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ACORDE GEMELO por andherezu_rosui

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Notas del capitulo:

Holaaaaa

Les  traigo el cap. Esta algo cortito pero ojalá les guste.

Les comento que ahora ando lejos de mi depa, en realidad estoy quedandome en el rancho de mi familia, de repente quisieron hacerle remodelaciones, y como actualmente ando desocupada, me lo adjudicaron a mi. u-u En fin estoy quedandome aqui desde frebrero y como ahi no hay ni señal de celular, me es dificil poder conectarme y actualizar hoy vine a la ciudad por unos encargos por eso es que publique. Espero me disculpen las demoras y sean pacientes.

Espero lo disfruten.

 

 

La realidad y la fantasía se habían difuminado en su mente, no tenía idea de nada. El tiempo se había convertido en algo inalterable en su cabeza, mezclándose con el mundo somnífero de alguna extraña sustancia entrando por su torrente sanguíneo. Sabía que estaba inconsciente. Y aun así destellos de imágenes se quedaban impresas en su mente de forma efímera, confundiéndola. Haciéndola dudar de sí soñaba o sí eran alucinaciones muy reales.  

-¿Qué tal esta?- Escuchó la voz inquieta de alguna mujer preguntar.

-Parece estar mejorando con rapidez…- Logró escuchar antes de sumergirse nuevamente en la oscuridad de la inconciencia.

Un hormigueo se expandía por alguna parte de su cuerpo, como el inquieto toqueteo de una gentil mano. De vez en cuando el leve toque le provocaba ligeros espasmos de dolor amortiguado, que a su vez le hacían recordar cómo si se tratase de una pesadilla lejana lo que le había pasado hacía apenas algunas horas, dejándole una sensación de alivio tras un momento de escozor.

Era como una tortura, una que se limitaba a aguantar en silencio, ya que era incapaz de salir del sopor que evitaba que su mente fuese consiente del todo de lo herido que su cuerpo debía estar. Si despertaba era posible que se encontrase a si misma desfigurada por las heridas, sin rastro alguno de su faz antes de recibir tanto daño. Sin embargo, los retazos de la conversación a su alrededor llegaban como ráfagas de lucidez acompañada del sonido de una puerta abrirse y cerrarse.

-Oku-sama…- Escuchó una voz familiar a la que no pudo ponerle rostro. –Es mejor que usted también descanse un poco.

-Estoy bien. –Respondió enfática la otra voz. Se le hacía tan familiar que se tranquilizó con el sonido de esta. - Quiero quedarme un poco más junto a esta niña…

En su mente Shizune solo podía preguntarse ¿Sí acaso ella era la niña de la que hablaban? La idea le supo extraña y aun en sus delirios sabía que ella ya no era una niña. De haber estado despierta seguramente habría soltado alguna risa descolocada porque alguien le llamase niña.

-Sí ese es su deseo. –Le dijo una vez más la otra voz solemne en la habitación.

-Si. - Respondió la mujer que por alguna razón Shizune creía que sostenía su mano, el suave hormigueo de su piel adormecida le daba esa sensación. Siendo incapaz de escuchar el resto de la conversación a su alrededor se sumió una vez más en su mente arrastrada por el efecto de los calmantes en el suero que le habían preparado.

*

Mikoto y Shiho permanecían en la habitación, una de pie a una distancia prudencial de la cama donde la morena descansaba mientras su madre yacía justo a un lado sentada cuidadosamente junto a su primogénita.

Con un movimiento lento y frecuente Mikoto deslizaba sus dedos sobre la piel de la muñeca de la joven sin siquiera despegar la mirada de su cara inflamada, Shiho permaneció quieta mirando a la mujer esperando paciente a que la mayor le diese su permiso para poder retirarse un momento. Pero al ver que la mayor no pretendía retirar su atención de su hija decidió intervenir.

