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Una extraña historia criminal de amor por yaoiana

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Notas del capitulo:

Hola minna, aqui traigo la acutalización; espero que les guste ^^.    Muchas gracias a quien se pasa a leer y a:

- seshumaru

-eliassesh

-ainohono

- lance215

por sus mensajes... me alegran mucho.

Mis queridos y queridas lectores/as  también quiero pedirles un gran favor.   El gobierno de mi país piensa implementar una nueva ley donde los estudiantes tendremos que adquirir un prestamo para poder estudiar.   Estamos luchando contra esto porque la Educación debe ser gratuita en cualquier país.. es un derecho.   Por eso les pido que nos apoyen con sus firmas en este link.

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Arigato¡¡¡¡¡ y sin mas.. a leer¡¡

 

Lloró mientras se abrazaba al mayor, lo amaba tanto por sacarlo poco a poco de aquella oscuridad de su vida, se sentía realmente feliz, como no creyó estarlo nunca.  Lo tomó del fino rostro y lo acarició aun sin creerse que aquel varonil y sensual hombre fuese solo suyo aun cuando la sortija que desposaba indicase lo contrario.

 

 

-          Te amo Sesshoumaru

 

-          También yo a ti

 

 

Luego de las declaraciones sabían que venían los hechos, se miraron fijamente y con prisa unieron sus labios nuevamente.  El acto se fue incrementando de intensidad y eso era provocado porque ninguno de los dos se cansaba del elixir de sus bocas, al contrario, parecían volverse adictos mientras mas lo probaban.

El mayor pasó de la boca de Inuyasha a su cuello, besándolo, lamiéndolo y succionándolo con fuerza, le demostraría a su amor que le pertenecía, que no dejaría que nadie mas lo degustara y, esto lo lograría al marcarlo como suyo.

 

Para Inuyasha, las caricias comenzaban a nublar su juicio, se preguntaba en que momento las fuertes gotas de agua en vez de mojar su piel lo incentivaban más… le hacían arder la piel… la cual poco a poco sucumbía nuevamente ante las palabras y tactos del médico.  Hizo un gran esfuerzo por abrir sus ojos y mirar como el mayor tocaba su cuerpo pero al verle la mano con la sortija lo hizo encapricharse.

 

 

-          Quítatela…

 

-          De que hablas Inuyasha?  * parando ante las palabras de su niño*

 

-          La sortija…  quítatela… eres solamente mío no?

 

Sesshoumaru tan solo sonrió, aunque Inuyasha no se diese cuenta, aquello era una escena de celos y eso en el fondo lo hizo realmente feliz porque comprobaba que su niño si lo amaba.   Se quitó la sortija y la tiró hacia unos botes de basura, mirando los ojos abiertos y sorprendidos del menor.

 

-          So… solo dije que te la quitaras

 

-          Esa sortija no me sirve para nada…  la única sortija que quiero compartir es la misma que tu lleves

 

-          Se… Sesshoumaru  * sonrojado ante la indirecta*

 

 

Vio los ojos decididos de su médico y con arrebatador placer lo tomo del cuello de la ropa y comenzó a besarlo con intensidad, fundiendo sus labios con los de su amante.   Involuntariamente, enroscó sus piernas en las caderas de su amante, quería mas contacto, quería fundir  mas su piel con la de Sesshoumaru… como lo había hecho la vez anterior.

Sintió como Sesshoumaru le quitaba la camisa, sintiendo su espalda pegarse a la mojada pared para luego apreciar como llevaba sus dientes a uno de sus pezones y lo mordía… ante esto tan solo gimió sin importarle que estuvieran en un callejón, sin importarle que desde lejos eran vistos por un par de ojos chocolates que destilaban odio y tristeza.

Por su parte, Sesshoumaru estaba embelesado en probar cada detalle de esa fina dermis, había soñado con hacerlo desde hace tiempo y ahora que lo tenía allí sumiso ante sus caricias, no lo dejaría marchar.  Luego de atender los comestibles botones de Inuyasha, hundió su lengua varias veces en el ombligo de su niño, probando las gotas de agua que se aglomeraban en el pequeño agujero.

Miró fijamente los gestos de Inuyasha que se veían aun mas eróticos con las gotas de agua deslizándose por sus parpados, nariz, mejillas y labios… imagen digna de retratarse.

 

 

-          Sesshoumaru… adoro tus caricias pero… ahhh por hoy vamos al grano

 

-          Ansioso Inuyasha?  * hablándole roncamente al oído*

 

-          Mmm… no imaginas cuanto

 

Con prisa, desabrochó los pantalones de Inuyasha y los deslizó por sus piernas al igual que la ropa interior;  también desabrochó los suyos con urgencia y los dejó deslizar hasta que llegasen a sus tobillos  y luego volvió a recargar a Inuyasha contra la fría pared.

Restregó su turgencia contra las firmes y redondas nalgas de Inuyasha, provocando más gemidos en aquella boca que tanto le gustaba, su niño se veía realmente sibarítico. 

