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-Diamond Virgin- [Todakanu tegami] por aiko shiroyama

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Notas del capitulo:

LEA LAS NOTAS FINALES...

 

y, disfrute.

 

 

 

–Shoya…oh dios, Yo-ka está como un loco bus…espera..¿Shoya? ¿Shoya que sucede? – Se abrazó a él como si fuera la salvación misma, mientras Aoi no sabía que hacer o qué decir. Ni siquiera sabía qué le había sucedido al castaño que sollozaba en el hombro de Kei.

 

 

 

Era lo más estúpido que podía haberle sucedido, sencillamente.

 

 

 

Para sorpresa de Kei, Shoya inclinó su cabeza ante el pelinegro guitarrista pidiéndole disculpas, la cara de confusión de Aoi no le ayudaba en nada a intentar armarse una idea de lo que allí había sucedido y sabía que el bajista jamás le soltaría palabra, por mucho que se conocieran de toda la vida; el jamás hablaba de sí mismo a nadie.

 

 

 

Sólo le pudo observar impotente, cabizbajo y distraído; ensimismado.

 

 

 

Luego de que acabara el live sólo podía seguir pensando en el asunto. Con sus ardientes sienes apoyadas sobre el vidrio de la Van observaba de reojo a sus tres compañeros dormidos, vencidos por el agotamiento. Sonrío al ver a Yuu, su baterista, chuparse un dedo infantilmente apoyado en el hombro de Shoya, quien a su vez yacía medio acostado sobre Yo-ka, quien roncaba.

 

 

 

Si las fans supieran lo poco sexy que era el “dictador” cuando dormía…allá Shoya que estaba con él.

 

 

 

Se quedó meditando sobre el último hecho ¿Qué sucedía entre ellos dos? No parecían tan cariñosos o repentinamente efusivos, como aquellas veces que había tenido que quitarle de encima a Shoya al vocal para no terminar presenciando alguna escena porno.

 

Si se detenía, el que estaba más extraño era el bajista. Recordaba en efecto haber visto a este último perdido con la cabeza en quien sabía dónde y luego el encontrárselo llorando en un baño con Aoi… ¿De qué se estaba perdiendo? ¿Qué pasaba por la cabeza de su bajo?

 

Por alguna razón, cada vez que se decía “Gazette” el bajista olvidaba hasta como tomar su instrumento. Allí estaba el asunto, las claves eran “The Gazette” y “Aoi”. Usando su prodigiosa memoria, se sorprendió ante el hecho de que, todas las veces que Shoya desaparecía por largos períodos de tiempo cuando debería estar junto a ellos, aparecía misteriosamente cerca de Aoi, o de frentón, junto a él.

 

 

 

Aquello pintaba mal. No tenía la certeza pero, empezaba a sospechar…

 

 

 

–¿ Ya…ya llegamos?—Se talló los ojos adormilado, al sentir un frenazo algo brusco del conductor –…¿ Qué sucede Kei?... – el guitarrista le miraba ceñudo. Pero su gesto cambió casi por completo al ver como Yo-ka se removía, despertando también.

 

– Shoya… – Le abrazó, pretendiendo seguir durmiendo.

 

– Yo-ka…hemos llegado a casa de Shoya, debe irse..

 

–¿Ah? No…Sho, no te vayas…– Hizo un puchero infantil, algo poco común de ver en él. Vio como Shoya sonreía y acariciaba su cabeza.

 

–…pues bájate con él…– El bajista le miró al instante y Kei carraspeó algo nervioso–…bueno, de todas formas no han tenido tiempo de estar juntos…juntos… ¿No?

 

Sin esperar respuesta y arrollando al desafortunado Yuu quien acabó en el suelo de la Van, el vocal jaló al dueño de casa fuera del auto, permitiéndole con suerte gritar un “nos vemos mañana” a lo lejos.

 

Se lanzó a la cama con lo puesto; estaba más que cansado. Ya dormitaba cuando sintió a Yo- ka removiéndole un poco para poder acomodarlo bajo las tapas. Le enternecía la preocupación de Yo-ka, esa especie de devoción hacia su persona. Poco después, percibió la fría piel del otro pegándose a la suya bajo las tapas, como esperaba sólo se había quitado la camiseta y los zapatos. Le abrazó y esperó a que el vocal se acomodara como siempre, bajo su cuello. A pesar de lo acompasado de su respiración no podía dormir, el hielo de su piel le mantenía despierto, mientras frotaba su mano en el brazo del vocal para darle calor, apegándole un poco más a él.

