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Una extraña historia criminal de amor por yaoiana

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Notas del capitulo:

Hello, minna, aquí traigo la actualización, gomen por la tardanza ^^.   Muchas gracias a l@s que siguen este fic y muchas gracias a:

eliasessh

- Eva

- Cyssa

- Seshumaru    por sus mensajes, me hacen muy felíz 

 

 

 

Ambos hombres miraron a la portadora de aquella voz y se sorprendieron al ver a Kagome allí; se veía realmente molesta y sus ojos destilaban veneno pero lo que mas les impactaba era ver como la delicada mano empuñaba con fuerza una pistola.

 

 

-          Kagome que haces aquí?

 

-          Eso lo debería preguntar yo Sesshoumaru… ¿que haces aquí?  ¿Y que haces con él? * gritando*

 

-          Cálmate… pensaba decírtelo

 

-          Decirme que maldita sea… que me eras infiel con un hombre?

 

 

Inuyasha tan solo veía a la encolerizada mujer gritarle; sentía algo de lastima por ella pero, en aquel momento la mujer se veía realmente amenazante.  Supo de inmediato que era la primera vez que aquella dama sostenía una pistola, la postura con que la tenia y el temblor de su cuerpo la delataba… y para que negarlo, el había comenzado así y había terminado como un experto en el asunto.

 

Por otra parte, Kohaku desde las escaleras de su casa, lograba ver aquella escena aterrado; temía por la vida de su hermano mayor pero se exalto aun mas al escuchar una delicada voz que lo llamaba a sus espaldas.

 

 

-          Kohaku, que pasa afuera hijo?... se escuchan gritos

 

-          No… no es nada mamá

 

-          Si no es nada porque estas ahí mirando?

 

El menor no supo responder a eso y luego vio como su madre bajaba por las escalas.   La mujer de largos cabellos se sorprendió al ver como una joven le apuntaba con un arma a su hijo y a otro caballero que parecía defenderlo.  El sentido maternal la invadió en aquel momento y rápidamente, sin importarle su salud, bajó corriendo las escalas, directo donde estaba su hijo.

 

Inuyasha giró el rostro para ver a su madre corriendo hacia su dirección y… luego todo lo vio a cámara lenta.  Su madre corriendo, la esposa de Sesshoumaru apuntando hacia la dirección de su mamá;  el temblor en la joven dama y el temor cuando halo el gatillo.   Escuchó el eco de la pistola y luego vio a su madre tendida en el suelo, con una gran mancha de sangre en su pecho; luego de salir de aquel estupor, corrió hacia a ella y la cargó en sus brazos.

 

 

-          Mamá… oh por dios… mamá respóndeme

 

-          Se… Sesshoumaru… yo no quería… te juro que no quería lastimarla

 

-          Inuyasha… ven déjame atenderla  * decía el médico preocupado*

 

-          No la toques…  * manoteándolo*   llévate a esa mujer antes de que yo mismo la mate…

 

-          Pero… Inu

 

-          Lárgate… lárguense de aquí y jamás vuelvan   * sollozando*

 

 

Sesshoumaru sintió un gran dolor en el pecho al ver aquella desgarradora escena; su amor bañado de sangre, abrazando a su madre y llorando lastimeramente… y solo le pedía que se alejase.   Agarró con brusquedad a la mujer de la mano y la arrastró hasta el auto que ella había traído, la estrujó sin consentimiento en el asiento del copiloto y luego se montó y comenzó a conducir.   Buscó en el bolsillo de su gabán y halló la bolsa que buscaba y con ella tomo el arma que aun empuñaba  la mujer de negros cabellos.

 

 

-          No… no quise hacerlo Sesshoumaru

 

-          Cállate  Kagome  

 

 

Que más podía decirle aquella mujer… por ella su relación con Inuyasha se había ido al caño… su amor no quería volver a verlo jamás y, sentía que en gran parte era su culpa; pero no se quedaría con los brazos cruzados, le haría pagar aquella mujer que se hacia llamar su “esposa” por todo el sufrimiento que le estaba ocasionando.   Condujo hasta la comisaria más cercana, entregaría aquella mujer a la policía, quería apartarla de su vida y sabía que este seria un muy buen método.

 

 

-          Sesshoumaru… a donde me traes?

 

-          A donde debes estar Kagome

 

 

En otro lugar, Inuyasha yacía con el cuerpo sin vida de su madre, le acariciaba el rostro y le besaba la frente, todo esto mientras sus ojos eran un río sin cauce.  Su hermano también yacía con el, besándole la mano a su madre y sollozando levemente; para Kohaku era menos fuerte la muerte de su madre, con aquella enfermedad se había hecho a la idea de que tarde o temprano morirían, en cambio, Inuyasha, su querido hermano guardaba la esperanza de salvarlos con aquellos costosos medicamentos.

