Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Caprichos de Anubis por sora-sempai

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a las personas que etraron a leer mi locura de fic espero no aburrirlos con esto

jejejej

 de verdad tengo la ilucion de que gusnten mis ideas :) bueno sin mas aqui esta el segundo capi del fic que espero no supere los 5, bueno si todo va deacuerdo al plan xD

oh!!!! si la vez pasada se me olvido.

Este Fic es de mi propiedad, los personajes y la historia tambien, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia; cualquier uso de ellos o de la historia sera considerado plagio

 

jejej no sé pero esto nunca sombra sin mas

a leer

Tanto Akil como Thabit  agradecían  el momento en que se les ocurrió dejar todo aquello con lo que los pudieran reconocer, armas, vestimentas, tocados, collares o pendientes;  ya que con esto tuvieron la suerte de que los soldados romanos los aprisionaron  como si fueran simples campesinos, evitándoles así el destino de ser prisioneros de guerra; cosa que sí ocurrió con los diez infantes y el general del reducido ejercito, sabrá Horus que les tendrán preparado para ellos los romanos.

Sin embargo el destino que esperaba a los dos chicos tampoco es que fuera el más alentador, seguramente terminarían como esclavos o vendidos para ser gladiadores, lo cual no era para nada alentador. El viaje hasta Siracusa fue realmente largo, el mediterráneo estuvo picado gran parte del trayecto y  esta por demás decir que una de las barcazas  se perdió en el mar.

Una vez arribados en el puerto los prisioneros fueron bajados y encerrados en una casa grande ambientada  con diferentes celdas, y aunque el lugar pudiese asemejar una prisión realmente no lo era, es lo que se podría llamar un mercado de esclavos.

--¿qué crees que nos vallan a hacer?—hablo Akil  intentando retomar una conversación después de cuatro días en total silencio, mientras estuvieron en el barco.

--pues la verdad… esto pinta a  que nos van a vender… el mercado esclavista de Roma es muy popular hoy en día...— respondió sin mirar al otro a la cara.

--si lo supuse…--rio desganado—sabes nunca me imagine esto cuando fui a ese pueblucho por algo tan simple como unas cuentas y unos generales corruptos—

--pues si vamos a eso yo nunca me imagine que el escriba más importante de palacio, estuviera tan dispuesto a acostarse con un simple soldado—bromeo el moreno, recibiendo como respuesta una mirada cargada de rabia por parte del oji-claro

--sabes, tu extraño humor a veces resulta irritante—bufo molesto—además… no vi ningún desagrado por parte tuya es mas el  descaro al manosearme el trasero fue evidente—esta vez la sonrisa burlona estaba en el rostro de Akil.

--hehehe… bueno eso es cierto, pero es que tienes una retaguardia de infarto, además…según recuerdo no te quedaste atrás, ¿eh?—

--cállate—

--me alegra que estés de mejor humor—le dedico una ligera sonrisa sin una pisca de burla o picardía, que le trasmitió confianza al rubio.

--gracias—susurro—aunque hay que buscar la forma de salir de esta lo más pronto posible---

--es cierto, es cierto hay que evaluar la situación, aunque creo que lo mejor es esperar a que seamos vendidos, ya que por ahora estamos rodeados por demasiados guardias—

 --¡QUE ES TODO ESE ESCANDALO… A CALLAR! --rugió en latín uno de los guardias que había estado escuchando conversación de los dos chicos, pero al no entender nada del idioma en el que estos hablaban se canso y decidió callarlos.

Los dos muchachos para evitar cualquier tipo de inconveniente que acercara el día de encuentro con Anubis, simplemente agacharon la cabeza y esperaron a que el irritable guardia romano se retirara.

--estúpido soldaducho, mandarnos a callar de ese modo… ¿Quién se cree que es acaso?—dijo Thabit minutos después de asegurarse de que no habían guardias en la cercanía.

--¿le…le…le entendiste?-- su voz expresaba la sorpresa—o sea hablas Latín---el otro asintió con la cabeza—Ok, ahora sé que no eres un simple soldado, sabes leer sabes escribir, eres inteligente y astuto, y además hablas latín… ya mismo me explicas eso—más que como una orden, la petición sonó a una súplica por apaciguar las dudas que tenia Akil en su cabeza

Bueno la situación no era tan bizarra como Akil la  pintaba, el si era un simple soldado, nada extraño en su actual vida, bueno sin contar los sucesos de la última semana, pero por lo demás la palabra simple era una connotación demasiado complicada; sin embargo  su infancia hasta más o menos los doce años no fue  tan simple, pues sus fue instruido por las sacerdotisas del la biblioteca de Alejandría  enseñándole a leer y a escribir, tanto en su lengua materna como en diferentes idiomas que por el tiempo se hablaban en el mundo. No porque él tuviera el estatus social que le permitiese acceder a ese tipo de conocimiento, todo lo contrario: sus padres trabajaron como esclavos en la biblioteca, entonces las sacerdotisas decidieron como acto “caritativo” enseñarle al chico algo del extenso conocimiento que en el edificio se albergaba.

