Tsuna y Hibari caminaban por los pasillos de la antigua mansión, habían encontrado el brazalete, en lo que parecía ser una oficina y Tsuna vagamente la recordó como la oficina de su padre.
Después de recorrer los pasillo, para Hibari era fácil saber que a su pareja le costaba mucho estar ahí, mas al no poder recordar nada concreto solo fugaces momentos, lo sabia por que lo veía cerrar los ojos por instantes.
No menciono nada, solo se dejo guiar por la casa y así llegaron hasta un pasillo que terminaba en una pared.
--¿Qué pasa Tsunayoshi?
--Esta pared no existía cuando yo vivía aquí—murmuro, para poner su mano en ella—es una ilusión
Con ese descubrimiento pasa por la pared y continúa su camino hasta la habitación que ha elegido y que le corresponde: su habitación de niño
Al entrar dirigió la lámpara que llevaba al muran que era la cabecera de la cama cubierta.
El cielo azul con sus guardianes, se acerco a ella y cerro los ojos
“--¿Te gusta Tsuna?
--si, papi
--Es el cielo y sus seis guardianes, ellos te cuidaran en la noche”
Hibari había entrado a la habitación y se acerco a su pareja para abrazarlo por la espalda
--¿Qué recordaste?
--Cuando vi por primera vez el mural—dijo recargándose—debe haber alguna lámpara para alumbrar mas—exclama dirigiendo su lámpara a un buró cercano donde había una sabana y se podía ver la forma de la lámpara—ahí esta ¿tienes algo con que encenderla?
Hibari solo asiente y ambos se acercan para prender la lámpara que alumbra la habitación, Tsuna se sienta en la cama, no le importa en lo mas mínimo ensuciarse, ahí esta en aquel lugar al que deseo regresar cuando niño.
El guardián de la nube se hinca y se encarga de limpiar las lagrimas que caen por los ojos del castaño, el simplemente lo mira.
--La ilusión bloquea la entrada al resto del pasillo, esta habitación, me pertenece—murmura—Yoshimune siempre decía que mi padre no me quería, que por eso no me sacaba mas de una vez al parque, que por ese motivo vivíamos hasta acá—dice—nunca le creí, nunca quise creerle, pero mientras estaba en el parque esperando a que apareciera, pensaba en que era cierto y el no me quería y que no iría a buscarme
--No pienses eso, el fue a buscarte a la bodega, sino te hubiera querido nunca lo hubiera hecho
--¿Por qué no llego por mi al parque?
--No se que responderte Tsuna—dice Hibari mirando al chico—pero encontraremos la respuesta a esa pregunta
--La noche antes de mi secuestro, mi padre me grito, por que le pregunte por mi madre, el simplemente me dijo que no estaba discusión dicha platica, iríamos al parque al otro día por que ya habíamos quedado con mi amigo, sino no hubiera salido de la mansión al otro día…tal vez… lo mejor hubiera sido no haber salido
--Eso solo hubiera cambiado las fechas Tsuna—respondió la nube mirando al cielo—ese hombre quería hacerte daño, por lo que has dicho espero hasta que te quedaras solo, solo fueron unos minutos en lo que llegaste al parque y antes de que llegara tu amigo, no podía atacarte, tenia que haber un distractor en ambos, en ti y en tu padre, quería además testigos, ese herbívoro quería herirte y herir a los que estaban a tu alrededor, el hubiera esperado para raptarte, eras su objetivo
--Mi intuición nunca me indico que alguien quería hacerme daño o que me estuviera vigilando, no hasta ese día
--No era necesario, por como es este lugar, debiste haber tenido muchos sirvientes, eso significaría que alguno traiciono a tu padre y te vendio
--¿Por qué? ¿Que daño pude hacerle a esa persona? ¿Qué daño hice?
--Tsuna, no fue tu culpa, deja de creer que tu eres el responsable de las acciones de los demás, ¿Qué daño podría haberle hecho a ese hombre con tan solo cinco años de edad? Si hubieras hecho algo, el responsable abría sido tu padre, si fue un sirviente, el debería haber despedido a ese hombre.