- Necesito retirarme un momento.- Anunció consiente de que era una falta de cortesía suya decirlo de esa forma. Pero estaba cansada y su resistencia no podría sostenerle más, debía lavarse un poco, quizás comer algo para recuperar energías, y poder mantenerse alerta a cualquier cambio en su paciente.

Mikoto giro su rostro un poco para poder observarla, componiendo un gesto culpable al quizás notar su estado extenuado en ese momento.

-Está bien. Ve con Yue, ella debe estar en la cocina preparándote un merecido festín para el desayuno.- Le dijo intentando sonar comprensiva y no culpable. Aunque de todas formas agregó sin mucha convicción. –Pero con esas ojeras creo que quisieras más dormir que comer ¿Cierto?

-No del todo pero, aún  no puedo irme a descansar. Mi amo espera la mejoría de Ojou-sama, es mi deber garantizarla antes de tomar un descanso. –Respondió sincera Shiho, sólo necesitaba una buena taza de café y agua fría para poder lavarse y mantenerse alerta. Sólo eso.

Mikoto noto que la resolución de la joven doctora frente a ella era notable, sabía que el Amo del que ella  hablaba era el niño de los Nara no su hijo o su esposo. Sonrió a su pesar de que aquella jovencita pudiese ser tan leal a ese niño, queriendo descifrar el motivo sin tener que preguntarle a la joven que de seguro no dudaría en responderle pero que de alguna manera no le sabía bien el hacerlo así que optó por callar y permitirle retirarse.

-Gracias. Me quedare mientras tomas un descanso.

- Con su permiso…- Respondió Shiho asintiendo solemne y tras una reverencia salió de la habitación.

*

El sonido de la puerta abrirse y cerrarse le llegó de nuevo a Shizune, despejando el zumbido de sus oídos. El silencio que siguió entonces fue algo desconcertante para la Uchiha.

Se preguntó ¿Sí al fin le habían dejado sola? No podía definir si aún sostenían su mano pero el leve hormigueo en la piel seguía ahí. Y sentir eso le permitió dormir una vez más tranquila.

***

Cuando Itachi terminó de ducharse, se dirigió al salón principal ignorando la tentación de su cama hecha le era difícil de rechazar así que sin más había salido de su habitación, en busca de su padre, pasando por la silenciosa habitación de los gemelos.

Se detuvo brevemente frente a la puerta de Sasuke pero no se atrevió a mirar dentro y averiguar si seguían dormidos, porque de estar despiertos tendría que explicarles todo lo que había pasado y decirles entre otras cosas la teoría absurda de que su padre era una buena persona y que incluso había acudido al rescate de su hermana, la cual estaba inconsciente en ese momento. Dejó salir un suspiro agobiado, no podía imaginar las reacciones de los gemelos, así que haría acopio del poco sentido común que le quedaba y seguiría de largo, era mejor dejar que los gemelos siguieran durmiendo si es que lo estaban y le diesen tiempo para sopesar toda esa información a el mismo antes de tener que dársela a ellos.

Al llegar al pasillo del salón vio pasar al servicio con lo que parecía el desayuno rumbo hacia el comedor, y cambió de parecer al suponer que era ahí donde encontraría a su padre. Sorprendiéndose al encontrarle como cada mañana ataviado con un traje a medida preparado para salir en cualquier momento y esperando con su actitud estoica de siempre que los sirvientes le pusieran el desayuno en frente.

Incluso si hubiese querido evitarlo, estaba seguro de que no habría podido se dijo Itachi, frunciendo el ceño en un gesto de irritación al percatarse de que en efecto su padre pretendía salir en el preciso momento que terminase de desayunar.

-¿Vas a salir? –Inquirió sin ningún miramiento. Fugaku levantó en ese momento su cara hacia el recién llegado, arqueo una ceja como muestra de que le había disgustado su falta de respeto pero no dijo nada. Itachi decidió entonces acercarse y tomar asiento junto a él como era costumbre. Un plato con fruta y otro con huevos fritos y tocino le fue puesto de inmediato en frente por una de las sirvientas.- Pueden retirarse. –Le dijo a la joven y ella dio la señal al resto para salir de forma ordenada y silenciosa cerrando la puerta del comedor tras terminar.

