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SANJI DECIDE MORIR por steve98

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Notas del capitulo:

Bueno me gusto este capitulo y me quede satisfecho e.e, lo puse a estas horas de la manana por que mi mama me habla para ir a no se donde disfruten y dejen muuuuchos rws!

Sanji decide morir.

Parte IV

Ace Pov’s.

Cuando hube encaminado a mi querido amigo de pelos verdes y ojos iguales de intrigantes y curiosos, me centre en hacer lo que me pidió. Conseguir la información del chico nuevo no identificado. Pero cuando me aleje lo suficiente para que no me escuchara lance una risilla que momentos antes eran unas carcajadas que querían salirse de mi, por saber que de nuevo mi amigo Zoro se había perdido, y que eso era algo que el jamás iba a admitir.

Pero es que ese chico no tenía sentido de orientación alguno, de verdad que me daba algo de gracia –por no decir bastante–.

-¡Eh! ¡Ace! –me grito alguien a mis espaldas y al instante reconocí la voz, haciendo que mi corazón latiese mas rápido de costumbre. Siempre pasaba lo mismo cuando ese chico me hablaba, y no era por otra razón si no por que me había enamorado perdidamente de él.

-Luffy –dije mientras sonreía y le saludaba como siempre, con un abrazo, él fue el que me pego la costumbre de saludarnos así.

-¿Qué haces? ¿Qué no estabas con el chico de pelos verdes que siempre anda rondando por todo el internado casi todo el día? –pregunto el riendo amigablemente. No se si Luffy es o muy inocente o es que le hace al pato, ¡Y no se da cuenta que Zoro no es que este o quiera estar rondando, si no que esta perdido! Y si lo supiera, de todos modos no se cual de las dos cosas seria peor.

Reí con disimulo, de seguro que Luffy jamás se daría cuenta aunque le plantasen en la cara, que Zoro no tenia sentido de orientación, tenias que decírselo directamente, él era ese tipo de personas. Si, lo se, miren que me enamore de un buen chico, pero uno del que jamás sabrá de mis sentimientos si no se lo cuento yo o alguien directamente.

-Te refieres a Zoro –afirme mientras caminábamos, yo hacia la oficina del director del internado –como preferían muchos decirle antes que a llamarlo manicomio– y Luffy  solo me seguía de cerca.

Luffy era un buen chico, de pelos negros que siempre llevaba un sombrero de paja, y ojos de igual color, delgado y alto, aunque no mas alto que yo. Y tenía una cicatriz justo debajo de su ojo izquierdo, la verdad es que no sé que le paso para que haya quedado en un lugar tan… escalofriante como este. Nunca le he preguntado, el chico acaba de llegar hace menos de tres meses y voy yo y me enamoro de él, ¿Qué les parece eso?

Si les soy sincero, si supiera que me iba a enamorar de él, hubiera buscado una forma de evitarlo, no es por que él sea hombre, la verdad eso para mi es lo de menos. Pudiera ser que esta vez no solo yo seria el dañado, si no que Luffy también, por que lo rechazaría como el Luffy que es en verdad pero que mi mente le hace el doble. Es por mi enfermedad. Si, el “por qué” estoy aquí.

Tengo el mal de Capgras, una enfermedad psicológica –Obviamente, como todos aquí tienen en el manicomio (N/A: Aquí Ace hace referencia a que todos en el manicomio tienen una enfermedad mental, no a que todos tienen su misma enfermedad)– la cual me hace creer que una o varias personas a mi alrededor han sido remplazadas por otros totalmente idénticos, haciéndome perder la confianza y haciendo mi mente que me distancie de estos aunque no quiera –las personas que sufrimos esto, la mayoría de las veces lo hacemos sin darnos cuenta–, y la verdad es algo difícil de asumir, sabiendo que no te das cuenta cuando ya consideras a una persona confiable, y que ya esta cambiada por el doble que hacemos nosotros mismos. Haciendo dobles de mi familia y mis amigos fue como llegue a este lugar.

