-sí, yo también quiero saber-gruño el peli verde en el suelo, sentado con los brazos cruzados y haciendo un leve puchero ante su molestia de ver a su novio abrazado al pelinegro- dijiste que cuando encontráramos a Sanji me contarías que te traías entre manos, así que habla pecoso-
-hahaha Marco debió ir a hablar con Robin, seguro quiere sacarle alguna información a los cabrones que atacaron la escuela-contesto el pecoso divertido a pesar de estar siendo literalmente amenazado por el peli verde y sus katana- pues que al fin el tiempo ha llegado, Sanji-murmuro en tono misterioso, logrando hacer que una sonrisa de felicidad adornara el rostro del cocinero- nos encontramos solo a un paso, chicos. Solo a un paso de volver a nuestro mundo…-
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El ambiente en el comedor de la escuela era tenso, más que tenso. Tanto alumnos como profesores, incluido Shanks, se encontraban atentos, sin haber probado bocado alguno, producto de los nervios y la excitación del momento.
Porque, allí, frente a todos ellos, junto con los nuevos invitados y el peli verde, se encontraba el cocinero terminando de fumar un cigarrillo, con los ojos cerrados y un semblante relajado.
-Bien, el momento de contarles la verdad ha llegado. Tal y como les he prometido-anuncio el rubio, apagando su cigarrillo y mirando a todos fijamente- se que seguramente la mayoría de ustedes ya se ha dado cuenta de que el ataque que recibimos no es uno cualquiera, ni al azar. Tampoco es un ataque terrorista, sino una estrategia fríamente calculada, que les llevo años de estudio y preparación, a la espera del momento más indicado para lograr encontrarnos a todos juntos-
-¿a todos?-pregunto una voz entre la multitud de profesores y alumnos, sin entender a lo que realmente se refería el rubio con sus palabras-
-si, a todos-esta vez fue el pecoso el que tomo la palabra, sonriendo tranquilizadoramente a los presentes antes de continuar- se que parece imposible lo que les vamos a contar, pero ya han visto con sus propios ojos la fuerza monstruosa que posee Zoro, o las increíbles habilidades de Sanji. Pero aquello tiene una sola explicación posible: ellos no son de este mundo, al igual que varios de nosotros-
Susurros nerviosos y gritos ahogados se empezaron a sentir en el comedor, mientras que varios de los mayores del lugar miraban incrédulos al pecoso, sin poder ni querer creer, lo que habían escuchado.
-¡¡Eso no puede ser verdad!! ¡¡Ese chico nos está mintiendo!!-exclamo uno de los auxiliares visiblemente molesto, uniéndose al coro de mofas y amenazas de todos aquellos que no creían en las palabras de Ace-
-¡¡¡YA CALLENSE TODOS!!!-grito una voz sumamente conocida, ya al borde de su paciencia- todos sabemos que lo que ellos están diciendo es más que imposible, increíble de creer, aun mas en estos tiempos-poco a poco a furiosa multitud fue retrocediendo, dejando a Luffy a la vista de todos-yo conozco a Zoro desde que éramos niños, y Mihawk sensei ha sido mi maestro desde toda la vida. Sé que ellos no pueden estar mintiendo, ellos no son la clase de personas que hacen cosas como esas…yo lo sé…-
Todos miraron sorprendidos al pelinegro, asombrados por palabras de tan alto calibre. Sanji le miro agradecido al igual que algunos de sus compañeros, mientras que Zoro, por su parte, suspiro contento al ver que al menos alguien les creía, que alguien confiaba en aquella alocada pero verdadera historia.
Para el asombro del peli verde, uno a unos sus compañeros y gran parte de los alumnos de Mihawk y Sanji se unieron a Luffy, apoyándoles ciegamente, confiando en ellos sin importar que.
-Gracias, muchas gracias de verdad chicos, por todo su apoyo-dijo Zoro, sonriéndoles a todos a pensar de su nerviosismo- se que tal y como ha dicho Luffy, esta es una historia casi imposible de creer, pero es la verdad. Ustedes mismos lo han comprobado con lo que paso hoy en la tarde, con esa extraña luz que nos devolvió a Sanji y a mí a nuestra antigua forma- suspiro un poco, intentando no desviar la vista de los presentes- en un principio a mí también me costó mucho poder creerlo, poder entender que todas las imágenes que asaltaban mi mente eran recuerdos, mis recuerdos de una vida pasada en otra dimensión paralela a esta en la que fui asesinado- trago saliva, sosteniendo la mano de Sanji con fuerza, temblando al recordar el trágico modo en que se había separado de su amado por tantos años sin saber nada de él- y luego despertar aquí, criarme como un niño cualquiera en un orfanato y luego, cuando tenía siete años, volví a reencontrarme con Sanji-beso la mejilla del cocinero, dando énfasis a sus palabras y revelando ante todos aquel secreto que por mucho había mantenido oculto- el me cuido desde que era niño, me mantuvo a salvo en todo momento. Espero pacientemente que recuperase mi memoria, mis recuerdos. Gracias a él sigo vivo, porque no hace más de un par de meses intentaron volver a matarme. Y no solo fue conmigo, sino que también con los demás…con todos los que fuimos asesinados y traídos aquí, a este mundo, sin saber porque…-cerro los ojos con fuerza, le dolía el corazón recordar el verdadero motivo que los había llevado hasta ahí- pero con Sanji fue diferente. El nunca fue asesinado. El nunca murió en aquel otro mundo, pero a su vez también fue traído aquí, junto a nosotros. Quizás esa sea la razón por la cual puede mantenerse intacto a través del flujo del tiempo y del espacio…la verdadera razón por la cual no envejece pero puede recordar, puede mantener la fuerza en su cuerpo, y el…-sus palabras se atoraron en sus garganta, sin saber cómo poder continuar-
-ese es el verdadero motivo por el cual he logrado reunir con mucho esfuerzo a todos aquellos que pasaron por la misma suerte que Zoro, la verdadera razón por la que he podido protegerlos no solo a ellos, sino a todos aquellos que los rodeaban-el rubio se adelanto unos pasos, enfrentándose a todos los que por mucho habían sido sus alumnos y colegas pero sin soltar la mano de Zoro-algo o alguien nos quiso traer aquí, pero para que sus planes funcionasen, nos necesitaban a todos muertos-un grito de terror proveniente de algunas de las chicas se hizo oír, mas el rubio siguió de pie, sin amedrentarse- pero yo, gracias a que Zoro salvo mi vida cuando debí ser yo quien acabase muerto, nos dio una gran ventaja al poder venir a este mundo sin olvidar mis recuerdos ni perder mis capacidades…-
El peli verde abrazo al rubio con fuerza contra su pecho, sintiendo como este temblaba de ira e impotencia. Sabía que gracias a su sacrificio y haberlo podido mantener con vida, Sanji había podido lograr todo lo que habían conseguido hasta ahora como, también estaba más que consiente, del dolor que sentía el cocinero con tan solo recordar aquella ocasión.
