Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Yo nunca... por Altair

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Siguiente capítulo. Aquí las cosas empiezan a volverse moviditas. Actualicé rápido porque encontré inspiración, y además el anterior capítulo me da la sensación de que quedó de relleno. Pero quería captar el cambio progresivo de Kotetsu. c:

Y como prometí, la visita de Kaede no va a defraudar. -espero-

4/5/12: ¡Me acabo de enterar de que existe una categoría para Tiger & Bunny! *-* Lo moví para allí. c: A ver si pronto se llena de fics de este genialísimo anime. Yo por mi parte, colaboraré en lo que pueda.

Kotetsu POV

Esos días se habían hecho insufribles. Kaede llevaba dos días en casa, y con ella Barnaby. Por lo visto, Kaede le pidió que se quedara a dormir con nosotros durante el tiempo que estaba aquí, y claro, tuvo que decirle que sí. Lo que significa que Bunny lleva dos días apalancado en mi casa, durmiendo conmigo. Cada día que pasaba me ponía más nervioso a la hora de meterme en la cama con él, pero al menos poco a poco me iba dando cuenta de lo que estaba pasando.

En algún momento, comencé a apuntar estas cosas en un diario… Para no olvidar todas las sensaciones y así quizás poder sacar algo en claro. Y vaya si lo conseguí.

 

19/12

Este día Bunny confesó que es gay delante de todos. Nos emborrachamos, me contó cómo descubrió que lo era y luego me besó. Sin querer, al apartarlo, le di un golpe. Él empezó a llorar y me confesó que le gustaba. No recuerdo mucho más con claridad, aparte de los ojos azules de Bunny en ese momento. Por mucho que lo intente, no se me van de la cabeza.

20/12

Despertamos en la misma cama. Bunny no recordaba nada, pero parecía muy afectado. Fingí que yo tampoco recordaba nada para no hacerle daño.

Me ofreció quedarme a dormir en su piso. Al ir a buscar ropa a mi casa, discutimos y, al intentar irme, me cortó el paso como cuando me besó. Pero no hizo nada. Y yo no me defendí. Ni tensé los músculos. Solo me encogí de hombros y esperé. No sé por qué reaccioné de esa manera tan sumisa.

Comienza a ser incómodo el estar a solas con él.

21/12

Por la mañana, noté como Bunny me acariciaba el pelo y luego me susurraba “Te amo” muy bajito, pero cuando abrí los ojos, él ya parecía estar durmiendo otra vez. ¿Lo habría hecho en sueños? Mi corazón latía rápido. De alguna manera, me sentí decepcionado. No quería pensar más en ello, seguí durmiendo. Más tarde, volví a despertar y Bunny estaba entrando en la habitación recién duchado solo con una toalla. Me paralicé, noté un escalofrío bajando por mi columna.

Luego, al ducharme, me tuvo que traer una toalla. Cuando entró en el baño me faltaba el aire, estaba muy tenso.

En la estación, unas personas reconocieron a Bunny. Solo a él. Me preguntó si llevaba la máscara para presentarme como Wild Tiger. Quería que yo también participara. En el fondo, me sentí muy feliz por su gesto. Tal tontería… ¿cómo puede ponerme de tan buen humor?

Kaede le pidió a Bunny que se quedara a dormir. Durmió en mi cama. Nerviosismo otra vez.

 

Hasta aquí llegaban las entradas. Era día 22 y todavía era mediodía, así que tan solo hice un pequeño resumen. Tenía la sensación de que esto acabaría pronto, para bien o para mal, y es que la solución estaba bastante más cercana de lo que parecía.

 

22/12

En estos días me he dado cuenta de que las acciones de Bunny provocan unas reacciones desmesuradas en mí, ya sean de total felicidad o de absoluto nerviosismo. Estoy un poco inseguro cuando está cerca, y pienso dos veces las cosas antes de decirlas. Pienso en lo que le puede agradar o lo que no, no sólo al hablar, también en las cosas que hago. Antes no me pasaba esto. Y menos con él. Más confianza imposible. ¿Por qué ahora estaba más inquieto con las cosas que tenían que ver con él? Quizás… algo haya cambiado.”

