Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

UNDERWORLD por RHYO-DARCK

[Reviews - 357]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

NAH!

Ya ni creo que deba de disculparme por el ENORME retraso, que ni nombre tiene _ _lll. pero aun asi lo hare, disculpen que me haya tardado tanto en actualizar, decir que la Facultad no me ha dejado tiempo, es decir poco, pero, aun asi, agradezco su paciencia, trataré de dar mi mejor esfuerzo de que no vuelva a suceder y de perdido hacerm mas tiempo en los fines de semana, para que el proximo capitulo no sea tan tardío.

Espero con sinceridad que el entusiasmo por esta historia no haya disminuido por mi culpa, y que por el contrario, se siga recomendando.

Learn - Aprender. 

¡Disfruten el capitulo!  

UNDERWORLD

 

Capítulo cuatro.

 

Learn.

 

 

 

 

 

 

 

La flecha zumbó, clavándose en la orilla del blanco, balanceándolo grácilmente de lado a lado, denotando la fuerza del disparo. Naruto suspiró, se llevó una mano a la frente, limpiando el sudor. Caminó lentamente los metros que lo separaban de la pared de roca, donde colgaba el círculo de madera. Levantó la mano y tomó el extremo de la flecha, jalándolo y desprendiéndolo de la madera que había penetrado. Entrecerró los ojos.   

 

 

 

- Esto no es suficiente... -Dijo para sí mismo.  

 

 

 

Apretó la flecha, sintiendo la rigidez temblar ante la presión. Levantó la vista hacia el cielo plagado de nubes, una brisa se coló entre los portones de piedra y movió las hebras de su flequillo, cerró los ojos ante la sensación agradable de frescura.

 

 

 

Tres semanas. Tres semanas y lo único que había logrado hasta ahora, era conseguir alcanzar el último círculo del blanco, no el del medio, mucho menos el del centro. Sus habilidades parecían estar por debajo de un principiante, al menos estos pegaban en el blanco alguna vez, aun cuando sólo hubiera sido por casualidad, pero él ni siquiera eso. Apretó con más fuerza la flecha, sentía en ese momento, tanta rabia, tanta impotencia, pero, sobre todo, sentía el fracaso marcándole la frente.

 

 

 

- ¿Por qué… soy el único? -Susurró. Se había esforzado seriamente, había resistido cualquier cosa que le pidieran hacer. Itachi, como líder de la fortaleza, era estricto con ellos cuando se veía observado por los demás, más específicamente, por los grupos de cazadores.

 

 

 

Aun cuando Naruto se encontrara de rodillas en el suelo, empapado de sudor, jadeando por aire bajo el sol abrazador, aun escuchaba los gritos de Itachi que le pedían levantarse y continuar. En esos momentos, volteaba a su lado, viendo a Sasuke levantarse, agitado pero firme. “Sólo necesitas afinar algunas cosas, eres bueno, ya tienes suficiente talento, para ti no debe ser problema, eres capaz de hacer cualquier cosa”, escuchar esas palabras, una y otra vez, pero nunca dirigidas hacia él, comenzaba a volverlo loco. Naruto no llegaba a comprender, como a pesar de que se exigía más que Sasuke, simplemente no era capaz de alcanzarlo. 

 

 

 

Innumerables veces se vio al borde del abismo. La frustración le insinuaba en el oído que, debería de odiar a Sasuke, acabar con él, para que ya no hubiera nadie que lo degradara. Había ocasiones en las que se descubría observando oscuramente a su mejor amigo, afilando los ojos y envidiando toda esa habilidad, todo ese potencial que él no poseía. Sin embargo, Sasuke, inconsciente de su maldad, lo tomaba de la mano, arrastrándolo de nuevo a la superficie, justo como había ocurrido seis días atrás.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

- Ánimo, Usuratonkachi... usa esa bendita terquedad tuya para ponerte de pie… -Dijo Sasuke. Levantó una mano, dirigiéndola a la cabeza de Naruto, acariciándole los cabellos. Sonrió- ¿No siempre has dicho que eres un león dormido? -Se rió, sin dejar de palmear la cabeza de su amigo- Ya viene siendo hora de que despiertes…

 

 

 

Naruto bajó la cabeza, incómodo. Había sentido como sus mejillas se calentaban en culpabilidad, él había estado pensando mal de Sasuke, y éste, por el contrario, lo animaba. Entristeció su mirada, sintiendo los dedos de Sasuke entre sus cabellos, de vez en cuando atorándose contra algún mechón rebelde y enredado, pero sin llegar a tirar de él, evitando lastimarlo.  

 

 

 

Sasuke observó desde su altura, como una película nebulosa se instalaba en los ojos de Naruto. El sabía lo mucho que le pesaba a su mejor amigo fracasar en algo, acomplejado desde pequeño al ser comparado con él. Una de sus peleas en el pasado, había tratado de algo similar. Amigos mutuos de sus padres, durante una de sus reuniones, habían hecho comentarios fuera de lugar, alabando las notas ó talentos de Sasuke, hasta el punto de hacer parecer a Naruto un completo inútil. Ambos tenían catorce años, y Naruto se sintió tan mal, que abandonó discretamente la recepción de la fiesta.

 

 

 

Cuando Sasuke no lo encontró después de un rato, decidió salir hacia la calle, experiencias anteriores, le habían enseñado ir a un sólo lugar cuando Naruto se sintiera deprimido. En el parque de algunas calles abajo, encontró una sombra solitaria, sentada en el viejo columpio, atado en la rama del árbol más alto. Naruto explotó en el sólo momento en que Sasuke preguntó por su ausencia, desahogándose, pero también gritando cosas innecesarias hacia Sasuke, incluyendo decir que lo odiaba.

 

 

 

Sasuke recordaba el sentimiento áspero que había sentido en el pecho al escuchar aquéllas últimas palabras. Nunca se habían dicho que se odiaban, por más peleas que tuviesen entre ellos, por más insultos que arrojaran en su contra, jamás sus problemas eran tan graves como para alcanzar el odio. Sasuke, en lugar de gritar ó pelar con Naruto, se colocó detrás de él, acariciándole el cabello, hasta que se calmara. Naruto se disculpó minutos más tarde, Sasuke lo entendió. Naruto internamente se prometió que nunca en su vida se rendiría, para que algún día reconocieran todo lo que él podía hacer, Sasuke se prometió que a partir de ese momento, sería el soporte de Naruto, hasta que no lo necesitara.

 

 

 

Al resonarle todo aquello, Sasuke centró su mirar en Naruto que, aun le rehuía la mirada.

 

 

 

- Yo voy a ayudarte... -Llamó su atención. Naruto volteó hacia arriba, topándose con los ojos negros- Sabes que, no importa lo que sea… no dejaré que caigas... -Sasuke habló seriamente- Tu caes, yo salto… -Suavizó su expresión- ¿Sabes porque? -Naruto negó con la cabeza, lentamente. Concentrado en las palabras de su amigo- Porque cuando estés en el suelo, puedas levantarte… no solo, sino conmigo…

 

 

 

Naruto agrandó los ojos, sin saber el sentimiento que le embargó al oír aquello. Se sentía conmovido, al mismo tiempo que feliz. Sasuke saltando, mientras él caía. Justo como había hecho cuando la arena roja lo había atrapado. Atrapó la mano de su amigo, entrelazando los dedos, la apartó de su cabeza. Le sonrió, motivado.

 

 

 

- Eres raro, Uchiha… -Bromeó. Sasuke le sonrió de vuelta, moviendo su cabeza hacia la izquierda, incitándole a continuar-…Gracias… -Murmuró, bajando la cabeza para que el flequillo cubriera sus ojos.

 

 

 

 Sasuke escuchó, pero no se detuvo, continuó caminando hacia la salida de la fortaleza, decidido a continuar con las vueltas. Naruto bajo su cabello, sonreía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

- Estúpido bastardo… -Sonrió de nueva cuenta al recordarlo. Dio la vuelta, regresando hacia su lugar.

 

 

 

Se puso de frente al blanco, afiló los ojos. Doce metros los separaban, colocó la misma flecha que antes había fallado, ubicándola en la cuerdilla del arco. Tomó un respiro, conteniéndolo por unos segundos, luego lo dejó ir, suspirando lentamente. Apretó el mango del arco y se enderezó, levantando la flecha, estirándola hacia atrás, llevándose la cuerda con ella.

 

 

 

Podía hacerlo. Esas tres semanas había llevado a su cuerpo al borde del extremo, se había levantado antes del amanecer, hecho rutinas de abdominales, flexiones y estiramientos hasta que pasaban los minutos y el sol aparecía. Había estado de acuerdo en que le colocaran pesas de arena en los tobillos y muñecas, correr de cuatro a seis veces el perímetro alrededor de la fortaleza, ocho malditos kilómetros diarios. Aun cuando sintió como si los brazos y piernas estuviesen a punto de caérsele, seguía levantándose al día siguiente, a sabiendas de que la misma paliza lo aguardaría.

 

 

 

Acomodó sus brazos, tal y como Sasuke le había enseñado, verificando la altura de su codo y que sus dedos estuviesen abiertos entre ellos. Naruto había cumplido con las exigencias de velocidad, hasta el punto de hacerlo su fuerte, en los entrenamientos donde, algún tipo se ponía una de las pieles de los monstruos encima, persiguiéndote a toda velocidad, había observado de forma orgullosa, que sus movimientos zigzagueantes al correr, sus repentinos cambios de dirección y peso liviano, los hacían tropezar, perderse de vista ó simplemente, confundirlo los suficiente como para darle un giro al juego, y ser capaz de realizar su papel de cazador.

 

 

 

- Puedo hacerlo-ttebayo. -Se animó. Recordando que, a pesar de que en la arquería no fuese deslumbrante, aun tenía cosas que los demás podían envidiar.

 

 

 

Dejó que la flecha se deslizara de sus dedos, procurando no moverse. Vio su rápido camino por el aire y se permitió volver a respirar en cuanto escucho el sonido hueco de su choque. Se permitió disfrutar una brisa mas, para luego sonreír, su flecha estaba en el centro.

 

 

 

- Hay que ver que no sea suerte… -Gorgoreó. Tomó otra flecha y volvió a acomodarla como con la anterior. Estiró la cuerda y la dejó salir, observando como hacía a un lado la otra, al usurpar su lugar, en el centro nuevamente. Soltó una carcajada, echando la cabeza hacía atrás- ¡El león ha despertado-ttebayo!

 

 

 

- Que bien, a éste león le tomó todo un mes hacerlo… -Dijo una voz. Naruto frunció el ceño, girando en su lugar, apuntó a Sasuke con el dedo índice de manera retadora.

 

 

 

- ¡Cierra la boca, Teme!, es la envidia que te corroe… -Exclamó.

 

 

 

Sasuke sonrió de medio lado. Recargado en la pared del fondo, donde el sol no lo molestara, tenía pocos minutos de haber llegado, al ver que su mejor amigo no estaba en el comedor al igual que todos. Tuvo el privilegio de ver el logro de Naruto, tras días de práctica, no fallida, pero si lenta.

 

 

 

- No tengo nada que envidiarte. -Dijo en tono burlón, viendo con regocijo, como las cejas de Naruto se juntaban en un gracioso ceño- Soy capaz de hacer casi cualquier cosa sólo viéndolo una vez, anda dime, ¿Eres tú capaz de hacer eso? -Volvió a sonreír. Naruto gruñó por lo bajo.

 

 

 

- Presumido. -Masculló de mala gana. Sasuke se encogió de hombros.

 

 

 

- Puedo darme esa clase de lujos… -Naruto giró su cabeza, dándole un desprecio. Sasuke dejó escapar una suave risa entre dientes, se enderezó de su sitio, llevando sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón- Vine a decirte que están sirviendo la comida, será mejor que vayas si quieres alcanzar algo. -Naruto volteó a verlo, contento.

 

 

 

- ¡Por fin! ¡Muero de hambre-ttebayo! -Arrojó la funda de flechas y el arco hacia un lado, olvidándose por completo de su reciente hazaña, como algo sin importancia, al menos, a lado de la comida.

 

 

 

Sasuke rodó los ojos, dio la vuelta, meneando ligeramente la cabeza en forma negativa, su mejor amigo parecía que nunca tendría remedio. Naruto lo siguió, llevando ambas manos por detrás de la cabeza, al tiempo que tarareaba una canción.

 

 

 

Caminaron por la orilla de la muralla, aprovechando su sombra. A esas horas de la tarde, la fortaleza podría mostrarse solitaria, sólo se servían tres raciones de alimento por día, todos en horarios específicos, provocando que el comedor se abarrotara con la presencia de todos los inquilinos del castillo. Algunos consideraban aquel momento como el más agradable de todos, si no tenían que preocuparse por la ausencia de algún grupo de cazadores.

 

 

 

Era el tiempo en que conversaban, sobre sus tareas, ó anécdotas. Sasuke y Naruto se habían dado cuenta que, al ser una comunidad relativamente pequeña, estaban enterados sobre la vida de casi todos. Habían escuchado a las pocas mujeres que habitaban conversar sobre trivialidades de algún varón, criticando y dando consejos a otras para prestarle atención a algún miembro en específico.

 

 

 

Son escasas las mujeres y bendecimos cuando nacen mas, por ello suelen darse el lujo de escoger y rechazar, sobre todo cuando son jóvenes...  

 

 

 

Itachi les había presentado a las más jóvenes de la fortaleza, aquéllas que se encargaban del área de la medicina y curación, siguiendo las enseñanzas de sus madres, aun hasta la fecha. Naruto pudo notar que, efectivamente, solían darse el privilegio de ser déspotas, al menos una de ellas. La chica a la que sólo recordaba con el nombre de; Ino. Era una joven mujer de algunos diecinueve años, de esbelta figura y larga cabellera rubia, pero con mala personalidad. Su amiga, la otra más joven; Sakura, de dieciocho años, parecía ser inteligente, pero al mismo tiempo temperamental, sin embargo, le pareció más agradable que Ino.

 

 

 

Naruto torció el gesto al recordar, como en cuanto los vio entrar al cuarto de enfermería, la primera acción que realizó Ino, fue la de una inspección visual, recorriéndolos de arriba abajo, de la misma desagradable manera de quien inspecciona el ganado nuevo. Siempre había sentido desagrado por esa clase de mujeres, aquéllas que solían sacar provecho de su condición de mujer para obtener lo que querían. Sacudió la cabeza, tratando de alejar esos pensamientos, antes de que lo pusieran de mal humor. Sólo esperaba que a su amigo no se le ocurriera posar la vista en alguien como ella, sólo porque no había más opción.

 

 

 

Naruto pisó una piedrecilla y trastabilló con ella, le frunció el ceño. Sasuke volteó con el sonido, pero no le prestó más atención, llegaron al final del recorrido, comenzando a escuchar desde su sitio el sonido del barullo que hacían a la hora de comer. Naruto aceleró el paso, casi haciendo a un lado a Sasuke para poder pasar primero.

 

 

 

-…Dobe… -Gruñó Sasuke, cuando Naruto pasó corriendo, golpeándole el hombro de paso- La cocina no se irá a ningún lugar, se quedará ahí. -Volvió a enfurruñar.

 

 

 

- ¡Pero la comida no! -Logró gritar, soltando una risilla, antes de desaparecer por la puerta. Sasuke volvió a negar con la cabeza, ligeramente divertido.

 

 

 

Naruto vio la cocina más oscura de lo usual, seguramente porque sus ojos se habían adaptado a la luz del exterior. Tal y como había pensado, todas las mesas parecían completamente ocupadas, juntó los labios en un puchero. Prefirió dirigirse hacia la barra para tomar un cuenco, podría comer de pie, si se requería. Tomó el tazón de madera pulida y una cucharilla, caminó hacía la mesa de guisos, en donde las mujeres tenían grandes cazos de alimento, vio a una de las ancianas que siempre se ofrecía a darles agua durante los entrenamientos, le sonrió. La mujer mayor le sonrió con amabilidad.

 

 

 

- ¡Chiyo-baasan! ¿Cuál es el menú de hoy? -Bromeó, a sabiendas que casi siempre se solía servir lo mismo.

 

 

 

- Pues, tu pide, Naruto-chan… ¿Quieres una hamburguesa ó unos filetes de ternera? -Rió la mujer. A Naruto le caía muy bien, tenía un buen sentido del humor, además, podía bromearse con ella, al ser una caída desde que tenía catorce, ahora con casi ochenta años de edad, estaba ansiosa por algo que le animara. Naruto podía hacer ese trabajo con facilidad, aunque fuera sólo ocasionalmente- Si quieres saltó por la ventana y salgo a perseguir algunos conejos, el cocido en especias me queda maravilloso. -Dijo, al tiempo en que se llevaba los dedos a la boca, besándolos. Un gesto que se le hacía a los platillos, como cumplido.

 

 

 

- Que difícil, no lo sé, no lo sé… -Se cruzó de brazos, mientras fingía meditarlo. Después sonrió y estiró el tazón hacia ella- Mejor sorpréndame.

 

 

 

- Muy bien… -Se encogió de hombros, tomó un cucharon y lo hundió en la ensalada de patata y zanahoria, para después sacarla y dejar caer el viscoso contenido en el plato de Naruto. Sonrió maliciosamente al chico- Sorpresa.