 

--Ah… como es solo eso—susurro por lo bajo Akil

--Si, ¿Qué creías luego?... un simple soldado nada mas—

--No pues nada, solo digamos curiosidad—la verdad es que en la hiperactiva imaginación del ojiclaro, pasaron diversas posibles explicaciones entre ellas la posibilidades de que el soldado fuera algún tipo infiltrado romano.—oye… ahora que me cuentas esa “historia”, me surge otra pregunta—

--Te escucho—

--¿Cuántos años tienes?—

--20 años—hizo un ademan con el rostro, devolviendo la pregunta.

--uff… increíble;  yo tengo 21 somos de casi la misma edad… pero sabes mi pregunta era para otra cosa, o sea no solo por saber la edad y eso---

--¡ah! ¿No, y entonces para que era?.. Claro si es que puedo saber—

--lo  que sucede es que yo fui criado toda mi infancia allá… y pues es raro que estando los dos en el mismo lugar, no nos conociéramos de antes—

--sabes… no me parece tan raro; o sea es un edificio bastante grande, es probable que nunca nos hayamos visto o que si lo hicimos, pues no lo recordemos—mentira ahora que lo detallaba, el recordó como en su tiempo jugó con un niño en el templo un par de veces; sin embargo no era como si tuviera la certeza de que ese chico fue Akil; además si este no lo recordaba, lo más seguro es que fuera otra persona.

--creo… que tienes razón—no sabía en ese momento exactamente por qué, pero  sintió una ligera decepción.

 

--¡Asenet! Tu faraona te llama—

--a la orden… que desea—no podía ni quería esperar otro llamado.

--bueno, primero ¿Qué has sabido del escriba que mande a averiguar lo de los generales corruptos?—

--la verdad, nada no hay noticias de nada…. Aunque hay rumores que el pueblo en el cual se encontraba fue atacado por los romanos—

--¿Qué dices Romanos?.... ¡por la madre Isis! Se supone que teníamos un tratado de paz—

--mi faraona, le reitero son solo rumores no sabemos con certeza si es verdad o no—

--Bien, aunque eso no me tranquiliza—suspiro dejándose caer en su trono—ya que mi primera pregunta no se respondió como yo esperaba supongo que la segunda no tendrá respuesta tampoco—tomo su cetro y cayada cruzando los brazos.

--¿Y cuál es esa pregunta mi faraona? Si perdona mi osadía—

--a mis oídos han llegado reportes de que mi pueblo muere de hambre… por eso quería hablar con el escriba para saber si los recursos de grano se están distribuyendo efectivamente a todos—

--pues vera… Akil, estaba trabajando sobre eso antes de ser enviado al frente; me comento que los recursos si se estaban distribuyendo de manera eficiente y que no existía ningún robo en el grano—narro la consejera real.

--y sabes entonces por qué el pueblo muere de hambre—

--parece que el problema, está en los cultivos… simplemente no producen lo suficiente—

--¡¿no producen lo suficiente?! Qué clase de ridiculez es esa—la serena faraona estaba ahora alterada.

--no sabemos, el Nilo creció como todos los años sin embargo los cultivos mueren…--Asenet temía por su integridad física.

--¿crees que se trate de una maldición?—el rostro y la actitud de la faraón volvieron a la normalidad.

--es probable—no había pensado en esa opción, pero ahora que la Faraón lo mencionaba (y no solo por ser ella) la idea parecía lógica--¿quiere que hable con los sacerdotes para que investiguen el tema?—

--de inmediato—finalizó, volviendo a su actitud rígida.

Asenet por su parte partió directo al templo de palacio, con el fin de hacer obedecer las órdenes de la faraona, al llegar le comento los detalles a la sacerdotisa más conocida por ella, Meriry, la cual acepto gustosa la “misión” también cabe destacar que al no haber un sacerdote mas indicado para tratar el problema (como lo sería un cultor de Bastet), ella la nueva sacerdotisa de Isis era la segunda más indicada. Después de preparar los caballos y hacer los preparativos para un viaje largo, partieron hacia los campos de trigo más cercanos; para lo cual tardaron cerca de dos horas.

