Llego el turno de Lucas, entro a esa pequeña sala donde les tocaba ir todas las mañanas, era más chica que su cuarto (de la casa), de aspecto lúgubre, con una pequeña ventana que permitía el paso de una tenue luz del sol, se sentó en una de las dos sillas de metal que hay en la pieza, justo frente a ella, sobre un mueble (del porte de un adulto) hay tres televisores que tienen por objetivo mantener a los chicos pendientes de sus imágenes.
En ellas se transmiten películas pornográficas, donde mujeres se desnudan y masturban para deleite de aquellos pobres jovenes, el único propósito de esto era corregir la desviación que supuestamente tenían los chicos.
¿Qué te genera Lucas-. Preguntaba el jefe mientras obligaba al chico a mirar como la mujer gemía ante a excitación.
-Nada-. Fue su respuesta, mientras la chica seguía gimiendo.
-¿Qué te genera Lucas?-. Volvía a preguntar.
-No se-. Fue su respuesta.
-Te genera rechazo, porque no estás acostumbrado, es0 es normal-. Respondió el hombre.
-Tu cabeza normalmente se excita con una mujer, tienes que dejar liberar tu instinto, desviado por accidente-. Decía al joven, como si se tratara de una víbora que sisea a su víctima.
-Yo también estuve en esa situación, Lucas y me curé, ¿No te calienta?-. Mientras se colocaba tras el chico y tomaba con fuerza el rostro del joven dirigiendo su mirada a las pantallas.
-Mira-. Obligaba el mayor.
-No me pasa nada-. Decía Lucas
-¿Cómo no te calienta?, Mira Lucas-.
-Mira, Lucas-. Volvió a obligar, pero esta vez con más fuerza.
-No puedo-. Respondía, tratando de girar su cabeza, pero la mano del hombre se lo impedía.
Siguieron con la sesión por cerca de una hora, sin respuesta positiva, al final como siempre, será parte de otra sesión en los días siguientes, en esos instantes era turno del siguiente chico, Thomas.
Al dejarlo ir no miro al rubio, de hecho paso con su vista fija en el piso, mientras 1 guardia lo guiaba a su celda. Entró y se recostó en su colchón.
Al rato Lucas estaba tendido lo que tenía por cama, algo bastante incomodo, estaba triste, pensando en lo de siempre, entonces sintió un ruido.
-No, ven para acá-.Gritaba un hombre.
-Suéltenme-. Respondió un chico, mientras Lucas levantaba la cabeza para escuchar mejor.
-Te dije que no salgas- Respondía el guardia, mientras se escuchaban los golpes que le propinaban.
-Yo no hice nada!!!-. Gritaba el chico tratando de defenderse.
-Ven para acá puto de mierda-. Era lo que se escuchaba, mientras los fierros de una celda sonaban. (porque tiraban al chico al metal para que sufriera más).
-Noooo, No me peguen-. Gritaba mientras se seguían escuchando los golpes, y los sollozos del joven se hacían más evidentes.
-Ya te dije, quédate quieto-.
-Suéltenme hijos de puta-. Gritos que poco a poco se alejaban, significaba que se estaban llevando al chico al cuarto oscuro.
Mientras tanto Lucas se levanto y posiciono en la esquina de la pieza, (su colchon está en una esquina, por lo tanto quedo apoyado en la pared, sobre la cama), acerco sus piernas a su cuerpo, las abrazo con fuerza y entonces comenzó a llorar nuevamente.
Se sentía ofuscado, lleno de pena, la desdicha era estremesedora, has visto Hachiko?, lloró mucho más.
En esos momentos recordaba aquel fatídico día.
----Flash Back-----
Hoy la pasamos bien con mi niño lindo, cuando llegamos del liceo nos pusimos a estudiar, o eso le dije a mi madre para que no sospechara, pero entre tanto aprovechamos para darnos un poco de afecto.
Tenía miedo y un presentimiento que me generaba angustia y Thomas lo notaba, es por esto que le pedí que se fuera.
Thomas y yo bajábamos por las escaleras de mi casa, venía tranquilo, aunque ese sentimiento extraño seguía rondando mi cabeza.
En ese instante me fije que mi madre estaba con dos guardias en la puerta de la casa, los cuales agarraron con fuerza a Thomas para llevárselo a quien sabe donde, yo me aleje un poco, tenía miedo.
