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UNDERWORLD por RHYO-DARCK

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Notas del capitulo:

Nah!

Me disculpo por dos cosas: En primera por la tardanza y en segunda por lo corto del capitulo.
Me auto-impuse a darles 40 páginas por capitulo, pero no pude en esta ocasión.

Espero que les guste, aunque me faltó ponerle la acción, no se preocupen, el próximo lo reocmpensara sin afectar la secuencia n.n.

Gracias por la espera.

!Disfruten el capi!

 

UNDERWORLD

Capítulo dos

Catch.

 

 

 

Su corazón late con fiereza, la sensación es tan poderosa que teme que en cualquier momento vaya a detenerse. Intenta correr con más fuerza, sus piernas se sienten pesadas, cansadas, están a punto de colapsar. Lleva sus manos al frente, intentando apartar los filosos extremos de las ramas secas que se estrellas contra sus mejillas y su cabello, tirando de él hasta dejar atrás varios mechones. Es angustioso, la pérdida de sangre hace que su cabeza se sienta mareada, el frío le provoca malestar en la espalda, la oscuridad y la incertidumbre explotan como un miedo atroz. No tiene como ocultarse, no tiene a donde huir, pero no acepta la derrota, se niega a rendirse, no quiere morir. De pronto el suelo desaparece de sus pies, las ramas dejan de tironear su cuerpo. Dolor, es todo lo que siente cuando la escabrosa superficie le recibe después de una caída desdeñosa, gime sufridamente. Un ronroneo le crispa el cuerpo, su piel se eriza y enfría, levanta la vista. Dentro de la cueva hay uno ojos rojos enormes, se entrecierran, acercándose. Grita.

 

 

 

El cuerpo de Naruto se convulsionó, despertándose de la pesadilla. Jadeó, alterado, aun sin llegar a procesar la opresión que lo inundó de pronto. Se llevó ambos dorsos al rostro y los frotó de manera cansada, pero al mismo tiempo, aliviada. Suspiró, viendo a su alrededor, observando el cubículo semi ovalado que ahora es su habitación. Suya y de Sasuke, una alcoba de piedra de 4x6 metros, las velas hacía mucho que habían sido apagadas, Sasuke se había encargado de volver a vaciar la cera en el cilindro, tal y como Itachi le había explicado que hiciera, con el propósito de ser reutilizable.

 

La luz inundaba el cubículo desde el tejado, colándose por aquellos tragaluces de cuarzo que habían sido consideradamente acomodados en todas las habitaciones. Se veía un distorsionado cielo azul, el grosor de la piedra opacaba la claridad real del panorama.

 

Naruto hizo a un lado las pesadas mantas de pelaje, no quiso preguntar a que animal pertenecían, no quería avivar esa clase de recuerdos. Se incorporó hasta sentarse en la orilla de esa cama con base de piedra, acolchonada en la superficie y segura, pero, lastimosamente, Naruto no podía moverla de su lugar para dar más espacio al cubículo, estaba tallada en la misma pared. Era apenas un lecho de un tamaño cercano a la que tendría su cama matrimonial, lo cual debería ser suficiente para él, pero por la falta de habitaciones en el recinto, tenía que compartirla con Sasuke.

 

Se puso de pie, descalzo. Sintiendo la roca lisa bajos sus pies, la apreciaba fría, con esa textura casi húmeda, sin estar mojada en realidad. Se alborotó los cabellos, dejando escapar un perezoso bostezo, aun todo aquello le parecía irreal. El hecho de estar en esa fortaleza, en esa habitación rustica como solo la edad media brindaba. La cama con base de piedra, el pobre estante de madera hecho a mano, la mesilla con las velas dentro de los cilindros de ese vidrio tan raro, las camisas que claramente pertenecieron a otra persona y que les dejaron, suspiró, con tristeza. Quería despertar ahora, quería despertar de toda esa carencia, de todo el peligro que había fuera de las murallas de piedra. Era una pesadilla, incluso Itachi, parecía desesperado, aquello era demasiado para personas como ellos, los que habían nacido ahí era todo lo que conocían, pero ellos, que venían de un mundo distinto, todo era completamente frustrante. Recordaba el shock que se había despertado en Sasuke y él, después de que Itachi les dijera que no había escapatoria alguna.

 

 

 

¿Qué estas tratando de decir, Itachi? – Cuestionó Sasuke, furibundo– ¿Qué estamos en una dimensión paralela? ¿En un mundo perdido? ¿Estás queriéndome hacer que crea semejante estupidez?

 

Si lo que has vivido hasta ahora no te parece suficiente… – Habló Itachi, fríamente– No sé qué te hace falta para creerlo – Sasuke meneó la cabeza de forma negativa, terco. Itachi se acercó a él, tomándolo de los hombros, a punto de zarandearlo– ¡Por dios, Sasuke! ¡Viste a esas bestias también! ¡Viste el manto carmesí! ¡Atravesaste esa arena roja al igual que yo y caíste aquí! ¡¿Qué te hace falta para que abras los ojos y te des cuenta de que este no es nuestro mundo?!

 

¡No, esto no está bien! ¡Me rehúso a considerarlo posible! – Se revolvió los cabellos, desesperado– ¿Qué se supone que quieras que haga, hermano? ¡¿Qué me resigne a quedarme, a morir aquí, eso es lo que me dices?!

 

¡No tenemos opciones! – Gritó, reflejando su propia frustración, su propio miedo a la situación– ¿Acaso no crees que lo he intentado todo? ¡He estado tres malditos años tratando de encontrar una respuesta a lo sucedido! ¡Buscando la manera de regresar, pero ni siquiera puedo aventurarme más de lo que otros han hecho! – Señaló la pared de la habitación–  ¡Hay monstruos allá fuera, Sasuke! ¡Todos los malditos días alguien muere! ¡Y ese jodido manto que atrae a los más grandes nos frustra todo el plan! – Miró seriamente a Sasuke, tratando de tranquilizarse– Quiero que te des cuenta… que analices bien la situación en la que ahora te encuentras, créeme, estoy feliz de volver a verte, pero no aquí… – Sasuke volteó a verlo– Yo no quiero que estés aquí… porque yo más que nadie sé  a lo que te enfrentarás de ahora en adelante… odio este lugar más de lo que te imaginas y tu frustración de ahora no es siquiera el asomo de la mía…

 

Naruto guardó silencio, mientras veía como los hermanos Uchiha trataban de recomponer su compostura, era la primera vez que veía a Itachi perder los nervios, al igual que era la primera ocasión en la que veía a Sasuke en ese estado tan vulnerable, tan temeroso e inseguro. Cuando verificó que las cosas no volverían a explotar, se irguió en su sitio, llamando la atención del mayor.

 

Itachi… ¿Qué es aquí? – Preguntó, suavemente– Cuéntanos lo que sabes-ttebayo…  

 

Itachi aspiró aire un par de veces antes de asentir, caminó por la habitación hasta llegar a la mesilla, sentándose en el borde de la misma, se cruzó de brazos, viendo a ambos jóvenes de forma seria.

