Capitulo 14: desde lo más produndo del alma...
Deténgase… -se separa abruptamente del faraón- por favor, no lo haga de nuevo…
Yugi…-lo toma por la cintura y paga su cuerpo con el suyo, coloco su cabeza en el hombre del menor, mientras sus manos morenas bajaban a lo largo de su espalda- lo lamento, pero… necesito esto…-lo atrapa en sus brazos y da cortos besos por todo el rostro del menor.
Yugi, extrañamente no ponía resistencia, dejaba que faraón le diera esos besos, pues siendo honesto, le encantaban, sin pensarlo, sus manos tomaron el rostro momento del faraón, se acerco a el hasta estar a pocos milímetros de los labios de atem.
Le digo que pare… por que sino lo hace…-se acerca otro poco- no aguantare… y lo haré mío… -dicho esto lo beso de forma apasionada e intensa, el faraón correspondió casi al instante cerrando sus ojos para fundirse en ese beso apasionado.
Sus lenguas jugaban en el fuego de su pasión, era el mayor deseo de sus cuerpos, las manos de yugi viajaban por todo el pecho del faraón, pellizcando de vez en cuando un pezón por sobre la ropa de este.
Gemidos ahogados en sus bocas, trataban por todos los medio por salir, la mano del faraón comenzó a bajas el cierre del chaleco, para que su mano viajara libre por el pecho del meno, mientras una mano de yugi se aventuraba en el muslo del moreno, por abajo del faldón.
Sintiendo como el aire era escaso, lastimosamente se separaron, con un hilo de saliva uniendo sus labios, respirando agitados, sus mejillas prendidas en rosado, atem se arrimo un poco más a yugi, con sus piernas tomo la cintura de yugi y las enredo en ella, quedando así encima de la piernas del menor quien no sabia donde meterse.
Te amo…-susurra el faraón para sorpresa del menor- te amo príncipe yugi, por favor… sea mi esposo…
Atem….-murmura sorprendido con sus ojos muy abiertos, bajo su mirada y acerco su cabeza al pecho de atem y se acurruco en ella- no vuelva decir eso… pues….puede que le crea…. No puedo ser aquel que se despose con usted….pero…-levanta la cabeza y lo mira directamente- es más mi deseo de besarlo, abrazarlo, tenerlo amarrado a mi.
Yugi…-le da un beso en la mejilla muy cerca de sus labios, se separo lentamente quedando a solo unos pocos centímetros- no permitas que el tiempo sigua su curso, por favor has que pare, para estar eternamente aquí enredado a ti…
Es lo que quiero…-susurra, su mano se acerca al rostro moreno del faraón dando una suave caricia en la mejilla, pasando sus dedos blancos y finos por los labios de este, aquellos labios eran tan suaves como la seda misma.
Sabor a prohibido tiene tus labios, agridulce, intoxicante y adictivo…-murmura mientras da un corto beso en ellos, el moreno abrazo el cuello del menor, siendo alto en comparación con yugi, le daba una vista exquisita del menor, sonrojado, sudando y con sus ojos entrecerrados con sus pupilas prendidas del fuego de la pasión que desataba su alma.
Me vuelves loco…-murmura mientras va al cuello y comienza darle besos cortos y húmedos a lo largo de este- tu piel, sabe a fresas…
Aaah…aaah…-suspiro de placer, mientras acariciaba su espalda, estaba perdiendo su control, pronto sedería a sus más bajos deseos, algo le gritaba que era hora de detenerse, pero una voz más gruesa le gritaba que siguiera hasta el punto sin retorno.
Atem… -murmura entre un gemido y otro, quita al moreno de su cuello, para que el centrarse en su pecho, miro que por sobre la ropa que los pezones de atem estaban erectos, paso la lengua por su boca y comenzó a lamerlos sobre la ropa.
Aaah aaah yugi, aaah, ¡¡¡yugi!!...-gemía sin pena ni vergüenza el faraón
Esos gemidos de esa voz tan gruesa y masculina, era un deleite para su oído, una dulce melodía de placer.
Atem….esa voz tuya…. Es tan erótica…despierta mis deseos…-murmura mientras que aun jugaba con los pezones de este, el sudor, los gemidos, el calor de sus cuerpos, era este el punto en el cual no había un retorno, estaba allí, ahora no podía darse para atrás, solo faltaba que el gran faraón diera la orden.
Aaaah…aaah…yugi…. Vayamos a mi cuarto…-del dicho al hecho es un estrecho muy corto…
El faraón se bajo de las piernas del menor, el menor se levanto y el faraón le tomo la mano, corrieron hasta llegar una habitación, cuya puerta era de oro, con diamantes azules y rojos incrustados.
De un solo golpe abre la puerta y la cierra de un solo golpe, el faraón tomo la cintura del menor y lo beso, probando esos rosados, el sabor salado de su saliva, un hilo que bajaba de su labio inferior, con sus manos acariciando lugares prohibidos.
Yugi no quedaba atrás, tenía el faldón del faraón levantado, con sus manos tocando las pares más sensibles del gran faraón, atem quito el chaleco del menor y lo tiro muy lejos.
