Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mamori Takute por Rozenkreuss

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

QAQ volví xD

-3- a petición [coff orden] de una pequeña amiga coffJohana... cofff cullo nombre no diré, aqui esta el capitulo 3 :3

Enjoy it!

“Qué es peor que tener sexo dolido”, la pregunta se formuló en mi mente de un modo fugaz y punzante, no mucho después de haberme vestido veía la ciudad, escuchando la sinfonía del caos que se llevaba a cabo en la misma; a la vez que recordaba lo ocurrido con un nudo en el estomago de incomodidad, o más bien de incredibilidad.~~

Toshio-senpai me beso durante bastante tiempo y a la par de ese modo tan apasionado causo que me quedara sin aire, pues ante el desesperado acto de devorarnos uno al otro, su lengua se entrelazó con la mía una y otra vez, marcando él, el ritmo decadente y sensual. Cuando por fin se separo de mí, un leve hilo de saliva unía aún nuestras húmedas y calientes bocas, sin desearlo me había sonrojado y jadeante intentaba recuperar mi respiración normal.

-Yunoki-san

Con una mirada profunda y llena de seguridad, susurro mi nombre, y después, sin romper el contacto visual lleno de deseo, lamio mi labio inferior. No pude evitar sentir una punzada fuerte en el pecho recordando la mirada de Susuki… sus ojos eran hermosos, profundos y enigmáticos, pero los de senpai eran también tan especiales, a pesar de ser negros como los de cualquier japonés, tenían astucia, vida e incluso fragilidad… en cierto modo los amaba cada vez que se posaban en mi mirada y la compartían.

-vamos…

Aún mostrándose masculino y apasionado senpai me jalo de la muñeca, haciendo que me levantará mientras los restos de lagrimas en mis ojos se empezaban a secar, dejando una sensación pegajosa, más no calmando así la tristeza que sentía en algún lugar de mi ser. Empezó a avanzar rápidamente, me llevaba confundido y casi a rastras; al llegar a un edificio principal, lleno de gente y estudiantes que se veían deprimidos, de entre muchos otros sentimientos, no alcanzaría a describirlos todos, pues eran difíciles de descifrar y para empezar yo iba subiendo estrepitosamente las escaleras sin mi impulso propio.

Senpai abrió la puerta de la azotea, al encontrar en los cuatro pisos anteriores, alumnos yendo de un lado a otro. De un limpio jalón me saco del pequeño cubo que era el lugar de las escaleras y la puerta que daban a la azotea, para así tenerme contra la pared y contra esta besarme al tiempo que sus manos se paseaban sobre la camisa y por todo mi tronco, me encontraba confundido, se podría decir que Toshio-senpai me gustaba, pero no podía sacar de mi mente mientras me besaba a Susuki, dicho de un modo mejor, su mirada.

-ha… sepai…

Liberado de su beso alcancé a gemir; mi bajo vientre ardía y me causaba deseos de meterme la mano en el pantalón y detener la excitación que me controlaba ahora. Como adivinando mis intenciones, senpai sujeto con fuerza mi marcada erección por encima del pantalón, lo cual me causo un gemido de placer; mi cara se puso roja y mis manos se sujetaron de la tela sobre sus hombros cuando sentí su lengua humedecer mi cuello de forma descendente, hasta llegar a la altura de mi clavícula, momento en el cual, después  de desabotonar frenéticamente mi camisa, dio un jalón para dejar mi piel al descubierto y acto seguido mordió mi hombro.

Estaba empezando a enloquecer, no había llegado a estar nunca con un hombre y al estar con una mujer no me sentía satisfecho de ninguna forma, ninguna de aquellas con las que había estado llenaba, pero ahora era diferente…

-Ha... Ha… -no pude evitar empezar a gemir de un modo más constante cuando con leves apretujones senpai empezó a masturbarme –Eres hermoso Yunoki-kun

Con una mirada socarrona clavándose en mi ojos, su lengua descendió por mi pecho hasta llegar a mi pezón, donde con tranquilidad y seriedad dio empujoncitos leves, con ello mi cara se puso aún más roja y fruncí el ceño, no soportaba su mirada y me sentía dominado, por ello cerré los ojos, terminando así el contacto visual.

Con maña metió en su boca mi pequeño sobresaliente, jalándolo con firmes succiones que hicieron arqueara mi espalda y pegar mi cabeza a la pared, dejando mi cuello erguido y expuesto completamente.