 

Este sitio no tiene un nombre en especifico, no saben donde es… – Comenzó a explicar– El fenómeno que vieron antes, lo llamamos: “El manto carmesí”. Es un estado extraño, parecido a los eclipses solares provocado por esas nubes, torna todo de un rojo muy oscuro… – Bajó la vista, sumiéndose en algunos recuerdos desagradables, pero después continuó– Ese lapso de oscuridad es sumamente peligroso, evitamos salir cuando está presente, seguramente escucharon la alarma antes de que llegara, ¿No es así?

 

Sasuke y Naruto asintieron, recordando. Sasuke se encaminó junto a su amigo, tomando asiento contiguo a él en uno de los relieves irregulares de la ventana de la habitación de Itachi, que como jefe, se encontraba en la parte superior de la fortaleza.

 

Es un sistema que tiene ya muchos años… mucho antes de que yo cayera aquí, hubieron muchas muertes cuando lo instalaron, ya que los sensores son demasiado rústicos y los colocaron lo más lejos que pudieron de la fortaleza, con tal de crear una tregua de tiempo para que, aquellos que se encontraran afuera cazando, fueran advertidos de la llegada del manto y se apresuraran a regresar… – Soltó un suspiró, cansado– El manto es impredecible, traté de encontrar durante todo este tiempo alguna clase de patrón, pero no existe, solo es un fenómeno natural…

 

¿Por qué dices que es el lapso más peligroso? – Preguntó Sasuke, completamente intrigado. Los ojos de Itachi se oscurecieron.

 

Todo el tiempo hay bestias, este es tu habitad... es lógico, pero… – Entornó los ojos, en ellos se veía un deje de rencor– El manto saca a las más grandes… desconocemos el porqué ó donde se ocultan mientras el manto está ausente, solo surgen de la nada… maldición – Se estremeció– Hay algunos realmente enormes, tanto que sobrepasan los arboles, pero por lo general no nos encontramos con ellos, se refugian muy entrado el bosque…– Sus ojos se posaron en el panorama lejano que le mostraba la ventana–  También están unos que siempre están acompañados, son los que parecen caballos anémicos, pero con garras y dientes, además de sus orejas alargadas. Yo les apodo “Gemelos”, siempre son dos, esos malditos son astutos… atacan en conjunto, juegan contigo y te acorralan donde quieren, mientras uno te persigue y te guía, otro te espera… escondido entre los árboles ó entre los barrancos para saltarte encima… – Su cuerpo inconscientemente temblaba, presa del recuerdo– Los medianos, orejas de conejo son rápidos como el demonio, pero no muy inteligentes, solemos cazarlos para comer… es el mismo que los persiguió cuando los encontraron…

 

Naruto hizo un gesto de repulsión, no podía imaginarse comiendo la carne de aquellos seres. Sasuke en ese momento tenía un pensamiento similar. Itachi no se vio aludido a sus actitudes.

 

Luego están los de tamaño normal, los que son de algunos cuatro metros, ellos son los peores… – Sus dientes se apretaron al nombrarlos– Son insaciables, unos malditos que sólo parecen cazar por gusto… te persiguen y se ensañan contigo, no importa si devoraron recién a tu amigo, no quieren dejar escapar a nadie… –Se cubrió la cara con las manos, soltando un suspiró de ira– ¡Son los que más odio!... te miran directamente a los ojos, como si se burlaran de ti… cuando matan, lo hacen lento… te desmiembran poco a poco… como si quisieran exprimirte hasta la última gota de agonía antes de que tú mismo intentes quitarte la vida con tal de dejar de sentir tanto dolor…

 

¿Esos como son-ttebayo?

 

Son extraños…. tienen la columna erizada, en las articulaciones de las patas los huesos sobresalen más de lo normal, como si estuvieran descoyuntados…  si tuviera que compararlo, diría que sus cuerpos son como el de un león pero de pelaje mas alborotado, distinto color y sin melena… sus cabezas son de mentones grandes y las orejas son más ó menos cortas y echadas hacia atrás, pero sus ojos… son rasgados y afilados… fijos, casi humanos me atrevería a decir… el hocico es normal, pero los incisivos se salen de sus comisuras… y su gruñido es espantoso… casi siempre están llenos de mordiscos, las bestias a menudo pelean entre ellas y se comen entre sí….

 

Esa… descripción… – Murmuró Sasuke, dudoso– Parece concordar con el primero que nos persiguió, ¿No es así? –Volteó a ver a Naruto, éste asintió, concordando. Volvió a dirigir su vista a Itachi que, pareció pasmarse con la declaración– Cuando esa cosa oscureció el cielo… uno de ellos nos acechó primero, salió de la nada, de pronto solo estaba ahí… si no hubiera sido porque Naruto ya lo había visto, si no hubiera reaccionado… seguramente ahora… – Se silenció un segundo, pero después vio a los ojos de su hermano– Seguramente ahora estaríamos muertos…

 

No puedo creerlo… dios, Sasuke… es un milagro que hayan podido escapar de uno de ellos… son unos malditos, unos malditos de verdad…. esos hijos de puta te persiguen con todo su ser hasta que no te dan fin – Volteó hacia Naruto, con los ojos sorprendidos, asombrados– ¿Cómo lo hicieron? ¿Cómo escaparon de él?

 

Bueno, en realidad… yo no sé… todo pasó muy rápido… – Murmuró Sasuke, todavía confundido por lo sucedido en ese momento. Volteó a ver a Naruto también, en busca de una explicación. Este se incomodó al tener ambas miradas sobre él.

 

Había otro… – Dijo Naruto, seriándose– Otro de esos que dices, pero no eran tan parecidos… aunque tenían la misma complexión… ese también nos perseguía pero, iba por otro rumbo, estaba del lado izquierdo de los árboles… – Movió la mano, simulando un muro, explicando la ubicación de la otra bestia– Lo vi antes de que saliera, podía escuchar como corría… además de la sombra que hacia aunque estuviera oculto… nosotros estábamos corriendo del otro cuando de la nada brincó de los árboles, como si su intención hubiese sido sorprendernos, yo tiré al suelo a Sasuke y por los pelos no cayó encima de nosotros, se fue directo a chocar contra el otro, cuando se pusieron a pelear entre ellos, fue cuando escapamos…

 

Itachi meneó la cabeza ligeramente, tratando de despejarse. No daba crédito a lo que oía, era a los primeros que escuchaba ser atacado por uno de aquellos monstruos en específico y salir con vida, él mismo había presenciado la muerte de varios hombres en garras de aquellos infernales animales.  

 

¿Qué mas hay de este sitio que tengas que decirnos, Itachi? – Dijo Sasuke, sacándolo de su momentáneo estado de aturdimiento.

