En cuanto llegaron de aquel restaurante y las puertas de su departamento estuvieron cerradas, no se habían detenido para nada más que una cuantas de caricias a la par que se iban deshaciendo de su ropa en el trayecto hacia la habitación, hasta estar ahora sobre las mullidas mantas de su cama con sólo un par de prendas encima.
Sus manos entrelazadas sobre las mantas de la cama mientras sus bocas se fundían en un beso que con el paso de los minutos se había vuelto mucho menos desesperado que al principio, no porque el deseo entre ellos fuera menor que al inicio, sino porque ahora sus cuerpos pedían algo más allá que simplemente placer. Deseaban poder fundirse en uno, no sólo físicamente, querían que sus emociones se acoplaran a la par de sus cuerpos y el poder disfrutar con tortuosa lentitud cada momento, alargándolo de tal manera que el final siempre les pareciera a una distancia considerable.
Ya no eran un par de adolescentes que exploraban desesperados ese tipo de experiencias, ahora se podría decir que la madurez les había llevado a un nivel totalmente diferente, en dónde la palabra “disfrutar” tomaba un sentido mucho más distinto del que conocían en sus inicios.
- Te quiero Tooru –susurró Daisuke contra los labios de este comenzando a recorrer la piel de su cuello con la lengua, dejando que Kyo se encargara de seguir deslizando su camisa hasta que estuvo totalmente fuera de su cuerpo. No necesitando una respuesta en palabras del rubio, sabiendo que esta ya venía implícita en todo lo que estaban haciendo.
Pronto la necesidad de una cercanía mayor fue incrementando hasta que Die decidió que era hora de terminar con la impaciencia del rubio que gemía quedamente bajo él con cada caricia que le daba a su cuerpo. Adentrándose en el cantante y volviéndose uno con este.
- Daisuke –soltó roncamente Kyo enterrando sus dedos en la espalda del más alto mientras este mordisqueaba su oreja y repartía besos a la par del vaivén de sus envestidas.
Siguiendo ese compás hasta que sus cuerpos no pudieron más con el placer y cayeron rendidos sobre la cama. Quedando el pelinegro sobre el rubio, ambos con la respiración acelerada y sus corazones dando tumbos.
Kyo se dio la tarea de pasar sus dedos por el largo cabello negro de su guitarrista, cosa que sólo en muy contadas ocasiones se permitía.
- ¿No estarás cansado o sí? –le preguntó burlón a Daisuke. Viendo cómo este se iba incorporando para quedar frente a frente con el más bajito.
- ¿Bromeas verdad? –Contestó y una sonrisa traviesa se formó en sus labios acompañando su respuesta.
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Unas semanas después los dos músicos se encontraban sentados en la orilla de la tina frente al lavabo, donde tranquilamente reposaba una de esas pruebas caseras de maternidad. Ambos tenían más que claro el resultado que ésta pondría, incluso antes de haberle echado un vistazo. No es como si fueran padres primerizos como para no saber qué tipo de síntomas anunciaban la llegada de un bebé, pero se sentían obligados a confirmarlo por todos los medios posibles.
- Es tu culpa –soltó Kyo en medio del silencio dejando caer los brazos totalmente sueltos y recargando su cabeza en el brazo del mayor. Pero éste no le respondió nada, con el tiempo había llegado a aprender que cuando se trataba del vocalista lo mejor era no refutar nada. En cambio, escurrió su mano en busca de una de las de Kyo y entrelazó sus dedos con fuerza.
- Creo que podremos con esto –dijo el pelinegro.
Kyo se levantó de su lugar rehuyendo el contacto con el guitarrista con la excusa de que era tiempo para ver el resultado. Sus ojos se posaron en el color que ponía y soltó un suspiro.
- Positivo –anunció y regresó junto a Daisuke dándole el test para que él también lo viera.
- Hay que ver el lado bueno, ahora la banda se podrá tomar un descanso –habló Die con una sonrisa.
