-Y eso fue lo que paso. Debemos ver si está bien Ino, puede estar en problemas y como sus amigas debemos ayudarlo –Comento Sakura mientras tomaba un sorbo de Té, en esos momentos estaban en la casa de Ino.
-Se a lo que te refieres, yo también quero espiar –Penso la rubia contestando –Ya lo sé sakura, ¡debemos cuidarlo! –
-¡Vez lo que digo! Ahora vamos a esta hora debe estar en Ichiraku comiendo ramen -
-No des ordenes frentesota –
-Cállate Ino cerda –Comenzaron a discutir, en sus pensamientos creían estar cerca de saber que ocurría con el rubio.
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-Asi que Naruto es el legendario Kitsune… -Meditaba Kisame sentado en una alfombra.
-Ya te dijimos que si Kisame, nos hartas con tanto intento de meditación- La voz de konan sonaba molesta y vaya que lo estaba, estar escuchando al chico tiburón solo hablar y hablar de lo mismo una y otra vez haciendo como que lo tomaba muy seriamente ya le estaba fastidiando.
-Creo que me casare –Itachi realmente sonaba serio, con aquel semblante neutro en su rostro; los demás lo miraron sorprendidos.
-¡¿Cómo?! ¡Si yo te amo! –Kisame yacía en una esquina con aura depresiva, ¿cómo imaginarse que tan pronto su pequeño Itachi abandonaría el nido?.
-Con Deidara, esto que siento es amor… -Su expresión seria cambio sutilmente al asomarse en su rostro una sonrisa.
-¡Jamás!! Deidara es mío –Sasori lucia enojado, no renunciaría al rubio tan fácilmente.
-Ya veremos a quien quiere – En esos momentos entro el doctor rompiendo con el humor de la habitación.
-Ya se que estoy apresurándome pero tengo mi hipótesis de lo que sucede con el joven Deidara, en cuanto termine de analizar sus estudios totalmente con mi equipo podre saber si es verdad-
-¡Déjese de rodeos hum! ¿Qué me pasa? ¡Exijo saber! –El rubio estaba molesto, solo deseaba que el doctor se dejara de rodeos y le dijera que era lo que le pasaba, sin más el hombre suspiro para dar la respuesta.
-Joven Deidara, usted es un doncel –Una sonrisa se formó en su rostro.
-A eso... No es nada malo… ¡¿Doncel?! –Reacción retardada ante la respuesta inesperada, ahora en lo más profundo de su mente deseaba no haberse enterado, salió del cuarto casi corriendo.
–Podre tener hijos con Deidara –La voz de Itachi y Sasori se unieron casi en una, mas sus miradas eran cortantes desafiándose el uno al otro.
-Como había mencionado es una suposición – Temiendo ser acecinado por alguno de los presentes salió de la mansión Uchiha; el rubio había llegado a su cuarto cerró la puerta con llave y se tendió en la cama mirando el techo.
-Un doncel… Esto es muy raro… -Su cola esponjada prácticamente no se movía, tanta confusión y un extraño sentimiento lo invadía. Tobi lo veía por la ventana un tanto triste al no saber qué le ocurría al rubio de mirada coqueta.
-… ¿Tobi? –Lo miro, estaban en el tercer piso y el enmascarado estaba allí en la ventana cuidándolo. –Deidara sempai –Aquella voz molesta siempre lograba sacarlo de quicio; estaba a punto de caer por la ventana más el rubio se acercó a él tomándole del brazo ayudándolo a entrar en la habitación.
-¡Mira que idiota eres hum!, mira que trepar paredes no es anda sano hum-Le dijo al enmascarado.
-Lo siento sempai… -Había algo diferente en su tono de voz, algo que el rubio noto mas no mencionó.
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Naruto salió de Ichiraku se arregló levemente, llevaba una sudadera naranja con negro, junto a un pantalón azul, una ropa simple no quería parecer muy formal ni muy informal, no tenía idea de cómo hacer eso así que solo visto de esa manera. A unos metros Sakura, Ino junto con Shikamaru seguían al rubio.
-Que problemático… ¿Por qué tengo que ir yo también? –
-¡Shuu! Silencio –Lo silencio la pelirosa.
-Es una misión de espionaje –Ino lucia levemente enojada, el chico solo asintió mientras pensaba “que problemáticas”. Después de varios minutos, llegaron a la muralla, los espías estaban escondidos tras unos árboles, notaron como el rubio buscaba entre aquellas plantas que cubrían la muralla, y allí estaba Naruto abriendo una puerta escondida. –Estaba camuflajeada pensó Ino mientras veía como el heredero entraba por aquella puerta cerrándola, todos se miraron y ahora estaba frente a la entrada.
-Entrar a ese lado está prohibido nos deberíamos regresar –
-Ino no te eches para atrás además, hay algo extraño-Hablo Sakura, shikamaru tomo la palabra con ese toque de pereza.
