-De un día para otro llega a decirnos que tendremos guardaespaldas, bien sabe que una de las cosas que mas valoramos es la privacidad- se quejaba el menor de los Black caminando de un lado a otro dentro de un elegante estudio- Pero, ¿Quién se piensa que es?- cuestiono bastante molesto.
-Nuestro Padre- contesto de manera simple el mitad Ingles, que estaba recostado en un bello sofá tecleando en su laptop.
-Zeus Black- respondió el peli plata que leía papeles en un enorme y elegante escritorio.
-Aun así… no puedo concebirlo, estar vigilado todo el tiempo es… ¿ustedes por que no se quejan?- Interrogo a sus hermanos que se encontraban extrañamente tranquilos.
-Bueno…- suspiro Minos-digamos que yo halle la manera de verle el lado bueno a todo esto- agrego con una sonrisa maliciosa.- Hagan lo mismo, jueguen- aconsejo antes de abandonar la habitación.
-Se llevara a la cama al tipo, ¿no?- le preguntó al rubio.
-Yo que sé, ya conoces a Minos, el si… juega- respondió encogiéndose de hombros.
-Esto no es justo- chillo dejándose caer en el sofá a un lado de su hermano.
-Aiacos no seas dramático, a ti lo que te preocupa es que papá no se entere de tus actividades nocturnas, ¿o me equivoco?-
-Bueno… eso también-cedió un poco el menor – Bueno ese es el mayor problema- corrigió ante la mirada inquisidora de su hermano.
-Pues si es eso, eres un Black, resuélvelo como tal-
-¿A que te refieres?-
-Pues… sobórnale, investiga algo sobre él y chantajéalo, manda a alguien que lo intimide… tu limite es el cielo Aiacos-
-Pero el…- pensó un poco en como era su custodio, parecía un príncipe o un caballero de brillante armadura, no estaba seguro que encontrara algo sucio de una persona así y menos que esta se dejara sobornar- ¿tu harás eso?- cuestiono mirándole.
-No lo creo, para empezar el tipo que me toco… es… diferente- dijo el rubio recordando a Kardia con una sonrisa- muy diferente, además yo no tengo nada que ocultar… por que crees que soy el mas regañado por papá siempre- comentó cerrando su laptop- Pero haz lo que te dije, estoy seguro que hayas la manera de resolverlo.- se puso de pie, revolviéndole los cabellos negros con su mano antes de salir de la habitación dejando a un Aiacos muy pensativo
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-¿Y que tal?- preguntó Kardia que se encontraba recostado en uno de los sofás de la sala común de guardaespaldas en donde coincidían las tres habitaciones.
-¿Qué tal que?- cuestiono Sisífo colocándose su saco negro.
-¿Qué tal les fue con su principito asignado?- interrogó poniéndose de pie para tomar una manzana del centro de una mediana mesa, comenzando a cortarle trozos con lo que parecía una pequeña daga.
-Pues yo no la tendré muy complicado- hablo por primera vez Albafika que ajustaba su arma dentro de su saco negro.- Inteligente, serió, amable… quizás algo autoritario pero es normal por la crianza que han tenido.-
-Siempre tienes buena suerte, creo que el único problema que tendrás se te dará cuando te quiera llevar a la cama como siempre- bromeo el de la manzana.
-No lo creo, no es… como decirlo – explico el peli celeste – de los que se fijan en la servidumbre.-
-Si tú dices…. Y Sis, ¿Qué tal te fue con su majestad menor?-
-Pues yo si tendré pequeños detalles técnicos- suspiro el castaño- el niño no quiere niñera, además se nota lo consentido que esta, batallare para ganarme su confianza como nos pidió su padre-
-Bueno en ese aspecto todos batallaremos creo- decía el peli azul con un pedazo de manzana en su boca- siempre hemos sacado información a mujeres, estos niños serán una nueva experiencia- comento.
-Si lo dices debe ser por algo, ¿Qué tal te fue con tu chico?-
-Un emperador.- respondió mordiendo un pedazo mas de manzana- acostumbrado a ganar, malicioso, competitivo, astuto…-
-Te topaste con tu alma gemela- bromeo Rozalem.
-Eso creo…-
-Pues bueno los dejo- se despidió el peli celeste- mi trabajo empieza desde ya, el señor me aviso que su hijo saldría a una serie de reuniones y quiere un informe de todas sus “amistades”-
-Suerte- le sonrieron los otros dos hombres al verlo salir.
Cuando Minos atravesó la puerta de la mansion se topo al peli celeste esperándole con la puerta abierta de la limosina.
-¿Y Sandy?- cuestiono el peli plata refiriéndose a la sexy chica que el mismo había contratado como chofer.
-Su padre nos pidió que también nosotros fuéramos sus choferes, los anteriores, estarán disponibles solo para ciertas ocasiones.-
-Y no se digno a informarnos de eso tampoco, mi padre si que se pasa- comento mirando su reloj.- bueno no importa, se me hace tarde- dijo abordando la limosina a lo que el otro se limito a cerrar la puerta y colocarse donde el piloto para ponerla en marcha- Supongo que sabes a donde nos dirigimos.-
-Si, memorice las ubicaciones de todas sus oficinas y los lugares que mas frecuenta señor-
-Que eficiente- fue el único comentario del otro, antes de abrir su portafolio y comenzar a revisar papeles.