 

Cansado de pensar y temiendo llegar a aquella conclusión que me atemorizaba, creí que era buena hora para comenzar a hacer la comida. Me levanté, me vestí y bajé a la planta de abajo. Abrí la nevera, pero el ingrediente principal de la comida de hoy se había agotado.

-Oh… No queda arroz –me quejé pensando que nadie me escuchaba-.

-Aleluya –alabó Bunny la falta del alimento, entrando de golpe en la cocina-. No más arroz frito.

Estaba en pijama, era obvio que acababa de levantarse.

-Viejo, déjame cocinar a mí hoy –pidió-. Me apetece hacer algo diferente y estuve practicando un plato bastante bueno.

-No sé… –dudé-, pero de todos modos no queda mucho en la nevera, tengo que ir a comprar.

-Si vas tú a comprar yo recojo la casa. Mira, me hace falta esto –apuntó una lista de cosas en un papel y me la entregó-.

-De acuerdo –cedí-, pero voy a tardar.

Él solo sonrió y desapareció por las escaleras hacia la habitación. Al darme cuenta de que iba a empezar por ordenar la habitación, un sudor frío recorrió mi cuerpo: había dejado la libreta en el primer cajón de la mesilla, bastante a la vista si se le ocurría abrirlo. Salí corriendo hacia la habitación con temor; él era la persona que menos debía leerla. Cuando llegué arriba, casi sin aliento, Bunny se sorprendió. Su cara era interrogante, pero entonces cogí el abrigo del armario, me acerqué a la mesilla, cogí la libreta del cajón y me fui sin mediar palabra.

Vagué por las calles de Sternbild buscando lo que Bunny me había pedido. ¿No podía cocinar algo más normal? Suspiré y seguí buscando. De un momento a otro, estaba perdido entre un mar de gente, y una persona chocó contra mí.

-Oh… perdón –el extraño se disculpó, alcé la vista; pero si era…- ¿Eh? ¿Kotetsu?

-¿Antonio?

-¡Qué sorpresa! ¿Qué haces tú aquí?

-Nada, haciéndole la compra a Bunny –suspiré-.

-¿Y eso?

-Está en mi casa estos días. Dice que no quiere comer más arroz frito y me mandó a comprar estas cosas… ¿Qué demonios es la rúcula?

-¿Eso no es un afrodisíaco?

-¡¿Qué dices?! –¿Había escuchado bien? ¿Bunny me había pedido AFRODISÍACO? Me empecé a poner colorado-.

-Jajaja, no hombre. Deberías haber visto tu cara. Antes se creía que lo era, pero no. Es una verdura normal y corriente.

-Si fuera tan normal y corriente sabría lo que era.

-Bueno, bueno… –le restó importancia-. ¿Y qué es lo que hace Barnaby en tu casa exactamente? –noté como un pequeño escalofrío recorría mi cuerpo-.

-Se quedó porque vino Kaede. Además, pronto va a ser Navidad y él no tiene a nadie con quien pasar esos días.

-Ahá… ¿Tienes tiempo? –asentí-. ¿Quieres ir a tomar algo?

Acabamos en el bar de siempre. Antonio pidió una cerveza y yo una cola de Mr Leyenda. Hablamos de tonterías, pero pronto se acabaron los temas de conversación y nos quedamos callados. Yo estaba divagando de nuevo, con la mirada perdida en la pajita del vaso.

-¿Te pasa algo? Estás raro.

-¿Eh? Oh, no. No es nada.

No podía decirle lo de Bunny. Aunque nos conozcamos desde hace tantísimo tiempo y haya confianza, no creo que deba contarle estas cosas.

-Venga, a mí no me engañas, Kotetsu. Te pasa algo.

- … La verdad es que… no sé muy bien lo que me pasa.

-A ver, cuéntame. Somos amigos, puedes decirme lo que sea.

-Pues… Creo que hay alguien… que me pone de los nervios.

-¿Lo odias?

