Capítulo 2.
-Waaa… estoy despedido…- fue lo que pensó con un aura negra sobre él, mientras Eriteo se acercaba al rubio y le daba con el hocico en la cabeza moviéndola un poco. -… lo siento Eriteo, parece que ya no podremos jugar más- le acariciaba el hocico. –dudo mucho que tu dueño me deje quedarme después de todo lo que le dije… baka, baka, baka, BAKA- se golpeaba una y otro vez la cabeza con las manos
A las horas, como era de esperarse Naruto recibió la llamada de Sasuke que le esperaba en el jardín, pero como él ya sabía lo que se avecinaba había acomodado sus cosas y armado sus maletas, y se había ido con ellas a encontrar al “demonio” que le esperaba.
Al llegar con el azabache este se encontraba sentado en uno de los sillones leyendo periódico y la sirvienta que había acompañado al rubio hasta ahí se retiró rápidamente dejándoles solos a ellos dos. Sasuke seguía como si nada leyendo su periódico mientras el rubio se encontraba de pie frente a él esperando cualquier respuesta, regaño, golpe, patada, o lo que sea que pudiese venir del albino. Estuvo un raaaaaato, parado ahí y el azabache todavía no le decía ni miso de lo que quería decirle, ese silencio más los nervios estaban crispando de sobremanera al rubio que cualquier leve movimiento que hacía el azabache le ponía en sobre guardia, y a Sasuke esto parecía no importarle y seguía con lo suyo, hasta que Naruto no aguantó más y explotó.
-¡Ya!, ¡No lo soporto! ¡Si piensas pegarme hazlo de una buena vez! ¡Ya no soporto esta intriga!- gritó y el azabache solo le levantó a ver y muy calmadamente cerró el periódico y lo dobló dejándolo sobre la mesita ratonera frente a él, y todavía como si nada se cruzó de piernas y de brazos y le clavó la mirada cosa que puso más nervioso al rubio que tragó grueso ya que el otro de verdad estaba serio.
-…- fue a abrir la boca pero el rubio habló antes.
-¡Lo sé, lo sé! ¡Lo siento! ¡De verdad lo siento! ¡Lo siento!- prácticamente rogaba arrodillado en el piso y el azabache solo le miraba con su cara de poker sin expresión con esos finos lentes de cristal que le hacían ver sexy. –por favor, se lo suplico, perdóneme, pero por favor, ¡no me despida!-
-…-
-Sé que me lo merezco y que tiene toda la razón en hacerlo, pero se lo pido, es más, se lo imploro, por favor déjeme quedarme- seguía rogando, y el azabache solo había llevado una de sus manos a sus labios posándolas en ellos sin quitarle la mirada al rubio que le estaba implorando por piedad. –¡se lo suplico por favoooorrrr!- en eso el azabache desvió hacia uno de los lados su mirada y luego la regresó al rubio todavía con la mano tapando sus labios.
-Uff- suspiró con fastidio. –tsk- afincó sus manos en el apoya brazos e hizo el ademan a levantarse y el rubio solo retrocedió temiendo por su vida cosa que divirtió mucho al azabache pero supo disimularlo muuuuy bien, para que el otro no viera su risa.
Una vez levantado solo fijó la vista en el rubio que estaba prácticamente temblando del miedo y temiendo por su vida y se quitó los lentes que cargaba sacudiendo un poco la cabeza y los dejó sobre la mesa.
-Hmp- bufó con su sonrisa de superioridad para pasarle de largo al rubio e ir adentrándose en la casa. –Muévete- le ordenó.
-¿Se-señor?- se levantó del piso.
-¡Que te muevas!- le ordenó. –Y trae tus cosas- dijo con total seriedad y molestia comenzando a caminar.
-Hai- dijo cabizbajo tomando su maleta, ya de esta no se salvaba.
Sasuke estuvo caminando por toda la casa, dándole vueltas, doblando en las esquinas regresando una y otra vez por el pasillo haciendo el camino más largo, cosa que Naruto ni se dio de cuenta, ya que estaba tan sumido en sus pensamientos, que ni se dio de cuenta cuando llegaron a la puerta, hasta que ya estuvieron ahí.