*

Fugaku era consciente de que su hijo parecía haber vuelto a su actitud de siempre con él, bueno era de esperarse se dijo Fugaku y continuó comiendo sin mostrarse interesado en el asunto más de lo que ya había hecho antes.

Por largos minutos lo único que rompía el silencio entre ellos era el tintineo de los cubiertos sobre la loza. Hasta que Itachi decidió que ya había esperado suficiente por la respuesta su pregunta antes dicha.

-¿Y bien? –Reiteró Itachi sin cambiar su actitud defensiva.

-Tengo que ir a la empresa. –Dijo sin mirarlo en respuesta.- Como siempre.

¿Cómo siempre? Se dijo Itachi molesto ¡Ese día no era como siempre! Su hermana estaba en casa por primera vez, tras cinco años de ausencia, herida y débil ¿Qué tenía eso de “como siempre”? No entendía lo que su padre estaba pensando, y por su actitud sabía que no tenía pensado explicarle nada.

-Shizune estará bien. –Dijo de repente Fugaku desconcertando al menor que le miró con extrañeza mal disimulada.- Por ahora, mi deber esta en otro lugar. El tuyo está aquí con tus hermanos.

Justo al terminar de decir aquellas palabras que dejaron a Itachi con cara de plena consternación, Fugaku se levantó de la mesa y se dispuso a retirarse. Le escuchó salir del comedor y pedirle al servicio que preparase su vehículo. Tras meditarlo un instante Itachi decidió seguirle hasta la salida. 

-No te entiendo, Otto-sama…- Le dijo antes de que subiese a la limosina que le esperaba ya con las puertas abiertas. Fugaku se detuvo un segundo, dejando a Itachi mas atónito si se podía al ponerle una mano en la cabeza y palparla en gesto de consuelo.

-No tienes que obligarte a hacerlo. –Le dijo dejando ver al hombre que había salvado a su hermana la noche anterior, tras dibujar una tenue sonrisa. –Avísame, cuando Shizune despierte. –Dijo con tono altivo e imperante volviendo al  hombre frio y apacible que había sido siempre, para después entrar en el vehículo y cerrar la puerta.

*

Itachi no sabía que sentir de verlo partir, estando su hermana en el estado que estaba, y tras haberle mostrado un comportamiento tan disímil. Se preguntaba qué tanto de la fachada cruel que conocía de su padre era verdadera y cuanto era costumbre.

Su hermana e incluso Shikamaru, habían asegurado que el mayor era absolutamente nada de lo que él había pensado desde que tenía uso de razón. Sin embargo, el pasado y sus malos recuerdos no cambiarían incluso si ellos tenían razón. Entendía la reacción de los gemelos, la entendía porque él había reaccionado igual. Apostaba incluso que de no haber sido por Deidara, o por el secuestro de su hermana aún estaría debatiéndose la posibilidad de que su padre fuese distinto de cómo le conocía, que Shikamaru y su hermana habían sido engañados por él, pero los sucesos nocturnos y la actitud diferente de su padre le hacían ver que aquella postura no era del todo errónea, pero tampoco del todo correcta. Pero decidió concederle el beneficio dela duda seguramente más tarde se enteraría de los motivos de su padre para ir a la empresa como si nada tras haber matado a un sin número de sujetos la noche anterior. Sí, se dijo intentando convencerse ¡Debía haber una razón!

***

Rin estaba en el cenit de la felicidad, había despertado hacia al menos media hora, y se encontró con la morena recostada junto a ella. La noche anterior Inori y Riori, su cocinero y su doncella le habían recibido con preocupación, aunque estuvieron de acuerdo con que Nana se hiciese cargo de ella.

