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Necros por misteriane

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Midane despertó súbitamente. Otra vez pesadillas. Sam muerto en sus brazos, gritos, desesperación. Imágenes horribles. Pensaba que si con tan solo un sueño se exaltaba tanto, no podría soportar que las circunstancias no fueran las mejores. En cuestión de horas iría él mismo a comprobar todos los exámenes. Realmente desconfiaba de las palabras de la forense. Emily Mossen… una mujer realmente encantadora, sin embargo, cierto resentimiento hacia las mujeres - sobre todo desde la pelea con Mijissu- hacía que sus palabras sonaran a simples estupideces en los oídos del detective.

El detective se bajó de la cama con una fuerte somnolencia, caminó unos cuantos pasos hasta que un rayo de lucidez le trajo a su mente una idea que lo derrumbó por completo: era el noveno día. Cayó al suelo, quedando tendido en el suelo. No sabía que le ocurría, solo miraba fijamente hacia el techo. Reflexionó unos segundos. Angustia… sí, eso era. Angustia porque su esperanza cada vez se acotaba más. Si el cuerpo se Sam no yacía ya en el departamento forense, al día siguiente, aparecería bajo alguna lápida, con ese maldito epitafio inscripto junto a su nombre. El futuro tenía un oscuro tono, y él ya tenía muy pocas posibilidades de mejorarlo.

El trayecto hacia la central fue largo. No se sentía nada bien y temía tener algún accidente. Era un día gris y frío. Subió lentamente las escaleras y sin saber con lo que se encontraría entró a la oficina. De repente no tuvo más opción que detenerse. Todo era un caos. Gente gritando, discutiendo; papeles tirados y los escritorios revueltos, teléfonos sonando incansablemente. Midane se paralizó, como si no procesase lo que ocurría. Sin denotar una sola expresión en su rostro caminó pausadamente hacia su oficina donde se encontraría con su equipo.
Efectivamente allí lo estaban esperando. Fade y Gore bebían café mientras Mijissu lloraba sentada en el sillón con unos papeles en la mano. El detective aclaró la garganta como anunciándose. La mujer levantó la vista y le profirió una mirada llena de odio, levantándose y haciéndolo a un lado de un empujón para salir del lugar.


- Midane…- Gore corrió la silla invitando al detective a sentarse

- ¿A Mijissu… qué le ocurría?- el detective se hallaba desconcertado
- Midane, veo que no estás nada bien… será mejor que te vayas a descansar un poco

- No entiendo que ocurre…

- Sé que para ti es muy difícil y que aún te cuesta procesarlo, pero…

- ¿qué?

- Me refiero a Sam

- ¿Qué hay con él? Aún no aparece, pero aún tenemos un día

- Midane, Sam está muerto.- extendiéndole el expediente- de verdad creemos que deberías tomarte unos días…


Midane leyó en silencio lo que decía aquellos papeles. Todo era correcto. A pesar de lo que decía la forense, el cadáver sí tenía las características que debía tener para ser Sam; la zona en la que le faltaba la piel estaba después de todo. De a poco sus dudas se aclaraban y las posibilidades de que todo fuese falso eran cada vez menores. Junto con el cuerpo se hallaba una grabación en la que se oían las palabras que Midane había oído en la llamada telefónica.

Era posible, ya que en aquel evento no había podido entablar un diálogo con el chico, sino que ambos hablaron desesperadamente tapando las palabras del otro, o mejor dicho, él le había hablado a una grabación, mientras tal vez Sam ya había sido asesinado. Por otra parte, en unas fotos adjuntadas pudo reconocer la camisa que Sam llevaba la última vez que lo vio, única prenda que llevaba el cuerpo cuando fue encontrado, era inconfundible, ya que él mismo se la había obsequiado. Se tratase de Necros o no, la víctima del caso que tenía entre sus manos era Sam.


- ¿comprendes… Midane?- Fade le quitó lentamente el expediente del caso al detective que escondía su rostro tras sus manos.

- No… no lo vi… - Dijo suavemente con la mirada perdida en el suelo- no pude ver todo eso… lo condené con mi estupidez… estaba tan ciego… tan…

- Hicimos lo que pudimos

- ¡¡NO FUE SUFICIENTE!!- Midane estaba realmente exaltado

- Midane, ya es tarde, no sirve de nada que te culp…

- ¿Qué le hicieron?

- … tal vez deberíamos hablar de eso después…

- ¿¡C”MO MURI”!? ¡¡MIERDA, CONT…STENME ALGO!!

- Lo mataron a golpes

- ¿y…?

- Antes de matarlo abusaron de él… realmente lo siento Midane


El detective se levantó súbitamente de su silla, saliendo del lugar no sin antes dar un estruendoso portazo. Caminaba rápidamente, casi corriendo. Se subió a su auto con un ataque de ira. Golpeaba con sus puños todo lo que tenía a su alcance. Luego de descargarse por unos segundos se detuvo. Respiró profundamente tratando de tranquilizarse. Ya no usaría la razón. La razón decía que Sam estaba muerto, que había sido torturado hasta sus últimos segundos de vida, que jamás volvería… nunca. Sin embargo había otra opción. Descabellada quizá, pero era lo único que lo alentaba a no suicidarse en su propio apartamento. Aquel puñado de esperanza estaba en Emily… ese era el camino que debía seguir. Debía creer… después de todo somos lo que creemos, y si él podía creer en que Sam aún estaba vivo, quizá podría salarlo… hacerlo volver.


El celular de la forense sonó con una cómica melodía


- Detective…

- Sta Mossen, tenemos que hablar, encontrémonos en un café en una hora

- Lamento disentir, pero será mejor que nos veamos en otro lado. Hay alguien que quiero que conozca. En una hora estaré ahí. En seguida le enviaré la dirección en un mensaje. Por favor sea puntual… y venga solo

- Ahí estaré



Midane miró su celular luego de cortar la comunicación con la forense. De repente le llegó el mensaje con la dirección de la cita. Era en un barrio bajo de la cuidad. No tenía idea a qué se refería la muchacha. Era un ser misterioso, pero a su vez lleno de luz.
Notas finales: gracias por leer.. los amoo

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