-Allí esá, llevenselo-. Fue lo que dijo mi madre, en ese instante los hombres lo tomaron para llevarselo.
-Es una amenaza para mi familia-. Decía mi madre.
-Las personas como él deben estar alejadas de la gente normal, son un peligro-. Seguía chillando.
-Les juro que no hice nada-. Decía Thomas, mientras uno de los hombres le agarraba el pelo con fuerza, tirandole hacia atras con claras intenciones de romperle el cuello.
-Lucas, por favor, diles que no he hecho nada-. Decía con gesto de miedo al otro, mientras las lagrimas comenzaban a caer por sus mejillas, Lucas no hacia movimiento alguno.
Entonces sacaron a Thomas a la fuerza de la casa, pero él se resistía, fue por eso que lo golpearon con fuerza, lo tiraron al piso, le dieron unas patadas y unos garrotazos. Fue en ese instante cuando Lucas pudo reaccionar, no podía seguir viendo como lastimaban a su amado, saliendo del shock se apresto a hacer algo.
-No, déjenlo, no le peguen-. Dijo Lucas tirándose a tratar de rescatar a su amado, pero era inútil, el guardia lo redujo en un segundo.
-Usted sabía-. Dijo el otro tipo a la mujer, que miraba impresionada.
-Noooo, él no, él es sano, el otro es el enfermo, no mi hijo no, por favor-. Gritaba desesperada la mujer, mientras se acercaba a Lucas para protegerlo.
Entonces un tercer hombre retuvo a la mujer, mientras subían a los dos chicos a la patrulla, la mujer no hizo nada más, no quería que el mundo supiera la verdad, le daba verguenza.
------Fin Flash Back-------
Lucas estaba durmiendo, cuando alguien entro para hablar con él.
-Lucas-. Entonces el chico de despertó y se levanto asustado.
-¿Qué haces acá?-. Respondió al ver a Thomas a su lado.
-No me voy de aquí hasta que me digas que te pasa-. Le sentencio el rubio.
-Te van a agarrar, vete-. Ordenaba el pelinegro, mientras lo miraba con resentimiento.
-Fue mi culpa, ¿no!?. Para ti todo esto es mi culpa-. Dijo alzando la vos, con rabia.
-Shhhh, cállate, baja la vos-. Le dijo poniendo su dedo en los labios de Thomas.
-No lo puedo creer, piensas como ellos, piensas como tu mamá-. Le dijo el rubio, enojado, furioso, histérico.
-Si no fuera por vos, yo no estaría acá-. Sentenció Lucas.
-¿Por mi?, ¿y tú?, ¿acaso no hiciste nada?-. Contesto el rubio.
-No te mientas Lucas-. Le pidió con clemencia.
-Me cagaste la vida Marica-. Dijo Lucas, esas palabras destrozaron el corazón de Thomas, el cual de verdad estaba enamorado de Lucas.
-No tendríamos que haber hecho nada-. Continúo el pelinegro.
-¿Qué te pasa Lucas, que estás diciendo?-. Dijo Thomas enojado ante lo que sucedía, mientras sus lagrimas caían ante lo que escuchaba.
-Te están lavando la cabeza, date cuenta por favor-. Suplicaba el rubio, mientras tomaba las manos de su amado para ver si entraba en razón.
-¿Y qué quieres que haga?-. Contesto Lucas cabreado ante la situación.
-Vayámonos juntos, yo te amo, estoy seguro que se puede-. Respondió el rubio esperando una respuesta positiva de quien se suponía le amaba.
¿Qué quieres, que nos maten?-. Fue su respuesta.
-¿Quieres eso?-. Sentencio el pelinegro.
Entonces la tristesa se apodero de Thomas, cuyas lágrimas seguian cayendo de sus hermosos ojos, pero de todas maneras trataba de hacerse el fuerte.
-No puedo creer que te quieras quedar acá, eres un idiota-.
-Nosotros no somos los enfermos, Lucas-. Fue lo último que dijo antes de levantarse e irse de la celda del pelinegro.
Pero de esto no podría salir algo bueno, cuando Thomas iba saliendo, luego de cerrar la puerta, un guardia lo sorprendió.
-¿Qué haces aquí mierda ¡?-. Gritó un hombre.
-Gómez, ayúdame con este marica-. Decía al otro guardia, mientras ambos agarraban con fuerza al chico.
