la cintura a su hermano y despedirse de él con profundo beso en los labios…
Notas finales: próximo capítulo: martes 6-septiembre-2011

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