 

De las bestias, nada. Esas son las que conocemos, con las que interactuamos a diario, quizás haiga mas, pero como les mencioné, no hemos podido avanzar demasiado, la fortaleza es el único lugar seguro que tenemos, así que no podemos alejarnos de ella ni de su perímetro… – Ambos jóvenes prestaron atención a lo último, el mayor asintió ante su gesto de duda– Hay otro fenómeno extraño… ellos no cruzan un radio de 200 metros que rodea a la fortaleza… ignoramos el porqué, hemos especulado acerca de las plantas, el olor de la tierra, entre otras cosas, pero no hay respuesta, solo hay algo que los repele… quizás sea el motivo por el cual decidieron levantar semejante estructura aquí… – Descruzó los brazos, adoptando una pose más relajada, llevándose las manos a los bolsillos. Aquel gesto le hacía parecerse mucho a Sasuke– Pusimos rocas grandes, para señalar dicho perímetro… y ese mismo contorno es el porqué la entrada de la muralla no tiene portón… aun así, les sugiero que no se arriesguen a irse por algún camino por donde no logren ver alguna piedra y salgan de la zona aislada, es mejor si se mantienen cerca… – Se levantó de su lugar, queriendo dar por finalizada la explicación– En este mundo han caído tantas personas que se ha logrado obtener muchas cosas, algunas de ellas con pertenencias, como herramientas… algunos sin embargo jamás los conocimos porque simplemente no sobrevivieron pero, hemos hallado maletas y otros artículos por ahí…

 

– ¿Han encontrado?, espera… nosotros caímos en el lago y antes de eso… se cayó el coche, Itachi…  ¿No significa que está en el lago también, al igual que todas nuestras cosas? – Itachi negó con la cabeza ante la pregunta de su hermano menor.

 

Sasuke, no espero que comprendas la suerte que hasta ahora han tenido Naruto y tú… el  hecho de caer sobre agua ayudó a que sobrevivieras a la caída, pero no todos han contado con esa fortuna, hay quienes han caído en el bosque y muerto por el impacto… Deidara, Nagato y yo  caímos sobre el rio que hay cerca… pero Konnan… – Bajó la vista, guardando un segundo de silencio– Konnan sobrevivió de milagro a la caída por algunas ramas de árboles, pero estaba demasiado herida para huir… así que… – La frase inconclusa hizo que Sasuke y Naruto sintieran pena, sabían que era lo que Itachi no quería decir. Ella había sido destrozada por alguna de esas bestias– A lo que me refiero – Dijo para dejar la tensión atrás y terminar– Semillas, paneles solares, ropa, equipo de acampar, incluso algún coche… no se sorprendan si encuentran algo de eso por el bosque, así como algún resto… de algo que alguna vez debió de ser humano… tratamos de recuperar todo lo que podamos, así que no duden en llevarse algo de eso con ustedes, aquí es más que necesitado… – Abrió la puerta de su cubículo, haciéndoles un ligero movimiento de cabeza– Vamos… les mostraré donde se quedaran a partir de ahora… – Con ello concluyó su explicación, para otra ocasión.

 

 

 

Naruto volvió a suspirar. A pesar de que Itachi haya tratado de advertirles innumerables cosas, aun tenía algunas dudas. La noche anterior, la primera noche que habían tenido ahí, tanto él como Sasuke habían dormido poco. Se habían quedado en silencio, recostados el uno junto al otro, sin siquiera dirigirse la mirada, tratando cada uno de asimilar por su cuenta, todas y cada una de las emociones y situaciones que habían tenido en un solo día.

 

– “Atrapados en el infierno”… – Murmuró, ausente. Las palabras de Itachi parecían ser más reales en ese preciso momento.

 

Un crujido de madera lo sacó de sus meditaciones, giró el rostro para ver a Sasuke entrar a su habitación.

 

– Supuse que ya estarías despierto… – Dijo, para después dar la media vuelta en su lugar, dispuesto a irse de nuevo, no sin antes decirle algo, vio a Naruto de reojo– Itachi quiere hablar con nosotros, vamos…

 

– Deja sólo me pongo mis tenis… – Murmuró. Sasuke asintió, recargándose en la puerta para esperarlo, inspeccionando distraídamente los suelos de los pasillos– Listo-ttebayo…

 

Se puso de pie, viendo a Sasuke más serio que de costumbre, aunque, no le extrañó en lo absoluto. Caminaron por el pasillo, cerniéndose sobre ellos como una pulida cueva. Naruto no dejaba de admirar el impresionante detalle con el que había sido construido el castillo. Los cubículos, las bases de piedra de las camas, los pasillos, las ventanas, los tragaluces, incluso los afilados peldaños de las escaleras.

 

Naruto había creído que, las cuatro plantas de la fortaleza eran monumentales, sin embargo, ahora encontraba otro detalle más que admirar. Llegando al final de una serie de pasillos entre cruzados entre sí, descubrió una serie de escaleras que se dirigían a niveles inferiores. Volteó a ver a Sasuke, con mirada interrogante.

 

– Las bóvedas – Explicó, serio– Itachi acaba de mostrármelas esta mañana… es aun mas grande por debajo de los suelos…

 

– ¿Cuánto tiempo tiene este sitio-ttebayo? – Cuestionó al aire, impresionado– Semejante construcción…

 

– Más de lo que Itachi sabe, te lo aseguró… – Ambos comenzaron a descender con cuidado, debido a la escases de luz al principio del tramo–  Nadie puede levantar algo así al menos que haya tenido mucho, mucho tiempo…. 

 

Naruto asintió, haciéndolo de una manera pesimista, tal y como lo había hecho Sasuke al decir aquella frase. El golpe de la realidad no dejaba de aturdirlos. Ellos definitivamente permanecerían en el sitio lo que restaba de su existencia.

 

Dieron una especie de giro al descenso, dándoles la sensación de estar en una especie de escaleras en forma de caracol. Visualizando entonces, el primer fulgor de la antorcha estacada en la pared. Naruto mantenía la mano en la superficie, acariciando. Sintiendo distraídamente los relieves imperfectos, escuchando el ‘Tap, tap’ de sus pisadas.

 

– Aquí es… – Murmuró Sasuke.

 

Naruto quiso hacer algún sonido que denotara la sorpresa. Las bóvedas eran tal y como se había imaginado que serian. Pasadizos amplios y silenciosos, levantando el techo por numerosas columnas cilindras, disímiles.  Dejó de apreciar la arquitectura en cuanto Sasuke volvió a estar en su rango de visión, dándole la espalda, continuando su avance.

 

La primera impresión que le dieron las bóvedas a Naruto, fueron la de un espacio majestuoso pero vacio, sin embargo, solo unas columnas a la derecha, se vio equivocado. El primer vistazo solo había sido una bienvenida, las demás secciones estaba repletas de altos estantes, filas y filas de ellos. Dejando sobre salir una infinidad de hojas sobre los relieves, atrapadas en dos coberturas de cuero y cocidas a mano; Libros. Libros que parecían antiguos, que despedían olor a vejez, coloreando el cuero como gris y las hojas como amarillas. Era la biblioteca mas rustica y antigua que haya visto jamás, así como la más grande.

 

Naruto estaba a pocos pasos de salir corriendo hacia aquellos anaqueles y abrir con curiosidad cada portada que se le presentara. Estaba repentinamente ansioso por saber qué clase de libros guardaría ese mundo. La mano de Sasuke se cerró sobre su muñeca, llamando su atención. Volteó hacia él, Sasuke tenía en sus labios una ligera sonrisa, la primera desde que habían caído en ese lugar.

