Capitulo 3
Confesión
No habían tardado apenas unas horas, le habían llevado al monte Kukuru, lugar en donde se situaba la casa de los Zaoldyeck.
Era bien de noche y se suponía que no debería de haber nadie despierto, así que sigilosamente el mayor llevando a hombros al pequeño entró con sigilo en la mansión, pasando desapercibido. Lo tenía todo planeado, así que con normalidad y vistiéndolo solo con unos pantalones a su hermano pequeño lo dejó encadenado en uno de los sótanos donde tiempo atrás había sido encadenado por su hermano Milluki.
Sin embargo, aquella vez, no era su otro hermano el que lo había hecho sino que fue Illumi, las piernas se las había dejado ligeramente separadas unas de otras, tenía los ojos vendados, la verdad es que estaba bastante cansado y terminó por quedarse dormido en el trayecto a su casa.
Reinaba una extraña calma en la mansión de los Zaoldyeck, y así transcurrió el resto de la noche...tranquila...
Pero quizás no tan tranquila para otras personas, en la posada donde horas antes los dos amigos habían pasado una agradable tarde ahora estaba rodeada de un ambiente triste y sombrío.
En su interior se encontraba el pequeño moreno tirado en la cama abatido, se había dado cuenta en ese instante de sus sentimientos, estaba realmente confudido, nunca vio a Killua como algo más y sin embargo en su interior su corazón palpitaba con fuerza , sabía que no habían pasado más que unas horas, pero ya lo echaba de menos, no entendía su comportamiento y se preguntó si es que lo odiaba.
Prefirió no pensar en esa posibilidad puesto que sentía que de ser así, le mataría por dentro. Pasó una parte de la noche en vela, pensando donde habría ido, hasta que rememorando, recordó cuando lo fue a buscar a su casa..su casa...¡Ahí podría estar! Se levantó de golpe de la cama, ya era tarde pero al día siguiente saldría directo a su casa para buscarle y al menos entender lo que le había conducido a aquella situación...
Ya era de día, entre las rejas se empezaban a colar unos rayos de sol iluminando en mayor parte la estancia, el chico de cabello plateado seguía dormido hasta que alguien irrumpió en la estancia despertándole.
-¿Uh?¿Quien...es? -decía algo desorientado.
-No puede ser..¿Killua? -respondió una voz que sonaba del todo clara.
-¿Milluki?¿Eres...tú? -decía alzando la cabeza habiendo reconocido la voz de su hermano.
-Claro que soy yo...¿Qué haces aquí traidor? -le decía quedándose delante suya.
-¿Estoy en casa? Me...me debió..de traer ayer Illumi..-decía mientras le daba un escalofrío.
-¿No sabías? Bueno ahora que estás aquí...-saca su látigo.- He mejorado mi juguetito ¿Quieres probarlo?¿O te vas a resistir?- le dice con una expresión maliciosa.
-No...no me resistiré...-le respondió apesadumbrado por no poder hacer nada.
A esta respuesta por parte de su hermano menor sonríe dándole un golpe con su látigo haciendo que de una sangrara debido a que tenías unos pequeños ganchos que se adherian a la piel, por este golpe Killua no pudo evitar soltar un pequeño gruñido molesto.
Durante un buen rato continuó golpeándolo por el cuerpo dejando un rastro de sangre por donde pasaba hasta que el propio Milluki se cansó y dejó de hacerlo.
-Si me vas a recibir siempre así me lo pensaré antes de venir...-le dijo escupiendo un poco de sangre.
-¿Qué manera es esa de tratar a nuestro hermano Milluki? -dijo de repente una voz tras él.
-¿Illumi? Ah pero yo...-le dijo sin dejarle terminar puesto que se puso delante del pequeño.
-No, no..hay que tratarlo con cariño...-le decía el mayor acariciando suavemente el cuello del pequeño haciendo que a este le diera un escalofrío.
-No sé a qué te refieres...-decía con la mirada un poco atónita.
-Bueno..has hecho un buen trabajo...-le dice mientras lame la mejilla del menor quitándole la sangre.
-¿Qué haces...? -le dijo retrocediendo un paso viendo lo que le hacía a su hermano pequeño.
-Nada...solo darle cariño..-le quita la venda mirándole a los ojos que no desprendían brillo alguno, más bien se veía horror y humillación.- Ahora vete, tengo cosas que hacer...y si dices algo..-saca una aguja- te mato.
Su hermano sin saber qué hacer sale como puede corriendo dejándoles solos, no pensaba el menor, no podía..otra vez..no quería volver a sentirse tan débil, sin embargo y esta vez fue más directo se posicionó tras de él acariciando su pecho y sacando su virilidad bajó los pantalones de este como deseoso embistiéndole con fuerza provocándole ahogar sus gritos al pequeño hermano.
-Killua...eres muy rico...-le decía lamiéndole la mejilla sin dejar de embestir.
