Al ver esto Lucas tomo las llaves que tenía el hombre en su cinturon, meditó un poco sobre su situación y comprendiendo lo que había sucedido salio corriendo del lugar sin importar las consecuencias, ningún guardia lo custodiaba y a esas horas eran pocos los hombres que estaban en ese sector de las instalaciones, por ende le costo poco avanzar, entonces se fue directo a la pieza oscura, un lugar apartado de las instalaciones.
Ese era un lugar lugubre, lleno de humedad, oscuro, con implementos de tortura, allí bañaban con agua casi en estado de congelación a los chicos que no cambiaban o a los de peores costumbres, la sala no estaba pintada ni decorada, era simplemente horrible, era allí donde estaba Thomas.
Cuando llego, abrió la puerta y entro para ver a su amado Rubio, quien estaba amarrado y herido en la bañera de ese lugar.
Al verlo sus lagrimas cayeron, no podía creer lo que le habían hecho, su rostro estaba moreteado, sangre caía de su cabeza y manchas de el mismo elemento cubrían sus ropas, estaba casi inconsciente, pero aún así lo reconoció cuando Lucas se acercó a él.
-Thomas, perdóname tenias razón- Dijo llorando el pelinegro.
-¿Qué haces acá Lucas?- Respondió el rubio, sorprendido ante lo que el otro se habia osado a hacer.
-Vámonos de acá-. Contestó.
-Detente, Detente, te van a matar-. Decía Thomas llorando mientras Lucas le quitaba las amarras con cuidado, pero siendo bastante rápido, el tiempo era oro.
-Vámonos, dale-. Le suplicaba el pelinegro, para que el otro fuera algo más positivo.
Entonces Lucas tomo a Thomas y lo levanto usando todas sus fuerzas, hizo que el rubio pasara su mano por el cuello y usara el cuerpo del pelinegro como apoyo podrían seguir caminando. De esa manera ambos salieron del cuarto, buscando su libertad.
Entre tanto en otra habitación, el jefe despertaba de aquel brusco evento que lo tenía semiinconsciente en el piso, entonces se levantó para ver que Lucas no estaba allí, igualmente noto que no tenía las llaves, era lógico, intentaría escapar.
Ambos chicos iban corriendo entre los edificios de las instalaciones, cuidando que nadie los viera, cuando pasaron por un oscuro pasillo Thomas perdió sus fuerzas, se soltó de Lucas y calló rendido en el suelo. Lucas intento tomarlo nuevamente, pero era difícil.
-¿Estás bien?-. Preguntó Lucas a su rubio.
-Si-. Respondió.
-¿Por qué haces esto?-. Pregunto Thomas incrédulo ante lo que sucedía en esos momentos.
-Porque me quiero ir con vos, yo te amo. Dijo mientras sus lagrimas volvian a caer.
-¿Estás seguro?-. Volvió a preguntar incrédulo tratando de encontrar alguna logica a todo lo que había sucedido.
Lucas miro fijamente los ojos azules del rubio, le dio una sonrisa, posó sus manos en el cuello del chico y lo beso apasionadamente, el otro correspondió de la misma manera.
En ese instante las alarmas del lugar comenzaron a sonar, era menester escapar de aquel campo de concentración. Entonces como pudo Lucas tomó a Thomas y lo ayudo a caminar, el amor les daba fuerzas para seguir luchando por sus vidas.
-Emergencia, interno fugándose en el sector 4, todas las unidades a sus puestos-.
Era lo que se escuchaba en los parlantes que estaban por aquí y por allá, entre tanto los chicos estaban ocultos bajo una escalera, esperando que pasara un solitario guardia que podría haberlos delatado.
Cuando pasó el peligro siguieron su rumbo directo a los accesos al lugar, era la única oportunidad, no debían perderla, sus vidas estaban en juego.
-Emergencia, emergencia, emergencia, todas las unidades a sus puestos-. Seguian escuchandose las grabaciones.
Subieron por las escaleras que los llevarían a la superficie, ya que las celdas estaban bajo tierra, al llegar arriba dieron con la puerta de acceso, intentaron habrir, pero no podían.
El manojo tenía al menos quince llaves, todas diferentes, pero de la misma marca, el primer intento fue incorrecto, y tambien el segundo, el tercero y así muchos más, la desesperación comenzó a rondar en sus cabezas, pronto los agarrarían y sería su fin.
Pero la esperanza nunca la perdieron, por fin la decima llave entro en la puerta y con ello su intento de lograr la libertad podría concretarse, con esa llave lograron abrir aquella cerradura, aunque despues de muchos intento, debían actuar con rapidez, ya que los estaban buscando.
Cuando el jefe llego a la entrada los chicos ya habían escapado, por suerte ese lugar no tenía rejas fuera de ellas, por lo que escapar se hacía algo más posible. Corrieron sin detenerse, tratando de llegar a algún lugar seguro, pero Lucas era consciente que Thomas estaba herido, que no podía esforzarse demasiado y se aclaro que por ningún motivo lo dejaría abandonado.