 

– Sho…

 

– ¿uhm?

 

 

 

Silencio. ¿Estaría soñando? Acarició sus cabellos suavemente, notando como Yo-ka hacía algo más posesivo su abrazo.

 

 

 

– Sho…mi Sho…– Rió suavemente. Definitivamente si debía de estar soñando. Y todavía en ese mundo inconsciente seguía siendo igual de posesivo con él.

 

Desde el comienzo, desde la primera vez que lo vio, había sentido que le pertenecería.

 

Lo admiró, tal como a Aoi poco después. Sólo que, con Yo-ka todo había sido diferente.

 

 

 

Su voz, tan suave y profunda lograba emocionarle, lograba llegar hasta lo más profundo de él, donde nadie más podía.

 

 

 

No había pasado demasiado tiempo de aquel entonces, apenas un par de años, cuando le vio en aquel pequeño concierto. Cerró los ojos; podía estar ahí otra vez.

 

 

 

La luces, el pequeño escenario, los sonidos y la luz a su alrededor…

 

 

 

Se acercaba a la orilla del escenario, haciendo gala de su personalidad y su desplante escénico y de repente los asistentes algo adormilados por la banda anterior parecían inyectarse de energía. Poco a poco, más y más se acercaban, hasta poder tocarlo, lo seguían como si fuera el amo y es que lo era; él era el rey en ese momento.

 

 

 

Y lucía como uno, un divino soberano.

 

 

 

Su cuerpo lucía demasiado bien, delineado por aquellas prendas ajustadas que mostraban ciertos retazos de piel estratégicamente ubicados. Su abdomen marcado, sus muslos firmes y sus brazos torneados, todos ellos eran una tentación.

 

 

 

Y nunca había pensado en un hombre de esa manera, tampoco había deseado a nadie. Yo-ka era el primero.

 

 

 

Pero se descubrió desde aquel día, en el que sólo guiado por el hastío había llegado hasta allí, asistiendo a cada una de sus presentaciones, incluso si debía faltar a los ensayos de su propia banda.

 

 

 

Y hubiera seguido así por siempre, de no ser por el detalle de que un día debieron presentarse juntos. Valluna era algo connotada dentro del pequeño mundo Indie del visual kei y llegar a estar con ellos presentándose en el mismo escenario tal vez significaba que iban avanzando, lentamente.

 

 

 

Como pensó, el chico no sabía ni de su presencia. Yo-ka parecía engreído y confiado, dotado de una gran personalidad y muy sociable; justo todo lo contrario a él. Sólo observó silencioso como el vocal de Valluna conversaba animadamente con la voz de su propia banda, jamás se dirigieron a los demás miembros…le causaba celos, pero eso jamás tendrían como saberlo. Permanecía oculto detrás de la pañoleta que formaba parte del look habitual de su banda Dizly, su cabello platinado de entonces le hacía parecer agresivo, se ocultaba detrás de esa faceta escondiendo lo que verdaderamente era; lo que Yo-ka pudo encontrar.

 

Fue un poco después cuando en una de las tantas ocasiones que Valluna se presentaba, se le ocurrió aparecer por “error” con la pañoleta, después de todo, había tenido que prácticamente volar de la sala de conciertos donde habían estado, para poder llegar.

 

 

 

Aunque se acabase el mundo, jamás dejaría de ir.

 

 

 

Entonces, mientras los focos oscilaban sobre la espléndida figura, sensual y dominante como siempre, que alzaba su voz sobrecogedora….Yo-ka…

 

 

 

Yo-ka lo miró, estaba seguro. Abrió los ojos a más no poder sin poder evitarlo, porque, no fue la única vez. Inquieto se había refugiado cerca de una de las paredes del lugar y se bajó la pañoleta para poder respirar, entonces cayó en cuenta de la misma y de que, ella en conjunto con su cabello platinado aunque estuviera liso, de seguro le habían delatado.

 

 

 

Había terminado por retirarse antes de que la presentación de Valluna terminara y aunque iba contra él mismo, se juró no volver a aparecer allí…no más.

 

 

 

Mas así, era cierto que cuando huías de las cosas inevitables estas sucedían de igual forma. Y algo dentro de sí mismo, le hacía sufrir; quería escucharlos…no, ni siquiera eso. Quería escucharlo a él.

