-¿Lo ves?
-Umm… eso creo, es el chico de cabello desordenado, en medio del chico de cabellos rubios y la chica peli castaña, aunque no logro ver su cicatriz-Le susurraba un chico de quinto al anterior.
Así había comenzado el primer día de clases de Harry, chicos de todos los cursos, le seguían y se amontonaban solo para verlo, incluso algunas veces le dificultaban el paso a sus clases, pero eso no impedía que disfrutara su estancia en la escuela. Solo con la primera clase había comprendido que no debía llegar tarde, a menos, claro, que deseara ser victima de las “bromas” de Peeves. También sabía que Argus Filch, el conserje era de cuidado y tal vez, mas aún la Señora Norris, la gata de Filch.
-Trasformaciones, es una magia de las magias mas complejas y peligrosas, y la aprenderán aquí, en Hogwarts-Harry sabía perfectamente bien de quien se trataba, ella era la profesora y subdirectora: Minerva McGonagall, ella siempre la mandaba regalos en navidad y su cumpleaños, y algunas veces iba a visitarlo y ver como se encontraba, Harry le tenía mucho cariño.-Cualquiera que pierda el tiempo en mi clase, deberá irse, y no tendrá la oportunidad de volver.
Después de dar unas demostraciones de transformaciones, les dio a cada uno un cerillo para que tratarán de convertirlo en una aguja, Harry tenía nociones de Transformación debido a que McGonagall le había enseñado un poco, pero como debía pretender haber vivido entre muggles desde que tenía un año, debió fingir no poder, a pesar que desde su primer intento lo hubiera hecho exitoso, pero si le hizo un ligero cambio, Draco también sabía algo de transformación así que movido por su orgullo simplemente la hizo mas delgada para no quedarse atrás, y Hermoine Granger le hizo un ligero cambio, cosa que sorprendió a Harry y a Draco, púes ellos sabían que ella era nacida de muggles, lo cual la hizo volverse más interesante para ellos, y estaban decididos a unir a la Ravenclaw en su “club”.
La siguiente era la clase que a muchos le hacía ilusión: Defensa Contras Las Artes Oscuras, y su maestro sería Quirrel, uno muy rarito que siempre usaba turbante, toda el aula apestaba a ajo, y se decía que era para ahuyentar a los vampiros. Al terminar la clase Harry, Draco, Blaise, Theo y Hermoine ( a la cual ya habían unido a su grupo de amigos) comentaban sobre el horrible olor que salía del turbante de Quirrel
Vaya que apesta.-Comento Harry
Si, igual que su clase-complemento Draco
Creo que ha sido la peor-comento Theo
Pero era aún peor el olor de su turbante-Dijo Blaise
El terrible olor que sale de su turbante-comenzó un pelirrojo mas grande que ellos- creemos que se debe-prosiguió un chico idéntico al otro- A que guarda ajo para espantar vampiros- terminaron los dos juntos.
¿Y ustedes son?-Cuestiono Hermoine
Yo soy Fred-dijo uno
Y yo George- dijo el otro
Oh, un… placer- Comento Draco
Ahora que lo pienso, se parecen a aquel chico con el que compartimos vagón en el Expresso-Dijo Harry haciendo una expresión algo despectiva
Es cierto- Afirmo Nott
¿Se refieren a Ron?-pregunto Fred
Es nuestro… querido, hermanito-Prosiguió George, haciendo notar su sarcasmo
Bueno, ya es tarde y debemos dirigirnos a nuestras salas comunes-interrumpió Blaise, quien había estado algo callado- o podemos quedarnos aquí si lo que deseamos es un castigo.
Y así se despidieron, dirigiéndose los Slytherin a las mazmorras, la Ravenclaw a su torre, y los leones a su torre.
¿Saben?- empezó Harry- Esos Weasley son todo lo contrario a su hermano, son listos, simpáticos, y a pesar de pertenecer a Slytherin me agradaron, ¿Ustedes que opinan?
Es cierto, son mucho mas agradables- Complemento Draco.
Cierto-Afirmaron los otros dos, aunque Blaise algo ausente.
Ya había llegado el viernes, pero en vez de encontrarse relajados, se veía a Draco y Harry corriendo por encontrar el aula de pociones, no podían creer haber olvidado en que parte de las mazmorras se encontraba, sería su primera clase, Draco estaba ilusionado, lo único que arruinaba esa gran clase es que la compartirían con Gryffindor, léase mejor: Ron Weasley.
Snape, el padrino de Draco, jefe de su casa, y se llevaba bien con Harry, pero Harry comprendía que debían pretender no conocerse, pero no sabía hasta que punto debía llegar Severus.´
Snape comenzó su clase pasando lista, e igual que muchos de los maestros se detuvo en el nombre de Harry
Nuestra nueva…celebridad-espetó
Termino de pasar lista y empezó con su discurso de bienvenida.
