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Aquella mañana se despertó más temprano que los días anteriores, no podía asegurar a que hora, pero la habitación aún se encontraba sumergida en penumbras. Cuando se levantó de la cama y se dirigió hacia el gran ventanal en su habitación, lo que vio al correr la cortina le dejó sorprendido.
El jardín era iluminado por las tenues luces del alba y el césped estaba cubierto por un manto de rocío que brillaba con cada débil rayo del sol que, sin prisas, aparecía tras lo arboles pintando el cielo con matices rojizos.
Se dio cuenta, muy sorprendido, de que no sentía sueño, sus ojos se encontraban abiertos en su totalidad y fuera del hecho de que su cuerpo aún escocía, no sentía fatiga.
De nuevo, como ya empezaba a hacerse costumbre, acomodo sus ropas antes de salir de la habitación. Los pasillos se encontraban a oscuras y no había señales de vida en aquella casa. Parecía que Siwon seguía durmiendo.
Caminó hacia el recibidor de la casa y de nuevo sintió aquella curiosidad insaciable, necesitaba salir, admirar de cerca lo que había afuera. Decidido, tomó la gabardina que Siwon utilizaba para ir al trabajo, que le quedaba bastante grande, pero abrigaba muy bien, y se calzó unas botas que estaban en la entrada.
Como pudo, abrió la puerta tratando de hacer el menor ruido posible. El primer paso que dio afuera de la casa fue vigorizante. El frío viento de noviembre golpeó su rostro y sus mejillas se tornaron rosadas al instante.
Caminó por el enorme jardín abrazándose con fuerza y frotándose las manos ocasionalmente. Escuchaba como sus pisadas hacían crujir el césped y las hojas amarillentas caídas de los olmos que adornaban el jardín. Se dirigió hacia la cabaña que había visto el día anterior.
Ya estando lo suficientemente cerca, notó que no tenía el aspecto de ser una bodega, al menos no una normal. No obstante no pudo entrar a ella pues la puerta estaba cerrada bajo llave. Las ventanas también estaban cubiertas.
Hinchó los mofletes y frunció las cejas decepcionado, realmente quería ver que había dentro, pero no había forma de que pudiese pasar.
Caminó de nuevo alrededor de la casa, el jardín era inmenso y podía jurar que había pasado casi una hora admirando el paisaje, el exterior de la casa. El sol ya estaba más alto, podía sentir los rayos de sol entibiar su piel. Quedó aún más maravillado con el nuevo color que el sol reflejaba en el césped, lucía como un manto dorado. El cielo ya comenzaba a pintarse de azul.
Regresó a la casa justo cuando Siwon estaba despertando. Mientras el moreno bajaba las escaleras, él se quitaba la gabardina y las botas y las colocaba de donde las había tomado.
El más alto le miró desconcertado. Los días anteriores el había dejado la casa cuando el castaño aún dormía.
- Me desperté demasiado temprano así que decidí salir y caminar un poco.- explicó.
Siwon asintió sintiéndose ligeramente turbado al imaginarse al más joven despierto tan temprano. Además de que el mirar aquel tono exageradamente rosado en sus mejillas hizo que su corazón se detuviera unos segundos.
El moreno decidió aprovechar que era temprano y que aún le faltaban unas horas para que abandonara la casa para dirigirse a las oficinas donde trabajaba. Se ofreció para preparar el desayuno y así ambos pudiesen compartir aquella sorpresiva mañana.
Ambos se dirigieron a la enorme cocina que parecía ser la de un restaurante de buen prestigio. Kyuhyun se sentó en la barra del desayunador, miraba a Siwon cocinar con destreza, observaba maravillado como maniobraba con las sartenes. Más que nada, admiraba la manera en la que los músculos de su espalda se tensaban a través de la ajustada camiseta blanca.
Su rostro enrojeció al procesar aquel pensamiento, pero tenía que admitir que Siwon era realmente muy atractivo, más todavía con el cabello cómicamente desarreglado. Se preguntó si el suyo se vería de aquella manera. Jugueteó con los castaños mechones que caían en su frente.
Fue cuando Siwon asentó un plato frente a él, que salió de su ensimismamiento. El aroma que invadió sus fosas nasales fue exquisito y no podía esperar para probar aquel delicioso desayuno.
Cuando Siwon terminó de acomodar la mesa y le entregó sus cubiertos, se apresuró a cogerlos y comenzó a comer.
El más alto se sentó frente a él y comenzó a comer su propio desayuno, sin embargo, por más que intentaba desviar su mirada del castaño y concentrarse únicamente en su desayuno, le era imposible. Le parecía inevitable mirarle. Sus aspecto era realmente peculiar. Su cabello se encontraba revuelto y los mechones apuntaban hacia diferentes direcciones, además de aquellas mejillas demasiado sonrosadas y sus labios rojizos.
