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El Hacker y el Estafador por Jaswhit

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Notas del capitulo: Bueno, después de mucho tiempo vengo con el nuevo capítulo. Espero que les guste porque la verdad batallé para escribirlo como Matt77 escribe :/ empecé ayer a la 1 a.m y después de cinco horas tenía menos de la mitad. Por suerte logré terminarlo hoy y finalmente actualizo.

Disclaimer: Death Note es de Obha y Obata. En fin, el fic es de Matt77, yo solo terminare la historia con unos pequeños cambios.

NOTAS: Disculpen si tienen errores gramaticales. Amanecí con fiebre y tengo una tos horrible así que no estoy a mi 100%
La Fiesta

Nuevamente - y para mi total desagrado – me miraba en el espejo con el supuesto traje a usar para la boda de Light y ahora también para la fiesta sorpresa organizada por Roger en celebración de mi compromiso.

Lamentablemente para mí las palabras de Mello, rebajándome a un simple juguete como los que usa el tapete de Near, me habían caído como golpe en el hígado.

Aunque no fuera fácil de admitir me había sumido en depresión. Yo, Mail Jeevas, un hacker considerado prodigio había sido pisoteado por el sentimiento que tan fervientemente trataba de proteger. El amor.

Y lo peor, caí rendido en él y en las manos de un estafador.

Supongo que no debería de sorprenderme ya que el plan desde que involucré a Mello era zafarme de la cláusula W de mi padre Watari casándome con Mello y cediéndole el treinta por ciento de mi herencia.

Al final yo fui el baboso que se dejó seducir esperando un sentimiento recíproco. Supongo que sólo tendré que quedarme así, soltero, nerd y viviendo en mi habitación como rata de alcantarilla sin nunca encontrar el tan conocido amor.

Hubiera continuado con esos pensamientos pesimistas si no hubiera sido porque el diseñador de mi traje se aclaró la garganta ruidosamente.

- He terminado joven-

Asentí observando mi demacrado reflejo y decidí mejor relajarme con un cigarrillo. El hombre detrás de mí arrugó la nariz y salió de la habitación mientras yo tanteaba los bolsillos de mi pantalón de mezclilla que yacía olvidado en el suelo a mi lado.

Encontré lo que buscaba y me lo lleve a la boca, para luego sacar mi encendedor y así poder degustar mi perfecto tubito de relajación. Después de unas buenas caladas y volver a mi estado casual apagué el cigarro y lo tiré en el cesto de basura mientras la puerta se abría y llegaba Roger con el viejo de antes.

-Joven Matt, veo que el traje quedó perfecto- comentó monótonamente pero con una mirada que claramente reprochaba el olor a cigarro en la habitación.

Estuve a punto de responder algo, cuando de la nada se acercó a mí y me tomó de los hombros sonriendo con malicia disimulada.

- La fiesta será pronto y debes ir por tu prometido para que también se aliste – No me pasó desapercibido el tono casi insípido que uso al mencionar a Mello pero aún así una punzada me recordó que tan falso era eso.

Sin muchas ganas me encaminé a mi habitación en donde seguro encontraría al rubio. Antes de entrar suspiré pesadamente y me preparé mentalmente. Con decisión giré el pomo de la puerta y vi a Mello recostado en mi cama escuchando música en mis audífonos con los ojos cerrados.

Por un momento me congelé porque se veía tranquilo, casi inofensivo, aunque recordé la razón por la que estaba frente al rubio.

Caminé hacia él y le sacudí un hombro. De inmediato abrió los ojos y me apuntó con su pistola, como ya había ocurrido antes. Sonrió con sorna y se quitó los audífonos mientras se enderezaba de su posición.

- Vaya, vaya, vaya. El gran Matt en traje. Pareces pingüino más que nada- comentó con burla. Sólo rodé los ojos y me alejé un paso del rubio, quien se levantaba de la cama.

- Debes arreglarte para la fiesta- él chasqueó la lengua y negó sonriendo de nuevo.

- Tengo todo arreglado cachorro.