 

 

 

- Se ve especialmente apetitoso el día de hoy… -Dijo guardando un gesto sarcástico. Era obvio que mentía, se veía horrible ese día, quizás porque ya la comida se encontraba tibia y espesa, a Naruto le recordó a las papillas enfrascadas que se vendían para alimentar bebés, sacó la lengua- Mis felicitaciones al chef.

 

 

 

- A callar, Naruto… -Se carcajeó- Vete a comer, mantén ocupada esa boca en masticar… -Movió la cabeza hacia un lado, como si lo echara del sitio. Naruto fingió estar afectado, lanzándole un puchero con los labios, provocando otra risa en la mujer, cuando se dio la vuelta para dirigirse al comedor, volvió a sonreír.

 

 

 

Vio a Sasuke levantar una mano, casi en la esquina del comedor, se dirigió hacia allí. Vio a lo lejos a Kiba y le saludó con un movimiento de cabeza. Lee, otro de los jóvenes cazadores, levantó la mano, incitándole a ir hacía su mesa, Naruto con señas le dijo que iba con Sasuke, el joven asintió con una sonrisa, entendiendo. Hasta ahora había conocido a muchos, pero no a todos los miembros del castillo, los horarios establecidos con deberes y demás situaciones, le impedían esa oportunidad. Conocía a Kiba desde el primer día, era reconocido por su carácter activo, retador y divertido, Naruto sentía que había algunas cosas en las que ellos podrían parecerse. Rock Lee era un año mayor, pero era muy infantil, optimista y ruidoso, más ruidoso que él, le había dicho Sasuke. Su temperamento podría llegar a sofocar al principio, pero después de acostumbrarse, sentías que no podías vivir sin aquellas poses dramáticas y sus frases de motivación juvenil.

 

 

 

De lejos conocía a Shino y Shikamaru, que pertenecían a otro de los grupos cazadores, Shino no le daba buena espina, con sus miradas fijas, siempre serio, usaba unas viejas gafas oscuras y nunca se las quitaba, Kiba le había mencionado que habían sido de su padre, quien había muerto desde antes que él naciera, así que las atesoraba mucho, nunca había escuchado a Shino hablar. Shikamaru era otra historia, era un holgazán, pero todos decían que era sorprendentemente inteligente, pero no había tenido oportunidad de hablar con él. Había visto a otro joven, que se dedicaba principalmente a la elaboración de cestas y el cultivo de las legumbres, un chico regordete que, si no mal recordaba, alguien había mencionado que se llamaba Chouji, era amigo de Shikamaru, era todo lo que sabía de él. Aun había otros jóvenes, pero aun no los había visto ó escuchado de ellos.

 

 

 

- Te guardé un pan. -Escuchó decir a Sasuke al momento en que logró tomar asiento.

 

 

 

- Gracias, Teme… ¿Ya comiste? -Tomó el pan ofrecido, partiéndolo a la mitad. Ante la pregunta, Sasuke señaló su tazón a medio comer.

 

 

 

- Me serví antes de ir a buscarte… -Meneó la cucharilla dentro de su plato, batiendo de forma aburrida el grumoso contenido, arrugó el entrecejo- Hoy la comida está asquerosa… -Se quejó- Te juro, Dobe… un mes más comiendo esto y me volveré demente… -Naruto río.

 

 

 

- Me hace recordar la primera vez que comí aquí, me sentía en el paraíso, pero al ver que es la misma cosa todos los días, aunque sea preparado de diferente manera, hace parecer que estamos en prisión -Se llevó una cucharada a la boca.

 

 

 

- Patatas, pan… Huevo, patatas y pan… Zanahoria, patatas y pan… lechuga, patatas y pan… Sopa de arroz con patatas… Crema de patatas y arroz… caldo de legumbres y pan… Puré de patatas y verduras salteadas… Arroz frito con puré de zanahoria y pan… -Enumeró, encaprichado- ¿Me falta especificar algo más? -Comió de mala gana un trozo de pan.

 

 

 

- Bueno, ya sabes que comemos lo mismo porque queremos… -Musitó en voz baja- Hay carne cocinada también… -Vio a su amigo, inseguro. 

 

 

 

- Me niego a probar siquiera un poco de eso -Sasuke hizo un gesto- Esas cosas devoran a las personas, y si nosotros comiéramos carne de esos monstruos, es como si también nos comiéramos a las personas… -Apretó la cucharilla, hablando en voz baja, lleno de ira- Es asqueroso... no sólo eso, es abominable…

 

 

 

- Bueno, yo… -Se meneó en su sitio, nervioso- La verdad es que, me ha entrado curiosidad de probar un poco… -Sasuke lo fulminó con la mirada. Naruto se sintió incómodo- Hombre, que tarde ó temprano terminaremos cediendo, a mi también la idea me parece atroz, pero es comida al final de cuentas… -Sasuke volteó hacia otro lado, chasqueando la lengua. Naruto frunció el ceño- Son proteínas, y las vamos a necesitar cuando nos llegue la hora de salir afuera.

 

 

 

Sasuke volvió a llevar una cucharada a su boca, tratando de mantener su boca ocupada e ignorar la lógica de Naruto. Mientras que éste, suspiró, comiendo de nuevo. Se mantuvieron en silencio unos cuantos minutos, mientras terminaban con su ración. Sasuke se levantó de la mesa, le envió una mirada a su amigo.

 

 

 

-…De acuerdo… -Dijo. Naruto levantó la cabeza, atento. Sasuke bufó- Tienes razón, algún día habría que hacerlo, así que… ¿Qué tal hoy en la cena?

 

 

 

- Bien… -Asintió- En la cena será, entonces…

 

 

 

- Muy bien. -Asintió también- Iré con Itachi un rato, ¿Seguirás entrenando? -Naruto negó con la cabeza, mientras terminaba con el ultimo trozo de pan, manteniendo su boca ocupada- Entonces te veo en la habitación, luego le hincaremos diente a esa carne… -Se dio media vuelta- Allá voy, Hannibal Lecter… -Murmuró. Naruto se llevó una mano a la boca, para que no se le saliera la comida, tragándose un ataque de risa por aquella frase pesimista. Le había causado gracia que Sasuke ya se estuviese declarando caníbal.

 

 

 

Vio a Sasuke retirarse del comedor, entonces suspiró. Se levantó, dirigiéndose de nuevo a la mesa de servicio, con la intención de despedirse de la anciana Chiyo. Fue en ese momento en el que notó la mesa que, el grupo de cazadores de Nagato, ocupaban en ese momento. Arrugó la frente, Nagato seguía desagradándole, pocas veces se había presentado a observar los entrenamientos, y en cada una de aquellas ocasiones, tenía algo que objetar acerca de su desempeño, tanto suyo, como el de Sasuke. Intentó dirigirse hacia el otro extremo, para así evitar toparse con su mirada.

 

 

 

- No lo he visto desde hace tres meses, ese desgraciado no ha tenido las agallas de volver a acercarse a la zona de la pradera. -Musitó Nagato, lleno de furia. Naruto se detuvo en su lugar, a una distancia prudente de ellos, donde no podía ser visto, pero podía oírlos claramente, preguntándose a quien se referían.

 

 

 

- Si no mal recuerdo, la última vez que te encontraste con él, seguía llevando esa arracada, ¿No es así? -Dijo otro de los cazadores, su tono de voz bajo, temeroso. Nagato golpeó la mesa con ambas palmas, sobresaltando a todos.

 

 

 

- ¡No es una maldita arracada! ¡Es la pulsera de Konnan! -Bramó. Naruto abrió los ojos, sorprendido- ¡Sólo así es como puedo distinguir a “Ginger” de todos los demás! ¡Como si fuese un trofeo, lo lleva en su oreja izquierda, el muy bastardo!

 

 

 

- Sabes que no “Lo lleva”, Nagato… -Otro de los cazadores habló, poniéndole una mano en el hombro, tratando de tranquilizar al pelinaranja- Cuando tu amiga quiso defenderse de él, su pulsera se quedó encarnada en su oreja, no se está burlando de ti, amigo… -Nagato le dio una palmada agresiva, quitándose la mano sobre su hombro.

 

 

 

- ¡No me interesa! -Se puso de pie- ¡Ginger es asunto mio, así que no quiero que opinen en absoluto! -Vio a alguien en específico de su equipo, Naruto no pudo distinguir a quien- Y si alguno de ustedes, intenta volver a detenerme como la última vez, lo mataré con mis propias manos, para después ir tras Ginger y matarlo también… -Se dio vuelta de forma intempestiva, saliendo del comedor.

 

 

 

Todos en el salón que vieron la escena, parecieron suspirar de forma cansada. Naruto vio la puerta por donde había salido Nagato, segundos atrás. Recordando lo que había dicho, confundido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sasuke subió las escaleras, meditando un poco sobre sus motivos por las cuales ir a ver a Itachi. Algo había estado molestándole desde varios días atrás, desde el inicio de las rutinas. Y eso era, el hecho de que Itachi no se hubiera acercado a ellos por segunda vez, se mantenía con una postura superior, como su papel de líder le pedía, Sasuke podría llegar a entender eso, pero seguía habiendo algo sospecho detrás después de todo. Se detuvo en el pasillo, levantó la mano y tocó la puerta de madera ligeramente con los nudillos, tres veces.

 

 

 

-…Pase… -Escuchó decir del interior. Abrió la puerta, mostrando a Itachi, sentado en la mesilla de su habitación, escribiendo algunas cosas. Su hermano levantó la cabeza, viendo quien había entrado, sonrió al verlo- Ah, eres tú, Sasuke… ven acá, siéntate… -Señaló la silla frente a él.

 

 

 

Sasuke entró en el cubículo, se dirigió a la mesilla y arrastró el banco de madera hacia atrás, para después sentarse sobre él. Itachi había vuelto a dirigir la vista a las hojas que tenía sobre su mesón, reanudando su escritura. Hubo unos segundos de silencio, e Itachi pareció terminar de escribir, dejando la plumilla a un lado. Subió su vista a Sasuke.

 

 

 

- ¿Qué se te ofrece? -Preguntó, con tono ligeramente paternal, como siempre usaba cuando hablaba con Sasuke. El menor se encogió de hombros.

 

 

 

- Nada en especial, sólo creí que era buena idea estar contigo un rato… -Recargó los codos en la mesa y entrelazó sus dedos, apoyando su mentón ahí- ¿Por qué? ¿Te estoy interrumpiendo? -Preguntó seriamente. Itachi sonrió, negando con la cabeza.

 

 

 

- No, ya terminé las listas de la semana… -Levantó los brazos, estirándose- ¿Qué ocurre, quieres hablar de algo? -Volvió a sonreír- Supongo que no lo hemos hecho de manera apropiada desde que caíste aquí, tal vez debí haberme tomado un tiempo antes…

 

 

 

-…Tal vez… -Sasuke giró sus ojos hacia la ventana, manteniendo su postura- De lo contrario, verte de ahora en adelante no sería incomodo… -Entrecerró los ojos.

 

 

 

Itachi suspiró. Había ocasiones como esta, en la que realmente llegaba a odiar la perspicaz mente de Sasuke. Momentos como ese, en los que tenía sus motivos para actuar de alguna forma en especifico, tratando de mantener seguros a los que más le importaban, todo porque el carácter de su hermano menor, era reacio a ciertas circunstancias.

 

 

 

-…Así que te has dado cuenta… -Llevó una de sus manos a su cabello, desenredándolo- Antes de que me digas nada, tengo que dejarte algo en claro; No estoy evitándote. -Sasuke regresó su mirada a él rápidamente, fulminándolo.

 

 

 

- ¡¿Entonces qué demonios es esto, Itachi?! -Habló en voz baja, pero grave- ¡Sabías que lo había notado y no me dijiste nada antes! ¿Quién demonios te piensas que soy? ¡Quizás Naruto no lo note, pero yo soy tu hermano, maldición!

 

 

 

Sasuke odiaba cuando Itachi intentaba actuar por cuenta propia, con la excusa de que era por el bien de algo ó alguien. Detestaba encontrarse desconcertado por alguna clase de actitud extraña que éste adoptaba repentinamente, como si fuese una especie de bipolar, dejándolo preocupado. No era la primera vez que ambos tenían esas posiciones, y como siempre, en cada una de ellas, Sasuke primero esperaba a que Itachi se acercará a él y le contara sus motivos. Y como en cada una de aquellas ocasiones, eso no ocurría, llevando a Sasuke al límite de su paciencia y obligándolo a confrontar a su hermano, hasta que confesara todo.

 

 

 

- Déjame explicarte al menos… -Frunció el ceño- No me estoy alejando de ustedes porque quiero, pero debes entender, que si les prestó demasiada atención, hay hombres que comenzarán a molestarse…

 

 

 

- Con esos hombres, te refieres a Nagato, ¿No es así? -Afiló sus ojos, analizando los gestos de su hermano, en caso de que le mintiera- ¿Qué fue lo que te dijo?

 

 

 

- No quiere que interfiera tanto por ustedes, en especial por ti. Si lo hago, claramente se convertirá en favoritismo -Sasuke gruñó por lo bajo. Itachi lo miró a los ojos, tratando de hacerse entender- Ese día, en el que Nagato se los llevó fuera, en el momento en el que hablé con él, pude darme cuenta de sus verdaderos motivos y el porqué los quiere en su grupo.

 

 

 

- Yo también sé para que nos quiere, casi me lo gritó a la cara ese día, parece que lo único que le importa es ver a los demás perder personas importantes, al igual que él… -Apretó los puños- ¿Qué hizo que se volviera así de loco?

 

 

 

Itachi se serió. Se puso de pie, caminó lentamente hacia la ventana, viendo hacia afuera. Volteó a ver a Sasuke. 

 

 

 

- Ya sabes lo que le ocurrió a Konnan… -Sasuke asintió- Nosotros estábamos ahí cuando pasó… -Los ojos de Itachi se oscurecieron- Nagato estaba justo a su lado, intentó ayudarla… ella tenía una pierna rota, quizás también un brazo, se había cortado en la cabeza con una de las ramas, sangraba mucho… -Recargó la espalda contra la piedra, como si el recuerdo le pesara en la cabeza- El manto no había llegado… pero todos estábamos en suficiente pánico como para saber que no estábamos en un sitio seguro… recuerdo que el aire olía a su sangre, bastaron uno minutos para que los atrajera… era un  gemelo… -Cerró los ojos, apretando los dientes, su rostro se transformó en un gesto de impotencia y enojo- No podíamos correr con ella a cuestas, estaba tan histérica que se movía mucho y no paraba de gritar… no sabíamos que otro de ellos nos esperaría más adelante, así que… le dije a Nagato que la bajara de su espalda y la ayudara a correr, sería más fácil de esa forma, pensé… -Sasuke entrecerró los ojos. Los hombros de Itachi temblaban débilmente- Cuando el otro saltó de los arbustos… fue directo hacía Konnan, la tomó de la pierna rota con los dientes… y jaló… -Se llevó la manos al rostro- Jamás había visto tanta sangre… de sólo esa mordida, Konnan ya no tenía su pantorrilla… dios… aun puedo escucharla gritar… Nagato cayó al suelo por la sorpresa y soltó a Konnan… ambos gemelos se le abalanzaron… ella… manoteaba, manoteaba con todas sus fuerzas, pero ellos no retrocedían, Nagato corrió hacia ella, pero yo lo detuve, había visto como uno de ellos la mordía en el abdomen y le arrancaba un pedazo… no sobreviviría, aun si lográbamos apartarlos de ella… -Quitó las manos de su rostro, mostrando sus ojos con lágrimas- ¡Yo evite que Nagato fuera a ayudarla! ¡Aun gritaba cuando nosotros corrimos lejos de allí! ¡Sasuke, ella seguía gritando cuando nosotros huimos, siguió gritando durante unos instantes más! ¡No tuve el valor de verla morir por completo, de ver como su carne volaba por el aire y empapaba con su sangre el suelo!... Lo único que pude hacer… fue llevarme a Nagato conmigo… tratando de evitar que le ocurriera lo mismo a él ó a Deidara… lo único que pude hacer… fue justificarle que me odiara… por no haberlo dejado… ayudarla…  

 

 

 

- Hermano… eso no fue tú culpa… -Itachi golpeó el muro con el puño. Sasuke respingó ante el inesperado ruido.

 

 

 

- ¡Si lo fue! ¿Ahora lo entiendes? -Vio a Sasuke. Su mirada llena de oscuro odio, aun sin que éste fuese dirigido hacia alguien- ¿Entiendes el rencor que tiene hacía mi, hacia las personas que quiero?, Sasuke… el hecho de que Naruto y tú estén ahora aquí… hicieron que su odio creciera mas… tú debes tener cuidado.

 

 

 

- ¿Insinúas que es capaz de matarme? -Frunció el ceño- ¿A mí, ó a Naruto? -Itachi se despejó la cara, tranquilizándose un poco.