Retirándose a sus habitaciones, dejándoles relativamente solas. Recordar lo nerviosa que parecía Nana después de que ellos se fuesen, le había causado ternura y emoción. No había podido reprimir una sonrisa y Nana se dispuso a retomar su fachada servicial y poco apegada, en un intento por ignorar lo que había pasado con ellas antes en el estacionamiento. Ayudándola a limpiar su herida, mientras conversaban una vez más sobre ellas y sus sentimientos.

Rin tuvo que insistir para que se quedara con ella, dándole un pijama suyo, para que se cambiara.

Tras haberle ayudado, se encargó de sí misma. Cuando había intentado besarla de nuevo, Nana lo había permitido con cierta timidez, intentó profundizar el contacto pero la morena se apartó nerviosa, impidiéndole seguir.

-¡Estas herida! –Le había dicho. Y por más que insistió que estaba bien lo único que consiguió fue que ella se recostara a su lado y durmiesen juntas.

No le importaba. ¡Estaba feliz! El sólo hecho de abrir los ojos y ser capaz de ver su rostro dormido junto a ella era la prueba de que lo de la noche anterior no había sido una más de sus fantasías. Así que se había quedado viendo el rostro de la morena, asegurándose de grabar cada detalle en su memoria.

-Nana…- Le llamó con ternura. Se sentía tan bien poder llamarla así. Ahora tenía el derecho de usar su nombre. Se arrimó hasta poder besar su frente con devoción.- Te amo…- Le susurró y vio con asombro el par de perlas oscuras de la morena abrirse y fijarse en ella. Su mirada era de curiosidad, y poseían un brillo que solo había visto en ella cuando miraba a Shikamaru. Una sonrisa se formó en su rostro al entender lo que esa mirada significaba.

-Buenos días… Rin. –Le dijo devolviéndole la sonrisa. Rin se alegraba de no haber muerto, pero si moría ahora, estaba segura de que esta vez no guardaba ningún arrepentimiento. Los ojos de Nana eran honestos y le decían que su amor era correspondido.

La alarma de su mesa de noche comenzó a anunciar la hora de partir. El segundo raund de la batalla nocturna comenzaba esa misma mañana. Tan segura como estaba, seguramente su hermano ya se encontraba a esas horas en la empresa, debían mantener la normalidad hasta que los sucesos y evidencias ocurridas en la casa Shimura fuesen descubiertos por los medios. No, pensó un segundo después. Lo más probable era de que ya hubiesen sido descubiertas se dijo Rin, apagando el ruidoso aparato mientras se sentaba sintiendo el dolor físico en sus músculos y el escozor de su herida en el hombro.

*

Lina se dio cuenta del cambio repentino en la cara de Rin, era evidente que aun sí le pidiera que descansase un poco más, la castaña iría al trabajo y lo entendía perfectamente. Ella misma debía volver a la mansión Nara. Pero saberlo no evitaba que le causara algo similar a la irritación. Pues Rin apenas y había dormido unas dos horas y aunque eso era ganancia aún estaba pálida y la herida de su hombro seguía sangrando aunque de forma moderada.

La vio intentar ponerse de pie sin mucho éxito, viéndose en la necesidad de ayudarla recibiendo una sonrisa de lado de la Uchiha que simplemente le causo una contracción en el corazón. Tenía que acostumbrarse a esta nueva forma de interactuar con la castaña se dijo, decidida a ayudarle a cambiarse y limpiar la herida de su hombro.