-Jaaaa…

Cuando dio una mordida leve, sentí como llegué a mi limite y me corrí estremeciéndome ante el orgasmo tan grande que me invadía mientras el pegaba más su cuerpo al mío y apretando los ojos cerrados, se corrió también. Jadeantes nos apoyamos uno en el hombro del otro, colocando en este nuestras frentes.

Cuando me incorporé él me miraba con su rostro bastante perlado de sudor y una mirada lujuriosa, pero apreté los ojos cuando paso una de sus manos por mis glúteos y luego bajando hasta mis muslos para nuevamente subir, haciéndolo una y otra vez, cosa que me volvió a excitar.

-Es-pera… senpai

Ladee la cabeza conforme el placer se volvía a centrar en mi vientre bajo, pero él ignoró mis jadeantes palabras; esta vez abrió mi cinturón y desabrocho mi pantalón para luego bajarlo con todo y bóxer, así logro  dejar al descubierto mi pegajosa erección. Con tranquilidad descendió con su lengua hasta quedar a la altura de mi miembro, donde sin vacilar lo metió de lleno en su boca.

-gha…

Alcancé a soltar un gemido claro ante su acción, lentamente me estaba envolviendo en la locura; con habilidad, senpai se dedico a engullir y sacar de un modo aprénsate, así como lento, mi doliente erección a la par de que sus tibias manos manoseaban una y otra vez todo mi cuerpo… pasando por mi pezones, bajando a mis costados, de regreso y luego hasta mis muslos, de un modo sucesivo, nada se salvaba de su toque.

Leves temblores llegaban a mis piernas mientras no podía menos que respirar agitadamente, por acto reflejo me sujete de sus hombros, apretando y jalando la tela que se posaba sobre estos; por última vez, senpai saco de su húmeda y tibia cavidad aquella parte de mi cuerpo, paso su lengua por todo el largo y con aún más sudor en su rostro rojizo me dedico una mirada, para luego susurrarme jadeante conforme se acercaba a mi rostro.

-Ya, no puedo más…

Sin tocarme más y dejándome recargado en la pared, se recargo a su vez en mí y desató su hakama, dejo caer las Umae Himo [Cintas del frente] y luego ato las Ushiro Himo [Cintas traseras] donde se encontraba la boca del estomago, quedando aún pegada a su  kodenko [tercera vértebra lumbar] la koshiita, acto seguido al caer parte de la hakama por el frente, quedo expuesta su gran erección latente y pegajosa, comenzó masajear el glande y luego a acariciarla levemente;  pegó su cuerpo al mío, haciendo rozar nuestros duros miembros mientras habilidosamente un par de manos ajenas acariciaban levemente mi trasero firme, luego lo apretaban y finalmente la diestra se adentraba acechante entre este, para frotar un dedo levemente contra mi entrada al tiempo que lamía mi cuello, cosas que me causaron jalar aún más su ropa.

-Na Yunoki-san… ¿se siente mal, o lo disfrutas? –senpai apretó su dedo contra mi piel.

-cugg… no… sé –conteste con un sonrojo-

No entendía ese extraño sentimiento que se revolvía en mí, era una mezcla de inquietud e incomodidad, pero no podía expresarlo en lo más mínimo; no pude evitar sorprenderme y sonrojarme cuando el senpai metió de lleno uno de sus dedos en mí, recibiendo yo una sacudida en mi ser, por la invasión del mismo. Por extraña razón no sentía su dedo seco, al parecer tenía un extraño líquido envolviéndole, no tarde en pensar que era mi propio semen, “¡demonios!...había usado mi propio semen para lubricarme”. Empezó a mover su dedo lentamente para poder adentrarlo cada vez más, hasta que quedo completamente dentro, así entonces, empezó ahora a sacarlo con la misma lentitud, para luego de unos segundos repetir lo primero, de modo que mi entrada se empezaba a adaptar de acuerdo a la forma que poseía el intruso. Haciéndome dar un respingón, introdujo en mí ahora un segundo dedo y repitió el procedimiento anterior, prosiguió a hacer lo mismo para quedar dentro de mí cuatro dedos al tiempo que le acompañaban mis gemidos y una quijada apretada.

