Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Encuentros y despedidas por Higary

[Reviews - 91]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Uff, tuve una semana complicada porque mi honorable señora madre se enfermó, afortunadamente ya está mejor, pero de todos modos todavía la estamos correteando para que se cuide ^o^ (Kyuu: ¬¬0) Bueno, el día de hoy les traigo la segunda parte de esta pequeña historia, ahora con Sasu-gruñón y Narutito un poco más crecidos, jejeje. La frase del inicio es de Pablo Neruda, forma parte de su magnífico poema “Puedo escribir los versos” *o* (Kyuu: Higa-chan siempre ha dicho que fue por ese poema que encontró su gusto por escribir ¬¬). Me comentaron que el primero les pareció tierno, pero ya leerán lo que pasará con éste XD No tengo mucho qué decir, así que mejor pasen a lo que vinieron: ¡¡a leer!!

 

Agradecimiento: Anónimo, goten trunks5, Izumi_sakachita, yume hinamori, sayu-san, HanaKuroi, AyamePop, norico-chan, KIRAdesu y Tsumi13.

 

Disclaimer: Los personajes de Naruto así como las frases pertenecen a sus respectivos autores. Claro que si me los quieren regalar, los aceptaré con gusto XD

II

 

“Es tan corto el amor y tan largo el olvido”

 

Desde entonces transcurrieron cinco años. Uzumaki Naruto, de quince años, acababa de arribar a la preparatoria Hokage para la ceremonia de bienvenida a los de nuevo ingreso. El patio estaba repleto de alumnos que trataban de ubicar en qué salón estarían, de modo que era un poco difícil caminar. Unas chicas pasaron corriendo y empujaron a Naruto, quien al intentar no caer se sujetó al uniforme de alguien que pasaba por ahí.

-¡Aahh!

Ambos terminaron en el suelo. El rubio se sobó el trasero y se dispuso a pedir disculpas a la otra persona que tiró, sin embargo antes de poder hacerlo sintió un golpe en la cabeza.

-¡Fíjate por dónde vas, idiota!

-¡Fue un accidente! ¡Y yo que pensaba disculparme, bastardo!

Se observaron de manera asesina, pero casi de inmediato los ojos de ambos se abrieron más no poder. El chico rubio tenía delante a un joven de cabello azabache, piel blanca y ojos negros que lo examinaba con el mismo detenimiento.

 

Los alumnos a su alrededor ya estaban temiendo que ahí se armara una pelea, por lo que se sorprendieron al ver cómo esos dos chicos se levantaban, volvía a lanzarse miradas asesinas para luego proceder a reír y abrazarse con fuerza.

-¡Teme! ¡Eres tú!

-¡Usuratonkachi! ¡Tan torpe como siempre!

Estuvieron varios minutos así hasta que se dieron cuenta del espectáculo que estaban dando y mejor se soltaron, esquivando la mirada del otro debido a la vergüenza.

-Eh… Bienvenido, Sasuke.

-Sí… gracias.

 

Descubrieron que afortunadamente estarían en el mismo salón. Intentaron prestar atención a las clases y en cuanto la campana anunció el almuerzo, salieron casi corriendo del aula para buscar un lugar privado. Se ocultaron tras unos arbustos del patio trasero, ahí podrían hablar con calma.

-¿Cuándo regresaste? –preguntó Naruto

-Hace dos semanas –contestó-. Quise avisarte, pero… te mudaste.

-Sí, justo cuando entré a Secundaria.

-Oye, dobe –frunció el ceño-, ¿por qué no me escribiste ni una carta en estos cinco años?

-¿Qué? ¡Sí lo hice! Fuiste tú quien no respondió a ninguna de ellas, por eso dejé de hacerlo.

-¿De qué hablas? Yo no recibí nada.

Se miraron fijamente de manera interrogante. Ambos se conocían bastante bien, por eso podían confirmar que el otro no mentía.