 

– Mas tarde, Naruto… – Aconsejó, aun sonriendo. Naruto asintió de mala gana– No eres el único que quiere ir a ver, pero Itachi nos necesita.

 

– Apuesto que cuando te vino a mostrar este sitio, te detuvo de la misma forma que tú a mí-ttebayo… – Comentó, risueño. Sasuke dejó escapar una ligera risa, llevándose las manos a los bolsillos. Cuando Naruto lo vio asentir, sonrió– Lo sabía. 

 

– Puedo escucharlos desde aquí, chicos… – Ambos jóvenes siguieron el sonido de la voz de Itachi– Siguen siendo unos ruidosos sin remedio.

 

Tras uno de los tantos libreros, Itachi se encontraba al pie de una mesa, en ella tenía varios de aquellos libros con portada de piel. Ambos jóvenes se acercaron a él. Itachi levantó la vista de su lectura y les sonrió a los jóvenes.

 

– ¿Cómo dormiste, Naruto? – Cuestionó en tono amable. El rubio encogió los hombros.

 

– Bien, supongo…

 

– Bien, el Dobe ya esta aquí… ¿Qué querías decirnos, Itachi? – Gruñó Sasuke, cruzándose de brazos. No quería escuchar una conversación irrealista. “¿Cómo habían dormido?”, Se preguntaba si era alguna clase de broma de mal gusto, en su lugar hubiese preguntado: “¿Cómo sobrellevan la realidad, ahora que saben que estarán estancados igual que mierda en un mundo que puede matarlos en un abrir y cerrar de ojos?”. Sasuke hubiera contestado con gusto esa clase de pregunta.

 

Itachi suspiró, asintiendo. Levantó una mano, invitándoles a sentarse en las sillas. Los tres tomaron asiento, Itachi cruzó sus manos y descansó el mentón en ellas, viendo seriamente a su hermano menor y su amigo.

 

– Voy a ser claro, así que escuchen. – Sasuke y Naruto asintieron– En vista que están aquí, tendrán que comenzar a adaptarse a los deberes de este lugar, mas aun cuando ambos son varones.

 

Los jóvenes fruncieron el ceño, confundidos. Itachi entrecerró los ojos, tratando de ser preciso.

 

– No pueden darse el lujo de no hacer nada, aquí se requiere mucha ayuda. Deberán aprender a cazar, a bordar y cultivar, al igual que todos – Su tono autoritario no dejaba espacio a reclamos– A partir de hoy, se les comenzara a instruir en lo que haga falta, todas las personas que habitan en la fortaleza forman parte de una comunidad unida, todo lo que elaboramos, cazamos y encontramos, está destinado a compartirse… sé que será difícil adaptarse al principio, sobre todo por venir del mundo de donde vinimos. –Volteó a ver a Sasuke– Sé que nuestro instinto era el de no confiar en nadie pero, deben entender que en este sitio no hay opción, todos necesitamos ayuda, sobre todo si les toca salir afuera. Por favor, sean amables… entre más personas estén dispuestas a cuidarles la espalda, estarán más seguros.

 

– ¿Qué tenemos que hacer a partir de ahora? – Suspiró Sasuke, resignado ante la verdad de las palabras de su hermano mayor.

 

– Por ahora, les daré un recorrido breve. Ustedes vean las tareas que se realizan y como se realizan, después los encomendaré a alguien que pueda supervisarlos.

 

– ¿Tengo que hacer de todo, no puedo dedicarme solo a una cosa-ttebayo? – Murmuró en voz baja y avergonzada– No se me da bien el tejer…

 

– Es cierto, recuerdo cuando quisiste coser el botón de tu camisa de la escuela… – Dijo Sasuke, sonriendo de medio lado. Viendo con diversión a su amigo– Terminaste con todos los dedos pinchados, no sé cómo…

 

– ¡Cállate! – Se sobresaltó. Sus mejillas se arrebolaron– Eso fue porque no quisiste ayudarme-ttebayo, dijiste; “Bordar es cosa de mujeres” –Arremedó. Para después apuntar a Sasuke con un dedo acusador– Por tu culpa no solo terminé con banditas en todos los dedos, sino que ni siquiera pude coser el botón de mi camisa, tuve que comprar otra, todo porque era uno de los botones de en medio y se abría demasiado.

 

– ¿Qué culpa tengo yo de que hayas estado subiéndote a los arboles de la escuela como un maniaco? – Reclamó– Todo por un estúpido balón atorado.

 

– ¡Ese “estúpido balón atorado” fue el que pateaste fuera del área de juego en medio de nuestro partido! – Entrecerró los ojos– ¡Debería de cobrarte mi balón y la camisa también, bastardo!

 

– ¡Oh, claro! ¡Si quieres te pago justo ahora! ¿Aceptas tarjeta? – Dijo con sarcasmo y saña.

 

– Dios, Sasuke, Naruto… ya tienen dieciocho años – Suspiró, cansado– ¿De verdad creen que éste sea el momento para ponerse a discutir tonterías?

 

Ambos soltaron un suspiró, tranquilizándose. Era verdad, no era el momento para pelear por un suceso que había ocurrido hacía años y medio. No ahora que tenían cosas más importantes de las cuales preocuparse. Itachi al observar que habían terminado de guardar la compostura, se puso de pie, con la intención de iniciar el recorrido.

 

– Será que mejor que comencemos, ahora que es temprano varios ya deben de estar trabajando, así verán lo que hacen.

 

Itachi comenzó a caminar en la dirección contrario de donde habían entrado. Sasuke y Naruto estaban por seguirlo, cuando una duda regresó a la cabeza del rubio.

 

– Espera, Itachi – Llamó, consiguiendo la atención del mayor Uchiha– Quería preguntarte que eran todos estos libros-ttebayo.

 

– Ahora que lo mencionas… –Murmuró Sasuke, viendo en dirección a los estantes. Curioso de la misma forma. Itachi vio hacia las repisas, en sus ojos se contemplaba un sentimiento de nostalgia.

 

– Son diarios… – Los menores formaron un gesto interrogativo– Cada persona en la fortaleza tiene un diario, en la portada se le grava un dibujo de su rostro que, se renueva según pasan los años. Cada diario es la historia de la vida de alguien, sus pensamientos, sus sentimientos, todos los secretos que guardaba… – Volvió la vista a su hermano menor y su amigo– Cuando mueren pasan a ser propiedad de la biblioteca, para que todos puedan leerlo. Continuemos.

 

Dicho esto, siguió su camino. Naruto siguió a Itachi, asombrado de saber que en aquellas páginas, venían escritos sucesos que habían pasado por ese castillo, se prometió a sí mismo, volver a bajar a las bóvedas.

