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Vivir el futuro y no el pasado por nyanko1827

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Notas del capitulo:

16 veces leído, ¿he de suponer que ha gustado? Bueno, supongo que sí por eso subo el segundo capítulo.

Como en este capítulo casi ni hablan, casi todo es narrado, no voy a hacer que Yao diga el 'aru', sé que es su marca pero para una narración queda algo… no sé, no acaba de convencerme. Ya lo hice con un One-shot, uno de los personajes tiene la manía de decir 'desu' al terminar una frase y se me tornó pesado, nadie me dijo nada ni sé si a los lectores no les ha parecido pesado, pero a mí sí. Por eso el 'aru' sólo lo pondré cuando hable y no cuando narre. Si no os parece, me lo decís y corrijo el capítulo poniendo el 'aru', no hay problema.

Disclaimer: Hetalia pertenece a Hidekaz Himaruya-sensei~

Vivir el futuro y no el pasado.

Capítulo II: Wang Yao.


Desde que nací en mi casa ha habido problemas, mi padre agredía a mi madre por celos. A esa edad no sabía el porque de los celos, pero todo me quedó muy claro cuando mi madre me cogió un día y sin hacer las maletas ni decirle adiós a mi padre, nos fuimos de casa. Mi madre dijo que íbamos a vivir en Rusia, más en concreto en Moscú.

Al parecer un amigo suyo estaba viviendo ahí y fue él quien le sugirió que dejase esos malos tratos y fuera a vivir con él. Ese hombre es el amante de mi madre y ahora mi padrastro, cuando me enteré de ello fue una gran sorpresa, yo tan sólo tenía diez años y me acababan de decir que mi padre tenía una buena razón para esos celos, aunque los golpes sobraban, podrían haberse divorciado, haber encontrado otra solución y acabar teniendo una relación de tan sólo amistad o simplemente ignorarse mutuamente. Pero mi madre me dijo que eso iba a ser imposible y yo no entendía el porque.

Tuvimos que huir y resguardarnos en la casa del que ahora es mi padrastro. Empecé la escuela a los diez, y ahí conocí a un chico ruso, tímido y que su presencia intimidaba y ahuyentaba a todos los niños de nuestra edad, al principio yo también estaba en la categoría de niños que salen corriendo ante su presencia y para que mentir, también a los adultos – los más divertido del asunto es que él no se daba cuenta, es más, le confundía y entristecía el que todos le huyeran y le dejasen de lado –, pero una vez le conocías era muy majo y simpático, sólo demasiado infantil.

No sé cuando empecé a sentirlo, pero cuando quise darme cuenta ya estaba enamorado de él. Estaba confundido, sabía la definición de amor y también sabía que esa definición sólo se le daba al sexo opuesto. Se lo conté a mi madre, le expliqué como me sentía estando cerca de él y los sentimientos que surgían cuando le veía intentando entablar relación con alguien.

Mi madre se sorprendió mucho, incluso al principio me miró con algo parecido al asco, pero esa mirada fue fugaz y luego pude observar un inmenso cariño en su mirada. –Yao, el amor no siempre sigue a su definición ni tampoco a las reglas impuestas por los humanos. Sólo haz lo que creas que sea mejor para vuestra relación.– Esas fueron sus palabras, y eso fue lo que hice.

Mi madre siempre ha sido muy sabia, o puede que fuese el estilo de vida que había llevado con mi padre que hizo que se tornara sabia y supiera que decir en cada ocasión. Pero ese consejo me ayudó mucho, mi relación con Iván era la de dos íntimos amigos, nos llevábamos muy bien y no nos hacía falta a nadie más. Incluso me bastó con tan sólo estar a su lado como amigo si él no sentía lo mismo por mí.

Pero a los once años, Iván hizo algo que me hizo llorar de felicidad. Se me confesó, me dijo las palabras que estaban enterradas dentro de mí, él tuvo el valor que en ese momento yo no tuve y no pude negarme… que digo, no quise negarme. Me lancé a sus brazos y le dije lo que sentía por él. Y ahí empezó nuestra historia de amor puro e inocente.

Como cualquier humano, crecimos. Y al parecer las hormonas de Iván lo hicieron antes que las mías, a cada rato le tenía encima o intentando encerrarme con él en alguna aula de la escuela. Suerte que pude evitarlo todas las veces, incluso alguna vez se me escapaban palabras en mi idioma por lo vergonzoso del asunto.