 

 

 

- No. -Suspiró- Sinceramente no creo eso… pero eso no significa que no le gustaría verlos morir, es por eso que me preocupa que estén en su equipo… -Se irguió de su lugar, caminando hacía su hermano menor, le acarició la cabeza- Quizás él no sea capaz de matarlos, pero es capaz de dejarlos solos… verlos morir de igual forma que a ella, sería una buena venganza para él… -Se inclinó, alcanzando a tocar su frente con la de Sasuke, viéndolo a los ojos- Por eso necesitaba alejarme de ti, de lo contrario, si nos hubiera visto tan unidos, su empeño por aniquilarlos, a ti ó a Naruto… se hubiese hecho más que un deseo, un propósito.

 

 

 

Sasuke tomó la mano de su hermano, desviándola lentamente de sus cabellos. Retrocedió, alejando su frente de la de él, viéndolo seriamente.

 

 

 

- Algo así… debiste haberlo dicho desde el inicio… -Se puso de pie, mirando a Itachi con enojo- En lugar de decidir las cosas por tu cuenta, debiste de habérmelo advertido antes, idiota… -Le dio la espalda, caminando hacia la puerta, la abrió y antes de salir, le dijo algo- No voy a caer a causa de sus deseos, ni voy a llevar encima la culpa que él tenga consigo… así que deja de pensar en estupideces ó de realizar actos aún mas estúpidos… ese bastardo, no conseguirá matarme… - Salió de la habitación, cerrando la puerta tras él.

 

 

 

Itachi se sentó de nuevo en la silla y dejó caer los hombros, cansado. Sasuke iba a estar molesto con él algunos días, como en ocasiones anteriores, similares a esa. Lo único que Itachi tenía que hacer, era ser lo más cuidadoso posible, cuando estuviese a su alrededor. Sonrió. Había olvidado lo temperamental que era su hermano menor, pero lo que siempre recordaba, era que, sin importar lo muy molesto que Sasuke aparentaba estar, al final, lo perdonaba.

 

 

 

- Estúpido hermano pequeño… -Sonrió.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Naruto se llevó las manos por detrás de la cabeza, y miró al techo. Deambulando por los pasillos de la fortaleza después de haber tomado un rápido baño, su mente divagó ligeramente en las palabras de Nagato. Odiaba admitirlo, pero se encontraba realmente interesado, siempre había sido malo para controlar su curiosidad. Hizo un gesto de dolor. Aun recordaba la innumerable cantidad de problemas y regaños que se había llevado de sus padres, profesores ó amigos, todo por estar metiendo la nariz en asuntos que, de la nada, le llamaban la atención.

 

 

 

Detuvo sus pasos, sintiendo la corriente de aire fresco y húmedo. Bajó la vista, viendo las escaleras de las bóvedas, volteó hacia atrás, asegurándose que no hubiese nadie cerca, aun cuando sabía que después de la hora de comer, todo mundo regresaba a sus habitaciones ó terminar las actividades de trabajo, las mujeres se dedicaban a limpiar el comedor y los cazos de guarniciones. Sonrió, deslizándose rápidamente escaleras abajo. Ir a las bóvedas no estaba prohibido, era una de las tantas salas comunes a las que podías entrar y salir cuando desearas, pero por alguna razón, Naruto se sentía entusiasmado de ir allí solo.

 

 

 

Con cuidado, procuró que el sonido de sus pasos no rebotara, el silencio era muy traicionero y delator. Giró las escaleras, dándole la bienvenida la visión de columnas cilíndricas y robustas. Se dio cuenta que, si prestabas atención, el olor de la piel y cuero viejo, resultaba peculiarmente delicioso, las hojas amarillas de los diarios, prestaban también su fragancia, convirtiendo aquel sitio de silencio y oscuridad, en algo reconfortante. Caminó hasta llegar a los anaqueles, no había tenido oportunidad de satisfacer su curiosidad hasta ahora. Abrir uno de aquellos libros, leer su historia, conocer secretos, saber la clase de vida que se llevaba en aquel sitio.

 

 

 

Un mundo hundido en el tiempo, retrocediendo hasta una época en donde todo lo que queda es valerse de lo que se tiene a la mano, recordando las viejas habilidades humanas de supervivencia, mientras intentaban por todos los medios posibles, recrear la antigua realidad que habían perdido. Amenazado por fenómenos extraños, acorralados por salvajes bestias, miles de preguntas sin responder, surgiendo y saltando con mayor insistencia a la mente que las cavilara. Naruto moría por conocer, los pensamientos de otro hombre en su posición.

 

 

 

Levantó la cabeza, viendo cuidadosamente cada uno de los relieves de los libros que sobresalían, después vio los que estaban a su altura, distinguiendo en el lomo de algunos, borrones viejos. Se acercó, distinguiendo garabatos de tinta, agrietando el cuerpo, algunos parecían haberse tomado la molestia que escribir su nombre. Recorrió el pasillo, repasando cada libro, sin poder decidirse por alguno. Dio la vuelta, hasta llegar al segundo anaquel, donde un diario regordete llamó su atención, sonrió, eso era lo que buscaba. Se agachó, para tomarlo de la segunda hilera de los estantes, tomándolo en sus manos, con cuidado lo deslizó fuera del librero. Conoció el rostro del dueño, como un retrato antiguo en la portada del libro, detallado y real. Era joven, bueno, había sido joven, quizás rondando los veintisiete ó treinta años, de ojos rasgados y expresivos, a pesar de la seriedad con la que había sido plasmado. Lo abrió, para ver la primera página en blanco, a excepción de un nombre.

 

 

 

- Igawa… Shizuka. -Murmuró, sus ojos se entrecerraron, compasivos y tristes-…Así te llamabas…

 

 

 

Un golpe de remordimiento se asentó en su pecho. ¿Estaba bien que se entusiasmara tanto?, después de todo, aquellos libros hablaban de cosas importantes, la vida de una persona, era algo valioso. Naruto pensó que, quizás debería de haber mostrado más respeto. Cerró la portada, volviendo a contemplar el dibujo del rostro. Lo apretó ligeramente y entonces se dio media vuelta, decidido a volver a su habitación. Colocó el libro bajo su brazo, asiéndolo firmemente. Aprendería lo que pudiera, entendiendo que no era entretenimiento, por el contrario, era una ayuda, el perfecto instructivo, de alguien que sobrevivió, alguien que podría enseñarle a hacer lo mismo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sasuke amontonó una pila de ropa y la enredó con una de las telas que colocaba sobre las pieles. Había abierto la puertezuela de madera y toda la luz entraba en el cubículo, incluso percibía las tibias brisas que esquivaban la muralla y llegaba hasta allí. Bajó la mirada, pensando por instantes en lo que Itachi le había contado. Entrecerró los ojos, molesto. Ahora entendía más los motivos de Nagato, comprendía el porqué de su actitud agria hacia su hermano y hacia él ó Naruto. Por lo tanto, sabía lo que tenía que hacer de ahora en adelante para cuidarse las espaldas.

 

 

 

El sonido de la puerta abrirse lo sacó de sus cavilaciones, giró la cabeza y vio a Naruto dirigirse hacia la mesa.

 

 

 

- ¿Viste a Itachi? -Preguntó Naruto, colocando el libro sobre la mesilla y arrastrando la silla, con la intención de comenzar a leer.

 

 

 

- Si, lo hice. -Murmuró- No te sientes, hay que ir a lavar la ropa, Dobe.

 

 

 

- ¿Qué? ¿Ahora? -Volteó a ver a Sasuke, juntando los labios- ¿No podemos hacerlo mañana?, No termino de sentir los brazos, hombre…

 

 

 

- ¿Y qué piensas ponerte mañana?, si te digo que hay que lavar ropa, es porque ya no queda más para usar… -Reanudó su atención en la pila de ropa que estaba sobre la cama, juntando los extremos de la tela en la que estaba envuelta, para después atarlos, convirtiéndola en un costal- No es mi problema que te hayas puesto a usar el arco como un maniaco toda la mañana, de sobra sabes cómo te deja los brazos… -Vio a Naruto y le frunció el ceño- Te he dicho un millón de veces que no uses demasiada fuerza, pero eres terco.

 

 

 

- Pero si no jalo la cuerdilla fuerte, entonces no llega tan lejos… -Lo miró con reproche- Con lo mucho que me costó lograr un tiro decente.

 

 

 

Sasuke arrastró el bulto hasta el suelo, ignorando las quejas de Naruto. El rubio al ver su intención, infló las mejillas e hizo a un lado el libro, pensando en dejarlo para luego. Sasuke al escuchar el sonido, levantó la mirada.

 

 

 

- ¿Qué es eso? -Preguntó. Sus cejas se juntaron un poco. Naruto volteó a ver el libro y se encogió de hombros.

 

 

 

- Uno de los diarios, obvio.

 

 

 

- Lo que quería decir es; ¿Por qué lo tienes? -Sus ojos se oscurecieron con desprecio, al momento en que volvió a ver el encuadernado- ¿Se lo pediste a Itachi?

 

 

 

- No. Lo tomé por mi cuenta… -Caminó distraídamente, hasta alcanzar el bulto de ropa, arrastrándolo hasta la entrada- Pensé que nos sería de ayuda, después de todo, habla de cómo viven aquí, quizás aprendamos algo. ¡Ayúdame con esto, ¿Quieres?! -Se quejó.  

 

 

 

Sasuke se acercó a la mesilla. Escuchando el sonido de arrastre de la tela, ignoró que Naruto le había lanzado una maldición y había continuado su camino, su atención estaba en ese libro. Lo tomó entre sus manos, volteándolo varias veces, examinándolo. Lo abrió de la parte de en medio e inclinó el libro hacia un lado, para que se hojeara por sí mismo, hasta que llegó a los espacios en blanco. Dirigió su mano a las páginas y comenzó a pasarlas en retroceso y encontrar la última nota.

 

 

 

…Hoy me despedí de ella… mañana estaré en el grupo de Natsuo, es el más pequeño que hayan hecho, pero no se puede evitar… desde que murió Nagayama, alguien tenía que reemplazarlo, todos dijeron que…

 

 

 

Sasuke dejó de leer, prefirió irse a los últimos párrafos.

 

 

 

…Tengo miedo, porque justamente estos días el manto está más frecuente, quiero volver a salvo, quiero ver a mi hijo nacer, ella no quiere que salga, pero es mi deber, no puedo negarme… Juro por ella y mi hijo en su vientre, que volveré con vida mañana.

 

 

 

Ahí terminaban los apuntes con esa letra, porque al pie de página, otra letra ajena, ocupaba un pequeño espacio.

 

 

 

Igawa Shizuka, 28 años. Muerto en expedición de cacería. 

 

 

 

Sasuke cerró el libro de golpe, lanzándolo con furia sobre la cama. ¿Esa era la vida que le esperaba?, apretó las manos y salió de la habitación, azotando la puerta tras él. Caminó por el pasillo, aun sintiendo el rencor corroer su sangre. Él se negaba a ser parte de ese mundo, ser parte de uno de los diarios de los estantes. Sasuke simplemente negaba la realidad que se le avecinaba, odiando con todo su ser la situación sin escape en la que estaba hundido. En lo profundo de su mente lo comprendía fríamente, entendía que no podía negarse eternamente, ni guardar la esperanza de volver a su mundo, cuando vidas enteras se extinguieron intentándolo, pero simplemente, Sasuke no estaba listo para caer en la desesperación, en la resignación de saber que un día, sin importar cuánto luche, alguna de esas garras lo alcanzaría.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

- Ese… bastardo… -Murmuró Naruto de forma entrecortada. Haciendo esfuerzo para arrastrar la pila de ropa por el suelo de tierra- Vamos a lavar la ropa… -Imitó el tono de voz de Sasuke, añadiéndole un tono de reproche- Si te lo digo es porque ya no hay nada que ponerse mañana… -Pateó una piedrecilla que estaba en su camino. Agradecía que el camino al río fuera más breve por el lado frontal de la fortaleza, pero no le hacía gracia, si tenía que cargar toda la ropa que tenían él sólo- Dices eso y luego te vas a tomar mi libro, ese que tú dijiste era una pérdida de tiempo -La manta se atoró con una de las piedrecillas y él la jaló con poca delicadeza, sin importarle que pudiera romper la tela- Maldito tipo… ególatra… desgraciado…

 

 

 

- ¿Qué tanto estás hablando sólo, Usuratonkachi? -Naruto sintió como el peso de la manta disminuía al tiempo de escuchar la voz de su mejor amigo. Volteó hacia atrás, poniendo su mejor gesto enojado, viendo como Sasuke levantaba el otro extremo de la manta, haciendo que él también la cargara en lugar de arrastrarla.

 

 

 

- Maldecía a un bastardo, por dejarme cargar todo esto sólo-ttebayo. -Fulminó a Sasuke con la mirada.

 

 

 

- Nadie te dijo que te adelantaras, además, ya venía en camino…-Volteó hacia arriba, viendo distraídamente, como salían de las paredes de piedra de la fortaleza- No tengo la culpa que decidieras irte sin mí, sabiendo que no puedes con todo sólo… -Sonrió de medio lado- Siempre has sido un enclenque…

 

 

 

- ¡¿Qué dices, Teme?! ¡No soy ningún debilucho, siempre he ganado en las competencias de gimnasia!  -Dijo, al tiempo en que tiró una manotada hacia atrás, esperando que le diera a Sasuke, sin éxito- Dices que venías en camino, cuando claramente vi que agarraste el diario para verlo… -Sasuke dejó de sonreír al instante, dirigió su mirada a otra parte.

 

 

 

- No estoy interesado en esa clase de cosas… -Bufó- Me deprimiría ver la misma historia una y otra vez, sabiendo que el final, siempre será igual… -Vio a los ojos de Naruto. Entrecerrando los suyos- ¿En verdad piensas que va a ayudarnos? 

 

 

 

- ¡Por supuesto que puede hacerlo! -Reprochó- ¿Qué tal si dice algo de importancia, como la forma más rápido de matar a los monstruos, ó hacia dónde dirigirte para escapar?, es experiencia lo que tienen esas páginas, aunque la vida parezca la misma, los pensamientos nunca lo serán, así que estoy dispuesto a verlos, uno por uno si es necesario.

 

 

 

- Haz como quieras -Gruñó. Volviendo su atención al camino en medio del bosque, siguiendo la vereda suave que los guiaba al río- Leer los diarios no será muy diferente de estar metiendo la nariz en vidas ajenas, no es un instructivo lo que encontrarás ahí, sino una telenovela lacrimosa, donde al final de cuentas, nadie tiene un final feliz.

 

 

 

-…Sasuke… -Miró seriamente a su amigo, a pesar de que éste no le prestara la atención que quería- No lo esperaba de ti, ni pensé en decirte esto algún día pero: tienes que rendirte. -Los ojos negros de Sasuke cayeron en picada sobre él, afilados en molestia. Naruto continuó con su tono de voz pausado, sensato- Estamos aquí y no hay modo de solucionarlo. Punto.

 

 

 

Sasuke se detuvo de súbito, haciendo que Naruto se tambaleara al sentir como la tela no avanzaba. Sasuke lo observaba de forma airada, como si hubiese presionado justo en la herida, pero no se intimido. Naruto estaba dispuesto a dejar las cosas claras, justo en el momento en que un presentimiento surgió de pronto en su cabeza, presentimiento que no estaba dispuesto a callar.

 

 

 

- Sasuke… -Volvió a llamar- Tu no aceptas aun que estemos atrapados aquí, ¿Verdad? -Naruto escuchó el rechinar de dientes de su amigo, pero no se detuvo, sin importar como los ojos negros y calmos de Sasuke, parecían brillar como la plata, debido al enojo contenido- Guardas una esperanza vana en tu cabeza, de encontrar la forma de salir de aquí. No, mas bien, estas tratando de negarte a la realidad, pensando en que puedes encontrar el modo de salir de aquí, aun cuando en el fondo, sabes a la perfección que eso no sucederá, ¿No es cierto?...

 

 

 

- No pongas palabras en mi boca… -Siseó- No hables de esa manera, como si estuvieras seguro de lo que hay en mi cabeza. -Apretó el agarre de la tela- Tú no sabes que es lo que pienso de este sitio, tampoco intento escapar de la realidad…. Sé a la perfección, la posición en la que estamos…. -Perforó los ojos azules de Naruto, en un intento de intimidarlo, pero la profundidad de ese azul no cambió. Molestándolo- Así que, no digas tonterías, Dobe.   

 

 

 

- Dijiste; Sólo nos tenemos el uno al otro… -Sasuke quiso desviar la mirada, pero su orgullo le impidió intentarlo- Dijiste; Has estado ahí toda mi vida… -Naruto entornó sus ojos, adquiriendo aun más seriedad- Así que no me vengas con que no sé lo que piensas, porque en esta ocasión, estoy seguro de lo que pasa justo por tú cabeza. -Los labios de Sasuke formaron una línea, apenas perceptible- Tus gestos para los demás no serán nada, pero yo sé que significan… y me confirman lo que tú no me dices. -Sasuke cerró los ojos, desencajando su rostro en un gesto de resignación, derrotado por Naruto. 

 

 

 

- ¿Qué quieres que te diga, Naruto? -Dijo en tono miserable. Vio de forma herida a su amigo- ¿Por qué intentas derrumbarme?

 

 

 

- No quiero que te derrumbes… -Afligió su mirada- Sabes que nunca haría algo como eso, sólo intento hacerte ver, que sin importar la locura de este sitio, el miedo que nos provoca y la demencia en la que nos hunda… yo voy a estar ahí, aunque sea para caer.