-Aquí hay algo bastante raro –murmuró el Uchiha

-Cierto… ¡Pero luego nos preocupamos por eso! ¡Ya volviste! –lo miró con emoción- Cuéntame qué tal te fue en Estados Unidos.

Sasuke lo observó con desconcierto y luego sonrió levemente. Aunque habían crecido, su amigo seguía siendo aquél niño hiperactivo y escandaloso.

 

Sus días como estudiantes comenzaron a transcurrir. Aprendieron a conocerse de nuevo, ya que sí había algunos cambios en ambos, no sólo físicamente, sino también en sus personalidades. Sasuke era más reservado que antes, excepto con el rubio, mientras que Naruto era más responsable con respecto a sus estudios.

 

Otro detalle que no pasó desapercibido para los demás fue que el Uzumaki no podía evitar meterse en peleas con otros chicos que molestaban a los alumnos más débiles; el de ojos azules odiaba ese tipo de injusticias. Debido a esto, Sasuke también se involucraba ya que no pensaba dejar que Naruto se las apañara solo.

-Esos tipos no entienden –comentaba el rubio sobándose los hombros mientras entraba a su salón

-Quizá sean masoquistas –sugirió el moreno

-Ustedes dos son realmente problemáticos –les dijo un chico de cabello oscuro y cara de aburrimiento

Nara Shikamaru era un joven inteligente, aunque bastante perezoso, del que ellos dos se habían hecho amigos poco después de que iniciaran las clases.

-No es nuestra culpa, Shikamaru –habló Naruto-. ¡Son esos tipos los que disfrutan molestando a los demás! ¡No puedo quedarme de brazos cruzados!

-Claro, pero deberías pensar un poco en Sasuke –contestó el Nara-. Si no fuera por sus calificaciones, ya tendría muchos problemas con los profesores por siempre meterse en tus peleas.

Naruto observó al serio moreno a su lado y luego desvió la cara, apretando los puños.

-Yo no le pido que también pelee.

Sasuke no dijo nada, sin embargo se molestó mucho ya que se dio cuenta de que las palabras de Shikamaru hicieron sentir culpable al rubio. Aunque Naruto tenía razón, él jamás le había pedido que interviniera en sus peleas; Sasuke lo hacía porque, pese a que le daba vergüenza admitirlo, le preocupaba que fueran a lastimar a su amigo.

-Esos golpecitos tan débiles no me hacen ni cosquillas –murmuró el Uchiha sin darle importancia y tomando asiento en su lugar

Los otros dos lo miraron, pero fue Naruto quien sonrió y asintió con la cabeza.

-Jejeje, en eso tienes razón, teme.

Shikamaru evaluó a uno y luego al otro y después suspiró. Esos dos no tenían remedio, discutían a cada rato, pero nunca se darían la espalda. A veces parecían más que mejores amigos y estaba seguro que esos dos todavía no se daban cuenta de ello.

 

Otro detalle que había cambiado era el atractivo que ambos chicos despertaban en el sexo opuesto, sobre todo Sasuke, aunque Naruto tampoco se quedaba atrás. Aquél día el ojiazul almorzaba tranquilamente en el patio de la escuela. Shikamaru se encontraba hablando con un profesor mientras que Sasuke había sido llamado por una chica del salón vecino.

-Ahh, teme –saludó a su amigo al verlo llegar con su habitual cara de fastidio- ¿Qué tal te fue?

-Lo mismo de siempre –bufó sacando su almuerzo y se dispuso a comer

-¿También la rechazaste? Era bastante linda.

-Hum, no me interesa. Pero lo mismo podría decirte –lo miró-, la semana pasada rechazaste a esa chica de tercero y parecía muy interesada en ti.

-Sí, bueno… Pienso que si voy a salir con alguien, debe ser una persona que realmente me guste, o de lo contrario me sentiría raro cuando la tomara de la mano o… no sé, me pidiera que la besara.

