Lamí su oreja mientras el solo se limitaba a estremecerse debajo de mí. Y tenía la cara totalmente roja.
-Haa… Bon… -gimió de nuevo. Esta vez había lamido su cuello y mordido un poco.
-Rin… -susurre en su oído, lamiendo de nuevo, mientras desabrochaba su camisa del instituto y después besaba su torso, el solo se limitaba a mirarme sonrojado, y note que tenía unas lagrimitas en sus ojos. Me dirigí hacia su pezón donde empecé a lamer y succionar. El simplemente se agarró a las sabanas con fuerza y cerraba los ojos. Esas lagrimitas se fundieron con un poco de su sudor. Estaba temblando un poco, creo que me tenía miedo.
Nunca me habría imaginado verle tan sumiso ante mi, tan hermoso, tan violable, pero tengo que contenerme, no lo quiero asustar, aunque me duela y me arda todo el cuerpo por lo que sea que me pase, tengo que aguantar.
-Rin… mírame, mírame Rin –susurre mientras sacaba su miembro ya erecto. Y me limite a solo tocar un poco y el daba pequeños gemiditos, era tan hermoso, su blanca piel solo para mi. Todo esto es tan real… ojala así fuera. Pero aunque sea un sueño, no quiero verle con dolor en sus ojos, no quiero que sufra aun si es un sueño.
-Mnn… -el me miro todo rojo, e intentaba no esquivar mi mirada, pero creo que al ultimo le fue imposible y miro hacia otro lado.
-¿Duele? –pregunte sonriendo seguramente la sonrisa se vería burlesca; mientras tocaba la punta de su miembro, él se veía dolorosamente delicioso. El solo dio un brinquito al sentír mi contacto.
-S-si… -dijo como un murmullo que si apenas pude escuchar. Baje sus pantalones y boxers, para quitárselos y le quite la camisa con cuidado, para al fin tener a Rin bajo mio completamente desnudo. El trataba de taparse mientras rehuía a mi mirada, yo solo puse mis manos en cada extremo de él y respire en su cuello, tratando de encontrar ese hermoso olor que le caracterizaba. Un extraño olor ha guardado y a dulce. Bese su cuello rápidamente seguido de otra lamida y empecé a masturbarlo lentamente.
-T-tu también… -escuche que susurro. Pare de hacerle y le mire.
-¿Qué pasa? –pregunte. Jalo de mí camisa y me beso. No me esperaba eso, pero le correspondí, un hermoso beso dulce que aunque no sabia que podía ponerme mas caliente, y es que él lograba que eso pasara.
-Tu ropa –susurro en mi oído y gimió cuando de nuevo empecé a masturbar su miembro. Ya había entendido, él quería que me quitara la ropa. Me quite la camisa con desesperación mientras le besaba y liberaba mi miembro de las telas que lo aprisionaban. El me miro con algo de temor pero de nuevo le seguí besando para que no me tuviera miedo.
Mientras le besaba, sin nada para lubricar metí uno de mis dedos, a lo que el dio un respingo y me miro asustado.
-No tengas miedo Rin, no te hare daño –aunque sinceramente hasta yo dudaba de mis palabras. Metí un segundo dedo, me moría por entrar, pero sabia que le dolería mas si no le preparaba para lo que venia.
Espere dos o tres minutos con mis dedos aun en el, y ya lo tenia gimiendo debajo mio. Era algo hermoso de ver y escuchar.
-B-bon… aah! Aah! Bon! –sentí como cada que gritaba el, mi miembro palpitaba dolorosamente. No espere mas y lo puse boca abajo, empecé de nuevo a seguir con su miembro para aprovechar y meter el mio en su entrada, el al instante se tenso por completo.
-Rin… ahh… -de repente perdí toda consciencia sobre lo que hacia y le empecé a embestir rápidamente, como si no me importara que él se hubiera o no acostumbrado a ello. Sus gritos de dolor empezaron a escucharse por toda la enfermería, y la verdad, no me importaba, mi mente ya no estaba conectada con mi cuerpo, mi cuerpo hacia lo que quería con el que estaba debajo mio.