 

Sasuke se quedó un minuto en su sitio, viendo cada anaquel. Sus ojos permanecían abiertos en un gesto de horror, recorriendo la pasmosa cantidad de aquellos volúmenes. Tantas vidas, ese lugar había acabado con más personas de las que él jamás pudo haberse imaginado. Había libros en los que las pastas viejas de cuero marrón parecían no poder contener el gran número de páginas que guardaban, pero otros eran apenas notorios. Textos cortos de algún ser desdichado que no debió sobrevivir mas de algunos meses. Pilas enteras, apretujadas unas con otras por la falta de espacio, a la cual se añadiría un librero más, con el tiempo. Quizás muy poco tiempo, solo hasta cuando vuelvan a salir afuera y una bestia mate a alguien. Y ahora Naruto y él serian parte de esa realidad. 

 

– ¿Cómo es que puedo salir de aquí…? – Susurró, apretando los dientes. No se dejaría abrazar por el pánico y la angustia. Aun no.

 

 

 

 

 

– Lo que conocieron ayer era, prácticamente, “El patio trasero” – Sonrió Itachi– Este es el frente…

 

Naruto corrió hasta la ventana más próxima para ver hacia afuera, dejó escapar un silbido complaciente.

 

– Como habíamos entrado por la abertura, creí que ese era el frente-ttebayo… – Sonrió– Pero ahora que estoy aquí, concuerdo en que tiene apariencia de patio trasero…

 

Sasuke se recargó en el marco de la ventana, echando un vistazo. El frente de la fortaleza no era más que un espacio solitario de treinta metros, para después, ser custodiado por la misma muralla de roca. En esta ocasión los altos bordes parecían afilados, como los de cualquier barrera que se digne de proteger un fuerte, una escalera de lado izquierdo llevaba a un pequeño cubículo. Un balcón que prometía espacio a dos personas para realizar una guardia.

 

Sasuke examinó con sus ojos la frontera ante él, sin ninguna clase de novedad. Había una amplia vereda, un camino despejado de arboles, pero sin llegar muy lejos. El espacio había sido talado con el propósito de darle a los vigilantes la facilidad de reconocer, a larga distancia, cualquier cosa que merodeara.

 

– Un día les tocará realizar un turno de noche. – Advirtió Itachi, llamando su atención.

 

– ¿Por qué necesitan vigilancia? –Sasuke entrecerró los ojos, suspicaz– ¿No se suponía que aquellos monstruos no podían llegar aquí?

 

– No pueden. – Aseguró, sonriéndole a su hermano menor– Es solo preventivo, en realidad esta clase de guardias son aburridas, te mantienes despierto toda la noche, aunque la verdad, algunos se quedan dormidos durante su turno… – Amplió su sonrisa, dándole un aire de burla– Yo lo hacía.

 

– Lo haces sonar como si esto fuese más bien un castigo, Itachi… – Naruto soltó una risita. El mayor le correspondió.

 

– Algo así.

 

– ¿Que mas vas a mostrarnos? –Preguntó Sasuke, impaciente. Itachi y Naruto hicieron una pequeña mueca.

 

– Supongo que es un buen momento para mostrarles las prácticas de arquería.

 

– ¡Eso suena mejor-ttebayo! ¡Vamos!

 

Rió Naruto, mientras se llevaba las manos detrás de la cabeza, siguiendo a Itachi de nuevo hacia la parte trasera del castillo. Sasuke metió las manos en los bolsillos.

 

– No me vayas a decir que quieres aprender arquería, Dobe. – Levantó una ceja, dudoso. Naruto le dirigió una mirada ceñuda.

 

– ¿Y si así fuera? –Retó– ¿Cuál sería tú problema?

 

– Ninguno en lo absoluto –Se encogió de hombros– Simplemente quiero estar advertido, para cuando tomes un arco y una flecha en posición. Tenga tiempo de ocultarme tras una pared segura –Sonrió de medio lado.

 

– ¿Qué estas queriendo decir? –Cuestionó en tono irritable– ¿Insinúas que tengo pésima puntería?

 

– Naruto, tengo algo que confesarte… –Sasuke se serió– Cuando te decía que no había lugar para ti en el equipo de baloncesto… era mentira. – Naruto arrugó la frente, sin entender. Sasuke volvió a sonreír– Es porque no tienes habilidad alguna para poder dirigir correctamente un objeto hacia el blanco establecido –Naruto ladeó la cabeza. En ese momento Sasuke dejó escapar un gorgoreo risueño, burlándose del lento entendimiento de su mejor amigo– ¡Maldición, Usuratonkachi! ¡Tienes la peor puntería que haya visto jamás! ¡No logras meter ni un papel en un cesto que está a un metro de ti!

 

– ¡Retráctate de eso, Uchiha! – Gritó el rubio. Lanzándose hacia Sasuke, comenzando a tirarse unos cuantos manotazos juguetones– ¡Te demostraré que puedo aprender a tirar con un arco!

 

– ¡No podrías disparar un arco manual, ni aunque te tomara toda la vida entrenando!

 

– ¡Te haré tragarte esas palabras! – Continuó el ataque de guantadas– ¡Si solo tuvieras algo con que apostar, me daría gusto ganarlo!

 

– ¡Sigue soñando! ¡Estoy muy por encima de un Dobe! –Contestó, correspondiendo los ligeros golpes. 

 

Itachi suspiró, aunque guardando una sonrisa. Hacía tres años que no los veía, extrañaba con todo su corazón el verlos pelear de esa manera. Volver a ver a su hermano menor, le había hecho muy feliz, aun así, el simple hecho de saber que lo tenía a su lado en medio de un sitio como ese, borraba cualquier deseo egoísta. Sacrificaría el saber de su hermano, sacrificaría el volver a verlo en lo que le quedaba de vida, si con ello evitaba toda la carencia y sufrimiento que tendría a partir de ahora.

 

Escuchó a Sasuke reír desde el fondo de su estomago. Levantó la vista a tiempo para verlo jugar con Naruto, su amigo de la infancia, su mejor amigo. Sasuke atrapaba la cabeza de Naruto entre sus brazos, obligándolo a inclinarse con la vista al suelo, mientras que el Uzumaki soltaba unos cuantos golpecitos a la costilla de Sasuke, ambos riendo.

 

Itachi al verlos de esa manera, pensó por un segundo que, Sasuke estaría bien. Siempre y cuando Naruto estuviera con Sasuke y lo acompañara, lo haría olvidarse de la cruda realidad, aun cuando solo sean pocos minutos. Conseguir arrebatarle una sonrisa a su hermano, siempre había sido el trabajo de Naruto, era por ello que Itachi le había tomado un gran aprecio, que después se convirtió en un afecto fraternal. Itachi lo quería como si fuera su segundo hermano pequeño.

 

 

 

 

 

– Adelanta la mira… sostenlo firmemente… no te muevas… respira con suavidad… ahora… ¡Suéltalo!

 

La flecha salió disparada, dejando atrás un zumbido. Se fue primero en línea recta, pero rápidamente tomó un ángulo inclinado, estrellándose contra el muro de roca, rompiendo la puntilla afilada y finalmente caer al suelo. Naruto dio un suspiro pesimista al ver que su decimo intento, era también fallido.

