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Necros por misteriane

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Notas del capitulo: Gracias por acompañarme durante tooodo el fic... los quiero mucho!!!
xinislovemeXD
Saga
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sary_sary
DARCIA
El cementerio de pronto se vio invadido por un fuerte y constante alboroto. Solo se veían gestos de emoción, gente hablando por sus teléfonos celulares, dando la noticia de que Sam estaba vivo. En cuestión de minutos, incluso antes de que llegase la ambulancia, una horda de periodistas copó el lugar, tratando de filtrarse entre la multitud y obtener la primicia.

Dentro de una de las oficinas administrativas del cementerio, se encontraba el muchacho rodeado por su familia y Emily. Mientras esperaban la llegada de la ambulancia, habían limpiado su rostro despejando la sangre que lo cubría. Aún tenía los ojos pegados, tal como lo había dejado Necros. Apenas podía comunicarse con señas con su padre que lo sostenía entre sus brazos, mientras le susurraba frases de aliento para tranquilizarlo.



- Muchas gracias Dra., de verdad no sé como podré pagarle esto-

- Es mi trabajo sr Jaun, espero que Sam se recupere pronto. Debo irme ahora, mi compañero el detective Nale está desaparecido…-

Sam de repente apretó fuertemente la mano de su padre, mientras comenzaba a balbucear una palabra casi inentendible. Su padre trató de enderezarlo un poco y le pidió que tratase de hablar y respirar con calma. El chico respiró hondo, y habló lo mejor que pudo:



- … Fade –



Emily quedó estupefacta. Se acercó al muchacho y tomó su mano.



- Sam, Fade tuvo algo que ver con esto?-

Sam solo asintió lentamente con la cabeza.



- Encontraremos a Midanne, te lo prometo Sam. Gracias por este dato-



La misma sorpresa que el detective se había llevado hacía algunas horas, ahora la tenía Emily, quien comenzó a atar los cabos sueltos del caso. La casa de Fade. Estaba dentro del perímetro donde se había registrado la llamada de Sam durante su cautiverio. Rápidamente salió del lugar, nuevamente tenía los minutos contados.

Midanne ya había recuperado prácticamente toda la movilidad de su cuerpo, sin embargo, prefirió permanecer quiero y simular la parálisis para sorprender a Fade y actuar en el momento exacto. Aquel hombre ahora se encontraba a tan solo unos metros de la mesa donde yacía Midanne, con un arma entre sus temblorosas manos, apuntándolo. Parcía nervioso, estaba empapado en sudor y apenas podía apuntar fijamente con el arma. Sabía que Midanne era una leyenda, que nadie nunca había podido tocarle un pelo, que era astuto y rápido. Debía ser cauteloso o todo podría salir realmente mal.

El detective para esa altura ya creía muerto a Sam, por lo que una ira incontenible amenazaba con salir y así vengarse del asesino de su amado. Pagaría por lo que le hizo a Sam, y muy caro. ¿Acaso Sam merecía todo lo que le había sucedido? No, en absoluto. Había asesinado a un joven bueno e inocente, con toda una vida por delante. Ahora era el momento de vengar al pobre muchacho, de hacer justicia de una vez por todas. Simulando estar inconsciente dejó que Fade se acercara y en cuestión de segundos, luego de propinarle un fuerte golpe en el rostro, tenía el arma en sus manos, apuntando a aquella rata traidora.



- Espera!! No me mates, no lo hagas…- aquel hombre suplicaba en el suelo, dando una imagen realmente patética.




Un recuerdo que creía olvidado cruzó la mente del detective.




Caminaba junto a Sam cuando un joven se acercó a golpear a muchacho, dándole un puñetazo en la cara, arrojándolo al suelo.


- Sam!!!-

- Maldito marica.- aquel joven era bastante más alto que Sam, pero no tanto como el detective que se acercó y lo sujetó de la playera para devolverle la agresión

- No!! Mid, déjalo- Sam lo observaba ya de pie, con un gesto de preocupación

- Pero él… él te hizo daño-

- Déjalo, está bien. No es la manera de solucionarlo. …l me odia por lo que soy, porque hay cosas que aún no comprende, y lo compadezco por eso-

- Sam-

- Por favor ya suéltalo-

El detective dejó caer al agresor quien huyó despavorido casi de inmediato.

Fin del flashback.




Nuevamente aquella disputa entre lo justo y lo correcto. ¿Qué le diría Sam si lo viese, si estuviese vivo? ¿Acaso querría que lo mate o pediría clemencia para aquel monstruo? Ya no importaba. Sam estaba muerto y nada lo haría volver. Ahora estaba solo, sólo él estaba vivo y sabía que no podría continuar sino mataba a esa maldita rata.
Un fuerte golpe proveniente de la puerta que se venía abajo lo hizo desistir de diezmar a Fade. Una enorme cantidad de oficiales ingresó al lugar, reduciendo a Fade que se entregó sin resistencia alguna. Ultima llegó Emily, quien corrió a abrazar a Midanne que observaba el operativo en silencio.