Ustedes están aquí para aprender el arte de crear pociones-comenzó, hablaba casi en un susurro, pero aún así todos lo escuchaban perfectamente-en esta clase no habrá muchos estúpidos movimientos de varita, y muchos creerán que no es magia, puedo enseñarles a embotellar la fama, preparar la gloria, e incluso a detener la muerte, claro si son algo mas que los idiotas a los que suelo enseñar.
Se hiso un silencio sepulcral al termino del discurso del profesor. Draco y Harry voltearon a verse con una sonrisa de complicidad, el segundo incluso olvidando que tenía que fingir haber vivido con sus tíos muggles, Hermoine parecía ansiosa de demostrar que ella no era una idiota mas, y Ron tenía una expresión como de burla.
—¡Potter! —dijo de pronto Snape—. ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de
asfódelo a una infusión de ajenjo?.
Harry lo sabía, asfódelo y ajenjo producen una poción para dormir llamada filtro de muertos en vida, al parecer Snape lo estaba probando, para ver si fingía bien haber crecido entre muggles-No lo se, señor-contestó Harry, y en ese momento se dio cuenta de que Hermoine lo sabía, pues tenía la mano ligeramente alzada.
—Bah, bah... es evidente que la fama no lo es todo.- En ese punto Harry no comprendía si quería ver que tan bien pretendía el hecho de fingir no saberse mago hasta hace poco, o si su objetivo era humillarlo.
No hizo caso de la mano de Hermione.
—Vamos a intentarlo de nuevo, Potter. ¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres un bezoar?
También la sabía-“es la piedra que se saca del interior de las cabras, y sirve de antídoto contra venenos”-recordó rápidamente, pero aún así se vio obligado a dar la misma respuesta-No lo se, señor.
Y Snape siguió ignorando a Hermoine
—¿Cuál es la diferencia, Potter; entre acónito y luparia?
Hermoine continuaba con su mano alzada.
Harry sabía perfectamente que acónito y luparia son la misma planta, pero aun asi—No lo sé —dijo Harry con calma—. Pero creo que Hermione lo sabe. ¿Por qué no se lo pregunta a ella?
Algunos rieron, lo cual hizo enojar un poco a Snape.
Baja la mano-gritó a Hermione—. Para tu información, Potter; asfódelo y ajenjo
producen una poción para dormir tan poderosa que es conocida como Filtro de Muertos
en Vida. Un bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra y sirve para salvarte
de la mayor parte de los venenos. En lo que se refiere a acónito y luparia, es la misma
planta. Bueno, ¿por qué no lo están apuntando todo?
Snape los puso en parejas, para que mezclaran una poción sencilla para curar forúnculos, Draco y Harry se pusieron juntos por supuesto. Se paseó con su larga capa negra, observando cómo pesaban ortiga seca y aplastaban colmillos de serpiente, criticando a todo el mundo salvo a Malfoy, que parecía agradarle, a los ojos de los demás, pues Harry sabía que era el padrino de Draco. En el preciso momento en que les estaba diciendo a todos que miraran la perfección con que Malfoy había cocinado a fuego lento los pedazos de cuernos y de como Harry solo había estado holgazaneando, multitud de nubes de un ácido humo verde y un fuerte silbido llenaron la mazmorra. De alguna forma, Neville se las había ingeniado para convertir el caldero de Seamus en un engrudo hirviente que se derramaba sobre el suelo, quemando y haciendo agujeros en los zapatos de los alumnos. En segundos, toda la clase estaba subida a sus taburetes, mientras que Neville, que se había empapado en la poción al volcarse sobre él el caldero, gemía de dolor; por sus brazos y piernas aparecían pústulas rojas.
—¡Chico idiota! —dijo Snape con enfado, haciendo desaparecer la poción con un movimiento de su varita—. Supongo que añadiste las púas de erizo antes de sacar el caldero del fuego, ¿no?
Neville lloriqueaba, mientras las pústulas comenzaban a aparecer en su nariz.
—Llévelo a la enfermería —ordenó Snape a Seamus. Luego se acercó a Harry y Draco, que habían estado trabajando cerca de Neville.
—Tu, Harry Potter. ¿Por qué no le dijiste que no pusiera las púas? Pensaste que si se equivocaba quedarías bien, ¿no es cierto? Éste es un punto que pierdes para Slytherin.
Aquello era tan injusto que Harry abrió la boca para discutir, pero Draco le dio una patada por debajo del caldero.
-Mejor no le provoques, Harry-Murmuró-Estas viendo que te esta tratando de una manera desagradable, mejor no le busques.-
Una hora más tarde, cuando subían por la escalera para salir de las mazmorras, la mente de Harry era un torbellino y su ánimo estaba por los suelos... ¿Por qué Snape lo habría tratado tan mal?
Animate-le dijo Draco- y ya vamos a comer.
Mientras comían a Harry le llego una nota de Hagrid en la que le pedía que lo visitara para tomar el té cuando tuviera tiempo libre, Harry tomo la pluma de Draco y contestó que si que lo haría en cuanto pudiese.