A los quince años todo mi ser se revolucionó, fue en ese momento que entendí como se sentía Iván cada vez que me veía o yo le tocaba. Es imposible tener controladas las hormonas a esa edad y me encendía cada vez que una de las infantiles sonrisas de Iván se asomaba en su rostro – y más aún cuando eran dirigidas hacia mí –. Por eso, volví a pedirle consejo a mi madre, ella rió divertida ante mi dilema y me abrazó con fuerza diciendo: –Mi niño está creciendo.–

Vale, eso ya lo sabía. No hacía falta que me lo recordase, lo que necesitaba era que me aconsejara como cuando le dije lo que sentía por Iván. Que me dijera que debía hacer o como debía actuar y no que me señalara lo obvio. Mi madre volvió a reír al ver mi ceño fruncido y separándose de mí, me agarró del rostro e hizo que nuestros ojos conectaran para decirme: –Yao, en esto no puedo decirte nada más. Es tu cuerpo y tú decides a quién dejarle disfrutarlo, si de verdad deseas que el te toque de esa forma, díselo. Muéstrale que lo vuestro es más profundo que lo que un día tuvimos tu padre y yo, en cambio, si no sientes que es tan profundo como para darle el gusto de disfrutar de ti déjale ahora que aún sois jóvenes y tenéis toda la vida por delante. No cometas los errores que yo hice.–

Fue… un gran sermón, pero como siempre, mi madre tuvo razón. Cerré los ojos y dejé que la imagen de Iván se adueñara de mis pensamientos, debía de ser él, lo tenía clarísimo. Con Iván para siempre. Abrí mis ojos nuevamente y con una sonrisa dedicada a mi madre, me fui a buscar a la única persona que se adueñaba de mi mente sin ningún tipo de esfuerzo.

Se lo dije, le plantee el tener relaciones y me sorprendí mucho con su reacción – aunque en cierto modo ya me la esperaba –. Por eso quedamos en mi casa, hubiera preferido en la suya porque yo debía de echar a mi madre y a su – ahora – marido de casa para poder estar a solas con él, y por lo que sabía, en la casa de Iván no había nadie, sólo su hermana pequeña y a ella podríamos llevarla a casa de alguna amiga. Pero estaba empeñado en no acercarse mucho a Natasha y acabé cediendo para que fuese en la mía.

Le estuve esperando horas, horas que se me hacían eternas, incluso llegué a pensar que en verdad no quería. Pero para mi gran alivio apareció, y luego todo fue un caos. Apareció cojeando y con múltiples marcas por su cuello, eso me impactó, ¿no se suponía que íbamos a tener nuestra primera vez los dos juntos? ¿Todo lo que me dijo fue una vulgar mentira?

No pude reprimirme y solté todo lo que pasaba por mi mente, incluso cosas que le habían hecho daño, y lo sé por la expresión que puso cuando las dije. Fue entonces cuando supe que me había pasado, iba a disculparme pero Iván se me adelantó y empezó a decir todo lo que pasaba por su cabeza. Había palabras que supe que las decía para herir, como una pequeña venganza, por eso no les tomé importancia, pero cuando me dijo que estaba mintiendo y que era como todos me enfurecí. Le solté cuatro cosas junto a un: –No quiero saber nada más de ti, aru– y me fui.

Los años siguieron pasando y a mi padrastro le dieron trabajo en América, al parecer la empresa donde trabajaba estaba 'abriendo nuevas puertas' y le trasladaban allí para que fuera uno de los encargados. No dudó ni un segundo en aceptar el puesto, y en ofrecernos a ir con él, mamá no parecía muy convencida y me imaginaba el porque.

Yo era quien la retenía en Moscú, porque yo estaba en una relación con Iván y ella no creía en las relaciones a distancia, y para que negarlo, yo tampoco creía en ellas. Y en las circunstancias en las que me encontraba con Iván creí que eso era lo mejor. Le ayudé a convencer a mamá y así poder irnos a nuestro nuevo hogar.

Quise empezar de nuevo, hacer una nueva vida. No quería acabar como mis padres, aguantando una mentira tras un velo de sufrimiento, por eso, esto fue lo mejor para poder vivir el futuro y no el pasado.

Y lo conseguí, poco a poco fui levantando cabeza, el primer amor es el que decide que rumbo tomarás en tus siguientes relaciones y yo ya tenía muy claro el como quería vivir mi vida. Empecé una relación con un chico coreano, al principio me recordaba a Iván pero a la vez me ayudó a olvidarle.