 

 

 

- Tú caes… yo salto… -Rememoró. Mirando al suelo por un momento, percibiendo que, el verse descubierto de los pensamientos que le causaban debilidad, le quitaban un peso de encima. Sacudió la cabeza, viendo de nuevo a su amigo. Internamente, agradeció verse despojado de la venda que había comenzado a atarse. Pero sólo, internamente dio las gracias, fuera simplemente dio un empujón al bulto de ropa, obligando de modo descortés a que Naruto reanudara la marcha. - Anda, muévete… aun hay que lavar ropa, Dobe.

 

 

 

Naruto sonrió, dejando pasar el grosero empuje, volvieron a caminar, olvidando otra más de sus disputas. Caminaron casi setenta metros para encontrar el río, éste se extendía como un largo camino azul en medio del denso follaje verde. Las orillas despejadas de árboles, el agua cristalina y fresca, era un paisaje relajante. Sasuke y Naruto caminaron hacia un punto, donde varias de las grandes rocas ovaladas, habían sido esculpidas, formando líneas diagonales, bordes como dientes curvos, que les dieran la misma función de un lavadero. 

 

 

 

Naruto deshizo el nudo de la tela, y comenzó a separar su ropa de la de Sasuke. Apiló un conjunto de camisas y playeras, y después los pantalones y ropa interior. Acaparó todo y se dirigió a uno de los lavaderos.

 

 

 

- Necesitas esto, Usuratonkachi… -Llamó Sasuke. Naruto giró su rostro y vio como su amigo lanzaba algo hacia él. Con una mano pudo atraparlo, viendo una cremosa piedrecilla marrón. Arrugó la nariz y Sasuke sonrió- No digas nada…

 

 

 

- Odio estas cosas-ttebayo… -Juntó los labios infantilmente. Por el rabillo del ojo volteó a ver a su amigo, mirándolo con ligero reproche- Es todo tú culpa, Sasuke… Si no me hubieras dicho que el jabón estaba hecho con cebo de esos monstruos, yo podría haber lavado mi ropa con gusto…

 

 

 

- No me culpes de todo, en ese momento te lo dije porque estabas bañándote con uno de esos jabones… -Trató de ocultar una sonrisa burlona- Supongo que me pareció tan desagradable, que no pude callarme, aunque quisiera…

 

 

 

- Bastardo, te estoy viendo… -Apuntó con el dedo- ¡Quieres burlarte de mí!

 

 

 

Sasuke apretó los labios, y llevó su propia ropa a otra de las piedras de río talladas. Se sentó en el suelo, sintiendo el fresco del agua, estando tan cerca de la orilla. Metió una playera al agua, después se incorporó, poniéndola sobre el lavadero, frotando el jabón marrón sobre la tela. El jabón era adquirido del cebo de los monstruos que llevaban a la fortaleza después de haber cazado, cuando iniciaban los preparativos, les quitaban la piel, raspaban la grasa y la acumulaban en una cesta pequeña. Sin hacer espuma, restregó la tela contra la piedra, iniciando el tallado.

 

 

 

Le habían explicado que, el cebo se cocía, se mezclaba con los aceites que extraían de las plantas que habían aprendido, hacía muchos años, a ocupar para el jabón, dándole ese olor herbal y la consistencia endurecida y firme. Sakura, la chica del area de la enfermería, usaba sus propias esencias, al igual que Ino, que preparaba su propio jabón corporal, perfumándolo con algunas de las flores del hábitat, y que juntas lograban un toque sumamente agradable.

 

 

 

-…Hacer tu propio jabón… -Murmuró, pensativo- ¿No sería eso laborioso?

 

 

 

- Chiyo-baachan me ha enseñado como-ttebayo… -Comentó Naruto, tallando un pantalón en la roca de al lado- Pero es tan aburrido… -Se rió- Hay que batir esa cosa por horas, además huele asqueroso, no soporté casi nada. A pesar de que le rogaba que pusiera el aceite desde el principio, ella decía que era mejor agregarlo cerca del final, para que oliera mucho más… 

 

 

 

- Me hace recordar al proceso de la mantequilla… -Sasuke sonrió de medio lado. Revisó su playera y la colocó a un lado, tomó otra, la mojó y comenzó a restregar jabón en ella, para repetir el procedimiento- Ten cuidado con las manos esta vez, Dobe… no talles tan fuerte… -Reprendió- Recuerda que la ultima vez terminaste con las palmas rojas…

 

 

 

- ¡Ya aprendí como tallar en esto! -Reclamó- ¿Por quién me tomas?, No cometo el mismo error tantas veces… -Infló las mejillas, regresando a su labor de forma encaprichada. Frotó violentamente el pantalón, y se raspó las palmas en su descuido- ¡Geh! ¡Maldita piedra del demonio! -Gritó, al tiempo que soltaba el pantalón y llevaba ambas manos frente a su rostro, encontrándolas irritadas.

 

 

 

- No cometes el mismo error tantas veces, ¿Eh? -Repitió, su voz cargada de sorna.

 

 

 

- ¡Silencio, Uchiha! -Advirtió, molesto- Me arde el jabón… -Lloriqueó. Sasuke desde su sitio, cerró los ojos y dio un suspiró resignado, se levantó y se acuclilló a un lado de Naruto.

 

 

 

- Déjame ver… -Dijo, tomándole ambas manos. Revisó el pequeño daño- No es nada, pero ahora te va a arder si vuelves a tallar, vas a tener que aguantarte… -Vio a Naruto a los ojos, sonriendo- ¿Por qué eres tan descuidado?

 

 

 

- Cállate, sólo fue un accidente… -Sopló sus manos- Me voy a aguantar, así que no importa…

 

 

 

Sasuke asintió, regresando a su sitio, tomando otra camisa. Escuchó un siseo y discretamente giró sus ojos hacia Naruto que, arrugaba ligeramente la nariz, tratando de soportar la sensación de ardor que el jabón y el frotamiento le causaba a sus manos. Sasuke trató de volcar su atención nuevamente hacia su tarea, pero inevitablemente, miraba a su amigo de vez en cuando, encontrándolo con alguna mueca discreta, ó los ojos achicados cada que el jabón irritaba su piel.

 

 

 

Sasuke suspiró nuevamente, cerrando los ojos con el ceño fruncido. Detestaba que Naruto fuese tan terco, no es como si quisiera tener a su mejor amigo chillando a su alrededor y quejándose de todo, pero a veces se llegaba a sentir incomodo cuando Naruto no sucumbía ante algo.

 

 

 

¿Qué te cuesta decir que te duele?... Puedes pedirme ayuda, idiota…

 

 

 

Sasuke sabía de antemano que sería difícil que eso pasara. A Naruto no le gustaba ser una carga, como a Sasuke le desagradaba tener la debilidad de ofrecer él mismo la ayuda. Orgullo y arrogancia. ¿Acaso no eran iguales en eso?, Sasuke se levantó de su lugar después de haberse ocupado de cada prenda que le pertenecía, se sacó los tenis y los calcetines, después le hizo varios dobladillos en ambas piernas de su pantalón. Tomó la ropa en sus manos y se dirigió hacia el río. El agua le llegaba apenas a mitad de la pantorrilla, si se mantenía en la orilla. Acomodó la ropa a un lado y tomó primero una de sus playeras, sumergiéndola en el agua varas veces, esperando que la sensación resbaladiza del jabón desapareciera por completo.

 

 

 

- ¡Ya termine, también! -Escuchó decir a Naruto.

 

 

 

Naruto tomó toda la ropa de una sola vez, dando un imprudente salto en el río. Sasuke gruñó por lo bajo cuando sintió algunas gotas mojarle la espalda, su amigo sólo dejó escapar una risilla maldosa. Amontonó la ropa en la orilla, tomando dos a la vez y sumergiéndolas en el agua.

 

 

 

- Naruto, te dije antes que…

 

 

 

- Si, si… de una en una, lo sé… -Interrumpió, juntando los labios- Déjame hacerlo a mí, ¿De acuerdo? -Volteó a ver a Sasuke, con reproche. Sasuke se encogió de hombros.

 

 

 

Se mantuvieron en silencio unos momentos, mientras seguían con su tarea. Sasuke comenzaba a doblar la ropa mojada, en la fortaleza la tendería en una de las cuerdillas. Levantó la mirada un poco, viendo que el clima era favorable y la ropa se secaría en cuestión de algunos veinte minutos. Naruto seguía enjuagando las prendas, arrojándolas al lado del río en una sola pila que se tambaleaba, tomó los últimos dos pantalones y decidió enjuagarlos a la vez, para terminar más rápido.

 

 

 

- Oye, Naruto… -Comenzó.

 

 

 

- ¡Ya te dije que me dejaras hacerlo solo-ttebayo! -Rezongó, volteando a ver a Sasuke- De todas maneras, quedan igual, ¿Qué importa como lo haga?

 

 

 

- Haz lo que quieras y como lo quieras, idiota… -Frunció el ceño- Lo que trataba de decirte, es que uno de tus bóxers se lo está llevando el río. -Señaló en dirección a espaldas de Naruto, haciendo que el rubio volteara y viera unos flamantes Slip naranja, flotando con toda libertad corriente abajo.

 

 

 

- ¡No! ¡Mis calzones! -Gritó, llevándose las manos a la cabeza. Corrió con dificultad toda la orilla, aun cuando el agua hasta sus pantorrillas lo volvía lento- ¡No escaparán! -Amenazó y entonces se lanzó a la parte profunda, nadando hasta alcanzarlos.

 

 

 

Sasuke, ignorando todo el suceso, terminó con la última de sus camisas, acercándose hasta la orilla y doblarla junto a las demás. A su lado vio la ropa mal apilada de su amigo, sin sorprenderse al pensar que debido a ello, los bóxers se habían escapado. Escuchó un chapoteó llegar a su lado, topándose con Naruto con gesto molesto y escurriendo agua. Sasuke curvó ligeramente sus labios, en una secreta satisfacción de ver a su amigo en tan mal estado.

 

 

 

- Maldito, no te rías. -Bufó- Debiste de haberme dicho antes… -Sasuke le miró, malhumorado.

 

 

 

- ¿Disculpa?, yo trataba de advertirte a tiempo, pero fuiste tú quien me interrumpió con tus berrinches. -Naruto infló las mejillas, sin poder rebatir nada.

 

 

 

Naruto volteó a ver su ropa, todavía enfurruñado y con la tentación de mascullar entre dientes algunas cuantas maldiciones. De reojo vio a un calmado Sasuke, concentrado en acomodar su ropa, para poder llevársela. De alguna manera, aquello le molestaba, siempre se molestaba cuando algo le ocurría y su amigo seguía tan campante y tranquilo. Sin detenerse a meditarlo, giró su torso y dio una patada al agua, levantando una ligera ola que fue a esparcirse por la espalda de Sasuke.

 

 

 

Sasuke dejó escapar un gruñido en cuanto sintió como la humedad hacia que su camisa se le adhiriera a la espalda. Lentamente volteó a ver a Naruto, asegurándose de tener en su rostro la mirada de furia correcta, aquella que decía; Hazlo de nuevo, Usuratonkachi, y estás muerto. Mientras que Naruto correspondía con unos refulgentes ojos retadores, y al mismo tiempo, ahogados en ese impulso de molestar, parecido a un; Quiero provocarte, porque de esa manera, podré desquitarme contigo de lo malo que me ha pasado.

 

 

 

Se quedaron en silencio, solo viéndose a los ojos. Inmóviles, y alertas ante el mas mínimo símbolo de provocación. Naruto movió su pierna de nuevo, golpeando el agua. Sasuke ni siquiera tuvo que esperar a verlo moverse, en el momento en el que los ojos azules de su amigo volvieron a brillar con esa chispa de malicia, él también se movió, dando como resultado, que golpeara el agua al mismo tiempo, desatando la pelea entre ellos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

- Ya se revisó la dirección del viento ocho veces, no hay bancos de nubes a larga distancia y el manto tiene doce días sin aparecer.

 

 

 

Itachi asintió al escuchar el reporte de Deidara, anotando con cuidado los nuevos datos en el registro. Para el líder de la fortaleza, tener una lectura del tiempo era importante antes de darle el visto bueno a una petición de cacería. Factores como el viento y las nubes, el conteo de los días de ausencia de manto, e incluso el tiempo que duraba el día hasta el atardecer, debían de ser considerados para un sinfín de variantes que podrían intervenir en una excursión. Pero al final de cuentas, todo el peso volvía a recaer en cuan habilidosos podrían ser los cazadores. Llevó el trozo de tiza forrada a sus labios, meditando.

 

 

 

- ¿Qué hay de el equipo? -Preguntó. Deidara sonrió un poco.

 

 

 

- Es el “Express” -Itachi dejó de ver el encuadernado, dirigiendo su vista a su amigo.

 

 

 

- ¿El equipo de Kiba? -Sonrió- Eso sí es extraño, nunca han solicitado una salida por su cuenta, ¿Cuál es la novedad?

 

 

 

- Nagato ha salido demasiado, dijo… -Se encogió de hombros, sonriendo- Tienen meses desde la última salida, está comenzando a delirar con que quizás no lo encuentras apto para el puesto…

 

 

 

- ¿Eso piensa? -Dejó escapar una ligera risa por lo bajo- Yo mismo le aconseje en su primera salida… -Volteó a ver a Deidara- El día en que lo vi ganarle fácilmente una carrera a un gemelo, supe que estaba hecho para esto… es el único equipo que nunca ha tenido una baja. Kiba es rápido y en cuanto hay peligro les ordena que huyan, no los arriesga por ninguna clase de capricho ó sentimiento de superioridad. Es ahí donde es diferente de Nagato.

 

 

 

- Sin embargo, Nagato sigue siendo considerando el mejor cazador… nunca vuelve con las manos vacías.

 

 

 

- Si, pero ¿A qué costo?... -Reanudó su tarea de apuntar en el encuadernado- Kiba quizás pocas veces regrese con uno de esos animales a cuestas, pero con él sé que no debo preocuparme que mientras estoy comiendo debo de guardar silencio, esperando oír sollozos en la noche. -Frunció el ceño- ¿Algo más?

 

 

 

- Sólo tu decisión… -Suspiró- Ellos elegirán el día, el grupo será el mismo de siempre. -Vio a Itachi sumergido en sus apuntes, ocultando el disgusto de recordar los desplantes de Nagato- ¿Qué dices, les darás permiso?

 

 

 

- Aun no… quizás en dos días más. -Dejó la tiza de lado- Takao es hermano de Noeru, y está dentro del grupo de Kiba. No quiero que su madre enferme de nuevo si está preocupada que el hijo que le queda no regresará…

 

 

 

- El equipo de Nagato y el equipo de Kiba son cosas diferentes… -Recordó Deidara- El riesgo de perdidas es menor en esta ocasión.

 

 

 

- Mi deber es pensar en todos los que están en la fortaleza, Deidara. Las provisiones están óptimas y no es urgente una salida, Kiba puede esperar. Es todo. -Ordenó, terminando la conversación. Deidara cerró los ojos, obedeciendo.

 

 

 

- De acuerdo, les diré luego que les negaste la salida por ahora, que sólo tienen que esperar unos días más, ¿Está bien? -Itachi Asintió- Entonces, eso sería todo por ahora, iré abajo a decirles esto.

 

 

 

Itachi siguió el camino de Deidara con la mirada y en cuanto cerró la puerta, suspiró con cansancio. Se enderezó en la silla y hecho su cabeza hacia atrás, por unos momentos, descansando. Después de ello se levantó de su sitio, dejando el registro sobre el mesón de su habitación, decidió salir.

 

 

 

Caminó por el pasillo hasta la escalinata y bajó al segundo piso. Se preguntó si su hermano menor y Naruto estarían en su cubículo y se detuvo en medio del pasillo, vacilando entre ir hacia ellos ó bajar a las bóvedas y leer un poco. Se encogió de hombros, y decidió dejarlos tranquilos, retomando su camino a las escaleras que lo llevaran al primer nivel, cuando dobló fuera del pasillo, se topó de frente con los dos jóvenes.

 

 

 

- ¡Oh! -Expresó Itachi, debido a la sorpresa de verse de pronto. Entonces reparó en el estado en que se encontraban, ambos chicos estaban empapados hasta los huesos, dejando tras ellos un grueso camino de agua- ¿Pero qué rayos les pasó?

 

 

 

- No preguntes. -Dijo Sasuke, entre dientes, pasando a su lado con gesto homicida. Itachi parpadeó, y después volteó a ver a Naruto, quien desviaba la mirada, también pareciendo molesto.

 

 

 

-… Naruto… -Llamó, viendo como el menor inflaba las mejillas, tratando de contenerse. Itachi no le quitaba la vista de encima, sólo aguardando el momento en que su pequeño amigo le confesara todo. Y como predijo, no fueron más que cinco segundos de terca resistencia, y entonces volvió a mirarle, con una expresión en los ojos similar a la de los corderos.