-Largo de mi vista- dijo con molestia abriéndole la puerta con rudeza para que “saliera”.
-…- el rubio solo asintió todavía con la cabeza gacha sin fijarse en lo que tenía en frente o si quiera la cara que tenía el azabache, cosa que fue un gran error.
-Y no quiero verte nunca más por “acá”- le ordenó una vez que el chico “salió” de la casa.
-Como desee Sasuke-sama- dio una reverencia una vez del otro lado todavía sin levantarle a ver y Sasuke tratando de no cagarse de la risa tiró de un azote la puerta antes de que él chico notara su pequeña bromita, en especial ya que de verdad no se aguantaba la risa.
En lo que cerró la puerta todavía seguía tratando de caminar con seriedad y respiraba muy hondo para poder calmarse y no soltar la risa, sus pasos eran lentos, pero ni todo su autocontrol funcionó cuando escuchó el tremendo grito que pegó el rubio y la puerta que recientemente se había cerrado bruscamente se abrió de la misma manera.
-Jajaja- iba caminando normal sin dejar de reírse cuando el grito de Naruto se volvió a escuchar y este venía corriendo a toda prisa por el pasillo seguido por una muchedumbre de mujeres encabezadas por Tsunade que pasaron junto a Sasuke, todas vestidas únicamente con una toalla amarrada al busto persiguiendo a Naruto que había entrado sin permiso al baño de las mujeres en el cuarto de servicio.
-¡¡¡TEME ESTA ME LAS PAGARAS!!!- fue su alarido antes de que todas las mujeres le derribaran y le molieran a golpes dejándole tendidito en el piso semiconsciente con miles y miles de pajaritos dándole vueltas en la cabeza.
Sasuke solo había visto el espectáculo desde lo lejos sin dejar de reírse, y se tomó su tiempo en llegar con el rubio que todavía yacía en el piso con marca de golpes y patadas en la cara y en el cuerpo, y solo se le queda mirando con superioridad y con arrogancia.
-¿Y bien?- pregunta con burla, pero ya más serio, solo con esa sonrisa de satisfacción en los labios.
-Teme- fue su quejido aunque casi inaudible ya que el dolor no le dejaba hablar.
-¿Sabes?- se agachó a un costado del rubio. –con esto creo que aprenderás a no decir tonterías y a estar escuchando rumores que no tienen fundamento- decía con una sonrisita.
-E…. eres un sádico…- decía por lo bajo todavía sin poder levantarse.
-Uff… eso lo sé… ya me lo han dicho antes- le dijo sereno para luego levantarse. –con eso creo que aprendiste la lección ¿no? Así que ya muévete.- le dijo de lo más calmadamente posible sin un rastro de enojo en su voz, comenzando a caminar.
- como pudo se sentó y se agarró el brazo. –hai… pero ¿sabes?- decía todavía sentado en el piso. –Si me pensabas despedir no debiste ser tan rudo- decía parándose como podía y el azabache solo se detuvo y le volteó a ver un poco consternado y confundido. –No había necesidad de que hicieras que todas ellas me persiguieran y me guindaran- decía estirándose un poco para tratar de liberar sus músculos.
-…..-
-…..Y bueno… ya me voy, no te sigo molestando, ya que todavía tengo mi orgullo y no le pienso rogar a nadie- decía cogiendo su maleta y comenzando a caminar.
-¿No eras tú el que estaba rogando hace unos minutos?- preguntó con burla.
-Si, pero solo porque de verdad me gusta este trabajo- se detuvo pero sin voltearle a ver. –me gusta trabajar con los caballos, y la verdad me gusta trabajar acá-
-Hmp- sonrió un poco.
-Pero, como no me quieres acá, y razones no te faltan, prefiero irme con la poca dignidad y huesos sin romper, si es que todavía me queda alguno… ay…- se agarraba las costillas y se las sobaba, para seguir caminando.
-Hmp- negó con la cabeza. –oe- le llamó pero este no se detuvo. –Ok, si eso es lo que quieres, hazlo, no te voy a decir nada- y se dio la vuelta y empezó a caminar en sentido contrario. –Pero solo para que lo sepas, yo nunca te despedí- el rubio se paró en seco al escuchar eso. –En todo caso tú eres el que renunciaste, así que no creas que obtendrás tu bono salarial- decía de lo más sereno volteándole a ver, y Naruto tenía los ojos como platos de la sorpresa.