Su mala costumbre de querer tocarme cada vez que pudiese me recordaba a las ganas que tenía Iván para ser uno conmigo, pero al mismo tiempo era distinto. Iván esperó a que yo estuviese preparado y Yong Soo simplemente atacaba – y sigue atacando –, nada de esperarme ni que ocho cuartos, me manosea me guste o no me guste y siempre he de ir con cuidado y vigilar mi espalda porque en cualquier lugar y momento me demuestra – según él – cuanto me ama y desea.

Al terminar los estudios nos pusimos a buscar trabajo, lo necesitábamos, no íbamos a quedarnos viviendo a costa de nuestros padres. Mi gran suerte fue que en la primera búsqueda me topé con Francis, un viejo compañero que conocí cuando él pasaba por Rusia. Me propuso unirme a una banda de música que recién y estaba empezando. Al principio no estuve de acuerdo, no me parecía bien el aprovecharme de alguien pero Francis me convenció para que al menos lo probara.

Me condujo hasta llegar a un… ¿pequeño antro? Podría llamársele así, lo cierto es que parecía un lugar de mala muerte pero no quise poner pegas podrían lincharme a hostias, pero si lo intentaban que se preparasen, se defenderme. Entramos dentro del local nombrado 'Luz de Luna' y lo primero que me saludó fue una imagen bastante peculiar, un rubio de cejas pobladas se estaba peleando con un castaño. Por lo que alcancé a escuchar el rubio quería poner en el menú unos scone hechos por él, y el castaño horrorizado por tal sugerencia se negaba frenéticamente hasta que se cansaron de ser civilizados y se pusieron a discutir a puñetazo limpio.

Hasta que Francis y dos chicas – que por el traje que llevaban pude deducir que eran las meseras – intervinieron y les separaron, apoyando al castaño para que los scone hechos por él no se incluyeran en el menú, que no querían matar a los pocos clientes que tenían. Eso indignó mucho al rubio quien frunció el ceño y empezó a echarles en cara su poco paladar, que su comida era la mejor y que los clientes debían saborearla.

Al final, gracias a una de las dos meseras, todo finalizó con un: –Ya veremos la próxima vez, de momento dejamos el menú tal y como está.– Al estar todo arreglado, Francis me presentó y el castaño – que ahora sé que se llama Antonio y es español – me hizo las pruebas de admisión junto al rubio – que me lo presentaron como Arthur originario de Inglaterra –.

No sé como, pero pasé la prueba de admisión y me dieron los horarios para cuando se hacían los conciertos y los días que ensayaban.

Gracias a Yong Soo y la banda pude empezar a vivir el futuro y dejar el pasado, como eso, pasado.

::0::

Y aquí estábamos, dentro de una sala esperando a quien iba a ser nuestro mánager. Lo divertido es, que como siempre, Antonio y Arthur estaban peleando por alguna cosa, no he alcanzado a escuchar de que iba, pero al parecer Francis y Gilbert estaban intentando calmarles.

La puerta abriéndose fue lo que logró tranquilizarles, seguro y estaban nerviosos y lo habían tomado como excusa para discutirse por cualquier tontería. Nuestros ojos se fijaron en la persona que entraba y cuando le vimos…

…todo mi ser cayó al suelo en picado. Iván estaba entrando por esa puerta con su típica sonrisa infantil y al parecer asustando a tres de los integrantes de nuestra banda. He de calmarme, me ha reconocido pero mientras él no diga nada yo no pienso decir nada ni dirigirle la palabra.

–Veo que estabais teniendo una divertida charla.– Comentó mientras iba acercándose a la oportuna pizarra que había en la sala, posicionándose delante de ella y empezando a escribir algo.

Me pregunto, ¿qué será?

Notas finales:

Este capítulo dedicado a China. He tardado un poco pero no por tener que escribirlo porque como ya dije, este junto al primero ya estaban escritos, pero la escuela quita mucho tiempo y ahora se tendrá que sumar el echo de que si he de escribir el tercer capítulo, espero no tardar mucho y poder subirlo este finde pero no prometo nada.

Próximo capítulo: Antonio Fernández Carriedo.

No hay mucho que decir de este capítulo, se ha vuelto a ver el RusiaxChina junto al CoreaxChina. Sobre los papis de Yao, se ve de lejos que son OC's y que dependiendo de como me pillen las ganas de escribir, o vuelven a salir o… ya veremos.

En estos seis capis me centro más en el pasado y menos en el futuro, luego serán compensados, la misma longitud de pasado la habrá en futuro [no sé si esto ya lo he puesto en el 1er capítulo y me estoy repitiendo… -.-''].

¡Muchas gracias a todos los que se han tomado la molestia en leerlo~!

Nos leemos.


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