- Está vivo. –

- ¿Que dices? –

- Sam está vivo. Llegué a tiempo Mid- sonriendo emocionada- está a salvo-

- Emily… no mientes, verdad?-

- Está en el hospital en este momento…



Todo había terminado. Una extraña sensación invadía la mente del detective apenas dejándole pensar las cosas con claridad. Necros jamás apareció, tal como si se lo hubiese tragado la tierra. De todas formas ya no representaba el mismo peligro que antes. Ahora estaba solo, sin su hermano que lo ayudase, sin su equipo y su laboratorio. Fade fue encarcelado de inmediato, y durante su reclusión dio detalles importantísimos de los once casos que involucraban a Necros. Todos los casos fueron reabiertos, y aquellas once familias que pedían justicia ahora tendrían algo de paz.

Los detalles del cautiverio de Sam se conocieron casi por completo, incluso antes de que el joven pudiese hablar acerca de ello. Midanne estuvo en los pasillos del hospital donde se encontraba el chico los seis días que permaneció allí. Sin embargo, luego de que el padre se enterase de la relación secreta que tenía con su hijo, se le prohibió acercarse. De todas formas, el detective no descansaría hasta ver con sus propios ojos que Sam estaba bien.
Tres días después de que Sam fuese dado de alta, Midanne fue a la casa de los Jaun.

- Que necesita detective?- inquirió el padre del chico con un tono sobrio y frío-

- Sé que quiere que me aleje de su hijo, y lo haré si me deja verlo tan solo una vez más.-


El hombre guardó silencio unos segundos y sin más lo dejó entrar a la lujosa casa.


- Llévalo al cuarto de Sam- le pidió a su esposa – tiene sólo unos minutos-



Midanne solo agradeció con un gesto y siguió a la mujer que lo llevó hasta una puerta blanca que se encontraba entreabierta. Dentro de la habitación se encontraba Sam dibujando, como siempre. Lucía tan rozagante y bello como siempre, un poco más delgado, pero nada en él daba indicios del calvario que había pasado hacía tan corto tiempo.


- Mid…- sonriéndole dulcemente

- Hola Sam-


El hombre se sentó a un lado de la cama donde estaba recostado el chico, y sin más le dio un corto beso en los labios.


- Te extrañé tanto Mid…

- Yo también Sammy…-

- Sabes? Si no hubiese sido tan estúpido aquella noche en tu casa, nada de esto hubiese pasado… no puedo creer que actuara así-

- Olvídalo, lo importante es que estás a salvo, aunque no gracias a mí… perdóname por eso, Sam- tomando su mano- fui un imbécil, dejé que te hicieran daño, yo… de verdad, realmente lo siento-

- ¿Te quedaras conmigo?-

- Sam, sabes que tu padre…-

- Sí lo sé… entonces va a dejarme?-

- No. Solo voy a esperarte, el tiempo que sea necesario. Aún tienes 17 años, y si yo puedo esperar, entonces tu también-

- Sí, supongo que sí-


Midanne se levantó de la cama para observar el cuarto del muchacho. Tal como se lo había descripto, estaba lleno de sus dibujos pegados en las paredes, estaba ordenado, era amplio y cálido. En un rincón pudo observar una pila de obsequios que le habían mandado sus amigos y parientes. En especial tomó una costosa caja de acuarelas que le había mandado su abuela.


- Son bonitas- dijo tratando de cambiar el tema de conversación

- Si, hay muchos regalos, ni siquiera sé quienes me enviaron algunos de ellos… por ejemplo esa caja blanca, ¿puedes verla? Ábrela-

- Es… un conejo de chocolate-

- ¿puedes creerlo? ¡faltan meses para pascuas!- dijo el joven divertido



De repente el detective pudo reconocer esas cajitas blancas donde Necros solía enviar sus “obsequios corporales” de sus víctimas. “Pascuas”, pensó, y en el mismo momento una palabra vino a su mente: Resurrección. Necros le había perdonado la vida a Sam. Sin embargo aún se tomaba el trabajo de enviarle un obsequio, eso significaba que estaba cerca. Lentamente se acercó y besó a su querido Sam nuevamente. Ahora era el momento de protegerlo, ya que aquel chico, debido a su suerte, se había convertido en la nueva obsesión de Necros.
Notas finales: GRACIAS POR TODO!!! ESPERO QUE SIGAN LA 2DA PARTE: Fobos y Deimos!!!
bye+++++

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