El fin y un comienzo –capítulo uno-
Así como dije que sería, hoy, todos los miembros veríamos el video que hicimos en el dos mil seis.
Preparé todo, la TV, el DVD, el sistema de sonido, todo a la perfección, ya en unos momentos comenzaría el show.
Me recosté en el sillón con un tazón de café en mano, con la expectativa de pasar un buen momento de relajo y periodo de reflexión. Ya nada podía dar marcha atrás a mi decisión, por lo que apagué mi celular y me dispuse a ver el dichoso video. Le di play al dispositivo y comenzó una imagen borrosa de mi enfocando la cámara y revisando que todo estuviese bien…
-¿Está encendida?-
-Sí… creo que si-
-Sí, está encendida… vamos, siéntense, siéntense- (…)
-¡Tenía que comenzar conmigo haciendo muecas de prueba mirando al lente!- exclamé entre risas.- ¡Vaya que no he cambiado nada! Solo me he puesto más gordo…
Seguí mirando el video mientras tomaba a sorbos pequeños mi café, observando los movimientos de todos, recordando cada percance que tuvimos al grabar esas escenas, todo feliz hasta llegar a la parte que tal vez no quisiera recordar, ni mencionar, ni mucho menos en aquel momento tan incomodo…
-Y tú Nao-san… ¿Por qué decidiste salir de tu banda y armar una nueva?
-Ehm… porque… quería un cambio en mi vida, además el estilo de la banda…-
-¡Fatima!-
-Sí, Fatima… no me gustaba, creo que no me identificaba. (…)
Y no mentí aquella vez, esa fue la verdadera razón del porqué abandone la banda y seguí un nuevo camino al formar Alice Nine. Realmente me incomodaba ese ambiente musical, quiero decir el ambiente de la banda en sí, ya que la música era de mi agrado, pero de veras que no estaba a gusto allí, entre ensayos mal coordinados, con escenas lascivas en el escenario, con fanservice morboso que me superaba, sexo en los camarines, el olor constante a cigarro, palabrerías mezcladas con la estupidez del licor…
Había muchas cosas que no me gustaban de aquella banda, pero lo que realmente sobrepaso el vaso fue cuando me quisieron obligar a hacer un photoshoot. Bueno, eso está en el contrato, era obvio que debía obedecer a sacarme fotos en un traje ajustado debajo de otro miembro de la banda compartiendo una manzana en la boca como simulación de beso. Pero el trato de mi compañero, lo que pasó detrás de todo… lo odio con toda mi existencia.
Sanaka se caracterizó siempre por ser un chico extravagante, mimado y “sensual” según las fans. Por lo tanto, ¿Qué mejor que dejar al nuevo baterista hacer sesión con el macho alfa?
Esas palabras textuales las oí del manager, no tuve problemas, mi trabajo era acatar esas órdenes superiores. Tranquilamente fui a los camerinos, me vestí y deje que me transformaran en el baterista de Fatima. Todo iba normal hasta que al pasar al lado del baño del camerino escuche los asquerosos gemidos de placer entre Sanaka y Mizuha, sí, estaban teniendo sexo descaradamente como animales en celo en plena jornada laboral, sin tener siquiera el cuidado de no ser descubiertos. Me aleje rápidamente del camerino y partí caminando sin rumbo hasta llegar a una tranquila y vacía habitación, no soportaba escuchar chillar a esos dos hombres…
Me quede pensativo mirando por la única y misérrima ventana que había en el cuarto; ya estaba harto, finalmente estaba cerca de tomar la decisión que cambiaría mi vida: abandonar la banda.
Casi triunfante me encontraba sumergido en mi análisis y previa decisión, cuando de repente unos pasos felinos y sedientos se acercaban a mí, acechándome como presa indefensa. Era Sanaka, el imbécil descarado, que, aún caliente venía a molestarme una vez más…
-Ohh~ Nao-san- se escuchó una voz provocadora, como escupiendo feromonas.- ¿Qué haces tan solito acá?- su pecho tocó mi espalda y su vocecita penetraba en vaho mi oído.
-¿Eh? ¿Sanaka-san? ¿Qué rayos qu…?- intente decir y dame vuelta, pero las raudas manos del vocalista me tenían agarradas por la cintura.
-Es que me preocupe por ti, no te encontraba en ningún lado- habló bajo acercando sus labios a mi oreja, cosa que causó un escalofrío de asco y miedo en mí.
-Estoy bien, no te preocupes- intente escapar de sus brazos.