Permitiéndose mostrar su afecto por ella y cuidarla con cariño, recibiendo como recompensa la mirada devota de Rin a cambio acompañada de una sonrisa satisfecha y un beso en su mano al terminar de vendarla. Se preguntó qué diría su joven Amo cuando le comunicara aquel cambio, y al recordar la mirada chocolate llena de expectación que le dedicaría el joven Nara decidió que se alegraría por ella…

Lo único que la preocupaba ahora sería la reacción de Nara Shikaku cuando se enterase de lo que había pasado la noche anterior. Su cuchillo había quedado clavado en el pecho de aquel hombre al que había enfrentado, y del cual no sabía su nombre. No había nada que lo uniese a la familia Nara pero sus huellas estaban en el mango de aquel utensilio, tendría que ser cuidadosa si llegaban a dar con sus huellas y la vinculaban al lugar de los hechos. Sin embargo, había sido imposible eliminar toda la evidencia de la escena, y lo más probable fuese que nunca diesen con ellas y el escuadrón de seguridad de su joven amo. Estarían relativamente a salvo, determino un poco más tranquila dirigiéndose a encender el televisor en la sala del departamento mientras Inori y disponía de la mesa del desayuno.

Quedándose quieta al ver las imágenes del noticiero de la mañana, mostrando la escena perturbadora de lo que había quedado en la casa Shimura. No tardo mucho para que Rin se situara a su lado y compusiera nuevamente aquella mirada seria que intuía el potencial peligro que aún no habían superado.

-Ha sido más rápido de lo que había esperado…- Escuchó que dijo la Uchiha, tomando el saco que completaba el traje negro de pantalón que había elegido esa mañana para ella. –Inori-san creo que no tomaremos el desayuno.- Dijo a la mujer que la miro con preocupación de una madre al saber que estaba herida.

-Pero…-Intentó replicar la bonachona mujer callándose cuando la mirada dorada determinada de Rin se fijó en ella.

-Lo siento. Pero tengo prisa. –Sé disculpo con pena, tomando la mano de Lina para guiarla a la salida. Mientras el reportaje de los noticieros seguía en su apogeo.

***

-Aún no sabemos lo que ha ocurrido en el lugar de los hechos, pero nuestras fuentes informan que el lugar pertenecía a un jefe Yakuza, el cual fue hallado golpeado hasta morir en una de las habitaciones de la gran casa. La masacre en el lugar es catastrófica –Decía el reportero en la televisión desde un helicóptero mientras de fondo podía verse la devastación de cuerpos mutilados y desperdigados por lo largo y ancho del  jardín de la casa. – Debido al grado de violencia encontrada en el lugar y los cuerpos mutilados se ha prohibido el acceso a la prensa. Hemos hecho esto para poder presentarles un panorama más claro de los hechos, sin embargo aún a la distancia las imágenes son muy violentas y podrían afectar a la sensibilidad de algunos por lo que se recomienda discreción a todos los televidentes. Reportando para NJT…

Bajó el volumen de la televisión, no necesitaba escuchar lo que el corresponsal tenía que decir. Su esposa no tardaría en salir de la ducha y ver aquello seguramente le causaría un ataque de pánico, sobre todo cuando reconocerá el trabajo de las chicas.

-Inoichi. –Llamó a su fiel mayordomo que disponía del desayuno en ese momento.- Prepara mi auto, tengo que salir de inmediato. –El hombre rubio asintió con solemnidad haciendo una reverencia antes de responder.

-Como desee Danna-sama.- Tras unos minutos que le tomo terminar de preparar la mesa del desayuno salió de la habitación a realizar lo que le pedían.

Shikaku no podía creer lo que sus ojos estaban viendo en su televisión. Las noticias de una guerra de mafias había, según el comentarista de las noticias, dejado como resultado una masacre de niveles catastróficos, al exterminar a una de las familias Yakuza más temidas en Japón. Las imágenes en la pantalla aparecían con cuadritos que censuraban el resultado de la guerra, pero incluso con la censura de las noticias, las manchas de sangre y cuerpos mutilados eran evidentes, tanto que una imaginación ávida podría ser capaz de adivinarlos de todas formas.

Desde que él corresponsal que cubría la noticia, había mostrado la entrada de la casa que se había convertido en un cementerio, el reconocimiento del lugar le golpeó, al grado de que tuvo que sentarse para procesar la noticia.

