Capitulo 2
1
-Repítelo de nuevo….- Una sonrisa tierna con una expresión amable y un aura asesina alrededor. Si, justamente así era como se encontraba Riko Aida, entrenadora del famoso equipo de Seirin de Wakayama. -¿Cómo que Kuroko se les perdió?- La sonrisa se miraba aun más tétrica. Por dios, los chicos del equipo solo podían ver humo saliendo de la boca de Aida, dejándoles un sentimiento de terror infinito.
-Bu…bueno…-Se atrevió Koganei después de tragar pesadamente saliva. –Nosotros veníamos para acá…luego de estar en la plaza…en la tienda de deportes…Tenían unos excelentes tenis Michael Jordan, deberías de ver…-
-¡¡Al grano!!- Perfecto, la ira estaba desbordándosele a la chica, causando que todos y cada uno de ellos diera un paso hacia atrás, no se salvarían de la furia de la entrenadora, pero mínimo estaban un paso más lejos de ser los primeros en probar la ira femenina.
-No…no nos…dimos…cuenta…de que él se fue…-
-¡Más rápido!-
-¡¡Ah!! ¡No nos dimos cuenta de que él se apartó de nosotros!-
Todos los chicos estaban en la plaza conociendo el lugar como los turistas que eran. Una nueva ciudad, nuevas aventuras.
-¡Miren! –Llamo la atención Teppei Kiyoshi prácticamente con la cara pegada al aparador de una tienda de deportes. -¿No es genial? Este par de tenis está más barato aquí que en Wakayama.- Con prisa comenzó a revisar su cartera contando el dinero. –Pensé que no podría comprármelos allá, pero como están más baratos no puedo dejar pasar la ocasión.-
-Eres un idiota.- No tardo en quejarse Hyuuga Junpei. -¿Acaso pretendes perder casi todas tus comidas del viaje solo por comprar unos tenis? Por más baratos que parezcan no dejan de ser caros.- Sinceramente el también tenía la necesidad de comprarlos y perder todas las comidas pero la mera responsabilidad no le dejaba hacerlo.
-Claro, ¿Por qué no? Aparte tengo un excelente amigo que cuando me mire en el suelo hambriento me dará de lo suyo.- Le guiñó el ojo juguetonamente.
-¡Claro que no! ¡Muérete de hambre! ¡No pasare por el mismo destino que tú solo porque quieres unos tenis caros! ¡Que además, van a ser solo tuyos!- Exclamó Hyuuga girándose por completo. Algunos chicos se rieron, otros lo tomaron como algo ya cotidiano entre ellos.
-En vista de que nadie tendrá el dinero necesario para comprarlos, propongo que estemos listos ya que el camión vendrá en…-No pudo ni terminarlo, Shun se quedo completamente callado cuando al girar la mirada se encontró con que Kagami ya estaba probándose uno de los, tan codiciados, tenis. –…Ese…-
-Iré a buscar el sanitario…- Menciono el peliazul, dándose la vuelta y caminando lejos de los chicos. Nadie lo tomo en cuenta, todos ya estaban adentro de la tienda pretendiendo comprar el calzado caro (Mínimo probárselo), hasta Hyuuga había terminado por ceder a la tentación entre reclamos.
Tan distraídos habían estado los ahora pobres jóvenes, que apenas y se dieron cuenta de que había llegado el vehículo del entrenador. De hecho, Riko se había tenido que bajar por ellos.
Así es como, unos minutos después, ahí estaba Kuroko Tetsuya, solo, mirando el lugar donde se suponía debia de estar el camión, manteniéndose solamente en silencio.
-Así que… ¿Perdieron a Kuroko y una buena cantidad de dinero?- La buena imagen de Riko, esa medio hipócrita que había querido mantener se había desquebrajado delante de todos, dejando a un demonio come hombres en su lugar. -¡¿Se puede saber qué es lo que estaban pensando?!- Si, la chica estaba sacando fuego por la boca de lo enojada- ¡¡No saben donde esta Kuroko y no tienen nada de dinero para comprar comida!!-
Teppei, en un acto de valentía apenas y levanto la mano.