 

“Yo –ka…”  Susurró casi ahogado, cuando lo vio entre el escaso público en el Ikebukuro cyber. Irónicamente, él, el rey estaba ahí para verlos a ellos.

 

Fueron el último grupo en salir y esperó a que, su silueta desapareciera tan misteriosamente como había venido. No había nada que pensar…nada.

 

Pero se quedó ahí e involuntariamente su cuerpo tembló cuando, al bajar del escenario sintió su voz a sus espaldas.

 

“Debe querer preguntarme por Gyou” Sólo pudo pensar, evocando a su vocalista, anulándose a sí mismo de cualquier intento vano de ilusión. Pensó en llamarlo, para avisarle.

 

– Oye…- Le cogió del brazo y un escalofrío que Yo–ka no notó, le recorrió

 

 

 

“¿Así se siente… que te toque Dios?”

 

 

 

Volteó apenas, tímido, corto de genio como fue siempre.

 

–…¿ Cuál es tu nombre?...

 

–¿Qué?... – ¿Era en serio? Su corazón latía tan fuerte que le costaba respirar.

 

– Yu…Yukito…– Contestó demasiado bajo, el nombre que llevaba en ese entonces.

 

– ¿Cómo?... –Interrogó mirándole fijamente; no le había entendido.

 

Sofocado más por su nerviosismo que nada, se quitó la pañoleta de encima y repitió…

 

“Yukito…” Nunca supo por qué una leve sonrisa se dibujó en sus labios, casi picaresca. Mientras él…

 

– Yukito…tienes un don en tus manos…– Abrió la boca más por la impresión que por otra cosa–…quiero que seas mi bajista – Espetó, sin ninguna consideración a su alocado corazón que amenazaba salir disparado por su boca.

 

“…quiero que seas mi bajista…”

 

 

 

“…mi bajista…”

 

 

 

“…mi…”  Suyo, suyo de la manera que fuera.

 

– está bien…– Nunca supo con qué valor contestó aquello por ese entonces. Su cuerpo temblaba sutilmente de emoción. Emoción pura.

 

 

 

 Sonrió, volviendo por un momento al ahora, sintiendo el cuerpo  del vocalista removerse levemente entre sus brazos. Hasta el momento presente, no podía resistirse a él. Observó su pecho subir y bajar levemente; seguía siendo el mismo sensual y deslumbrante Yo-ka, sólo que, a su alcance, increíblemente cerca.

 

Observó su rostro, todos decían que no era algo cautivante, pero incluso aquella imperfección en sus rasgos le gustaba, le dotaba de carácter. Lo acarició levemente, notando un leve reflejo en su ojo. Suavemente, trató de acercarse lo más posible a sus labios; sentía su cálido aliento.

 

 

 

Lo amaba.

 

 

 

Amaba esos labios y más que ellos, la manera en que Yo-ka podía usarlos. Sus besos…

 

 

 

Era algo difícil de describir, pero desataba en él todo lo que censuraba en su mente, era como una puerta hacia sus más escondidos deseos. Una dimensión de dulce y tormentoso placer, que nunca dejó salir.

 

 

 

Era una cuestión divina e infernal.

 

 

 

“Yo-ka es dios…” Pensaba, cada vez que lo oía cantar, que lo veía gestualizar, transmitir. Hacía esfuerzos por no olvidar que debía seguir tocando el bajo.

 

 

 

“Tocar… para hacer más hermosa la melodía de dios”

 

 

 

Yo-ka lo había hecho cambiar. Estética y espiritualmente; Yo-ka era su religión y su todo.

 

El centro, un centro sin movimiento.

 

Él le había dado su nombre, lo había hecho nacer de nuevo.

 

 

 

– Shoya…– Un día, se sentó a su lado y le sonrió. En ese instante mismo, dejó de pensar. Sabía que el otro hablaba porque veía sus labios moverse. No, no podía dejar de mirarlos

 

 

 

“Estoy poseso…estoy enfermo; te deseo…” Era lo único que hacía eco en su mente y era incapaz de decirlo, de soltarle una sola palabra para transmitirle aunque fuera una ínfima parte de toda su admiración.

 

 

 

– No estás escuchando ¿Verdad?... – Volvió más porque sintió su cálido tacto en su hombro.

 

 

 

Quiso excusarse, pero ninguna palabra acudía a su cerebro para salvarle del bochorno.