Zoro le entendía, porque sabía que si se hubiesen intercambiado los papeles y Sanji hubiese sido el que acabase muerto, el seguramente habría acabado mucho peor. Sabía que de haberle tocado a él, no hubiese podido aguantar más de dos siglos completos a la deriva, cargando con el peso de la culpabilidad, de la soledad, de tener que buscar pistas sobre su paradero, tratando de no rendirse en el intento…de investigar sobre su condición…de esperarle…de esperar año tras año por una nueva oportunidad, un nuevo reencuentro…
Sabía cuanto tiempo había sufrido, cuánto tiempo había soportado con valentía y esfuerzo, mucho esfuerzo. Y que, luego de encontrarse cuando el tan solo era un pequeño de no más de siete años, se había tenido que ver en la obligación de esperar otros diez años para poder recuperarle, otros diez años alejado de él. Porque sabía que si se quedaba a su lado empezaría a recordar, y lo más probable es que no pudiese soportarlo…
Como así el estaba consciente, de que no debería estar allí. Que desde un principio debió ser Sanji quien hubiese acabado muerto aunque él lo había evitado, cambiando el futuro, viajando de alguna u otra manera en su lugar mientras que Sanji había despertado al día siguiente de su muerte en aquel extraño mundo.
Ellos habían viajado tan solo en alma a aquella paralela dimensión, con los recuerdos bloqueados sobre su verdadero mundo de origen. Debieron esperar años y años mientras llegaba su cuerpo, el cual extrañamente, se parecía mucho a su original. Mientras que en cambio, y como Sanji había logrado viajar sin haber muerto, pudo despertar en aquel mundo casi al instante.
También Sanji, haciendo gala de su enorme inteligencia y rapidez mental, se había dado cuenta días antes de su asesinato que habían ocurrido muertes seguidas por todo el Gran Line, muertes de personas sumamente poderosas, como lo eran Kidd y Law, Shanks y Mihawk.
Hasta que luego, les toco el turno a ellos dos…
Las personas que los habían enviado hasta allí tenían la intención de debilitarles pero mantenerles con vida. Sabían que el destino no puede ser cambiado ni menos jugar con el delicado equilibrio del flujo espacio-tiempo, pero eso les indicaba que había “algo” que ellos necesitaban y que, para conseguirlo, habían planeado aquella estrategia hasta el más pequeño detalle. Exceptuando claro, la situación en la que estaba el rubio.
El destino les había vuelto a unir, les había devuelto su memoria, sus recuerdos y sus verdaderos sentimientos. A algunos les había hecho falta un pequeño empujoncito, como era el caso de Zoro; mientras que otros como Law, habían podido recuperar por su propia cuenta su memoria.
Ellos lo sabían, ellos, los que les habían capturado y asesinado, estaban plenamente consientes de ello. Porque ellos solo necesitaban tiempo, y ya lo habían conseguido con creces.
La clave de todo aquel lio estaba en su muerte, de lo que les habían hecho en el momento en que les habían asesinado, o en como lo habían hecho. Ninguno lograba recordar aquel detalle, ni siquiera Sanji, por lo que intuían que aquello había pasado por algún mal cálculo o error suyo en aquel momento crucial.
-nosotros venimos desde un mundo en donde la búsqueda de la libertad es la regla principal, de un mundo donde los piratas aun surcan los mares en busca de aventuras y tesoros- comento esta vez Marco luego de un lapsus de silencio, sonriendo amenamente al cocinero mientras ponía una mano en su hombro en señal de apoyo- todos nosotros, los que fuimos enviados aquí, alguna vez fuimos piratas reconocidos con enormes recompensas por nuestra cabeza-rio un poco al escuchar las exclamaciones de sorpresa de algunos alumnos, ligeramente divertido- todos nosotros nos guiamos por nuestros ideales y ahora, luego de mantenerme investigando los cambios del flujo espacio-tiempo junto con mi novio, Ace- sonrió escuetamente al ver que el mentado se sonrojaba ante sus palabras- hemos logrado llegar al fin a una respuesta concreta…
-…de aquí a una semana la escuela lograra estabilizarse y dejar de viajar entre dimensiones, llegando finalmente al mundo que tan injustamente nos vimos separados: el mundo pirata..-finalizo Ace, sonriendo ampliamente al ver que, el regreso definitivo y la batalla final que decidirían su vida, estaban solo a un paso de distancia…-
Tsusuku (o tal vez no XD)