El asombro se veía presente en los rostros de los chicos, pasmados al ver la enorme fuerza que poseía el moreno. Luffy, aun algo herido y vendado, se le acerco con la más clara intención de preguntarle y sacias todas sus dudas pero, al ver la expresión neutra y seria que teñía el rostro de su amigo, se quedó quieto en su posición sin emitir palabra alguna.
El peli verde por su parte, se giró lentamente hacia el interior del edificio destruido. Manteniendo sus sentidos alerta y, desenvainando con rapidez y precisión su katana blanca, se puso en frente a sus amigos a modo de protección.
-¡Tu, quien quiera que seas! ¡sal de ahí en estos instantes si no quieres que te corte en pedazos, maldito!-exclamo Zoro, manteniendo su mirada fija en las sombras desde las cuales dos cuerpos emergieron, asombrando aún más al chico al ver de quienes se trataban-
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-Ustedes…-susurro el peli verde con tono sorprendido, mientras una enorme sonrisa se formaba en su rostro- … ¿Cómo…?-pregunto, sin poder acabar de creerse lo que sus ojos veían-
- Creo que aun no es tiempo para ello, Zoro San-contesto uno de los visitantes, riendo al ver la expresión de su amigo- pero por ahora llévanos a donde se encuentra Sanji san, tenemos excelentes noticias, es mejor decirle cuanto antes…-
Mientras esta sorpresiva reunión se llevaba a cabo, el cocinero se encontraba organizando y preparando todos los detalles mientras su estancia entre el flujo del espacio-tiempo tuviese lugar. Suspiro algo relajado mientras se dirigía a la enfermería a paso seguro, sintiendo un enorme alivio cuando Usopp, hace tan solo unos minutos, había llegado corriendo a la cocina, exclamando feliz, que el pelinegro se encontraba fuera de peligro.
Siguió caminando a paso moderado, mientras su atención se fijaba en los destrozos que habían quedado luego de las explosiones y las consiguientes batallas. Agradecía que, al menos, habían tenido la suerte de que cuando todo el lio había comenzado, solo tres salones y una pequeña parte de los profesores se encontraban en aquellos momentos en la escuela.
Así, como también, maldecía en su interioridad ante los rostros asustados de sus alumnos y colegas, los cuales habían acatado desde un principio sus ordenes sin dudarlo siquiera un segundo. Es más, a pesar de que habían pedido explicaciones como cualquiera lo hubiese hecho en su lugar, habían entendido a la perfección que lo primero en aquellos instantes era poder un poco de orden y aceptaron casi al instante, el ofrecimiento del rubio a explicarles todo lo que sabía a la hora de la cena.
Dio un par de golpes en la puerta de la enfermería, esperando algo impaciente a que alguno de los “doctores” de turno le dejase pasar. Luego de cinco extenuantes y largos minutos en los cuales había estado dudando seriamente si echar o no la puerta abajo con alguna de sus patadas hasta que, antes de que pudiese intentarlo, Kidd salió de la habitación con una enorme sonrisa en el rostro, contrastando enormemente con su común semblante tétrico.
-¿Cómo está Mihawk?-pregunto ansioso el rubio, prácticamente dando saltitos para poder ver al interior de la enfermería y logrando sacarle sonoras carcajadas a su acompañante ante aquella actitud tan infantil- anda, dime…¡waaa!-grito el chico, al verse cargado repentinamente por el pelirrojo en su hombro- ¿¡que mierda crees que haces Kidd!? ¡¡Bájame ahora mismo!!-
-creo que eso no se va poder, jefe- silbó el aludido entre dientes, riendo divertido ante aquella situación- Law me pidió que te mantuviera alejado de la enfermería, porque con Kureha han descubierto algo muy importante y que lo dirán a la hora de la cena-
El pelirrojo siguió su camino hacia la cocina, intentando aguantar sin mucho éxito las múltiples patadas que le propinaba su jefe, con aun más fuerza que antes gracias a que ahora tenía a su verdadero cuerpo de regreso. Mas, y a pesar de quedar lleno de golpes y morenotes, su buen humor no amaino. Al contrario, solo con ver los rostros de los alumnos del rubio al verlo en tan vergonzosa situación.
Siguió su recorrido a buen ritmo, hasta que, de un instante a otro, choco de frente con cierto bulto peli verde con fuerza, dejando caer a su jefe al suelo y golpeándose el mismo en la cabeza.
-¡fíjate por donde caminas, musgo desorientado!-grito alterado Kidd, golpeando al peli verde fuertemente en la cabeza-
-¡oye, que la culpa no es mía! ¡Fuiste tú quien se interpuso en mi camino, pelirrojo teñido!-exclamo el aludido, gruñéndole y devolviendo el golpe con aun más fuerza-
Mientras tanto, el rubio veía con una gota en la nuca aquella escena que rallaba lo ridículo. Y no era para menos, pues no todos los días tenia ahí, frente suyo, a sus dos mejores hombres, a su novio y a su mejor amigo, peleando como niños pequeños a golpes y patadas.
Una venita se formo en su frente, dispuesto a mandarles a callar de una buena vez cuando, una sombra encapuchada, se adelanto sus movimientos golpeando a ambos chicos en la cabeza y dejándolos estampados en el suelo.
-¡¡par de idiota, que mierda creen que hacen!!-grito aquella figura, dejando caer sin querer la capucha que cubría su rostro y haciendo que tanto el rubio como el pelirrojo abriese los ojos de la impresión-
Frente a ellos se encontraba un chico pelinegro de mediana estatura, vistiendo unos pantalones y una camiseta negra con estampados en llamas ligeramente cubiertos por la capucha que llevaba. Su rostro estaba cubierto de pecas y sonreía de modo infantil a pesar del cabreo que llevaba, riendo al ver los rostros que tenían sus amigos.
-¿Qué, Sanji? ¿Es que acaso ya no reconoces a un viejo amigo?- comento el chico entre risas al ver que el cocinero se había puesto de pie inmediatamente, abrazándole con fuerza- venga, no te pongas sentimentalista, que he venido junto con Marco ha traerte las mejores noticias que podrías haber esperado…aunque claro, no me espere ver que tu y Zoro habían vuelto a la normalidad hahaha-
-Ace, eres un verdadero idiota-contesto el aludido sin dejar de abrazar a su amigo- me tenias sumamente preocupado luego de que desapareciste hace siete años ¿Dónde mierda estabas? ¿Y donde esta Marco?-
-sí, yo también quiero saber-gruño el peli verde en el suelo, sentado con los brazos cruzados y haciendo un leve puchero ante su molestia de ver a su novio abrazado al pelinegro- dijiste que cuando encontráramos a Sanji me contarías que te traías entre manos, así que habla pecoso-
-hahaha Marco debió ir a hablar con Robin, seguro quiere sacarle alguna información a los cabrones que atacaron la escuela-contesto el pecoso, divertido a pesar de estar siendo literalmente amenazado por el peli verde y sus katana- pues que al fin el tiempo ha llegado, Sanji-murmuro en tono misterioso, logrando hacer que una sonrisa de felicidad adornara el rostro del cocinero- nos encontramos solo a un paso, chicos. Solo a un paso de volver a nuestro mundo…-
Tsusuku (o tal vez no)