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La mañana siguiente, Siwon debía ir a trabajar. Así que preparó un desayuno saludable y preparó una bandeja con ella para llevarla a la habitación de Kyuhyun. También preparó algo sencillo para el almuerzo, pues no regresaría hasta la tarde y el castaño estaría solo hasta entonces.
Llevó la bandeja hasta la habitación del chico quien aún dormía envuelto entre las sábanas de manera desastrosa, lo cual le provocó una risilla. No intentó negar la idea que se estacionó en su cabeza. El chico se veía adorable durmiendo.
Salió de la habitación y se dirigió a la suya escaleras arriba. Tomó una ducha, se colocó la vestimenta de acuerdo a su profesión y arregló su cabello. No se consideraba una persona vanidosa, pero le gustaba verse presentable en su trabajo.
Tomó su portafolio y la receta médica que tenía asentada en la mesilla de noche, no debía olvidarse de comprar los medicamentos para el castaño. Bajó las escaleras sin prisa, miró su reloj una vez y sonrió satisfecho. Tenía el tiempo perfectamente calculado.
Antes de salir de casa hizo una pequeña plegaria y se cubrió con una gabardina que se encontraba colgada en el perchero junto a la puerta. Noviembre estaba llegando a su fin y el frío empezaba a hacer acto de presencia en la ciudad.
Subió a su auto y dio una última mirada a su casa antes de salir por las extensas rejas. Le preocupaba dejar al castaño sólo, pero rezaba por que estuviese bien a su regreso.
El trayecto hacia el edificio en el que trabajaba no fue largo. No había nada de tráfico, pues siempre se aseguraba de manejar por las calles y en los horarios con menos tránsito vehicular.
Aquella mañana decidió llegar especialmente temprano para hacerle una visita, no tan casual, su amigo Leeteuk, con el que había hablado la noche anterior.
Caminó por los pasillos con parsimonia, pero con la seguridad de saber hacia donde se dirigía. Al llegar al pasillo deseado, tocó la puerta un par de veces antes de ser recibido por su compañero.
Entró a la oficina con una pequeña sonrisa, Leeteuk no parecía sorprendido por su presencia, más bien parecía que ya esperaba su visita. Se saludaron con un abrazo fraternal e intercambiaron comentarios sin importancia.
- ¿Ha habido alguna denuncia?- preguntó un poco ansioso.
- Han habido algunas. ¿Qué es lo que buscas? ¿Y por qué crees que tienes un desaparecido a tu merced?- comentó mientras se sentaba en su silla y hacia una seña para que Siwon también se sentara.
- Es un chico, adulto, de aproximadamente 24 años, castaño, casi tan alto como yo, pero delgado. Lo encontré hace unos días en un callejón, malherido e inconsciente y sin ninguna identificación. Tiene amnesia, por eso sigue en mi casa. En el hospital tampoco encontraron su expediente.
- Humm...- Leeteuk revisó algunas carpetas- me parece que ninguna coincide. La mayoría son mujeres y niños, pero si encuentro algo en los próximos días te avisaré. Quizá debas mandarme una foto suya para facilitar la búsqueda.- Siwon asintió- Y también deberías traerlo para hacer una denuncia, creo que es obvio que fue víctima de un asalto.
- Lo sé. Lo traeré tan pronto como pueda desplazarse por su cuenta. Gracias, hyung- dijo con una sonrisa leve- me tengo que ir pronto comenzara mi jornada.
Estaba a punto de salir, pero la voz de su hyung le detuvo.
- ¿De verdad planeas dejar que se quede en tu casa? Es un caso grave, no te conviene involucrarte demasiado. No sabes de donde ha salido.- su voz era serena. Leeteuk conocía lo suficientemente bien a Siwon y conocía las razones por las que había terminado trabajando en Busan cuando su ciudad de origen era Seúl. También sabía que su dongsaeng estaba un poco falto de cariño, por eso siempre se preocupaba demasiado por él.
- No tiene a donde ir, no puedo dejarlo a su suerte- Leeteuk asintió resignado. Sólo esperaba que Siwon se mantuviera al margen.