-No, no es eso. Cuando se acerca, me pongo muy nervioso, pero no es por odio.

-¿Entonces por qué?

- … Eso me gustaría saber. Si se acerca, estoy inquieto, pero si se va, no aguanto el estar solo.

-Entiendo… –asintió repetidas veces-.

-Si hace algo por mí, entonces me siento muy feliz, pero no de la misma manera que si lo hiciera un amigo. Siento que es algo especial solo por y para mí, y…

-Kotetsu –interrumpió-. ¿Seguro que no sabes lo que pasa?

- …

Bajé la mirada, avergonzado. Sí, sabía lo que pasaba. Me lo estaba viendo venir, pero no quería aceptarlo.

-¿No será… que te gusta esa persona?

Me derrumbé. Antonio acababa de confirmar aquello que llevaba un tiempo rechazando. Pero no podía ser. No era gay. ¿Cómo podía guardar esta clase de sentimientos por otro hombre? Eché las manos a la cabeza y apoyé los codos sobre la barra.

- … Sí. Creo que sí.

Al principio, simplemente me sentía halagado porque le gustaba a otra persona, pero eso se fue tornando en incomodidad con el paso del tiempo. Habíamos dormido juntos todos estos días, y normalmente me costaba conciliar el sueño solo de saber que él estaba ahí. Al principio creí que se trataba de una incomodidad provocada por descubrir que era homosexual, pero finalmente parece que me he enamorado de él. No sé ni como ni en qué momento pasó, pero ya no puedo seguir negándolo. No si otra persona ha llegado a la misma conclusión. Estoy asustado. No sé que debería hacer. Sé que si me confieso ahora Bunny aceptará seguro, pero tengo miedo. Nunca antes había estado con otro hombre. No sé como funcionan estas cosas. El estar en una relación a largo plazo con él… simplemente sería raro. No sé si funcionaría.

-Una chica afortunada. ¿Y cómo es? ¿Tienes posibilidades?

- …

No respondí. Se creó un silencio bastante incómodo. Él me miraba con cara de no saber qué hacer, si seguir insistiendo, dejar el tema y seguir con el silencio o hablar de otra cosa para aliviar la tensión. Casi no sentía mi estómago. Nervios. ¿Y si Antonio lo descubría? ¿Me seguiría tratando igual que siempre? Me dolería bastante que un amigo tan cercano me diera la espalda en esto.

Antonio se decantó entonces por ahondar en la cuestión.

-¿Kotetsu? ¿Pasa algo con eso?

-Es solo que… es complicado.

-Oye, sabes que puedes contar conmigo.

-Lo sé, pero no es algo que se pueda contar así como así…

-No será menor de edad… ¿verdad? –preguntó temeroso por mi manera de expresarme-.

-¡¿Qué?! ¡No, por Mr Leyenda! Es bastante joven, pero no es menor.

-¿Le gustas?

-Sí, pero no sabe que lo sé. Y me está matando, porque no sé que debería hacer. Nunca estuve en una relación así, y si empezamos a salir… –mi voz se apagó pensando en todas aquellas cosas por las que podría salir mal-.

-Mira… no creo que sea el más indicado para dar consejos, pero si te gusta, ve a por ella. No pierdes nada por intentarlo, ¿verdad? Y si sale mal, bueno, al menos tienes una experiencia más.

-Creo que tienes razón –susurré muy bajito, me había despejado la mente-. Gracias.

Pagué y me fui del bar, buscando el resto de los ingredientes que Bunny me había pedido. Me perdí entre las tiendas y la maraña de mi cabeza, pensando en lo que podría hacer. Quería decirle a Bunny que sentía muchísima curiosidad y que me gustaría intentar algo con él. Pero al mismo tiempo, estaba tan asustado de que pasara, que por momentos me daba por vencido y negaba lo anterior.

Miles y miles de pensamientos rebotaban en mi cabeza. Antes de darme cuenta, ya había acabado con las compras. Volví al coche y aproveché entonces para hacer la última de las anotaciones en mi libreta. Justo debajo de lo que había escrito esta mañana, añadí:

“Finalmente lo he aceptado. Me gusta Bunny; no puedo seguir negándolo. Me gustaría intentar tener una relación con él, pero no sé cómo. Estoy un poco asustado."