Una vez en el lugar Meriry inspecciono el lugar detalladamente en busca de alguna pista que corroborara o negara su hipótesis, y como era de esperarse  encontró  hectáreas completas de  cultivo  marchito aun cuando el suelo  estaba totalmente inundado; sí, no cavia la menor duda, definitivamente esta era una maldición de mal gusto. La pregunta ahora era: ¿Por qué ocurrió y por qué ahora? Y lo más importante ¿Cómo arreglarlo?

--¡Meriry!—llamó Asenet desesperada

-¿Qué quieres? No ves que estoy ocupada, pensando—

--si, si luego practicas lo que poco haces… mira—señalo una bella estatua de  una mujer gato tallada en granito.

--es… es Bastet—

--ella no es acaso la Diosa de la fertilidad—pensó un momento—¡ella podría ayudarnos con esto!—señalo con su mano izquierda el desolado paraje.

--si, en teoría ella podría ayudar…”!en teoría!”—suspiro cansada

--a ¿qué te refieres?—

--Pues que… hace tiempo que no se le reza a Bastet, no existen sacerdotes, es mas no sé ninguna de las oraciones que se le dedicaban…. En general comunicarnos con ella sería imposible—explico la sacerdotisa

--uhmm sabes los imposibles no existen—interrumpió de pronto una tercera voz.

--Claro que  si, o sea hasta me daría vergüenza intentar orarle después de tantos años de olvido—respondió aun si ver al extraño.

--Pues creo que, ahora tienes la posibilidad de empezar a disculparte o esta belleza no moverá un dedo—por fin pudieron distinguir la femenina voz: encima de la estatua sentada con las piernas cruzadas, divisaron una mujer que rondaría los 30 años, morena de cabello largo, lacio y de color negro, ojos penetrantes de color verde y la pupila alargada en vertical; y si sus ojos no fueran lo más extraño sus orejas no estaban a cada lado de la cabeza como se esperaría, si no que estaban en lo alto de cráneo.

--¿Q…quien… quien eres tú?—le salto la pregunta a Asenet

--uhmm ¿no es obvio?... o es que los mortales de hoy en día son cada vez mas estúpidos—la mujer salto enfrente de las dos jóvenes, ondeando una larga cola felina.

--¡Oh por Amon!—grito eufórica Meriry— pensé…pensé que serias más parecida a la estatua…digo ¡no tienes cabeza de gato!—

--hahaha uhmm—rió la diosa—siempre he dicho que los artistas nunca captan las cosas como  son realmente…heheh—las chicas simplemente estaban estupefactas. “Cuando en tu vida una diosa te habla con tanta familiaridad”.

--Disculpa… no quiero ser indiscreta; ni mucho menos insolente—dudo un segundo—pero ¿Qué hace Bastet entre los mortales?—hablo Asenet, ya que Meriry estaba todavía taciturna.

 --No para nada, querida—ronroneo—hace tiempo que observo a la humanidad, y uhmm me quería divertir un rato, así que retire mi bendición de los cultivos del Nilo—sonrió mirando las chicas de perfil.

--Sabes que mucha gente murió de hambre por esto—hablo la sacerdotisa a modo de reclamo.

--No me gusta tu tono nena…--ronroneo—además de qué sirve ser dios si no puedes jugar con la humanidad que te adora—sonrió cínica.

--Yo…yo no…--simplemente no podía discutir con la mujer felino, cualquier argumento seria tomado como una vil broma o en el peor de los casos la diosa tomaría represarías.

--Pero saben el aroma de ustedes dos me gusta—olfateo el aire con su pequeña nariz—es, es excitante— dijo, sonrojando a las dos chicas. —Así que hagamos un trato—

--¿Qué clase de trato?—susurro la Rubia.

--uhmm quiero que las dos se den un beso—sonrió mostrando los colmillos.

La petición las sorprendió, es cierto, pero a ninguna de las dos le disgusto la idea, es mas después de pensarlo por un par de minutos la idea se torno de cierto modo agradable.

Sin esperar que la diosa repitiera la petición; acercaron sus rostros, lentamente hasta rosar los labios contrarios, los cuales ante el toque fueron epicentro de una corriente erétrica llena de pasión, exigiendo mas contacto entre las dos; haciendo de aquel beso  cada vez  mas hambriento ¡mas demandante!, Mas  necesario. La lengua, los dientes, los labios… sus cuerpos cada vez mas juntos, las manos inquietas por explorar, todo esto, hizo del momento, un momento simplemente mágico.