Al terminar de desayunar, Siwon le dijo que debía prepararse para irse a trabajar, así que mientras Siwon subía las escaleras para ducharse y vestirse, él se dirigió a su habitación en busca del libro cuyo final había leído la noche anterior.
Cuando Siwon bajó, Kyuhyun sintió un ligero retortijón en el estómago, que en palabras de una persona común serían mariposas. Siwon estaba recién acicalado, vistiendo un traje azul oscuro de diseñador en contraste con su corbata de tono azul egipcio, el cabello elegantemente acomodado hacia un lado, sus zapatos negros y su portafolio del mismo color en mano.
No obstante, decidió ignorar aquella sensación y extenderle el libro a Siwon, quien lo tomó un poco nervioso, realmente no sabía si podría leer ese libro sin sentirse más pecador de lo que ya era,
Al adivinar la expresión en su rostro, Kyuhyun se tomó su tiempo para tranquilizarse.- No te preocupes, yo sé que sabrás darle un buena interpretación una vez lo hayas leído por completo.- le dedicó una sonrisa- Ese libro me ha gustado mucho.
Siwon soltó un suspiró y le prometió que lo leería, pero en cuanto tuviese tiempo libre y no se encontrara tan cansado. Dejó escapar una risa al ver como el labio inferior de Kyuhyun se hacía más prominente y sus mejillas se inflaban.
Se dirigieron juntos a la entrada de la casa, Siwon le revolvió el cabello mimosamente, acariciando distraídamente las suaves hebras. Kyuhyun en cambio se despidió de él con un movimiento de mano y una sonrisa cálida mientras el moreno se dirigía a su carro estacionado no muy lejos de la entrada de la casa.
Las sensación cálida en el pecho de Siwon, no le abandonó hasta poco después de que llegó a su oficina. Aquella mañana había sido especial e inusual. La imagen de Kyuhyun de pie en la entrada despidiéndose de él, su sonrisa. Todo aquello le parecía tan hogareño, como en las películas que solía ver de pequeño. Por un momento, todo su ser pensó y le juró que todo estaba en su lugar.
*****
Una vez Siwon desapareció tras las enormes rejas, Kyuhyun subió escaleras arriba, el dolor se había aminorado considerablemente gracias a las cremas que el mayor le había colocado el día anterior. Se dirigió nuevamente hacia la biblioteca y tomo un libro al azar de nuevo. Parecía que aquella técnica había funcionado correctamente la primera vez.
Mientras tanto, Siwon se dirigía de nuevo hacia la oficina de Leeteuk para saber si había encontrado información del chico, pero este le respondió lo mismo que el día anterior, no había encontrado información de ningún tipo acerca del castaño.
- Es como si hubiese caído del cielo- murmuró con fastidió- No hay nada acerca de él, ni siquiera en los registros de la ciudad. Quizás sea de afuera, no lo sé.- gruñó malhumorado.
- No te preocupes hyung, sé que encontrarás algo- sonrió conciliador, sin embargo, la culpa carcomía su pecho, pues internamente sentía alivio. No deseaba perder a Kyuhyun, no tan pronto. Repasó una vez más las palabras de su hyung.
" Como si hubiese caído del cielo." Siwon inconscientemente esperaba que fuese así, pues a pesar de los impuros pensamientos que tenía, el castaño había logrado en tan poco tiempo, hacerle olvidar lo miserable que era en verdad su vida.
*****
Había pasado gran parte de la mañana en la biblioteca, un hábito que deseaba continuase así, pues era entretenido y le ayudaba a matar el tiempo más rápido hasta que Siwon llegase a casa.
Sin embargo, en ese momento no podía sentirse más nervioso, pues se encontraba frente a la puerta de la habitación de Siwon, con un libro entre sus temblorosas manos y sintiendo que lo que estaba a punto de hacer estaba mal, pero no podía evitarlo.
Tomó el picaporte y lo giró con suavidad, sabía que la casa estaba vacía y que Siwon no llegaría hasta después del almuerzo. Entró a la habitación con paso lento, demasiado lento. No necesito escudriñarla de nuevo para saber hacia donde dirigirse.
Sentado en la biblioteca, había recordado la pila de CD's en la habitación de Siwon y había sentido aquella enfermiza curiosidad que empezaba a hacerse constante en él. No comprendía porque sucedía aquello, pero parecía que su cuerpo y su mente sentían la necesidad de conocer todo a su alrededor. Como un niño pequeño, un bebé que descubre su entorno por primera vez.
Tomó varios CD's aprendiéndose de memoria el orden en el que estaban colocados y tratando de identificar la clasificación en la que estaban apilados, así podría acomodarlos como antes sin que Siwon se diese cuenta.
