Al salir de allí lo guiaron a la sale de estudios, era hora de las clases que impartía el jefe del centro, un hombre de unos cuarenta años vestido con un pantalon de tela cafés, camisa crema y un chaleco sin mangas que era un poco más oscuro que la prenda interior, generalmente vestía de esa forma.
-Mientras que en los hombres, los testículos producen espermatozoides, en la mujer los ovarios producen óvulos-. Decía el profesor desde un punto frente a todos los alumnos (unos veinte en total).
Entre tanto un chico rubio, de unos 18 años, bien parecido miraba hacia atrás constantemente desde su asiento en primera fila, su vista enfocaba a otro joven, quería tratar de llamar la atención de aquel chico de cabellos oscuros, pero dicho personaje tenía su vista perdida en el suelo, no escuchaba al profesor, no le ponía atención, estaba en otro mundo.
-Como pueden ver, COMO PUEDEN VER-. Aumento de volumen el profesor mientras veía como Thomas no prestaba atención y dirigía su vista hacia Lucas, con esta reprimenda tacita logro que el rubio volviera a observar.
-La función del ser humano es reproducirse, es la ley natural de la vida, cualquier desviación es una enfermedad-. Seguía impartiendo clases.
Lucas estaba perdido, no prestaba atención a los hechos que sucedían a su alrededor, solo recordaba los acontecimientos que lo trajeron allí, cosas que lo llenaban de tristeza.
----Flash Back----
-Veníamos del liceo, estamos cursando cuarto año de preparatoria, el ultimo que nos queda, hace varios meses que Thomas y yo somos novios, pero siempre he vivido con miedo, en esta sociedad ser gay es un pecado, si te pillan eres hombre muerto, por eso tratamos de ocultar nuestros sentimientos en todo momento, hay que ser cuidados.
Abrí la puerta de la casa y entre con Thomas, ambos veníamos muy felices, muy contentos, allí estaba mi mamá.
-Lucas, ¿Tú no tenías que estudiar?, ¿Qué hace él acá?-
Pensó un momento la respuesta apropiada.
-Vino a buscar unas cosas y se va-.
-Que sea rápido por favor- Miraba la mujer a los chicos que subían por las escaleras hacia la habitación de Lucas, se notaba que sospechaba cosas desde hace tiempo.
Cuando entraron al lugar Thomas cerró la puerta y se acerco a Lucas, poso sus manos en su cuello y le dio un delicioso beso que al comienzo el otro correspondió, pero unos segundos después rechazo por miedo.
-No hagamos nada, mi mamá está abajo-. Dijo Lucas separándose con fuerza de Thomas.
-Sabes, me tienes cansado-. Respondió Thomas a los actos de Lucas.
-¿Y qué quieres?, ¿Qué nos maten?-. Dijo el Pelinegro.
-No sé, pero no me aguanto más-. Contesto el rubio.
-No podemos Thomas, ¿tú sabes qué pasa si nos sorprenden, no?-. Respondió Lucas.
En ese momento el silencio volvió a la habitación, mientras ambos chicos se sentían mal al no poder expresar su amor, todo por el miedo a ser sorprendido, miedo a morir lejos del otro.
-----Fin Flash Back-----
Al día siguiente uno de los guardias lo despertó muy temprano, eran las ocho de la mañana, pero en realidad esto ya no tenía importancia, solo quedaba levantarse o recibir los golpes.
-Vamos mariquitas-. Decía el hombre, mientras golpeaba su garrote metálico en los barrotes de las celdas.
Lucas caminaba por los helados pasillos, mientras todos los chicos formaban una fila para el martirio que les tocaba todas las mañanas.
Entre tanto vio como dentro de una de las habitaciones estaba un chico herido, con vendas en su cabeza y conectado a varias maquinas, eso le dio pena. ¿Por qué?, se trataba de Alan, según le contaron hace poco trato de fugarse y por eso lo dejaron en ese estado. De un momento a otro el guardia que estaba dentro cerró la puerta para que nadie viera. Entonces simplemente siguió caminando.
-Vamos, el que sigue-. Dijo el guardia, mientras uno de los chicos pasaba a la sala de tortura.
Entonces Thomas llego y se puso tras de Lucas.
-¿Qué te pasa, Lucas?-. Pregunto Thomas, pero sin obtener respuesta.
-¿Qué mierda te pasa?-. Volvió a intentar el rubio, sin obtener respuesta.
Era logico, el corazón de Thomas se estaba destruyendo poco a poco, pero no por el hecho de estar en Santa Helena, si no mas bien por la actitud de quien se hizo llamar "su amado", le dolia mucho verlo así, le dolía el no tener su compañia, su apoyo, era tragico.
-¿Quién está hablando?, Cállense maricas!!!-. Grito el guardia para evitar los ruidos.
-Apúrense Maricas, son peores que las de la correccional de mujeres-. Decía el hombre mientras empujaba al siguiente en la fila para que apresurara el paso.
Se acercaba el turno de Lucas, quien estaba en otro mundo, le llegaba nuevamente la hora de ser torturado.