 

– Quizás esto sea más difícil de lo que pensé – Murmuró, decaído. Sasuke negó con la cabeza.

 

– Así es al principio, Naruto. La arquería es una disciplina, se mejora con la práctica. – Explicó, dirigiéndole una mirada disimulada  a su amigo, mostrándole las practicas de los demás.

 

El área final de la fortaleza, pasando por las secciones de cultivos, estaba destinada a la práctica de arquería. Colgando a una altura de un metro con sesenta, algunos círculos de madera, mal pintados con los colores clásicos que definen un blanco de puntaje. Algunos ya demasiado perforados como para tomar en cuenta.

 

A esas horas de la mañana, algunos de los hombres que residían en el lugar, se encontraban con su estuche de flechas en la espalda y su arco manual en la mano, practicando. Naruto se había sorprendido de ver no solo su puntería acertada, sino la velocidad con la que movían sus manos para tomar una nueva flecha y colocarla en la cuerdilla, lanzándola tan rápidamente que, daba la impresión que tiraban al azar. Sin embargo, siempre daban en el círculo del centro.

 

– ¿Cómo pueden hacerlo tan rápido-ttebayo? – Admiró. Sobre todo al ver a uno de los jóvenes tirar varias flechas seguidas– Es impresionante.

 

Sasuke asintió con la cabeza, para después oscurecer su mirada. Se cruzó de brazos.

 

– La velocidad debe ser muy importante – Naruto volteó a verlo– Estando afuera, alerta todo el tiempo y a la expectativa de algo… ser solamente certero no es suficiente… sobre todo si aquello a lo que apuntas viene corriendo hacia ti.

 

Naruto recordó en ese momento, el salto de la bestia que los había perseguido hasta llegar a la fortaleza. La velocidad con la que corría tras ellos, la presencia silenciosa con la cual los había acechado, logrando acercarse a ellos hasta el punto de poder escuchar los jadeos ansiosos, acariciándole los oídos.

 

– Nosotros… tenemos que alcanzarlos, ¿Verdad? – Giró sus ojos azules hacia el rostro de Sasuke. Viéndolo seriamente, mostrándole que entendía la situación– Porque si salimos a fuera, esto… –Apretó el arco en su mano– Será con todo lo que contaremos…

 

– Trata de dar tu mejor esfuerzo… – Dijo. Naruto asintió, viendo la preocupación titilando en los ojos del Uchiha– Si nos toca estar separados… no sé si ellos te defenderán de la misma manera que yo.

 

– Lo sé… – Frunció el ceño– Por eso quiero aprender, Teme… no quiero que estés todo el tiempo detrás de mi-ttebayo…

 

Sasuke sonrió. Su amigo era una persona luchadora, que difícilmente se rendía, y prefería morir en el intento de algo antes de ser una carga para los demás.

 

– Bien. –Apremió, Sasuke. Sonriendo altivo– Porque yo tampoco quiero estar detrás de ti todo el tiempo, ni tener que morderme las uñas cada que tengas que salir sin mí, pensando en que tengan que traerte de regreso dentro de una caja de fósforos…

 

– ¡Como si te diera la oportunidad de ver eso! – Bufó– Ya verás que en cuanto aprenda descubriré que soy todo un genio en esto…

 

– Bueno pero mientras el genio aprende… – Sonreía, Sasuke. Girándolo por los hombros para que viera de nuevo hacia el blanco– Cierra la boca y escucha al experto.

 

– Bastardo arrogante. – Gruñó.

 

– Inútil cabeza hueca.

 

– Egocéntrico amargado. – Volvió a reclamar. Sasuke frunció el ceño.

 

– Neófito. – Contestó, sonriendo. Naruto respingó en su lugar, dándose la vuelta rápidamente, encarando al Uchiha.

 

– ¿Cómo me dijiste, Teme? – Casi gritó. Enfadado.

 

– Te dije neófito, porque eso es lo que eres… –Sonrió con sorna. Divirtiéndose con la reacción de su amigo– Un torpe neófito de la arquería.

 

– ¡Ahora sí! – Gritó, tirando las armas al suelo, enfrentando nuevamente a Sasuke– ¡Te enseñare una lección, maldito! ¡No te perdonaré que me dijeras eso-ttebayo! – Levantó los puños al aire, meneándose en su lugar tal cual lo hacían los boxeadores. Sasuke estalló en una breve risa.

 

– ¡Estúpido, ni siquiera sabes que es lo que significa lo que te dije!

 

– ¡Me da igual, no me gusta cómo suena! –Lo apuntó acusadoramente con el dedo índice.

 

– ¡Te dije novato! – Naruto levantó las cejas– Neófito significa novato, principiante ó que se yo… sabía que te lo tomarías así, por eso te lo dije… – Reía– Es tan típico de ti pensar que las palabras que no entiendes son insultos.

 

Las mejillas del rubio se sonrojaron de vergüenza y enojo, mientras veía a Sasuke reír a costa suya. Se cruzó de brazos y le dio la espalda, juntando los labios.

 

– ¡No te burles de mi! – Rezongó.

 

– ¡No puedo evitarlo, me lo haces tan sencillo, Usuratonkachi! – Decía, mientras se llevaba un dedo al ojo. Una lágrima se le había escapado después de esa faceta de risa.

 

– ¿Me vas a enseñar arquería, si ó no? – Lo fulminó con la mirada. Sasuke terminó de reírse, suspirando de forma satisfecha.

 

– Lo haré. –Estiró la mano hacia él– Dame el arco, te mostraré como se hace.

 

Naruto hizo una mueca, pero le paso el arco de madera y el estuche de flechas. Haciéndose a un lado para ver la demostración de su amigo.

 

– Observa bien –Dijo– El punto final de la madera, entre las cerdas… asegúrate que se recargue en la cuerda justo en ese sitio – Jaló las cerdas hacia tras, obligando a la tensa cuerdilla estirarse– La muñeca al nivel del hombro, el codo ligeramente hacia afuera…  el mango firme, no trates de apuntar basándote en la punta de la flecha, sino hacia a un lado de ella… – Afiló la mirada, concentrado– Procura respirar suavemente por la nariz, no te muevas demasiado para que no dirijas la flecha a otro lugar, el viento también es importante, al principio tendrás que medirlo, si sopla de costado, tú ladea la flecha un poco más en dirección contraria, porque es probable que cuando la sueltes el viento la arrastre… será difícil al principio, pero después lo harás por inercia – Naruto estaba atento– El momento antes de soltar es el más importante, no parpadees, no mires con un solo ojo, tienen que ser los dos… contén el aliento y… sueltas.

 

La flecha se disparó en una perfecta línea recta, llegando ágilmente hasta el centro del círculo. Sasuke soltó el aliento hasta que la punta llego al blanco. Volteó a ver a Naruto que, mantenía los labios juntos, quizás enfurruñándose por su habilidad. Sin querer, las comisuras de sus labios se levantaron ligeramente, Sasuke estaba más que complacido de sí mismo en ese instante. 