Con movimientos torpes colocó el primer CD en la grabadora que se encontraba colocada descuidadamente a un lado de la guitarra. Presionó el botón play y se dedicó a escuchar.
Pocas horas después, ya había escuchado gran parte de los CD's, sino todos, se sorprendió a si mismo tarareando las canciones y siguiendo las notas sin dificultad. No sabía como había sido posible, pero había conseguido aprenderse casi todas las canciones, como si ya las hubiese escuchado con anterioridad.
Su corazón latía emocionado mientras cantaba una de las canciones que según había leído se llamaba Disco Drive. Algo en su interior le decía que había encontrado parte de si mismo y aquello le hacia sentir emocionado y aterrado a la vez.
*****
Más tarde, cuando Siwon llegó a casa, se encontró a Kyuhyun sentado en uno de los sofás de la sala, leyendo un libro diferente y cantando con voz baja pero firme una canción que a él le gustaba mucho.
Su pecho se agitó emocionado y se sintió, por increíble que pareciera, tonto y feliz a la vez. Le parecía maravilloso ser recibido a casa por un escenario diferente al usual. La suave, aterciopelada y masculina voz de Kyuhyun hacía eco en las paredes de aquella habitación que por tanto tiempo había permanecido vacía, inerte, silenciosa y solitaria.
Deseó ser recibido por esa voz cada tarde en lugar del atosigante silencio de antes.
Al notar su presencia, Kyuhyun calló repentinamente, sintiéndose muy avergonzado, su rostro enrojeció hasta las orejas, Siwon por su parte sonrió aún más.
- No te reprimas- dijo caminando hacia él- puedes cantar todo lo que quieras, tienes una voz hermosa. Vamos es hora de comer- al decir esto, pasó detrás de el sofá en el que Kyuhyun estaba sentado y acarició con cariño sus cabellos. Siguió caminando hacia la cocina para preparar el almuerzo,
Kyuhyun no supo como interpretar aquellas palabras, sin embargo, su corazón latía desbocado y aquella sensación similar a la de esa mañana se había instalado en su estomago de nuevo. Esperó hasta que su corazón se hubiese apaciguado para seguir a Siwon hasta la cocina.
*********
Siwon había planeado esa tarde cuidadosamente. Después de que Kyuhyun terminara de comer, lo mandaría a dar una ducha con su debida supervisión, le pondría las cremas y le llevaría de compras para buscar ropas que estuviesen más a su medida y que dejase de exhibir más de esa tersa piel que, aunque no quisiese admitirlo, le enloquecía.
Como era muy común esos últimos días las cosas no fueron exactamente iguales a como lo había planeado. Al menos no con los planes del baño, a pesar de que Kyuhyun había depositado su confianza en él y le apenaba menos que mirase sus cicatrices, él no podría haberse sentido más incómodo.
Kyuhyun podía confiar en el todo lo que quisiera, era Siwon quien ya no sabía si podía confiar en si mismo.
******
Por enésima vez, Siwon acomodó las ropas de Kyuhyun, pues parecía que no era consciente de el momento en el que el cuello de la camisa se deslizaba por sus hombros o cuando el pantalón bajaba un poco más allá de sus caderas.
Siwon se decía que era porque le preocupaban las excesivas miradas que diversos hombres y mujeres en el centro comercial le dirigían al castaño. En realidad, en esos momentos, él era el único que encontraba encantadora aquella imagen desarreglada del más joven.
Kyuhyun en cambio, se entretenía admirando el centro comercial, sus puestos, los enormes carteles publicitarios, lo música ambiental, las cegadoras luces que iluminaban el edificio y los traga luces colocados estratégicamente a lo largo del techo. Observaba a las personas caminar a su alrededor y trataba de imaginarse cuales serían las razones por las que estas discutían, caminaban a prisa o ponían ciertos tipos de expresiones faciales.
Todo aquello era "desconocido" para él, era nuevo.
Al fin, llegaron a una de las tiendas departamentales más frecuentadas por Siwon, en ella podían encontrarse todo tipo de atuendos. A pesar de que Kyuhyun se negaba a aceptar aquella ropa de parte de Siwon, bastó un poco de insistencia para dejarse probar toda la ropa que al moreno le apetecía.
Ambos caminaban por el centro comercial sin prisa, Siwon cargaba las bolsas sin problemas mientras Kyuhyun examinaba todas las tiendas que se encontraban en su campo visual. No obstante, ninguna llamaba su atención.
El moreno caminaba distraídamente, mirando algunas prendas en las tiendas de ropa, al girarse hacia el castaño para intercambiar unas cuantas palabras con él, notó que este ya no se encontraba a su lado, sino varios metros atrás admirando unas pantallas a través del cristal de una tienda de videojuegos.