En ese momento se quedó callado y agachó la cabeza para seguir comiendo. Sasuke contempló su propio almuerzo, intuyendo que ambos estaban pensando en lo mismo: esos inocentes besos que se dieron cuando eran niños.

-… Nunca hemos hablado de eso –comentó el ojiazul

-¿Deberíamos?

-Pues no sé… ¿Has besado a alguien más?

-No –lo miró de reojo-. ¿Y tú?

-Tampoco.

-Ahh…

Tímidamente cruzaron miradas y se sonrojaron. Cuando niños no se preocuparon de ello, pero ahora que eran adolescentes sabían bien que ese tipo de besos se daban entre un hombre y una mujer; era muy raro que ocurriera algo así entre dos chicos.

-¿Crees que estuvo mal, Sasuke?

-¿Te arrepientes?

-… No –aseguró, mirándolo a los ojos-, no lo hago.

Sasuke sonrió de medio lado y le dio un golpecito en la frente.

-Oye, dobe, creo que ahora entiendo por qué nunca hemos tenido alguna novia.

-¿Eh?

El ojinegro se acercó a él y le dio un beso en la boca. Naruto se sorprendió, pero sintiendo los labios del otro moverse, reaccionó y comenzó a corresponderle. Sasuke lo atrajo más hacia sí mientras el rubio le rodeaba el cuello con los brazos. Luego de unos minutos se separaron para observarse fijamente. Ambos sonrieron un poco y chocaron sus frentes.

-Besas bien –habló Naruto-. ¿Seguro que sólo lo has hecho conmigo, teme?

-Vaya, tan pronto y el dobe ya está celoso –se burló

-Por supuesto que no, idiota.

-No deberías hablarle así al chico con el que te besas.

Naruto se sonrojó y lo miró con enojo. El Uchiha sonrió porque, lejos de parecer peligroso, en su opinión el rubio lucía lindo.

 

Comenzaron a salir juntos y decidieron mantenerlo en secreto. Sabían que se armaría un gran escándalo si sus familias se enteraban que tenían una relación, por eso trataban de ser discretos. Su amigo Shikamaru notó un cambio entre ellos, pero no comentó nada. Suponía que si sus amigos no le decían qué ocurría era por algo.

 

Cierto día Sasuke tuvo que ir a casa de Naruto, era la primera vez que pisaba el lugar. Los padres del rubio no estaban, así que ambos fueron a su habitación y, en lugar de hacer la tarea, comenzaron a besarse sobre la cama. A su edad las hormonas estaban totalmente revolucionadas, por lo que no era raro que quisieran tocarse.

 

Sasuke tumbó al rubio y le desabrochó la camisa para acariciarle todo el pecho. Naruto se dejaba hacer mientras soltaba leves gemidos. El moreno se recostó sobre el otro y abrió tanto su pantalón como el del rubio hasta lograr que los miembros de ambos se tocaran.

-S-Sasuke…

-Tranquilo –susurró-, está bien.

 

La primera vez que se masturbaron juntos fue muy vergonzosa, pero con la práctica se acoplaron al ritmo del otro y se volvió una costumbre y una necesidad. Ese día luego de correrse, se acomodaron la ropa lo mejor que pudieron.

-Tienes la afición de dejarme marcas en el cuello, teme.

-Me gusta cómo se te ven –sonrió, presumido

-Claro, no eres tú quien tiene que preocuparse por ocultarlas.

 

Un rato después Naruto lo acompañó a la puerta de la casa. Justo en ese momento su madre, Uzumaki Kushina, venía llegando luego de hacer las compras. Ella observó con desconcierto al moreno para casi de inmediato abrir los ojos de sobremanera.

-Cuánto tiempo, Kushina-san –saludó el azabache

-Tú eres…

-Kaa-chan, ¿recuerdas a Sasuke? –sonrió su hijo- ¡Volvió y estamos en el mismo grupo!

-¿Ah, sí? Q-Qué bien, cariño.

-¿Pasa algo, kaa-chan?

-No, nada. Parece que Sasuke-kun ya se va, ¿cierto?