Siwon hizo una pequeña venia y salió de la habitación, se dirigió a su propia oficina para tratar com sus casos.
****
Cuando Kyuhyun despertó, ya había pasado gran parte de la mañana y tenía un hambre tremenda, si sus cálculos eran correctos, no había comido nada en todo el día de ayer. Frunció el ceño ante aquel pensamiento.
Se preguntó si Siwon ya estaba despierto. La bandeja en el buró junto a él terminó de disipar sus dudas. Devoró todo lo que esta contenía sin dejar sobras. De verdad que estaba hambriento.
De nuevo miró la bandeja y notó que había una pequeña nota escrita con estilizada caligrafía.
"Fui a trabajar, regreso en la tarde. El almuerzo ya está hecho, sólo debes calentarlo de nuevo. Siéntete en la confianza de deambular por la casa. Siwon."
Con un poco de dificultad, se levantó de la cama para hacer lo que Siwon le había permitido: husmear la casa. Claro que este lo había dicho de una mejor manera, pero eso era lo que haría al fin y al cabo.
Por alguna razón, Kyuhyun sentía una extraña curiosidad insaciable. Quería admirar más la belleza de esa casa, quería conocer mejor a Siwon y quería descubrir la razón de aquella infinita tristeza que se escondía tras sus ojos.
Se acomodó sus ropas lo mejor que pudo y salió de su habitación a paso lento. La noche anterior a penas había tenido la oportunidad observar esa casa y no planeaba desperdiciar esa oportunidad.
La casa era enorme y consistía en dos plantas. Su habitación se encontraba en la primera. Admiró cada habitación que se encontraba ahí. Las paredes estaban decoradas de manera exquisita sin llegar a lo ostentoso. Quien hubiese decorado ese lugar tenía un magnífico gusto.
La primera planta consistía en el recibidor, la sala de estar, la cocina, el comedor, un baño, un cuarto de lavado y la habitación en la que él se encontraba. Le parecía sorprendente que en aquella casa pudiese vivir una sola persona. El lugar estaba impecable, los muebles no tenían ni una capa de polvo. Todo se veía tan perfecto.
No obstante, se preguntó si Siwon no se sentiría solo teniendo tanto espacio y nadie con quien compartirlo. No se imaginaba lo cerca que estaba de la realidad.
Se asomó por uno de los grandes ventanales para poder observar el jardín trasero. Le pareció un lugar hermoso, los arboles ya habían dejado caer sus hojas amarillentas por el otoño y se preparaban para recibir el invierno. Al final del jardín había una cabaña, creyó que podría ser una bodega o algo parecido. Más tarde iría a echarle un vistazo.
Ahora se encontraba frente a un gran reto. Su cuerpo le pedía, no, le suplicaba, que se quedara abajo y perdiera el tiempo, pero internamente se moría por conocer la segunda planta. Así que se envalentonó y poco a poco fue subiendo los escalones, ayudándose de la barandilla, para llegar a su destino.
Al llegar al último escalón tuvo que detenerse a descansar. Su corazón latía desbocado y no sabía si era por el esfuerzo o por la anticipación. El cuerpo le dolía, pero empezaba a acostumbrarse a las repentinas punzadas que sentía de vez en cuando.
La segunda planta era casi tan o más impresionante que la primera. Tenía bastantes habitaciones, demasiadas a su parecer. Un estudio, un pequeño gimnasio- eso explicaba la musculatura del moreno- y otros dos baños. Después de abrir un sin fin de puertas, a su juicio, llegó a la habitación que tanta curiosidad le daba, la de Siwon.
La habitación estaba decorada de manera sobria, pero tenía un toque Siwonesco. Le pareció estúpido pensar eso, pero sintió que la habitación de cada persona era como la ventana a su alma. Aunque no tenía idea de donde había sacado eso, realmente lo creía. Se quedó ahí, parado en el quicio de la puerta, admirando el espacio que contenía un pedazo de la persona que le había rescatado.