Mientras tanto, cerca de treinta guardias salieron tras los chicos en diferentes direcciones, el jefe iba acompañado de cuatro hombres armados, cuando llego a un punto mando a dos hacia la derecha, dos hacia la izquierda y él iría de frente.
-Lucas, Lucaaaaas!!!!!!!-. Gritaba el hombre apuntando con la linterna hacia todas direcciones, tratando de ver al chico fugado.
La noche los protegía, pero los guardias portaban linternas, tenían la ventaja ante los chicos que seguían corriendo de la mano, Lucas jamás volvería a separarse de su amado, incluso si la muerte los alcanzare en ese fatídico momento.
Siguieron corriendo hasta que llegaron a un punto donde Thomas no pudo correr más, el rubio cayó al suelo exhausto, llorando ante la impotencia de ser un estorbo, el solo hecho de que Lucas comprendiera a su amado lo atormentaba, pero Lucas entendía perfectamente, jamás lo dejaría.
Fue en ese instante que mirando hacia las cuatro direcciones Lucas divisó una casa en ruinas, entonces con las pocas fuerzas que le quedaban tomo a Thomas y lo llevo a dicho lugar. Allí se ocultaron en una de sus esquinas rezando por no ser encontrados.
Thomas estaba atrás, incado abrazando a Lucas, y este último le tomaba de su otra mano y lo protegía con su cuerpo.
Era obvio que Thomas era más fuerte que Lucas, por eso el rubio antes que cualquier cosa tomo el rostro del pelinegro y lo beso con dulsura, -Te amo- fue lo que dijo, considerando que esto era una despedida.
En ese instante la vos del jefe llamando a Lucas se escucho a lo lejos, vos que poco a poco se iba acercando, el nerviosismo de ambos se hizo notar, el miedo de Lucas era perceptible, sus lagrimas volvieron a empapar sus mejillas.
El pelinegro agacho su cabeza y la poso en el pecho de Thomas, que a su vez puso su rostro junto al de su amado, Lucas protegía con su cuerpo a Thomas y el rubio abrazaba al asustado pelinegro con todas sus fuerzas.
Los sollozos de Lucas se hicieron perceptibles, seguia llorando, era un niño asustado.
-Tranquilo mi amor, si he de morir, será juntos-. Y Thomas le dio otro beso de despedida a Lucas, unión que duro unos segundos, hasta que la voz del jefe se escucho a su lado. (tras la casa en ruinas, ahora solo los separaba una pared).
-Luuuuuuuucccccaaaaaassssss!!!!-. Llamaba el jefe.
Entonces lo inevitable sucedió, el hombre los había visto, pero grande fue su sorpresa al ver que Lucas no estaba solo, se había traído a Thomas. Él siempre supo que esos dos tenían algo, siempre se miraban, era recurrente que intentara separarlos, pero jamás pensó encontrarlos a los dos en ese lugar.
De hecho en un principio no revisaron si Thomas estuviera en el cuarto oscuro, por ende todos estaban buscando unicamente a Lucas.
Entonces Lucas levanto su rostro y miro al hombre con terror, directo a sus ojos, mientras Thomas trataba de apelar a su compasión, sin pronunciar palabra alguna. Estaban los dos allí abrazados, el herido Thomas protegiendo a Lucas y el horrorizado Lucas tomado de la mano de su rubio, ambos mirando al jefe, llorando, asustados, esperando lo peor, esperando la muerte.
Entonces en ese instante sonó el radio que traía el jefe, mientras los sollozos de ambos se habían detenido, cambiandose por una agitación producto del momento, era el nerviosismo que los tenía en éxtasis.
-Rafael, no está en el sector 3, ¿están allí?, cambio-. Decía uno de los guardias por radio.
Entonces Rafael miro nuevamente a los chicos, su corazón se había conmovido ante la escena que tenía ante sus ojos.
-Rafael, no sé donde se metió el estúpido, vamos para allá, cambio-.
Entonces el jefe acercó el radio a su boca y se apresto a responder.
-No están acá-. Fue lo que dijo, posteriormente se alejo de allí dejando a ambos chicos sanos y salvos.
Lucas no lo podía creer y Thomas menos, entonces por fin se sintieron aliviados, ambos chicos volvieron a besarse y a abrazarse, para luego salir sin demora de allí, por si el hombre cambiaba de opinión.
Para cuando el sol había salido ya estaban muy lejos del allí. Se quitaron las marcas que llevaban en su ropa* (*Marcas que aparecían en las imágenes, en los discos, en su ropa, era un logo en forma de triangulo de color rosa, símbolo para distinguir a los homosexuales de los heterosexuales.) y siguieron su viaje de libertad juntos, si algo tenían claro era que estaban libres para poder amarse, libres para poder ser felices, libres porque un alma bondadosa les dio la oportunidad.
Se fueron abrazados en dirección al viento, buscando un lugar lejano donde poder ser felices.
FIN