 

 

 

- Sólo fue una pequeña broma, pero ya conoces a Sasuke, todo se toma en serio, el muy bastardo. -Y la confesión comenzó- Estábamos en el río, porque dijo que no había más ropa, así que dijo que teníamos que ir a lavarla, con lo mucho que odio lavarla, pero él insistía y entonces tuve que ir, aunque me hizo cargar con todo yo solo, porque cuando llegué al cuarto había tomado uno de los diarios de las bóvedas, ¿No tengo que pedir permiso para ello, verdad?, él dijo que era una pérdida de tiempo, pero cuando lo agarró de la mesa, sé muy bien que lo leyó un poco, mientras tanto yo estaba abajo arrastrando la ropa de ambos. Entonces me dio de esos horribles jabones y me raspé la mano, pero eso no es importante, me dijo que enjuagara de una en una, pero le dije que no le incumbía y que me dejara hacerlo por mi cuenta, entonces mis calzones se fueron por el río y tuve que entrar a lo profundo para recuperarlos, cuando volví se estaba riendo, ¡Se estaba riendo!, así que le arrojé agua con el pie, pero él tuvo que arrojarme también, me enojé y comencé a atacarlo, pero entonces él hizo lo mismo. Para vengarme aventé su ropa al río, así que tuvo que nadar detrás de ella, ¡Así sabría lo que yo había pasado!, pero cuando regresó donde yo estaba, me agarró del cuello y me hundió en el agua, tuve que patearlo para que me soltara, ¿Qué hubiera pasado si el maldito me asesinaba?, entonces nos peleamos y después tuvimos que regresar, ya tendimos la ropa abajo, pero él sigue molesto, ¿Te has preguntado como lo he soportado todos estos años?, pero ahora compartimos habitación y tengo que ir y verle su cara de amargado toda la noche, ¡Itachi, cámbiame de cuarto!

 

 

 

A Itachi siempre le había parecido impresionante la capacidad que tenía Naruto de hablar con la mínima cantidad de aire, pero aun así, cuando se trataba de saber sobre sus pequeños pleitos, era a quien siempre le preguntaba a sabiendas que le diría todo. Sasuke por el contrario, evadía las preguntas ó simplemente se negaba a contestarlas, alegando que no eran de su incumbencia. Palmeó la mojada cabeza de Naruto, que tenía todo su rebelde cabello cayendo alrededor de su rostro. Sonrió.

 

 

 

- Sabes bien que si no resuelven su problema ahora, entonces Sasuke se pondrá de peor humor, es mejor que no lo evites. -Vio a Naruto gemir tristemente. Enterneció su sonrisa- Ustedes nunca cambian… -Naruto levantó su cabeza ante su tono nostálgico- Ve con mi estúpido hermano pequeño, aunque nunca me creas cuando lo digo, aun así lo diré otra vez… -Pegó su frente a la de Naruto- Sólo tú eres capaz de hacerlo ir desde el peor de sus enojos, hasta lo hilarante de su felicidad.

 

 

 

Naruto ladeó la cabeza. Itachi entonces se separó de él, dándole una palmada en el hombro en forma de ánimo, para después pasar a su lado, continuando su camino a las bóvedas. Itachi había aprendido a no meterse más en sus conflictos, con el paso de los años, encontró que la mejor solución era que ellos mismos enmendaran sus errores, algunas veces la mejor ayuda que podía otorgar, era darle el ánimo a alguno de ellos para dar el primer paso. Sonrió para sus adentros, sintiéndose mejor otra vez, cada vez que veía a su hermano menor sobrellevar la realidad de aquel sitio gracias a Naruto, un peso invisible desaparecía.

 

 

 

- Esos dos… definitivamente…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sasuke abrió los ojos, observando el techo de piedra del cubículo. Gruñó frustrado ante la perspectiva de que pasaría otra noche en vela. Ya no estaba seguro si aquel era su séptimo u octavo día, desde que había abierto el diario que Naruto llevó a la habitación, no pudo volver a conseguir dormir apropiadamente.

 

 

 

- Vamos, esa cosa ya no está en la mesa, maldición. -Gimió, llevándose las manos a los ojos.

 

 

 

Quería dormir, su cuerpo le rogaba el descanso y los ojos los sentía pesados y calientes. El diario de aquél hombre había sido devuelto a las bóvedas en cuanto su amigo terminó de leerlo, y a pesar de que Naruto le insistió varias veces, que debería por lo menos echar un vistazo en las paginas, él sentía que la ultima hoja había sido suficiente.

 

 

 

Levantó la cabeza un poco, para poder distinguir entre la luz de la ventana, como otro encuadernado ocupaba el lugar del anterior. Deslizó sus ojos hacia el buro del fondo, escudriñando con rencor dos diarios más; El suyo y el de Naruto, que días atrás Itachi les había entregado, ahora que habían permanecido más tiempo en aquel lugar y conocían de primera mano las rutinas a llevar.

 

 

 

Sasuke no lo había tocado ni una sola vez, mientras Naruto, casi con entusiasmo, comenzó a escribir un corto resumen de su vida fuera de ese mundo, su caída allí, y todo lo que había visto y aprendido hasta ahora, para después, escribir de su vida diaria, apropiadamente, según él. Lo que más odiaba Sasuke, era la perspectiva de ser un diario más en uno de los tantos estantes de las bóvedas, ya no le importaba si era una historia larga ó corta, sino terminar como cada uno de ellos. Aún rondaban por su cabeza las palabras del hombre del diario, donde con seguridad juraba volver, no rendirse y tener un futuro, pero aun así, terminó cayendo como todos los demás.

 

 

 

Volvió a dejarse caer en la cama, suspirando. Escuchó un ligero balbuceo a su costado y viró su cabeza, viendo a Naruto dormir bocabajo de manera profunda, Sasuke casi podía sentir envidia, él también deseaba poder dormir. Se removió en su lugar, apegándose a la fría pared, esperando que con el frescor su cuerpo se relajara y sucumbiera, aun cuando en el fondo de su cabeza, sabía a la perfección que, cualquier intento que hiciera sería inútil. Sin importar cuánto entrenara en las mañanas, limpiara la habitación en la tarde y diera caminatas antes de dormir, parecía que el cansancio de su cuerpo no bastaba. Seguía despertándose nuevamente.

 

 

 

-… Tengo sueño… -Murmuró. Esperando en vano que sus parpados obedecieran.

 

 

 

Naruto abrió los ojos, alcanzando a escuchar el ruego.

 

 

 

Cuando los rayos del sol entibiaron el cuarto, Sasuke decidió levantarse. Ese día decidió no entrenar más con el arco ó algún otro ejercicio, estaba seguro que si seguía forzando su cuerpo, tarde ó temprano colapsaría. Cuando giró su cuerpo para despertar a Naruto, le desconcertó un poco no encontrarlo a su lado, se preguntó si en algún momento de su vigilia se había sumergido en sus pensamientos lo suficiente como para no sentirlo salir de la habitación. Se sentó en la orilla de la cama y llevó las manos arriba, tratando de estirarse.

 

 

 

Se levantó, recogiendo sus tenis del suelo para ponérselos con pereza, caminó hasta el mesón de la esquina y  tomó el jarrón del agua, dejó caer un poco en su mano y se lo echó a la cara un par de veces. Se secó con su misma camisa y prefirió dirigirse al comedor, lo más seguro es que encontraría a Naruto allí.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

- Sakura-chan… ¿Puedo pasar? -Preguntó después de tocar la puerta. Naruto se había levantado temprano y bajado a la enfermería del lado oeste de la fortaleza, donde Sakura e Ino se encontraban la mayor parte del tiempo.

 

 

 

- Adelante… No estoy ocupada. -La puerta se abrió, dejando pasar al rubio. Sakura le sonrió cortésmente, mientras regresaba a su asiento detrás de una mesa que tenía varios frascos y diferentes tipos de plantas secas encima de ellas. Levantó una mano, señalando una silla frente a ella. Naruto se sentó- ¿Qué se te ofrece?

 

 

 

- Bueno, la verdad es que, Sasuke no ha estado durmiendo… -Sakura asintió, alentándole a continuar, mientras ella separaba las ramitas secas de las plantas sobre la mesa y las metía en frascos distintos- Le pregunté al cejotas si había algo bueno para dormir, y él me dijo que si venía aquí y te lo contaba, me darías un té para ello.

 

 

 

- ¿Quién? -Levantó ambas cejas de manera sorprendida, dejando su quehacer de lado. Naruto ladeó la cabeza, sin entender por un momento, pero después se río y se llevó la mano tras la cabeza.

 

 

 

- Ah, perdón. Me refería a Lee, pero como antes no sabía su nombre, me refería a él por sus cejas, y ahora ya me acostumbré -Sonrió aviesamente- Afortunadamente, Lee no se enojó ni nada, al contrario, parece estar acostumbrado a los apodos, porque responde muy bien… -Se rió, haciendo que Sakura también se riera.

 

 

 

- Me alegro que te hayas adaptado tan rápido, hasta me da curiosidad… -Se levantó de su sitio, dirigiéndose a un estante repleto de pequeños y grandes frascos, siguiendo las etiquetas de los nombres con el dedo- A decir verdad, esperaba que vinieras por algo similar hace dos semanas atrás, es algo muy común en los que han caído.

 

 

 

- ¿Es algo común?

 

 

 

- El insomnio. -Explicó. Alcanzó un frasco regordete y lo bajó de su sitio, llevándolo a la mesa- Ah, pero… el del problema es Sasuke-kun y no tú, lo cual me da aun mas curiosidad, debes ser un chico fuerte.

 

 

 

- ¿Porque dices que el insomnio es algo común? -Preguntó, viendo como Sakura sacaba una bolsita fina de papel, rellenándola con las hierbas molidas del frasco y finalmente atarles un cordel, sin dejar lo que hacía, volteó a ver a Naruto.

 

 

 

- Yo nací aquí, pero aun así, sé el miedo que provoca vivir el día a día. -Se serió- Más aún cuando escuchas sonar la sirena de alarma y sabes que alguien a quien conoces de toda la vida está afuera y quizás no regrese. Debido a que esto siempre ha ocurrido, sabemos sobrellevarlo de alguna u otra manera… -Adelantó la bolsa hacia Naruto, y regresó a poner el frasco en su lugar- Cuando alguien como ustedes cae, alguien ajeno a todo esto, es normal que la situación los sobrepase, se preocupan continuamente sobre su futuro, en qué les sucederá el día siguiente y todo eso, con un peso como ese acrecentándose cada vez más en su cabeza, es normal que no puedan conciliar el sueño.

 

 

 

-…Entiendo… -Dijo, tomando la bolsita. Sakura se sentó en su sitió, continuando la conversación.

 

 

 

- Es bueno que te hayas dado cuenta de esto, porque quiere decir que aún estamos a tiempo…

 

 

 

- ¿Qué quieres decir-ttebayo? -Sakura juntó sus manos, al tiempo en que una sombra pasaba por sus ojos.

 

 

 

- Naruto, hay personas que han llegado aquí solas, y tal como Sasuke-kun no ha venido aquí a decir que no puede dormir, algunos de ellos tampoco lo han hecho… -Naruto se preocupó- Teniendo tanto tiempo por las noches sin dormir, sus mentes comienzan a entrar en un estado de histeria, y finalmente explotan… -Sakura volteó a ver el suelo- Cuando era pequeña y mi madre comenzaba a enseñarme todo lo que ella sabía, escuchamos un ruido afuera, cuando salimos… vimos a uno de ellos en el suelo, se había lanzado desde el palco más alto.

 

 

 

-…Suicidio… -Susurró Naruto. En su cabeza pasaron varias imágenes de Sasuke saltando desde la ventana de su habitación, apretó los puños.

 

 

 

- Mi abuela me contó también, que había hombres que gritaban por salir de aquí, y entonces, corrían desesperados hacia afuera de la fortaleza, no importándoles cuantos les rogaran detenerse, simplemente intentaban escapar con todas sus fuerzas… nunca volvieron. -Señaló la bolsa de hiervas- Hierve la bolsa entera en una jarra de agua y dale de beber una taza, le entrara sueño casi de inmediato… -Naruto asintió- Guarda lo demás, no le digas que es un té para dormir, porque seguramente no querrá beberlo, díselo al día siguiente, después de preguntarle que tan bien descanso… -Sonrió- Verás que después de eso, ya no tendrá problemas en venir hasta acá por su cuenta, en caso de que necesite una nueva dosis.

 

 

 

- Gracias, Sakura-chan… -Se levantó- Me has ayudado mucho.

 

 

 

- No es nada, simplemente hago mi parte, además… -Le guiñó el ojo- Sasuke-kun es guapo. -Naruto rodó los ojos, ya debería de estar acostumbrado al efecto que tenía su amigo en las mujeres.

 

 

 

…Maldito, Casanova bastardo…

 

 

 

- Bien, me voy… -Dijo, y entonces salió en dirección al comedor.

 

 

 

Guardó con cuidado el té en la bolsa trasera de su pantalón. Por un momento recordó que parecería de mal gusto que estuviera sentado sobre ella todo el tiempo, siendo que después se lo daría de beber a Sasuke. Sonrió maliciosamente. No, era mejor de esa manera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sasuke frunció el ceño en cuanto revisó el comedor y no vio la cabellera de Naruto por ningún sitio. Se detuvo cerca del área de los cazos, dando otra barrida con la mirada, confirmando que su amigo no estaba allí. Sus ojos se detuvieron un momento en la mesa que compartían varios jóvenes que lograba recordar en los entrenamientos, si forzaba su memoria un poco más, estaba casi seguro de que Itachi les había dicho sus nombres. Se rindió, Sasuke era pésimo en recordar personas, tampoco era muy bueno en tomar la iniciativa e iniciar alguna conversación con un desconocido, siempre prefería mantenerse al margen. La tentación de acercarse a ellos y preguntar por el paradero del estúpido rubio, murió casi tan rápido como la idea fue considerada en su cabeza. En todo el tiempo que ellos llevaban en ese sitio, Sasuke no había saludado, hablado ó presentado con otra persona, que no fuera Deidara, y la presentación no contaba desde que ellos ya se habían conocido con anterioridad, cuando estaban en su mundo. A pesar de que había entendido a la perfección la recomendación de su hermano de ganarse compañeros dispuestos a ayudarlo y defenderlo, estaba en la naturaleza de Sasuke el ser un poco antisocial.

 

 

 

Se debatió internamente entre regresar a la habitación, esperando que quizás Naruto estuviese de vuelta, y tomar un cuenco, servirse y sentarse a desayunar al lado de quien sabe que individuo desconocido. Gruñó ligeramente, mientras arrugaba su frente, meditando seriamente sus dos posibilidades. Caminó hacia la salida que daba al pasillo, dispuesto a ir a buscar a ese Dobe, cuando de pronto lo vio entrar en el comedor, moviendo su cabeza a todos lados, justo como él había hecho antes, buscándolo. Los ojos de Naruto no tardaron demasiado en dar con él, y acercarse.

 

 

 

- Sabía que estarías aquí… -Se rió- Tengo algo que darte, pero será después.

 

 

 

- ¿Algo? -Alzó una ceja, dudoso. Se dio media vuelta en dirección a los cazos, seguido de su amigo- ¿Y no puedes dármelo ahora?

 

 

 

- Después, dije. -Vio con satisfacción como Sasuke gruñía por lo bajo- Es una sorpresa, Teme ¿No puedes ser paciente? -Mostró una sonrisa picara.

 

 

 

- Odio las sorpresas… -Refunfuñó. Naruto se llevó una mano a la boca, cubriendo su sonrisa- Y sabes bien que no me gusta que me hagan esperar con esa clase de cosas, porque sino…

 

 

 

-…Estaré dándole vueltas a cada maldito minuto, hasta no ver lo que es… -Completó, Naruto. Felicitándose mentalmente, por lo bien que le salió la imitación de la voz de Sasuke- Eres tan anticuado.

 

 

 

- Cállate.

 

 

 

Crecer juntos toda la vida apestaba. Al menos eso pensaba Sasuke, mientras distraídamente avanzaba por la hilera de servido, esperando que su plato pesara con alguna de aquellas monótonas porciones. Tener una persona que conocía tus manías, tus malos hábitos y la manera en la que te impacientabas, posiblemente no sería tan malo, si esa persona fuese algo a lo que se está destinado a ser intimo, como una novia, tal vez. Pero cuando se trataba de tu amigo, y para peor, un hombre, ya estarías dispuesto a esperar que detalles como esos serían aprovechados  para meterse continuamente contigo, en forma de fastidio. Sasuke se dejó caer en la banquilla, tomando el cucharon y llevándose a la boca, lo que sea que le hayan dado, sintiendo como Naruto se sentaba a su lado, soplando la cucharadita, para no quemarse la lengua. ¿Era normal que dos hombres se conocieran hasta ese punto?, Sasuke podía responder con facilidad cualquier pregunta que le hicieran sobre Naruto, desde su comida favorita, lo que más detestaba, a que le temía, incluso la talla de su ropa interior. Cerró los ojos, molesto. Y estaba seguro que para Naruto era lo mismo. Volteó a su lado.

 

 

 

- ¿Cuánto mido? -Preguntó, dispuesto a retar a su propio pensamiento. Naruto volteó a verlo, confundido.