- Querrás decir que ustedes cuatro podrán tomarse un descanso –observó Kyo mirándolo con fastidio- yo tendré que quedarme en casa para que las fans acosadoras no tengan sospechas o estarme escondiendo de los malditos periodistas…
Daisuke soltó una carcajada al ver el mismo gesto de molestia de siempre en el rostro de Tooru, pero que esta vez le hizo sentir cierta “ternura” por el rubio. Y sin que Kyo se lo esperara, el guitarrista le ahogó en un fuerte abrazo.
- Estaremos bien Waru-chan –prometió, soltando un poco su agarre para que pudiera respirar mejor- Ya verás que al final serás tú el único que disfrute de estas vacaciones. Ahora debemos pensar en cómo decirle a Takara. Él y los otros no tardan en llegar.
Ando observó al vocalista esperando algún comentario pero este continuó en silencio.
- Iré a pedirte una cita con el médico –le dijo poniéndose de pie- Entre más pronto mejor.
Kyo volvió a suspirar, esta vez resignado con la noticia, y vio como el más alto salía por la puerta del baño. Se miró por un momento en el espejo del baño prometiéndose que obligaría a Daisuke a hacerse una vasectomía, ese definitivamente sería su último hijo.
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Algunos lloraban de la emoción mientras otros celebraban felices por la pareja de recién casados que entraba al edificio tomados de la mano, sellando su entrada con un beso, tal y como se lo pedían o casi exigían, sus invitados.
Destacando de entre las primeras filas de la multitud, un par de músicos castaños los cuales hacían más revuelo del habitual, sin parar de fotografiar a los recién casados y gritar felicitaciones. Siendo el deber de sus compañeros apaciguarles.
- Shima… -Tomó Reita por el hombro a su respectivo compañero de banda- Tranquilízate de una vez ¿Qué nunca has estado en una boda?
- ¡No seas tonto Akira! –Le regañó el más alto- ¿Qué no ves que esta es una boda especial? Es como si dos de nuestros pollitos se estuvieran yendo para formar su propio nido.
- ¿Hablas en serio? –Preguntó Reita arqueando una de sus cejas no pudiendo dar crédito a sus oídos y tratando de contenerse por lo cursi que resultaban las palabras del guitarrista con boca de pato.
- ¡Claro que no! –se quejó el castaño frunciendo el seño.
- Reita tiene razón–Esta vez fue Toshiya quien se acercó seguido por Kaoru, pero ellos con la intención de recoger a su baterista que ya llevaba rato como compañero de alboroto del guitarrista de Gazette- Tu también Shinya ¿Porqué no paras de gritar y dejas que Kai y Aoi disfruten de su boda?
Ambos castaños se mostraron indignados.
- Son un trío de aguafiestas –espetó Terachi curvando sus labios en una mueca de desagrado.
- ¿Por qué no mejor nos vamos a buscar bebidas? –sugirió el bajista de la bandita en la nariz queriendo cortar el tema.
Cómo si hubiese dicho las palabras mágicas, Uruha aceptó de inmediato y se fue apresurando a Reita.
- ¿Tú qué dices Shin-chan? –Toshiya le miró divertido- ¿Te quedas o vienes con nosotros?
Shinya rodó los ojos y les siguió también, de todos modos no tenía más opción que esa.
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Ruki navegaba entre la gente de aquel lugar que estaba repleto hasta reventar, y es que a pesar de que sus amigos habían tratado de reducir la lista de invitados a unos cuantos, no lo habían conseguido. Estaba aburrido. Hace un rato que Reita, la única compañía que le quedaba, desapareció de su lado para ir en busca de Uruha y no daba señal de volver.
Si no hubiese sido porque se sentía comprometido con sus amigos, hubiera preferido no asistir a esa unión. Dio un profundo suspiro y se detuvo en seco. Notando de inmediato que los invitados de la mesa de enfrente eran demasiado familiares. Estaba a punto de darse la vuelta con la intención de evitar cualquier tipo de riña en el “día especial” de los novios cuando una voz le llamó.