-Aun nos queda dinero para algo de comer.-
-¡¡Sopas instantáneas no cuentan como comida!!- Paso un momento en el que existieron una serie de golpes, algunos gritos y el uso casi ilegal de un abanico gigante. Luego que la chica descargo un buen porcentaje de ira, tomo aire, se arreglo un poco el cabello y les miro. –Ya veremos cómo nos arreglamos con la cuestión del dinero.- Mirada horrible para todos.- Por ahora tenemos que centrarnos en encontrar a Kuroko.- Parecía que ese día no se acabaría nunca.- Kagami es el único que lo conoce tan a fondo como para darse una idea de a donde iría, así que debemos de ir a ese centro comercial y buscarlo. Kagami, ¿Tienes alguna idea de donde comenzar? –
Espero una respuesta que nunca llego. Giro su mirada por el lugar, casi contando a todos los chicos, notando que había justamente una falta entre ellos. -¿Kagami?- Nada y cuando los engranes en su castaña cabeza por fin hicieron click se dio cuenta de que el pelirrojo no estaba ahí. -¡¿Dónde está Kagami?!-
2
En algún lugar de la ciudad Taiga Kagami caminaba como energúmeno. No podía creerlo, simplemente no podía. ¿Cómo era posible que el chiquillo se perdiera en una ciudad como esa? Lo peor era que él ni siquiera se había dado cuenta de la ausencia de Tetsuya (Seguramente el idiota de Aomine se reiría en su cara si se enteraba. Esperaba que no pasara). Sabía que cuando la entrenadora lo encontrara lo amonestaría, pero ese impulso de salir corriendo nada mas supo que no estaba el chico había sido inevitable, casi como si una fuerza invisible lo hubiera poseído.
-¿Dónde demonios te metiste?- Gruño en voz alta pasando por los múltiples locales. No tardo mucho en llegar al dichoso centro comercial, pero por más vueltas que le dio no encontró una sola pista de este. Kuroko era una persona rara, a veces era predecible pero otras no lo era, casi como si su mente fuera un laberinto sin fin; creías conocerlo y al mismo tiempo te tenias que dar a la idea de que no era así.
Había que pensar. ¿A dónde iría Tetsuya al momento de encontrarse solo en una ciudad desconocida? Muchos pensarían rápidamente que seria a la policía o con alguien para que le guiara. Incluso a un teléfono público, pero no, el no era de esa manera. Tal vez tendría hambre…y sed.
Esperen un momento…sed mas Kuroko igual a... Taiga se dio un golpe en la frente preguntándose como demonios no se lo imagino antes. Su estúpida malteada.
Una persona paso a su lado y le retuvo por la camisa acercándole hasta su cara.
-¿Qu…Que es lo que quieres de mi?- Pregunto el asustado hombre
-Dime ahora mismo donde está el local de hamburguesas más cercano.-
3
-Vaya, ¿Enserio eres del equipo de basquetbol? Lo siento pero te miras demasiado pequeño- Yohei estaba impresionado, Gasparin era agradable, pero un tanto raro. Sabía que había personas bajas en el deporte, pero por lo menos desarrollaban algún tipo de musculo, en cambio el peliazul tenía un cuerpo delgado, casi débil.
-Sí, lo práctico desde la secundaria.- Contesto muy a su propio estilo.
-Yo no te creo nada.- Hanamichi por fin hablaba, metiéndose en la conversación. Quien hablaba más desde el inicio había sido su amigo. –Estas muy flacucho, no parece que tengas la mínima fuerza en el cuerpo. –Los dos estaban a nada de salir del local, caminando ya afuera de este. –Para mí que te la pasas en la banca. Para estar en la cancha debes de ser un genio como yo.-
-Hanamichi, no deberías de decir eso.- Aun reprendiéndole tenía una sonrisa en el rostro.