 

 

 

- La última vez que nos medimos, era cuando teníamos dieciséis, en ese entonces medias 1.72 y yo 1.65…. ahora debes medir 1.80, porque yo mido como 1.70… las vacaciones pasadas te quejaste que de pronto todos tus pantalones eran demasiado cortos, creces rápido hombre, ojalá que no seas más alto que Itachi, porque al parecer mi altura máxima será como de 1.78, que tristeza… -Contestó tranquilamente, para después seguir comiendo.

 

 

 

Sasuke apretó su cuchara. Pero no se rindió, la altura era algo fácil a contestar con una escaneada rápida, era mejor una pregunta más difícil. Aunque internamente también se preguntaba, que rayos ganaba con eso. Volvió a voltear.

 

 

 

- ¿Cuál es la cosa que mas atesoro? -Sonrió con arrogancia, aquella nadie la respondería, dudaba que incluso Itachi supiera. Naruto dejó que su rostro dejara ver la confusión de forma evidente, no entiendo porque de pronto el cuestionario, aun así, contestó.

 

 

 

- Ese asqueroso peluche de dinosaurio que guardas en el fondo de tu closet en una bolsa de celofán… lo guardas desde el jardín de niños, porque fue la primera cosa que compraste tu mismo… Sasuke, ¿Por qué diablos me preguntas esto? -Cuestionó, mientras veía como su amigo recargaba la frente en la mesa- ¿Qué demonios te ocurre, eh? 

 

 

 

- No es normal… nosotros… no somos normales… -Se lamentó.

 

 

 

- ¿Qué cosa? -Ladeó la cabeza- ¿El saber esta clase de cosas?, ¿Pero como rayos no quieres que las conozca, si hemos crecido juntos?

 

 

 

- Eso es lo que es incomodo... -Dejó su drama de lado, y continuó comiendo- ¿No te parece raro que yo conozca secretos tuyos?

 

 

 

- Para nada. -Admitió- Somos mejores amigos y hemos crecido juntos, se supone que los mejores amigos conocen esta clase de cosas como, no sé, con quien fue mi primer beso, donde escondo mis revistas porno, cual es camisa favorita, ó si he tocado alguna vez a una chica. -Sonrió.

 

 

 

- Makoto, nuestra compañera de preparatoria, debajo del colchón de tu cama, lo cual no es muy imaginativo, la camisa negra con espiral rojo, y nunca en tu vida una chica te ha dejado ir tan lejos. -Contestó, riendo por saber todo eso. Escuchó la risa de Naruto al lado suyo.

 

 

 

- ¿Ves? -Se carcajeó- Es normal.

 

 

 

- Tienes razón. -Sonrió, llevándose una cucharada a la boca- Que yo recuerde nunca te he contado con quien me he besado…

 

 

 

- Oh, pero lo sé… -Se llevó la mano a la boca, en una dramática pose malvada- Incluso sé que tan lejos has llegado con tus novias, pervertido… -Sasuke lo vio de reojo, preguntando silenciosamente, como podría saber eso- ¿Has notado que el telescopio de mi cuarto no apunta al cielo? -Sasuke escupió comida y se levantó del asiento con furia. Naruto levantó las manos- ¡Broma, broma! ¡Es mentira!   

 

 

 

- Dios, Naruto… -Se limpió la boca- Casi te asesino… -Se sentó, tomando la cuchara y sumergiéndola al cuenco, para después volver a comer. Naruto hizo lo mismo, después de un minuto de silencio, sonrió burlón.

 

 

 

- Lastima que Kiyo-chan se negara al último momento, sino a estas alturas no continuarías virgen… -Murmuró en voz baja, volteando a otro lado, tratando de no sonreír tanto. Pero Sasuke escuchó.  

 

 

 

- ¡Te mato, Uzumaki!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Naruto saludó con un cabeceo a la mujer que estaba en la cocina a esas horas de la noche. Se dirigió al fondo del cuarto, donde unas repisas sostenían diferentes tamaños de cuencos y cazos, buscó uno pequeño, donde pudiera hervir el té para Sasuke. Se acercó a la barra donde las brasas valientes permanecían rojas, con cuidado colocó la rejilla y encima de ella la vasija, vertió agua y aguardó un momento.

 

 

 

Distraídamente, comenzó a silbar una canción, escuchando el silencio del comúnmente abarrotado comedor. La mujer que sólo había venido por un cuenco, se había marchado, dejando a Naruto solo en la gran cocina. El cuarto era especialmente cálido, las paredes cercanas al fuego donde solían cocinar estaban oscurecidas del carbón que usaban diario, a todas horas del día. Deslizó su mirada por toda la habitación, desde la puerta del pasillo, escondida para los demás y cubierta por una manta, los estantes de cuencos, la madera apilada en una esquina, de forma ordenada, en trozos pequeños que las mujeres pudieran manejar rápida y fácilmente. Las cubetas de agua encima de la barra de piedra, seguramente para lavar la gran cantidad de cuencos y cubiertos que se dejaban después de casa hora de comida. Las canastas de legumbres, los huevos de las gallinas que tenían en una jaula, bien alimentadas y cuidadas. Itachi se las había enseñado, diciendo que eran los únicos animales normales que encontrarían en ese mundo, no recordaba si alguien le había contado cómo y cuando cayeron, pero debía de haber sido hacía muchos años, porque habían perdido la cuenta del número de la generación que tenían. Naruto jugó un rato con los polluelos.    

 

 

 

Escuchó el burbujeo del agua hervir, entonces se acercó al fogón, sacó la bolsita de hierbas y la metió entera en el agua, esperó a que ésta adquiriera un color menos claro, y con cuidado, tomó un trapo cerca de la barra para sacar la vasija. Alcanzó uno de los termos grandes y vació ahí el té entero, tirando la bolsa en una de las canastas repletas de cascaras de legumbres. Tomó el termo y salió de la cocina, antorchas ocasionales alumbraban débilmente, pero a esas alturas, Naruto ya podía caminar por el lugar sin necesidad de ver por dónde iba. Había otras partes que, sin embargo, no conocía, como las habitaciones de la última planta, o las otras dos bodegas subterráneas, pero no era algo tan importante.

 

 

 

Subió las escaleras, dando ligeros saltitos alegres, ahora tarareando una canción nueva, a veces se escuchaba el murmullo de su voz rebotar con la pared, como si la fortaleza estuviese vacía, pero era todo lo contrario. La roca parecía acrecentar los sonidos, cuando alguien estaba dentro de los cubículos que eran las habitaciones, pero si salías al pasillo, no escuchabas nada de las conversaciones, e incluso gritos que se hacían. Que el castillo estuviese enteramente tallado en piedra, hacia que las paredes fuesen gruesas, ocultando los sonidos de los espacios cerrados, internos y externos. Cosa contraria de los pasillos o las salas, donde las voces al hablar se levantaban por encima de cualquier sonido, creando la sensación de ser un mundo diferente al que estaba fuera.

 

 

 

- ¿Naruto? -Naruto levantó la cabeza, viendo a Itachi al final de la escalera- ¿Seguías afuera?

 

 

 

- Ah, sólo fui a la cocina a calentar agua-ttebayo… -Dijo, terminando de subir los escalones. Itachi percibió el olor del termo, un olor conocido para él- La necesitaba para…

 

 

 

- Té para el insomnio… -Murmuró.

 

 

 

- ¿Eh?, si así es… ¿Cómo sabías lo que era? -Preguntó con curiosidad, impresionado de que Itachi se diera cuenta- ¿Debió ser por el olor?, ¡Vaya que este sitio te convierte en una maquina, ¿eh?! -Bromeó, emocionado. Itachi intentó sonreír, pero no pudo, por el contrario, vio a Naruto de manera preocupada.

 

 

 

- ¿No puedes dormir, Naruto? -Su mirada estaba fija en el rubio. Naruto percibió ese tono de voz, y las palabras de Sakura-chan regresaron a su cabeza, sabía porque Itachi se veía tan preocupado. Ante la pregunta, Naruto negó con la cabeza y el semblante de Itachi se volvió pesaroso- Entonces… es Sasuke… 

 

 

 

- El no me dijo nada, pero ya tiene varios días… -Se meneó en su lugar y por un instante miró al suelo- Sakura-chan me contó lo que solía pasar con las personas que no duermen…

 

 

 

- ¿Entonces lo estás llevando por tu cuenta? -Cuestionó, levantando las cejas. Sorprendido de la manera en la que Naruto parecía cuidar de su hermano pequeño.

 

 

 

- Bueno, si le preguntó al bastardo si no está durmiendo bien, estoy seguro de que me mentirá… -Frunció el ceño, de manera caprichosa- ¡Pero no creas que estoy siendo amable ni nada! -Advirtió- Lo que sucede es que se mueve demasiado y me despierta, si él no duerme me da igual, pero me está haciendo desvelarme también, yo no quiero tirarme del balcón junto con él. -Volteó el rostro, fingiendo desprecio. Itachi se cubrió la boca, no queriendo revelar la risa que estuvo a punto de escapársele.

 

 

 

- Muy bien, te creo… -Mintió- Pero asegúrate de que no beba demasiado, Sakura dijo que era té, pero a mí me parece más una especie de droga. -Alzó los ojos al techo un segundo, como si rememorara algún recuerdo vergonzoso- Sólo… aléjalo de la ventana cuando lo tome, ¿Está bien? -Sonrió apenado. Naruto levantó una ceja sin entender, viendo como el mayo Uchiha se despedía. 

 

 

 

- Raro. -Dijo para sí mismo y continuó por el pasillo.

 

 

 

Naruto veía las tenues luces por debajo de las rejilla de cada puerta. Abrió un poco la suya, maniobrando con el termo caliente en la otra mano, por la rendija pudo ver a Sasuke parado a lado del mesón, agrandó los ojos. Sasuke le daba ligeramente la espalda, concentrado en el diario en sus manos, mientras hojeaba y leía líneas al azar, veía como entrecerraba los ojos con disgusto y apretaba la quijada.

 

 

 

…Si entro ahora, seguro que se enoja… mejor finjo que no lo vi leyendo…

 

 

 

- ¡Ne, Sasuke! -Llamó, dándole tiempo a su amigo para que dejara el encuadernado en la mesa y retrocediera un par de pasos, antes de abrir la puerta y fingir recién haber llegado- ¿Qué, todavía no te acuestas?

 

 

 

- Aun no tengo sueño… -Dijo, ocultando un hilo de frustración en su voz- ¿Qué es eso? -Preguntó, reparando en el termo que su amigo llevaba.

 

 

 

- La sorpresa que te tenía… -Se rió, en cuanto lo vio fruncir el ceño con disgusto. Agarró uno de los vasos y vertió un poco de té- No hagas muecas y bébelo. -Amenazó.

 

 

 

- Si, si… como quieras. -Tomó el vaso sin interés y olfateó el contenido- ¿Té? -Naruto asintió. Sasuke cerró los ojos, pasó el vaso por debajo de su nariz, catando su olor, sonrió- No pensé que pudiera volver a beber té estando aquí… -Su voz sonaba más relajada-…Huele bien…

 

 

 

- Sé que naciste con ochenta años y que tienes gustos de anciano-ttebayo… -Sasuke lo miró de mal modo- Sabía que algo como eso te haría sentir mejor… -Sonrió. Sasuke volteó a ver hacia otro lado.

 

 

 

- Hacerme sentir mejor, ¿De qué?... -Preguntó, tratando de fingir. Caminó hacia la cama y se sentó en la orilla. Sopló por encima del vaso, viendo el vapor- No es como si estuviese deprimido, Usuratonkachi…

 

 

 

Naruto se puso atento en cuanto vio a Sasuke dar el primer sorbo. Sasuke saboreó la bebida, tratando de comparar el sabor con algún otro té que conociera, ¿Ceylan? ¿Assam? ¿Earl gray?, quizás simple té negro común, pero ninguno coincidía, aunque al mismo tiempo, parecía tan fragante y exquisito como cada uno de ellos.

 

 

 

- Esta bueno… -Suspiró Satisfecho. Dio otro sorbo, cerrando los ojos una vez más, después de eso, no se detuvo.

 

 

 

Naruto se acercó, sentándose a su lado en la cama, viéndolo con curiosidad, Sasuke no se percibía diferente, simplemente seguía bebiendo el dichoso té, ahora que su lengua se había acostumbrado a la temperatura. Siguió observándolo, hasta que de pronto, antes de dar otro sorbo, la cabeza de Sasuke dio un suave vaivén de atrás a adelante, haciendo que el Uchiha frunciera el ceño, extrañado.

 

 

 

- ¿Qué pasa, te sientes diferente? -Preguntó Naruto. Sasuke meneó su cabeza hacia atrás, como si estuviese mareado- Oye, Teme… ¿Estás bien? -Dijo, esta vez ligeramente preocupado. Sasuke tambaleó su cuerpo y se dejó caer hacia un lado. Naruto dejó escapar una exclamación, y logró quitarle el vaso de las manos a tiempo, mientras su amigo caía recostado en la cama, cayendo su cabeza en las piernas de Naruto- Aléjalo de las ventanas, ¿eh?... -Rememoró el consejo de Itachi, entendiendo ahora, a que se refería con ello, y también, el porqué el té le parecía más una droga que té. La manera en la que había noqueado a Sasuke había sido impresionantemente rápida.

 

 

 

- Tú… estúpido… ¿Qué demonios… me diste? -Murmuró con voz pesada. Sus ojos luchando contra la pesadez que sentían, mientras su cabeza ligeramente aturdida, intentaba dejarlo fuera de combate, pero aun estaba ligeramente lucido, como para darse cuenta de que aquel Dobe era el culpable de su actual estado. Forzó a sus ojos a levantarse y ver al rubio.

 

 

 

- No has dormido en días… -Confesó. Pasó su mano por los cabellos de su amigo, viendo como ante la acción sus parpados temblaban, Sasuke era débil ante esa clase de caricias, lo dejaban soñoliento, y por eso las odiaba- Fui con Sakura-chan a pedirle ayuda, y me dijo que te diera de beber el té, que mañana te sentirías mejor… así que no te enojes…

 

 

 

- No… hagas las cosas… por tú cuenta… pregunta primero… tú… Usuratonkachi… -Sasuke se resistía, aun cuando las extremidades de su cuerpo, parecían ya no estar ahí. Las percibía lánguidas, débiles y sin voluntad de obedecerle. Naruto volvió a acariciarle el cabello-…No hagas… eso…

 

 

 

- Lo hago porque eres terco… -Sonrió. Sasuke lo miró con un apagado odio, sus ojos manchados de sueño no podían ser más efectivos, sintió los dedos de Naruto peinarle el cabello hacia atrás una y otra vez, y también la lejana risa del rubio- Sasuke-teme… pareces un gato justo ahora-ttebayo… -Se serió, viendo el semblante agotado de Sasuke, que a pesar de estar en ese estado, seguía peleando- ¿Qué es lo que te mantiene despierto?... si no duermes perderás la cordura…

 

 

 

- Yo… odio… este… lugar… -Sus parpados vencieron, cerrándose con pesadez, pero aun no dormía. Sintió una ligereza en su cabeza, como si de pronto flotara en algún espacio, su consciencia se fue, sin darse cuenta de que seguía hablando- No quiero terminar… como uno de los hombres de los diarios… no quiero que… esta vida… sea la última vida… -Naruto parpadeó, sorprendido.

 

 

 

- ¿Sasuke, lo que no te deja dormir es el miedo a morir aquí? -Su mirada se entristeció. Su mano siguió peinando el cabello de Sasuke.

 

 

 

-…Morir… -Sonrió en medio del sueño- No es lo que… temo… -Se acomodó mejor en el regazó-… Yo vi… el final de ese diario… él juró que volvería… él dijo que no moriría… y no regresó… -Naruto escuchaba en silencio-…Morir… no es… el problema… -Su frente se arrugó, en una ligera tristeza- Es… el no poder… pelear con este lugar lo que me aterra… Prometer volver… y no hacerlo… Querer vivir… y no lograrlo… Ser derrotado… porque no hay… mas remedio… que ese… -Su voz se debilitó-… Yo… no… quiero… caer… -Suspiró. Cayendo enteramente en el sueño inducido.

 

 

 

Naruto entrecerró los ojos, despejó el rostro de su amigo del flequillo sobre sus ojos. Volteó a ver al vacio de la habitación, a las sombras bailar a la luz de la vela y a los tonos azulinos que las piedras reflejaban del cielo oscuro de afuera.

 

 

 

-… ¿Caer?… -Susurró a la nada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sasuke abrió los ojos con la luz, se llevó una mano a la cabeza, ligeramente desorientado. Entonces el vislumbro de los recuerdos regresaron a él.

 

 

 

- Ese idiota. -Apretó la sabana que lo cubría y giró su cabeza a un lado, encontrado el lado derecho de la cama vacio, el lado donde solía dormir Naruto- ¿A dónde diablos se metió? -Gruñó.

 

 

 

Se enderezó en la cama, y parpadeó un par de veces. Su cuerpo ya no sentía pesado y los ojos no le quemaban, a decir verdad, se sentía realmente bien, renovado. Percibió el calor en la habitación y se dio cuenta que quizás era pasado del medio día, quizás más tarde. Naruto debió de haberlo dejado dormir lo que su cuerpo pidiera, así que el cansancio acumulado por varios días, había desaparecido. De mala gana, Sasuke admitió que la acción hecha por Naruto le había hecho un bien, pero eso no significaba que no siguiera molesto, porque, sea lo que sea que le haya dado, no era un simple té para dormir, como él había mencionado.