-¿D-de verdad?- preguntó todavía sin creérselo. -¿no estoy despedido?- preguntó con ilusión.
-No, para nada, ////nunca despediría a mi único entretenimiento de esta finca//// solo quería gastarte una pequeña bromita, ya que me parece muuuy divertido joderte la vida- decía con una sonrisa.
-¿¡Pequeña!?- preguntó con sarcasmo y algo de histeria.
-Sí, ¿o a poco piensas llevarle la contraria a tú jefe-sádico?- preguntó con sarcasmo.
-No, para nada- fue su simple respuesta mientras sonreía.
-Oh, bueno, más te vale- dijo comenzando a caminar de nuevo.
-….- solo se le quedó mirando viendo como se alejaba.
-Ah, y otra cosa, prepara a Eriteo y a Altai que iremos a dar un paseo-
-Hai, como ordene- dio una reverencia y se encaminó al establo con una sonrisa en su rostro.
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-¿No te había dicho que a él no?- se escuchó la voz de una mujer.
-Hmp- sonrió. –¿qué quiere que haga- se volteó. –Tsunade-sama?, la verdad es bien interesante- decía con su sonrisa made in Sasuke por todas partes.
-Hmp… te lo advierto- se le acercó y le puso la mano en la mejilla. –un clavo no saca a otro clavo y mucho menos por despecho- le dijo. –además de que tampoco es bueno jugar de esa manera- y empezó a caminar dejando al azabache pensativo, que luego se fue rápidamente al establo.
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-¡Sasuke-sama!- se sorprendió al verlo tras él. –Los caballos todavía no están listos, pero ya voy a terminar.- decía mientras todavía sostenía una mano a través de su abdomen, ya que todavía le dolía de la paliza que le habían dado, la verdad es que nunca volvería a hacer algo que molestara al azabache. –solo me falta ensillar a Altai y— se fue a acercar a coger la silla y un leve dolor le dio al levantarla.
-Hmp- bufó acercándose al chico. –Dame, te ayudo- le quitó la silla de las manos.
-Pe— prefirió no decir nada y solo buscó las riendas para ponérselas al caballo.
Terminaron de alistar a los dos caballos y en eso venía llegando una de las sirvientas con comida que Sasuke había mandado a preparar de antemano y la guardaron en los bolsos de los caballos.
-¿Sasuke-sama?- llamó el rubio y este le volteó a ver mientras terminaba de guardar las cosas en su caballo. –no es que me esté metiendo ni nada por el estilo, pero…-
-¿Si?-
-¿Esa no es acaso mucha comida para una sola persona? ¿O es que acaso piensa quedarse la noche fuera?-
-…-
-Y de todas formas, ¿para qué necesita dos caballos? ¿Es que acaso necesita dos caballos para que carguen con todo su ego?- pregunto esto último de espaldas y por lo bajo mientras revisaba la silla de Altai.
-Te escuche- el estaba revisando la silla de Eriteo y Naruto solo se encogió.
-Oh, bueno- le volteó a ver con una sonrisa zurrona mientras se rascaba la cabeza. –Qué se le va a hacer jejeje-
-Hump dobe… de todas formas no pienso ir solo- se montó en Eriteo.
-¿Ah no?-
-No, tú me vas a acompañar- decía mientras tomaba las riendas de su caballo que empezó a caminar.
-¿¡Que!?-
-Solo sígueme-
-Pero, yo todavía tengo que—
-Es una orden- solo se escuchó mientras salía del establo.
-Ha-hai- se montó en Altai, que era un caballo Palomino, de pelaje dorado y la crin y la cola blanca.
Naruto se apresuró en seguir al azabache ya que no tenía ninguna objeción ante su petición.
Estuvieron cabalgando lentamente alrededor de una hora hasta que llegaron a la orilla de un pequeño lago que se encontraba dentro de la finca. El prado cubierto de grama con algunas flores y matorrales a su alrededor daban una perfecta vista del lago donde ese radiante sol chocaba contra el agua.