-Aaah! Itai Bon Itai, Yamete Kudasai! Bon! (Aaah! Duele Bon, Duele, para por favor! Bon!) –una y otra vez el repetía lo mismo con dolor en cada palabra mientras trataba de alejarme, pero yo le agarre de las muñecas y las puse sobre su cabeza, impidiendo que opusiera mas resistencia. Sentía como toda la fuerza que tenia iba y venia con cada nueva embestida que daba contra su cuerpo.
-Rin… R-rin… Aahhh, Rin –lo único que podía hacer era daño en ese momento. Seguí embistiendo hasta que me vine dentro de él, mi cuerpo se seguía sintiendo caliente, pero ahora estaba más cansado que nunca.
Deje que mi cuerpo se desplomara sobre el de Rin, sin siquiera salirme de él. Sabia que él estaba llorando, pues lo podía escuchar aun.
-Bon… eso dolió mucho, baka… Ryuji… -logro decir Rin abrazando mi cuerpo con brazos y piernas, como si no quisiera separarse de mí.
¿Por qué? ¿Por qué si le hice tanto daño, aun me abraza? ¿Por qué aun cuando no sabe que yo le amo hizo esto conmigo? ¿Esta jugando conmigo cierto? O podría ser que…
-¿Rin? ¿Bon? ¿Están aquí chicos? ¡Rin o por dios santo! ¿Estas bien? –eso fue o único, sentía como me movían, pero ya no sabia de nada. Mis ojos empezaron a cerrarse, para dar paso al sueño.
Lo ultimo que había podido oír, fue la voz de suya y de su hermano, pero también lo ultimo que sentí fue el cálido abrazo que el me brindaba.
-Tsk… no era un… -sueño, todo había sido real y la regué. Me deje llevar o fue otra cosa la que me controlaba, ese no había sido yo, parecía un animal en celo, como si me hubiera tomado algún viagra, algo mas fuerte que eso, como un afrodisiaco, tengo todos los síntomas, pero yo no… ¡La pastilla! Pero el que me la dio fue Rin, entonces no lo entiendo, solo sé que soy un maldito, por que he lastimado a la persona que amo.
Desperté por que sentí que caía de la cama, y era extraño, por que al sentir que aun estaba en la cama y ni un poco cerca de borde, esa sensación seguía estando ahí. Mi cuerpo estaba sudado. Intente pararme, pero el cuerpo me dolía, como si hubiese hecho ejercicio por días seguidos y sin descanso, sin haber tenido preparación para ello anteriormente.
-Mnnn… -gemí un poco por el dolor.
Mire a mí alrededor y me fije que estaba en ¿el hospital?
Inmediatamente recordé lo que paso antes de que yo perdiera la consciencia en la enfermería de la escuela, aun más de lo que ya la tenía perdida cuando hacia aquello.
-Bon… -susurraron, interrumpiendo mis pensamientos. Me gire para encontrarme con Yukio Okumura, hermano del mayor afectado en todo esto. Lo mire con tristeza, sabia que Yukio lo que mas quería en el mundo era a su hermano mayor –aunque pareciera que Yukio era el mayor, la verdad es que era el menor por unos segundos- y yo le había hecho daño a su hermano.
-Yukio –dije. Él se paro de la silla donde anteriormente estaba sentado, al lado de otra cama, donde estaba a quien yo había hecho daño, Rin, me pregunto que tanto daño le habré hecho.
-Le has hecho mucho daño a mi hermanito, no te perdonare –dijo con frialdad.
-Si, lo comprendo –no era como si en ese momento pudiera dar excusas, yo había lastimado a Rin, y eso me partía el alma. Me lo merecía, merecía que me castigaran por haberle hecho daño, no me importaría que me castigaran, nadie tenia el derecho de lastimarlo, y muchísimo menos yo.
-Te harás cargo del hijo de Rin… -susurro Yukio mientras se acercaba al borde de mi cama.
-Si… -me sentía aun muy cansado como para mantenerme consciente. ¿Qué? Hijo de… no, cuerpo no te duermas… ya es demasiado tarde, sé que estoy durmiendo.
Pero ¿habré escuchado bien o solo fue una ilusión? ¿Hijo de Rin? No me digan que Rin embarazo a una chica... Por favor todo menos eso, me destrozaria el alma en mas pedacitos de los que ya hay. Por que... yo solo quiero que Rin sea mio, aunque pida imposibles... Todo menos que embarazo una... chica...