-¿Seguro?- susurró en mi oído a la vez que sentía una mano firme y decidida recorrer mi vientre bajo la polera.- Yo te veo muy solito- termino de decir para pasar su otra mano descaradamente sobre mi muslo.
-Sí, seguro, ¡déjame estoy bien!- exclamé, lográndome zafar con éxito del insano vocalista.
-¿Huh? No seas tan agresivo Nao-chan- expresó en tono burlón.- Yo sólo quería ayudarte- agregó con una risa irónica mientras salía lentamente de la habitación.
-¿Ayudarme? ¡Sí claro! – susurre a regañadientes, sentándome en el suelo, asustado y tembloroso.
Ese tipo siempre me causo algo de miedo, en un comienzo podríamos decir que nos llevábamos muy bien, pero desde que empezó a salir con Mizuha se volvió una persona repugnante; todo el día los dos con sonrisitas maliciosas, mirándose entre ensayos y lives… cada vez sus jueguitos aumentaban de nivel y eso no lo podía soportar.
-¿Está listo Nao-san?-
-Sí- respondí frío.
-Ok, entonces por favor vaya al escenario y siéntese sobre las caderas de Sanaka-san y sujete la manzana sobre la boca de él-
-Entiendo- respondí desganado, obedeciendo las órdenes del fotógrafo.
-Muy bien Nao-san, mire a la cámara… Ahora acérquese más a Sanaka-san.
-¿Te estás divirtiendo Nao-chan?- susurró con una sonrisa malintencionada, mientras se hacía el que acomodaba en el sillón y me levantaba con sus caderas. Yo sólo lo mire con odio y no le respondí, me daba asco ver su cara mojigata.
-Muy bien- decía el fotógrafo con cada flash.- Ahora por favor cambien de posición, Nao-san recuéstese en el sillón y Sanaka-san encima de Nao-san-
Alcance a escuchar una risita desde detrás del fotógrafo, era Mizuha, quien miraba como un sucio espectador nuestra sesión de fotos… No sé como lo dejaron pasar ¡Mierda! Como odio esto.
-Nao-san, sujete la manzana en su boca. ¡Bien! Ahora Sanaka-san, apóyese en Nao y sujétele la mano, haciendo como que muerde la manzana ¡Excelente!-
-Como quisiera jugar así contigo en verdad- susurró el sucio vocalista.
-Ok, ahora Sanaka-san por favor ponga su mano en la cintura de Nao, como si lo estuviera abrazando con delicadeza. Eso, con sentimiento. ¡Fantástico!- termino de exclamar el fotógrafo, cuando en un audaz movimiento, Sanaka toma mi muslo y lo apega a mi abdomen, mientras él lamía la manzana.
-¡Vaya! No creí que irradiaban tanta pasión, chicos, ¡ustedes son geniales!-
Mi paciencia estaba agotándose, una afrenta más y me pararía, cogería mis cosas y tomaría la decisión que por mucho tiempo sólo aguante por mi bienestar y mi deseo de estar en una banda, y por supuesto, por cumplir el contrato… dejar para siempre Fatima.
-¿Qué pretendes?- susurre molesto.
-Jugar contigo un rato- contesto burlón mi compañero.
-Muy bien, sigan así- exclamo el fotógrafo entre un haz de flashes.
Sanaka ahora sonreiría para tomarme el mentón, subirlo despacio y perderse en mi cuello, besándolo, sujetando la manzana con la otra mano libre… sentía su sucia respiración en mi cuello, lo besaba como devorándolo.
El fotógrafo extasiado tomaba y tomaba fotos, pero yo no aguantaba más. Di un grito de que paren todo. Sanaka se sorprendió y se alejó un poco de mí, me miró cínicamente y sonrió; me enderecé, lo empuje sin mucha magnitud y me puse de pie, furioso.
-¡Es todo!- grite enojado.- ¡Me voy de aquí!-
-P-pero Nao-san, tienes que terminar con esto- intento detenerme nerviosamente el fotógrafo.
-¿Qué no escuchó señor? ¡Yo me largo de aquí! Yo… ¡Yo dejo la banda!- pude alcanzar a ver la cara impávida de Sanaka, que no mostró un ápice de arrepentimiento por sus actos.
Rápidamente dejé el escenario y antes de salir choqué mi hombro con el de Mizuha, quién con una sonrisa me miro de reojo y caminó hacia el escenario. ¡Al fin yo estaba libre!
