Todo a su alrededor estaba oscuro, por más que intentaba encontrar algo que le dijera dónde estaba, la oscuridad no se lo permitía. Sentía su cara completamente adolorida, no recordaba que lo hubieran golpeado tan solo, el caer sobre la alfombra del hotel, donde había quedado con Orochimaru. Trato de levantarse pero se dio cuenta de que sería inútil, estaba amarrado y por lo que parecía eran unas esposas atadas a la silla.
Podía oír las gotas de agua cayendo sobre un charco, seguramente estaría en un lugar abandonado o un sótano. Alguien estaba intentado abrir la puerta, se podía oír como rechinaba a causa de la oxidación y entonces encendieron la luz.
-No tienes un gran aspecto-
Alzó la mirada y se encontró con Orochimaru, quien tenía una gran sonrisa dibujada en su rostro. Iba acompañado de dos de sus matones, si no mal recordaba, los que lo habían acompañado al hotel.
-Sabes antes eras más difícil de atrapar, de hecho diría imposible, la vida de casado te volvió idiota-volvió a burlarse de él- Mis muchachos solo te golpearon, más no te cortaron la lengua-le soltó una cachetada con todas sus fuerzas.
-¿Difícil?- Naruto se rió por lo bajo – Bueno necesitaste de dos personas para atraparme, porque claro está, que tu no podías solo-
-Ríete lo que quieras, cuando Sasuke venga y se entere de todo, no creo que te queden muchas risas-
Naruto se puso completamente serio - ¿Por qué lo metes a él en todo esto?, después de todo, yo fui quien lo mató-
-Tú fuiste el que metiste a Sasuke en todo esto, tú fuiste quien se metió en su cama, ¿o me equivoco?-Orochimaru se acercó a él y lo tomó de la barbilla -¿Sabes? – Comenzó a reírse- Hoy Sasuke fue a verme para pedirme dinero para tu rescate- soltó a Naruto quien no dejó de mira con rabia al hombre – Pobre Sasuke, lo hubieras visto tan decaído, tan desesperado. Una pena, Sasuke era millonario, hace unos años, antes de conocerte, pero claro cuando decidió dejar todo tuvo que devolverme el dinero, una porque tendría que limpiar su nombre y dos, bueno era su castigo. Si no mal me equivoco, tú también tenías dinero, pero creo que también lo usaste para lo mismo y claro fuiste tan estúpido como para donarlo-
Apretó con fuerza la silla, tenía ganas de lanzarle un golpe a Orochimaru en ese momento, de acabar con esa gran sonrisa que se dibujaba en su cara, lamentablemente además de estar amarrado, lo cual no hubiera sido un impedimento para él hace unos años, se sentí bastante débil, debía de ser a causa de su enfermedad, últimamente se había sentido bastante decaído.
-Veo que no te sacó una palabra de la boca, pero bueno te diré una última cosa, Sasuke esta tan desesperado que aceptó además de nuevo prestarme sus servicios, acostarse conmigo, no te parece curioso, ambos esposos aceptaron acostarse conmigo debo ser un adonis jajajaja-
-¡No te atrevas a ponerle un dedo encima!-
-Ya sabía que con eso haría que hablaras, lamentablemente no seguiré tu consejo, porque hoy planeo acostarme con él, ya era justo, después de tanto tiempo de espera-
-¡No lo harás, Sasuke no lo haría, el no!-
-Te ama demasiado, así que tendrás que aceptarlo, tendrás que aprender a compartirlo- les hizo una señal a sus hombres, con la cual estos se acercaron y se puso uno a cada lado de Naruto- Ya saben que hacer-
Uno de los hombres se movió hacia la izquierda y luego regreso hacia donde estaba Naruto, este sintió que algo habían hecho en la silla, pero no pudo detenerse a sentar pues en unos cuantos segundos sintió como una corriente eléctrica recorría su cuerpo y entonces grito fuertemente.
-Mis hombres se encargarán de entretenerte por un buen rato, espero te gusten los toques Naruto- Se fue, cerrando la puerta y dejando que sus matones siguieran electrocutando a Naruto.
No había dormido en dos días, desde que había recibido la llamada. Había ido con Orochimaru para conseguir el dinero, más no se había detenido a pensar en que este le pidiera tanto a cambios. Se dejo caer en el sillón de su casa, llevó sus manos a la cabeza y se jaló los cabellos, se estaba volviendo loco, no podía estar tranquilo ni un momento, se maldecía en estos momentos lo único que deseaba era salir e ir a buscarlo, pero no podía, no contaba ni siquiera con armas, Orochimaru se las había quitado todas, cuando renunció, ahora se maldecía tanto.
El teléfono sonó, su corazón latió con fuerza, respiro profundamente y lo descolgó.
-Se tardó mucho en contestar-dijo una voz distorsionada –cualquiera creería que no le importa su pareja-
-¿Quiere el dinero?-preguntó con desesperación Sasuke.
-Aún no jajaja, sé muy bien que no lo tiene, su posición económica no es buena-
Apretó con fuerza el teléfono, detestaba que ese hombre supiera tanto de él, pero lo que más detestaba era no poder hacer nada.
-Será mejor que revise su buzón, espere nuestra llamada-
Se cortó la llamada, Sasuke soltó el teléfono y salió corriendo, abrió el buzón y como había dicho el hombre detrás del teléfono había un sobre, lo tomó con la mano temblorosa y lo abrió tan rápido que casi lo rompe por completo. Dentro de este había un mechón rubio, Sasuke sabía exactamente que era de Naruto, no podría dudarlo, a pesar de que estaba manchado de sangre, eso hizo que se le hiciera un nudo en el estómago, pero se sintió aun peor cuando tomó el pequeño papel que acompañaba al mechón.