Mordiendo levemente mi cuello saco sus dedos y con un movimiento difícil tal vez de describir, ya que estaba confundido, coloco mis piernas a los costados de su cadera, teniéndome así en su dominio y a su merced. Nervioso di un nuevo respingón cuando sentí su húmedo y duro miembro debajo de mi “asechándome”, tomo con sus manos mis caderas y las fue guiando poco a poco a modo de introducirse en mí; sin verle al rostro fui siendo consciente de cómo entraba de a poco en mi estrecho ser, era un tanto incómodo mas no tan doloroso como alguien imaginaria “maldito senpai, me preparó demasiado bien” me sentía un poco frustrado estando en ese estado, como si aquel rostro digno y altivo mío, estuviera siendo forzado a descomponerse en uno de placer, aunque ciertamente era ya bastante tarde como para quejarme por eso.

-Demasiado…  estrecho…

De un modo jadeante senpai hablo cuando aún se encontraba a la mitad, temblando me pegué un poco más a él, abrazándole del cuello y sentí como su palpitante erección se adentraba cada vez más, hasta que ya no pudo bajarme más, entonces coloco su rostro en el hueco que yacía entre mi barbilla y hombro; permanecimos así unos momentos, sintiendo como nuestros corazones palpitaban sin control a través de cada pequeño rastro de piel que tenía contacto con otro ajeno.

-Yunoki-san… me moveré

Pude sentir el calor del aliento ajeno en mi cuello y me estremecí, apretando así el intruso debajo de mí y él me acompaño en mi estremecimiento, pero entonces un pensamiento y una palabra llegaron a mi mente “mierda”… la imagen de Suzuki se había colado furtivamente en mí, aquella de hace no muchas horas en la que casi terminábamos haciendo algo juntos.

De regreso a la realidad, senpai se alejo un poco de mi, mirándome fijamente, cosa que me hizo en acto reflejo apartar la mirada, no podía mirar a mi “pareja” mientras pensaba en alguien más, alguien que modificaba mi cara de placer en una dolida y de abandono. Extrañamente y de la nada senpai deposito un sutil beso en mi mejilla, como si tratará de animar a un niño que perdió su balón, como si tratara, de igual modo, de hacerme sentir ese calor que la gente llama amor.

Cuando dirigí mi atención a él junto con mi mirada, sentí como me embestía con un empuje fuerte, y entonces me estremecí al tiempo que un gemido salió sonoro de mi garganta. Nuevamente senpei salió un poco de mis entrañas y dio otro empuje, las embestidas se fueron haciendo cada vez más constantes y rítmicas, pero no dejando de ser amables.­

Así poco a poco sus embestidas y mis gemidos se sincronizaban a la perfección, hasta que sentí que algo llenaba mis entrañas… nos corríamos al unisonó, al tiempo de un orgasmo recorriendo nuestros cuerpos unidos y empapados en sudor. Toshio-senpai salió de mi interior y me abrazo con fuerza mientras nuestra agitada respiración era re-acompasada de forma natural.

-ha…ah Yunoki-senpai jadeo mi nombre de modo rasposo junto a mi oído-

Repentinamente cuando nuestros labios se iban a juntar y nuestras lengua a enredar sonó el “trrr” de la bocinas que estaban por toda la escuela, dando inicio a un anuncio.

“-errr… atención al presidente del consejo estudiantil de la preparatoria Nakahara Toshio, favor de dirigirse a la dirección de la misma…“

Senpai chasqueó la lengua y miro con el ceño fruncido hacia un costado, simplemente dejó que me bajara y  tambaleándome me recargué en la pared; mientras él se vestía como era debido dándome la espalda, antes de irse colocó su mano en mi cabeza, entre mis cabellos, y  entonces con los ojos cerrados coloco su frente contra la mía en un efímero acto de cariño; no pude menos que sonrojarme y mirar hacia abajo.

Así entonces me encontraba ya vestido y observando el panorama, pero pensé que era mejor irme a limpiar, me sentía pegajoso y “lleno” por dentro, baje las escaleras resintiendo un poco en mis caderas en leve trote que las mismas causaban, pero lo que hacía peor la cosa era que sentía como un líquido se derramaba por mi muslo y descendía a su vez por mi pierna, salido este de mi entrada. Me estaba empezando a molestar, sólo a mí me pasaba aquello. Me dirigí a donde el club de judo y pasé a las regaderas que teníamos, agradecí que se encontraran deshabitadas…

-¡MIERDA!