Semanas después vi en los titulares de revistas el anuncio de la sesión de Sanaka con Mizuha, haciendo las mismas poses que tuve que hacer con ese engendro. ¡Ni siquiera me pagaron por hacerlas! Al menos debo agradecer que no las publicaran, creo que el fotógrafo pudo comprenderme en ese momento…
Y así, en ese momento, sin banda, sin nada que hacer, entré en un periodo de decadencia extrema. Vivía todo el día preguntándome: ¿Será bueno comenzar otra banda? ¿O sigo mis estudios en la universidad?
Un gran dilema que no sabía cómo responder… Mucha gente me decía cosas como: “¡Ánimo Nao, tú puedes!” “No te rindas” o “¿Por qué no empiezas una banda nueva?”… Claro, era fácil decirlo, pero no conocía a nadie que estuviera buscando ser parte de una nueva banda.
Me recosté en mi cama mirando al techo de mi habitación, pensando en que hacer por mi vida, cuando de repente, ya cansado de la misma posición, me voltee y vi mi computadora sobre el escritorio más radiante que nunca, como si me llamara… quede perplejo unos segundos hasta que mi mente reaccionó. Velozmente me pare de mi cama y me senté frente a la pantalla del computador. No sabía muy bien como, pero esto era la solución, empecé a buscar anuncios en la internet, de personas que estuvieran buscando pertenecer a una banda.
Estuve un buen rato en la odisea del internet, llamando a quienes creía cumplían los requisitos para mi banda nueva, pero pareciera que los demonios se habían alineado, ya que en cada llamada nadie me respondía, pasándome a la grabadora o buzón de voz. Creí que todo estaba acabado. Desanimado, revise la última página de los anuncios, y me llamó la atención en el nombre de un tipo: “Saga.” Nervioso, tomé mi teléfono y llamé al número que aparecía en la pantalla, un bajista me esperaba a contestar según el anuncio…
-¿Aló?-
-¿Eh? H-hola B-buenas tardes ¿Hablo con… Saga-san?- pregunté nervioso mientras miraba la pantalla para asegurarme del nombre.
-¿S-Saga?... ¡Oh! ¡Sí! Con él mismo ¿Con quién hablo?-
-Con Nao, ¿Sabes? Te llamo por el anuncio en internet, que dice que buscas una banda, y pues, yo estoy buscando miembros para una-
-¡Ah! Sí, sí, entiendo. ¿Qué estilo de banda buscas hacer?-
-Pues… una visual kei… ¿Te interesa?-
-¡Claro! Justamente ese era el estilo de banda que ando buscando-
-¡G-Genial!- reí.
-Bueno, como dice el anuncio, yo toco el bajo… ¿Qué instrumento tocas tú?-
-¿Eh? Pues… yo toco la batería-
-¡Excelente! Ya tendríamos casi todo, la batería era lo fundamental, no sabes cuánto cuesta encontrar bateristas –rió- Así que sólo nos faltaría voz y guitarra, pero eso es fácil de encontrar, guitarristas hay regados en cualquier lugar.
-S-si, así es- respondí algo tímido.
-Bueno… ¿Nao-san?-
-¿Si?-
-Nao-san, entonces nos juntamos para hablar más acerca de esto… ¿Qué te parece si nos juntamos en el Hanzun Live Hall? Mañana… a las siete de la tarde.
-Sí, me parece buena idea-
-¿Sabes cómo llegar?-
-¡Claro! Una vez con mi banda anterior tocamos allí-
-¿Si? ¿Cómo se llamaba tu banda?-
-Fatima…-
-¿Eh? ¿¡Fatima!?- exclamó el bajista.
-Si… ¿por?-
-¡Porque son geniales! ¡Son muy populares entre las chicas!-
-Pero no por la música- conteste serio.
-¿Eh? ¿Qué dices?-
-Una de las razones por la que deje la banda era por el excesivo fanservice, a ellos le importaba sólo eso, y… me repugnaba… Yo quiero hacer buena música, ¿entiendes?-
-Sí claro, la música es lo primordial-
-Hmm…-
-¡Bueno Nao-san! Me alegra que me hayas elegido como bajista, nos vemos mañana, ¿sí?-
-S-Sí mañana… un gusto, adiós-
-Adiós- colgué la llamada.
Woah~ ¡No creí que él contestara a la llamada! ¡Estoy tan feliz! ¡Espero todo salga bien mañana!
Ahora al fin podre tener una buena banda… me pregunto si esto resultará… ¿Seré capaz de hacerlo bien? ¿Será él un buen tipo? No espero a que llegue la hora de reunirnos…
-Fin capítulo uno-