 

– Ahora tú – Avisó, entregándole el arco– Colócate en posición y yo te guiare, te aseguro que esta vez no fallas.

 

– Mas te vale – Le arrebató el arco. – Porque si vuelvo a fallar no te pagaré las clases-ttebayo.

 

– ¿Pensabas pagarme? – Ironizó, levantando una ceja. Naruto soltó una risita traviesa.

 

– Ok, tal vez no. – Sonrió ampliamente.

 

Sasuke rodó los ojos. Esperó que Naruto acomodara la flecha justo como le había indicado, vio como levantaba el arco y estiraba la cuerdilla. Se ubicó detrás de su amigo, colocando una mano en la que sostenía el mango y la otra debajo del codo.

 

– No, no juntes los dedos – Metió sus dedos entre los de Naruto, separándolos– De esta forma. Así podrás sostenerlo con más firmeza – Pegó su pecho a la espalda de su amigo– El codo al nivel del hombro – Explicó, acomodándolo en el ángulo correcto– Mira bien el blanco… como te dije, guíate a unos centímetros lejos de la punta de la flecha. 

 

– Eso es lo que no entiendo… –Murmuró Naruto– No sé a lo que te refieres con; “Lejos de la punta” 

 

Sasuke suspiró, cansino. Bajó su rostro, pegando su mejilla con la de Naruto, con el fin de obtener su mismo punto de vista.

 

– No pienses que en donde la punta señala es el blanco, recuerda que cuando sueltes la flecha, inevitablemente se moverá un poco, así que tú trata de apuntar a dos centímetros a la derecha ó a la izquierda de la punta, ¿Entiendes? – Naruto dejó escapar un monosilábico entusiasta, comprendiendo– Por ejemplo aquí… – Se apretó a la figura de Naruto, sin dejar sus posiciones anteriores– Veo que estas apuntando mal, muévelo un poco hacia la izquierda, solo un poco…

 

Naruto se acomodó, asintiendo.

 

– Ahí está bien, ahora… con cuidado… suéltala.

 

Naruto abrió los dedos y la flecha se incrustó muy cerca del blanco central.

 

– ¡Genial! – Sonrió. Giró su cabeza hacia Sasuke, rozando sus narices– Gracias, Teme – Rió, apretando juguetonamente la punta de su nariz con la de Sasuke. El pelinegro lo imitó, sonriendo.

 

– ¿Practican arquería ó coquetean?

 

Ambos jóvenes dejaron de sonreír al oír aquella voz. Separándose de sus posiciones, giraron a ver al dueño de aquel amargo comentario. Nagato, fruncía el ceño, casi despreciativamente. Detrás de él había un grupo pequeño de jóvenes. Todos portaban arcos, parecía que saldrían afuera.

 

– Parece que no comprenden la situación en la que se encuentran – Dejó salir de entre sus dientes– ¿Creen que están en un parque de diversiones ó en algún zoológico? – Sasuke frunció el ceño, avanzando retadoramente un paso.

 

– No se nos ha olvidado ni por un segundo el lugar en donde nos encontramos, Nagato – Afiló los ojos– Tratamos de aprender arquería también.

 

– Si, lo vi claramente – Soltó, sarcástico– ¿Y qué piensan? ¿Creen que en medio de sus arrumacos hayan aprendido lo suficiente?, de ser así… me gustaría verlo.

 

– ¿Cuál es tu problema, amigo? – Reclamó Naruto, él no estaba familiarizado con los amigos de Itachi. Especialmente con Nagato, a quien solo había visto a la distancia, nunca le había dado una buena impresión.

 

– Mi problema es que no soporto ver a dos mocosos perdiendo el tiempo – Decía, fulminando a Naruto con la mirada– Ustedes no sobrevivirían ni cinco minutos allá afuera.

 

– ¿Es una apuesta-ttebayo? – Retó el rubio. Al tiempo que levantaba la barbilla, sonriéndole de manera agresiva.

 

– Naruto… cállate. – Llamó Sasuke, tratando de controlarlo. Apenas y lograba tirar una flecha de forma correcta y su mejor amigo ya se sentía al nivel de Nagato.

 

– No, déjalo hablar. – Nagato sonrió de medio lado– ¿Qué tal si vienes conmigo, enano?... demuéstranos que tienes.

 

– ¡Si así lo quieres-ttebayo! – Avanzó un paso, dispuesto a aceptar el reto. Pero Sasuke lo detuvo, poniéndole una mano en el pecho.

 

– ¡No hagas estupideces, Dobe! ¡Apenas y puedes apuntar con esa cosa! – Regañó. Dirigió su vista de Naruto a Nagato, molesto– ¡Y tú, deja de provocarlo! ¿Acaso quieres que salga y se mate?, porque lo que le propones es suicidio y lo sabes.

 

– ¿Tal vez deberías de venir tú en su lugar? – Sonrió con una mezcla de malicia y odio– Me gustaría mucho ver lo que el hermano de Itachi tiene que mostrar… quiero ver qué cara pondría ese idiota si algo te pasara.

 

– Tus problemas con Itachi no son asunto mío – Se serió– Ni tampoco los tormentos que tengas en tu cabeza, así que no intentes desquitarte conmigo ó con mi hermano solo porque tu no pudiste defender a quien te importaba.

 

– ¡Maldito! – Rugió Nagato, abalanzándose hacia Sasuke, quien había tocado una fibra sensible con aquellas palabras. Naruto apartó el brazo de Sasuke y se adelantó. Chocó sus manos contra el pecho de Nagato, empujándolo. El pelinaranja trastabilló hacia atrás por el inesperado impulso. Los hombres que hasta el momento se habían quedado inmóviles ante la discusión, sostuvieron los brazos de Nagato, evitando que cayera al suelo.

 

– ¡No te metas con Sasuke-ttebayo! – Le gritó. Sasuke, que había abierto las piernas preparado para la pelea, tenía las cejas un tanto levantadas, sorprendido del movimiento de Naruto y de sus palabras– ¡Iré contigo afuera!

 

– ¡No, no lo harás! – Ordenó Sasuke, molesto. Tomó un brazo de Naruto, obligándolo a dar un paso atrás. No lo dejaría ir.

 

– ¡Cállate, Teme! ¡No te estoy pidiendo permiso! – Se zafó del agarre con un manotazo.

 

– ¿Perdiste la cabeza? ¿Qué piensas que puedes hacer allá afuera? – Estaba furioso– ¡No te dejes llevar solo porque este tipo te está molestando! ¡Ni siquiera sabes lo que te espera!

 

Nagato apartó las manos que sus compañeros tenían encima de él.

 

– De acuerdo, irás conmigo. – Sasuke volteó a verlo con odio.

 

– ¡Tu, infeliz! ¡No te lo llevaras a ninguna parte!

 

– Ya oíste al enano, no te está pidiendo permiso… y yo tampoco. He dicho que ira conmigo y se acabó.

 

Sasuke maldijo por lo bajo. Naruto y Nagato se retaban mutuamente con la mirada. En esas circunstancias, estaba seguro de que el rubio no desistiría. Su terquedad era uno de sus peores defectos, y de los más grandes dolores de cabeza de Sasuke. Se habían metido en infinidad de líos por ello. Apretó los puños, sintiendo las uñas en sus palmas.

