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Tu no eres para el... por Aleliela

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Davis  se había reunido con los chicos, todos ellos se mostraban felices de verse después de pasar tanto tiempo dispersos  sobre todo  por sus respectivos trabajos, sin embargo él no podía compartir la misma alegría, su corazón tenía una tristeza que le impedía disfrutar del presente.

 

Era como si todo estuviera atrapado en el pasado, sus sentimientos hacia Tai y la manera en la que había seducido a Matt, nada de ello parecía real, todo era como una nube pasajera que daba la impresión que traería lluvia, pero solo se quedaba un tiempo oscureciendo el día y sin previo aviso se iba.

 

Lo que no sabía era que se iría junto a la nube, si su relación de sexo con el rubio o si por fin acabaría superando el amor que sentía por su senpai, dado que fuera esto último, esperaba que no comenzara a albergar sentimientos por Matt, porque sabía que para el mayor él era un mero entretenimiento

 

No soy más que uno de los tantos que comparten su cama se recrimino avergonzado No debí dejar que el alcohol y el dolor me llevaran a incitarlo, yo sabía bien la reputación que tenía Matt, Taichi-san y Izzy siempre dicen que un día de estos se meterá en un lio gordo por andar de golfo

 

Nadie aparte de los dos amigos del rubio y Davis, conocían sus mañas nocturnas, de hecho la noticia le había sorprendido mucho, sin intención, escucho como los dos mayores discutían sobre como poder ayudar a Matt para que dejara de lado ese hábito, pero que hasta el momento nada había dado resultado.

 

Esa informacion era crucial que se tratara con sumo cuidado, no solo porque si T.K se enteraba iba a destruir la confianza que tenía en su hermano, sino porque eso haría que todos trataran a Matt como una peste o que le tuvieran pena.

 

Taichi e Izzy querían apoyarlo, hablaban con él, algunas veces conseguían que cediera y no tuviera sexo ocasional en un par de semanas, pero siempre recaía, el estrés de la banda le impedía tener una relación sana y normal, y por tanto se quitaba la frustración de la forma sencilla.

 

Yo sabía que llevaba dos semanas limpio y que si le daba motivos me tomaría y me haría olvidar a Taichi por una noche…

 

Matt había sido bondadoso con él, incluso después de enterarse de que Davis le sedujo no le molesto, por el contrario, le había dicho que le desde ese momentos ambos serian amigos sexuales, lo que para el rubio significaba que ya ni buscaría a cualquier persona para satisfacer sus deseos, ya que le sería fiel al cuerpo de Davis.

 

Flashback

-          ¿Amigos? – inquirió dudoso el menor - ¿Qué no lo somos ya?

 

El rubio se hecho a reír con grandes carcajadas, se alejó del menor y se sentó en la cama, se encogió de hombros restándole importancia al asunto, la verdad es que aquello le iba a venir muy bien para quitarse de una vez los sermones de Taichi sobre sus “hábitos”

 

-          Me refiero a que… - miro de nuevo al menor – A que podemos jugar a los amantes tanto como tú quieres y como yo lo soporte

 

Davis abrió la boca impactado, aquello no se lo esperaba y estuvo a punto de decirle al rubio que no tenía intención de jugar con él, especialmente si corría el riesgo de que su amor platónico se enterara.

 

-          Antes de que rechaces la oferta, piénsalo, amas a Tai, pero no sabes si el algún día te mirara como quieres, el sale con Sora, ¿no? – comento fríamente mientras jugaba con la sabana – No es que me importe que pase entre ustedes, pero para que hayas tenido que seducirme… - soltó un bufido – Me imagino como están las cosas…

 

Ahí fue cuando Davis casi le espeta en la cara que ese acoston había sido un plan después el inicio cuando se enteró de que él rubio era un adicto al sexo con desconocidos, sin embargo se abstuvo y solo frunció el ceño y se cruzó de brazos.

 

-          ¿Le dirás a…? – ni siquiera era capaz de pronunciar el nombre de su senpai - ¿Sera esto nuestro secreto, mmm, no?

 

-          Por supuesto, Davis, no quiero tener más problemas con Tai, así que esto será entre tú y yo, si es que aceptas… - sus ojos azules se posaron en Davis

 

Davis se estremeció ante la intensa mirada del mayor, pero asintió con la cabeza, estaba dispuesto a sentirse conectado con alguien después de tantos años de lugar por algo que no tenía recompensas.

