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Davis era su problema, desde el día en que se había dado cuenta de que estaba perdidamente enamorado del menor, se percató de que no podía sacarlo de su cabeza, cada hora, minuto y segundo, si no tenía nada que hacer, su mente divagaba con la imagen del menor.
No le apetecía mucho estar así, nunca se había sentido tan atraído hacia una persona y mucho menos por un hombre, no era virgen, ya había tenido con anterioridad otras relaciones, mas jamás se había sentido con la necesidad de adueñarse de alguien e impedir que otros lo apartaran de su persona.
Soltó un suspiro amargo, estaba comenzando a ponerse melancólico y no tenía razón para hacerlo, después de todo, el había sido el causante de molestar al pequeño por culpa de sus celos, aun podía ver su rostro incrédulo cuando le había hablado duramente y como deseaba abrazarlo para consolarlo.
Matt estaba devastado, en su fuero interno sabía que se encontraba peor de cuando buscaba sexo ocasionalmente, había tocado fondo y no existían palabras para describir la desesperación que lo atormentaba.
No tenía ganas de hacer nada, pero a la vez el hecho de estar recostado en la cama le dolía. Era un malestar que ningún medicamento le calmaba, y eso que ya había tomado bastantes tranquilizantes.
Estaba a punto de salir para ir a buscar a algún tipo o tipa para poder distraer su mente con el placer sexual, ya habría tiempo después para las consecuencias, e incluso, si eso hacía que tuviera más problemas con sus amigos y su hermano, no le interesaba en lo absoluto, solo quería olvidar por el momento…
Y en eso sonó su celular, el rubio se detuvo en la entrada recordando que no se había molestado en agarrar el aparato, frunció los labios mientras decidía si seguir adelante o regresarse por el teléfono, pero el que volviera a sonar el celular le hizo volverse malhumorado y responder.
- Matt, necesito que vengas al Café Rocco – le ordeno Taichi – A las 3:30 – le colgó sin esperar la respuesta
Matt aventó el aparato contra la pared con tanta fuerza que se rompió, ahora se encontraba completamente fuera de control, miro el reloj de la pared que marcaban las 2:50, si salía en ese momento, apenas alcanzaría a llegar, pero si le hacía caso, seguiría de malas, pero si no iba….
El rubio pateo la pared, Taichi sabía que su amigo no podría negarse a sus órdenes, por más discusiones que tuvieran y aunque no se hablaran por temporadas, si él le hablaba y le decia a donde ir, Matt iba sin pensarlo, y eso es lo que tendría que hacer ahora.
Taichi se encontraba completamente inquieto, más de lo usar, el nerviosismo lo estaba matando, solo esperaba que todo saliera tal y cual lo tenía planeado, por tanto se había anticipado a la respuesta que le daría Davis.
Irónicamente se encontraba en una situación en la que se olvidaba de sí mismo, era tan típico de él, siempre estar pensando en sus amigos, ayudándolos cada vez que lo necesitaban, que dejaba de lado sus necesidades y eso le ocasionaba problemas con Sora, ya que a veces la cancelaba por estar con sus amigos.
Y en ese presidio instante estab dispuesto a cederle el amor de Davis a Matt, a pesar de que el había sido lo suficientemente estúpido para no darse cuenta de que la persona perfecta para él, no era otro más que el menor, ya no podía arreglarse, y la culpa era enteramente de él.
De nada serviría llorar después de que todo estuviera patas para arriba, solo quedaba solucionar las cosas, no le agradaba el ambiente de incomodidad que se estaba apoderando de su grupo, y por tanto, como líder, él tenía que estar a cargo de las situaciones.
- Siento la espera, Senpai – se disculpó Davis, sentándose enfrente del mayor – Creí que ibas a llegar tarde – se sonrojo al decir en voz alta los detalles que conocía de su senpai
- No te preocupes – le restó importancia Taichi – Llegue temprano porque Sora quería que la acompañara a comprar unas cosas y como terminamos antes, me pareció adecuado no hacerte esperar
Davis se sintió un poco incómodo al escuchar de la boca de Taichi el nombre de la chica que había sido su rival de amores desde hace tiempo, torció las manos debajo de la mesa y bajo la mirada.
- Si ella no te habla, tu no la buscas, y por eso mismo, es imposible casi verte, senpai – menciono el menor en voz baja, sin embargo, Taichi le escucho - ¿Por qué eres así?
Taichi ya había pensado en esa pregunta anteriormente, sin embargo, al igual que cuando Sora se la había hecho, no tenía la menor intención de responderla, el darse a explicar no era parte de su personalidad, pero, en una mínima parte, tenía que decirle al menor, para no quedasen malos entendidos.
- Porque no puedo decir que no – respondió el mayor seriamente, algo raro en el – Soy incapaz de negarme a las peticiones de los demás, a pesar de que quería verla, a veces me resultaba imposible, porque tú me necesitabas o porque Matt estaba metido en esos líos….