- ¡Hey Ruki! –le saludaba desde la mesa el guitarrista más alto de Dir en Grey, obligándole a quedarse donde estaba. Hace ya varios meses que ambos músicos habían limado sus asperezas y habían pasado a ser tan buenos amigos como al principio. Aunque eso no evitaba que Ruki se sintiera un poco incómodo a la hora de verlo al lado del vocalista rubio, pero ahora eran perfectamente capaces de mantener una conversación sin hostilidades. Cómo si la “pelea” por Kyo nunca se hubiera suscitado. Ahora inclusive le daba un poco de pena pensar en lo que había pasado en esos días.
- Hola Die –devolvió el saludo sin mucho entusiasmo y dio los pasos restantes hasta su mesa. Viendo cómo al lado del pelinegro, Kyo reposaba hecho un ovillo bajo el saco del mayor, dormitando tranquilamente- ¿No crees que deberías llevarlo a casa? –se le soltó decir sin darse cuenta y sin apartar la vista del rubio, que parecía completamente otra persona cuando dormía.
- ¿Eh? ¿Lo dices por Tooru? –Cuestionó Daisuke divertido al ver que este arrugaba la frente entre sueños como si intuyera que hablaban de él- No te preocupes él ama dormir en cualquier lado. Créeme cuando te digo que lo mejor es no molestarlo.
Y ambos soltaron una risa cómplice, conscientes de lo ciertas que eran esas palabras.
- ¿Y cómo va todo con el hermanito de Takara? –Ruki movió una de las sillas y se sentó en esta.
- Bien –Dijo Daisuke sin poder contener una sonrisa de oreja a oreja, aunque con un leve atisbo de cansancio en la mirada- Siempre es en los primeros meses cuando las cosas se ponen pesadas, ahora ya todo es un poco más llevadero –le susurró como si fuera un secreto.
- Me alegro por ustedes –habló Takanori con completa sinceridad y es que no había familia que apreciara más que la de esos dos, quizá porque con el tiempo Takara había logrado ganarse su cariño.
- Aunque espero que este sea cierto eso de que el segundo parto es más facil que el primero –Su rostro se ensombreció de manera graciosa- De lo contrario creo que me matará…
Ruki también esperó que fuera cierto, porque sabía que Kyo era capaz de eso y más aún en sus cinco sentidos, ahora no quería imaginarse lo que haría bajo la influencia de un dolor tan profundo como el del trabajo de parto. Takara era demasiado jóven para quedarse sin padre.
Y así fue como dio inicio una larga conversación entre ambos, que duró para su sorpresa hasta bien entrada la velada, cuando el resto de los compañeros de banda de ambos hicieron acto de presencia en su mesa, uniéndose a ellos entre risas, algunos más pasados de copas que otros.
Y, teniendo un momento a solas para sus pensamiento, aprovechando el borlote causado por los demás músicos cuando la pareja de recién casados pasó a bailar a centro de la pista. Ruki sonrió en su interior y se dijo a sí mismo que realmente esperaba poder encontrar una persona que le complementara a hiciera tan feliz como lo hacían las dos parejitas a su alrededor.
Pero mientras tanto, definitivamente disfrutaría al máximo de su soltería.
~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~Meses después~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~
Kaoru dormía en la tranquilidad de su departamento cuando el timbre de su teléfono lo despertó. Era tanta la insistencia que no tuvo otra opción más que contestar. Se movió con torpeza hasta alcanzar el aparato y se lo llevó al oído con toda la intención de mandar al demonio a quien fuera que se le ocurriera llamar a esa hora, pero el grito al otro lado del teléfono lo dejó casi sordo y le hizo olvidarse de la idea.
- ¡ES UN NIÑO, KAORU! ¡OTRO NIÑO! –Kaoru alejó un poco el teléfono de su oído al repetirse los gritos.
- ¿De qué estás hablando Die? –preguntó al fin, cuando el otro guardó silencio y Niikura pudo despertar del todo su cerebro, reconociendo la voz de su compañero de guitarra.