-Sakura tiene razón, hay algo que no está bien, pero se a donde pudo ir Naruto-kun. – “Tanto tiempo y luego de aquello que paso aun lo recuerda, es sorprendente” Shikamaru pensó al entrar al último por aquella compuerta.
-¿y tú como lo sabes? –La pelirosa había dudado en ese momento del joven perezoso.
-Yo siempre e vivido aquí pero me cole a su reino, es algo problemático-Se rascaba la cabeza, mientras las otras le seguían mirando aquel lugar, las calles llenas de hojas secas, allí debía ser otoño, algo que las chicas nunca habían visto, simplemente fascínate la estación donde ese hermoso tono ámbar de los árboles que dejaban caer sus hojas con el viento, en pocos minutos de caminata llegaron al palacio Uchiha.
Naruto se acercaba a la banca donde se encontraba el azabache, justo era el sitio donde se había visto la noche anterior.
-Sasuke –Se sonrojo sutilmente, el tan solo decir aquel nombre le provocaba una enorme sensación de felicidad.
-Naruto, me alegró de verte nuevamente –Se levantó, sus miradas chocaron, aquellos ojos azules brillantes que escondían una enorme tristeza; aquellos ojos negros como la noche inexpresivos que escondían los sentimientos del azabache.
Se acercaron levemente, sus labios se rozaron, el azabache lo tomo por la cintura acercándolo a el, poso sus labios sobre los del rubio en un casto beso. Ambos seguían mirándose como si con aquella simple mirada pudieran decirse todo lo que sentían, pasaron varios minutos abrazados.
Repentinamente apareció un pájaro enorme volando sobre ellos, allí estaba Deidara junto a su molesto compañero enmascarado Tobi el cual salto tomando al rubio por el brazo separándolo bruscamente de Sasuke.
-¿Tu? ¿Qué haces con Naruto? –Se puso en posición de ataque.
-Lo siento Sasuke, pero… -Su voz cambio a una más gruesa y algo escalofriante –Necesitamos al kitsune –Subió con Naruto al pájaro de arcilla.
-¡Sasuke! –Intento golpear al enmascarado en vano, este era mucho más poderoso que él. Tobi utilizo su sharingan y le dejo inconsciente de un golpe.
-Mierda… ¿Qué clase de sujetos son? Naruto –Su mirada estaba furiosa, ellos se las pagarían, no dejaría que esto se quedar así –Te rescatare lo juro Naruto –Estaba serio más unos gritos lo distrajeron.
-¡Naruto-sama! –Ino no sabía que hacer Sakura subió a los arboles saltando ágilmente –Bastardo, suelta a Naruto –Golpeo con su fuerza descomunal a Tobi quien esquivo un poco, su máscara se rompió en pedazos, sus ojos rojizos eran los que destacaban “el sharingan”, por fin se podía ver su rostro.
-Este pájaro es de Deidara –La miro con su sharingan haciéndola caer.
-Problemático –Shikamaru uso su sombra para sostenerla y bajar a Sakura al suelo -¿Estas bien?-
-Naruto… -Susurro con el semblante enojado – No pude ayudarte lo siento –Pensó la pelirosa, realmente como detestaba no haber sido de ayuda, no logro hacer nada más que llorar.
-Shikamaru… cuanto tiempo, ¿Quiénes son ellas? Debo rescatar a Naruto –
-Espera, somos amigos y también de Naruto-sama, es nuestra culpa no haber podido ayudar… Es mi culpa que hayan raptado al príncipe Naruto Namikaze-Hablaba la pelirosa hincada en el suelo, con un gran toque de culpa.
-¿Principe Naruto Namikaze? Son sus amigos… Iremos por Naruto –
-Antes de eso Sasuke… esto es muy problemático, no tenemos la fuerza suficiente como para derrotarlos, necesitamos ser más fuertes y refuerzos, no solo serán esos dos a los que nos enfrentaremos, son más… Son los Akatsuki-Shikamaru estaba serio, era una situación que tarde o temprano llegaría solo habían estado retrasándola. Siempre había sabido que los akatsuki buscaban a Naruto desde ya un tiempo, pero nunca imagino que después de “eso” Naruto recordara el reino de Dark.
-Tienes razón –El joven Uchiha metió sus manos en sus bolsillos –Vamos –El azabache no permitiría que lo separan de su rubio neko.
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-Pff… Huelo… pescado... ¿Mama? –Kizame tomaba el pescado de Itachi entre sus manos.
-Extraño… Muy extraño… -Hidan rezaba como era de costumbre.
-Kizame ¿Utilizas perfume? –
-Sí, pero solo de marca –
-Aún más raro –comento Itachi en voz alta.
-Jashin-sama… Aléjame de esos idiotas, puedes matarlos; ¡o las dos cosas! –Pensaba Hidan. En esos momentos entro Pein con una sonrisa en su rostro.
-El legendario Kitsune de nueve colas es nuestro –
CONTINUARA…