Y volví a casa, ahora con mis sentimientos en orden. Esa charla con Antonio me había ayudado mucho, pero seguía teniendo el problema de que mirara como lo mirara esto iba a ser demasiado extraño. Y eso hacía que me pusiera nervioso solo de pensar en ello. Bunny me abrió la puerta cuando di un par de patadas a modo de llamada. Iba cargado de bolsas hasta las cejas, no podía mover las manos. Me ayudó a dejarlas en la cocina y comprobó que no he había olvidado nada. Mientras tanto, yo subí a la habitación para guardar el abrigo y la libreta.

Al bajar, me eché sobre el sofá y encendí la tele un rato. Pero apenas llevaba un par de minutos así cuando escuché un estruendo bajar por las escaleras.

-¡Papá! ¡Ya volviste!

-Oh, hola Kaede. ¿Qué tal está mi niña hoy?

-Bien. Hice esto mientras no estabas. A Barnaby le gustó mucho.

Me entregó un papel lleno de colores. Éramos Kaede, yo y… Barnaby. Los tres juntos, ella en el medio de los dos. Como una familia. Sonreí. Entonces miré hacia la cocina. Podía ver la espalda de Bunny moviéndose de un lado a otro preparando la comida. Quizás no sea tan malo, después de todo. Era agradable, otra vez una familia. Podría ser bonito. A pesar de que ambos habíamos perdido las nuestras, podíamos recomponerlas y crear una nueva entre los dos. Miré a Kaede con ternura y alabé el dibujo. Era precioso. Fui hasta la cocina para colgarlo de la nevera con un imán. No quería que se perdiera. Irradiaba un calor muy especial para mí.

-Es bonito, ¿verdad? –dijo Bunny-.

-Sí que lo es… –susurré y sonreí-.

Bunny se giró para atender a la cocina. Había puesto un bol sobre la encimera y estaba calentando agua. Me fijé en su espalda, en su figura. No lo había visto nunca de esta manera –salvo aquel pequeño descuido en su cuarto-. No tenía un mal cuerpo, para nada. Seguía yendo al gimnasio. Por primera vez, lo examiné fijándome en cada pequeño detalle. Con algo de nerviosismo, bajé mi vista hacia su trasero. Mi corazón saltó en mi pecho y tuve que apartar la mirada. Dudé si sería capaz de ir con él en serio. Quiero decir, por muy bien que sonara lo de volver a formar una familia entre los dos… ambos éramos hombres. Era lo único que me frenaba. No es que fuera un viejo carcamal completamente chapado a la antigua, tenía una mente algo abierta, pero… quizás esto me quedaba grande.

El resto del día pasó rápido. Estaba perdido observando a Bunny siempre que tenía ocasión, mientras jugaba con Kaede o simplemente cuando veía la televisión. Intentando comprender como en tan poco tiempo ese hombre logró llamar mi atención de esta manera. Y cuanto más lo observaba más adorable me parecía, aunque a él no le guste ser considerado lindo. Con los demás es tan frío que jamás pensarían que pudiera ser tan tierno.

Nos fuimos a dormir cuando fue demasiado tarde. Estaba algo inquieto, pero ya no nervioso. Me puse a pensar otra vez. Estos días no hacía otra cosa. Puede que me estuviera equivocando con él. Estos sentimientos que estaban creciendo dentro de mí eran muy complejos, y a veces tenía la sensación de que si seguía adelante con esto, estaría haciendo algo terrible. Me giré. Bunny ya estaba durmiendo. Su rostro era apacible. Cuando dormía, parecía como si todos los problemas que tuvo ese muchacho a lo largo de su vida desaparecieran. Era como un niño inocente maltratado por el mundo. Acaricié su cara con ternura y aparté su pelo hacia atrás. Ahora me tocaba a mí hacer movimientos en secreto. Sin poder aguantarlo más, me levanté, cogí el portátil y bajé hasta la sala de estar sin hacer ruido. Kaede también estaría durmiendo. Lo puse encima de la mesita y busqué algo que me ayudara a salir de dudas.