Hibari se acerco a su pareja y lo beso, Tsuna correspondió el beso, el beso se hizo apasionado y ambos estaban tan concentrados en el beso que en ningún momento se percataron de la puerta que se abría y e cerraban.
Solo se separaron cuando el aire les falto.
Hibari quería hacer suyo a Tsuna, pero ese no era el lugar, ni el momento adecuado, necesitaba a su amado tranquilo y la mansión no se lo permitía, así que tenía que tener todo su autocontrol para no tomarlo esa noche
Tsuna bajo la mirada avergonzado.
--Te amo Tsuna
--Yo también Kyoya—respondió mientras ocultaba su rostro en cuello de su amado.
--Vamos a acostarnos, mañana debemos reunirnos con los herbívoros
Tsuna asintió y ambos se acostaron, Hibari atrajo a Tsuna y este se recostó en el pecho de su pareja.
--Tsunayoshi
--¿Qué pasa Kyoya?
--Quiero que pases el próximo fin de semana en mi casa
--Cla… claro, no creo que a Nana le moleste
--Enfrente de todos la llamas mama y cuando estas solo con los que sabemos la verdad la llamas por su nombre ¿por que?
--Costumbre creo, cuando era mas pequeño siempre la llame nana, hasta que en la escuela la maestra me regaño por llamarla así, dijo que ella era mi madre, para ese momento ella era el único adulto que me cuidaba, así que lo acepte como tal, pero casi siempre le decía nana cuando estábamos a solas, de hecho siempre fue mi nana
--Ya entiendo, nunca la has llamado por su nombre, sino de la forma en que la reconoces, como tu niñera, por otra forma de decirlo
--Si
--¿y su esposo?
--No quiero hablar de el
--Tsuna, ¿Qué pasa con el? Es de dominio publico, por así decirlo, que no lo soportas ¿Por qué?
--El… el siempre me vio como un arrimado en su casa, alguien que estaba tomando el lugar que le correspondía a su verdadero hijo, solo me aceptaba por que nana me había aceptado—dijo alzando los hombros—creo que es mutuo
--Duerme antes de que tus recuerdos aparezcan.
Tsuna asintió y cerró los ojos, odiaba tener de nuevo esos recuerdos, pero con Hibari a su lado eran soportables.
“Estaba en su parque favorito, esperaba que el niño que conociera el día anterior, aquel niño de la pelota azul y peinado estilo piña, apareciera para darle el chocolate y asín poder jugar con el.
Se alejo un poco por que tenia que ver a su papa, después regreso y se encontró con el niño, le puso el chocolate y el le agradeció en el idioma de su papa y el al conocerle le dijo que si podían jugar.
--grazie
--prego ¿Vuoi giocare con me?
--chiaro
Así ambos niños comenzaron a jugar con la pelota, aquel día ambos se divirtieron y cuando se despidieron quedaron en verse en la otra semana.
--Gracias por jugar conmigo—dijo el niño con el peinado gracioso—y por el chocolate
--De nada—le respondió con una sonrisa
--¿Nos vemos mañana?
--No—exclamo y el niño lo miro interrogante—no vengo al parque muy seguido, vendría hasta la próxima semana, el… el miércoles
--entonces hasta el miércoles Tsuna
--Si, hasta el miércoles…
Así inicio su amistad con ese niño
* ~*~*~*~*~*~
Estaba en su parque favorito, tenia hambre y estaba cansado, eso sin contar que estaba asustado.
Había despertado en la bodega donde estuvo secuestrado, había salido de ese lugar y se encontró en la ciudad de Namimori, pero había extrañas maquinas y personas vestidas de forma extraña.
Camino con precaución, agradecía a su graciosa sensación para poder orientarse y así llegar al parque.
Ya tenía un día ahí y nadie de su casa aparecía.
Noto como unos niños salían de un arbusto y su graciosa intuición le hizo ir a ver que habían hecho, por que las sonrisas con las que habían salido significaban travesuras.
Al llegar se hallo con un pequeño pajarillo herido, esos niños lo habían lastimado, se acerco con cuidado y comenzó a curarle.
Siempre había logrado ayudar a las avecillas.
--¿Qué haces?—escucho y al voltear se hallo con un niño más grande
--Ayudo a esta avecilla
--mph
El niño se va y por algún extraño motivo recuerda las sombras y su amigo de ojos bicolor y se entristece.