 

Un golpe en la cabeza le hizo regresar al presente, se llevó ambas manos a la zona donde notaba un dolor punzante, miro a su alrededor y se centró en la mirada de Yolei, quien aún tenía un libro en su mano, con el que supuso le dio el golpe

 

-          Tierra a Davis – grito la chica intentando darle otro golpe, pero se movió a tiempo – Oh, vaya has regresado

 

-          Vamos, Yolei, eres muy dura con el – la regaño Kari quitándole el libro a Yolei de las manos - ¿Estas bien, Davis? – pregunto preocupada poniendo su mano en la zona donde el chico se sobaba

 

Davis se dejó consentir por la hermana de su senpai, aún se sentía estúpido al pensar que en algún momento de su juventud creyera estar enamorado de ella, era algo normal, quiso creer, ya que ambos tenía esa naturaleza innata de tratar de ayudar a los necesitados y de ser buenos amigos.

 

Si de verdad me hubiera enamorado de Kari me hubiera ahorrado tantos problemas

 

Tomo la mano de Kari y la presiono entre la suyas, sus ojos se llenaron de lágrimas, sin embargo, no se permitió llorar, simplemente cerró los parpados, aspiro profundamente y cuando los volvió a abrir, ya no quedaba más que una mirada cristalina que la chica observo con sorpresa

 

-          ¡Kari! – alzo la voz conmovido – Eres tan amable, no sé qué sería sin ti, con esa loca pegándome – hecho una mirada recelosa a Yolei - ¿Te casarías conmigo?

 

Kari sonrió aliviada al ver que Davis volvía a hacer lo mismo, desde hacía unos meses atrás que ella y T.K. se habían comprometido y por esa razón, Davis de vez en cuando le decia de broma que él era mejor partido que su prometido o en ocasiones, le proponía matrimonio

 

-          Ni lo pienses, Davis – contra ataco T .K. tratando de aguantarse la risa – Llegaste tarde, ahora Kari y yo estaremos juntos – le dio un beso a su prometida en la frente y la aparto de Davis – Ahora, ¿Por qué estabas en las nubes?

 

Davis considero seriamente decirle a sus amigos todo lo que estaba pasado, desde cómo se había enamorado de Tai hasta como había terminado en la cama de Matt, pero observo a T.K. tan feliz con su futura vida, que no tenía el corazón para destrozar la imagen que tenia de su hermano.

 

-          Taichi-san me pidió que lo ayudara, mejor dicho, a Izzy, a trabajar medio tiempo en una cafetería – dijo en lugar de lo que tenía en la mente, pues no era mentira, pero tampoco toda la verdad – Y, sin ofender T.K, pero tu hermano no es mi fan – al decir esto hizo un gesto exagerado de ahogarse

 

Todos rieron ante el espectáculo, cada uno de ellos creyendo que lo que agitaba a Davis era tener que pasar tiempo con Matt, ya que era bien sabido que al mayor no le simpatizaba mucho que siempre anduviera rondando a Taichi

 

Con eso era suficiente por el momento, Davis aun no quería pensar en las consecuencias de sus acciones, ya habría el momento adecuado para arrepentiste, pero aun no, aun podía disfrutar de la inocencia de que nada ocurriera y realmente deseaba que algo bueno pasara al final de esto

 

A partir de mañana tendría que preocuparse en como ocultar su nerviosismo ante Izzy y Tai, porque sabía que el rubio no tendría dificultades en comportarse normalmente, pero él era un libro abierto, y a parte de darle vergüenza verlo después de conocerlo a fondo se sentiría cohibido por no cometer un error

 

-          Esto será horrible – refunfuño malhumorado cruzándose de brazos y recargándose en el respaldo de la silla – Me muero de ganas por iniciar – comento esto último con sarcasmo

 

T.K sonrió en modo de disculpa y le dio una palmada en el hombro a su amigo, el comprendía que a veces su hermano era muy difícil de tratar, pero creí que en su interior era una buena persona y por eso consideraba que trabajar con sus amigos le haría bien

 

-          Hablare con mi hermano para que se  comporte – prometió el chico – Así no tendrás problemas

 

Oh, vaya que los tendre…


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