RedTube… Categories… Gay

Quizás lo que estaba a punto de ver me traumatizaría, no estaba seguro, pero debía comprobarlo. Si podía ver alguno de estos vídeos y más aún, sentir… deseo, sería definitivo: me gustaban los hombres y me gustaba Barnaby. Ya sin dudas.

Abrí el primero que vi y esperé a que cargara. Puse el sonido del ordenador al mínimo y entonces le di al play.

Apenas había empezado, dos hombres estaban besándose. Noté un potente escalofrío bajando por mi espalda. Sorpresa. Era extraño. Estaban vestidos, pero su ropa pronto desapareció. Se la habían quitado con mucha rapidez, deseando quedar desnudos lo más pronto posible. Se besaban con pasión, con desesperación. Parecía como si ambos hubieran deseado eso por mucho tiempo y por fin se decidieran a hacerlo. No perdía detalle. Todavía era muy raro para mí, pero no podía apartar la vista. Aún si solo era por pura curiosidad. Uno de los hombres lamió el cuello del otro y luego bajó hasta su pecho. El que lo recibió gimió ahogadamente, de tal manera que yo mismo casi pude sentirlo sobre mi piel. ¿Por qué? Por momentos esas cosas me parecían algo… incómodas y molestas, pero desde ese momento, mi cuerpo no fue más el mismo. Sentía como si cada caricia que se daban entre ellos la recibiera yo. Era demasiado… Y apenas comenzaban. Uno de ellos, el que tomó la iniciativa antes, le dio la vuelta a su compañero para que quedase a cuatro patas, y entonces escupió en su… bueno… ano. Metió un dedo despacio. Estaba sorprendido. Esa parte fue inesperada y un poco desagradable. ¿Escupir ahí atrás? ¿Para qué? El de abajo gemía. El activo metió otro dedo más. El pasivo pedía que parase y que metiese su miembro ya. Al salir los dedos de su interior, se produjo un sonido húmedo bastante gracioso que provocó una subida de temperatura en mi cuerpo. Entonces el chico de abajo se giró y quedó tumbado en la cama. El de arriba acercó su miembro al ano del otro. Me imaginaba lo que venía a continuación, y lo esperaba expectante. Comenzó a empujar. El pasivo gritó un poco y puso una cara difícil de definir. Primero, gesto de dolor, pero luego… parecía como si hubiese alcanzado el más delicioso de los paraísos del placer. Ambas expresiones se mezclaban en solo una. Dios… Cada vez costaba más mantener la compostura. El de arriba comenzó a moverse deprisa. La cara del pasivo seguía igual de reveladora, y se había aferrado a las sábanas con fuerza. Solo se escuchaban dos tipos de sonidos: golpes secos con trasfondo húmedo y gemidos. Noté presión bajo mis pantalones. Ese vídeo me estaba encendiendo. Y de qué manera tan inesperada. Pero entonces escuché un gemido grave. El hombre de arriba se había corrido dentro del otro. No creo que eso fuera lo más higiénico o adecuado. No entendía por qué el pasivo ponía esa cara de satisfacción aún cuando todavía no había llegado. ¿Tanto placer proporcionaba el sentir algo así dentro de ti? Yo lo veía un poco asqueroso, teniendo en cuenta donde recibía la descarga.

Ahora estaba más confuso en cuanto al acto en sí, pero las dudas de que los hombres me gustaban se habían disipado prácticamente por completo. Entonces… ¿cómo debo considerarme ahora? Todavía me gustan las mujeres… Son compatibles ambas cosas, ¿verdad? Entonces, ¿soy bisexual? Pensar en la palabra hizo que me diera cuenta de la verdadera magnitud del asunto. Ya no era hetero. Y nunca más volvería a serlo, con todo lo que ello conlleva.