Se acercó a él e inconscientemente murmuró cerca de cuello. - ¿Quieres entrar?- La piel en la nuca del castaño se erizo completamente, se giró ligeramente para mirarle con aprensión. En las pantallas de aquella tienda se podían apreciar diferentes tipos de videojuegos y consolas- Vamos a entrar- le dijo empujándole hacia la puerta, la cual abrió para que el castaño pudiese pasar.
Lo que Kyuhyun sintió al estar frente a esas pantallas, fue totalmente diferente a lo que había sentido esa mañana al escuchar los CD's se Siwon. No era como si estuviese descubriendo algo de su pasado, más bien, era como si estuviese descubriendo algo nuevo. Como si estuviese escribiendo en las hojas en blanco que había dejado el incidente de hacía tres días.
Siwon le preguntó si deseaba que le comprara una consola, pero Kyuhyun no permitiría que el más alto gastara más dinero en él. Ya se las arreglaría para conseguir uno de esos.
Cuando abandonaron el centro comercial, el sol ya había comenzado a esconderse detrás de los edificios de la ciudad y la oscuridad envolvía a la ciudad poco a poco.
*****
Ya en casa, procedieron a acomodar el nuevo guardarropa de Kyuhyun. Siwon había decidido abastecer el armario con ropa invernal que le abrigara, debía asegurarse de que el castaño no pescara ninguna clase de resfriado ya que noviembre se acercaba cada vez más a su fin y la temperatura comenzaba a bajar poco a poco, anunciando la llegada de la época Navideña.
Además de que la ropa invernal reducía la cantidad de piel expuesta en el cuerpo de Kyuhyun.
Le compró camisas de manga corta, manga larga, sacos, pantalones a su medida y zapatos cerrados, incluso unas botas para que pudiese dar sus paseos matutinos cada vez que se volviera despertar tan temprano.
Después de terminar de acomodar las compras, se dirigió a la cocina a preparar la cena. Jamás, en todos los años que tenía como ciudadano en Busan, había cocinado más de dos días seguidos y más de dos comidas al día. Se dijo a si mismo con una risilla que se estaba convirtiendo en una ama de casa.
Kyuhyun, en cambio, se entretenía leyendo el nuevo libro que había elegido en la biblioteca, no le parecía tan bueno como Demian, pero creía que la lectura era amena y agradable,
El resto del día pasó sin sucesos alarmantes. Cenaron tranquilamente y luego se despidieron para cada uno ir a dormir a sus respectivas habitaciones. Kyuhyun decidió leer un poco más antes de dormir.
Siwon pareció tener la misma idea que Kyuhyun, pues decidió comenzar a leer aquel pequeño libro que el castaño le había entregado esa mañana y le había rogado y/o ordenado que leyera.
Leyó de nuevo las primeras páginas, tratando de recordar lo que había leído cuando Heechul recién le había entregado el libro. Estaba realmente agotado y no pudo leer más que las primeras hojas antes de dejarse vencer por el sueño.
Aqualla noche soñó con Kyuhyun y con Demian. Ambos se encontraban parados uno junto al otro, mirándole. Ambos muy diferentes y a la vez iguales, pero no podía comprender de que manera.
Demian tenía el cabello negro como la noche acomodado de una manera elegante, sus ojos verdes y su piel cetrina; el chico a su lado, quien también se hacía llamar Demian, era castaño, sus ojos color chocolate tenían un brillo lleno de vida y su piel era pálida como la porcelana.
Físicamente eran diferentes, pero había algo similar en ellos que hacía que Siwon se sintiese atraído. Pronto se observó a si mismo dirigiéndose a ellos, dejando que ambos le rodeasen con sus brazos y acariciasen su cuerpo.
Despertó a mitad de la noche con la respiración agitada y la frente bañada en sudor frío. Su cuerpo temblaba como si tuviese frío y era fácil apreciar la palidez en su usual piel morena. Se cubrió el rostro con las manos y reprimió las ganas de gritar que sentía.
Se quedó sentado en su cama, tratando de calmar su respiración y su ritmo cardiaco. Su cerebro trabajaba a mil por segundo, pensaba que el chico de abajo era bueno, que no podía ser como los Demian de sus sueños, que ahí el único enfermo era él.
Se recostó en su cama tratando de mantener los ojos abiertos, tenía miedo de que al dormir aquel sueño siguiera su curso. Sin embargo, después de luchar contra la pesadez de sus párpados, estos al fin se cerraron media hora después. No soñó nada y en la mañana siguiente el sueño aquel era sólo un borroso recuerdo que poco o nada afectó su día.
Aunque también era el primero de muchos que vendrían.
Continuará...
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