-Sí, aunque podría quedarse a comer.

-Tengo que ir a casa, dobe –le recordó

-Pero…

-Ya dijo que está ocupado, hijo –intervino la mujer-. Deja que se marche.

-Hum, bien –volteó con su amigo y le sonrió con alegría-. Te acompaño hasta la estación.

-Lo harás aunque me niegue, usuratonkachi.

-Jejeje. Enseguida regreso, kaa-chan.

-¡N-Naruto!

El chico se fue sin darle tiempo a detenerlo. Kushina estaba sorprendida, ya que no tenía idea de que Uchiha Sasuke había regresado, menos de que estudiaba en la misma escuela donde Naruto. ¡Si se mudaron precisamente para evitar algo así! Además alcanzó a ver unas extrañas marcas en el cuello de su hijo y si a eso le sumaba la forma en que el rubio sonreía al moreno, podía intuir lo que ocurría entre ellos dos.

-Tengo que hablar con Minato –murmuró, afligida

 

Pasaron dos semanas desde aquél suceso. Era sábado y Naruto observaba televisión con aburrimiento, ya que ese día Sasuke estaba ocupado y no podrían salir juntos. Kushina y Minato, su padre, tomaron asiento frente a él, quien los miró extrañado. Ambos adultos lucían muy serios.

-¿Qué ocurre? –les preguntó

-Naruto –llamó el rubio mayor-, vas a irte con tus abuelos.

-¿Eh?

-A partir de mañana te irás al campo con ellos y terminarás la escuela allá.

-¡¿Por qué?!

-Es por tu propio bien, hijo.

-¡¿Cuál bien?! ¡Van a alejarme de mis amigos! ¡De Sasuke!

-No puedes acercarte a Uchiha Sasuke –dijo seriamente Kushina-. Él es la razón de todo esto.

-¿A qué… te refieres?

-Sabemos bien lo que ocurre entre ustedes dos –contestó ella-. Era algo que se notaba desde que estaban en Primaria. ¡Pero ya no son ningunos niños! Cariño, una relación entre dos chicos no es bien vista por la sociedad. ¡Sólo va a traerte sufrimiento!

-¡Eso no lo sabes! Sasuke y yo de verdad nos queremos.

-Naruto –llamó de nuevo Minato-, ¿sabes por qué a él lo enviaron al extranjero? –lo vio negar con la cabeza- Fue porque su padre, Fugaku, se dio cuenta de la atracción que parecía haber entre ustedes dos. Él nos lo dijo y acordamos que lo mejor para el futuro de ambos era separarlos.

-Por eso… ninguno recibió las cartas del otro –dedujo y los miró con dolor-. ¡Pero no es justo! ¡Ni siquiera toman en cuenta nuestros sentimientos!

-Cariño –dijo Kushina-, probablemente ahora crees que todo será feliz para siempre, sin embargo conforme te vuelvas adulto verás que no es así, las cosas se te complicarán demasiado –lo sujetó de los hombros-. Apenas tienes dieciséis años, Minato y yo sólo queremos lo mejor para ti.

Naruto agachó la cabeza, se soltó de su agarre y salió corriendo a su habitación. No quería estar ahí. No podía estar ahí.

 

Era muy entrada la noche cuando Sasuke recibió una llamada de su novio quien lo citó en el parque que estaba cerca de la escuela. El moreno estaba bastante extrañado por su actitud, de modo que salió de inmediato a su encuentro.

 

Al llegar al parque miró al rubio sentado sobre un columpio, balanceándose un poco. Sasuke se acercó y miró que tenía sus ojos rojos por intentar reprimir el llanto.

-Dobe, ¿qué sucede?, ¿pasó algo malo?

-Oye, Sasuke –sonrió de forma vacía-… Creo que ahora entiendo cómo te sentías cuando me dijiste que te irías al extranjero.