Extrañamente me molesté con el apodo pero haciendo uso de mis facultades mentales susurré un como sea y salí apresuradamente de la habitación. Caminando por el pasillo con las manos en las bolsas de los pantalones me encuentro nuevamente con Roger,

-Le has notificado a Mello lo que te pedí, supongo- Asiento mirándolo a los ojos y él sin más por decir me empuja de los hombros para ponerme a su lado y que lo acompañe por el pasillo- Verás Matt, deseo que te quedes sólo en una habitación lejos de Mello para que puedas relajarte correctamente antes de la celebración

- Está bien – asentí de acuerdo y sin replicar mientras me dejaba guiar a una de las tantas habitaciones de la mansión en la que apenas entré, me dejé caer en una gruesa silla de madera de roble con tapiz rojo.

Suspiré vagamente y con toda la melancolía que me embargaba recordé varios momentos de mi vida que ahora me parecían muy lejanos.

Nunca había cometido actos imprudentes ya que estaba bajo la estricta tutela de Roger pero ese día que conseguí mi primer auto y aprovechando el reciente viaje de Roger a Inglaterra decidí pasear un rato.

Obviamente mi estupidez me llevó a terminar casi muerto por estamparme contra un auto que salió de la nada y me dejó en coma mientras mi débil cuerpo se debatía entre la vida y la muerte.

Eso fue ya hace un año aproximadamente, supuestamente cuando conocí a Mello. Pero claro que eso nunca pasó ya que lo conocí hace una semana por un estúpido juego que yo mismo comencé. Me quedé sumido en éste último pensamiento cuando tres golpes me sacaron de mi letargo.

La puerta se abre y veo a Linda con un vestido rosa pastel y una gran sonrisa.

- Matt, es hora de la fiesta. – desganado asiento con la cabeza y me paro de mi cómoda posición para encaminarme a la puerta. Finalmente después de caminar por varios pasillos llegamos al salón donde se levará a cabo la fiesta y ya se ven a muchas personas vestidas de etiqueta. Lo que más noto es al rubio que como siempre va vestido de cuero mientras yo estoy vestido como pingüino.

Viendo a la gran cantidad de gente que hay decido mejor irme a una esquina del lugar para no interrumpir ni estorbar a nadie. Me encontraba my tranquilo dadas las circunstancias hasta que se aparece nuevamente Linda y se me trepa del brazo como lapa.

Aún más incómodo trato de quitármela de encima pero ella sólo se ríe en mi cara.

- Baila conmigo – suplica – No seas huraño. Esta fiesta es tuya al fin y al cabo – busco la manera de negarme pero al final y a regañadientes la guio a la pista para bailar. Ella muy cómoda pone su cabeza en mi hombro.

No puede ser que esto me pase sólo a mí. Aunque si fuera Mello el que estuviera en el lugar de Linda no sería tan malo pero otra vez, me abofeteo mentalmente ya que eso nunca será posible. Todo es un plan bla bla bla, soy sólo un juguete bla bla bla y…

- MADRE SANTA – grito por la repentina lluvia que nos cae a Linda y a mí. Con sólo escuchar las abiertas carcajadas de Light y algunos invitados me doy cuenta que peor este día no puede ser.

Genial, parece que ya era costumbre que me diera baños exprés y sin planear. Al parecer una señora calló sobre una mesa lanzando el gran tazón con agua fresca (en mi dirección claro está) después de ser empujada por un mesero que tropezó mágicamente cerca de Mello.

Ahora me siento apenado y abochornado porque todos me miran y estoy empapado de pies a cabeza con el traje de pingüino destilando agua. Con todas las fuerzas que me quedan me doy la vuelta y me voy lo más rápido posible con las malditas carcajadas de Light resonando en mis oídos y la sonrisa socarrona de Mello muy grabada en mi cabeza.

Camino con dificultad e incomodidad (por el agua) hasta mi cuarto para meterme al baño y quitarme las pesadas prendas que no dejaban de chorrear. Me quito el saco y lo aviento al cesto de ropa sucia. Escucho pasos detrás de mí pero ignoro al que sea que venga a incordiarme mientras trato de arreglar mi apariencia. Mello entra con rostro serio y se sienta en el lavabo frente a mí. Tener la ropa empapada y sentir como mis calzoncillos ahora húmedos me rozan sólo empeoró mi humor.