Admiró desde la lejanía los retratos y fotografías asentados en el buró. En la fotos estaba Siwon y, los que Kyuhyun creía, sus padres y su hermana. Observó la enorme cama que se encontraba en el centro de la habitación. En un rincón había una pila llena de CD's que llamó mucho su atención, junto a esa pila había una guitarra. El cuarto estaba iluminado por la luz que se colaba por un enorme ventanal. Todo estaba perfectamente arreglado.
Salió de ahí a los pocos minutos, no deseaba seguir invadiendo la privacidad de Siwon, le hacía sentir ligeramente incomodo. Además había una habitación a la que todavía no entraba. Se dirigió hacia ahí a paso lento. Por alguna razón sentía el cuerpo enrarecido y no tenía nada que ver con sus heridas. Era anticipación y curiosidad.
La última habitación era una biblioteca enorme que le dejó fascinado. Todas las paredes estaban repletas de estantes llenos de libros. En el centro de la habitación había una pequeña mesa con una sola silla.
Se acercó a uno de los estantes y miró los títulos impresos en los lomos de los libros. Aquella sección parecía estar dedicada al Derecho, por lo que obvio que Siwon era abogado. Aquello le hizo sentirse confundido, un abogado no podría sostener una casa de tales magnitudes. Negó con la cabeza y siguió recorriendo los estantes hasta que llegó al área de literatura. Sintió un cosquilleo en la punta de sus dedos, tomó un libro al azar y comenzó a hojearlo,
Caminó distraídamente hacia la mesa en el centro de la habitación y pasó el resto de la mañana así, leyendo.
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Cuando Siwon llegó a casa la encontró silenciosa, como siempre. Se retiró la gabardina y la dejó en el perchero junto a la puerta. Caminó por la sala de estar para asentar la bolsa de los medicamentos para Kyuhyun y su portafolio. Se dirigió a la cocina para verificar que el castaño hubiese comido, pero la comida seguía intacta.
- Quizás no pudo levantarse de la cama- quiso patearse por no haber pensado en ese no tan pequeño detalle. Precalentó un poco de la comida y la sirvió en una bandeja para llevársela a Kyuhyun y recoger la que había llevado en la mañana, pero cuando entró a la habitación y la encontró vacía temió lo peor.
Revisó cada habitación de la primera planta pero no lo encontró en ningún lado. Dudo en si debía subir las escaleras, el castaño no estaba en condiciones para hacer aquel esfuerzo, pero al final lo hizo. Revisó la fila de habitaciones hasta que llegó a la biblioteca.
Dejó salir el aire que, sin ser consciente, estaba reteniendo. Sentado en la mesa de centro se encontraba Kyuhyun, con un libro abierto entre las manos. Había avanzado gran parte de él.
Sonrió con alivio. El chico no estaba ni muerto ni más herido de lo que ya estaba. Se mordió el labio y se dedico a mirar al castaño detalladamente. Este aún no se percataba de su presencia así que se tomó unos minutos enteros para admirarle. Observó su cabello revuelto y la expresión concentrada que tenía su rostro. Miró como sus cejas estaban ligeramente fruncidas y el brillo de concentración que había en sus ojos. Admiró la manera en que mordisqueaba su labio inferior. Aquel chico tenía algo que le parecía realmente encantador.
Admiró su largo cuello ligeramente inclinado hacia adelante para enfocar mejor el libro. La camisa que le había entregado el día anterior se resbalaba por el hombro derecho mostrando su blanca piel, marcada por unos pequeños rasguños, y sus prominentes clavículas.
Después de terminar su escrutinio y de sentirse ligeramente avergonzado ante aquello, decidió llamar la atención del castaño.
- Hey- le llamó, acercándose a la mesa. Kyuhyun se sobresaltó ligeramente. Hizo una seña con la mano al mismo tiempo que se sonrojaba y desviaba su mirada hacia el libro, avergonzado por su tonta reacción. Siwon sonrió, en definitiva, aquel chico tenía un aspecto muy adorable.- No has almorzado. Te parece si bajamos a comer y te llevas el libro.- le sonrió queriendo transmitirle confianza y consiguiéndolo.
Kyuhyun le miró dubitativo antes de asentir y pararse con dificultad. Siwon se acercó a él de inmediato y colocó una mano bajo sus hombros. Le ayudó a salir de la habitación y a bajar las escaleras.