Entonces Sasuke se bajó de su caballo y empezó a sacar las cosas y Naruto hizo lo mismo. Acomodaron las cosas, extendieron la manta y se sentaron sobre ella y estuvieron un rato en silencio, cosa que el rubio no soportó y empezó a hablar.
-Ano… Sasuke-sama.-
-¿Uh?- seguía con la vista en el lago.
-Bueno… etto… ¿para qué vinimos hasta acá?- preguntó directo.
-Hump- bufó sin voltearle a ver. –La verdad para nada- el rubio le enarcó una ceja. -solo no quería estar solo y me pareció que alguien tan molesto como tú no me aburriría- se recostó en el césped.
-¿¡Qué!? ¿Me estas llamando molesto?-
-Hai- se afincó en sus codos para erguirse un poco y voltear a ver al rubio. –¿Alguna queja?- preguntó con serenidad.
-…Hump....- y el rubio solo puso un puchero y se agarró los pies, los cuales había unido.
-Jaja- rio un poco para luego volverse a recostar.
-Y Sasuke-sama-
-¿Uh?-
-Bueno, no es que me quiera meter en su vida, pero-
-¿Qué pasa dobe?-
-¡No me llame dobe! ¡Teme!- el azabache solo rodeó los ojos. –de todas formas ¿qué pasó con la Sra. de Uchiha? Tengo entendido que usted está casado ¿no?- le volteó a ver sin soltar sus pies.
-…uff… la verdad tienes razón-
-¿Uh?-
-Eso no tiene nada que ver contigo- dijo sereno.
-Si, tiene razón… oh bueno, de seguro no soportó tanta amargura y le votó- tiró sus brazos hacia atrás y se afincó en ellos.
-¿Disculpa?- se irguió en sus codos nuevamente para poderle ver.
-Oh bueno, lo digo porque si yo que no tengo nada que ver con usted no soporto la forma taaaaan arrogante con la que se regodea y eso que apenas nos acabamos de conocer-
-…-
-Pues pobre de ella que tiene que calárselo día y noche- decía sin darle la vista enfocando su vista en las nubes que se veían a lo lejos. –aunque me imagino que usted debe ser diferente con ella- dijo con seguridad.
-¿Ah si?... ¿y como estas tan seguro?- le enarcó una ceja.
-Ah bueno, porque es de naturaleza humana ser gentil con la persona que uno ama- le dijo con una gran sonrisa volteándole a ver y el otro solo corrió la cara ya que de verdad el rubio se había visto… ¿lindo?. -¿Uh?- ladeó un poco la cabeza sin comprender la acción del otro.
-Bueno, de todas formas eso tampoco es algo que te incumba- dijo serio regresando la vista al lago.
-Uh… si, tienes razón… don amargón- dijo por lo bajo.
-¿Qué dijiste?- le volteó a ver con una ceja enarcada.
-Nada, no he dicho nada- dijo con serenidad sonriendo amablemente y el otro solo rodeó la mirada. –Oh… bueno, yo tengo hambre, así que con su permiso… voy a comer, ya que por culpa de alguien no pude comer en la hora del almuerzo- tiró la punta para luego abrir la cesta de la comida y sacar los platillos.
-Bueno, pero yo no tengo la culpa de que tú seas tan estúpido dobe-
-¡Urusay!- se quejó. –waaa… adoro la pasta- decía con estrellitas en los ojos viendo su platillo favorito delante de él, así que se sirvió un plato, pero antes de ponerse a comer. –etto… ¿quieres?- preguntó haciendo el ademan de coger otro plato para servirle.
-No, gracias dobe, no tengo hambre- dijo para luego volver a recostarse.
-Uh, ni modo- se encogió de hombros y volvió a tomar su plato. –Itadakimasu- dijo para luego empezar a comer. –ah… y por cierto, no me llames dobe… teme- se quejó y luego siguió comiendo.
-Si, si… solo hártate la boca de comida y ciérrala de una buena vez- ese comentario molestó al rubio que lo primero que voy cerca de sus manos se lo lanzó al otro. -¡Oe!- se quejó al sentir una manzana golpearle en la cabeza. -¿Qué te pasa?- se irguió un poco molesto.