Al parecer Mello lo notó así que me ayudó a quitarme las gotas de agua del cabello y rostro con una pequeña toalla. Al final me deshago de la corbata y la camisa ya más tranquilo.

- ¿Estás mejor? – pregunta Mello. Yo sólo me encojo de hombros.

- Esa fiesta no fue la mejor idea de todas- tuerzo la boca con molestia y Mello asiente de acuerdo – Deja me cambio.

Mello salta del lavabo y sale del baño dándome la tranquilidad necesaria para quitarme el resto de mis prendas húmedas para ponerme otra ropa interior seca y unos pants con una camisa de la Leyenda de Zelda. Cuando salgo del baño cambiado veo que Mello ahora tiene unos pantalones de dormir grises y camisa negra.

Me abrigo con una chamarra negra que estaba tirada por ahí y sin pensarlo tomo a Mello de la muñeca y lo guío al patio trasera. …l me sigue sin protestar aunque se nota que estaba algo desconcertado por mis repentinas acciones. Muy pronto llegamos a un gran roble con una casa del árbol construida en la cima. Le indico con la cabeza a Mello para que me siga y llegamos hasta arriba.

- Vengo aquí desde niño – comento para romper el silencio. Mello me mira atento como esperando a que continúe – La encontré una vez cuando no podía dormir y salí a dar un paseo. No sé quien la construyó pero aún así siempre vengo aquí. Me siento seguro aquí, sabes. Nunca conocí a mis verdaderos padres así que no tuve su calidez de niño pero esta casa del árbol me hace sentir… bien.

Después de mi ridículo relato sobre mi triste infancia ambos nos quedamos sumidos en un silencio cómodo mientras vemos como llega el atardecer y los diferentes tonos del cielo se reflejan en un pequeño lago frente a nosotros. Pronto todo se cubre de nubes negras y prefiero ponerme en marcha ya que se nota a leguas que está por llover.

Bajamos de la casita y caminamos a la entrada de la mansión cuando otra vez para mi mala suerte un chaparrón de gua nos cae encima. Por extraño me parezca no me siento molesto ya que estoy con Mello. Lo miro de reojo y parece que está tiritando de frió así que le doy mi chaqueta que está empapada pero de algo ha de servir.

Como ya es costumbre, termino empapado de pies a cabeza y Mello no está mejor. Llegamos a la casa y Mello me detiene tomándome del brazo.

- Me la pasé bien en tu casa del árbol – dice el rubio y escucharlo decir eso por alguna razón me sorprende pero no puedo evitar sonreír. Mello se pone serio – No te acostumbres perro.

Yo solo lo ignoro sin dejar que la punzada en el pecho me consuma y me inclino frente a Mello. Lo tomo con suavidad de la barbilla y lo miro intensamente a los ojos hasta que finalmente rozo mis labios delicadamente con los suyos. …l no tarda en responder y pronto tengo sus manos alrededor de mi cuello mientras guío las mías a su cintura para pegarlo lo más que pueda a mí. Siento claramente como sus dedos se hunden en mi cabello mientras yo no puedo evitar suspirar.

Las cosas se suben de nivel cuando comenzamos a restregarnos entre si. Antes de poder llegar a más Mello se despega casi con dificultad y me mira a los ojos con un ligero rubor cubriendo su rostro y los ojos nublados por placer.

- Deberíamos irnos a tu habitación – sugiere sin aliento. Yo asiento como autómata y lo sigo cuando me toma de la mano. Por alguna razón las ansias me invaden y deseo con todas mis fuerzas llegar a mi recámara de una vez.
Notas finales: Espero poder empezar el siguiente lo más pronto posible. Por favor dejen review con sus comentarios para saber que les pareció. Les debo una disculpa gigante por mi ausencia pero mejor tarde que nunca :D

Gracias por leer.

Jassy :3

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