 

– ¡Esta bien, maldita sea! – Estalló, frustrado– ¡Los dos iremos contigo!

 

Nagato sonrió, triunfante. Mientras Naruto solo veía a Sasuke, sintiendo un poco de culpa porque se obligara a sí mismo a acompañarlo, sabiendo que solo se preocupaba por él.

 

– Que así sea, entonces – Nagato señaló la puerta de salida con la barbilla– Tomen un arco, algunas flechas y síganme.

 

Los hombres se miraron entre ellos, preocupados. Algunos no aprecian seguros de la decisión de Nagato, pero como líder de expedición, no se encontraban en posición de opinar nada. Avanzaron hacia la puerta, dejando a los amigos atrás. Sasuke soltó una maldición, mientras se agachaba para recoger un arco para sí mismo. 

 

– Sasuke… – Llamó Naruto, su voz con un deje de inquietud– No tienes que acompañarme… déjamelo a mí, yo puedo hacerlo…

 

– No me hables ahora, Naruto… – Siseó. Naruto se sintió cohibido ante el tono de hiel que Sasuke usaba– No me digas nada que me haga soltarte un golpe…

 

Sin verlo por segunda vez, Sasuke comenzó a caminar con rumbo hacia la abertura que daba el bosque, donde el grupo de hombres los esperaban. Naruto miró hacia el suelo, triste. Apretó el mango de su arco y siguió el mismo camino que Sasuke.

 

 

 

 

 

Itachi se asomó por una de las ventanas. Acribillando el cielo con mirada seria.

 

– Desde ayer que no aparece el manto, Nagato y su grupo van a estar bien, Hum. – Le tranquilizó Deidara. Itachi volteó hacia él. Sentado sobre el borde de la mesa, anotando la cantidad de reservas que habían preparado esa mañana.

 

– Eso es lo que me preocupa… – Dijo, cruzándose de brazos– Cuando crees que será un buen día, el manto aparece de la nada… y el grupo de hoy no es pequeño, son al menos diez.

 

– Nagato sabe lo que hace y los demás también, no son novatos, Itachi.

 

– Sé que pueden defenderse. Confió en Nagato. – Encorvó los ojos– Pero también sé lo que esos monstruos pueden hacer.

 

Deidara respingó en su sitio, golpeado por un recuerdo. Sus ojos acribillaron a Itachi, como si lo culpara de haberlo tenido.

 

– Yo también lo sé, Hum – Dejó a un lado las hojas que tenía en sus manos– ¿Acaso olvidas que estaba contigo cuando pasó lo de Konnan?

 

– Solo no quiero más muertes, Deidara – Volvió a ver hacia la ventana, viendo el bosque. Casi agonizando con sus ojos– Si en mis manos estuviera poder evitar todo ese desastre, sabes que haría lo que fuera… pero no puedo, y me golpea en la cabeza que sé que hoy también puede morir alguien.

 

Deidara se levantó de su sitio. Caminó hacia Itachi, palmeándole el hombro, demostrándole un poco de apoyo.

 

– Se un poco más fuerte, Hum – Le sonrió– Esta gente confía en ti, les demostraste con hechos que eres el indicado para liderar… si el líder no les brinda seguridad, si el propio líder no confía en que sus hombres volverán vivos, ¿Cómo quieres que sigan aguantando días tras día este horror? – Fijó sus ojos en el Uchiha, viéndolo seriamente– Se fuerte por ellos.

 

Itachi asintió. Perdiéndose en la vista del mundo exterior.

 

– No sé que pasará cuando a Sasuke le llegue la hora de salir.

 

– Sabes que no puedes mantenerlo dentro, aunque lo quisieras… es obligatorio que todos salgan de cacería –Frunció el ceño– Tienes que hacer que se prepare bien, solo tiene algunos días para prepararse antes de que alguien lo elija en su cuadrilla de exploración.

 

Itachi cerró los ojos, apretándolos con fuerza. Intimidado ante la idea de enviar a su hermano menor fuera de la seguridad de las paredes del fuerte. Se encargaría de Sasuke y Naruto, hablaría con ellos, les prepararía. Solo él podría advertirlos de la manera más clara lo que tenían que hacer, solo él. Porque era de los pocos que se había enfrentado a las bestias cara a cara y sobrevivido.

 

– Al menos me alivia saber que aun tienen tiempo suficiente para enterarse de lo que les espera – Abrió los ojos, calmado– Porque si salieran así sin más… están condenados.

 

 

 

 

 

Sasuke vio las rocas blancas que Itachi les había contado. El perímetro marcado como seguro, se detuvo al borde de una de ellas, dudando. Naruto pasó a su lado, dándole un golpecito de ánimo, siguiendo al grupo de hombres. Sasuke tomó aire, dando un paso lento, para avanzar otro más, sintiéndose automáticamente desprotegido.

 

Ahora estamos solos… de nosotros depende regresar vivos…

 

Pensó con firmeza, alcanzando a los demás. Todos veían hacia todas las direcciones, el ambiente pronto se volvió tensó y cauteloso, a medida que seguían avanzando, desapareciendo de su vista la fortaleza, se veían mas nerviosos. 

 

– No se separe nadie… –Advirtió Nagato en voz baja. Incluso en él se distinguía la aprensión.

 

Sasuke asintió, al igual que muchos otros, estaba dispuesto incluso a obedecer a Nagato con  tal de estar a salvo. Volteó hacia su costado, viendo el bosque con suspicacia. Para después ver al frente, veía las espaldas de todos, menos la de Naruto. Rápidamente volteó a ver hacia atrás.

 

Sasuke suspiró de alivio al ver que estaba de pie, dándole la espalda, viendo alguna cosa en el bosque, con cuidado se acercó a él, asegurándose que los demás no avanzaran demasiado como para dejarlos atrás.

 

– Naruto, ¿Qué haces? – Lo tomó del hombro– No te quedes atrás, es peligroso… – Naruto tenía los ojos abiertos, fijos hacia un punto del bosque, Sasuke arrugó la frente, preocupado– ¿Naruto?

 

Los labios le temblaron, al igual que las manos, su voz salió como un suspiró. Atemorizado.

 

– Allí… hay algo…

 

Sasuke se tensó. Sintiendo a su pulso comenzar a acelerarse, giró la cabeza lentamente hacia aquel punto, donde los troncos de los arboles creaban un escudo y escondite, las ramas temblaron levemente.

 

Se escuchó un fiero ronroneo.

 

 

 

Continuara…

 

 

Notas finales:

NAH!

Espero que no se hayan decepcionado, y por el contrario, les guste. Prometo recompensarlos en el siguiente y poner lo que en verdad deseaba: acción, suspenso y peligro, con ese toque de terror que este misterioso mundo brinda. 

Gracias por leer y nos vemos en la proxima. 

 

!Dejen reviews!  XD

 

 

 

 

RHYO DARCK.

 

 


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