Ya encontrándose sentados en el comedor, se instaló un incómodo silencio. Ninguno sabía que decir, ¿De qué más podrían hablar si Kyuhyun no recordaba nada? Además, Siwon ni siquiera sabía su nombre y ya se había hartado de intentar llamar su atención con balbuceos incomprensibles y sin sentido.
- Puedes llamarme Demian- Kyuhyum, que se había percatado de la incomodidad de Siwon, decidió exteriorizar una idea que se introdujo en su cabeza gracias al libro que había comenzado a leer.
- ¿Has recordado algo?- preguntó muy sorprendido Siwon, en especial porque aquel no era un nombre coreano.
- No. Es el título de este libro- dicho esto, señaló con el dedo índice el libro que se encontraba a un lado de su comida y a una distancia prudente en caso de que ocurriese algún accidente con la comida.- creí que sería más cómodo para ambos y creo que el nombre Demian es adecuado.
Siwon sintió que su pecho se contraía al escuchar al castaño decir aquello. No podía comprender su situación, pero presentía que estar en un lugar donde se es un completo desconocido y no saber ni quien eres debía ser terrible.
Como una hoja en blanco. Pensó Siwon.
Sin embargo, una duda asaltó su cabeza.
- ¿Demian?- miró la portada del libro y lo reconoció inmediatamente. Ya había olvidado que ese libro se encontraba en su biblioteca. Había sido una regalo de unos de sus amigos, Heechul. Todavía no lograba comprender si este pensaba en burlarse de él cuando se lo obsequió.- ¿Por qué crees que Demian es adecuado?
- Creo que más bien, es la esencia del libro, aún no he terminado de leerlo así que no puedo explicarlo con claridad ahora- sentenció mientras seguía comiendo.
- Sigo sin terminar de comprender- Siwon no sabía si deseaba entrar en una discusión con respecto a ese libro, no había sido capaz de terminar de leerlo, pues le había parecido muy polémico en ciertos asuntos religiosos y siendo el hombre cristiano que era...
- Me gustaría poder explicarme, pero me parece que no acertaré a descifrar la profundidad del libro sin haberlo leído por completo.- a Siwon le sorprendió la manera en la que Kyuhyun hablaba acerca del análisis de un libro, le parecía ligeramente profesional, como si estuviese acostumbrado a hacerlo.
- Yo tampoco lo he leído por completo- admitió el moreno encogiendo los hombros.
- Pues deberías, me parece que es un libro interesante. Cuando termine tú también deberás leerlo.- Siwon levantó una ceja ante el tono mandón del castaño y este tuvo, cuando menos, la decencia de sonrojarse.- En fin- continuó hablando para aligerar aquel momento tenso- creo que, de todos los libros que hay en la biblioteca, no puede ser una casualidad que haya escogido ese libro. Además, siento una pequeña conexión con Demian.
- Demian nunca me pareció un buen personaje, el protagonista lo dice. Demian pertenece al otro lado, al lado perverso.
- No puedes saberlo si no has leído el libro.- murmuró y sin más continuó comiendo.
- Demian será entonces- sonrió, interpretando aquella acción por parte del castaño como un pequeño berrinche.
El resto del almuerzo cena, por lo tarde que era, transcurrió sin ningún evento alarmante.
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Después de almorzar y de que Siwon hubiese lavado todos los trastes bajo la atenta y escrutadora mirada de Kyuhyun, el moreno decidió que ya era hora de que el castaño tomase un baño para poder colocarle las cremas que había recetado el doctor.
Le ayudó a llegar hasta el baño, ignorando el hecho de que Kyuhyun había llegado hasta la planta alta por si solo, le preparó el agua de la tina hasta dejarla a una temperatura agradable y utilizó unos de los jabones líquidos aromatizados que más le gustaban para crear espuma.
Siwon había decidido quedarse ahí hasta que Kyuhyun terminara de ducharse para evitar cualquier tipo de accidente, pero el castaño parecía reacio a desvestirse frente a él. Siwon aún no conseguía comprender la razón de aquel comportamiento, así que decidió darle un poco de tiempo para que se desvistiera a solas.