Davis se ruborizo al recordar aquellas ocasiones en las que por ganas de ver a su senpai y por tanto encontraba cualquier tipo de excusa en la que requiriera de ayuda para que no dudara en acudir, pero ahora se daba cuenta, que mientras él se sentía feliz, hacia sufrir a su senpai.
- Lo siento, no tenía idea de que yo te fuera el causante de que terminaras con Sora en cada ocasiones – agacho la cabeza lo más que pudo, se sentía verdaderamente apenado – No sé cómo podría recompensarte por esos malos ratos…. – al decir esto último se dio cuenta de que era mentira, él sabía que podría ayudar a su senpai – No sé si sirva de algo, pero, si el que estemos juntos, pueda servir como composición del daño pasado entonces, no sería eso genial, ¿verdad? – sonrió un poco más animado
Taichi estaba a punto de regañar al menor, se había indignado por la suposición de Davis, ¿cómo era posible que a pesar de siempre estar a su lado y saber cada detalle de él, pudiera cometer semejante error?, más cuando abrió la boca se vio interrumpido por el rubio quien golpeo la mesa con ambas manos
- ¿QUÉ DIABLOS ESTAS PENSANDO, DAVIS? – inquirió en tono alto, logrando que los demás clientes del establecimiento miraran hacia ellos - ¿TE CREES QUE ESTO ES UN JUEGO? – miro de reojo a Taichi - ¿CREES QUE MI MEJOR AMIGO PEDIRIA ALGO ASI?
Davis estaba en estado de shock, no solo porque jamás hubiera podido imaginar que el rubio se encontrara en ese momento escuchando como aceptaba la confesión de Taichi, sino que además, le había vuelto a enojar y para empeorar la situación, también insulto a su senpai.
- Yo…. yo… - miro a los ojos al rubio, pero desvió la mirada al sentirse cohibido, por tanto, desvió la vista hacia Taichi, quien se encogió de hombros – Creo que no hago más que meter la pata – murmuro por lo bajo
- Matt, siéntate – ordeno Taichi, acercando una silla y el rubio hizo caso de inmediato sin dejar de observar al menor – Ahora, creo que esto, en vez de mejorar, solo se atora más y más, y como yo no quiero estar gritando, y no me gusta la atención extra – suspiro cruzándose de brazos – Hay que hablar esto entre los tres – le hecho una mirada de desafío a Matt – Tu y yo hemos sido amigos desde hace tiempo y hemos superado cada obstáculo que intento separarnos – el rubio asintió, y con eso, ahora le tocaba a Davis – Tu eres un amigo leal que siempre estuvo a mi lado en los momentos más miserables de mi vida, además de ser siempre un apoyo y una alegría para el grupo, no podría existir mejor persona para Matt que tú, Davis….
Tanto Matt como Davis se quedaron con los ojos bien abiertos y con la boca en forma de 0, no podían creer lo que habían escuchado, cada uno de ellos esperada una conclusión diferente de esa reunión; el menor esperaba comenzar una relación con su senpai, aunque sabía muy en el fondo que él deseaba a Matt por sobre todo, y el rubio, pensó que vería a su primer amor ser feliz con su mejor amigo.
Taichi sonrió, aquello le hacía sentirse maravillosamente bien, después de todo, lo que había dicho no era mentira, era absolutamente verdad y estaba convencido que una persona alegre, responsable y llena de optimismo sería lo ideal para salvar a Matt de la vida degradante que estaba llevando.
Davis estaba al borde de las lágrimas, contemplo la seguridad con la que Taichi había dicho todo, se cubrió la boca con la mano izquierda, aun incrédulo del giro que estaba tomando, y a la vez, evitaba exclamar un grito de felicidad.
Matt coloco ambos brazos en la mesa y los utilizo como almohada de su cara, avergonzado y agradecido al mismo tiempo, no era capaz de encontrar palabras que le ayudaran a expresar sus emociones a su amigo, y mucho menos, ¿cómo podría decirle al menor que le perdonara?
- ¿Bien? – pregunto Taichi viendo que en lugar de estar felices, los dos implicados parecían miserables – ¡Me iré! – anuncio poniéndose de pie
Cuando dijo eso, Davis y Matt se despertaron de su trance y sujetaron, cada uno, los brazos del líder y le obligaron a que se volviera a sentar, este los miro con el ceño fruncido y les pidió con la mano que digieran algo.
- Matt senpai – inicio el menor, mirando directamente a los ojos del rubio - ¿Podrías perdonarme por haber sido tan egoísta y darme una oportunidad? – su mirada era de súplica, como la de un cachorrito recién nacido
- ¿Cómo podría no hacerlo? – inquirió el mayor abrazando al menor fuertemente – En verdad, Davis, no sé qué sería de mi vida sin ti….
Se escucharon un coro de aclamaciones y aplausos provenientes de todos los clientes y trabajadores del restaurante, que habían estado pendientes de toda la situación una vez que había gritado el rubio. Taichi se soltó riendo mientras que la nueva pareja se miraba con complicidad y felicidad.