En la habitación del mediano de los hermanos, Radamanthys revisaba su trabajo mientras tecleaba rápido en su ordenador portátil.
-¿No saldremos hoy?- Kardia apareció recargado en el marco del enorme ventanal que daba al balcón de la habitación.
-Tienes una habilidad para entrar en mis espacios personales- comento el rubio sin despegar la vista de la pantalla de su PC.
-La misma que tendrían ladrones, secuestradores o asesinos, es por eso que estoy aquí- explico caminando dentro de la estancia examinando todo a su alrededor.
-Ya veo, así que mi padre cree que alguien puede entrar y matarnos, debe de estar metido en algo interesante-
-No lo sé, solo sigo ordenes- afirmo encogiéndose de hombros para dejarse caer en la mullida cama.
-Si lo sabes, pero como dices, sigues ordenes y tus órdenes son no decírmelo.-
-Que listo- sonrió el peli azul.
-Es simple deducción, solo una pregunta, mis hermanos… ¿corren mucho peligro?- preguntó poniéndose en pie caminando hasta el otro.
-Si te refieres a lo de tu padre… pues con su reciente candidatura al cenado entre otras cosas, si, pero no te preocupes por ellos, Alba y Sis, los cuidaran bien, son los mejores en lo que hace… claro después de mi.-
-Que modesto- rio el otro dejándose caer de espaldas en la cama, ante la vista extrañada del peli azul por la confianza y relajación- ¿pasa algo?- pregunto al notar como le miraba.
-Creí que serias mas… mandón- confeso- que me correrías o gritarías o exigirías que te tratara como un señor feudal.-
Una carcajada se escapo del rubio- no me confundas con mi padre, a mi no me interesa lucir como figura de autoridad, tu estarás pegado a mi por designio divino de papá así que… ¿Por qué complicarnos la existencia?-
-¿Y que esperas de mi?-
-¿esperar?, nada-
-Vamos, no me trates de estúpido, ¿que quieres que le oculte a tu padre?,¿ ciertas actividades, fiestas, amistades?… ¿novias?… ¿novios?-
-No, nada, mi padre lo sabe todo soy el chico malo de mis hermanos o por lo menos el que se exhibe siéndolo, mis hermanos prefieren la buena imagen a ellos si les podrías haber ofrecido eso.-
-Ya veo, entonces reitero, ¿no iras a la oficina?-
-No, prefiero trabajar aquí, pero si saldremos en una hora más salgo a mi club de equitación-
-¿Montas?- pregunto de manera simple pero con un tono de trasfondo que inquiría mas que eso.
-De manera increíble- respondió el rubio poniéndose en pie para sentarse de nuevo en su escritorio. En donde transcurrió un tiempo de miradas y pequeñas sonrisas en silencio entre los dos.
En esos momentos en el jardín un castaño caminaba tras un malhumorado Aiacos.
-Señorito Aiacos, escuche por favor, Señorito- decía intentando llamar la atención del otro.
-Deja de seguirme y de llamarme señorito- grito por fin dándose la vuelta.
-Lo dejare de seguir, cuando me responda si saldremos hoy-
-¡Yo!- enfatizo- saldré hoy, tu no lo se- ese tipo por alguna razón que aun no comprendía le exasperaba había intentando pensar en lo que Radamanthys había dicho y al final se había decidido por llamar a un investigador, pero este no le tendría resultados hasta dentro de una semana, por ese tiempo tendría que aguantarle y oírle llamarle “Señorito”.
-Disculpe pero según las ordenes de su padre dice que yo debo pasar el mayor tiempo cerca de usted… señorito- Sisífo sabía a la perfección que ser llamado así le irritaba, pero había algo que le hacía sonreír al ver su ceño fruncido y sus pucheros de niño pequeño.
-Se…- grito- se lo que mi padre dijo.- respiro hondamente- Pero solo no me sigas en la casa-
-Bueno entonces respóndame, ¿a que hora saldremos? para estar listo –
-Pues…-miro su reloj- Saldremos… ya, si no estas listo no es mi problema- dijo caminando a paso rápido hacia el enorme estacionamiento de la casa y tomando el casco de una enorme y lujosa moto clásica.
-En estos momentos ir en la motocicleta es peligroso.-
-¿Enserio?- preguntó con fingido interés- Pues no me importa-
-Esta bien, iremos en la moto-
-Pues no es que te estuviera preguntando –
Sisífo respiro de manera honda y camino hasta tomar los cuernos de la moto.
-¿Qué haces? – Exclamo el menor- es mi moto y la conduzco yo- dijo poniéndose al frente y extendiéndole un casco rosa con unas letras en las que se leía “Sexy Girl”.
-¿y esto?- pregunto mirando el casco extrañado.
-Solo paseo a mis chicas en la moto, chavos no, perdón, así que te lo pones o no subes- el castaño le miro apretando los dientes para luego sonreír ponerse el casco y subirse a la moto.
-Sera un mes largo- comento quedamente suspirando, en lo que el menor atrabancaba la moto y abandonaban la mansión.