(Narra Kid)
Logré llegar al castillo junto pulpín gracias a mi asombrosa velocidad, pero no era exactamente lo que mi nakama creía...
-K-Kid...¿e-esto t-tan s-solo es...un i-icebérg?... -arropándose a mi abrigo con fuerza por el frió que hacía.Yo en cambio estaba perféctamente- ¿e-estás s-seguro de que...no t-te has..e-equivocado?
-Seguro... -le respondí.
Era imposible que me hubiera equivocado,el olor de Gin era imposible de confundir,lo diferenciaba entre millones que olian igual,pero había algo que me ayudaba...Gin olia siempre extraño a mi raza ya que era humano,pero no oliá como tal,sino...diferente.
-K-Kid...¿q-qué vas hacer? -me preguntó acurrucándose más y más en mi abrigo.
-Sacar a Gin,eso seguro pulpín... -dije sonriente mirando el paisaje.
-¿Po-Podrías s-sacarlé r-rápido para irnos de a-aquí...lo a-antes p-posible? -tiritando de frió.
No era de extrañar,yo era especial y podía aguantar cualquier temperatura por elevada o baja que fuese,pero pulpín no soportaría mucho más ese frió ya que estábamos en una isla en la que solo había hielo y la temperatura corporal de un humano bajaba enseguida en menos de 5 minutos,por desgracia para pulpín soportar más de 2 minutos el frío significaba la muerte así que me las ingenié para llevarle conmigo al castillo de hielo,el cual estaba enfrente nuestra a 30 minutos con mi velocidad normal,con la de un humano podía ser como mínimo de 2 a 3 meses con sus noches y descansos incluidos.
Envolví a pulpín en mi abrigo y le cogí con los brazos,al principio el se negó y le extrañó pero luego cedió y se dejó que le metiera envuelto en mi abrigo.
Una vez lo hice me dirigí al castillo con mi autentica velocidad,pero había demasiadas montañas de hielo que se interponían en mi camino,a cada movimiento que hacía el espacio se volvía más estrecho todavía hasta el punto de que tuve que agarrarme a una montaña clavándola mis uñas para evitar que me callera.Me costó mucho tan solo atravesar todas las montañas de hielo con una sola mano y un único brazo,ya que en el otro lo tenía ocupado sujetando a pulpín.
Últimamente he tenido demasiados problemas para controlar mis poderes,pero esta vez logré poder manejarlos concentrándome en ellos y llegué al castillo junto a pulpín.Fui a sacarle para ver como se encontraba pero...pulpín estaba de otro color,lo que me extrañó y a la vez me asustó de una manera sobrenatural.
-No puede ser... -digo quedándome petrificado,desenvolviéndole- pulpín... -apunto de llorar.
-Kid...¿e...eres tú?
-¡¡Pulpín!! -grito de alegría- ¡¡menos mal,creía que te había perdido para siempre!! -dándole un fuerte abrazo y esta vez llorando de alegría.
-Pero...¿por qué lloras...Eustass? -me pregunta extrañado.
-Creía que...
El pareció darse cuenta y me lo explicó...
-Kid...los pulpos especiales como yo cambiamos de color según la temperatura del ambiente para poder mantenernos vivos,ahora soy morado para que mi cuerpo soporte estas bajas temperaturas, mientras que en el agua dependiendo de la temperatura soy rojo o naranja.
Yo me alegré de que fuera así,pulpín ya no necesitaba mi abrigo para aislase del frió tan solo debía cambiar de color.
Nada más me lo explicó se agarró a mi espalda y yo reinicié el paso con el abrigo en ambos brazos, nos dirigimos con suma rapidez a la puerta del castillo.
El castillo estaba completamente hecho con hielo sólido y era de color blanco.
Ambos llegamos a la puerta principal y pulpín me preguntó...
-Kid...¿alguna vez has estado aquí?
-Por desgracia sí... -le respondo a pulpín diciéndole la verdad- *no ha cambiado nada desde la última vez* -pensando eso último para mí mismo.
Por una parte me sentía alegre de que todo lo de afuera se conservasé intacto pero por otro lado ese lugar me seguía dando muy mala espina,allí dentro existía unas normas imposibles de romper porque eso realmente era...una prisión hecha para cualquiera de mi especie...
Una vez fui encarcelado allí por error y me costó muchísimo salir,hasta que un día...logré salir de allí.