 

 

 

Y él volvió a sonreír y por primera vez, su cara ardió, ardió en vergüenza. Desvió la vista, decepcionado de sí mismo. Pero cualquier sensación desapareció cuando sintió su brazo rodearle por la cintura, sólo atinó a mirarle y perdió el aliento.

 

 

 

Lo perdió cuando simplemente, Yo-ka le daba el suyo. Suspiró sin poder evitarlo y quien le besaba aprovechó de explorar su boca, de probar su sabor, abrazándole más porque Shoya simplemente temblaba.

 

 

 

Sólo cuando tomó su mano, tan fría, cedió…cedió ante todo lo que traía en sí y sin medirse ni pensar por primera vez, interrumpió aquel íntimo contacto sin quererlo, para abrazarlo con fuerza, con ansia.

 

“Yo-ka…” su mente febrilmente, trataba de asociar aquel beso, aquel cuerpo, aquella calidez a ese nombre que estaba en un secreto pedestal, dentro de él.

 

 

 

Y dios…dios descendió del cielo para convertirse en amor, deseo…libertad.

 

Pasión.

 

 

 

–Shoya…– ¿Seguía soñando? ¿Seguía recordando?...

 

 Un leve estremecimiento le despertó, al sentir aquella humedad cálida descendiendo por su cuello.

 

–Yo…– No pudo acabar, el dueño de todos esos recuerdos aprisionaba sus labios con aquella sensualidad tan característica.

 

 

 

Deseo.

 

 

 

Tímidamente, sólo podía recibir sus caricias sin aventurarse a más. La forma de su amor era así, dulce y erótica. También improvisada.

 

 

 

Siempre estaba expectante. Yo-ka ponía las reglas. No siempre lo tocaba de esa manera, siempre daba un poco, dejándolo sediento de más, deshaciéndose en suspiros… y esperando la próxima vez.

 

 

 

Esa era “la próxima vez”. Y estaba yendo definitivamente más lejos que la vez anterior. No podía contenerse, algunos gemidos  habían huido de sus labios cuando aquellas hábiles manos rozaban sin ningún impedimento su piel y más mientras aquellos labios divinamente infernales le besaban desde sus propios labios hasta su ombligo, haciendo juego con su lengua tibia, degustándolo, simplemente.

 

 

 

Su respiración se hacía caótica, con Yo-ka sobre él. Lo tentaba demasiado, pensó que moriría de deseo, sólo quería ser suyo, suyo de verdad…

 

 

 

Sentía su piel empezando a humedecerse, chocando con la suya con aquellos movimientos que simulaban el acto que tanta anhelaba. Lo sentía, lo sentía chocar, hacer presión contra él, contra su propia erección y con cada centímetro de su cuerpo a medio desnudar.

 

 

 

–Shoya…– Su voz sola, denotaba erotismo. Lo miró, buscó sus ojos, pero los cerró en cuanto sintió la mano del vocalista palpar sugestivamente su erección, tortuosamente cubierta por sus pantalones. Aun así, su cuerpo se tensaba.

 

 

 

“ …tócame…” Pensaba, pero no podía hablar. Apretó sus labios cuando sintió como al fin su miembro era liberado de aquella prisión y empezaba a ser acariciado, lento, terriblemente lento…

 

¿Por qué le torturaba de esa manera?

 

Gimió cuando Yo-ka mordió su labio en un arrebato.

 

 

 

– ¿Te gusta?...

 

–s-sí…– Pudo soltar apenas, extasiado.

 

–…sí que…– Apretó la punta, haciéndole doler.

 

– sí, Amo… – El dictador, el amo, sonrío con suficiencia para luego masturbarlo fuertemente.

 

Gemidos, incontrolables gemidos escapaban de sus labios. Adoraba aquel carmín en su rostro, aquel gesto contraído en el placer que él y sólo él podía brindarle.

 

 

 

“Eres mío…mío…”

 

 

 

Suavizó las caricias, sin recibir protestas de Shoya, quien parecía haber olvidado como respirar correctamente. Sonrío de nuevo, besándole esta vez lenta y profundamente, dejando su hombría en paz por unos momentos.

 

 

 

– ¿Me…quieres? –  Interrogó dubitativo, con su frente apoyada en la del bajista; he ahí su otra faceta, la que necesitaba de Shoya, de su incondicional admiración y aprobación, de su cuidado, de su amor.