Ya que Kyuhyun le aseguró que se encontraba en la bañera volvió a entrar para vigilarle. El castaño sintió que la piel se le erizaba al estar bajo la atenta mirada de Siwon, a pesar de la tibieza del agua que ayudaba a aliviar los dolores de su cuerpo. Se hundió todo lo que pudo entre la espuma para que su cicatriz pasara inadvertida. No intercambiaron más palabras que las necesarias, como la ubicación del champo, entre otras cosas sin importancia.
Kyuhyun creyó que podría quedarse ahí para siempre, al menos hasta que su piel quedara arrugada como una pasa. Las cálidas ondas del agua acariciando su piel y las burbujas causándole cosquillas en el cuerpo. Ante los ojos de Siwon, Kyuhyun era como un niño pequeño que se divertía con la espuma.
Después del baño, probablemente, más largo en la vida de Kyuhyun, Siwon decidió salir en busca de ropa del Kyuhyun y las cremas. Antes de abandonar el baño, le entregó al castaño una toalla para que se secara y cubriese.
Una vez solo en el baño, Kyuhyun salió de la tina con un poco de dificultad y tomó la toalla. Se secó lo más rápido que pudo, pero al extenderla del todo para cubrirse, observó que no era lo suficientemente grande como para cubrir todo su cuerpo, al menos las áreas que deseaba ocultar ante Siwon, como la cicatriz en su pecho y su intimidad.
Después de unos minutos de indecisión, escuchó la puerta abrirse dando paso a Siwon con todo lo que había ido a buscar. Lo único que se le ocurrió hacer al castaño fue darle la espalda al moreno mientras cubría descuidadamente y con recelo la parte sur de su cuerpo.
Siwon se sonrojó. Durante los segundos que Kyuhyun había tardado en cubrirse, había podido admirar su redondeado trasero. Sintió vergüenza ante su pensamiento, pero desde esa perspectiva el cuerpo de Kyuhyun parecía muy femenino. Su cuello largo, espalda pequeña, cintura estrecha, aquellos redondeados glúteos y sus piernas delgadas y tan largas que parecían interminables.
Siwon, quien había sido criado estrictamente bajo la religión cristiana, jamás había estado tan cerca de una mujer desnuda, así que se podía decir que Kyuhyun era lo más cercano que había estado de sentirse atraído hacia una. Para su desgracia, Kyuhyun era hombre.
- P-ponte estos bóxers para que pueda ponerte las cremas que recetó el médico.- la voz de Siwon trataba de sonar tranquila.
- ¿Q-qué?- Kyuhyun giró ligeramente la cabeza y con una mano tomó los bóxers que el moreno le acercaba, mientras que con la otra apresaba con más fuerza la toalla en sus caderas.- Creo, creo que yo me las puedo poner solo.
- El médico dijo que necesitarías ayuda.- insistió- ahora ponte los bóxers- urgió con voz cada vez más tensa. Aquello no le había pasado la noche que encontró al chico.
Kyuhyun obedeció lo más rápido que pudo, aún dándole la espalda y sin soltar la toalla, sin importar el dolor que pudiese acometer contra él.
El castaño permaneció ahí, de espaldas a él, avergonzado, hasta que sintió una de las manos de Siwon posarse delicadamente sobre su hombro izquierdo, incitándole a moverse y sentarse en un banquillo que el moreno había acarreado para poder colocarle los ungüentos sin problemas.
A pesar de que Kyuhyun quiso luchar contra esa mano, su cuerpo era débil y aún le dolía, así que no tuvo más opción que obedecer. Colocó la toalla firmemente sobre su pecho, abrazándola, no dispuesto a que se la arrebatasen.
Siwon suspiró creyendo comprender de donde venía aquel comportamiento. Se puso de rodillas hasta quedar a la altura de Kyuhyun y destapó el pomo con el ungüento. Tomó entre sus dedos un poco y lo fue aplicando en las heridas de los hombros y las piernas, todos los lugares donde Kyuhyun no se cubría con la toalla.