-No te entiendo, Naruto –lo sujetó del mentón para que lo mirara a la cara

-Voy a irme mañana –dijo-, mis padres me enviarán a vivir con mis abuelos.

-¡¿Qué?! ¡¿Por qué tan de repente?!

-Ellos lo saben, Sasuke, lo que hay entre tú y yo. ¡Lo han sabido desde que éramos niños! ¡Se dieron cuenta antes que nosotros mismos!

-Entonces mis padres también…

-Sí –lo sujetó de la camisa y recargó la cabeza en su pecho para que no lo viera derramar lágrimas-… ¡No quiero dejarte! –sollozó al tiempo que apretaba la camisa con sus manos- Mis padres ya me advirtieron… que si al irme mantengo contacto contigo de alguna forma… me enviarán más lejos… Y les dirán a tus padres para que hagan lo mismo.

Sasuke abrió los ojos de sobremanera y luego su asombro dio paso a la furia. ¡Lo que les estaban haciendo no era justo! ¡Los estaban obligando a separarse! ¡Otra vez! Rodeó a su novio con los brazos y lo estrechó fuertemente queriendo transmitirle aunque fuera un poquito de tranquilidad.

-Odio ser un niño –sollozó de nuevo el ojiazul-. Si fuésemos adultos, podríamos ignorarlos y seguir juntos… pero en este momento no tenemos la fuerza… para oponérnosles.

-Lo sé –le besó la cabeza-. Sin embargo recuerda que ya nos separaron una vez y nos reencontramos –sonrió levemente al tiempo que apoyaba su cabeza sobre la del rubio-, así que seguramente un día volveremos a vernos.

Al escuchar sus palabras, Naruto alzó la cabeza para contemplar la triste sonrisa que el moreno le dedicaba.

-¿De verdad, teme?

-Por supuesto, usuratonkachi.

Se besaron de manera intensa durante bastante rato. Finalmente Naruto se apartó de él y le sonrió ya sin llorar. Quería seguir abrazado a Sasuke, pero eso sólo haría la herida más profunda y dolorosa para ambos.

-Tenemos que ser fuertes, dobe. No vamos a darles el gusto de que nos vean sufrir por sus creencias.

-Lo sé, Sasuke –hizo la V de la victoria-. Voy a demostrarles por qué me hice con esa fama del peleador invencible de la escuela Hokage, jajaja.

Volvieron a separarse en silencio y después se giraron para darse las espaldas. Ninguno sugirió la idea de irse juntos a casa porque eso sólo empeoraría las cosas. Lo mejor era conservar el recuerdo de esas últimas sonrisas, al menos así la despedida no estaría empañada sólo de tristeza y lágrimas.

-Hasta luego, Naruto –lo oyó decir

-Sí…

El rubio se alejó de ahí y alzó la vista al cielo estrellado al tiempo que volvía a sonreír de manera triste. La verdad es que esta vez sería muy poco probable que volvieran a verse, ambos lo sabían, pero prefirieron engañarse con una mínima esperanza.

-Adiós… Sasuke.

 

“Entre más te duele la separación, más prueba cuánto lo amaste”

Notas finales:

HIGARY-NOTAS:

Segunda despedida, snif, snif, no me gusta poner en esos papeles a suegrito Minato y Kushina Okaa-san, pero era necesario para la trama TT_TT Mmm… ¿Qué les puedo adelantar del siguiente capítulo? (Kyuu: La historia se desarrollará 4 años después). Por cierto, la frase del final fue dicha por Belldandy en el manga de Oh, mi Diosa n.n (Kyuu: Agradece a tu hermano por tener ese manga y dejarte agarrar sus tomos ¬¬). Como siempre saben que esperaré sus comentarios con pedradas, saludos, jitomatazos, felicitaciones, golpes, flores, amenazas, cebollazos, bombas y demás. La próxima semana les traigo la continuación de Cómo librarte de un ex novio y en dos semanas la tercera parte de este fic. Se me cuidan mucho y nos leemos pronto, bye byeee!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).