-No, la mayoría del tiempo estoy jugando entre los titulares.-
La impresión no se espero. Yohei y Sakuragi miraban sorprendidos a Tetsuya, casi sin poder despegarle los ojos de encima.
-¡Eso no es posible! Tu equipo debe de ser muy débil.- En un acto confianzudo tomo la menor por la muñeca acercándolo a el para probar que tan pesado era.- ¡Estas demasiado liviano, puedo cargarte con una mano! ¡No tienes carne ni nada! –Palpaba los brazos de este, terminando por manosearle prácticamente el cuerpo sin siquiera pensar en el permiso. –Digo, Ryohei también esta muy enano, pero mínimo el tiene músculos. No te creo na…-
Sakuragi no pudo ni terminar su frase, en cuanto estaba pellizcándole el estomago a Tetsu un golpe se estrello contra su mejilla tumbándole en el suelo, con el chiquillo encima de él.
-¡Hanamichi! ¡¿Quién crees que eres estúpido?!- Fueron las palabras de Mito antes de lanzarse al ataque contra la persona que ataco a su amigo, pero en cuanto iba a tocarlo, este lo esquivo con maestría y corriendo a quitarle el peso extra sobre el pelirrojo. Todo fue demasiado rápido, apenas para los ojos de Mito.
-¡Aléjense de Kuroko ahora mismo!- Kagami había llegado justo a tiempo.
4
No tardo mucho en dar con el restaurante mas cercano gracias a las indicaciones. Le dijeron que era el local de hamburguesas con mejor malteada de los alrededores, por lo que es donde estaría. Cual fuera su sorpresa que nada mas cruzo la esquina miro como un tipo pelirrojo solo un poco más bajo que el estaba amenazando al pequeño. Su cuerpo hirvió, estaba repleto de coraje y lo único que quería era asesinar a alguien.
No lo pensó, había corrido lanzando el primer golpe y jaló el diminuto cuerpo contra su pecho, protegiéndole.
-…- Hanamichi no lo dejaría así. Se levanto del suelo y se apresuro al ataque. -¡¡Tu!! ¡Bastardo te hare comer polvo!- Apenas Taiga lanzo a Kuroko lejos, la pelea dio inicio oficialmente. Era impresionante mirar a dos pelirrojos enormes, con características demasiado parecidas peleando uno contra el otro. Yohei había pensado en ayudar a su mejor amigo, pero la batalla de titanes era demasiada.
-¡¡Tu eres el que morirá!! ¡¿Crees que no te miraba?! ¡¿Qué demonios estabas haciéndole a Kuroko?!- Había recibido un golpe en el estomago que le sacaba el aliento, pero no por ello se detendría, ese maldito abusivo pagaría por lo que había estado mirando.
-Espera… ¿Kuroko?- Yohei apenas se dio cuenta de lo que estaba pasando. Había estado a punto de entregarse a la pelea pero no se había detenido a pensar fríamente porque había llegado el idiota con los golpes. El chico clamaba por el peliazul, Hanamichi lo había tenido pegado a él y lo picoteaba. Si era uno de sus conocidos y miraba todo eso desde un lado sin saber qué pasaba. –Santas equivocaciones…-Su deber como amigo era detenerlos y por el contrario su deber como ser que quería sobrevivir era esperar y ver si uno de los dos terminaba muerto después de eso.
Cuando levanto la mirada apenas y localizo a Kuroko que miraba todo desde cierta distancia, como si calculara lo que pasaba y como detenerlo. Ok, el debía de estar a esa distancia porque era demasiado peligroso el acercarse con los dos peleando.
Pero poco se había perdido en sus pensamientos cuando miro como una onda de cristalina agua caía sobre los dos pelirrojos, bañándolos al instante y también, deteniéndolos de golpe. Eso pudo haber sido útil, a la mirada de Yohei Mito, pero a la vez…
-¿Qué demonios te pasa?- Podría ser contra producente. Los dos chicos gritaron los dos al tiempo, volteando para ver a la pequeña persona con balde en mano, permaneciendo completamente serio.
-El agua ayuda a que los animales se separen cuando están peleando.- Determino Tetsuya, mirándoles fijamente a las caras.
