Mi hermano y yo vivimos en una mansión que nuestros padres nos heredaron, mis padres fallecieron hace 6 años desde eso mi hermano y yo estamos solos.
-Itachi, ya llegue
-Ototo que bueno que ya llegaste saldré hoy en la noche
-¿Con quién?
-Con Dei-chan
-Entonces es seria su relación
-Sí, no sabes cuanto
-¿Cuándo vendrá a la casa?
-En unos días
Yo pasaba la tarde clavado en el escritorio de un estudio en compañía de los deberes de algebra y de Itachi donde él trabajaba desde la casa y a veces va a las empresas que nuestros padres nos heredaron.
-¿Cómo va la escuela?
-Tengo un nuevo compañero de pupitre en la clase de Biología
-¿Eso es bueno o malo?
-Antes, Sai era mi compañero de pupitre
-Entiendo…ósea que es malo
-Cuéntame algo de ese compañero ¿Cómo es físicamente?
-Es alto, rubio e irritante-Pero eso no era del todo cierto, lo que veía me gustaba y mucho un par de ojos azules como el mar, una rubia cabellera, su piel era de un tono canela y en cada una de sus mejillas tres marquitas que lo hacían ver como un lindo kitsune.
A las ocho en punto Itachi termino su trabajo y se dirigió a su encuentro con Dei-chan. Cerró con llave antes de salir. Me quede solo.
Hice inventario de cómo me sentía. No tenía hambre. No estaba cansado y ni siquiera me sentía solo, pero estaba un poco inquieto por el trabajo de Biología. Le había dicho a Naruto que no llamaría y horas atrás lo decía en serio. Ahora solo pensaba que debía entregar la tarea no era que si no la entregaba reprobaría pero debo mantener mis calificaciones excelentes .Fui a la cocina y agarre el teléfono. Mire los números que estaban en mi mano, deseaba que Naruto no respondiera a mi llamada, marque su número, contesto al segundo tono.
-¿Hola?
-Llamo para ver si podemos quedar esta noche, dijiste que no podías pero…
-Sasuke, creí que no llamarías nunca
Estaba furioso de tener que tragarme mis palabras, estaba furioso con Naruto por restregármelo en la cara, me tranquilice y le conteste:
-Ok, ¿Podemos quedar o no?
-No puedo
-¿No puedes o no quieres?
-Estoy en medio de una partida de billar, es importante
-¿Dónde estás?
-En el salón Kyuby, no es la clase de lugar que frecuentas
-Entonces vamos hacerlo por teléfono…hay un par de preguntas…
Colgó
Agarre mi libreta y escribí “Irritante”.
Estúpido maestro Kakashi que cambio de lugar a Sai, estúpida tarea, estúpido Naruto, es un, es un….Dobe.
Vi la hora 9:30, tenía dos opciones: Quedarme en casa inventar cosas sobre el Dobe o ir al salón Kyuby. La primera era muy tentadora pero Kakashi sensei verificara las respuestas. Tengo que avisar a Itachi.
-Itachi, soy yo Sasuke
-¿Qué paso?
-Solo llame para decirte que saldré un momento para hacer una tarea
-¿Tarea? ¿Con quién?
-Con mi nuevo mi nuevo compañero
-Ok, pero no llegues tarde
-Adiós
Agarre las llaves de mi auto, me dirigí al salón Kyuby, había pasado media hora y me encontraba estacionando mi auto. Me baje, camine hasta la entrada, en el mostrador había un tipo aterrador.
-No puedes entrar niño
-Pero no vine a jugar o apostar, vine a…
-Dije que no
Me adentre a toda prisa en el salón con los ojos bien abiertos buscando a Naruto.
-¡Hey tu!-me gritaba el tipo del mostrador
Seguro de que no estaba en la planta alta, baje las escaleras lo más rápido que pude, me encontré con muchas mesas de billar y en una de las últimas lo vi.
-¡Naruto!
Alzo su mirada, cuando me vio, me mostro una hermosa sonrisa, el taquillero llego a mi lado y me sujeto por el hombro.
-Afuera
-Está conmigo-dijo el rubio
Me libere de su mano y camine entre las mesas hacia donde estaba Naruto.
-Perdón por colgarte –dijo acercándose-la cobertura no es muy buena aquí abajo.
“Ni tú te lo crees” pensé
Con un gesto con la cabeza indico a los demás que se marcharan.
-¿Cómo están las apuestas?
-Iba ganando
Saque mi libreta de mi mochila y me la quito
-“Irritante”-leyó en voz alta
-¿Tu sueño más anhelado?-pregunte
-Besarte
-No tiene gracia- me sonroje
-No pero hace que te sonrojes
Ignore lo último, continúe preguntando
-¿Trabajas?
-Si
-¿Por qué te cambiaste de escuela?
-Por ti
-Eso no es cierto
Se acerco hasta mí quedando a unos centímetros de mí.
-Tus ojos, negros y profundos me encantan y esos labios irresistibles
Sin perder la compostura ante su comentario y aunque una parte de mi quería besarlo, retrocedí.
-Parece que sabes mucho sobre mí, más de lo que deberías, es como si supieras que decir para hacerme sentir incomodo
-Me lo pones fácil
Eso me hizo enfurecer.
-Admite que lo haces apropósito
-¿Hacer qué?
-Esto provocarme
-Repítelo que al hacerlo me provocas
-Ya hemos acabado-metí mi libreta a mi mochila-No me gusta que el sensei no haya puesto juntos, no me gusta esta tarea, no me gustas tú-ok, eso ni yo me lo creí
-Pues me alegro de que nos hayan puesto juntos
-Pediré que me cambien de lugar- me aleje rápidamente y lo último que escuche fue:
-Suerte