El más joven emitía pequeños quejidos, pues las heridas apenas estaban cicatrizando y ardían. Con ayuda de Siwon, se movió lo suficiente para que este pudiera colocarle el ungüento en la espalda. Ambos eran conscientes de que aquel era un momento incomodo, pero cada uno tenía sus propias razones.
Al fin había llegado el momento que Kyuhyun tanto temía. Sin esfuerzo alguno, Siwon retiró la toalla de su pecho y procedió a colocarle la crema en el, el castaño mantenía los ojos cerrados con fuerza, temía por la reacción de Siwon al ver su pecho. No obstante, Siwon acariciaba su pecho con delicadeza, como si no le importara lo que hubiese en él o como si aquella cicatriz no estuviera ahí.
Kyuhyun abrió los ojos para mirar a Siwon, este parecía muy concentrado en cubrir con la crema cada herida que estuviese ahí. Ignoró la cicatriz y únicamente la rozó al poner un poco más del ungüento. Kyuhyun se sintió realmente avergonzado y a la vez agradecido.
Dejó que Siwon terminara su trabajo permitiéndose relajarse bajo su toque. Sus manos eran suaves y cálidas. Sentía que abarcaban gran parte de su cuerpo. A penas conocía a aquel hombre, pero este le había demostrado que no le haría daño.
Cuando Siwon al fin terminó de poner el ungüento, se levantó del piso y abandono el baño en silencio para permitirle a Kyuhyun terminar de vestirse. Tenía tantas ganas de decirle al chico que nada en él era desagradable, que le parecía sumamente hermoso, pero prefirió callar.
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Cuando Siwon al fin dejó de sentirse como un pervertido enfermo, caminó hacia la habitación de Kyuhyun, este se encontraba recostado en la cama leyendo el libro Demian, había avanzado más que cuando estaban en el almuerzo. Se sintió un poco nervioso al pronunciar ese nombre, pero no le quedaba más opción.
- De-Demian- pronunció nervioso, el castaño le devolvió la mirada casi al instante. Una pequeña sonrisa adornó su rostro al escuchar la manera en la que el mayor le había llamado.- ¿Te molestaría que te tomara una fotografía? Es para mi amigo Leeteuk, es investigador donde trabajo- se apresuró a explicar- su área es el de crímenes y desapariciones. Dijo que esto podría ayudarle a encontrar información de ti.
Kyuhyun pareció dudarlo un poco, pero si Siwon decía que ayudaría, entonces lo haría. Asintió quedamente y vio como este sacaba una cámara de su bolsillo para tomarle la foto. No sabía que cara poner así que permaneció serio.
Después de que el flash atacara sus ojos por un momento, sin desearlo puso una cara de aturdimiento que a los ojos de cualquiera se vería adorable, justo cuando creyó que las luces desaparecían, otro flash volvió a atacarle.
Siwon murmuró algo que pareció un "Es suficiente" y salió de la habitación dejándole solo. Cuando Kyuhyun al fin pudo enfocar con claridad el lugar, Siwon ya no se encontraba en la habitación. Negó con la cabeza ligeramente y siguió leyendo aquel libro que le tenía cautivado. Estaba a punto de terminarlo y no sabía si quería hacerlo.
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Siwon entró a su estudio con el corazón totalmente desbocado. Abrió la computadora portátil que se encontraba sobre el escritorio y conectó la cámara con movimientos torpes. Cargó las dos nuevas fotografías en la computadora y procedió a enviarle un e-mail a Leeteuk con la primera foto. La segunda la guardo en sus archivos personales.
La admiró durante 30 segundos enteros antes de salir del estudio, la imagen había quedado plasmada en su memoria y a pesar de la vergüenza que sentía hacia si mismo, quería pensar que estaba haciendo algo bien. Que mantener a "Demian" en su casa era lo correcto.
Pensó en su padre y se sintió peor porque estaba fallándole en algo más, en algo peor. Renunciar a la empresa familiar era una cosa, pero blasfemar en contra de su religión era otra. Que Dios le perdonara por sus pensamientos.
Continuará...
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