-Nada… se me resbaló- fue su simple respuesta
-Si, se te resbalo, como no.- dijo con sarcasmo sobándose un poco la cabeza.
-Sip… y bueno, ya que la tienes en la mano ¿por qué no aprovechas de una vez y se la das a los caballos?- le dijo para luego abrir una de las botellas de jugo y darle un sorbo.
-Hump… dobe- sonrió un poco para luego levantarse y tal como le dijo el rubio le dio unos bocadillos a los caballos.
-Qué obediente Sasuke-sama- dijo con burla.
-Solo cállate dobe, ya te dije que te hartaras de comida y cerraras la boca- y en eso el rubio le volvió a lanzar otra manzana con puntería a la cabeza pero el azabache la cogió. –gracias, eres tan predecible dobe, me ahorraste la molestia de ir por ella- decía con mucha prepotencia y arrogancia y el rubio solo rodeó la vista y siguió comiendo.
Naruto terminó de comer y en eso levantó la vista hasta Sasuke, la verdad le sorprendió, el azabache estaba con una sonrisa en sus labios mientras acariciaba a los caballos y les daba de comer, y no supo porque, si fue por eso, o porque comió demasiado y estaba empezando a alucinar o fue que la vista del atardecer reflejado sobre el lago junto a Sasuke viendo esa sonrisa tan sincera, le hizo ruborizarse un poco y algo allí, en su cabeza le hizo “clic”, y solo corrió la mirada cuando se percató que Sasuke se había dado cuenta de que era observado y le volteó a ver.
-Oe dobe, creo que ya deberíamos regresar, está a punto de oscurecer- le decía mientras se acercaba al rubio que todavía tenía la cara corrida con la vista clavada al piso.
-Uh-huh- solo dijo y el azabache se extrañó por no recibir reproche.
-¿Naruto?- preguntó y este todavía seguía ido. –Oe- posó su mano en la cabeza del chico e hizo que le levantara a ver.
-¿Eh?- le miró y solo se ruborizó un poco.
Sasuke había dejado su mano sobre la cabeza del rubio y esos ojos azules le atrajeron sin contemplación, ese hermoso color zafiro le atraía mucho. Naruto por otro lado tampoco estaba mejor, esos orbes negros como un pozo sin fondo le habían cautivado, es más parecía que le habían apresado y no le querían soltar.
Y como un magnetismo entre ellos Sasuke se fue acercando lenta, muy lentamente a la cara del rubio que ni siquiera se movía. Ninguno de los dos podía quitarse la mirada de encima y la distancia entre ellos dos cada vez era menos, y el reflejo del sol anaranjado sobre el agua causaba una mejor vista aún.
El rubio entrecerró sus ojos viendo la cara del otro cada vez más cerca de la suya, pero justo cuando sus labios estaban justo de unirse.
-“Prrr… prrr-prrr”- empezó a sonar el móvil de Sasuke rompiendo por completo la atmósfera que se había creado entre ellos y al mismo tiempo haciendo que reaccionaran. Naruto solo había respirado hondo al darse cuenta de lo que estuvo a punto de pasar y Sasuke solo quitó la mano de la mejilla del rubio. –Yo… yo tengo que contesta- se separó del rubio.
-Aja- fue su única respuesta con sus ojos como platos llevando sus manos a sus labios al recordar la respiración del otro que tuvo sobre ellos.
-…Aja… si, soy yo-
-…-
-Si, claro, ya íbamos de regreso-
-…-
-Si, nos vemos en un rato-
-…-
-Aja… yo le digo- seguía caminando de un lado a otro. –Dale- y colgó su móvil. –Naruto-
-¿¡Eh!?- le volteó a ver rápidamente.
-Era Tsunade y está preocupada porque no hemos regresado.-
-Ya… ya veo… bueno… entonces regresemos- se levantó insofacto.
-Hai, recojamos las cosas y vámonos- fue a tomar la cesta donde estaba la comida, pero Naruto también fue a hacer lo mismo y sus manos se tocaron y se alejaron rápidamente. -…solo… apurémonos- le esquivó la mirada
-Ha-hai- dijo avergonzado.