- ¡¿Cómo que de qué estoy hablando?! –Le regaño Daisuke si ocultar ni un poco su emoción- ¡Hablo de mi hijo, Kaoru! Y tú eres el único que falta por verlo.
Entonces el último cable en su cerebro terminó de conectarse y calló en la cuenta de lo que decía el músico. Sin perder más tiempo cortó la conversación y se puso las primeras prendas que encontró tiradas por la habitación, para salir corriendo hacia el estacionamiento de su edificio y conducir, ya sin una gota de sueño encima, hacia el hospital.
- ¿Cuál es la habitación de Tooru Niimura? –preguntó a la recepcionista en cuanto estuvo dentro de la blanca institución de salud.
- ¿Es usted familiar del Señor Niimura? –preguntó la mujer reacia a dar información a cualquiera que anduviera por ahí y más si era alguien con la “pinta” de aquel tipo con cara de pocos amigos.
- Soy su hermano –mintió Kaoru sin ganas de pelear con la recepcionista y queriendo seguir con lo suyo lo antes posible. Ella le miró escéptica.
- ¡Hey Kaoru! –le gritó desde el otro lado del pasillo el bajista de Dir en Grey, que al parecer ya llevaba buen rato en aquel lugar, corrió hasta su lado y se lo llevó jalando del brazo, ignorando por completo lo que fuera que les dijo la mujer de la recepción- Te tardaste demasiado Kaoru. ¿Qué clase de tío desconsiderado eres, que ni siquiera vienes rápido a ver cómo está tu sobrino? –decía Toshiya mientras seguían avanzando y el guitarrista prefirió no hacer réplica de lo que dijo.
Juntos llegaron hasta una de las habitaciones. Toshiya apartó la puerta y entró en por ella sin si quiera pedir permiso, arrastrando a Kaoru con él.
Dentro pudieron ver a Shinya esbozando una enorme sonrisa, sentado en uno de los asientos reservados para las visitas, extrañamente apartado. Mientras que, descansando sobre la cama, Kyo sostenía al pequeño que apenas y debía tener un par de minutos de vida. En la silla junto a la cama, Daisuke sostenía a Takara sentado sobre sus piernas, quien observa con anhelo y fascinación al pequeño en brazos de su “madre”.
- ¿Y bien, Kyo? –Intentó Kaoru extendiendo sus brazos hacia el rubio- ¿Me dejarás cargar a mi sobrino?
- Kyo te morderá si lo intentas –se burló Toshiya desde su asiento. Para el bajista nunca era un mal momento para bromear.
- ¿Qué se supone que hacen todos ustedes aquí? –Les cortó Tooru sin tacto alguno. Quería descansar y que los locos de sus compañeros estuvieran ahí no le ayudaba en nada. Ya suficiente tenía con que Daisuke y Takara se quedarán con él.
- Somos tus amigos –respondió Shinya- Se supone que debemos procurarnos…
- Además, Dai-suki nos llamó –Agregó el recién llegado. Y todos sintieron lástima por Die, a quien le caería toda la ira de Kyo en cuanto el efecto del parto y la anestesia pasara y le fuera posible moverse con normalidad, o incluso antes.
- Chicos, Kyo necesita descansar –accedió Kaoru para esperar a conocer al nuevo pequeñín, viendo cómo el vocalista se notaba mucho más acabado que después de cualquiera de los conciertos más duros de la temporada- Vamos –Apresuró a Toshiya y Shinya; compartiendo con Kyo una mirada que le agradecía por el gesto.
- ¿Papi, cuándo voy a poder jugar con mi hermanito? –escucharon la voz de Takara llegando hasta el pasillo.
- Aún tendrás que esperar algo de tiempo para eso Takara –la voz de Daisuke le respondía.
- Takara, tu hermano no es un juguete –les cortó a ambos la cansina voz de Kyo y del otro lado de la puerta los otros tres músicos no pudieron hacer más que reírse.
Aquella sí que era una familia bastante particular pero, sin lugar a dudas, feliz.
F I N