El “asunto” bajo mis pantalones no se calmaba. Ese vídeo me afectó de verdad. Busqué un poco de información sobre cómo hacerlo mientras lo masajeaba por encima. Quedé en shock. Tantas preparaciones… Lubricante, preservativos, mucha paciencia, preparar primero la entrada… En el vídeo no aparecía nada de esto. Solo metió un par de dedos para abrir paso, según leo aquí, pero muy poco tiempo. De verdad tiene que compensar, en los comentarios que deja la gente solo hablan de lo bien que se siente a pesar de todo.

Borré el historial, apagué el portátil, fui al baño a aliviarme y volví a la cama. Observé la alianza de boda que llevaba en el dedo. No quería olvidar a Tomoe, pero si me había enamorado de otra persona no tenía mucho sentido que la llevara. Lo guardé con cuidado en la mesilla. Miré a Bunny durante un buen rato, preguntándome si él ya habría hecho de esas cosas antes. Esperaba que al menos él sí tuviera experiencia. Oh… en qué cosas estoy pensando… Como si fuera seguro que él y yo… Mejor me duermo. Necesito descansar.

Pero como siempre, me costó conciliar el sueño.

 

Era día 23. Víspera de Nochebuena. Ya había comprado el regalo para Kaede, pero viendo el panorama, Bunny se quedará a dormir otra vez y no tengo ningún regalo para él…

Le solté una excusa. Iba a hacer compra para la cena de mañana. Él se ofreció a acompañarme para ayudar, lo que haría mi plan inútil, así que le pedí que se quedara en casa, cuidando de Kaede. Él solo sonrió y aceptó. Fui a mi habitación a coger el abrigo de siempre y salí del piso. Bunny estaba haciendo un puzzle con Kaede. Parecían entretenidos.

Me metí en el coche. Por fin solo. Conduje hasta el centro comercial más cercano. Pasé un rato recorriendo las tiendas y galerías, pero no acababa de encontrar algo que me gustara para él. Era un chico difícil para los regalos. Ya había pasado en su cumpleaños… Me pidió el diamante aquel de broma por pedir algo, pero en realidad no deseaba nada. Pero yo bien sé que el entregarle aquel malhechor para conseguir más puntos lo puso de buen humor. Aunque fuera una tontería.

Hoy pasaba algo raro… A veces entraba en una tienda y la gente se me quedaba mirando y cuchicheaban entre ellos. Algunos más atrevidos se acercaban a preguntarme si yo era el verdadero Wild Tiger. Vaya, no me esperaba que la revelación de la estación del otro día pudiera provocar esto. Quiero decir, solo eran unas seis personas, ¿no? Sí que corren rápido las noticias…

Algo cansado de caminar, decidí parar a sentarme y leer un rato el periódico. Quizás también tomaría algo. Fui hasta un quiosco cercano para comprar el diario, pero algo llamó profundamente mi atención, y mi estómago se encogió hasta tal punto que juraría que jamás volvería a sentir hambre. Ahora lo entendía todo.

 

¡EXCLUSIVA! Barnaby Brooks Jr y Wild Tiger… ¿Algo más que amigos?

 

Aquella revistaera conocida por obtener el mayor número de exclusivas al año, y por la cantidad de polémicas que creaba. Pero legar hasta esto

Compré la revista, bajo la incrédula mirada de la señora que atendía el quiosco.

“El pasado día 21, los famosos ex-héroes Barnaby Brooks Jr y su compañero Wild Tiger se encontraban en la estación de trenes de Sternbild con una niña, presumiblemente hija del Tigre. Ambos héroes, tras atender a unos fans que sacaron las fotos que pueden ver en esta misma página, se marcharon juntos en el coche del más joven, en dirección a casa del mayor. Testigos afirman que el héroe rubio ha pasado allí la noche. ¿Estaremos ante un hermoso romance o sólo ante una buena amistad? El tiempo dirá.”

Notas finales:

Uhúm, los paparazzi entran en acción~

Pronto las cosas se van a volver muy interesantes ahora que Kotetsu al fin acepta lo que siente por Bunny. Pero ¿qué pasará con la polémica exclusiva? ¿Afectará a la posible nueva pareja? :'3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).