Grite con todo el aire y volumen posible, al entrar vi al Hirano-san tirado de bruces en el suelo, y con la garganta partida en dos, me acerque con cautela y coloqué en cuclillas a su lado observando la escena con detenimiento y asco. A su lado reposaba una navaja negra ensangrentada, al parecer se había suicidado, Hirano-san era el vice-capitán de judo, yo le veía como una persona muy cohibida... más que yo incluso, no parecía salir del estereotipo del chico menospreciado en casa, todo ello por ser el tercer hijo.

Y ahora me encontraba en ese lugar con el cadáver de un chico a mi lado y semen de mi senpai saliendo lentamente de mi entrepierna trasera; deje escapar un suspiro de resignación –ese no era muy mi día- sólo quedaba avisar a alguien más para entrar en acción y sacar el cuerpo, pero no podía evitar tener la necesidad de limpiarme, por lo que me incorpore tragando saliva pesadamente y me dirigí al lavabo, una vez ahí jale bastante papel sanitario del aparato que lo proporcionaba en la pared y lo humedecí; así  entonces me baje el pantalón negro que formaba parte de mi uniforme y luego la ropa interior. Limpié con agilidad y quejándome levemente por el dolor que significaba el tocarme mi entrada.

-Hora de salir

Termine rápidamente con aquello y me vestí debidamente, entonces salí del lugar y troté en busca de Murasaki-senpai o Toshio-senpai. Logré encontrar a ambos en el gimnasio, se veían un poco más relajados, pero con muchas cosas en mente, no quería interrumpir ya que era incómodo, pero no tenía otra opción, por lo que me acerque.

-Esto... senpai –me dirigí a cualquiera de los dos- hay algo importante que necesito decirles...

Ambos me miraron extrañados, aunque podría decirse que por parte de Toshio-senpai también era con descaro sensual. Por ello fruncí el ceño y le devolví una mirada también extrañada, pero proseguí mejor.

-En realidad –me acerque más a ellos e hicieron lo mismo conmigo- en las duchas de judo... hay cierto asunto que tratar, es sobre Hirano-san... al parecer se corto el cuello...

Murasaki-senpai me miró frunciendo el ceño y solo pude fruncir el mío con levedad  y sin entenderle, por ello decidí que era mejor retirarme del lugar, prácticamente huir, quería buscar a alguno de mis amigos, por lo que empecé a caminar con  rumbo a la salida; pero senpai me detuvo en seco por unos segundos, colocando su mano en mi hombro y hablando por lo bajo claramente en mi oído.

-Huelo a Toshio en ti…

Entonces me dejo y siguió su camino junto con el otro, que antes de salir me hablo.

-Yunoki-san nosotros nos hacemos cargo, no le digas a nadie más de ello

Suspire un poco molesto, “carajo, sí que es un lío eso de que te guste alguien…” pesé para mi adentros, pero también sentí una punzada en mi pecho, acompañada de la imagen de Natsuki y Suzuki; no me sentía bien recordándoles, así entonces, pensé en Murasaki-senpai “seguramente el siente estas punzadas también, tal vez incluso, de peor forma”

Como de costumbre, algo logro sacarme de mis vacilaciones mentales, era la peor escena que podía o quería ver ese día y ese momento… hump, eso claro después de verles tan cachondos y pornográficos. Al alzar la vista vi a Natsuki riendo tranquila y sonrojada como una estúpida, se encontraba con Suzuki no baka, el cual con naturalidad hacía ademanes con una sonrisa mientras hablaba entretenido; verles me enfermaba, mi rostro se torno asqueado y con el ceño fruncido, “puaj” sentía que me podía tragar un anca de rana cruda y me daría menos asco y malestar que esa puta escena desagradable.

Di un suspiro, al parecer ya se me estaban volviendo comunes, y me encaminé hacia la salida del edificio, no notando que unos profundos, oscuros y tortuosos ojos avellana me seguían con detenimiento, así como otros  castaños que relucían con odio y envidia. Quería seguir perdiendo el tiempo, pero no sabía qué hacer, de hecho no quería ir a las duchas a ayudar, pero supuse que no había de otra.

Repentinamente sentí un jalón hacía atrás, pues alguien me había tomado del brazo y detenido en seco, cuando voltee a encararle con cara de fastidio, está empeoro y rodé los ojos cuando el dueño de esta hablo sínicamente.

-¿A dónde vas?

-A dónde no haya putos y golfos como tú.

 

Notas finales:

Suzuku...

*w* asdd


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).