 

Inuyasha al sentir la grande erección gimió con fuerza, abrazándose al cuello del mayor e iniciando unos movimientos provocativos… buscando incentivar a su amante.  Se preguntaba como Sesshoumaru pudiese tener una virilidad tan grande y… el pensar que eso entraría en su interior lo excitaban más… hacia crecer un lado suyo que jamás creyó poseer.

Miró con sus orbes ámbar los ojos de Sesshoumaru,  lo miraba con deseo pero mas que todo necesidad porque le hiciera el amor… porque uniesen sus cuerpos una vez más; era una necesidad extraordinaria la que le dictaba su cuerpo, casi podía compararla con la necesidad de una persona por agua la cual estuviese viviendo en el desierto.

 

 

-          Inuyasha voy a prepararte

 

-          No… no lo necesito

 

-          Pero… * mirándolo confundido*

 

-          Solo hay una cosa que necesito  * gimiéndole al oído*  y es que entres en mi… solo eso 

 

Para el mayor, aquellas palabras fueron el permiso para dejar salir todas sus ansias y lujurias por tener aquel cuerpo.   Lo penetró sin contemplaciones y al sentir las uñas de Inuyasha en su espalda inquirió que le había dolido, por lo cual se detuvo un momento.   En ese cese momentáneo sintió como el interior del menor lo apretaba hasta casi asfixiarlo, las paredes lo apretaban deliciosamente.

Volvió de su estado de concentración al sentir como Inuyasha se movía lentamente, incitándolo a que comenzara con las penetraciones.

 

Por su lado, Inuyasha intentaba mitigar el dolor de aquella fuerte penetración, sabia que pronto se convertiría en placer puro, así que comenzó a moverse, sintiendo como ese grueso miembro se abría paso en su interior al igual que lo hacia Sesshoumaru en su corazón… tan certero… tan firme.  Gimió mas fuerte al sentir una profunda penetración, también gimió al sentir como su espalda chocaba contra la desdeñosa y húmeda pared del callejón, clavándose en la columna pequeñas piedrillas del pavimentado muro.

 

 

-          Ahhh… ahhh…. Sessho….

 

 

El mayor tan solo lograba escuchar el fuerte sonido de la lluvia, sus toscas respiraciones y los jadeos eróticos de su amor; también sintió como Inuyasha lo agarró de los cabellos siendo poseído por el placer… acto que incrementó su libido más allá del límite.   Salió del interior del menor y cambió de posiciones, haciendo que el pecho de su amor se pegase a la fría pared permitiendo así una mayor penetración.

 

 

-          Ohh… dios… sígueme dando así… dame con todo Sesshoumaru

 

-          Mmm… Inuyasha… quiero incrustarme en lo más profundo de ti 

 

Sentía como los testículos del mayor chocaban contra sus glúteos… las embestidas eran tan fuertes y precisas que daban en su punto exacto de placer.  Una gran presión se agolpo en su vientre y su cuerpo fue inundado de una fuerte tensión… llegaría pronto al orgasmo.

 

 

-          Ahhh… ahhh… Sesshoumaru… derrámate en mí… lléname… lléname

 

 

Para Sesshoumaru aquellas palabras fueron un afrodisiaco; tomó al menor oji ámbar de la cintura y arremetió con fuerza y potencia puesto que sentía su cuerpo también llegar al límite.   El que Inuyasha lo necesitara, lo pidiera, lo llamara  y lo gimiera eran muestras del amor que en ambos crecía y algo en su más profundo ser le dictaba que el menor era su alma gemela.

Salió de sus vacilaciones al sentir un sonoro gemido por parte de su amor y luego de sentir como aquella estrecha y angosta entrada lo apretujaba, se vertió en su interior.

 

 

-          Te amo Inuyasha… 

 

-          Yo… yo también Sesshoumaru

 

 

Unieron sus bocas en un cariñoso beso y luego sonrieron al mirarse, tan ensimismados estaban que no se fijaron en otro par de ojos que los miraban fijamente.  Kohaku miraba con felicidad y tristeza aquella escena;  feliz porque su hermano había encontrado a alguien a quien amar y al parecer… ese alguien le correspondía de igual forma pero…  por otro lado se sentía deprimido porque sabía que debido a su enfermedad nadie podría amarlo.

 

Ambos amantes comenzaron a vestirse lentamente, dándose caricias leves pero no por eso sin amor; aun creían que era un tipo de ilusión que estuviesen juntos y que hubiesen hecho el amor en aquel lugar y de aquella manera.

 

 

 

-          Vive conmigo Inuyasha

 

-          Pero… mi familia y tu esposa

 

-          Ayudaremos a tu familia y por Kagome no te preocupes… me divorciare de ella

 

-          Ni yo lo hubiese dicho mejor Sesshoumaru

 

 

Ambos hombres miraron a la portadora de aquella voz y se sorprendieron al ver a Kagome allí; se veía realmente molesta y sus ojos destilaban veneno pero lo que mas les impactaba era ver como la delicada mano empuñaba con fuerza una pistola. 

 

Notas finales:

Espero con ansias sus mensajes, saben que son mi recompensa


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