 

 

-          Koha…ku… es mi culpa… es mi culpa que este muerta…

 

-          No digas eso Inuyasha * sonriéndole levemente*  no es tu culpa

 

-          Pero… * llorando con mas fuerza*  si yo no hubiera conocido a Sesshoumaru… nada de esto hubiera pasado

 

-          Ya nada se puede hacer Inuyasha… mamá ya no esta aquí… estamos solos ahora… juntos hermanos

 

Inuyasha tan solo lo miró y asintió, sabia que su hermano menor tan solo estaba transmitiéndole calma y apoyo. 

Luego de unos días y  de hacer los preparativos adecuados, velaron a su madre y después la sepultaron, a pesar de intentar ser fuerte por Kohaku, no pudo evitar llorar de nuevo, puesto que la vida le había arrebatado uno de sus mayores pilares en su cruel vida.   Pusieron las flores sobre la tumba de su madre, pero se sorprendió al ver que su hermano también traiga un gran ramo de rosas blancas.

 

 

-          De donde lo sacaste?

 

-          Lo conseguí por poco dinero 

 

-          No me mientas Kohaku

 

-          Se… Sesshoumaru lo envió 

 

-          El… esta aquí? 

 

-          No, ya se marchó, no quiso molestarte

 

-          Deshazte de ese ramo

 

-          No lo haré hermano, las flores no tienen la culpa, además, adornaran muy bien a nuestra madre

 

 

Inuyasha tan solo guardo silencio ante las sabias palabras de su hermano, pero al saber que el mayor había estado en el cementerio hizo que sus emociones salieran a flote… ira, amor, enojo, necesidad; sentía tantas cosas a la vez que no sabía como reaccionar.

 

 

-          Inuyasha

 

-          Que pasa Kohaku?

 

-          Tengo un poco de dinero ahorrado y me preguntaba…  porque no nos vamos de esta cuidad?

 

-          Irnos?

 

-          Si… aquí no nos queda nada… y, no quiero seguir viviendo aquí ante los ojos de los demás   * agachando su cabeza*

 

-          De acuerdo hermano  * abrazándolo*  pero antes tengo que resolver unos asuntos si?

 

-          Que clase de asuntos Inuyasha?

 

-          No son importantes, ve a casa y empaca tus cosas y mañana nos encontramos en la estación de tren para irnos, te parece?

 

-          Esta bien hermano * sonriéndole*

 

-          Entonces me voy ya,  encontrémonos a la 1 de la tarde, de acuerdo?

 

-          Si

 

 

 

Vio a su hermano partir y suspiró,  no sabia en que clase de trabajo estaba metido Inuyasha pero tenia una vaga idea; no lo juzgaba porque sabía a pesar de su corta edad que la vida no era fácil y muchas veces podía ser despiadada con las personas que no tuviesen fortaleza… fortaleza que su hermano si poseía.

 

En el camino del cementerio a su casa sintió que lo seguían, intento escapar pero al parecer el acosador era también rápido; en un momento te tensión y pavor salió corriendo a todo lo que dieron sus pies pero un agarre en su brazo le impidió seguir.

 

 

-          Kohaku soy yo, Sesshoumaru

 

-          Por dios… no sabes el susto que me diste

 

-          Lo lamento, no era mi intensión, tan solo quería saber si Inuyasha estaba contigo

 

-          No, el tuvo que atender unos asuntos

 

-          Asuntos? Cuales?

 

-          No lo sé, me dijo que los atendería para luego…  * guardando silencio*

 

-          Para luego?

 

-          Yo… no debo decírtelo

 

-          Kohaku… por favor… no quiero apartarme de Inuyasha

 

 

Los ojos de aquel hombre le conmovieron el corazón,  en su miraba se podía ver el amor y el sufrimiento por su hermano y sabia que Inuyasha también lo amaba con locura, aunque intentase mostrar lo contrario.

 

 

-          Mañana… nos iremos de la cuidad

 

-          Que?, porque?

 

-          Ambos decidimos hacer una nueva vida, nuestra madre ya no esta aquí… así que no hay nada que nos una  a este lugar

 

-          Entiendo… Kohaku, puedes decirme cuando se irán?

 

-          Eh… mañana a la 1 de la tarde, nos encontraremos en la estación de tren  

 

-          Gracias

 

 

Kohaku tan solo vio como aquel hombre se marchaba rápidamente, no sabia si había hecho mal o bien en contarle aquello pero esperaba que fuese lo correcto.  Ahora le devolvería cada una de las alegrías a su hermano, alegrías que Inuyasha se había perdido por estar pendiente de el y su madre.

 

 

-          Es mi turno de hacerte feliz hermano 

 

Notas finales:

Espero sus mensajes con ansias, son mi recompensa n_n


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