Cuando se separaron no solo los cultivos habían reverdecido y la diosa desaparecido; ellas ahora se veían de manera diferente, sus ojos reflejaban sentimientos; profundos sentimientos, entre ellos  un cariño mucho mayor a la amistad que se profesaban desde muy jóvenes; pero también confusión, una terrible confusión.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Después de su corta pero productiva visita al mundo mortal, Bastet no había parado de reír, primero se divirtió acabando con buena parte de la escoria que la olvido en sus oraciones y luego sembró la confusión entre dos humanas.

--quisiera saber el ¿por qué de tanta algarabía? Tus maullidos se escuchan  veinte kilómetros cuadrados—pregunto una mujer joven, vestida con telas largas que la cubrían casi la totalidad la totalidad de su cuerpo; exceptuando su rostro.

--no es nada Isis, solamente estoy feliz…. Los humanos son realmente divertidos—

--no hagas muchas travesuras gatita… recuerda que tenemos prohibido entrometernos mucho con los humanos—

--cálmate niña, nadie se enterara… Amon no ha hecho acto de presencia en varios cientos de años—

--eso es cierto; pero si alguno de mis hermanos se entera tendrás problemas—la negatividad de la diosa ya estaba impacientando a Bastet.

--Que dices… el pajarraco de no sabe ni donde está parado Horus y el perro de Anubis parece que tiene mejores cosas que hacer—ronroneo.

--yo solo cumplo con advertirte—continuo—pero ahora que lo dices Anubis me preocupa…bueno eso para otro día, ahora dime ¿Qué fue lo que hiciste?—

--uhmm sabia que eras curiosita—la mujer gato sonrió abiertamente mostrando los colmillos, seguidamente conto con detalles  su aventura.

--¿y hiciste que se besaran?—grito emocionada.

--¡baja la voz!... y si vieras creo que hasta les gusto—

--que emocionante--

 

Las semanas pasaron muy lentamente en aquel mercado de esclavos, el tiempo que pasaban juntos había logrado que se conocieran mas y por ende que se tomaran un poco mas de confianza; sin embargo la prioridad de los dos que era salir de esa infernal celda no había dado ni medio paso en avance.

No había sido comprados ya que el mercader a cargo de ellos estableció un precio bastante alto además de que por algún extraño capricho no permitió que se vendieran cada uno por separado. En fin simplemente estaba allí encerrados viendo como el mugre y las ratas se apoderaban de sus cuerpos.

--mi señora, por aquí… creo que  tenemos exactamente lo que busca—hablo uno de los mercaderes, ya que los guardias habían desaparecido de la escena hace tiempo ya.

--mas le vale, mi marido y yo somos muy exigentes con respecto a los esclavos—hablo esta vez la mujer, elegantemente vestida con una túnica.

--no se preocupe… mire estos dos, llegaron hace tres semanas de Egipto; como puede observar son de muy buen ver—

--pues creo que tiene razón… seguro y le gustan a mi esposo—dijo la mujer mirando con detalle a los dos muchachos.

--entonces esta hecho… son tan solo cuatro monedas de oro—el mercader estaba feliz; parecía que haría una buena venta ese día.

--Tome…--entro el monto pedido, pensando que el precio es bastante elevado—bien pero por ese precio espero que estén en la casa antes de que se ponga el sol—el mercader asintió, para luego hacer una reverencia y permitir que la dama saliera del lugar.

Con un ademan del mercader dos esclavos abrieron la celda, amarraron las manos de los dos jóvenes y los guiaron a su destino.  al medio día los dos chicos estaba amarrados de brazos y cuello a un poste de madera enterrado en la entrada de la enorme casa que seguramente es de la mujer que los compro.

  --creo que deberían tener un poco mas de consideración… o sea mira con este sol y ni un trago de agua, es el colmo—se quejo Thabit.

--eres un llorón… se supone  que nos acaban de vender como esclavos, no somos invitados de honor; además eres un soldado se supone que aguantas condiciones diez veces mas terribles que estas—explico molesto Akil.

--que pueda aguantarlas, no significa que quiera aguantarlas--

 --llorón—

Duraron cerca de 4 horas atados al sol y sin agua a la espera de su nueva “ama”, la cual llego al atardecer y al verlos solo atino a llamar unos cuantos sirvientes para que encerraran a los dos chicos  en las barracas para esclavos.

--tengo sed…--susurro Akil, el realmente no estaba acostumbrado a aguantar este tipo de condiciones, ya que toda su vida vivió protegido por las inquebrantables paredes de palacio. Obviamente su oración no la dijo con la intención de ser escuchado, simplemente se le “salió” pero pues; si fue escuchada por Thabit, el cual comenzó a preocuparse por el chico rubio.