“Junta el dinero para mañana, te avisaremos a donde debes llevarlo”
No pudo evitar que una lágrima corriera por su mejilla, se sentía impotente, sin mencionar que su herida le estaba doliendo un poco, debía de ser porque ni siquiera se había molestado en darle los cuidados necesarios.
Se levantó y tomó las llaves de su camioneta, no tenía tiempo para pensarlo, tan solo tenía que hacer lo que debía hacer. Manejo lo más rápido hasta llegar donde Orochimaru, se bajo del auto, sin quitar las llaves y tocó. Cuando Suijetsu vio de quien se trataba lo dejo pasar sin preguntarle nada. Sasuke pasó de largo, sabía a dónde tenía que ir, abrió la puerta de Orochimaru sin tocar.
-¿Ya tan rápido necesitas el dinero?-le dijo con una sonrisa en el rostro.
-Cállate-Azotó la puerta, le puso seguro y comenzó a desabrocharse la camisa a cuadros que llevaba.
- No, no espera- Orochimaru se levantó hacía él- Primero toma un baño-
-No tengo tiempo para eso-contestó desesperado.
-¿Quieres el dinero?-lo jaló de la camisa-haz las cosas como se debe, ve a tomarte un baño y después cumples con tus deberes- lo soltó, haciendo que se tambaleara un poco -¡Karin!-
Al poco rato que gritó, alguien tocó la puerta, Orochimaru fue a abrirle, la chica pelirroja estaba detrás de la puerta con un atuendo que dejaba poco a la imaginación –Karin quiero que lleves a Sasuke a tomar un baño y vístelo elegantemente, hoy tiene que cumplir algo-
-Como usted ordene-Ambos se retiraron dejando a Orochimaru con una sonrisa de triunfo.
El agua recorría su cuerpo, llevaba unos cinco minutos mirando hacia la pared de enfrente, sentía un vacio dentro de él, sabía que no era lo correcto lo que estaba haciendo, pero también pensaba que no tenía otra alternativa.
Iba caminado por la calle, era cerca de media noche, sabía perfectamente que alguien lo estaba siguiendo, desde hace unos minutos que sentía una mirada sobre él. Hacía dos días que se sentía de esa manera, pero era alguien bastante temerario, así que eso no era suficiente como para asustarlo.
Dobló en la esquina y supo que esa persona ya estaba a unos cuantos pasos de él, se detuvo en seco y dibujó una sonrisa en su rostro.
-Buscas algo-dijo antes de voltear.
El tipo le lanzó un golpe directo a la cara pero lo esquivo, él le respondió con una patada, pero el tipo la detuvo y lo aventó hacia atrás. Sasuke se levantó deprisa y lanzó de nuevo un golpe. Continuaron peleando, ambos eran bastante buenos, no obstante, comenzó a llover, eso hacía que la batalla fuera un poco más difícil para ambos.
Sasuke resbaló, intentó levantarse, pero el hombre fue más rápido para él, en cuestión de segundos estaba sobre él y tenía sujetas sus muñecas.
-Eres algo temerario-le dijo una voz
-Es mi mejor cualidad-respondió Sasuke con orgullo.
-Me gusta, me gusta cuando me dejan trabajos como estos-
-¿Cómo cuales?-
-Como este- El hombre sacó una navaja y le dio con ella en la mejilla, la sangre comenzó a salir y se conjugó con el agua.
-¿Es lo mejor que puedes hacer?-
-Es solo el inicio-
Le calvó la punta de la navaja en la palma de la mano, un grito se escapo por su boca, era la primera vez que lograban que hiciera eso.
-No eres tan hombre-dijo de nuevo su agresor. Una luz se encendió en el callejón y pudo ver que los ojos del hombre que estaba sobre él eran de color rojo, seguramente eran pupilentes, pero tenía una mirada bastante penetrante.
Sasuke ya había tomado el jabón y se lavaba los hombros, no quería recordar a ese hombre, porque temía que sus miedos se volvieran verdad, y entonces él fuera quien tuviera secuestrado a Naruto. Se tocó la pequeña cicatriz que aun tenía en la mano. Naruto siempre que la veía acababa besándolo, era como un reflejo, muchas veces Sasuke quiso preguntarle por qué lo hacía, pero siempre lo olvidaba entre las caricias de ambos.
Karin lo llevó de regreso a donde estaba la oficina de Orochimaru, una vez que entró ahora fue Orochimaru quien cerró con seguro.
– Al sillón- le ordenó
Sasuke caminó hacia él y se dejo caer, su ex jefe comenzó a caminar hacia él, el moreno prefirió no verlo tan solo se enfocó en el escritorio de este y en ver sus figuras.
-Levántate-le volvió a ordenar. Sasuke se puso de pie frente a él y decidió mirarlo directamente, sabía que de no hacerlo, se arriesgaba a que no le dieran el dinero -¿Quién pensaría que eres un mandilón?.
No le respondió tan solo sintió como las manos de Orochimaru lo tocaban por encima de la camisa azul que llevaba puesta. Orochimaru suspiro mientras lo observaba, y entonces comenzaba el juego. Sintió como le iba desabrochando cada uno de los botones, como se iba deteniendo en cada uno, con el afán de torturarlo, de hacer el momento más largo. Iba llegando al último botón cuando tocaron a la puerta.