Después de curara a la ave y ponerla en un lugar donde nadie la dañe, se va a la banca, ahí observa a ese niño que le pregunto que hacia vestía de negro y tenia una extraña banda en el brazo derecho, vio como regañaba a los niños que habían lastimado a la avecilla.
Frunció el ceño el nunca lo había visto por el parque, pero teniendo en cuenta de que nada de lo que había ahí era igual a cuando el había estado meses atrás, no le tomo importancia.
Su estomago gruño por comida, ya llevaba un día sin comer, se mordió el labio inferior.
De pronto la mitad de un sándwich apareció frente a el, al alzar la vista se hallo con unos ojos azul metálico, tomo el sándwich y lo comió no sin antes agradecerle al chico.
--¿Qué haces aquí?
--Espero a que mi papa o alguien de mi casa venga por mí
Después de eso comenzó su amistad
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Estaba en el parque jugando con la pelota de su amigo, pronto tendrían que separarse, noto algo extraño en su amigo, pero nunca había tenido el valor de preguntarle hasta ese momento.
--Oye
--Dime
--¿Qué te paso en tu ojo?
--¿Qué?
--¿Qué, que te paso en tu ojo? Es que es de color diferente
--¿puedes ver através de la ilusión?
--¿Ilusión?
--Si, cuando algo no es lo que aparenta
--Eso creo
--Nací con este don, gracias a mi ojo puedo hacer ilusiones, mi papa me puso esta, por que a las personas les asusta
--A mi me gusta, además el símbolo es el numero cinco en japonés
--Lo se, eras la primera persona que ve através de la ilusión
--¿Te molesta?
--Para nada, ahora se que cuando llegue el momento me podré mostrar contigo como soy
--Vamos a jugar.
Así ambos niños continuaron jugando, sin importarles nada
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Estaba en el comedor, acababan de entrar su padre y el de su amigo, le habían dicho de las sombras que habían aparecido, los dos adultos se miraron y miraron a los niños.
--Es verdad papi—exclamo el pequeño castaño—estaban aquí
--Te creo Tsuna—dijo la sombra de ojos azules—pero es extraño que suceda algo así
--¿Es malo?—pregunto el niño de ojos bicolor
--No—respondió sui padre—pero como lo acaba de mencionar es extraño que algo así suceda. Debe significar algo, solo nos queda esperar para saber que es.
Los niños asintieron y minutos después uno de los sirvientes entro, dejando la comida.
Tsuna había visto como miraba a su papa, nunca le agrado ese sirviente, parecía que los odiara a ambos, su graciosa sensación le decía que debía tener cuidado con ese hombre.
La comida de ese día era espagueti con unas bolas de arroz, las comidas favoritas de Tsuna.
Después de comer, partieron el pastel de fresas, ese lunes el pequeño Tsuna cumplía cinco años de edad.
Yoshimune, que estaba ahí más por obligación que por gusto le regalo un cuaderno.
Kuro y su papa le regalaron una pelota, así como también hicieron ilusiones para el. Ahí vio el arma que su amigo recibirá en su cumpleaños, un tridente.
Estaba feliz por su fiesta al final, termino un poco tarde para el horario de sueño de ambos niños.
Fue llevado a su habitación en brazos, ahí su padre lo acostó.
--¿te gusto tu fiesta Tsuna?
--Si papi—exclamo reteniendo su bostezo—gracias
--De nada pequeño, aun falta un regalo mas—dice mientras le entrega una pequeña caja
El pequeño la abre emocionado, cuando ve el contenido abre los ojos sorprendido: es un pequeño broche de un escudo con una bala y una almeja
Mira a su padre quien le sonríe
--Feliz cumpleaños Tsuna
--Es muy bonito papi, gracias
--Este escudo significa mucho para mi, cuando seas mas grande te contare su historia, siempre tenlo cerca, si algo te llegara a pasar aquí o en Italia, este broche te ayudara, ¿entendido?
--Si papi
--Ahora duerme mi niño.
Tsuna se acuesta mientras tiene aun en sus manos aquel broche, su padre le da un beso en la frente y le pone su capa arropándolo…
Horas mas tarde Tsuna despertó y miro a su padre en la habitación
--¿papi? ¿Que pasa?