 

 

 

- ¡Té para dormir, bah! -Refunfuñó, poniéndose de pie con ligereza- ¡Los tés no te derrumban de esa manera tan rápido, eso fue droga ó algo!

 

 

 

Caminó al estante del agua y se remojó el rostro un par de veces, sintiéndose mejor después de eso, decidió salir de la habitación, dispuesto a buscar a ese Dobe. Los pasillos estaban vacíos, y apenas se escuchaban los susurros externos, lo que le advertía que las actividades diarias estaban en pleno apogeo.

 

 

 

Bajó las escaleras, dirigiéndose al comedor, pero se encontraba vacío. Pensando en que tal vez estaba entremedio de las horas de comida, decidió salir afuera, la puerta del comedor que daba al exterior le ahorraría el tener que entrar y dirigirse por los pasillo y salir por la entrada principal. Cerró un ojo en cuanto el brillo hostigoso del sol se reflejó entre las nubes, sus ojos aun no estaban acostumbrados después de recién haber despertado. El mal humor inicial que tenía después del sueño, desapareció en algún momento cuando su cabeza se despejó, mientras bajaba las escaleras, así que ya no tenía tantos deseos de golpear a Naruto en cuanto lo viera.

 

 

 

Pocas personas estaban en los campos, la mayoría estaban recargados contra la muralla, cobijándose con su sombra mientras bebían agua, charlando entre sí. Caminó un par de metros, saliendo del área de sembradío, no tuvo que caminar más, desde la distancia pudo distinguir que los campos de entrenamiento estaban vacios. Levantó una ceja, extrañado. ¿Dónde se encontraban todos?, dio media vuelta, preguntándose si quizás estarían en la parte frontal de la fortaleza, con algunas rutinas de resistencia. Suspirando con pesadez, entró de nuevo al castillo. Caminó por los pasillos, pasando al lado de las escaleras, dirigiéndose a la parte frontal.

 

 

 

Sasuke se sorprendió al encontrar la parte frontal de la fortaleza, igualmente vacía. Ahora se encontraba completamente confuso, ninguno de los hombres que normalmente veía, estaba a la vista.

 

 

 

- Todos son cazadores… -Meditó. Abrió los ojos de pronto- ¡¿No me digas que…?!

 

 

 

Dio media vuelta a sus pasos, corriendo al interior de nueva cuenta.

 

 

 

- ¡Hey! -Escuchó de pronto y se detuvo de súbito- Eres Sasuke, ¿Verdad? -Sasuke volteó y se encontró con un joven robusto, que traía consigo varias canastas cargadas- Eres hermano de Itachi-san, ¿No es cierto?...

 

 

 

- Eh… si… -Vaciló, no recordaba su nombre. El joven sonrió.

 

 

 

- Soy Chouji… -Sasuke dio una cabezada en forma de saludo, pero la verdad es que no quería seguir perdiendo tiempo, estaba alarmado, todos los cazadores estaban ausentes y él desconocía el motivo. Chouji percibió su inquietud- ¿Estas buscando a los demás?

 

 

 

- ¿Tienes idea de donde se encuentran? Yo… eh, me levanté tarde. -Mencionó con cierta vergüenza.

 

 

 

- Ah, si… Sakura dijo que estabas enfermo, ya sabes… -Sasuke frunció el ceño, molesto- Vamos, hombre… todos nos conocemos, es obvio que no enteremos de cosas como esas.

 

 

 

- Supongo, pero yo no estoy acostumbrado a que se metan en mis asuntos. -Declaró con cierto desazón. Chouji se encogió de hombros- ¿Dónde están los otros? -Preguntó, moderando su tono, recordando que aun necesitaba una respuesta suya.

 

 

 

- Ah, sí. -Recordó- Itachi-san mandó llamar al equipo de Kiba, han estado pidiendo permiso para salir desde algún tiempo, pero les dijeron que tenían que esperar, ahora deben de estar dando de alta el permiso, pero por alguna razón otros equipos están protestando, obviamente Nagato-san tiene que estar presente, después de todo es jefe de expedición. -Sasuke se estaba impacientando, él no había pedido un reporte de los acontecimientos, pero no reclamó, aun quería que le dijera en que sitio en específico se encontraban. Chouji se llevó un dedo bajo los labios, rememorando lo que sabía- Había escuchado que Nagato-san había escogido dos nuevos miembros a su equipo, supongo que se referían a ti y a ese Naruto, es probable que también estén discutiendo eso, su equipo ya tiene demasiados…

 

 

 

- ¿En qué sitio? -Apretó los puños, llegando al límite de su paciencia. Chouji ladeó la cabeza con los ojos cerrados.

 

 

 

- ¿Dónde más?, en el salón del ala Este, ahí es donde siempre se reúnen los cazadores… -Para Sasuke aun no estaba claro. Chouji apuntó con el dedo- El que está a un lado de la entrada trasera… ya sabes… el cuarto con la mesa grande y muchas sillas… -Sasuke concordó la descripción de aquel salón, con el lugar donde se había reencontrado con Itachi en cuanto ellos habían llegado, se dio media vuelta y corrió hacia allí.

 

 

 

- ¡Gracias! -Gritó antes de que se le olvidara. Chouji simplemente movió la mano, quitándole importancia.

 

 

 

Sasuke dobló a la izquierda, llegando casi a la entrada principal de la parte trasera. Cuando viró en dirección al salón, pudo percibir la vibración de las voces en las paredes, vio una puerta y se dio cuenta de que podía escuchar con mayor fluidez el sonido de las voces, entonces entró.

 

 

 

- ¡Es injusto e inaceptable!

 

 

 

- ¡Esto no es una campaña, donde el mejor tiene el mejor equipo, se supone que todos deben tener miembros iguales!

 

 

 

- ¡No seas estúpido, cada equipo tiene un procedimiento! ¡Insisto en que deben de ajustarse a la estrategia que más se les apegue!

 

 

 

- ¡La cantidad que están sugiriendo es ridícula! ¡A este paso terminaremos sin miembros de salida!

 

 

 

El retumbo de las voces era impresionante. Sasuke vio a Itachi, sentado en la cabeza de la mesa, después a Deidara y Nagato, sentados a sus costados, algunos hombres compartían la misma mesa, pero solo pocos, la mayoría estaban de pie en el otro extremo. Todos se miraban entre sí, reclamando algo, no estando de acuerdo. Itachi levantó una mano, pidiendo la palabra, las voces bajaron.

 

 

 

- Es mejor que se calmen… -Vio a cada uno de los hombres sentados en la mesa- Como líderes de equipo, deberían de hacer esto de forma más sencilla.

 

 

 

- ¡El asunto principal no es el tiempo de salidas! -Reclamó uno de los lideres. Sasuke lo recordó enseguida, el cabello alborotado, su aspecto salvaje y sobre todo, los peculiares triángulos invertidos en sus mejillas, Inuzuka Kiba- Mi equipo solicitó un permiso pacifico, pero entonces vengo aquí y me entero de las intenciones de Nagato de extender su grupo, ¡Lo que me parece absurdo!

 

 

 

- ¿Cuál es tu problema, niño? -Habló Nagato, viendo con ojos afilados a Kiba- Quien los descubre los gana, es bien sabido eso. Yo los escogí, así que estarán dentro de mi grupo, son míos.

 

 

 

- ¡¿Quién decide eso-ttebayo?! -La mirada de Sasuke corrió a buscar al dueño de esa voz, encontró a Naruto de pie con los demás hombres. Parecía molesto.

 

 

 

- Naruto, ahora no. -Ordenó Itachi. Naruto volteó hacia otra parte, enojado- Ahora, es cierto que si el líder de un grupo escoge a un candidato, entonces el candidato es parte de su mando. -Nagato sonrió con arrogancia. Kiba chasqueó la lengua- Sin embargo... -Se serió- Estoy de acuerdo con los demás, en que Nagato ya ha excedido el número de cazadores que debería tener un grupo.

 

 

 

- ¡¿Qué demonios dices, Itachi?! -Nagato golpeó la mesa con las manos. Itachi lo vio con cierta molestia, pero mantuvo su semblante serio y altivo.

 

 

 

- En un caso como este, donde todos están en desacuerdo, quizás no quede otra alternativa más que rehacer los grupos. -De pronto toda la sala estalló en voces reclamando, palabras de enojo y comentarios inconformes. Sasuke, sin entender lo que pasaba, caminó por la orilla de la pared y después se abrió paso entre las personas, para poder colocarse a un lado de su amigo.

 

 

 

- Naruto. -Llamó, cuando por fin estuvo cerca de él.

 

 

 

- Oh, Sasuke, te levantaste… -Mencionó. Se alejaron un poco de la multitud, para conseguir escucharse mejor entre ellos- ¿Te sientes mejor?

 

 

 

- Si, algo… -Confesó de mala gana. Después volvió a lo principal- ¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué están todos aquí, de que están hablando?

 

 

 

- Sobre todo. -Sasuke levantó una ceja- Primero era para permitir que el equipo de Kiba saliera, otros grupos vinieron para ponerse de acuerdo en los turnos de salida, hay cinco equipos en total, contando el de Nagato… al parecer, están comenzando a cansarse de que él sea el único que salga, como si fuera divertido estar afuera. -Bufó.

 

 

 

- Coincido contigo. -Dijo, sarcástico- ¿Pero, y esta pelea sobre los miembros de los equipos?

 

 

 

- Fue porque a Nagato se le ocurrió convenientemente mencionarle a Itachi, sobre su nueva salida, y obviamente, que nos llevaría con él, todos escucharon y ahí tienes, comenzó la pelea… -Volteó a ver por un momento como el debate continuaba, se escuchaba la voz de Itachi por momentos, pero después la revuelta seguía- Al parecer, cada equipo debe tener un límite de personas en él, como Nagato es el líder de expedición, pues se le concede el capricho de tener a mas hombres, pero escuché de Kiba que era injusto que agregara a dos nuevos, todos estuvieron de acuerdo, y por el momento estamos siendo subastados, o algo así.

 

 

 

- ¿Qué acaso somos cosas? -Rezongó. Naruto se rió.

 

 

 

- Todo mundo sabe que Nagato es bueno en lo que hace, pero ya pocos soportan que no obedezca las reglas que se les impusieron, ahora Itachi mencionó esto de rehacer los grupos, así que es obvio que se enojen. -Señaló con el pulgar como los lideres parecían estar molestos- Cada uno está ya adecuado en su grupo, porque no todos cazan de la misma manera, es como si fueras bueno en matemáticas y de pronto de cambiaran a la clase de literatura.

 

 

 

- Entiendo… -Levantó la cabeza, viendo la escena- Aunque dudo mucho que Itachi en realidad haga eso, él no es de la clase de personas que toma decisiones que perjudiquen a los demás, por eso no me extraña que sea líder… -Vio a su amigo a los ojos- Estoy seguro de que lo único que quiere es ponerlos en su lugar, por eso la amenaza.

 

 

 

- Si, yo también creo lo mismo -Sonrió- Así solía hacernos a nosotros, ¿Recuerdas? -Sasuke sonrió, asintiendo- Cuando me quedaba en tu casa, y si no dejábamos de ver películas hasta tarde, decía que nos enviaría a habitaciones separadas, y entonces apagábamos la televisión y nos íbamos a dormir.

 

 

 

- Esto no es más que mero chantaje. -Escucharon a Itachi levantar la voz, y volvieron a prestar atención.

 

 

 

- Muy bien, entonces… ¿Esta decidido? -Preguntó, viendo a cada uno de los líderes, quienes asintieron, a excepción de Nagato, que parecía estar aguantando las ganas de matar a alguien- El cronograma de salidas será reabierto, ahora que todos parecen estar de alguna forma motivados… -Se sobó el puente de la nariz ante la situación- Aunque sigo sin entender porque la repentina voluntad de salir.

 

 

 

- Bueno, es problemático pero, Nagato ha acaparado el terreno… -Dijo Shikamaru, en medio de un bostezo- Yo personalmente considero más inteligente quedarme dentro de la fortaleza, pero no podemos tampoco dejar que nos crezcan raíces…

 

 

 

- Salir se convirtió en una obligación desde que fuimos elegidos… -Todos voltearon a ver a Shino, ya que rara vez hablaba- Dejarle nuestro deber a un sólo grupo de hombres nos hace parecer cobardes. 

 

 

 

- ¡Es justamente eso! -Rock Lee levantó el puño- ¡No se debe de desperdiciar nuestra juventud estando inmóviles, nosotros también tenemos que contribuir! ¡Es nuestro trabajo!

 

 

 

- Mi motivo es simplemente que no quiero que piensen que soy un inútil -Kiba volteó a ver de reojo a Nagato- Me escogieron como líder de equipo porque tengo la capacidad para hacerlo, así que hay que demostrarlo.

 

 

 

- Dices eso, niño. -Nagato le sonrió con superioridad- Pero sigues llegando aquí con las manos vacías, así que ¿Dónde está tú capacidad después de todo?

 

 

 

- ¡No te metas conmigo! -Kiba se puso de pie, señalándolo con un dedo- ¡Quizás no cargue siempre con el cadáver de un animal, pero tampoco vuelvo con el cadáver de un compañero!

 

 

 

- ¡Porque eres lo suficientemente cobarde como para correr, antes de que siquiera puedas estar cerca de las bestias! -Nagato también se puso de pie. Ambos viéndose con enojo- ¡Tú ni siquiera has tenido que enfrentarte a uno de ellos de cerca, así que no me vengas con estupideces!

 

 

 

- ¡¿Quién demonios es el cobarde?! -Empujó su silla hacia atrás- ¡Cuando eres tú el que deja que los monstruos devoren a tus hombres, con tal de que se distraigan y tu lanzártele por la espalda!

 

 

 

- ¡Tú, mocoso…! -Estuvo a poco de ir y comenzar una pelea. Pero Itachi se puso de pie, llamando la atención de todos de nuevo.

 

 

 

- No vale la pena volver al inicio. -Volteó a ver a Kiba, quien se sentó de nuevo en su lugar, cruzando los brazos. Nagato igualmente se dejó caer en su silla, fastidiado de todo- La opinión de Haruka tiene validez, cada persona dentro de los grupos han sido seleccionadas porque se apegan a la táctica… Nagato… -Llamó- Por ahora se te niega apropiarte de Sasuke ó Naruto.

 

 

 

- ¡Maldito seas, Itachi! -Lo señaló- ¡Me estas quitando mis derechos!

 

 

 

- He dicho… -Lo miró amenazante- “Por ahora”… -La sala guardó silencio- Sasuke, Naruto… -Los chicos caminaron hasta estar enfrente de los demás, para que el mayor Uchiha los viera- Van a estar en grupos rotativos, es decir, que tendrán la oportunidad de acompañar a los cinco grupos de cacería para ver donde pueden ser asignados.

 

 

 

Ambos asintieron de acuerdo, siempre y cuando no fueran la propiedad de Nagato, ellos harían las pruebas que quisieran. Los líderes en la sala compartieron comentarios conformes, ya más tranquilos.

 

 

 

- Ahora, que se resolvió este conflicto, volvamos a la decisión principal, que era el asignar el día de expedición del equipo de Kiba -Volteó a ver al mencionado.

 

 

 

- Bueno, ya se registraron los factores ambientales, tanto como aquí puede ser posible, es mejor no arriesgarse a ser víctimas del manto y salir lo más pronto posible, es decir, mañana. -Volteó a ver a sus muchachos, quienes asintieron, de acuerdo con su decisión- Naruto puede ir con nosotros, ¿Qué me dices?

 

 

 

- Naruto, ¿Estás de acuerdo? -Preguntó Itachi de manera tranquila, él confiaba en Kiba- ¿Quieres salir con Kiba y su grupo mañana?

 

 

 

- Por mi está bien-ttebayo -Sonrió. Volteó a ver hacia Kiba quien levantó ligeramente su puño, sonriéndole, ambos compartieron una ligera risa entusiasta.

 

 

 

- Entonces es mejor que te prepares, por ahora…

 

 

 

- Espera un minuto. -Interrumpió Sasuke- ¿Cómo así? ¿Naruto va a salir solo? -Juntó ambas cejas, viendo directamente a su hermano mayor.

 

 

 

- No pueden salir juntos, Sasuke… al menos que Kiba decida dejar a uno de sus hombres, lo cual no es conveniente, porque no podrán cuidar a dos novatos a la vez… -Trató de sonar comprensivo, pero al ver el gesto terco de su hermano, se dio cuenta de que la protesta iba a continuar. Suspiró- Necesitan aprender por su cuenta, ¿Entiendes?

 

 

 

- No te preocupes, Hermano menor… -Sasuke vio a Kiba con enojo, al escuchar su tono burlesco y retador. Ambos se vieron de manera desafiante, Kiba sonrió- Naruto estará a salvo, déjalo en mis manos.

 

 

 

- Naruto apenas aprendió a disparar como de sebe. -Ignoró el comentario de Kiba, viendo nuevamente a su hermano.

 

 

 

- ¡Oye, bastardo! ¡No necesito que la hagas de mi niñera! -Gritó- ¡Puedo arreglármelas solo!