--¿estás bien? Parece que estas mas acalorado de lo normal—efectivamente Akil sufría insolación.

--si estoy, bien solo… solo un poco cansado—

--toma—le extendió un melocotón.

--¿Qué es eso?—ciertamente ninguno de los dos había visto ese tipo de fruta antes.

--no lo sé es un fruto del árbol al cual nos tenían atados…. Cómelo es dulce y seguramente de ayudara a sentirte mejor—aun cuando el otro inspiraba confianza con sus palabras, para Akil le era difícil fiarse de un fruto desconocido, perfectamente este podría ser venenoso—vamos no seas tan desconfiado yo comí uno hace tiempo y mira no me ha pasado nada, además dado el caso de que resulte venenoso… pues morimos juntos—

--¡Calla!... no digas cosas como esas—ciertamente el comentario del soldado lo hizo sonrojar; así que por acto reflejo tomo la fruta y volteo su rostro.—esta buena—la poco agua del fruto logro saciar en algo su sed, pero los demás síntomas de la insolación no cesaban.

--Te lo dije… con eso seguro te sentirás mejor…--se sentía orgullo de que su amable acción pudiera ayudar al pobre y desamparado de Akil, pero su locuras mentales no siguieron pues al voltear su rostro y ver al escriba noto como había caído de boca y no se movía—¡Akil!... despierta… no se te ocurra morirte…!Despierta de una buena vez!—ante las suplicas Akil logro escucharlo y abrió uno de sus claros ojos.

--¿Qué… quieres? No ves que estoy agotado… quiero descansar—el volumen de su voz delataba que su estado era más que cansancio.

--No se te ocurra dormirte o desmayarte… estas mal, necesitas agua—

 

Entretanto a las afueras de la casa se aglomeraba una niebla de de color oscuro, no muy claro pues la sombras nocturnas evitaban reconocer el color de la misma; el aglomerado fue haciéndose cada vez mas y mas denso hasta que de ella se encarnó un hombre de edad media, cabello escuro y barba corta apenas vestido con una tela de color gris.

--Ni se te ocurra Plutón… esos dos son míos—exclamó una voz, llamando la atención del hombre de misterioso porte.

--¿quién anda ahí? Exijo se presente ante mi—

--¿exiges…?—rio aun escondido—está bien pero no porque lo “exijas” tu—y de la sombra de un árbol se materializo un animalito de porte apacible, cuatro patas, hocico alargado, ojos brillantes y orejas enormes.

--¿Un chacal negro?... qué clase de espíritu sois—pregunto.

--si todos los dioses romanos son tan preguntones… creo que me van a fastidiar bastante—hablo el canino—no soy ningún “espíritu”, ni “ninfa” ni nada de esas idioteces, soy Anubis dios egipcio del inframundo—y acto seguido el chacal se poso sobre sus patas traseras, para transformar su desgarbado cuerpo canino por un flacucho cuerpo humano.

Un muchacho que no aparentaba más de los 25 años de piel morena, contextura bastante delgada (rayando en lo frágil), cabello liso, largo hasta la media espalda y de color negro; de ojos amarillos, brillantes y sin un rastro del blanco de la esclerótica, al igual que sus ojos lo más destacable eran las dos orejas largas sobre su cabeza, la derecha siempre caída y la izquierda siempre alerta.

--¡Que primitivo! Un dios bestial—exclamo horrorizado Plutón.

--Farsante—susurro por lo bajo el chico—bueno como sea “el gran Plutón” no tiene nada que hacer aquí… como ya dije esos dos están bajo mi jurisdicción—resto el muchacho.

El mayo iba a contradecir, pero lo cierto es que el chacal tenía razón, y aunque uno de los dos estaba a punto de morir, él no podía hacer nada.

--me da igual… tengo mejores cosas que hacer—dijo para luego desaparecer de la misma forma que llego.

Una vez que Anubis estuvo seguro de que la niebla oscura se disipo por completo, aprovecho para, de un chasquido de sus dedos, romper el seguro de la puerta que mantenía encerrados a los dos jóvenes.

--Además aun es muy pronto como para que vosotros dos mueran… aun tengo que divertirme un poco mas—rió quedadamente, mientras de un salto regreso a su forma animal para desaparecer en el aire.

Notas finales:

Bueno, eh aqui otro capi mas de mi locura

ya saben los RW son los que me anima a mas RW mas rapido se actualiza 

así que ustedes deciden jejej :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).