El oji azul sentía repulsión hasta que después de un rato terminó yéndose su hermano dejando de estar dentro de él le soltó las manos y piernas, sin embargo, no tenía fuerzas y cayó al suelo sin remedio quedándose inmóvil con unos ligeros temblores....
En en otro lado el moreno Gon ya había emprendido su marcha hacia la mansión de la persona que amaba, se pasó la mañana yendo al lugar hasta que al fin llegó a la gran puerta donde con gusto el portero le dejó pasar guiándolo de nuevo hasta la mansión.
A pesar de haber estado una vez allí nunca había entrado hasta su casa y no dejaba de mirar todo alrededor suya, era verdad que era muy diferente. Sin previo aviso irrumpió en la casa dando sonoros gritos.
-¡¿Killuaaaa?! -gritaba casi con desesperación, quería que le oyera quería verle...
Unos pisos más abajo Killua escuchó los gritos que lo llamaban...No podía ser ¿Había ido a buscarle de nuevo hasta su casa? Sentía su corazón desbocarse y haciendo un esfuerzo se levanta, a lo que su hermano le miró diciéndole casi en un susurro.
-Ya sabes qué hacer..dile que se vaya..todo lo que te dije ¿Entendido? -y tras decirle esto le tira una camiseta y pantalón largos mientras el otro asentía.
Vistiéndose con esa ropa subió hasta el hall donde vio a su amigo, este parece que también le vio puesto que salió corriendo hacia él y justo en el momento en el que le iba a abrazar, el peli plata le detuvo sécamente, sin embargo el otro no pudo evitar que se le escaparan algunas lágrimas.
-Ki-Killua...¿Por qué volviste? -le dice titubeante.
-Te dije que no vinieras...¿Qué no entendiste? -le responde sin mirarlo.
-Mírame y dímelo...-le hace levantar la vista y cuando lo mira le recorre un escalofrío.
La persona delante suya no parecía Killua, ¿Dónde estaba ese brillo de sus ojos que tanto le encantaba? Tenía la mirada como perdida y no sabía por qué, se fijó en su cuerpo, tenía la mayor parte tapado pero su cara no..y en su cara había golpes, no paraba de preguntarse quién se lo hizo o qué le pasó.
Quería abrazarlo, consolarle permanecer toda la vida junto a él, pero le daba miedo decírselo a pesar de eso pensó que debía hacer así que lo cogió por los hombros, haciendo que mirara él también.
-Y-Yo..te....te...-a medida que iba diciéndolo notaba como se acaloraba, se estaba poniendo rojo.
-¿Eh...? -el peli plata estaba confundido...pensaba que era imposible...
-Te...¡Yo te amo! -cuando terminó se puso rojo y al ver que el otro no respondía se lanzó dándole un beso.
Esto cogió a Killua por sorpresa, quería llorar llorar de felicidad y a la vez de pena...no quería dejarlo marchar per sabía que tenía que hacerlo...de todos modos no tuvo en reparos en seguir el beso, ante la sorpresa de Gon, quien no se esperaba esa reacción por parte del otro, no fue un beso pasional, fue corto, pero lleno de dulzura.
-G-Gon..yo también te amo..-le dice sonrojándose, y al verlo se quedó perplejo abrazándolo con fuerza.
-¿Y vovlerás..? -decía con un hálito de esperanza.
-No puedo...y ahora vete..no...no quiero verte más..-se mordió el labio inferior resbalando unas lágrimas por sus mejillas.
-¿Qué..?¿Por qué? -al verle llorar sintió que su corazón se desbocaba de angustia.
-No puedo decírtelo..ahora vete será lo mejor para tí..-decía separándose de él y secándose las lágrimas.
-Pero..yo no quiero...yo quiero..estar contigo...-le decía mirándole.
-Lo siento...-y en un rápido movimiento le dio un golpe en la nuca dejándolo incosciente ordenando que lo llevaran de regreso a su casa.
Detrás suya estaba su hermano mayor, este se gira, sin siquiera mirarle.
-¿Qué quieres? -le dijo a su hermano.
-Tengo algunos trabajos para tí...los cumplirás ¿Entendido? -al decir esto se giró tras ver asentir a su hermano pequeño.
En los días siguientes se dedicó a cumplir sus trabajos sin rechistar mientras lejos de allí en la casa de Mito-san ya recién acababa de llegar Gon.
Su tía le había recibido asustada al verle en el suelo, pero se tranquilizó cuando vio que estaba bien, lo cogió dejándolo en la cama tumbado. Pasaron unos minutos hasta que despertó mirando a Mito con sorpresa, le resultaba todo confuso...y al recodar se ruborizó lévemente aunque luego se abrazó a su tía con un sollozo silencioso.
Su tía le acarició el pelo preguntándole lo que pasó; se resistía, sin embargo termino contándole todo, Mito esaba un tanto sorprendida pero quería a su sobrino y lo abrazó fuertemente diciendo que todo se solucionaría.