 

 

 

- Sí, claro… -Dijo sin voltear a verlo- ¿Igual que la ultima vez? -Nagato sonrió desde su sitio- Itachi, él no está listo, al menos no solo, sabes que tengo que ir con él.

 

 

 

- Bueno, bueno… -Todos voltearon a ver a Nagato. Se reclinó en su lugar, juntando las manos sobre la mesa, viendo a Sasuke, regocijado con su actitud, recordando que había sido igual el día que los sacó de la fortaleza- En mi opinión, yo no creo que él esté molesto porque no pueda ir junto a su amigo… sino mas bien, le molesta el hecho de que nadie lo haya invitado a una cacería. -Sasuke afiló sus ojos en él- Si ese es el punto, yo lo sacaré también, mañana.

 

 

 

- ¡El día de mañana ya se nos dio a nosotros, Nagato! -Reclamó Kiba.

 

 

 

- Tranquilo mocoso… -Movió su mano con desinterés- No es la primera vez que salen dos equipos, además, no tenía pensado ir a tus dominios. -Volteó a ver a Sasuke- Tú, si estás dispuesto a salir mañana, te estaré esperando. -Se levantó de su sitio- Vámonos. -Dijo, saliendo del salón. El grupo de hombres que pertenecían al equipo de Nagato se miraron entre ellos, pero no objetaron nada, saliendo silenciosamente de la sala, atrás de su líder.

 

 

 

- ¡Itachi, esto debe ser una broma! -Kiba estaba cerca de arrancarse algunos cabellos por la actitud libertina de Nagato- ¡Ese sujeto no puede ir por la vida haciendo lo que quiere!

 

 

 

Itachi apretó las manos, pero no dijo nada más. Todos guardaron silencio después de ello, mientras Deidara les hablaba sobre las fechas de salida de cada grupo. Era bien sabido por todos de las fricciones que Nagato e Itachi tenían desde su caída, pero nadie estaba enterado del motivo. Naruto le sugirió a Sasuke salir de la sala, ya que las discusiones habían terminado.

 

 

 

Deidara cerró la puerta después de que el último equipo había salido. Volteó a ver a Itachi, quien se mantenía en su sitio, viendo fijamente la superficie de la mesa.

 

 

 

- Pensé que mínimo objetarías… -Dijo, acercándose a la mesa- No es de ti dejar que Nagato tenga la última palabra sobre situaciones parecidas, hum. -Itachi volteó a otro lado-  ¿Es sobre lo que me contaste, acerca de no mostrarle lo cercano que eres a tu hermano pequeño?, sé que quieres protegerlo del capricho de Nagato… pero creo que ya es tarde.

 

 

 

- Si… ya me he dado cuenta. -Suspiró.

 

 

 

- Aunque es probable que estemos equivocados, y simplemente quiera provocar a tu hermano… -Se sentó al borde de la mesa, a un lado de su amigo- Sasuke tiene un carácter difícil, y parece perder el control siempre que se trata de Naruto, ¿O me equivoco?

 

 

 

- No. -Se dejó caer en la silla- El no suele darse cuenta, porque está acostumbrado a que Naruto siempre esté a su lado… -Recargó su barbilla en una de sus manos- Pero es obvio que para los demás, ese apego suyo se considere extraño, ¿Viste como se burló Kiba?... “ Naruto”, dijo.

 

 

 

- Yo antes creía que eran novios… -Comentó distraídamente, viendo el techo sobre su cabeza, mientras se reclinaba de forma más cómoda sobre la mesa- Pero pensé; La forma en la que se pelean, vaya, así no tratas a alguien que te gusta. -Se rió.

 

 

 

- No digas tonterías. -Murmuró, frunciendo el ceño- Se han criado juntos, Sasuke ha pasado vacaciones enteras en casa de Naruto, y Naruto iba constantemente a dormir a nuestra casa, han compartido escuela, salón y pupitres adjuntos toda su vida, para ellos su cercanía es tan natural como respirar… -Sonrió, cerrando los ojos- Recuerdo cuando Naruto vino corriendo a mí una mañana temprano, gritando que “Algo raro” había ocurrido con Sasuke, para enterarme después de que mi estúpido hermano pequeño simplemente había tenido su primera erección nocturna… -Deidara se gorgoreó en una carcajada- O cuando Sasuke tenía cinco años, y el chofer lo trajo a él y a Naruto después del pre-escolar, Naruto estaba llorando porque una niña le había quitado a Sasuke, cuando la maestra los puso en parejas para jugar al matrimonio.

 

 

 

- ¿Ah, sí? -Se rió, completamente interesado en la anécdota- ¿Y qué dijo tú hermano?

 

 

 

- Yo me fui a la escuela, y mis padres aun vivían, pero estaban trabajando, el chofer me llamó al celular para decirme que Sasuke y Naruto no habían querido ir al pre-escolar, se encerraron en el cuarto de Sasuke todo el día. -Itachi reflejó en sus ojos cierto grado de tierna nostalgia- Cuando volví a casa, el ama de llaves me dijo que no habían salido a comer ni una sola vez y estaba preocupada, subí arriba a su cuarto y toque la puerta, Sasuke me gritó que me largara. -Deidara volvió a reírse, junto a Itachi- Le pregunte; ¿Por qué no has querido ir al pre-escolar? ¿Por qué te escondes con Naruto?, Sasuke me abrió la puerta, pidiéndome que me callara, Naruto estaba dormido en su cama, recuerdo muy bien que volteó a verlo y dijo; Es un tonto, ayer lloró mucho tiempo porque la Sensei escogió a Mimi-chan como mi novia y hoy sería la boda de todos, así que decidí fugarme con él, así no llorará. -Suspiró- Antes eran tan honestos, pero conforme fueron creciendo, Sasuke de vez en cuando se daba cuenta de que los otros “Mejores amigos”, no eran tan cercanos, obviamente comenzó a considerarlo raro, y levantó una línea donde se evitara que pensaran mal de ellos. Naruto por el contrario, es demasiado expresivo, por lo cual no cambió, prácticamente es el mismo de siempre, y nunca le ha importado demasiado mantener las apariencias.

 

 

 

- Ah, qué lindo ser niño… -Sonrió Deidara-  Tú hermano parece querer mucho a Naruto, pero también parece odiarlo mucho, sobre todo cuando se pelean, me sorprende la forma en la que se miran, como si quisieran destruir todo lo que son ellos, pero al mismo tiempo… -Negó con la cabeza- no puedo seguirles el paso, y no logro entenderlos.

 

 

 

- Es normal. -Declaró con naturalidad- Ellos siempre han sido como una montaña rusa, hay ocasiones en las que yo tampoco pude intervenir, ni siquiera para ayudarlos. Han tenido peleas terribles, Deidara, peleas donde se han lastimado más de lo que se está permitido, e intenté ser su mediador muchas veces, pero yo tampoco encajo en su mundo… -Se despejó el flequillo- Aprendí que lo mejor que puedo hacer es mantenerme a un lado, esperando que ellos mismos admitan su error y lo reparen por su cuenta, les ha funcionado bastante bien por dieciocho años. Pero como dices, a pesar de la fiereza con la que se atacan entre ellos, son precisamente ellos mismos los que más se cuidan entre sí. -Volteó a ver a su amigo, fijamente- No pueden vivir el uno sin el otro, se necesitan. Y en este mundo donde no puedes saber si vivirás el día de mañana, los vuelve susceptibles al riesgo de perderse. Comprendo porque Sasuke se pone histérico con la idea de dejar solo a Naruto, y a pesar de que veas a Naruto tan independiente, cuando sea el turno de salir de Sasuke, actuará exactamente del mismo modo, intentando por todos los medios evitar separarse de él.  

 

 

 

- Itachi, decirme esta clase de cosas, sólo me hará seguir pensando que, “Esto” no es solo amistad -Frunció el ceño- Es como si me explicaras la relación de dos hermanos muy cercanos.

 

 

 

- No, no es sólo amistad… -Se puso de pie caminando a la salida, seguido de su amigo- Y te confieso algo, Deidara… -Lo vio seriamente- Si Sasuke nos viera en peligro de muerte, a mí, su propia sangre y a Naruto, su amigo de la infancia, y si sólo pudiera salvar a uno de nosotros… -Sonrió- Contra todo lo imaginable, estoy completamente seguro de que… él escogería a Naruto.

 

 

 

- ¿Lo dices en serio? -Cuestionó, asombrado.

 

 

 

- Si. -Itachi se llevó un dedo a los labios- Pero eso es algo que Sasuke aún no sabe.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

- ¡Mírame cuando te hablo, Usuratonkachi! -Ordenó, mientras seguía a Naruto.

 

 

 

- ¡No quiero! -Dijo, tratando de ignorarlo. Dobló hacia la derecha, dirigiéndose al cuarto de baño- ¡No me hables de nuevo, traidor bastardo! ¡Intentaste sabotearme delante de todos!

 

 

 

- ¡No intentaba sabotearte, simplemente decía la verdad! -Se enojó, caminó con más velocidad, pero su amigo también lo hizo- ¡Apenas eres bueno con el arco, no te arriesgues a ti mismo a salir por tu cuenta!

 

 

 

- ¡No estoy saliendo solo! -Llegó al cubículo, apartó la puerta de un manotazo, liberando una gran cantidad de vapor. De reojo vio a algunos hombres relajándose dentro de la enorme bañera de piedra, pero no le importó, se comenzó a quitar la camisa, dirigiéndose al pozo de agua- ¡No me le voy a despegar a Kiba, tengo que aprender cómo se hacen las cosas! ¿O que te piensas que soy estúpido?

 

 

 

- ¡Si, justamente pienso eso! -Ajeno a su alrededor, como cada que se peleaba con Naruto, Sasuke igualmente pasó de largo la presencia de otras personas que escuchaban su “Conversación”, se quitó la camisa de igual modo, después los tenis- ¡Además, ¿Quién demonios es ese Kiba, cómo sabes que te cuidará?!

 

 

 

- ¡Resulta que Kiba es el líder del grupo con el que saldré mañana! -Trastabilló cuando se sacó los pantalones, dejándose la ropa interior. Acomodó sus cosas lejos de donde pudieran mojarse y tomó uno de los baldes lo sumergió en el pozo, llenándolo de agua- ¡Es seguro estar con él, por algo lo hicieron encargarse de un equipo él solo!

 

 

 

- ¡Estuvimos de acuerdo en no salir hasta que nos sintiéramos listos! -También tomó uno de los baldes- ¡Y tú no estás listo!

 

 

 

- ¡¿Y qué me dices de ti?! -Aventó el agua contra Sasuke, mojándolo. El Uchiha lo miró con ojos fulminantes, pero Naruto no se amedrentó- ¡Tú saldrás mañana con Nagato! ¡Con Nagato entre todos! ¡Oh, mira ahora quien habla sobre salir antes de tiempo!

 

 

 

- ¡Todavía no sé si saldré! -Arrojó el agua de su cubo a Naruto, vengándose de su anterior ataque- ¡No es como si quisiera volver a salir con ese malnacido, después de lo que nos hizo!

 

 

 

Naruto bajó el cubo de agua que tenía pensado aventarle a Sasuke. Sasuke volteó hacia otro lado, tratando de tranquilizarse. Ambos suspiraron pesadamente, ahora que ya se habían dicho las cosas claras.

 

 

 

- Si tú aceptas salir mañana, entonces yo también lo haré… -Dijo Sasuke. Agarró más agua con el cubo y se mojó a sí mismo- Al menos de esa manera podría sentirme mejor.

 

 

 

- ¿Entonces, es verdad que estabas enojado porque nadie te pidió salir a acompañarlos? -Preguntó ingenuamente, mojándose también con el agua. Sasuke le dio un golpe ligero en la nuca.

 

 

 

- Como si necesitara la aceptación de los demás. -Se mofó- Lo hago porque, si tú piensas que estás listo, entonces no me queda más remedio… sé que estaremos en grupos separados y, posiblemente en diferentes direcciones, pero… -Le dio la espalda, fingiendo estar ocupado en su baño- Déjame al menos sentirme tranquilo al pensar que si algo ocurre, podré correr hacia ti para ayudarte.

 

 

 

Naruto estuvo a punto de reclamar, diciendo algo como; “No necesito que cuides de mí ó No necesito de tú ayuda”, pero vio que las orejas de Sasuke habían adquirido una tonalidad rosácea, diciéndole que estaba avergonzado por lo que antes había dicho. Naruto sonrió, imaginando que lo único que hacia su amigo, era preocuparse por él. Ambos se sentaron a espalda del otro, continuando con sus asuntos. Después de subir a su habitación y cambiarse de ropa, bajaron al comedor. Se pasaron el día entre actividades triviales, esperando a que cayera la noche para cenar e irse a dormir.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los ojos se entrecierran. El grito que profirió se apaga como un susurro fantasma, como si nunca se hubiera proferido. No puede levantarse, sus rodillas, brazos y espalda tiemblan. Tiembla de dolor, de frío y de miedo. La calidez de la sangre que le cubre algunas partes de su cuerpo, parece volverse hielo. Se arrastra hacia atrás, viendo aun en la sofocante oscuridad el vaho del aliento enorme y furioso. Los ojos avanzan, se siente el temblor del suelo, el ronroneó delicioso de aquella garganta, le advierten sentencia. Intenta por todos los medios ponerse de pie, un chasquido le desploma de nuevo a la tierra. Su pierna siente recorrer un escalofrío doloroso, desde el tobillo a la rodilla. Agranda los ojos con terror, sabe que uno de sus huesos se ha roto. Las vibraciones continúan y ya no tiene escapatoria. De la nociva oscuridad envuelta en sangre, la cueva ya no oculta a su habitante, la enorme garra sale, dando un paso adelante, muestra su tamaño colosal. El más infernal de los demonios. Es el fin, lo sabe. Cierra los ojos cuando el aliento de las fauces le cubre el cuerpo. Está por morir.

 

 

 

- ¿Naruto? -Naruto se exaltó, despertando de golpe, agradeciendo el haber sido traído a la realidad. Sasuke lo miró, confuso- Gritaste…. ¿Qué pasó?

 

 

 

-… ¿Eh?... -Sintió la mano de su amigo pasar por su frente, y Naruto se dio cuenta que estaba empapado en sudor, pero aun se sentía desorientado- ¿G-grite?... ¿Yo?...

 

 

 

- Tus manos tiemblan. -Observó Sasuke. Se recargó en la pared, dándole espacio a Naruto para que se tranquilizara- ¿Tuviste una pesadilla?

 

 

 

Naruto cerró los ojos un momento, ordenando las imágenes en su cabeza, entonces se relajó. Volteó a ver a Sasuke, apenas visible debido a la noche, pero podía sentir su mirada directamente en él.

 

 

 

-… No lo sé… -Mintió-… No lo recuerdo… -Se llevó las manos a la cara, echándose el cabello hacia atrás, al mismo tiempo que se quitaba el sudor- Perdón por despertarte, y justamente cuando lograste descansar…

 

 

 

- No importa, puedo volver a dormir… -Hizo una mueca- Siempre y cuando no intentes drogarme de nuevo, estoy dispuesto a contar las ovejas que sea. -Naruto se rió débilmente. Sasuke se serió al notarlo- ¿Estás seguro que…?

 

 

 

- Estoy bien. -Interrumpió. Se dio media vuelta, dándole la espalda a Sasuke, se cubrió con la sabana hasta la barbilla- No importa, sea lo que sea, sólo fue un sueño…

 

 

 

-…Si… -Murmuró, no estando convencido realmente. Se acomodó en su sitio, viendo de reojo a Naruto- Además, si te pasara algo, ya hubieras ido corriendo a decírmelo, siempre eres tan molesto… -Dijo, calculando sus palabras. Cuando simplemente escuchó a Naruto reír, se dio cuenta de que algo andaba mal. Sasuke se le quedó observando durante un rato más, hasta que la respiración de Naruto se volvió pausada, entonces él decidió voltearse de cara a la pared, para también dormirse. Frunció el ceño, tratando de meditar sobre lo que podría estar mal con su amigo, porque si todo hubiese estado realmente bien, en lugar de reír por su comentario, se hubiera puesto de pie a intentar reclamarle-…Estás mintiendo, Dobe… -Susurró, antes de dejarse caer por el sueño.

 

 

 

Naruto abrió los ojos, preocupado. Sasuke se había dado cuenta de su mentira, pero él se sentía incapaz de contarle sobre lo que veía en sus sueños, lo que sentía. A solo unas horas de su primera salida real fuera de la fortaleza, él ya no se encontraba seguro de creer estar a salvo, como si todo lo que soñaba fuese un mal augurio.

 

 

 

Juntó las manos, apretándolas, rogando porque nada ocurriese después.

 

 

 

…Por favor… quien sea… ayúdame…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Continuara… 

Notas finales:

NAH!

Espero que les haya gustado, el capitulo que se avecina tendrá accion, y nuevas situaciones que comenzara a abrir la duda sobre el sitio, los sueños de Naruto y demas, como tambien el prologo, de lo que, definitivamente todos estan esperando. Tengan paciencia y serán recompensados XD. 

Gracias por leer.

 

¡Dejen reviewa! 

 

 

 

RHYO DARCK.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).