 

 

 

– yo…yo te amo Yo-ka…– Se besaron casi con desespero, Shoya intentó seguirle cuando sintió sus labios abandonarle.

 

–…tranquilo amor, estoy aquí…– Se dejó caer; él confiaba en Yo-ka…sólo en él.

 

–…Yo-ka…– Le llamó, mientras el nombrado se deshacía de sus pantalones, a medio bajar–…¿Será hoy?

 

 

 

El vocalista trepó felinamente sobre él para susurrar sobre sus labios la respuesta.

 

 

 

–no…no será hoy…

 

¿Cuánto más debía esperar?

 

 

 

“Seremos uno solo…seré tu voz y tú mi razón” Le había dicho, hace tiempo.

 

 

 

Sin embargo, nunca se habían unido carnalmente.

 

 

 

Vio su evidente decepción en sus ojos marrones, transparentes para él, como todo su ser.

 

– no seas impaciente…– Como respuesta sólo sonrío, tristemente – Shoya….

 

 

 

Se deslizó por su cuerpo, bajando hasta su entrepierna. El bajista tembló al sentir su respiración sobre su miembro, aún erecto.

 

 

 

– Genesis…– Lo miró con extrañeza–…será nuestro primer álbum y también la primera vez…

 

 

 

“….que serás mío…” Las palabras rebotaban en su cabeza y deseó llorar, llevaba mucho tiempo anhelándolo…demasiado.

 

 

 

“mío…” Ser uno, uno con dios.

 

 

 

– He ido demasiado lejos ¿No?... – Le preguntó, mientras tomaba su miembro lamiéndolo sugestivamente desde la base a la punta, haciendo que Shoya dejara de inhalar aire.

 

 

 

Sí, estaba yendo lejos, pero quería más…

 

 

 

–ah…Yo-ka…– Era magnífico, su sangre ardía en sus venas. Su sexo palpitaba en la boca de quien lo engullía de manera sublime, con succiones certeras y con ritmo enloquecedor.

 

 

 

Trataba de  nunca arrebatarse, no quería ser escandaloso pero sentía demasiado; gemía sin control, mientras en su frenesí  se aferraba al cabello del vocalista demandándole más.

 

 

 

“ Yo-ka…más…por favor más…” Lo quería todo, todo, pero no podía suplicarle a dios; él sabía de antemano lo que quería.

 

 

 

Introdujo su miembro por completo en su boca, haciéndole tocar fondo con su garganta, una y otra vez ¿Cómo podía hacer eso? No entendía, pero estaba enloqueciendo…

 

 

 

Sólo bastó un par de minutos más para sentir su esencia derramarse en su boca. Se sorprendió más, cuando no notó rastro de ella en su rostro, sólo pudo sentir su sabor; la propia huella de su sabor cuando Yo-ka le besó, le besó hasta que no tuvo más consciencia.

 

 

 

Notas finales:

Hola ¿ Que tal?

Estrella o dios....estrella o dios...

Aoi o Yo-ka

¿ Con quien se quedaría usted?

Ha sido profundo, lo sé.

Shoya hablaba en mi mente sin parar.

 

Ahora, lo que quería saber ¿ POR QUÉ CRESTA ME HACES LEER ALGO TAN LARGO?

xD

Porque, actualizaré en dos semanas más, lo lamento.

Para que no fuera injusto, subí dos capítulos juntos.

El próximo capítulo del Lemon, será menos extenso, no se preocupe.

Si tiene más quejas, si lo halló tedioso, cursi, fome, en la volá profunda, muy shoya, muy poco Aoi, mucho Yo-ka, muy largo o si me encuentra a mí una maldita majadera; manifiestese.

El cuadrito a la derecha ahí casi en al esquinita de su pantalla tiene hambre de sus valiosas palabras ;_;

Vamos, no haga que muera de hambre  XD ajajajajjaj

Okei, me dejo. Espero sus tomates, reviews, consejos, ánimos, insultos.

 

Te espero, no te tardes.

 

*-*

Momento spaam ~

tumblr: http://the-forbidden-reason.tumblr.com/

como imaginará verá muuucho Aoi y mucho Shoya por ahí.

Facebook (atiendo sus consultas y le doy adelantos, si no puede esperar xD)

http://www.facebook.com/gatito.del.amazonas.xD

 

 

spam off

 

Nos vemos <3

 

 


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