Los doctores me revisaron y al parecer no es una enfermedad que sea permanente, pero si tarda mucho el paciente en recuperarse, de siete a ocho años en hacerlo, aunque por mi edad bien podrían ser cinco. Y recuerdo haber leído un informe sobre ello, que uno de los doctores me presto para saber mas o menos mi enfermedad y la situación en la que me encontraba, y que así como yo, había otras personas igual de afectadas, o peores.

Síndrome de Capgras: amigos que se vuelven extraños

El síndrome de Capgras es otro de las angustiantes espejismos que puede elaborar una mente dañada. La psiquiatra Carol Berman contaba recientemente en The New York Times cómo una de sus pacientes llegó un día a casa y se encontró con un extraño sentado en el salón de su casa. De algún modo, el tipo le resultaba familiar, pero no sabía decir por qué. Las cosas se complicaron cuando el hombre se acercó a ella y trató de darle un beso. Le rechazó y se sentaron a hablar. Él tenía una voz parecida a la de su marido y sabía muchas cosas sobre su vida, pero no era él. Para ella estaba claro: un impostor le había reemplazado.

En esta enfermedad, se disocia la percepción del reconocimiento, un problema que algunos neurólogos atribuyen a una causa orgánica aún desconocida. Los psicoanalistas, por su parte, consideran que el mal aparece cuando algún tipo de carácter negativo se debe asociar a un ser querido. Por un sentido de culpa, estos sentimientos se atribuyen a un doble que puede ser rechazado sin ningún problema. Este trastorno esquizoafectivo, similar a la esquizofrenia, puede tratarse con psicólogos, psicoanalistas y más, la curación del paciente depende de la edad del paciente, su cooperación y muchos otros factores del mismo.

Sé que llegara el momento en que Luffy también sea en mi mente remplazado por otro, y solo me hago mas daño encariñándome con el –no es tanto eso lo que me preocupa la verdad, pero entre mas piense que lo adoro, mas preocupado por el estaré y le agarrare mas afecto aun, es cuestión de lógica para saber algo así, o por lo menos mi lógica–. Porque seguiré sabiendo que él es el chico del que me enamore, o al menos en su aspecto físico. Y aunque sepa que es el mismo, mi mente se negara a hacerme caso y me estaré alejando mas y mas de él, hasta que nuestro lazo se rompa por completo. Sé que me hago daño, por eso había decidido cuando entre al internado, que no me haría muchos amigos cercanos, trataría de no encariñarme con nadie, pero no puedo, y mucho menos con Luffy. El chico que capturo mi corazon.

-Ese chico parece uno de esos jefes de prisión –dijo mientras reía. Suspire y solté una risilla tonta.

-Supongo que tienes razón, pero recuerda que no debemos juzgar a alguien por su portada Luffy, ¿Vale? Además de que estoy seguro de que se llevarían bien si se conocieran –dije sonriéndole. El asintió sonriendo.

-Vale, luego iré a conocerlo –dijo mientras se abrazaba a mi brazo. Y yo me reí.

-Me duele el brazo, no te cuelgues de mí –dije mientras él se quitaba y se reía.

-Lo siento, a veces olvido eso –dijo aun riendo. La verdad ese comentario me pareció algo curioso. ¿A veces se le olvida que me duele el brazo? Jaja, que hermoso es Luffy.

Mi nombre completo, es Portgas D. Ace. Tengo 21 años de edad, y tengo el síndrome o mal de Capgras. El chico que amo se llama Monkey D. Luffy, y aunque sé que esto podría no ser mas que terminar mal, hare mi mayor esfuerzo por que mi propia mente no gane esta jugada de la vida. Porque bien dicen, que los sentimientos son mas poderosos que la razón ¿o no?

La verdad es algo que no se y no me importa saber, yo solito lo descubriré con el día al día con este pelinegro a mi lado.

Notas finales:

Bueno, este capitulo lo re-hice por que se me borro todo del ordenador T.T

pero espero y les guste, y a mi sinceramente me gusto mas esta vez que lo re hice que la primera XD

bueno dejen sus coments! yo ire al campamento de verano T.T....

Ciaossu~!


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