¿Qué había pasado? ¿Cómo había pasado?  Se preguntaba con consternación, mientras intentaba anudar sin mucho éxito la fina corbata de seda, rindiéndose al cabo de unos minutos dejándola caer al suelo. El sonido de la puerta del cuarto de baño de su esposa le alerto reaccionando demasiado tarde al no poder apagar el aparato antes de que su mujer pudiese ver la devastación que se mostraba en el noticiero, desorbitando sus ojos y llevándose una mano a la boca en gesto horrorizado.

Mierda. Pensó contrariado ella había reconocido el lugar también.

Uno de los reporteros había enfocado una toma distinta desde las alturas, enfocando la silueta de uno de los cuerpos, tendido apartado del resto y con un cuchillo atravesando su corazón. Un cuchillo que el recordaba a la perfección a quien pertenecía.

En menos de un segundo, descartó las dudas sobre lo que había pasado en ese lugar. Definitivamente Fugaku tenía algo que ver, ese cuchillo y la forma en la que muchos de los cuerpos habían sido mutilados era sin duda alguna obra de las doncellas de su hijo. ¿Cómo demonios había sido involucrado su hijo en eso? Fugaku le debía una buena explicación o no respondía por lo que haría si no se la daba.

-¡Shikaku! ¿Qué significa esto?- Cuestionó su esposa aun consternada y horrorizada al mismo tiempo.

-¡No lo sé! –Le respondió cortante. –Pero lo averiguare de inmediato.

-¡Debo llamar a Shikamaru!- Dijo la mujer tomando el teléfono angustiada dejando que el saliera de la habitación con un humor de los mil demonios. Fugaku tendría que darle una buena explicación por lo que había pasado y si su hijo se encontraba herido o algo por su insensatez haría… ¡No sabía que haría! ¡Pero no sería indulgente esta vez!

***

Los gemelos Hyuga mostraban una reacción de estupefacción ante la misma noticia, Hiashi lo había descubierto mediante sus subordinados en la policía. Mientras que Hisashi se había enterado por la televisión, ambos supusieron de inmediato que Fugaku tenía que ver en aquel desastre.

Si pasó algo, ¿Por qué no les había dicho? El repentino pensamiento de que habían sido excluidos de los acontecimientos previos, los molestó. Necesitaban una explicación, así que irían por ella de inmediato.

***

¿Cuánto hacia que no pisaba ese lugar? No había cambiado mucho, el gran escritorio, la suntuosa sala, la alfombra y la maravillosa vista de esa oficina le agradaba. Nunca había tenido la oportunidad de sentarse en el lugar tras el escritorio, siempre había visitado el lugar y se había quedado de pie enfrente de este.

Camino hacia el mullido sofá detrás de la mesa de caoba, y con deleite al tacto se sentó en ella, giro el pedestal del sofá y fijo su vista en la ciudad. Le gustaba la vista en verdad se dijo, dibujando una sonrisa algo sínica, al pensar en lo que haría Fugaku cuando le viera ahí. No podía esperar a que su hijo llegara.

Con un espasmo en vez de la risa cruel que pretendía comenzó a toser con fuerza llevándose una mano con su delicado pañuelo de seda a la boca. Mirando con asco los fluidos escarlata que habían salido de su cuerpo, compuso un gesto de desagrado pero limpio la comisura de sus labios desechando el pañuelo en el bote de basura al lado del escritorio.

Recargando su peso al completo en la mullida silla esperó. Su hijo no tardaría en llegar y hasta entonces debía ser paciente. Soltando una risa ronca y tétrica fijo su mirada oscura en la basta ciudad a sus pies.

-No tardes… Hijo mío…- Susurró dejando salir su risita sombría al tiempo que giraba la silla juguetonamente.

 

Continuará…

Notas finales:

Bien ahi queda. Por ahora. 

¿Me dejan RR?

ojala que si -.-U

Nos vemos

 


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