Se separaron de ese beso apasionado, sin saber bien como llegaron a estar tan cerca de la cama, cayeron en ella, yugi quedo encima del faraón, pasó su mano por debajo de la camisa del faraón y comenzó acariciar sus pezones, con la otra fue acariciando la zona intima debajo de ese bendito faldón.
Aaaaaah…aaah….¡¡yugi, soy tuyo, solo tuyo!!!....aaah…-gime el faraón mientras toma el cuello del menor, muerde en un arrebato de placer la oreja del menor, causando en el un sonoro gemido.
¡¡Aaaaaah, atem!!!...
El faraón aprovecho eso y dio la vuelta, quedo encima de yugi, con una sonrisa traviesa, uso su lengua para trazar todo un camino con su lengua entre sus pezones y ombligo, hasta llegar al comienzo del pantalón
Tus gemidos, tus caricias, tus besos, quiero que sean solamente míos…-desabrocha su pantalón, el erecto miembro del menor se notaba por sobre la tela, con su boca muerde suavemente el miembro por encima de la tela.
Atem…aaah…aaah…no…aaah….me…tortures..aaah…así…-gime el tricolor con sus ojos fuertemente cerrados.
Jeje mi pequeño príncipe…todos lo que deseas…-le quita los pantalones dejándolo en desnudes- yo lo cumpliré sin falta…
Lamió lentamente el miembro del menor, en un movimiento lento y muy erótico, gemidos que inundaban sus oídos y la habitación, en arrebato de locura y pasión tomo el miembro del menor en su boca, el menor gimió con gran fuerza, esa cavidad húmeda, tan calida, tan orgásmica…
AAAAAAAH…-gime/grita el menor arqueando su espalda cual gato.
Una melodía de gemidos de parte del la boca del menor, en las sabanas blancas de la camas, yugi descargaba su placer, en un grito sonoro que pudo escucharte hasta la otra mitad del castillo, su semilla lleno la boca del moreno.
Aquel liquido blanco, bajo por su labio inferior, tomo un poco de este con sus dedos y lo lamió como si tratará de la más dulce miel, dejo caer su camisa dejado solo su faldón, abrió como sumo cuidado las pierna blancas del príncipe dejando ver su entrada.
¿Quieres llegar hasta el final?...-el menor asiente casi de inmediato, el mayor se acerca a el, dándole un beso suave, mete el primer dedo, débiles alaridos de dolor salieron del joven de mirada amatista, mientras el faraón lo preparaba, cuando ya el pequeño estuvo listo, el moreno tomo sus piernas y las coloco en sus hombros, lentamente comenzó a penetrarlo.
Duele….duele atem…-murmura el menor adolorido.
Lo se mi amor, pero pronto pasara…-le da un beso en la frente, metió por completo su miembro, un grito de dolor se escucho en la habitación por parte del menor.
No me moveré hasta que tu me lo pidas…-le susurra en el oído
Varios minutos que parecía horas para el faraón, pasaron, hasta que el menor pidió en un mormullo, un débil y suave “muévete”
Las embestidas fueron lenta y calmadas, los gemidos y suspiros no se hicieron esperar, la piel quemaba, el deseo crecía, aquella estrechez del menor, hacía tocar las estrellas a atem, perdiendo su control, el ritmo aumento, hasta que llego al punto de ser salvajes.
Aaaah…aaah…aaah….¡¡¡más, más, más!!!...aaah…-gemía sin pena el menor.
mi…aaah…aaah…pequeño príncipe…aaah…-gime el mayor, perdido en su placer- aaah te amo…aaah…¡¡TE AMO!..aaah..aah…
aaah atem aaah…yo…AAAAAAAAAAAAAAAAAAH…-grita arqueando su espalda y llegando al clímax en su vientre y en el de atem.
Poco después, atem también se vino, dentro del menor, gritando a todo pulmón el nombre del príncipe, cayó en su pecho respirando agitado, eso fue lo último que recordaba el menor, pues se había quedado dormido poco después por su enorme cansancio.
Al despertar estaba en brazos del moreno, el cual aun despierto, le acariciaba los cabellos, sus gemas amatista lo enfocaron, el solamente le dedico una sonrisa, mientras seguía con sus caricias.
Tus ojos son lo más bello que he visto…-murmura el moreno- daría todo en el mundo por despertar con ellos cada mañana…
Atem…-murmura el príncipe, mientras se acurrucaba aun mejor en los brazos del moreno- quiero dormir… deseo descansar en tus brazos otro poco más…
Como desees…mi amor…-susurra en apenas un murmullo mientras besa con delicadeza la frente del menor.
“No puedo… cumplir tu anhelo atem…”
La noche cae, dormido en una almohada de seda, estaba el faraón atem, quien hace solo minutos, compartía su habitación con aquel amo esa tarde, pero el dormía solo en su cama, pues ese que durmió a su lado, estaba en la puerta del cuarto, a punto de partir.
“Esto ha sido un simple error… que hay que olvidar…”
Derramo una lágrima traicionera, bajo por su mejilla, no sabia el por que lloraba, ni el por que su corazón dolía tanto, al abrir esa puerta, dejo algo de alma en ella, en la cama donde dormía el cuerpo de atem.
Un error…-murmura yugi al momento de salir- Solo fue un error…. ¿cierto?...