-¡¿Qué?! ¡Nos estas comparando con animales! Espera a que te atrape tu mo…-
-¡Hana! ¡Espera!- Se apresuro su amigo, poniéndose en frente en lo que se intentaba lanzar en su contra, por lo menos ahora que estaba un tanto más frio podría hablar y dialogar sobre la pelea. -Mira, los dos se conocen, son amigos. El debió de pensar que éramos un peligro para el enano.- Si, dialogar era bueno, aunque con su amigo tenias que aprender a decirlo todo con bolitas y palitos.
-¿Su amigo? ¡Nosotros le ayudábamos! ¡Mínimo nos merecíamos algo más que esto!- Se señalo un golpe en la cara.- ¡Maldito bastardo!- Pero cuando Sakuragi se iba a ir a quejarse, voltearon notando como el otro pelirrojo estaba dándole certero golpe a la azulada cabeza, haciéndole que doblara la misma.
-Kagami, eso dolió.- Se quejo el chico, apenas sobándose un poco.
-¡No me importa! ¡Te desapareciste de la nada! ¡¿Tienes idea de cómo nos preocupaste a todos?¡- Ya por fin era hora de que Kagami se quejara, por dios, Taiga estaba demasiado estresado con solo pensar en no volver a ver a Kuroko, después con verlo siendo abusado y ahora esto. Lo peor era que el chico lo tomaba como si fuera algo muy natural. Si no fuera porque estaba ya algo acostumbrado, juraba que terminaría haciéndolo pedazos y no volvería a hablarle.
-Fui al sanitario, cuando salí no estaban. Creo que me merezco un…Auch- Y recibió un golpecillo mas.
-Te mereces eso y más.- El joven 10 de Seirin se miraba mal, tenía las ropas hechas girones, estaba mojado y medio golpeado. Y todo porque el señorito se había ido al sanitario. ¡Válgame!
Tetsuya solo sonrió mientras se tomaba la cabeza, eso era típico en su compañero de equipo, no podía decir directamente sus sentimientos a las demás personas por más que amara a todos sus compañeros, ese era Taiga.
-Lo siento Kagami.- Se disculpo sinceramente sonriendo muy por lo bajo. Kagami volteo, lo miro fijamente, sintió algo de escozor y después giro de nuevo la mirada evitándolo por completo. Lo único que pudo hacer es empujarle la cabeza desde la nuca, evitándole.
-Más te vale que no vuelvas a hacerlo. La capitana estaba como loca preguntando por ti.- Fue cuando se dio cuenta de lo que pasaba. ¡La capitana iba a cortarles algo más que sus preciados testiculos! Kuroko había desaparecido y él se había ido de ahí sin decir nada… ¡Demonios! –Vámonos ya.- Ordeno al menor empujándole sin siquiera mirar a las personas con las que estuviera antes.
Kuroko no lo dejo pasar, se aparto de Kagami caminando hasta los dos jóvenes. –Gracias por la malteada Sakuragi y Mito. Siento los golpes que le dio antes Kagami.- Se disculpo sinceramente.
-¡¡Kuroko!!- Llamo el compañero del chico, prácticamente jalándole de ahí. Y así se fueron, dejando solos a los mejores amigos con la cara de sorpresa perfectamente pintada en ellos.
-Yohei… ¿Qué demonios fue eso?- Se atrevió a preguntar Sakuragi, sobándose el hombro ligeramente lastimado.
-No tengo idea, pero espero que no nos vuelva a pasar…- Y de verdad lo esperaba.
5
No muy lejos de ahí habia una bicicleta estaba aparcada. Su conductor se encontraba sentado sobre ella, con las manos apretadas tan fuerte del manubrio que los nudillos estaban blancos. Había mirado toda la escena de la pelea y se había resistido las ganas de ir a golpear al idiota pelirrojo, apenas reteniéndose por el final de la misma. –Do’aho.- Apenas menciono eso, avanzo la bicicleta, partiendo de ahí.