-No me importa, hagan lo que quieran, no me van a cambiar, me escucharon, no me van a cambiar-. Gritaba Thomas, mientras las alarmas del lugar sonaban nuevamente.
Se escuchaban los golpes que le estaban dando, era una palisa de aquellas.
-Haa!!-. Chilló, mientras se escuchaba como su cuerpo golpeaba los fierros de las celdas.
Luego de eso no se escucho grito alguno, era logico, Thomas había quedado inconciente o muerto.
Lucas escuchaba desde su cama la escena, pero sabía que nada podía hacer, se levantó, pero no dio paso alguno, sus lágrimas comenzaron a caer, sin entender el ¿Por qué? de ello.
Se pregunto sobre Thomas, sobre esto que le estaba invadiendo, -Por qué a mi- Se decía mientras se acurricaba en su colchon, todos sus miedos se habian hecho realidad.
Al día siguiente Lucas se encontraba en la sala comedor desayunando, su intencion no era comer, si no mas bien saber sobre el rubio, miraba por todos lados viendo donde se hallaba Thomas, pero no pudo encontrarlo, tenía miedo de su situación, miedo a no volver a verlo, es por ello que no probó bocado alguno.
-No existe la homosexualidad, es una desviación de la heterosexualidad, la conducta y el entrenamiento son las conductas para re-encausarse en el plan de la vida, la corrección es la única solución para evitar el castigo-. Era lo que se escuchaba en los parlantes.
Mientras tanto un guardia obligaba a uno de los jóvenes a comer a la fuerza.
-Ustedes están acá por que están enfermos y deben ser curados, una enfermedad es una patología, una falla en el sistema biológico, la cura llega corrigiendo la enfermedad, re-encausando el curso natural de la vida, la corrección es la única solución, para evitar el castigo-. Seguía escuchando Lucas atentamente (aparentemente), mientras miraba el manojo de llaves que colgaba del cinturón del jefe de las instalaciones.
-Ustedes están enfermos y deben ser curados, No existe, la homosexualidad, sexualidad, homosexu-sexualidad-dad-dad-sexual-ualidad-dad-dad-dad-. Entonces el jefe se acerca al disco y trata de ver si funciona en otro punto, pero no, por lo tanto lo saca y destruye, saca uno nuevo y la tortura sigue.
Lucas estuvo tramando por varias horas la forma de escapar de allí, tenía que buscar la forma para poder quitarle las llaves al jefe, sería difícil, pero no imposible, además por casualidad escucho de un guardia que Thomas estaba vivo, pero encerrado en la habitación escura, eso le trajo de vuelta algo de esperanzas.
A las horas era turno de una nueva sesión de terapia reparatoria, sería allí la única oportunidad para consumar su plan.
Estaba sentado en la misma silla, mirando los tres televisores, los cuales transmitían los films eróticos de mujeres excitadas mostrándolo todo.
-Sientes algo, Lucas-. Preguntaba el jefe.
-No-. Fue su respuesta, clara y concisa.
-Sí, sí, te calienta, he!!!-. Le decía mientras lo zamarreaba por la espalda.
-Si-. Fue su repentino cambio de parecer.
Entonces el hombre le pidió que se tocara, pero Lucas fue directo.
-No quiero-. Respondió Lucas.
-Tócate Lucas,... o te matamos,.... ¿Quieres eso?-.
-No-. Respondió el pelinegro.
Entonces el hombre agarro el rostro de Lucas con todas sus fuerzas y lo apretó con la intención de lastimarlo, se acerco a su oreja y casi gritando le impuso condiciones.
-Entonces caliéntate puto de mierda, mastúrbate de una vez-.
-Vamos, mira y córrete, si yo pude vos también puto de mierda-.
-Te gustan las mujeres Lucas, deja de ser tan puto mierda-.
-Tócate de una vez, puto de mierda....., marika.....puto de mierda..... mierda.....-.
En ese instante recordó el amor que Thomas le había brindado antes de que cayeran en este desastre, esos cálidos y dulces besos que le hacían sonreír, el solo hecho de pensar en el estado de su amado, en el dolor que le había causado, en lo tonto que había sido, en ese instante se arrepintió de todo lo que le había dicho, de el mal que le causo.
Entonces con todas sus fuerzas empujo al jefe, -No-. Fue lo que le grito, el tipo cayó y se golpeo la cabeza y quedo desmayado en el piso. Lucas lo miraba atentamente tratando de asimilar lo sucedido.