“En donde se habrá metido el marimo?” pensaba un elegante rubio entrando al pueblo “tengo que arreglar esto antes de que se meta en problemas..."
-supiste sobre el gran logro de los novatos?
-si, supe que capturaron al segundo al mando de los mugiwara!...-comenzó a escuchar el cocinero una platica ajena a sus espaldas y muy discretamente fue siguiendo al par de jóvenes que hablaban del tema, quería estar seguro de que era esa estúpida alga, y conseguir la ubicación de este.
-pero como habrán podido ganarle unos reclutas novatos?
-no lo sé, aunque escuche que usaron somníferos, pero no estoy seguro.
-claro, de que otra forma hubieran podido unos soldados en entrenamiento atrapar al gran espadachín!
-jajaja cierto, además antes de que lleguen a recoger al preso, seguro ya se habrá escapado!
--------------------------------------------------------con Zoro--------------------------------------------------
en un cuarto muy espacioso, estilo calabozo de la edad media, un grupo de jóvenes no mayores de 20 años reían con malicia al ver la escena que ellos mismos habían creado, el peliverde tenia grilletes en sus muñecas, con fuertes y pesadas cadenas bien aseguradas a la pared, estaba de rodillas ya que sus tobillos estaban igualmente asegurados con grilletes la única diferencia es que estos estaban fuertemente sujetados al piso, de forma que no pudiera pararse, su cara en dirección a la pared de la cual estaba atrapado, la tenue luz de la luna que se filtraba de una pequeña ventana con barrotes que se ubicaba en la parte alta de la misma pared, daba un toque tétrico al lugar. La morena y trabajada espalda del espadachín tenia varias marcas rojas de las cuales algunas empezaban a sangrar, y es que sus captores lo estaban azotando; para fortuna del guerrero, hasta en eso eran novatos, dolía, eso no lo negaría, pero era un dolor todavía soportable, aunque con cada azote del látigo en su espalda iban ganando un poco mas de experiencia.
--------------------------------------------------------con Sanji------------------------------------------------------------
El rubio comenzaba a desesperarse, no sabia a donde ir, miraba a todas partes en busca de alguna señal de Roronoa, pero nada... fue entonces que decidió preguntar pero... a quien? su foto estaba pegada en cada esquina del pueblo y no quería problemas...
Unos niños pasaron cerca de él, venían del pueblo , se adentraban un poco en el bosque y por lo que el ojiazul pudo deducir, se dirigían a acampar.
-oigan chicos!
-Díganos señor- "s.. Señor ? si apenas estoy en la plenitud de mi juventud, estoy en mis mejores años!!! Como que señor?" pensó Kuroashi y después suspiro resignado.
-verán, tengo un problema y me gustaría saber si pueden ayudarme.
-si podemos, lo haremos- contesto el mayor aparentemente de unos 11 o 12 años aproximadamente.
-lo que pasa es que me perdí y no se llegar al cuartel de la marina, saben donde queda?
-cuartel de la marina?-pregunto otro niño de unos 9 años- no, en esta isla no hay cuartel.
-tal vez se refiere a la academia de entrenamiento de la marina.
-"Bingo" si eso quise decir-aclaro el cocinero.
-es al norte del pueblo siga esta acera hasta el mercado y gira a la izquierda, son como... mmm... unos 20 o 25 minutos caminando desde ahí, es un castillo antiguo, es fácil de reconocer, no hay pierde!- contesto de nuevo el mayor, pero el mas pequeño no pudo aguantar hacer un comentario.
-si entras al castillo aprovecha para ver por fin tras las rejas al ex-cazador de piratas... aahh... eto... no recuerdo su nombre y no se como es, pero mi familia dice que es un alivio que lo atraparan!- termino el pequeño muy entusiasmado.
San ji se alegró, su alegría duro poco pues pareció olvidar que era buscado y debía atravesar el pueblo! así que decido esperar a que la noche se adentrara mas y la gente se disipara...Error! pues parecía que la gente de aquel pueblo no dormía, eran las 11:30 p. m. y las personas seguían paseando, los niños jugaban en las calles como si nada, estaba desesperado, buscaba la manera de adentrarse entre la gente.
Estaba tan perdido en sus pensamientos que no noto otra presencia que se acercaba a él por un costado.
-Hola!