--Nada pequeño, mi sensación graciosa que me hizo venir—le dice con una sonrisa—duerme
Le dice mientras lo vuelve a arropara y le da un beso de nuevo
Tsuna sabe que cada vez que su padre esta en la habitación es por que la sensación graciosa de su papa le indica peligro y sabe que su padre no dormirá, por que estará de su habitación a la de Yoshimune y que el padre de Kuro esta en la habitación donde su amigo se encuentra.
Hay una amenaza en la casa, muy pocas veces la hay, pero eso no cambia que ponga en alerta a su padre.
Y antes de quedarse completamente dormido, con una de sus manos se aferra al broche, con la otra la capa de su papa y en su mente la persona que provocado el estado de alerta, es ese sirviente que los mira con odio.
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Estaba en su habitación mirando el mural que su padre había pintado para el, cuando la puerta se abre, y alguien lo abraza por la espalda.
--Hola papi
--Hola Tsuna ¿listo para el cuento?
--Si…--respondió—papi
--Dime
--¿y mi mami? ¿Donde esta?
--Bien, el cuento será
--Papi ¿Dónde esta mi mami?
--Tsuna no quiero hablar de eso
--¿Por qué no? quiero saber de mi mami
--Tsuna
--Por favor papi, ¿Cómo se llamaba mi mami?
--¡BASTA Tsuna!—grito el hombre de ojos azules—escúchame bien Tsunayoshi, no pienso hablar de ese tema
--Pe…
--¡ESO NO ESTA A DISCUSIÓN! No voy a hablar contigo de eso, y de no ser por que ya quedamos con ellos en vernos mañana; pero si por mí fuera no saldrías dentro de dos días—exclamo mientras apagaba la lámpara y salía
Tsuna solo observo como su padre salía enojado y las lágrimas caían
Le había fallado a su papa, el solo quería saber de su madre, solo quería saber si lo quiso o no.
Y esa noche, algunas de las palabras de su “hermano” le llegaron, su padre sufría por culpa de el, y sin saber que sucedería al día siguiente deseo: Me gustaría no estar para que mis seres queridos no sufran por mi culpa
Sin saberlo su deseo se cumpliría al día siguiente.
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Estaba en el patio de esa casa, ala que llamaba hogar.
El, sabía que la mujer que vivía ahí no era su madre, era una buena mujer que lo cuidaba y ayudaba siempre. El le decía nana y a la mujer no le molestaba.
Tenía seis años y en tres meses cumpliría los sietes.
Botaba una pelota, desde que reacordara, lo único que le gustaba eran las pelotas de color azul, no sabia por que, pero tenia la sensación de que algo bueno le sucedió gracias a una pelota.
De pronto escucho sonidos y su mundo se detuvo, ya no estaba en el patio de esa casa, estaba sobre una calle empedrada, sin saber por que voltio a su izquierda y ahí, un niño que le parecía conocido caía.
El sabía que esos sonidos no eran otra cosa que disparos, aquel niño con el peinado similar a una piña, había sufrido un disparo en el vientre y la sangre comenzaba a brotar de la herida.
Sus ojos se cruzaron uno azul y el otro rojo con una extraña marca. El numero cinco en japonés
El conocía a ese niño, algo le decía que ese niño era su amigo.
Su amigo había recibido una bala en el vientre y la sangre salía, su amigo morirá debido a eso.
Comenzó a negar con la cabeza, el no quería que su amigo muriera, soltó la pelota que tenia en sus manos.
Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos castaños.
No
No
No
Era lo único que su mente repetía, no.
Observo como su amigo le sonreía y cerraba los ojos
Su amigo se Moria….
Debía evitarlo, comenzó a llamarlo, mientras lloraba, debía evitar que cerrara los ojos.
Pero… ya no estaba en la calle estaba en el patio, seguía llamando a su amigo, cuando su nana apareció y lo abrazo.
Su amigo…
Su amigo había muerto…
Su amigo de peinado de piña…
Su amigo de ojos bicolor…
Su amigo con un don en su ojo…
Rokuro Mukuro, su amigo, había muerto debido a un disparo en el vientre…”