El rubio miro a donde provenía la voz, era una joven de unos 19 o 20 años, cabello oscuro, estatura media, esbelta y con una figura perfecta, una mirada penetrante como si estudiara todo y a todos con ella, una hermosa sonrisa, vestía un lindo vestido morado con una cinta negra el la cintura. El cocinero quedo impactado así que comenzó con su reacción típica, (ojos en forma de corazón y bailando un poco extraño)
-Hola mi linda mellorine, que hace una joven tan hermosa a esta hora y en un lugar como este?
-pues...- hizo un gesto de estar pensando, miro hacia arriba, ladeo un poco su cabeza y puso su dedo índice en su barbilla-caminaba por aquí sin nada que hacer cuando un rumor me llego, decían haber capturado al ex-cazador de piratas Roronoa zoro, no le preste mucha atención pero lo que si me dio curiosidad fue saber que hace Kuroashi No Sanji escondido en la entrada del bosque, así que me acerque- concluyo la chica ladeando su cabeza, sonriendo y poniendo sus manos detrás de su espalda dándole una apariencia inocente.
-pero que? sabes quien soy? como me encontraste? llamaras a la marina? por que estas aquí?- El rubio estaba tan fuera de si que no dio tiempo a la pelinegra que contestara.
-hey... despacio, mmm... nada, si, eres Kuroashi No Sanji, no te iba buscando, te vi al pasar, si querías esconderte, pudiste haber escogido un lugar mejor que detrás de un arbusto y no, no llamare a la marina, tranquilo.-concluyo la joven contando sus respuestas con los dedos de su mano.
-no llamaras a la marina? por que harías eso?
-primero por que en esta isla no hay un cuartel, solo una escuela de principiantes, porque? por que no creo que todos los piratas sean malos, tu, por ejemplo, no me has atacado aun cuando yo se quien eres y que eres buscado.
-aaahhh...-suspiro aliviado el ojiazul-gracias ammm...- hizo una pausa para saber el nombre de la señorita que no lo delataría.
-Okuni Kotobuki (Vero Mozombite Ortiz *lo prometido es deuda* XD)- dijo sonriendo
-mucho gusto!
-el gusto es mio! por cierto... que haces?
-espero a que se disipe la gente para ir al cuartel o escuela o academia o lo que sea el lugar donde esta mi nakama.
-pues solo tienes 2 opciones, esperar sentado unas 5 o 6 horas a que la mayoría de la gente entre a su casa y rescatar a tu nakama en menos de 45 minutos que es la hora en la que los comerciantes van a recoger mercancía al muelle... ó aceptar mi ayuda...
-Me ayudarías Okuni-swaaaaaaaaan?
-claro espera aquí, tengo una idea-dijo mientras salía del bosque y se adentraba en el pueblo. No habían pasado ni 15 minutos cuando regreso con una caja.
-Ten! póntelo!
El cocinero miro el interior de la caja; unos pantalones negros ajustados y entubados, una camisa azul rey de manga 3/4 y un chaleco de tela delgada, cierre y gorro, unos lentes oscuros y unos tenis deportivos.
-Y... esto que?-pregunto el rubio después de mirar el contenido.
-Es ropa, que? los piratas no usan? que raro en los carteles se ven vestidos... mmm... aunque tal vez fueron censurados... pero... - Kotobuki sacaba conclusiones mientras el rubio la miraba fastidiado, después de todo se notaba que era actuado.
-se lo que es! me refiero a que hare con esto?
-No sabes como se usa? como logras vestirte en las mañanas?
-que que se supone que gano poniéndome esto!?
-verte bien y camuflagearte entre la gente-
-aaaahhh..-el ojiazul suspiro, sabia que había perdido... de nuevo-esta bien.
-pues póntelo! que esperas?
Una mirada de reproche hacia Okuni y entendió la indirecta, la linda chica espero detrás de un árbol mientas Sanji se cambiaba de ropa.
-Ya esta- fue lo único que se atrevió a decir, dando así la señal de que la pelinegra saliera de su "escondite"
-wooooooooooow... Sanji-chan... te vez... te vez..
-Genial? guapo? Sexi? atractivo? irresistible?
-tan... tan... lindo, tierno y adorable!!!
Una vena se hincho en la cabeza del mayor, lindo? tierno? adorable?
-no parezco nada de eso!- grito enojado
-a no? y por qué siento ganas de cuidarte?
-pues...-ninguna respuesta vino a su mente, tal vez era cierto...-esta bien, puede que lo parezca pero no es verdad!- se defendió y logro mantener su orgullo.
La pelinegra suspiro resignada, con lo poco que conocía al cocinero, tenia la certeza de lo necio que era.